DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 643, de 31/10/2018
cve: DSCD-12-CO-643
CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 2018 XII LEGISLATURA Núm. 643
ECONOMÍA Y EMPRESA
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. CRISTÓBAL RICARDO MONTORO ROMERO
Sesión núm. 30
celebrada el miércoles,
31 de octubre de 2018
ORDEN DEL DÍA:
Comparecencia del señor gobernador del Banco de España (Hernández de Cos),
para presentar el informe anual del Banco de España. Por acuerdo de la
Comisión de Economía y Empresa. (Número de expediente 212/001806) ... (Página2)
El señor PRESIDENTE: Buenas tardes. Vamos a dar comienzo a esta sesión de
la Comisión de Economía y Empresa, cuyo desarrollo tiene como punto único
del orden del día la comparecencia del gobernador del Banco de España
para explicar el informe anual de la institución, del Banco de España,
correspondiente al año 2017. Damos la bienvenida al gobernador, que
también es la primera vez que comparece en su condición actual de
gobernador -ignoro si ya tiene la experiencia de la comparecencia en sus
fases anteriores- y agradecemos, por supuesto, la oportunidad que para
todos supone el tenerlo aquí con nosotros.
El orden será el siguiente: el gobernador expondrá el contenido de ese
informe anual del Banco de España y, a continuación, los grupos
parlamentarios intervendrán de menor a mayor por el tiempo de diez
minutos. Finalmente, el gobernador responderá a las cuestiones que vayan
planteando los grupos y así podamos dar por terminada la sesión de hoy.
Sin más, paso la palabra al gobernador del Banco de España para que nos
exponga el informe.
El señor GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA (Hernández de Cos): Muchísimas
gracias, presidente.
Señorías, quisiera comenzar mi primera comparecencia ante esta Cámara
expresando mi sincero agradecimiento por todos los comentarios que sobre
mi persona realizaron los distintos representantes de los grupos
parlamentarios cuando el anterior ministro de Economía, Industria y
Competitividad, Román Escolano, presentó la propuesta de mi nombramiento
a esta Cámara. De igual modo, valoro singularmente todas sus sugerencias
y opiniones en torno al funcionamiento y a los cometidos del banco. Tomo
esas sugerencias, obviamente, como un acicate para realizar mejor mi
labor y me comprometo a desempeñar, evidentemente, mi cargo -como por
otra parte obliga la Ley de Autonomía- con total independencia. A tal
fin, quisiera aprovechar para anunciar que el Banco de España ha
comenzado a trabajar en un ambicioso proyecto de planificación
estratégica. En él se abordarán, con un enfoque integrado y de futuro, la
mayoría de las cuestiones que sus señorías plantearon en aquella
comparecencia a la que acabo de referirme, así como otros aspectos que
consideramos esenciales para que el Banco de España pueda desarrollar
mejor sus funciones y aportar mayor valor a la sociedad.
Como tuve ocasión ya de expresar en el acto de mi toma de posesión, al que
algunas de sus señorías tuvieron la amabilidad de asistir, los objetivos
principales que nos hemos marcado para este mandato son, en primer lugar,
aumentar la presencia y la influencia del Banco de España a escala
europea y global. El Banco de España no deja de ser hoy un instrumento
fundamental tanto del eurosistema, el Banco Central Europeo, el Mecanismo
Único de Supervisión y también, por supuesto, el Mecanismo Único de
Resolución y, por tanto, es legítimo y deseable -diría yo- que nos
marquemos esto como un objetivo prioritario. Y, en segundo lugar,
reforzar la capacidad de identificación temprana de los riesgos y las
vulnerabilidades para la estabilidad financiera y macroeconómica de la
economía española, así como la capacidad de respuesta del banco para
mitigar estos riesgos y evitar que, finalmente, se materialicen. En
definitiva, se trata de lograr una institución más abierta y
transparente; una institución que tenga mayor flexibilidad, mayor
capacidad de respuesta, y que obtenga el mayor provecho de sus recursos
tanto humanos como materiales, siempre con tres valores esenciales: la
independencia, el rigor intelectual y la excelencia.
Tras esta pequeña introducción, permítanme que aborde el objeto central de
esta comparecencia. Como sus señorías conocen -y como decía el presidente
en su introducción-, a finales de mayo el banco hizo público, como
habitualmente, su informe anual, en el que repasa la evolución económica
y financiera de la economía española, y del entorno europeo e
internacional, así como sus principales retos y vulnerabilidades. Como
también conocen perfectamente sus señorías, el informe anual es la
principal publicación del Banco de España en el ámbito de sus funciones
como autoridad monetaria y de asesoramiento al Gobierno en materia de
políticas económicas. Voy a pasar ahora a resumir el principal contenido
de este informe anual. Me van a permitir sus señorías que distribuya la
presentación en un orden básicamente de tres apartados. Uno, primero, más
dedicado a la coyuntura más reciente tanto del entorno internacional como
de la economía española; un segundo bloque, relativamente breve, en que
me gustaría tomar stock de lo que ha sucedido en esta economía durante
los últimos cinco años, en la fase de recuperación, que me permite hilar
bien con lo que yo creo que es el principal contenido del informe, o al
menos lo que pretende ser el informe, que es enfatizar cuáles son los
retos y las vulnerabilidades de la economía española y, por supuesto,
cuáles son las respuestas de política económica que, de acuerdo con los
analistas del Banco de España, serían las más adecuadas para afrontarlos.
Empiezo, por tanto, con esa primera parte de carácter más coyuntural, la
descripción del entorno exterior de la economía española y de la propia
economía española. Voy a hacer uso de algunas transparencias que permiten
ilustrar mejor algunos de los puntos que voy a describir. En relación con
el entorno exterior, la economía mundial está mostrando en lo que
llevamos de año síntomas de desaceleración, tras el elevado crecimiento
experimentado en 2017. Hay distintas razones que explican esta
desaceleración: unas condiciones financieras globales menos laxas, que en
el caso de algunas economías emergentes se han traducido en importantes
tensiones financieras; en segundo lugar, el incremento del
proteccionismo, en particular las tensiones y la escalada arancelaria
entre Estados Unidos y China y, en tercer lugar, el aumento de la
incertidumbre geopolítica a escala global y europea.
Al endurecimiento de las condiciones financieras globales ha contribuido,
entre otros factores, la progresiva normalización de la política
monetaria de la Reserva Federal estadounidense, que está teniendo lugar a
mayor ritmo de lo que esperábamos, sobre todo como consecuencia de la
posición relativamente avanzada del ciclo económico en los Estados Unidos
que, además, se ha visto particularmente afectada por una política fiscal
muy expansiva en este país, como también conocen. Hasta la fecha, se han
visto afectados principalmente los países con mayores vulnerabilidades en
términos de necesidades de financiación externa y en moneda extranjera
como son, particularmente, los casos de Turquía y de Argentina.
Por su parte, la inflación mundial, que se mantuvo contenida -como pueden
comprobar en el gráfico- en 2017, solo se ha elevado gradualmente en la
primera mitad de 2018, a pesar del aumento de los precios del petróleo.
Por el contrario, la inflación subyacente continúa mostrando registros
relativamente moderados.
En el área del euro, tras experimentarse en 2017 una expansión robusta, la
desaceleración económica está siendo algo más pronunciada que la que se
proyectaba hace unos meses y, además, se ha extendido a la mayoría de los
países del área. Como probablemente conocen sus señorías, ayer se publicó
por parte de Eurostat el avance del tercer trimestre del crecimiento del
PIB real de la economía del área del euro -fue un 0,2 %- y fue una
sorpresa negativa en relación con lo que esperaban los analistas. En este
contexto, cabe destacar la pérdida de dinamismo de las exportaciones y,
en el ámbito interno, el incremento de la incertidumbre política en
Italia, que está afectando de manera importante a los mercados de deuda
soberana de ese país, si bien hasta el momento los efectos sobre el resto
de mercados del área del euro han sido limitados.
Además, los riesgos para el crecimiento global se han acentuado. Entre
estos riesgos destacan los derivados del incremento de las políticas
proteccionistas, de la creciente vulnerabilidad de algunos países y
agentes ante una potencial corrección adicional en las condiciones
financieras globales, y de la posible intensificación de algunos de los
actuales focos de tensión geopolítica. Adicionalmente, en el ámbito
europeo, el desenlace del brexit o la dirección de las políticas
económicas en Italia constituyen importantes focos de incertidumbre.
Estos desarrollos, junto con el incremento de los riesgos globales,
podrían acabar afectando a las perspectivas de crecimiento del área del
euro en su conjunto y, por tanto, a la economía española. La expansión
económica del área del euro no ha venido acompañada hasta la fecha de una
aceleración generalizada y sostenida de los precios, como se puede
comprobar en el gráfico. En este sentido, el repunte reciente de la
inflación, que habría alcanzado el 2,2 % en octubre, de acuerdo con el
indicador adelantado -que también ha sido publicado hoy mismo-, responde
fundamentalmente al incremento del coste de la energía, mientras que los
componentes más estables continúan mostrando ritmos de avance reducidos,
ligeramente por encima del 1 %. Con todo, la intensidad del proceso de
creación de empleo y la reducción progresiva del grado de holgura del
mercado del trabajo en las economías del área están propiciando un
repunte gradual de los salarios que, de prolongarse en el tiempo,
contribuiría a la recuperación sostenida de la inflación hacia tasas más
cercanas al objetivo de estabilidad de precios a medio plazo del
eurosistema, coherente con tasas de inflación inferiores, pero próximas,
al 2 %.
En relación con la economía española, durante el periodo transcurrido de
2018 ha continuado su etapa expansiva, si bien también a un ritmo menor
que en los años previos, como ha sucedido en el caso del área del euro,
con un crecimiento interanual del PIB real del 2,5 % en el tercer
trimestre -cifra que hemos conocido también esta mañana- tras los
aumentos igual o superiores al 3 % de los tres años precedentes. Esta
desaceleración del crecimiento, que viene anticipando el Banco de España
en los últimos trimestres, responde en parte al entorno internacional,
algo menos positivo como acabo de señalar en los meses transcurridos de
este año. En todo caso, el escenario central de crecimiento de la
economía
española en los próximos años es coherente, al igual que en el conjunto
del área del euro, con tasas de avance superiores a su crecimiento
potencial y, por tanto, con una brecha de producción que se iría haciendo
progresivamente más positiva.
En cuanto a los precios de consumo, su dinámica continua viéndose muy
afectada por las fluctuaciones del componente energético, algo similar a
lo que acabo de subrayar para el área del euro. El último dato disponible
correspondiente a octubre de este año muestra un avance interanual del
índice general armonizado del 2,3 %. Sin embargo, la inflación
subyacente, como también sucedía en el caso del área del euro, permanece
en niveles moderados, en torno al 1 %. A partir del tramo final del año,
proyectamos una reducción progresiva de la contribución del componente
energético que tendería a verse compensada por el fortalecimiento gradual
del componente subyacente, en consonancia con el hecho que acabo de
mencionar de que esperamos también una brecha positiva entre el producto
observado y el potencial que se iría haciendo, progresivamente, más
positiva.
La actividad de la economía española continúa apoyándose en unas
condiciones financieras holgadas. El mantenimiento del tono acomodaticio
de la política monetaria está permitiendo que los tipos de interés medios
de la financiación bancaria sigan en niveles próximos a sus mínimos
históricos. Asimismo, la situación patrimonial de las familias y de las
empresas ha continuado reforzándose a lo largo de 2018. En consonancia,
el consumo privado -cuya evolución más reciente está ilustrada en esta
transparencia- ha mantenido un crecimiento que, aunque se ha ralentizado
a lo largo de este año, permanece elevado y por encima del incremento de
la renta disponible real, lo que ha propiciado que la tasa de ahorro se
modere hasta niveles históricamente reducidos. Son estos puntos amarillos
que se observan en el gráfico. A futuro, no obstante, el margen de los
hogares para contraer más su ahorro parece limitado. Por otro lado, las
sociedades no financieras han continuado expandiendo su inversión. Como
en el caso de los hogares, las condiciones de financiación, en términos
tanto de coste como de disponibilidad de financiación, han continuado
favoreciendo sus decisiones de gasto, al igual que lo ha hecho el
fortalecimiento de su posición patrimonial. El mantenimiento del pulso
inversor es clave, dado que la reinversión productiva es un determinante
fundamental tanto de la dinámica cíclica de la economía como del
crecimiento económico a largo plazo.
Un rasgo característico y particularmente positivo del actual ciclo
expansivo ha sido la compatibilidad del crecimiento económico con un
superávit exterior de magnitud significativa, como se ilustra en este
gráfico. Al sostenimiento de este superávit han contribuido diferentes
factores, entre los que querría destacar el aumento significativo de la
base de empresas que exportan sus productos regularmente, asociado a la
ganancia de competitividad de la economía a la que luego me referiré; el
incremento de los ingresos procedentes del sector turístico, a pesar de
su reciente desaceleración; o el entorno de tipos de interés reducidos,
que ha contribuido a contraer el saldo negativo de la balanza de rentas.
No obstante, en el futuro cabe esperar que algunos de estos factores
pierdan fuerza, en parte por los efectos de la apreciación del euro en
términos efectivos nominales y por el encarecimiento del petróleo, lo que
dará lugar a una reducción considerable de la capacidad de financiación
de la economía española frente al resto del mundo que, no obstante,
esperamos que siga siendo positiva durante los próximos años.
Por el lado del mercado de trabajo, desde 2013 se han generado 2,3
millones de empleos. Estos desarrollos, junto con la reducción de la
población activa como consecuencia del envejecimiento poblacional, han
permitido reducir de forma muy significativa la tasa de paro. Así, la
tasa de paro se sitúa ya por debajo del 15 %, 12 puntos porcentuales
menos que el máximo alcanzado en 2013, aunque obviamente sigue muy lejos
del nivel observado en el promedio del área del euro, que se sitúa
ligeramente por encima del 8 %. En el período más reciente el vigor en el
empleo se ha ido moderando en línea con la evolución de la actividad,
manteniendo de esta forma un crecimiento de la productividad muy
reducido, como viene ocurriendo desde el inicio de la recuperación.
La fuerte creación de empleo ha ido de la mano de un aumento modesto de
las retribuciones salariales en los cuatro últimos años. A esto habrían
contribuido principalmente el elevado grado de holgura en el mercado de
trabajo con el que comenzó la actual fase de recuperación y la
expectativa de tasas de inflación muy moderadas durante estos años. En
cualquier caso, y en línea con la actual fase de recuperación, los
convenios colectivos han pasado de acordar una subida salarial del 0,6 %
en 2014 al 1,7 % actual, con datos acumulados hasta septiembre de este
año. Es esperable que esta mejora siga en el futuro en línea con las
recomendaciones del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva
firmado por los agentes sociales el pasado 25 de junio, que tiene
vigencia para los tres próximos años y que promueve incrementos
salariales del 2 %, más un 1 % variable condicionado a diferentes
conceptos
macroeconómicos del sector. Me parece particularmente relevante enfatizar
los elementos variables en la negociación colectiva en la medida en que
su aplicación permite recoger las especificidades de las empresas, de
manera que la evolución de los salarios se ajuste lo más posible a la de
la productividad del trabajo.
La visión que acabo de esbozar sobre la evolución previsible de la
economía española no se encuentra exenta de riesgos que, de
materializarse, podrían afectar negativamente al crecimiento económico.
En la vertiente externa, como he comentado con anterioridad cuando hacía
alusión a la evolución más reciente tanto de la economía global como en
particular de la del área del euro, destacan las incertidumbres asociadas
a los efectos del proceso de normalización de las políticas monetarias
-en particular, en Estados Unidos- sobre las condiciones financieras
globales. Otros factores de preocupación son el posible resurgimiento de
tensiones geopolíticas o una eventual escalada en la adopción de medidas
proteccionistas. En concreto, de particular relevancia para la economía
española resultan el desenlace del brexit y la situación en Italia.
En el plano interno, la fragmentación parlamentaria que ha caracterizado
el devenir de la política a escala nacional durante los últimos años
genera asimismo incertidumbre sobre el curso de algunas de las
principales políticas económicas, en relación tanto con el necesario
proceso de consolidación presupuestaria como con la también necesaria
adopción de nuevas reformas estructurales que permitan aumentar el
potencial de crecimiento de la economía. Por otro lado, un hipotético
repunte de la incertidumbre, asociada a la situación política en
Cataluña, sigue representando desde nuestro punto de vista un riesgo
adicional para la estabilidad económica, especialmente en esa comunidad
autónoma.
Permítanme que pase ahora al segundo bloque de la presentación en el que
voy a tratar de hacer una reflexión muy breve sobre el periodo de
recuperación económica con el objetivo de tratar de enfatizar algunos
logros y también algunos retos y algunas vulnerabilidades de la economía.
La economía española ha completado una fase de crecimiento de cinco años.
En concreto, desde finales de 2013 el PIB ha crecido un 14 % en términos
acumulados, sobrepasando desde mediados de 2017 el nivel precrisis. A
esta recuperación habrían contribuido algunas reformas estructurales
puestas en marcha durante la recesión, entre las que destacan, en el
ámbito interno, las del mercado laboral, la reestructuración y
saneamiento de las entidades de crédito, las relativas al sistema de
pensiones o los avances en el proceso de consolidación fiscal; y, en el
ámbito europeo, las diversas medidas aprobadas en estos años, entre las
que destaca la puesta en marcha de la unión bancaria. Además, una serie
de factores de carácter más transitorio, aunque persistente, también han
contribuido de manera decisiva al dinamismo de la recuperación. Entre
estos factores destacan el papel desempeñado por la política monetaria
del Banco Central Europeo y la aplicación de una política fiscal de
carácter expansivo en los últimos años, a los que se unieron la
significativa reducción del precio del petróleo entre mediados de 2014 y
principios de 2016 y, con posterioridad, la mejora de los mercados
exteriores.
En el ámbito de la política monetaria, las distintas actuaciones del Banco
Central Europeo han permitido relajar considerablemente las condiciones
financieras -ya he hecho alusión a este elemento con anterioridad-,
actuando como uno de los soportes fundamentales de la recuperación
económica del área y contribuyendo a contrarrestar las tendencias
deflacionistas que se cernían sobre la región hace unos años. Para la
economía española, nuestros economistas estiman que durante el período de
2014 a 2018 las medidas del Banco Central Europeo impulsaron el PIB real
de la economía española un 2,3 % y la inflación un 1,4 %. Estos efectos
son de una magnitud bastante similar a los estimados para el conjunto del
área del euro.
Por su parte, la política presupuestaria pasó de registrar un tono
expansivo en 2015 y 2016 a mostrar un carácter neutral en 2017, pero
volverá a ser expansiva en 2018, una vez se vayan materializando las
diversas medidas incorporadas en los Presupuestos Generales del Estado
para este ejercicio. Es importante subrayar que a lo largo de los últimos
cuatro años, la disminución del déficit se ha debido a la mejora cíclica
de la economía y al retroceso del gasto en intereses, que naturalmente no
es independiente de la reacción de la política monetaria que he
mencionado con anterioridad, mientras que el déficit estructural se ha
mantenido en niveles todavía elevados de acuerdo con las estimaciones más
recientes de la Comisión Europea.
Ahora bien, cabe esperar que en el futuro el papel de los anteriores
factores tienda a agotarse progresivamente. Este ha sido el caso ya de
los precios del petróleo, cuya evolución se ha revertido desde mediados
de 2017 y, en menor medida, de los mercados exteriores tras la
desaceleración reciente que he descrito, pero es particularmente
relevante en el ámbito de las políticas de demanda tanto de la política
monetaria como de la política presupuestaria. En concreto, es de esperar
que la política monetaria desempeñe progresivamente un papel menos
determinante. El avance de la posición cíclica de la economía del área
del euro llevará, según las últimas estimaciones del Banco Central
Europeo, a una progresiva recuperación de los niveles de inflación hacia
cotas más próximas al 2 %, como he dicho con anterioridad. De hecho, en
la reunión del pasado 14 de julio del consejo de gobierno del Banco
Central Europeo llegamos a la conclusión de que los avances realizados
hasta el momento hacia un ajuste sostenido de la inflación habían sido
sustanciales, lo que dio lugar a una reducción gradual de las compras
netas de activos, que las sucesivas reuniones posteriores del consejo de
gobierno han ido confirmando. El anclaje de las expectativas de inflación
a largo plazo, el buen tono subyacente de la economía de la zona euro y
el mantenimiento de un grado elevado de acomodación monetaria ofrecen
motivos para confiar en que la convergencia sostenida de la inflación
hacia el objetivo del consejo de gobierno continuará en los próximos
meses y que se mantendrá incluso después de la finalización del programa
de compras netas, en línea con la normalización -muy gradual- de la
política monetaria anunciada por el consejo de gobierno.
Por su parte, la política presupuestaria deberá retomar el proceso de
consolidación fiscal, dado que tanto la ratio de deuda pública sobre el
PIB como el déficit público estructural se mantienen en niveles alejados
de los límites establecidos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Por
otra parte, en los últimos años se ha avanzado notablemente en la
corrección de algunos de los desequilibrios de la economía española, como
el saneamiento del sistema financiero, la reducción del endeudamiento
privado, la recuperación de la competitividad y la consecución de
superávits por cuenta corriente persistentes, así como el ajuste del
sector inmobiliario. Sin embargo, el avance en la corrección de otros
desequilibrios ha sido más escaso y la economía mantiene importantes
elementos de vulnerabilidad. Entre ellos destacan el alto endeudamiento
público, cercano todavía al 100 % del PIB, y la todavía elevada posición
deudora neta de la nación, a pesar de los superávits por cuenta corriente
mencionados. Asimismo, persisten importantes disfunciones estructurales
en el mercado de trabajo, como ilustra la todavía elevada tasa de paro, y
no se termina de asentar un patrón de crecimiento que favorezca de una
manera más intensa las actividades con elevada productividad y generación
de alto valor añadido. Todo ello, en un contexto en el que el
envejecimiento poblacional reducirá de forma significativa el crecimiento
potencial de la economía, al mismo tiempo que plantea -está planteando
ya- retos de calado en el ámbito de las pensiones públicas. También el
sistema bancario afronta todavía desafíos relevantes, a los que me
referiré posteriormente.
En el contexto descrito, caracterizado por la paulatina pérdida de impulso
de los efectos de las políticas de demanda, resulta -y este quizá sea el
principal mensaje de política económica que querríamos trasladar-
particularmente deseable que ganen protagonismo las medidas dirigidas a
corregir esas vulnerabilidades como factor de apoyo del crecimiento a
medio y largo plazo. Creo que no debería desaprovecharse el momento
actual de expansión económica para realizar las reformas necesarias y
también para generar margen de maniobra presupuestario para afrontar
futuras situaciones cíclicas adversas.
Voy ahora a centrarme en el tercer bloque que anuncié en la introducción,
relativo a los retos y las potenciales respuestas de política económica a
esos retos. En primer lugar, en relación con la política fiscal, me
gustaría subrayar algo, probablemente obvio, y es que el mantenimiento de
un endeudamiento público elevado durante un período prolongado de tiempo
puede tener efectos negativos sobre el crecimiento económico. ¿Por qué
esto es así? Básicamente, porque encarece la financiación de la economía,
porque obliga a mantener sustanciales superávits primarios que exigen
mayores niveles de imposición o menores niveles de gasto productivo,
porque esos niveles de endeudamiento público elevado reducen los márgenes
de actuación contracíclicos de la política presupuestaria -y esto es
particularmente relevante en un país del área del euro que ha renunciado
evidentemente a su política monetaria- y supone, además, una fuente de
vulnerabilidad este elevado endeudamiento público ante cambios en el
sentimiento inversor de los mercados. Por tanto, desde mi punto de vista,
resulta prioritario retomar el proceso de consolidación fiscal que
permita una reducción progresiva de la ratio de deuda pública sobre PIB y
del déficit estructural, en línea, por otra parte, con lo exigido por el
marco de reglas fiscales nacionales y europeas.
El proceso de consolidación fiscal sería deseable, además, que fuera
compatible con una mejora de la calidad de las finanzas públicas. El
ajuste pendiente debería, desde mi punto de vista, anclarse en un
programa de medio plazo en el que se detallen las medidas que permitan la
consecución de los objetivos
presupuestarios, así como que esté basado en una previsión prudente desde
el punto de vista macroeconómico, del cuadro macroeconómico y de los
ingresos públicos. Además, adquiere especial importancia la composición
del ajuste, de forma que se favorezca una mayor contribución de las
finanzas públicas al crecimiento potencial de la economía.
El envejecimiento poblacional supone un reto de primer orden, como ya he
mencionado anteriormente, para la sostenibilidad de las finanzas
públicas. En concreto, las estimaciones más recientes de la Comisión
Europea de su impacto sobre el gasto público en pensiones, sanidad y
cuidados de larga duración revelan un incremento significativo del gasto
en estas áreas durante las tres próximas décadas. En el caso del sistema
de pensiones, las reformas de 2011 y 2013 incluían, como saben
perfectamente sus señorías, un alargamiento progresivo de la edad de
jubilación, la aplicación del factor de sostenibilidad, que vincula la
pensión inicial al incremento de la esperanza de vida, y un índice de
revalorización anual de las pensiones, que ligaba su incremento al
equilibrio entre los ingresos y los gastos del sistema. Esas reformas
favorecían la corrección gradual del actual déficit del sistema,
contrarrestando de modo significativo el efecto del incremento esperado
de la tasa de dependencia en el largo plazo. Sin embargo, los últimos
desarrollos parecen ir en la dirección de relajar la aplicación de los
mecanismos actuales de reequilibrio, el factor de sostenibilidad y, sobre
todo, el índice de revalorización anual de las pensiones. De acuerdo con
nuestras estimaciones, la vuelta a la indexación de las pensiones con la
inflación generaría un incremento del gasto público superior a 3 puntos
de PIB en el año 2050, estando este número comparado con el escenario de
aplicación estricta del índice de revalorización. Es evidente, por tanto,
que garantizar la sostenibilidad financiera del sistema requerirá
incorporar medidas adicionales por el lado de los ingresos o de los
gastos del sistema, y entiendo que este es el trabajo que está realizando
en este momento la Comisión del Pacto de Toledo. En todo caso, es
deseable que cualquier estrategia de reforma elegida aumente la
transparencia del sistema -es importante que los ciudadanos tengan una
cierta seguridad sobre cuáles van a ser los parámetros con los que van a
trabajar de cara a su jubilación-, que se refuerce su contributividad -es
decir, la relación entre las contribuciones y las prestaciones- y, en
especial, también creo que es particularmente deseable que se mantenga un
mecanismo de ajuste automático que saque del debate político más de corto
plazo y que obviamente garantice la sostenibilidad de las pensiones
futuras de la población.
Quizá también es importante recordar que el impacto del envejecimiento
poblacional no se circunscribe al ámbito de las finanzas públicas, ya que
también incide negativamente sobre la evolución de la tasa de actividad,
sobre la evolución de la productividad, sobre la evolución, en
definitiva, del crecimiento potencial de la economía, por lo que afrontar
este fenómeno requiere una aproximación amplia en lo que se refiere tanto
al período temporal que debe contemplar como también al conjunto de
instrumentos que se deben utilizar. En este sentido, las perspectivas de
crecimiento potencial a largo plazo de la economía española son
relativamente modestas, como se trata de ilustrar en este gráfico. En
concreto, de acuerdo con las estimaciones disponibles, sujetas obviamente
a un cierto grado de incertidumbre, la tasa de crecimiento potencial de
nuestra economía habría disminuido desde cerca del 3 % anual antes de la
crisis a cotas algo inferiores al 1,5 % con posterioridad a la crisis.
Este nivel, que es cierto que es cercano al del área del euro, es
inferior al estimado para las economías desarrolladas más dinámicas y
entre los factores estructurales más relevantes que se identifican como
limitadores de este crecimiento destacan el mencionado envejecimiento de
la población, el elevado desempleo estructural, al que me voy a referir a
continuación, y también el escaso dinamismo de la productividad, al que
posteriormente dedicaré unos minutos.
En relación con el desempleo, es obvio que a pesar del elevado ritmo de
creación de empleo de los últimos años, la tasa de paro sigue siendo muy
elevada, y este es particularmente el caso en determinados colectivos,
como se ilustra en este gráfico, en particular en los trabajadores con
menor formación, en el que todavía observamos tasas de paro que superan
el 25 %. Esta dificultad de algunos colectivos a la hora de encontrar
trabajo provoca que, según los datos del tercer trimestre de 2018,
publicados la semana pasada en la encuesta de población activa,
prácticamente la mitad de los desempleados lleven en esta situación más
de un año. En este ámbito, cobra particular importancia la mejora de la
calidad del empleo, que se ve afectada por la elevada parcialidad
involuntaria y también por la corta duración de los contratos. Esta
elevada segmentación del mercado de trabajo dificulta, además, las
mejoras de productividad.
Estas ineficiencias del mercado se encuentran también detrás -al menos
parcialmente- de la evolución de la desigualdad en España durante la
crisis. Durante la última recesión que sufrió nuestra economía, la fuerte
destrucción de empleo, concentrada en algunos colectivos, y la
precariedad de
muchas relaciones contractuales que surgían de ese contexto macroeconómico
más incierto, provocaron un crecimiento de la desigualdad de la renta per
cápita, a pesar de que los diferenciales salariales entre trabajadores
oscilaron menos que en otros países de nuestro entorno. La actual fase de
recuperación y, en particular, la fuerte creación de empleo están
permitiendo una cierta corrección en la evolución de la desigualdad de la
renta per cápita. No obstante, a futuro, las reducciones adicionales de
los indicadores de desigualdad de renta dependerán de que continúe
disminuyendo el desempleo, lo que requiere mejoras en la empleabilidad de
los colectivos con menor formación, así como del aumento de horas
trabajadas por los ocupados con menores salarios. En todo caso, sí me
gustaría subrayar que las causas que se encuentran detrás de la dinámica
de la desigualdad y de sus efectos son complejas y que su conocimiento
exige analizar en profundidad las distintas dimensiones relevantes como
son la evolución salarial, las rentas del hogar, el consumo y la riqueza,
entre otros, como requisito absolutamente esencial para el diseño de las
políticas públicas que favorezcan un crecimiento socialmente sostenible.
En este contexto, permítanme que haga una referencia a la discusión sobre
el salario mínimo interprofesional. En el informe anual se hace mención
al efecto de los incrementos aprobados en 2017 y 2018, del 8 % y del 4 %,
respectivamente. La evidencia empírica disponible sobre los efectos de
subidas del salario mínimo ofrece una elevada variedad de resultados, si
bien, en general, tiende a identificarse que el aumento del salario
mínimo tiene un efecto negativo, aunque limitado, sobre el empleo
agregado en la economía sobre la base de que habitualmente el salario
mínimo suele afectar a un número, a un porcentaje relativamente reducido
de trabajadores. No obstante, de acuerdo con esta misma evidencia que
acabo de resumir, su impacto del salario mínimo sobre la probabilidad de
perder el empleo resulta significativo en el caso de determinados
colectivos, como son los más jóvenes y los de mayor edad con menor
formación, cuya tasa de paro es aún muy elevada, como acabo de subrayar,
y que muestran un nivel de productividad menor que el promedio. Desde
este punto de vista, el nivel del salario mínimo y sus incrementos
deberían diseñarse, por tanto, teniendo en cuenta el grado de
empleabilidad de los colectivos afectados, si se quiere evitar efectos no
deseados, en términos de pérdida de aumento de la desigualdad.
Para afrontar los retos de nuestro mercado laboral, la política económica
debe, en primer lugar, impulsar una evaluación de las políticas activas,
especialmente entre los colectivos con menor formación -he tratado de
subrayar en varias ocasiones que es uno de los colectivos en peor
situación en este momento en el mercado de trabajo- para focalizar los
recursos en aquellas acciones que sean más efectivas de cara a aumentar
la empleabilidad. En segundo lugar, futuros cambios en el marco laboral
deberían servir para avanzar en la reducción de la temporalidad y la
excesiva rotación contractual, sin menoscabar la creación de empleo y, en
particular, la oferta de empleo indefinido. En tercer lugar, se deben
habilitar mecanismos que faciliten una mayor alineación entre las
condiciones salariales de cada empresa y su nivel de productividad.
Asimismo, se debe favorecer la conciliación laboral y familiar, fomentar
la natalidad y acompasar los flujos migratorios a la demanda de perfiles
profesionales. Finalmente, como acabo de comentar en relación con el
salario mínimo, las medidas dirigidas a proteger las rentas más bajas
deben diseñarse de modo que no disminuyan la empleabilidad de los
colectivos a los que afecta.
Por otra parte, el crecimiento de la productividad de los factores de la
economía española sigue siendo reducido, como se puede observar en este
gráfico. El modesto crecimiento de la productividad se ha asociado tanto
a un menor ritmo de avance de la productividad media de las empresas en
relación con los países de nuestro entorno como a una asignación de
recursos hacia las empresas menos productivas a lo largo de la última
expansión. Atajar estos problemas requiere una mejora del marco
competitivo empresarial. Con respecto a esta última cuestión, me gustaría
subrayar que en la última década se ha recuperado buena parte de las
pérdidas de competitividad de la economía española, medida esta a partir
de los indicadores de costes laborales unitarios relativos, como ilustra
este gráfico. Sin embargo, también es importante, y quizá menos conocido,
que esta mejora viene explicada principalmente por las mejoras de
productividad del factor trabajo, asociadas a la fuerte destrucción de
empleo durante la crisis, y por la moderación salarial posterior. Sin
embargo, la corrección asociada a los márgenes empresariales ha tenido
una importancia menor. Este hecho, que en un primer momento nuestro
análisis asociaba, esencialmente, a la necesidad de las empresas de
mejorar su posición financiera, puede estar mostrando en la actualidad un
cierto déficit en el grado de competencia empresarial en algunos
sectores, cuya persistencia puede dificultar la asignación adecuada de
recursos, los incentivos y la capacidad innovadora y, en general, por
tanto, el bienestar de los consumidores.
Para favorecer un nivel adecuado de competencia, además de reducir las
barreras de entrada en algunos sectores, se deberían revisar determinadas
regulaciones que entorpecen el desarrollo de nuevas empresas productivas,
bien porque ofrecen incentivos contrarios al desarrollo del crecimiento
empresarial, o bien porque dificultan la salida del mercado de compañías
cuyo nivel de productividad es subóptimo, limitando así la correcta
asignación de los recursos productivos de nuestra economía. Asimismo, el
incremento de la productividad exige mejoras en capital humano y en
capital tecnológico. En este sentido, resulta necesario reforzar el marco
legal educativo, para eliminar la brecha que España muestra en los
indicadores de calidad educativa frente a otros países desarrollados, y
afrontar sin demora los retos que para el sistema educativo y de
formación plantean la globalización, el progreso tecnológico y la
automatización de tareas. Por otro lado, a lo largo de la crisis ha
aumentado la brecha de España respecto a sus socios europeos en cuanto a
capital tecnológico, debido a un menor gasto en I+D sobre PIB, tanto en
el sector público como, sobre todo, en el privado. A las características
estructurales que limitan la capacidad innovadora de las empresas, en
términos de capital humano, capacidades empresariales, estructura
productiva, competencia empresarial y financiación, se unen un diseño
mejorable del sistema público de investigación y una débil dotación
presupuestaria en el ámbito de la innovación.
Permítanme que me centre ahora en los retos del sector bancario español. A
pesar de los importantes avances logrados en los últimos años en términos
de rentabilidad, de solvencia y de liquidez, el sector bancario español
sigue enfrentándose a algunos retos significativos, que son, por otra
parte, en gran medida compartidos por otros sistemas bancarios europeos,
del área del euro en particular. La superación de dichos retos es clave
para situar a las entidades españolas en una posición de fortaleza desde
la que contribuir al crecimiento económico y a la creación de empleo. El
primero de estos retos, que se ilustra también en esta transparencia, es
el relativo a la reducción de los activos deteriorados por la crisis.
Como puede observarse en el gráfico, en junio de 2018 el volumen de
activos dudosos había disminuido un 60 % desde su nivel máximo. Los
activos adjudicados se habían reducido en un 40 %. El crecimiento
económico seguirá contribuyendo, de acuerdo con nuestras proyecciones, a
que se mantenga la pauta de descenso de los activos deteriorados -esa
línea quebrada azul a la derecha del gráfico-. No obstante, es necesario
que las entidades profundicen en la aplicación de políticas de gestión
activa de sus activos deteriorados. En este sentido, hay que tener en
cuenta que el mantenimiento de niveles elevados de activos dudosos tiene
efectos negativos no solo sobre las propias entidades sino también sobre
el conjunto de la economía, lo que justifica el especial interés que
desde las autoridades económicas y supervisoras tenemos y hemos dedicado
en los últimos años a este ámbito.
La recuperación de la rentabilidad es otro de los desafíos a los que se
enfrenta el sector bancario español. Aunque la rentabilidad de las
entidades españolas ha retornado a valores positivos, como se muestra en
el gráfico, y se sitúa algo por encima de la media de los países
europeos, continúa por debajo de los registros alcanzados antes de la
crisis y de los relativos a los sistemas bancarios de algunas economías
desarrolladas que se han comportado mejor en este aspecto. Dicho reducido
nivel actual de rentabilidad se concentra en el negocio que las entidades
tienen en España, al tiempo que la actividad en el extranjero, que ha
supuesto para las entidades una valiosa fuente de diversificación de
riesgos durante la crisis, tampoco está exenta de retos, especialmente en
el momento actual en el que algunas de las economías en las que las
entidades españolas se hallan expuestas -los casos de Turquía y
Argentina, que he mencionado con anterioridad-, están atravesando
dificultades notables. En todo caso, es un mensaje importante que las
entidades deben afrontar el desafío de la baja rentabilidad de su negocio
nacional sin incurrir en una excesiva relajación de los criterios de
admisión y selección de las operaciones crediticias.
El tercer reto al que se enfrenta el sector bancario es el asociado con el
proceso de adaptación a un marco regulatorio más exigente, que implica
requisitos más elevados de recursos propios y activos líquidos, así como
otros adicionales derivados de la nueva normativa de resolución bancaria.
Las entidades españolas ya se han adaptado en gran medida a las nuevas
exigencias, situándose sus ratios de liquidez y de solvencia por encima
de los requerimientos mínimos, aunque en el caso de la ratio de capital
CET 1, como puede apreciarse en este gráfico, su nivel es
comparativamente menor que el de los sistemas bancarios de la eurozona,
lo que subraya la necesidad de que las entidades refuercen sus niveles de
capital. Cabe señalar que, aunque la mayor parte de los cambios
regulatorios se han producido ya, todavía quedan algunas reformas
pendientes de aplicar en su totalidad, como la revisión de Basilea III y
los requisitos de MREL, que exigirán, por tanto, nuevas adaptaciones por
parte de las entidades.
Por último, el mayor reto de futuro al que se enfrentan las instituciones
crediticias españolas es el relacionado con el nuevo marco competitivo
derivado de las nuevas tecnologías y del avance de la desintermediación
financiera. En particular, en lo que se refiere a las nuevas tecnologías,
aunque existe elevada incertidumbre, este es seguramente el reto, también
la oportunidad, más importante para las entidades a medio y largo plazo.
Estas tecnologías pueden alterar rápidamente el marco competitivo,
incrementando la competencia en algunos segmentos y cambiando la demanda
y la forma de proveer servicios bancarios, lo que obligará a las
entidades a reaccionar anticipándose y adaptándose al nuevo entorno,
aunque ello suponga un aumento de costes a corto plazo. El hecho de que
el actual grado de penetración de las nuevas tecnologías en España sea
comparativamente reducido, como se puede comprobar en este gráfico, junto
con la existencia de una extensa red de oficinas bancarias en nuestro
país, hace pensar que existe un amplio margen para el crecimiento de la
banca digital y la obtención de ganancias de eficiencia, lo que supondría
una oportunidad para la expansión del negocio de las instituciones
bancarias españolas. Asimismo, y por último, el avance de la
desintermediación financiera es otro desafío para el sector bancario,
cuya intensidad dependerá de factores coyunturales y estructurales
relacionados con la evolución de la política monetaria, la aparición de
nuevos competidores, los avances en la unión de mercados de capitales y
las tendencias de ahorro a largo plazo.
Permítanme referirme finalmente a los retos que enfrenta el área del euro,
dado que, desde un punto de vista de arquitectura de gobernanza del
mismo, las perspectivas de la economía española dependen también
crucialmente de que estos desafíos se afronten adecuadamente. En este
sentido, a pesar de las mejoras de la arquitectura europea que se han
desarrollado durante los últimos años, resulta necesario seguir avanzando
en mejorar la estabilidad de la unión económica y monetaria, lo que
requiere pasos adicionales tanto en el ámbito de la reducción de riesgos
como en el de la compartición de estos entre los Estados miembros. Cabe
recordar que tras varios ejercicios en los que los avances en la reforma
institucional de la unión económica y monetaria han sido limitados, ahora
hace ya más de un año que la Comisión Europea tomó la iniciativa al
reabrir el debate con el documento de reflexión sobre la profundización
de la unión económica y monetaria. Este debate ha revelado visiones
divergentes sobre el papel que deben desempeñar los elementos de
responsabilidad nacional y de solidaridad entre Estados miembros en el
marco institucional del área del euro para dotarla de mayor estabilidad y
prosperidad.
En la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los países del euro de
junio de 2018, se alcanzaron -como probablemente conocen- algunos
acuerdos para avanzar en la reforma institucional y abordar varios retos
urgentes. Así, el Mecanismo Europeo de Estabilidad actuará como respaldo
financiero común del Fondo Único de Resolución y se reforzará su papel en
el diseño y la supervisión de los programas de asistencia, con una
posible revisión de sus instrumentos. Durante el último tramo de este año
el Eurogrupo debe trabajar en estas dos iniciativas de cara a su adopción
en la cumbre de diciembre. Además, el Eurogrupo deberá seguir debatiendo
sobre otros posibles elementos para completar la unión bancaria y, en
este sentido, los mensajes que querría trasladar son dos: en particular,
el primero es que sería deseable definir -esto es particularmente
relevante desde el punto de vista de la unión bancaria- una hoja de ruta
para la creación de un sistema de garantía de depósitos europeo que
además tenga el suficiente respaldo fiscal mutualizado. En los ámbitos
económico y fiscal es necesario también crear algún tipo de mecanismo
común de aseguramiento cíclico que permita reducir los costes de ajuste
de los países que experimenten perturbaciones asimétricas, pero también
contribuir a diseñar una política fiscal más adecuada a escala del área
del euro en su conjunto y así evitar que en casos de crisis severas la
política monetaria vuelva a ser la única herramienta disponible para
sostener la demanda agregada. En un futuro será también necesario seguir
avanzando en la Unión del Mercados de Capitales, que resulta esencial
para alcanzar una mayor integración de los mercados de capitales,
fortalecer la unión bancaria y potenciar los mecanismos privados para una
asignación eficiente de los recursos financieros y los riesgos asociados
a su inversión a escala del conjunto de la Unión Europea.
Permítanme que termine con algunas conclusiones. Las principales
conclusiones del informe, que fue, como saben sus señorías, elaborado en
la primera mitad de este año, siguen siendo fundamentalmente válidas,
pese a la mayor intensidad de la desaceleración que parece estar
mostrando tanto la economía mundial, europea como la española. En primer
lugar, la necesidad de aprovechar un crecimiento económico todavía por
encima del potencial para afrontar con prontitud y determinación el
necesario proceso de consolidación fiscal. En este sentido, tiene
particular relevancia, por sus implicaciones de largo plazo, garantizar
la sostenibilidad financiera del sistema público de pensiones y para ello
se hace
imprescindible un paquete integral de actuaciones que aborde las
repercusiones del envejecimiento poblacional sobre la economía.
En segundo lugar, las actuales condiciones cíclicas deben también
aprovecharse para intensificar la agenda de reformas estructurales y
evitar su reversión. En relación con el mercado laboral, se debería
reducir la temporalidad y la excesiva rotación contractual sin menoscabar
la creación de empleo, focalizar las políticas activas en aquellas
acciones que sean más efectivas de cara a aumentar la empleabilidad y
habilitar mecanismos que faciliten una mayor alineación entre las
condiciones salariales de cada empresa y su nivel de productividad.
Adicionalmente, resulta necesario complementar las reformas en los
mercados de factores con reformas en los mercados de bienes que fomenten
la competencia empresarial y la competitividad. El incremento de la
productividad de la economía exige asimismo mejorar el capital humano y
tecnológico.
En tercer lugar, en el ámbito financiero el sistema financiero español se
sigue enfrentando a algunos retos significativos. Entre estos destacan la
necesidad de que las entidades perseveren en la gestión activa de sus
activos deteriorados con el fin de que el sistema financiero pueda seguir
apoyando desde la provisión del crédito el crecimiento económico, la
recuperación de los niveles de rentabilidad sin incurrir en una
relajación indebida de los criterios de concesión de operaciones, la
necesidad de que las entidades de crédito refuercen sus niveles de
capitalización, con el fin de adaptarse a un marco regulatorio más
exigente; y, finalmente, abordar el reto competitivo derivado de la
emergencia de nuevas tecnologías, competidores y servicios en el ámbito
financiero. La materialización de algunos de los riesgos que se atisbaban
hace medio año sobre la economía no hace sino acentuar -desde mi punto de
vista- la relevancia de los retos de medio y largo plazo que se destacan
en el informe anual y la necesidad de encarar estos retos con prontitud y
suficiente determinación, según he tratado de enfatizar hoy.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Hernández de Cos.
A continuación, tienen la palabra los grupos parlamentarios de menor a
mayor.
En primer lugar, por el Grupo Parlamentario Mixto, tiene la palabra el
señor Bel.
El señor BEL ACCENSI: Muchas gracias, presidente.
Muchísimas gracias, señor gobernador del Banco de España. Quiero darle la
bienvenida y agradecerle esta comparecencia y su intervención, de la cual
compartimos una parte, discrepamos de otra pequeña parte y en todo caso
le vamos a pedir alguna aclaración o alguna ampliación.
Es verdad que hay un cierto decalaje desde que se presenta el informe
hasta que usted lo expone aquí en esta Comisión. No obstante, en la
primera parte, en la que hacía una descripción de la coyuntura reciente
en los diferentes ámbitos -mundial, europeo y español- coincidimos
esencialmente. Hemos visto que ha dejado caer otra vez que entre los
riesgos internos está la incertidumbre que se genera en Cataluña. Aquí
quisiera hacerle alguna matización. El mismo informe dedica también un
recuadro a este aspecto, el recuadro 1.1, donde, desde nuestra óptica, no
son suficientemente sinceros con las previsiones. Yo ya se lo dije al
anterior gobernador del Banco de España, creo que ustedes, desde su
institución, fueron extremadamente pesimistas respecto a las previsiones
que se evacuaron en aquel momento en relación con Cataluña. Estas
después, afortunadamente, no se cumplieron de acuerdo con lo establecido;
también es verdad que lo hicieron otros servicios de estudios, pero la
realidad desmintió las previsiones. Efectivamente, sí hubo alguna
afectación y negarlo obviamente no va a estar en nuestra intención, pero
yo creo que éstas han sido y fueron muy limitadas. En todo caso, en este
recuadro se hacía referencia -concretamente en el gráfico tercero- a la
incertidumbre en los mercados financieros; y también es verdad que se
establece que los indicadores en los mercados financieros mostraban una
cierta normalización de forma relativamente rápida. Esta mañana yo he
tenido la ocasión de preguntárselo a la ministra de Economía. Ha salido
una información -de la que no sé si el Banco de España tenía o no tenía
constancia- de que entidades públicas estatales retiraron depósitos por
una cifra muy elevada y se cuantificaba que de una sola entidad, en un
solo día, entidades públicas estatales habían retirado 2000 millones de
euros; y que en otra de las entidades las cantidades podían ser
superiores. Sobre esto quisiera saber si usted me puede confirmar si fue
cierto; y aunque no me lo pueda confirmar, en la hipótesis de que fuera
cierto, si comparte conmigo que efectivamente estos comportamientos
seguro que generan incertidumbre en los mercados financieros y causan una
situación cuya valoración política, como yo ya la he hecho esta mañana,
entiendo que no me corresponde hacerla esta tarde. Pero sí quisiera hacer
esta aclaración respecto a las previsiones que hizo el Banco de España en
relación con Cataluña y
que creo que mantienen. Yo creía que la situación en Cataluña se había
normalizado. Evidentemente, hay una situación de incertidumbre, hay un
Gobierno que de momento no ha podido aprobar presupuestos, pero es una
situación muy similar a la que existe en estos momentos en el conjunto
del Estado español y, por tanto, no veo mayor motivo de incertidumbre.
Desde nuestra óptica, se lo digo sinceramente, es importante que desde
diferentes instituciones, y cumpliendo obviamente cada uno su función, no
se dé altavoz a ciertas posiciones alarmistas al respecto.
En el segundo apartado, en el análisis de los cinco últimos años de la
economía española, parcialmente también coincidimos y no le voy a hacer
ninguna matización. En cuanto a los retos, sí nos gustaría una cierta
ampliación. Me ha parecido entender que en el ámbito de política fiscal
usted ponía énfasis -yo creo que de forma acertada- en cómo afrontar el
envejecimiento de la población a lo largo de los próximos años. Ha fijado
una cifra que me gustaría que confirmase en torno a la posible evolución
del sistema público de pensiones. Ha dicho que se estaba revirtiendo
-cosa que es cierta- una parte de las reformas de 2011 y 2013, y que en
caso de mantenerse esta cierta relajación en torno a las reformas, y he
querido entender que simplemente no haciendo ninguna actuación al
respecto, ustedes estimaban que habría un incremento del gasto público
del 3 % de aquí a 2050, una cantidad que nos ha parecido importante y que
será difícil de ajustar simplemente con medidas adicionales, a no ser que
obviamente optemos por un incremento importante de la presión fiscal. En
todo caso, quisiera que nos confirmase este dato y, si pudiera, ampliara
un poco esta estimación.
Otra cuestión que me gustaría también que pudiese desarrollar -dentro de
la limitación- es su observación en relación con la evolución del salario
mínimo interprofesional. Nos ha dicho que en la mayoría de casos un
incremento del salario mínimo tiene un cierto efecto negativo sobre el
empleo, aunque no nos lo ha cuantificado en relación con los dos últimos
incrementos que se han producido en el conjunto del Estado español, el 4
% en 2017 y el 8 % en 2019, pero como no se le escapa, se ha anunciado
por parte del Gobierno la intención de un incremento mayor del 20 % en un
ejercicio que todos podemos ver con cierta simpatía de entrada, pero
obviamente me gustaría que pudiese avanzarnos su opinión y no se si han
realizado algún tipo de estudio sobre el efecto que podría generar si
fuera este impacto negativo sobre el empleo que usted ha establecido. Por
tanto, también me gustaría una aclaración al respecto. Evidentemente, en
muchas de las comparecencias de esta Comisión se da una paradoja de que a
pesar de que vamos incrementando de forma muy superior al resto de los
países de nuestro entorno el PIB, contrasta con una situación de un
elevado nivel de desempleo. También nos ha presentado un gráfico que es
muy relevante en cuanto a la evolución de la productividad en el conjunto
del Estado español. Desde su óptica, me gustaría conocer qué medidas se
deberían tomar para intentar corregir la evolución de la productividad y,
más allá de este bajo nivel de productividad, cuál es el motivo de que
mantengamos unas elevadas tasas de paro a pesar de mantener durante más
de cinco años crecimientos en torno al 3 %.
En todo caso, le agradezco otra vez su comparecencia y sus reflexiones.
Muchísimas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Bel, y gracias también por atenerse
tan rigurosamente el tiempo que nos hemos marcado.
Pasamos la palabra al grupo de Esquerra Republicana, representado por el
señor Capdevila.
El señor CAPDEVILA I ESTEVE: Muchas gracias, señor presidente. Buenas
tardes.
Muchas gracias también señor Hernández de Cos por su presentación, siempre
interesante, del informe anual del Banco de España que, además, le ha
escrito otro. Quizás la primera pregunta es cómo se sienten de
identificados usted y el nuevo equipo que le da a usted apoyo, y
concernidos o vinculados con este estudio no solo en cuanto al
diagnóstico que, como irá viendo, no podemos más que coincidir con los
datos, sino en cuanto al tratamiento y pronóstico, si me permite usted la
terminología médica. Me solidarizo con su situación, y entiendo que quizá
el informe que venga usted a presentar -espero que con más prontitud- el
año que viene seguramente será más suyo.
También quiero pedirle perdón porque quizás se vea usted sometido a un
sesgo. La mayoría de los portavoces que representamos aquí a los grupos
parlamentarios ante la Comisión que estudia la crisis financiera y
bancaria, a lo largo de muchos días, de más de ochenta comparecencias,
hemos revisado, comprobado, lo que yo definiría en pocas palabras como la
nefasta gestión de nuestros gestores financieros y de sus supervisores.
Quería preguntarle sobre un aspecto en concreto, que es el de los bajos
tipos de interés que mantenía el Banco Central Europeo -si no estoy mal
informado, usted tenía esa óptica europea desde el punto de vista laboral
en ese tiempo- cuando aquí se inflaba la burbuja del crédito, ¿a qué
intereses servían: a los de la banca europea, al interés general, al
general de los habitantes
del centro de Europa o a los de la periferia? ¿Qué le consta a usted que
hizo el Banco de España en ese momento? ¿Qué debió haber hecho? Si usted
quiere se lo pregunto de otra forma: qué haría usted ante tal situación
si tal circunstancia, Dios no lo quiera, se repitiese.
Recientemente, se ha convalidado el Real Decreto-ley 14/2018, de 28
septiembre, por el que se modifica el texto refundido de la Ley de
Mercado de Valores. Con este decreto la CNMV pierde el control de
entrada, supongo que uno de los mecanismos preferidos; cualquier operador
financiero de la Unión Europea puede a partir de ahora serlo también de
España sin pedir permiso. ¿Supondrá esto que nos olvidaremos de
controlarlos? Y si así fuera, ¿los desmanes que hubiera no se podrían
achacar a este decreto que le citaba? Si por el contrario este decreto
sirviera para empezar a cambiar en España los hábitos de regulación y de
control, que en absoluto pueden ceñirse al control estricto de entrada,
el día que se aprobó esta convalidación habría sido un día para
celebrarlo. De hecho, aún es hora -no lo hemos encontrado ni en su
informe ni en palabras de sus antecesores- de que escuchemos alguna
autocrítica del Banco de España. Tampoco la hemos escuchado de los
reguladores ni de los partidos políticos que nombraban a los gestores de
unos y otros. Quizás el mismo hecho de que aprobásemos la trasposición
apurando el límite no hace sino alimentar nuestras dudas. Agradecería
algún comentario sobre cuáles son los mecanismos y cómo piensa
utilizarlos usted.
Dicho esto, quería comentar tres temas. Uno es la desaceleración
económica, sobre todo ahora que parece ser que los vientos de cola se
están agotando. La política monetaria laxa que se ha ido aplicando desde
el Banco Central Europeo, las amenazas de la política comercial de Trump
o el encarecimiento del precio del petróleo son los retos que realmente
van a poner a prueba la -entre comillas- robustez de la economía.
También nos parece relevante destacar el estado actual del mercado de
trabajo, que, tal y como muestra su informe, continúa con niveles de paro
muy elevados. Se fijan ustedes mucho en la cantidad. Quisiera saber qué
variables se introducen, porque mi insistencia recae sobre la calidad del
nuevo empleo que se crea y no solo sobre la cantidad, así como en el
impacto de las sucesivas reformas laborales que han llevado a una cada
vez mayor precarización del mercado laboral a base de valuar por la vía
de bajar sueldos. En este sentido, celebramos la publicación el pasado
mes de junio del informe publicado por ustedes, La desigualdad de la
renta, el consumo y la riqueza en España. Debido al elevado interés de
este informe del Banco de España, nos gustaría tener ocasión de
analizarlo y discutirlo en una próxima ocasión.
Respecto a Cataluña, tengo la mala suerte siempre de seguir a mi estimado
colega, el señor Bel. Hago mías todas sus preguntas y, si me permite, las
amplio. En este informe se dedica un apartado exclusivamente al impacto
económico de las tensiones políticas en Cataluña, cuestión por la que me
siento directamente interpelado. En ese sentido, quisiera poner encima de
la mesa para su conocimiento los últimos datos económicos publicados por
el Instituto de Estadística de Cataluña, que muestran cómo el PIB catalán
registró un crecimiento del 3,1 % interanual durante el segundo trimestre
de 2018, debido en gran parte al aumento de la demanda interna y en menor
medida a la contribución del saldo exterior. Este es un crecimiento de 4
décimas por encima de la media española y un punto porcentual por encima
de la media europea, que es del 2,1 %, como usted sabe. Es un dato a
tener en cuenta.
A nivel empresarial, hace escasamente pocos días que se publicó el número
de empresas con establecimientos en Cataluña, que se situó en 360 030 a 1
de enero de 2018, lo que significa 1,7 puntos más que el año pasado, y el
número de empresas con sede social asciende a 618 000, un 1,5 % superior
a los datos del año anterior. Y dado que la deuda pública es un problema
destacado de las economías actuales, celebramos que durante las últimas
semanas la agencia de rating Moody's mejorara la puntuación de Cataluña a
Ba 3 con perspectiva estable.
Respecto a las retiradas de fondos practicadas presuntamente por
administraciones públicas y empresas, este portavoz y su grupo han hecho
una pregunta parlamentaria que todavía no ha sido respondida. Por tanto,
solo en el terreno de la hipótesis, me gustaría preguntarle si en caso de
existir estas retiradas de fondos estaríamos en peligro de que se
produjeran fenómenos de corralito o de que se llegara a producir un
fenómeno de profecía autocumplida.
Quería preguntarle también sobre la concentración bancaria, sobre el
oligopolio bancario, la falta de competencia y cómo piensa usted combatir
contra posibles nuevas crisis si cada vez hay menos bancos y cada vez son
más too big to fail, mientras nos encontramos en el poco saludable
escenario de la poca diversificación del mercado de crédito.
A continuación, por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra el
señor De la Torre.
El señor DE LA TORRE DÍAZ: Muchas gracias, señor presidente. Muchas
gracias por su exposición, señor gobernador, y bienvenido a esta Comisión
de Economía del Congreso de los Diputados en su primera comparecencia.
En primer término y respecto a su discurso, quiero señalar que compartimos
en buena medida su análisis y sus conclusiones. Me gustaría empezar
agradeciéndole esta comparecencia y diciéndole que nos parece acertado su
nombramiento, al igual que el de la subgobernadora, nombramiento que hizo
el Gobierno a propuesta suya. En este sentido, me gustaría que nos dijera
si no le parece que aquellos cargos que tienen una elevadísima
responsabilidad y autonomía deberían contar con un marco formalizado más
claro para su elección desde el punto de vista de una elección
meritocrática. Ya le digo que compartimos tanto sus requisitos de
competencia, como ya dijimos en la comparecencia del anterior ministro de
Economía, como los de la subgobernadora, pero me gustaría que nos dijera
si no cree que esta cuestión debería estar más formalizada tanto respecto
al proceso de selección como desde el punto de vista del eventual apoyo
parlamentario necesario para el nombramiento de cargos de elavadísima
responsabilidad y que deben gozar de una autonomía especial. Me gustaría
saber si no valoraría positivamente que se pudiese tramitar en este
Congreso por fin la propuesta de ley de nombramientos, que sigue
paralizada después de muchos meses en la Comisión Constitucional de esta
Cámara.
Como los anteriores intervinientes se han referido a eventuales retiradas
de depósitos por parte del sector público en el marco de la crisis en
Cataluña, yo le querría pedir que nos ampliase un poco el foco de esta
cuestión desde la perspectiva del supervisor. Es decir, en primer
término, nos gustaría que nos dijera si es una cuestión puntual y
extrañísima que algunas entidades públicas retirasen depósitos o si hubo
una fuga masiva de depósitos de entidades radicadas en Cataluña hacia
entidades que tenían su sede en otro sitio. En segundo término, me
gustaría saber si también hubo por parte de particulares y empresas
traslado hacia sucursales situadas fuera de Cataluña y si no se tuvieron
que abrir cuentas espejo y si esto, por alguna extraña explicación,
podría deberse a un intento de golpe contra la democracia en el que
además decían que iban a salir del euro, porque el riesgo de
fragmentación financiera y el incumplimiento sistemático de las leyes
generan estos pequeños problemillas.
Dicho esto, me gustaría hacer algún comentario a sus análisis y a sus
conclusiones por la cuestión de que en 2017 se cumplieron los objetivos
de déficit -esto no lo ha dicho en su discurso, pero creo que es
importante- por primera vez en una década, gracias al acuerdo
presupuestario del Gobierno, entonces del Partido Popular, con nosotros.
De los últimos datos y de lo que pasó en 2017 quizás lo más preocupante,
en nuestra opinión, sea que todas las crisis económicas españolas a lo
largo de la historia han empezado por el sector exterior. Ha habido un
cierto superávit que se mantenía en el sector exterior, pero parece que,
según los datos que conocimos ayer del Instituto Nacional de Estadística,
disminuye el turismo, disminuyen las exportaciones por primera vez en
mucho tiempo y disminuyen también las importaciones, aunque menos que las
exportaciones. Quizás es que nos enfrentamos a un problema de
competitividad. Me ha parecido muy relevante el comentario que ha hecho
usted en su discurso y también que se le dedique un amplio espacio a la
cuestión de los márgenes empresariales y a la falta de competencia.
Complementando lo que usted dice, ¿no cree que es necesario mejorar la
supervisión de la competencia? Si todos los días tenemos noticias de
prensa sobre la anulación de sanciones de la CNMC, quizá este no sea un
sistema suficientemente disuasorio para los acuerdos colusorios.
Otra cuestión que echo en falta es qué es lo que está ocurriendo con los
costes energéticos en España y si este no es también un factor que puede
mermar la competitividad. Me refiero no solamente a la subida de los
precios del petróleo, con eventual apreciación del dólar -evidentemente
el petróleo es la única commodity que pagamos necesariamente en dólares-,
sino también a la cuestión de los costes de electricidad.
Otra cuestión que me parece relevante de cara a la política que está
siguiendo el Gobierno socialista es la de los costes sociales de las
empresas. Me gustaría preguntarle, en primer término, si usted cree, como
el presidente del Gobierno, que es de sentido común incrementar el
salario mínimo interprofesional un 22 % de un año para otro. ¿Cuál es la
estimación? Creo que tienen ustedes un informe en el Boletín Oficial del
Banco de España según el cual esto puede acabar con la destrucción de más
de 180 000
puestos de trabajo. A todo esto hay que añadir el efecto del incremento de
las cotizaciones sociales, tanto de los autónomos como de las bases
máximas de cotización de la Seguridad Social.
¿Usted, señor Hernández de Cos, sigue pensando, como en un paper suyo,
Estructura impositiva y capacidad recaudatoria en España, firmado junto
con David López-Rodríguez en el año 2014, que España tiene un coste por
cotizaciones sociales excesivamente elevado, como ya lo tenía entonces?
Me interesa saber si la idea es que esto disminuye la competitividad, si
el gap recaudatorio, en su opinión, sigue recayendo en los impuestos
indirectos y si no cree, por ejemplo, como experto fiscal -lo nombró el
señor Montoro en el comité de expertos-, que el incremento de los tipos
marginales excesivamente elevados en el IRPF distorsiona la asignación de
los recursos, incentiva el fraude fiscal y es contraproducente para el
empleo y apenas se obtiene recaudación. De cara a algunas de estas
cuestiones, me gustaría saber, desde el punto de vista laboral, qué más
podríamos hacer que no fuese contraproducente, como hace el actual
Gobierno, en cuanto a reformas laborales para disminuir la precariedad.
Pasando ya a cuestiones del sistema financiero, en primer lugar me
gustaría preguntarle sobre el futuro, porque, citando a Woody Allen, el
futuro nos interesa especialmente porque es el sitio donde vamos a pasar
el resto de nuestros días. A muy corto plazo, el 31 de diciembre, el
Banco Central Europeo, del que ustedes forman parte, dentro del
eurosistema, va a dejar de adquirir deuda de los Estados. Esto supondrá
necesariamente un endurecimiento de las condiciones financieras. Querría
preguntarle si en esta situación de riesgo político que usted ha descrito
en Italia, con una prima de riesgo ya muy alta, esto no puede dar lugar a
tensiones financieras muy elevadas, a un riesgo muy importante en Italia.
¿Tenemos ya cierto contagio en España? ¿Qué deberíamos hacer para evitar
este contagio? ¿Hasta qué punto todo esto puede afectar a la situación
fiscal?, porque, como usted decía, tenemos un nivel de deuda
excesivamente elevado.
Me gustaría resaltar -cito literalmente porque me parece muy acertado- uno
de sus análisis: Por tanto, resulta prioritario retomar el proceso de
consolidación fiscal -es decir, que el proceso de consolidación fiscal
con este Gobierno se ha parado; esta acotación es mía (risas)- que
permita la reducción progresiva de la ratio de deuda pública sobre el PIB
y del déficit estructural en línea con lo exigido por el marco de reglas
fiscales europeas y nacionales. La Comisión Europea ha expresado sus
dudas sobre que se cumpla con las reglas fiscales europeas respecto al
borrador de presupuestos, pero lo que está claro es que este borrador de
presupuestos no se atiene a las reglas fiscales nacionales, porque la
única vez que ha venido aquí un objetivo de déficit este año, el Congreso
-con el doble de votos en contra que a favor- ha aprobado un objetivo de
déficit del 1,3 %. Estoy de acuerdo con lo que usted dice de que el
proceso de consolidación fiscal es más intenso y mejor en una situación
como esta con el 1,3 % de déficit que con el 1,8 %, pero en cualquier
caso lo que es obligado es cumplir el objetivo de déficit aprobado por
esta Cámara, que es el 1,3 %. Yo estoy de acuerdo con que hay que hacer
lo que está exigido por las reglas fiscales nacionales.
Entrando puramente en temas financieros, me gustaría preguntarle cuál es
su opinión -un minuto, señor presidente- sobre los efectos que pueden
tener las sentencias que ya hemos conocido del Tribunal Supremo y la que
eventualmente conozcamos el próximo día 5 sobre la estabilidad
financiera, sobre la seguridad jurídica -me refiero al impuesto de actos
jurídicos documentados en las hipotecas- y sobre la solvencia de las
entidades de crédito.
Concluyendo ya, como también he sido portavoz en la Comisión de
investigación de la crisis financiera, me gustaría preguntarle, como
nuevo gobernador, qué cree que se pudo haber hecho mejor en la
supervisión del sistema financiero durante la crisis, cuándo vamos a
tener una idea más o menos transparente de qué es lo que pasó con el
Banco Popular y, por último, si cree que la Sareb sigue siendo una
preocupación y si sigue pensando, como el anterior gobernador, en el caso
de las fintech, que la misma actividad debe tener una misma regulación.
Nada más. Le agradezco su comparecencia y le reitero que estamos bastante
de acuerdo con sus conclusiones. Gracias también por su comprensión,
señor presidente.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor De la Torre.
A continuación, por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En
Comú Podem-En Marea, tiene la palabra el señor Montero.
El señor MONTERO SOLER: Muchas gracias, presidente. Desde ya apelo a su
generosidad en un día especial como el de Halloween. (Risas).
Señor gobernador, Hernández de Cos, le damos la bienvenida y la
enhorabuena. No hemos tenido la oportunidad de hacerlo y es una situación
un poco anómala, porque a usted le nombra el Partido Popular, pero ahora
el Gobierno es del Partido Socialista, y estoy deseando saber qué van a
hacer el Partido Popular y el Partido Socialista con sus intervenciones.
Sobre todo le deseamos mucha suerte y que venga mucho más a este Congreso
de lo que lo hacía el señor Linde, porque al menos con usted podremos
hablar de economía.
La intervención la voy a centrar en dos elementos fundamentales: el
primero, el informe y algunas cuestiones relevantes del mismo -sobre todo
porque la primera parte se queda bastante desfasada a estas alturas-, en
el que solo haré una referencia a algo sobre lo que usted ha insistido;
el segundo, que me parece relevante, el capítulo que se refiere a la
parte bancaria. Luego haré una referencia a cuestiones que quisiera que
usted me resolviera, habida cuenta de que están de plena actualidad y
afectan a la entidad que usted preside y gobierna.
Sobre el informe, usted ha insistido varias veces -de hecho, la primera
conclusión es sobre esto- en la importancia de la consolidación fiscal y
además la ha vinculado a Seguridad Social y a la cuestión demográfica. No
sé si es solo el problema de la cuestión demográfica y no sé si es su
ámbito de competencia, pero usted lo ha advertido. Lo que pasa es que el
marco conceptual en el que usted se mueve -nuestros marcos conceptuales,
nos conocemos, son distintos- no da muy buenos resultados, y pongo el
ejemplo de Italia, por la actualidad del momento y por la tensión que se
vive. En 2010 Italia presentó por primera vez un déficit primario neto de
casi 0,8 centésimas. Hasta 2017 mantuvo superávits primarios netos todos
los años. La resultante ha sido que su ratio de deuda pública sobre el
PIB ha pasado de 104 a 120, como consecuencia de que la consolidación
fiscal ha afectado al crecimiento, y eso ha tenido repercusiones que la
austeridad expansiva no explica, con sus derivadas políticas, y me parece
que compartimos la gravedad de las mismas. ¿Qué valoración le sigue
mereciendo esto?
Sobre los retos que recoge usted en el informe -porque el análisis lo
obvio-, hay algo fundamental, que es su complacencia con la unión
bancaria. Creo que hay carencias evidentes en la unión bancaria y que la
institución que usted preside tiene un papel fundamental en la defensa de
los intereses de España al respecto. La primera es la que tiene que ver
con el supervisor único, donde se han impuesto las posiciones de
Alemania, y que ha dejado fuera de la supervisión a casi el 15 % del
mayor sistema financiero de la eurozona, más de 400 entidades. ¿Hasta qué
punto ese supervisor único está bien diseñado, no para los intereses de
Alemania, sino para los intereses de la eurozona?
En segundo lugar, hay algo que se ha repetido aquí numerosas veces, que es
la utilización de supervisión a través de control de ratios y de control
de los modelos de gestión interna de los bancos frente a las
supervisiones in situ. Creo que el Popular y la gestión de su crisis
demuestra hasta qué punto la supervisión a través de la vigilancia de
ratios fue manifiestamente insuficiente a pesar de que había supervisores
del Banco de España dentro. ¿Qué nos puede aportar al respecto?
Hay una cuestión que me resulta muy llamativa, y es que en materia de
situación financiera ustedes tratan de ofrecer una imagen de normalidad,
cuando el contexto es de absoluta anormalidad en términos de política
monetaria ultralaxa a nivel europeo. En estos momentos la cartera del
programa de compra de activos asciende casi al 23 % del PIB del área
euro. Se han normalizado medidas extraordinarias, como la compra masiva
de activos, y el euribor lleva dos años marcando tipos negativos,
mientras que los mercados interbancarios siguen bastante estancados y
colapsados. Parece que esto empieza a revertirse y nos gustaría saber
cuál es la visión de su institución al respecto.
Hay otra cosa que es ya el colmo del desfase -que evidentemente no es
atribuible a su persona-, y es la valoración que hacen en las páginas 94
a 96 sobre la fortaleza del negocio bancario español frente al europeo,
resaltando que el negocio bancario español, al haberse abierto hacia
fuera de la eurozona, reviste rasgos de fortaleza que son mucho mejores
que los que reviste el tipo de negocio internacional de los sistemas
bancarios europeos. Me gustaría saber qué tiene que decir a eso después
de Turquía, de Argentina, de Brasil, con el impacto que tiene sobre la
filial del Santander y con el brexit detrás de la puerta. Son cosas a
futuro, que es donde se supone que vamos a vivir, que son relevantes.
Sobre el capítulo del sistema bancario, tengo que decir que hay carencias
que son no solo llamativas, sino abrumadoras. Hacen cualquier tipo de
ausencia a que el mercado está segmentado y concentrado de una forma
brutal. Cuatro entidades, más Bankinter, son las que utilizan modelos
internos de capital, modelos internos de control de riesgos, y el resto
está en otra dimensión, por decirlo de otra manera, juega en otra liga.
Eso hace que la regulación a nivel europeo tenga un impacto asimétrico
tanto en términos de la información que tienen que aportar a los
supervisores como en términos de los
propios requisitos exigidos a las entidades -hay diferencias entre
entidades pequeñas y medianas y grandes entidades- y la posibilidad que
tienen las grandes entidades de utilizar esos modelos internos de capital
para poder solventar situaciones que les pudieran ser dificultosas.
Además, la concentración tiene importantes repercusiones. El 70 % de los
activos se encuentran en manos de cinco grupos bancarios, y eso hace que
se haya cedido la supervisión sobre el 70 % de los activos de nuestro
sistema financiero, sin haber recibido a cambio la red de seguridad en la
unión bancaria que debería suponer el Fondo de Garantía de Depósitos
Europeo, es decir, que estamos en una situación de generosidad en nuestra
cesión de soberanía que no se corresponde con la evolución de la unión
bancaria a nivel europeo. Eso por no hablar de la exclusión financiera a
la que está dando lugar este modelo a nivel interno. Voy rápido, porque,
si no, el presidente se alterará. Me gustaría conocer su valoración sobre
ambas cuestiones, concentración bancaria y exclusión financiera y cesión
de soberanía para que la supervisión se quede al margen.
Otra cuestión es el énfasis que hacen ustedes en la reducción de activos
deteriorados y en lo bien que va la cosa y cómo la morosidad está
bajando. Ya, pero es que esto también ocurría en 2006. Los ratios de
morosidad en 2006 eran muy bajos. El problema no son los activos que se
encuentran en situación de deterioro -sobre esos el banco ya dice: es que
no me pagan la hipoteca-, los problemas se encuentran en las situaciones
en las que hay deterioros latentes y en cómo se contabilizan, cómo se
reflejan y cómo se provisionan esos deterioros latentes. Por lo tanto, me
gustaría saber si le parece suficiente la supervisión que hace el Banco
Central Europeo, desplazando a un ámbito marginal la supervisión in situ
frente a la supervisión por la vía de los ratios. Creo que eso sigue
siendo de su incumbencia.
Paso a las cuestiones de actualidad. El pasado 15 de octubre la
subgobernadora del Banco de España tuvo una reunión ante la Dirección
General de Supervisión, de la cual se producen unas filtraciones que yo
lamento y condeno, pero que no dejan de tener un contenido. El contenido
esencial son dos frases que me resultan muy llamativas. La primera: Se
acabó lo de defender a la banca española, tenemos que ser justos. El
anterior gobernador del Banco de España envió aquí una carta diciendo que
no se había producido bajo ningún concepto una captura del supervisor.
¿Está usted de acuerdo con estas declaraciones que apuntan a una captura
del supervisor? Ya sé lo que me va a decir, pero se lo tengo que
preguntar. La segunda frase es también muy significativa: Ya decidiré por
qué entidades me parto la cara en Frankfurt, pero por muchas no me voy a
partir la cara. ¡Mamma mia!
Voy terminando, señor presidente. No sea tan riguroso, que está usted
estrenándose en el cargo. (Risas).
El señor PRESIDENTE: Por eso.
El señor MONTERO SOLER: De colega a colega, por favor, déjeme terminar.
Segundo, ¿qué criterios se siguen para decidir por qué entidades se parten
la cara y por cuáles no? ¿Es una decisión colegiada o una decisión de la
subgobernadora? ¿Hay un trato de privilegio para determinadas entidades o
no hay un trato de privilegio para determinadas entidades? Por cierto,
esto implica algo. ¿Hace falta defender a las entidades ante el MUS o el
MUS actúa defendiendo la estabilidad financiera y bancaria de la zona?
Por último, han nombrado -con esto termino, presidente, de verdad- a la
subgobernadora y a la directora general de Intervención, la señora
Mercedes Olano. La subgobernadora, que venía de la dirección del
departamento de cajas de ahorros -mal sitio del que venir con la crisis
que hemos pasado-, y además tenía responsabilidades en el Popular durante
la ampliación de capitales en 2012, que el gobernador Linde dijo que
quizá el Banco Popular tendría que haber sido intervenido en 2012. La
señora Olano, que era directora del departamento 4 de Inspección -que era
el que estaba relacionado con el blanqueo, con la posibilidad de que se
hubiera producido blanqueo de capitales en la venta de la torre Cepsa-, y
sorprendentemente la fiscalía no encontró indicios de delito después de
que un año antes se le hubiera transmitido el informe de los inspectores
a la propia Bankia. ¿No le parece a usted -y con esto termino- que lo
ocurrido en estos nombramientos es que se ha blindado a la anterior
cúpula de supervisión para que no sepamos al final qué ocurrió realmente
durante esos años?
Muchísimas gracias, presidente.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Montero. Y también gracias por el
esfuerzo, no se ha conseguido el objetivo, pero hay que intentarlo.
(Risas).
Paso ahora la palabra al Grupo Parlamentario Socialista, a su portavoz, el
señor Palacín.
Bienvenido, señor Hernández de Cos. Viene usted a presentar un informe -el
del año 2017- en el que usted no era el responsable máximo de la
institución, pero sí formaba parte como director general de Economía y
Estadística, o sea que conocido y seguro que ha tenido que ver en su
redacción. En mi intervención me centraré primero en el propio documento,
y posteriormente -dado que ha quedado desfasado a su intervención hoy- en
alguna nota más sobre temas de actualidad.
Habiendo revisado el informe consideramos que hay un par de lagunas
evidentes, una que se solventó y otra que creemos que se debería
solventar. La primera laguna hace referencia a la ausencia del capítulo
sobre desigualdad que se anunció en su día y que finalmente no vino.
Podemos saber por qué no vino, pero es verdad que por las presiones
externas se acabó de presentar el pasado mes de mayo. Este informe
analiza conjuntamente la evolución de desigualdad de los salarios, renta,
consumo y riqueza, tanto a nivel individual como de los hogares, desde el
inicio de la crisis hasta 2014. El periodo elegido, quedándose en 2014,
ya ha sido criticado y es verdad que se nos ha dado alguna justificación
al respecto. No obstante en el recuadro dos del documento proporcionan
también información hasta el año 2016, cosa que es de valorar. El informe
viene a corroborar que la desigualdad entre ingresos salariales, renta
per cápita y riqueza en España es una de las mayores de Europa -cosa que
el Partido Socialista y este grupo ha denunciado en más de una ocasión-.
No voy a comentar datos del índice de Gini, pero es verdad que podemos
decir que el informe determina que el 10 % de la población con mayor
riqueza acumulaba el 44 % de la riqueza al inicio de la crisis, y ahora
acumulan más del 50 %, el 53 %.
El Banco de España también deja patente la poca capacidad del sistema
fiscal español a la hora de reducir la desigualdad, y demuestra cómo
otros países europeos con un sistema fiscal más progresivo reducen el
nivel de desigualdad relativa cuando se considera la renta per cápita.
Por eso entendemos que ante una situación de desigualdad evidente, que ha
llevado también al Banco de España a realizar un informe ad hoc, podría
ser necesario reformar el sistema fiscal o alguna de las figuras fiscales
para introducir mayor proporcionalidad y dotar de mayor capacidad de
redistribución. Queríamos saber si comparte también usted esta visión. Es
verdad que este informe acaba con un cierto optimismo. Cito literal: La
evolución de la desigualdad durante las fases iniciales de la actual
recuperación económica revela que la caída del paro ha permitido una
reducción de la desigualdad de las rentas salariales, y demás. Pero los
datos de Eurostat siguen diciendo que mientras que en Europa ha habido
una tendencia de reducción de la desigualdad en España se ha visto
incrementada en 2,8 puntos porcentuales en el periodo 2008-2017. Es
verdad que en su exposición ha hablado de desigualdad brevemente y la ha
ligado a que el método para reducirla pasa básicamente por la creación de
empleo. Comparto lo que ha dicho -me parece- el portavoz de Esquerra, que
también es importante su calidad, porque en el antiguo Egipto no había
paro, pero las condiciones laborales eran también las que eran. (Risas).
Lo que sí aparece en su informe es la evolución de la tasa de ahorro de
las familias, usted lo ha comentado. En los últimos años se ha ido
reduciendo progresivamente la tasa de ahorro de las familias. Es verdad
que ha dicho que hay poco margen de reducción, porque estamos ya cercanos
al mínimo. Queríamos saber si considera usted que esta poca renta
disponible ante una posible subida de tipos de interés, que conllevará
unos mayores costes financieros a las familias, podrá tener un espejo en
la evolución de la morosidad de las entidades financieras.
La segunda laguna que hemos detectado y que para nosotros es
incomprensible es cómo un evento de tal magnitud como la resolución del
Banco Popular únicamente tenga cuatro reseñas en el propio informe. Ha
habido solo un comunicado por parte del Banco de España, pero creemos que
ha sido una resolución de tal envergadura que tendríamos que disponer de
la opinión del propio regulador. Queríamos saber si puede explicar la
ausencia de este informe. También le queríamos preguntar si cree que se
debería instalar un mecanismo de transparencia para que la JUR esté
obligada a informar a los países donde se resuelve alguna entidad, porque
-ya lo han citado otros portavoces- por la Comisión de investigación ha
pasado la representante máxima de la JUR, no nos hemos enterado porque no
nos ha comentado nada, y creo que lo mínimo sería mejorar los criterios
de transparencia y de información a los países afectados.
Sobre la concentración bancaria no ha entrado, es cierto que se ha
comentado que la reestructuración del sector ha llevado a que haya menos
entidades y que las cinco grandes controlen más del 70 % del mercado.
Pese a este reestructuración y pese a la regulación implementada, en su
informe insisten en que aún no se han despejado todas las dudas del
sector ante el nuevo marco regulatorio y competitivo.
Queríamos saber si además de la adaptación de la nueva normativa es
necesaria la implementación de alguna medida más.
También queríamos saber si han calculado el impacto que podría tener en
las entidades financieras de nuestro país lo que ocurra el próximo día 5
de noviembre en el Tribunal Supremo, y cómo afectaría a los ratios de
capital, porque es una de las gráficas más ilustrativas que nos ha dejado
hoy en esta exposición.
Queríamos saber también si esta concentración bancaria puede tener algún
efecto para los consumidores, desde su punto de vista. Y un tema del que
no ha hablado, pero sí se hace una breve referencia en el propio informe,
es sobre la exclusión financiera. La reestructuración ha conllevado el
cierre de más de 17 000 oficinas en nuestro país, esto ha llevado a que
el porcentaje de población excluida, sin acceso a un servicio bancario en
su municipio haya subido del 2 al 2,5 %, y que el número de municipios de
este país sin oficina bancaria haya subido del 44 al 50 %. Queríamos
saber si desde el Banco de España están valorando alguna medida o han
hablando con el sector de alguna buena práctica para reducir esta
exclusión financiera, que además normalmente son personas que no pueden
subirse a la digitalización por motivos obvios.
Me centro ahora en la desintermediación bancaria. En su informe concluyen
que la banca está perdiendo peso en la financiación sobre todo
empresarial y que es una tendencia creciente, en otros países
anglosajones es algo evidente. Queríamos conocer desde su punto de vista
cómo puede afectar esto al crecimiento de la cartera crediticia -hablando
de mejorar la rentabilidad también de las entidades financieras, entran
nuevos competidores, este era un país muy bancarizado, y ahora parece que
las tendencias son crecientes hacia otro tipo de financiación-. Y
queremos saber cómo puede afectar esto a la rentabilidad de los bancos de
nuestro país. Queríamos conocer cómo cree que debe regularse la entrada
de nuevos competidores, denominados fintech, para garantizar la mayor
seguridad para los consumidores o usuarios de este tipo de productos.
El apartado sobre la evolución de los márgenes empresariales a lo largo de
la crisis y en esta fase de recuperación es amplio, y queda patente que
mientras la masa salarial ha estado limitada, los márgenes empresariales
han crecido. Ligando esto con las necesidades que tendrá el sistema de
pensiones de un 3 % más sobre el PIB en 2050, y también con la
observación que ha hecho el portavoz de Ciudadanos en cuanto a las
cotizaciones sociales, yo no sé si este comportamiento justifica también
las medidas impulsadas en el plan presupuestario por el Gobierno del
Partido Socialista. Lo que sí que queda patente en su informe es que las
ganancias de competitividad frente al euro han sido basadas por el ajuste
de los salarios y no tanto por los mayores márgenes empresariales.
Aquí sí quiero entrar en la valoración que ha hecho del salario mínimo
interprofesional. Ya lo comentó el presidente de la AIReF en una
comparecencia la semana pasada, sí es verdad que la valoración que hace
el Banco de España tiene una desviación muy superior a otras que están
más en la media, pues, tanto la previsión que hace la AIReF como la
previsión que ha hecho el señor Dolado, establecen que es un 0,2 % sobre
el empleo -y ya voy concluyendo-, mientras que ustedes se van a un 0,8 %.
Queríamos saber el porqué de esa diferencia.
Y en cuanto a las conclusiones ha nombrado tres puntos: la necesidad de
aprovechar el crecimiento por encima del potencial para mejorar la
consolidación fiscal -que yo creo que es la expresión que más ha repetido
en su comparecencia, y nosotros lo compartimos-, aprovechar las
condiciones cíclicas para introducir reformas de calado en el sistema
productivo de nuestro país, cosa que también compartimos, y mejorar el
capital humano y el capital tecnológico. Eso va en línea con el plan
presupuestario que ha enviado el Gobierno del Partido Socialista a
Bruselas, y queríamos que nos hiciera una valoración, si usted cree que
esas dos primeras conclusiones van en línea con lo que usted ha expresado
aquí. Y en cuanto a la banca quisiera saber si cree que la venta masiva
de carteras crediticias dudosas va a ser la tónica habitual para ir
reduciendo el porcentaje de dudosos en cartera, o si se está
implementando algún otro tipo de medidas para sanear las carteras
crediticias.
Nada más y muchas gracias, señor presidente.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Palacín.
Para terminar este turno de portavoces, por el Grupo Parlamentario
Popular, tiene la palabra el señor Ruano.
El señor RUANO GARCÍA: Buenas tardes y muchas gracias, señor presidente.
Bienvenido, señor Hernández de Cos. Le felicito por la exposición, aunque
coincido con los anteriores comparecientes en que por desgracia el
contexto económico actual -al hacernos referencia al año 2017-
hoy es distinto. Le diré que, como ponente de un proyecto de ley que se
está tramitando ahora en el Congreso sobre la distribución de seguros y
reaseguros privados, he tenido la oportunidad de interactuar con
asociaciones, con agentes, etcétera, y es cierto que existe una cierta
preocupación generalizada por la situación económica actual, un ambiente
de pesimismo. Como ejemplo yo creo que tenemos lo que ocurrió ayer en
Valencia, en el Congreso Nacional de la Empresa Familiar, con el
presidente Sánchez, quien tuvo que salir por la puerta de atrás huyendo
un poco del sector empresarial, pues en ese foro se reconocía lo que se
ha dicho aquí, que la economía está peor que en el año 2008, que se
solicitaba por favor que no se adoptasen medidas cortoplacistas para
garantizar la gobernabilidad, y se alertaba sobre la necesidad de tomar
medidas por el elevado endeudamiento público y por el desempleo para
afrontar una futura recesión, ya que el cambio de ciclo es una cosa que
nadie va a poder evitar a corto o medio plazo, y no querían que nos
encontráramos en una situación sin los deberes hechos.
Efectivamente, señor gobernador, yo creo que esta preocupación que se
mostró ayer en la empresa familiar es generalizada, la gente vuelve a
sentir esa preocupación por la situación económica, y es que la
incertidumbre y los vaivenes del Gobierno socialista están provocando un
cierto desasosiego no solamente en los sectores empresariales de nuestro
país, sino también en las personas de a pie, y es una realidad, como se
ha puesto aquí muy bien de manifiesto, que nuestra economía empieza a
sentir una cierta desaceleración que ya nadie niega, y que la
incertidumbre está teniendo una serie de decisiones en la inversión de
las empresas, que es cierto que se están posponiendo. Y es que ya todo
mundo se da cuenta de los desmanes del Gobierno actual, con una voluntad
reiterada y obstinada en el incumplimiento del déficit. Esta imagen que
está dando de falta de respeto a los acuerdos con la Unión Europea
amenaza en subidas fiscales con fines populistas y cortoplacistas -como
se puso de manifiesto ayer-, con la amenaza de mantener reformas
económicas a las que usted ha hecho referencia también, que están
consolidadas y que nos permitieron salir de la crisis, pero el mayor
elemento que contribuye a la desaceleración consideramos que es
precisamente la falta de confianza que se está generando, y es que
siempre en los Gobiernos del Partido Socialista, y ahora aún peor, porque
están apoyados por el partido de la izquierda comunista de Podemos, hay
tres factores: la generación de desconfianza, el déficit público
descontrolado al que nos van a abocar seguro, y el aumento del desempleo.
Y le digo esto, señor gobernador, porque no quiero que pase la
oportunidad de hacerle a usted algunas preguntas sobre la situación
actual, con independencia de que nos gustaría que en los próximos días o
en el futuro compareciese aquí de nuevo para darnos su opinión sobre el
plan presupuestario que recientemente se ha hecho público por parte del
Gobierno socialista, y que para nosotros desde luego supone un atentado
contra el crecimiento económico, contra la estabilidad y contra la
creación de empleo.
Quiero aprovechar este momento coyuntural para pedir públicamente que la
ministra de Economía aclare si es cierto -por la comparecencia a la que
se ha hecho referencia de la AIReF- que el Gobierno engañó por carta a
Bruselas, a la Comisión Europea sobre un aval inexistente de la Autoridad
Independiente de Responsabilidad Fiscal al plan presupuestario al que
hacemos referencia, y que aclarare si se suministró información errónea a
este organismo para conseguir un informe favorable respecto a este plan
presupuestario. Espero que la ministra dé explicaciones convincentes
sobre este asunto, porque en caso contrario tendremos que pedir su
reprobación en el Congreso o en el Senado.
Centrándonos ya en su comparecencia, señor gobernador, como le decía, es
evidente que en relación con el informe de 2017 se ha producido un cambio
en el marco económico muy importante, y que todos los datos positivos que
se recogen respecto a la situación económica de 2017 hoy han cambiado
sustancialmente. En el informe anual se reconocen una serie de
circunstancias, como que se fueron recogiendo los desequilibrios de la
economía española en términos de mejora de la competitividad exterior con
un tirón muy importante de las exportaciones, la disminución del
endeudamiento en los agentes privados, y ciertos avances en la posición
deudora de España respecto del resto del mundo. Pero la realidad es que
el contexto económico ha cambiado; el precio del petróleo, las
expectativas de inflación, de brexit, la situación de Italia, que desafía
a las autoridades europeas en materia económica -esperemos que esto no
ocurra aquí en España-, y la retirada de los estímulos monetarios a los
que se ha hecho referencia a corto plazo sitúan a España actualmente en
una situación de mayor vulnerabilidad. En su informe se alerta sobre esta
situación ante las perturbaciones externas que podrían ocurrir y estas
han llegado. Además la palanca del estímulo monetario también está
desapareciendo. Aquí es donde me gustaría hacerle una primera pregunta,
señor gobernador, si cree usted que el plan presupuestario presentado
recientemente por el Gobierno socialista y acordado con Podemos es la
mejor receta para esta situación: subida de impuestos, incremento de
gastos, incertidumbre en el cumplimiento de nuestros
compromisos con la Unión Europea, y vaivenes en materia económica no
parecen a priori las mejores medidas en la situación actual.
Hay otro asunto sobre el que me gustaría preguntarle. En el informe se ha
referido a la notable fortaleza de la creación de empleo que se veía
reforzada por la moderación salarial, y por un mayor grado de
flexibilidad en el uso del factor trabajo. Se hace referencia
evidentemente en 2017 a esta situación, y hasta esta afirmación me
gustaría que profundizara usted, si es posible -como ya han dicho otros
comparecientes-, sobre el tema del salario mínimo interprofesional,
porque es verdad que el Gobierno insiste reiteradamente en que se va a
acabar con la precariedad salarial cuando muchos piensan que una subida
tan rápida y elevada, y además sin consenso con los agentes sociales,
puede tener justamente un efecto contrario, y además con las personas que
sufren una mayor vulnerabilidad, como pueden ser los jóvenes o los
colectivos de mayor edad; nosotros entendemos que se podría producir
justo el efecto contrario. Tuvimos la oportunidad de escuchar
recientemente -como ha dicho el portavoz socialista- al señor Escrivá, de
la AIReF, quien valoró el impacto negativo en el empleo, pero nos
gustaría también escuchar su opinión -y coincido con lo anteriormente
dicho- y que nos dijera si hay algún estudio para cuantificar el impacto
real en el empleo. Es verdad que hay un estudio sobre esos 180 000
parados, pero yo creo que era respecto a las subidas anteriores. Esta
subida es todavía superior y me gustaría conocer si ustedes han medido
este impacto.
Otro aspecto relevante que se recoge en el informe, desde la perspectiva
del Grupo Popular, es la afirmación -sobre la que usted también ha hecho
referencia- de que las reformas -usted insistía- deben realizarse en
momentos de expansión, ya que pueden hacer frente mejor a la resistencia
en los costes de ajuste que estas conllevan. Asimismo con tipos de
interés cercanos al cero el impacto positivo de las reformas
estructurales realizadas podría tener un efecto multiplicador. Si pudiera
usted concretarlo o priorizar me gustaría saber a qué reformas se refiere
o qué reformas piensa que deberían ser las prioritarias, o qué reformas
se deberían de mantener o ahondar en el contexto actual.
En su informe también destaca que la evolución de la inversión empresarial
vendrá avalada por la existencia de algunos soportes, pero la realidad es
que en el contexto actual estos soportes o muchos de ellos han
desaparecido, se ha ralentizado el crecimiento de la economía, el
mantenimiento de unas condiciones financieras favorables, las ganancias
de competitividad acumuladas en los años anteriores, y los mercados
exteriores dinamizados también están parando. Ahora hay incertidumbre,
hay desaceleración económica por las causas ya apuntadas y por otras de
ámbito nacional, a las que usted también ha hecho referencia, como la
incertidumbre de Cataluña, y yo añadiría también la fragmentación
parlamentaria.
Además nos encontramos con que en el plan presupuestario de Podemos y del
Gobierno se produce un hachazo fiscal a las empresas y agentes económicos
en general, y nos gustaría saber cómo cree que van a afectar estas
medidas fiscales al empleo y a la inversión de las empresas. La subida
del impuesto sobre sociedades, el de la renta, que además castiga a las
rentas del ahorro, la subida de las cotizaciones a la Seguridad Social,
la subida del diésel que va a afectar a diecisiete millones de
propietarios de vehículos, a miles de familias y a más de doscientos mil
autónomos, a los que el Gobierno ha olvidado y que también se dedican a
hacer actividades importantes, como los repartidores, los agentes de
seguros, etcétera, ¿piensa que este tipo de medidas de subida de
impuestos y de rechazos al sector empresarial va a beneficiar a la
inversión y a la creación de empleo?
Como le decíamos, señor Hernández de Cos, estamos preocupados porque el
Ejecutivo además aprueba una senda de déficit que no se ajusta
formalmente a la autorizada por Bruselas, y que fue ampliamente rechazada
por el Congreso de los Diputados; se quedaron con 88 votos a favor, 86
abstenciones, 173 votos en contra, ni siquiera han podido llegar al
Senado, ya que sus socios, los socios de Sánchez, le dejaron solo en esta
votación que en esencia va a retrasar un año el ajuste presupuestario y
va a ralentizar la reducción de deuda.
Siendo grave que el Gobierno incumpla la obligación legal de traer a las
Cámaras la senda del déficit, más grave es que haya utilizado la senda
rechazada por la mayoría parlamentaria en el Congreso como base para el
plan presupuestario que se ha pensado, y que pedimos que por favor
valore; y es que el Gobierno está claramente incumpliendo la Ley de
Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, y esto nos
preocupa. El Partido Socialista ha mentido a los socios europeos y a
todos los españoles enviando -como también ha dicho el portavoz de
Ciudadanos- un plan presupuestario que no se ajusta al déficit aprobado,
con lo cual entendemos que esto puede causarnos problemas. Ya les anuncio
que hemos registrado hoy mismo una solicitud de comparecencia también de
la ministra en esta Comisión,
para que nos aclare todo este lío. A nuestro grupo nos gustaría, como le
he dicho, que nos diese también su opinión sobre esta situación.
Señor gobernador -y ya termino, presidente-, me gustaría también que
valorase el tema de la posible sentencia condenatoria, en relación con el
nuevo impuesto de transacciones financieras y el impuesto a la banca que
se está valorando; cómo podría afectar esto al sistema financiero, y si
hay alguna valoración sobre el tema de las hipotecas, ya que he leído en
algún medio que podría subir, si es con efectos retroactivos, a 30 000
millones de euros, lo cual no sé si ante una situación así tendríamos que
enfrentarnos a una nueva recapitalización del sector financiero.
Por último, presidente, creo que es muy importante decirle que nuestro
grupo le quiere ofrecer la colaboración para cualquier medida que
entienda -creo que todos estamos de acuerdo en esto- necesaria para
fortalecer el papel del Banco de España en su tarea de promover el buen
funcionamiento y la estabilidad de sistema financiero, ya que la
experiencia anterior de la crisis -como todos hemos puesto de manifiesto-
sin duda requiere que tengamos un Banco de España que sea lo más fuerte
posible, con mayores competencias, que le permitan un mayor grado de
intervención y lo más ágil posible ante situaciones que se puedan repetir
en el futuro. Por supuesto le ofrezco la colaboración de este grupo para
cualquier medida que estime oportuno llevar a cabo.
Termino ya, pero antes quiero reiterarle mi agradecimiento por su
comparecencia.
Muchas gracias. (Aplausos).
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ruano.
A continuación, tiene la palabra para responder a las cuestiones
planteadas y para lo que tenga a bien entender, el señor Hernández de
Cos.
El señor GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA (Hernández de Cos): Muchas
gracias, presidente.
Muchas gracias también a sus señorías por los comentarios recibidos y
también por las preguntas. Voy a tratar de responder de la manera más
ordenada posible a la mayoría de ellas.
Yo creo que algunas de las preguntas han sido reiteradas, y voy a comenzar
con las preguntas del señor Bel. La primera era relativa a cómo el Banco
de España ha informado sobre los posibles efectos económicos de las
tensiones políticas en Cataluña. Quizá antes debería hacer una
introducción, porque yo creo que también ha estado, al menos implícito,
en varias intervenciones. Este informe anual es verdad que se hizo bajo
el mandato de otro gobernador, pero yo en ese momento era el director
general de Economía, que es la dirección general encargada de su
elaboración. Entonces me siento totalmente identificado; no me ha
resultado nada difícil venir aquí hoy a contar y a defender este informe.
En relación con esta cuestión creo que todos coincidimos en que el
análisis económico, que además se ha desarrollado mucho en la última
década, enfatiza que la tensión política genera efectos económicos
negativos, sea esta cualquiera que sea. En otoño del año pasado el Banco
de España, enfrentado a una situación yo diría que sin precedentes en los
últimos años de este país, empezó a percibir un deterioro de
prácticamente todos los indicadores que pretenden aproximar precisamente
este tipo de tensiones, que son desde mercados financieros hasta de
confianza, porque evidentemente lo que nosotros los economistas llamamos
el hard data, los datos ya reales, tardan y siempre hay un lag en los
cuales hasta que se empiezan a visualizar.
En ese contexto, como por cierto han hecho otros bancos centrales, como
por ejemplo el Reino Unido en relación con el fenómeno del brexit, el
banco pensó que era importante -y yo lo sigo pensando a día de hoy-
alertar sobre cuáles podrían ser las consecuencias de un fenómeno de
tensión política que pudiera ser de carácter más o menos persistente. En
ese caso publicamos en el informe de estabilidad financiera
correspondiente al mes de noviembre un recuadro en el que evidentemente,
todavía sobre la base de unos indicadores de tensión que habían aumentado
de una forma muy perceptible, y sobre la base de algunos análisis
empíricos que tenemos sobre las relaciones entre esos indicadores y el
crecimiento económico, hicimos dos simulaciones. Básicamente asumíamos
que eran supuestos sobre los que trabajábamos; el primero de ellos, vamos
a llamarle benigno, en el que esas tensiones políticas aumentaban, como
de hecho habían aumentado, pero que se revertían inmediatamente a
principios del primer trimestre del año siguiente, es decir, del año
corriente, del año 2018; y un segundo escenario en el que básicamente
aumentábamos la magnitud de la tensión, del incremento de la tensión de
los indicadores, y además lo hacíamos mucho más persistente. Sobre la
base de la evidencia empírica que teníamos tratábamos de ilustrar los
riesgos asociados a esos dos escenarios. El primero era un escenario en
el que efectivamente había un deterioro económico, pero relativamente
reducido; y el segundo era -como no cabía esperar otra cosa- un episodio
verdaderamente muy negativo para la economía española, y por supuesto para
la economía de la Comunidad Autónoma de Cataluña.
En diciembre el Banco de España se sitúa en posición de actualizar sus
previsiones macroeconómicas, y en ese momento ya teníamos, no mucha, pero
alguna información sobre lo que he llamado antes hard data, o sea
información ya sobre afiliados de algún mes y no solamente sobre
indicadores de confianza. El Banco de España en ese momento, dado lo que
estaba observando y dado cómo se estaban comportando los indicadores de
tensión, básicamente se llevó al escenario central de crecimiento el más
benigno de todos ellos; es decir, uno en el que se había producido un
repunte, pero que ese repunte se reducía posteriormente. A día de hoy,
¿qué podemos decir? Evidentemente que estamos mucho más cercanos del
primero que del segundo, porque de hecho todos los indicadores de
tensión, como ha dicho usted mismo, se han ido progresivamente
corrigiendo de una manera significativa, y algunos de una manera bastante
rápida a partir de diciembre/enero. Por lo tanto, evidentemente, el
efecto macroeconómico ha sido reducido.
Ahora bien, ¿ha sido nulo? Es verdad que, desde un punto de vista purista
de análisis económico, es muy difícil identificar qué está detrás de los
acontecimientos económicos. Pero nosotros -y eso es lo que hemos
publicado en distintos momentos en el tiempo, también en el informe anual
publicado en junio- lo que hacemos es una descripción de los distintos
indicadores macroeconómicos de Cataluña y nuestra percepción -es verdad
que desgraciadamente no tenemos datos trimestrales por comunidades
autónomas que sean compatibles con el dato trimestral nacional, esto es
un gap estadístico que tenemos en este momento-, mirando el conjunto de
los indicadores, la conclusión a la que llegamos es que la economía
catalana estaba creciendo de una manera significativamente mayor que la
media española antes del tercer trimestre del año pasado y ha pasado a
crecer en el nivel o incluso por debajo en algunos de estos indicadores
con posterioridad. La causalidad. Yo ahí me paro, pero creo que es
inevitable pensar que alguna relación pueda tener con ese deterioro o con
esa tensión económica. Pero esto es el pasado. De cara al futuro me
parece que seguir alertando sobre que lo que sucedió en octubre en
términos de incremento de la tensión política no es bueno para la
economía. Creo que lo debemos compartir todos y por supuesto me parece
que debería compartirlo esta Cámara. Y no hay ningún tipo de
interpretación política sobre esto, creo que es un hecho económico en el
que todos, me parece, estamos de acuerdo.
La segunda pregunta -también la han formulado en otros comentarios otros
comparecientes- tiene que ver con el tema de las pensiones. El Banco de
España ha sido muy explícito sobre la valoración tanto de la reforma del
año 2012 como la del año 2013 y ha ido publicando regularmente distintos
informes. Yo he tratado de ir resumiendo cuál es el análisis, de una
manera probablemente muy crítica en mi primera intervención. Le puedo
explicar nuestro análisis de una manera incluso más sencilla y es que las
reformas de 2011 y 2013 lograban compensar hacia futuro -abro paréntesis-
sobre la base de escenarios macroeconómico y demográficos relativamente
favorables, llenos de incertidumbre -porque si hacer proyecciones
macroeconómicas a dos años ya es difícil, a cincuenta saben ustedes
perfectamente lo que representa-, pero cuidado con enfatizar la
incertidumbre. La incertidumbre va en las dos direcciones. También puede
ser peor, sobre todo el contexto demográfico. Es verdad que podemos
recibir más inmigrantes. También podemos vivir más, ¡ojalá obtengamos una
esperanza de vida mayor! De hecho, la incertidumbre sobre las tasas de
dependencia es mucho menor que sobre la evolución de la población. Y de
que la población española, en términos de estructura demográfica, va a
duplicar su tasa de dependencia podemos estar bastante seguros. Esta es
la variable clave sobre la que pivota todo el análisis relacionado con el
análisis de sostenibilidad a largo plazo del sistema de pensiones.
En la valoración que todavía hacemos es que la reforma de 2011 y la de
2013 lograban compensar -vía reducción de la pensión media en relación
con la productividad media, que no entro a valorar; estoy tratando de ser
lo más descriptivo posible- el incremento generado por la tasa de
dependencia y la presión que genera sobre el gasto en pensiones. Estamos
en una situación en la que entiendo que esto no está cerrado. El Pacto de
Toledo se está debatiendo todavía y se han anunciado algunas medidas: el
retraso del factor de sostenibilidad y la casi segura vuelta a la
indiciación con la inflación. Yo les he hablado hoy del impacto de volver
a la indiciación con la inflación, y la forma más fácil de ilustrarlo, de
acuerdo con esas mismas estimaciones que publicó el Banco de España, es
que si el gasto público en pensiones en el año 2050 -digamos que es el
horizonte, por fijarnos a algún ancla- es del 12 % con el factor de
revalorización aprobado en el año 2013, por indiciación con inflación
sería del 15 %. Es decir 3
puntos porcentuales más. Esta es la explicación del número. Parece
bastante evidente que hay que hacer algo más. Si finalmente el consenso
político es volver a la indiciación con la inflación, habrá que hacer
otro tipo de cosas o por el lado de los ingresos o por el lado de los
gastos.
Me gustaría subrayar también un aspecto que creo que es relevante.
Hablamos de equidad. Yo he hablado en mi discurso de desigualdad, hemos
publicado -y luego hablaré sobre ello- un documento sobre desigualdad,
pero también es muy importante la desigualdad intergeneracional. Y un
sistema de reparto es esencialmente esto, que es importante a la hora de
adoptar concretamente las medidas que se vayan a aplicar.
En tercer lugar, algo bastante recurrente en todas las intervenciones: el
salario mínimo. Creo que no es muy interesante el debate sobre la
elasticidad. Voy a hablar ahora del número que obtendríamos en el mejor
de los casos y que, por otra parte, ya tiene toda la prensa, porque esto
de publicar cosas te ancla mucho y está fenomenal porque luego no le
dejan al gobernador inventarse nada aquí; o sea que realmente lo aprecio
muchísimo en mi cargo actual. Los analistas han cogido un recuadro que
publicamos el año pasado, el informe trimestral de marzo, creo recordar
-que por otra parte se basaba en un documento de trabajo publicado por
dos economistas nuestros en una revista internacional y, por tanto,
validado en alguna medida en términos de calidad-, que enfatiza
básicamente -y creo que es bastante coherente incluso en términos de
elasticidades con el resto de la literatura- que, efectivamente, el
incremento del salario mínimo en cuantías reducidas -porque tenemos muy
pocas experiencias de incrementos del 22,3 %, creo que ninguna a nivel
internacional- genera poco efecto sobre el empleo total de la economía. Y
eso se deriva en buena medida de que el colectivo de afectados es
reducido. Pero al mismo tiempo esa evidencia es compatible con encontrar
que el incremento del salario mínimo aumenta la probabilidad de perder el
empleo de determinados colectivos, que son probablemente aquellos a los
que la medida pretende ayudar, en particular a los jóvenes. Voy a decir
el número. Creo que no es útil extrapolar los números del año pasado
porque debemos seguir evaluando, por ejemplo, el incremento del salario
mínimo de 2017 y de 2018. Acabamos de recibir los datos de la muestra
continua de vidas laborales, estamos en el proceso de tratar de evaluar
qué ha pasado con el incremento del 8 % de 2017 y nuestros primeros
resultados son compatibles con lo que se publicó previamente para los
incrementos restantes del salario mínimo interprofesional. Una
extrapolación nos daría pérdidas de empleo de en torno al 0,8 %. Pero,
cuidado, estamos ante un incremento mucho más significativo y es
razonable pensar que esto no sea lineal.
Hay algunos datos que son muy reveladores. Lo primero a tener en cuenta es
mirar cuál es el colectivo afectado, y en el colectivo afectado hay un
porcentaje de casi el 50 % que tiene contratos temporales y de casi un 50
% que trabaja en empresas de menos de diez trabajadores. Este tipo de
consideraciones son importantes para calibrar la medida. La última
conclusión a la que quiero llegar es que debemos evaluar lo que ya ha
sucedido. Si ya hemos aumentado el salario mínimo en el año 2017, si ya
hemos aumentado el salario mínimo en el año 2018, analicemos cuáles son
las consecuencias de una manera rigurosa y luego tomemos decisiones. Creo
que con el objetivo final estamos todos de acuerdo; no vaya a ser que con
la medida que adoptemos logremos lo contrario de lo que realmente
pretendemos. Esto creo que es relevante.
Sobre los márgenes empresariales, que se ha comentado en distintas
ocasiones, nosotros le dedicamos una atención muy importante en el
informe. Nuestro análisis sobre los márgenes empresariales ha ido
variando. Llevamos viendo incrementos de los márgenes empresariales desde
el inicio de la crisis relativamente boyantes, relativamente
significativos. En un primer momento, el análisis que hicieron nuestros
economistas fue tratar de justificarlo, porque además ese incremento de
márgenes sucedió también en otros países como Grecia, como Italia, como
Irlanda. Y lo relacionamos más con una situación de restricción
financiera de las empresas, que evidentemente se produjo, y la única
solución que tenían las empresas para resolver sus problemas de liquidez
era incrementar los márgenes, ¿de acuerdo? Bueno, ya no estamos en esa
situación. Es evidente que ya no estamos en una situación de restricción
financiera, y creo que lo he descrito con bastante contundencia. Durante
las actuaciones del Banco Central Europeo en política monetaria la mejora
de la situación macroeconómica evidentemente nos coloca en una situación
totalmente distinta. Sin embargo, los márgenes empresariales siguen
aumentando a buen ritmo. Entonces, la interpretación que estamos haciendo
ahora tiene que ser otra y esa otra es que el grado de competencia en
determinados sectores puede que no sea suficiente. Decir esto no es muy
útil, más allá de confirmar un hecho, porque aquí lo importante es bajar
al detalle de los sectores, y este es el trabajo en el que estamos
concentrados en estos momentos. Porque decir esto desde el punto de vista
de
política económica probablemente no les ayude mucho a sus señorías, sino
que se diga en qué sectores. Esta creo que es la siguiente pregunta
relevante que nos debemos hacer.
Sobre reforma del mercado de trabajo, que también se ha mencionado, y
potenciales futuras reformas del mercado de trabajo, de nuevo comparto,
como no puede ser de otra manera, los análisis del Banco de España de los
últimos seis años. Nosotros seguimos pensando que la reforma de trabajo
de 2012 y la anterior del año 2010 también son reformas de trabajo que
mejoraron algunos elementos institucionales del mercado de trabajo y que
ayudaron efectivamente a ganar competitividad para la economía. Y esto se
deriva esencialmente de que la economía española ha tenido
tradicionalmente un problema que todos ustedes conocen y que tiene que
ver con que el ajuste se producía esencialmente vía cantidades -es decir,
vía perdida de empleo, hablando con mayor claridad- y no vía ajuste
salarial. Eso era una disfunción, evidentemente.
Creemos que ha sido además particularmente relevante para conservar y para
recuperar el empleo que, además -lo he tratado de enfatizar-, no es el
único factor pero es un factor importante para explicar el fenómeno de la
desigualdad; es un factor importante. Yo creo que todos los análisis de
la economía española así lo confirman. La desigualdad en España, con
mayor o menor grado, tiene un cierto carácter cíclico. Esto no pasa en
todos los países y tiene que ver con la enorme ciclicidad de nuestra tasa
de paro. A mí me sigue pareciendo increíble que la tasa de paro llegara
al 27 %, y también me parece increíble que se haya reducido 12 puntos en
cinco años.
Como también ha surgido en la discusión, no hubo ningún tipo de presión
interna para no publicar un capítulo del informe anual sobre desigualdad.
El desfase temporal fue de diez días, está en las actas del consejo de
gobierno del Banco de España. Fue una decisión pura de comunicación.
Pensábamos -y creo que con buen criterio- que si incorporábamos el
capítulo del informe anual sobre desigualdad al informe, básicamente todo
el resto de los mensajes del informe, incluido el de los márgenes
empresariales, por cierto, hubiera quedado completamente diluido.
Entonces lo que logramos es que se hablara durante una semana o dos sobre
los mensajes del informe anual, que no eran de desigualdad, y luego
publicamos el informe de desigualdad y también se habló durante otras dos
semanas sobre ese informe. Yo estaría encantado de venir aquí a
presentarlo, con eso les digo todo, que creo que lo ha sugerido el señor
Capdevila con anterioridad. Pero además creo que es un muy buen informe,
han colaborado en él más de ocho o diez de nuestros mejores economistas,
o sea, realmente tiene un valor añadido en relación con trabajos que se
habían hecho sobre esta cuestión con anterioridad.
Sobre política monetaria, me han hecho distintas preguntas, algunas que
tienen que ver con el pasado y con el papel que jugó la política
monetaria en el boom español. Lo ha preguntado el señor Capdevila. Tratar
de explicar eso me ayuda también a explicar lo que puede ser el futuro de
la política monetaria. La definición del mandato del Banco Central
Europeo está muy clara, está en el Tratado: es la inflación del conjunto
del área del euro. Cuando un país toma la decisión de incorporarse al
área del euro tiene que asumir esto desde el primer momento. Entonces,
las decisiones de política monetaria del Banco Central Europeo desde su
inicio básicamente se justifican sobre la base de la consecución del
objetivo de inflación que tiene marcado. Eso puede no ser particularmente
bueno o adecuado para un país concreto que está viviendo una situación
cíclica distinta, pero la forma de resolverlo no es echarle la culpa al
Banco Central Europeo; la forma de resolverlo es con políticas
domésticas. Uno puede utilizar su política fiscal, uno puede utilizar las
políticas de oferta. Después de la crisis, que yo creo que es uno de los
grandes logros y de las grandes lecciones, cuando me preguntaban sobre
lecciones de las crisis, yo creo que una de las grandes lecciones de la
crisis es que hemos creado un nuevo arsenal de política económica que es
la política macroprudencial, que es particularmente importante además
para un país dentro del área del euro en el que se pueden volver a
producir efectivamente esos fenómenos, en que la política monetaria
definida por el Banco Central Europeo para el conjunto del área, porque
ese es su mandato de acuerdo con el Tratado, pueda no ser particularmente
buena o adecuada para un país individual. ¿Cómo resolver esa posible
paradoja? Actuando sobre el resto de políticas. Afortunadamente hoy
existen estas políticas macroprudenciales y, por cierto, en España creo
que la ministra de Economía tiene la intención de presentar en breve el
desarrollo de lo que es la autoridad macroprudencial y también de los
instrumentos macroprudenciales para la economía española, cosa que
evidentemente considero absolutamente fundamental.
De cara al futuro, por supuesto, se seguirá decidiendo sobre la ejecución
de la política monetaria sobre la base de ese objetivo conjunto y los
países deberemos adaptarnos a esa situación. En cualquier caso, como ha
surgido también en varios comentarios, efectivamente, el consejo de
gobierno del Banco
Central Europeo ha telegrafiado de alguna manera cuál puede ser la
evolución de la política monetaria al menos hasta junio del año que
viene, incluso la información que proporciona a los mercados sobre la
evolución de los tipos de interés se interpreta para horizontes incluso
más largos. La interpretación que el mercado está haciendo de cómo
comunicamos en el consejo de gobierno a los mercados es que va a ser muy
gradual, que la normalización de la política monetaria va a ser muy
gradual.
En cualquier caso, lo que yo creo que es importante subrayar -y era uno de
los principales mensajes que quiero trasladar- es que, evidentemente, esa
normalización se producirá y, por tanto, es un elemento adicional que hay
que tener en cuenta para hacer los deberes en casa. Por eso he enfatizado
muchas veces -no sé si es la que más he nombrado- la consolidación
fiscal, porque uno de los grandes desequilibrios que tenemos en la
economía todavía tiene que ver con el endeudamiento público. Hemos
reducido 40 puntos la ratio de endeudamiento de las empresas, 20 puntos
la de las familias, pero nos ha aumentado 60 puntos la del sector público
y, evidentemente, la sensibilidad de las finanzas públicas a un
incremento de los tipos de interés es ahora muy superior de lo que lo era
en el año 2007. Es importante que endogenicemos esto y que las decisiones
de política económica que se vayan a adoptar lo tengan en cuenta.
Sobre el plan presupuestario, estaré encantado de venir, por supuesto. De
hecho, entiendo que si se sigue el procedimiento habitual, el gobernador
del Banco de España siempre abre la Comisión de Presupuestos. Por tanto,
me van a permitir que no sea muy concreto en la actualidad, sobre todo
porque los analistas del Banco de España no tienen toda la información.
Estamos en un proceso presupuestario -y no podía ser de otra manera-
según el cual lo normal es que en la última semana de septiembre se
presente el borrador de presupuestos del Estado y la Seguridad Social y
luego con posterioridad el Gobierno español envíe a la Comisión Europea
el plan presupuestario que incorpora toda la información de detalle, con
todos los tomos habituales de esa plan presupuestario, y además la
información de los presupuestos de las comunidades autónomas y de las
corporaciones locales. Hoy esa primera pieza, que es la fundamental para
hacer un análisis riguroso, no la tenemos y solo tenemos un documento
-siempre es así, no hay ninguna novedad- que resume y tiene las grandes
líneas para, desde mi punto de vista, hacer un análisis riguroso que es
el que se espera, pero yo necesito más información. Estaré encantado de
venir cuando tenga esa información y, sobre todo, cuando se presenten los
presupuestos y se abra la Comisión de Presupuestos.
Sobre el sector bancario, que también ha habido varias preguntas, respecto
a la sentencia del Tribunal Supremo, yo creo que también ha sido bastante
recurrente. Me van a permitir que ante una decisión judicial que se va a
tomar el lunes sea lo más prudente posible. Solo quería subrayar
básicamente dos cosas. La primera es que evidentemente -y esto es una
perogrullada- el mercado hipotecario español es fundamental para la
economía; es fundamental tanto para los ciudadanos como, por supuesto,
para las entidades financieras. Para los ciudadanos, porque les permite
el acceso a la vivienda y para las entidades porque es la parte más
significativa de su negocio. En este sentido, como en el resto de
actividades económicas, pero particularmente en esta, lo fundamental es
preservar la seguridad jurídica. Yo creo que esto es absolutamente
fundamental. Si hay un aspecto en el que se ha desarrollado el análisis
económico de las últimas dos décadas ha sido precisamente en el énfasis
que se le da al papel que juegan las instituciones económicas en el
desarrollo económico, y un elemento fundamental de lo que la literatura
económica llama instituciones económicas es precisamente la seguridad
jurídica. Por eso, creo que el único mensaje que puedo lanzar en este
momento es que me parece fundamental que se preserve la seguridad
jurídica.
Se ha preguntado también recurrentemente por el tema de la concentración
bancaria y por las repercusiones que podría tener. Los indicadores de
concentración bancaria no son necesariamente en ningún sector -tampoco en
el bancario- los mejores indicadores del grado de competencia. Esto pasa
prácticamente en todos los sectores de la economía. El análisis que hace
el Banco de España es que en la situación actual, a pesar de que se ha
aumentado la concentración -evidentemente, si uno mide el porcentaje del
negocio que tienen hoy los cinco grandes bancos, esto es un hecho-, no
tenemos la sensación de que se haya producido un deterioro de la
competencia. Por tanto, nos mantendremos alerta, como en todas las
cuestiones relativas a la estabilidad financiera, pero no tenemos la
sensación ni un indicador que nos permita pensar que se haya producido un
deterioro del grado de competencia, sino que, al contrario -esto lo
subrayamos en el informe-, creemos que hay mucha competencia y además no
solo sobre el sector bancario. A los bancos les están saliendo otro tipo
de competidores, Fintech, intermediación financiera en general, lo que
además tiene un elemento de deseabilidad.
Se ha discutido durante mucho tiempo que la excesiva dependencia de la
financiación bancaria en Europa no era buena y por eso existe una cosa
que se llama la unión de mercado de capitales, que lo que pretende entre
otras razones, además de integrar todo el mercado de capitales europeo,
es profundizar y darle mayor relevancia al mercado de capitales frente a
la financiación bancaria. Por tanto, en ese sentido me parece que no
tenemos que estar particularmente preocupados, pero sí alerta y ver la
evolución, y si se produjera algún problema, evidentemente habría que
tomar las decisiones oportunas.
¿Qué hacemos con esos otros intermediarios financieros que no son
entidades? Yo creo que el mensaje que hay que trasladar aquí, y que me
parece muy válido, es afirmar que a igualdad de actividades tienen que
tener la misma regulación. Si identificamos que hay entidades que están
sometidas a los mismos riesgos, porque una buena parte de la regulación
del sector bancario tiene que ver con que hacen transformación de
riesgos, se endeudan, etcétera, la regulación debería ser la misma. Me
parece que esto es absolutamente fundamental.
En cuanto a la exclusión financiera, el Banco de España publicó en
primavera la encuesta que llamamos Encuesta de competencias financieras,
la primera encuesta que se ha hecho en España de una manera rigurosa,
absolutamente compatible con todos los estándares de la OCDE. De hecho,
se ha hecho siguiendo todas las premisas de la OCDE, y otros países ya
tenían este tipo de encuestas en el pasado. Como digo, presentamos esta
encuesta en primavera -yo en el Día de la Educación Financiera también
resumí brevemente los principales resultados-, y uno de los resultados de
la misma dice que España es uno de los países en el que la exclusión
financiera es más baja. El porcentaje de individuos adultos con cuenta
corriente es del 97 %. Estoy hablando de memoria, pero creo que es así.
De nuevo, creo que habrá que estar alerta, pero por otra parte creo que
este tema de la exclusión financiera hay que tratarlo de una manera más
global, teniendo en cuenta cuestiones que tienen que ver con la
despoblación, con movimientos migratorios dentro del país, que por
supuesto afectan al acceso a los bancos pero también al acceso a la
sanidad o al acceso a la educación. Me parece que es un fenómeno bastante
más complejo y no hay que limitarlo solo a la educación financiera.
En cuanto a algunos temas internos -aunque este no sé si también es
externo-, sobre la posibilidad de modificar el procedimiento de
nombramiento, no tengo nada que decir. Creo que en esto, como siempre,
hay que seguir las mejores prácticas. Analícense por los legisladores las
mejores prácticas en otros países y, si se considera que el proceso de
nombramiento del gobernador del Banco de España no sigue esas mejores
prácticas, modifíquese. Evidentemente, desde el Banco de España solo van
a tener nuestro total apoyo.
Sobre los nombramientos de la subgobernadora y de la nueva directora
general de Supervisión, ¿qué espera de mí? Son las mejores, por eso las
he propuesto, y afortunadamente, en el caso de la subgobernadora, el
Gobierno y el Consejo de Gobierno del Banco de España han ratificado
respectivamente ese nombramiento. Me parece que tiene un historial
absolutamente impecable, de más de treinta años de experiencia en banca
central, en supervisión bancaria en particular; en el caso de la
subgobernadora, además, con el elemento adicional positivo de haber
estado cinco años en el Mecanismo Único de Supervisión. No conozco a
nadie mejor para ser subgobernadora del Banco de España ni tampoco para
ser directora general de Supervisión.
No estoy en absoluto de acuerdo, como no puede ser de otra manera,
supongo, con la valoración que hace el señor Montero sobre cómo está
funcionando el Mecanismo Único de Supervisión. El Banco de España es
parte del Mecanismo Único de Supervisión, y la supervisión, señor
Montero, no ha empeorado, no es verdad. Claro que se hace supervisión in
situ. No se miran solo ratios, eso es una simplificación; no sé quién le
ha informado, no es verdad. La supervisión sigue igual o más rigurosa
porque lo que sucede es que cuando uno pone en común su experiencia -la
nuestra, por supuesto, como Banco de España- y recibe la de otros bancos
centrales, lo normal es que el output final sea mejor; nos hace mejor a
todos. Ha sucedido, yo lo viví personalmente con la creación de la
política monetaria única, es decir, en la parte política monetaria; ahora
lo he vivido de una manera más alejada porque yo no estaba en esa área en
el banco, en el Mecanismo Único de Supervisión, y en los dos casos mi
percepción es que ha mejorado la calidad tanto de las decisiones de
política monetaria como del análisis que hay detrás de la política
monetaria y ahora está sucediendo exactamente lo mismo en el caso del
Mecanismo Único de Supervisión. Es muy importante que los empleados del
Banco de España se adapten a esta nueva circunstancia; son parte de este
sistema.
Sobre la filtración de la gobernadora, me va a permitir que sea bastante
duro. (El señor Montero Soler: ¿Con la gobernadora?). No, no sobre el
contenido, sino sobre el hecho de la filtración,
evidentemente. Estamos hablando de un acto ilegal, que es grabar una
reunión interna del Banco de España, en este caso de la subgobernadora,
con todos los empleados de la Dirección General de Supervisión. Es
ilegal, además, señor Montero, no solamente por la persona de la
subgobernadora, que también, sino por todos los empleados del Banco de
España que estaban en esa reunión y porque la hora y cuarenta minutos que
duró esa reunión está hoy en las redes. Yo creo que esto es lo importante
que deberían estar ustedes subrayando aquí: que eso no puede volver a
suceder. Hacerse eco de un contenido sacado de contexto contribuye de
alguna manera a ese tipo de actuaciones. Lo que quiero subrayar es que ha
habido una reacción unánime, también de la asociación de inspectores, en
contra de esa filtración. Esto es evidentemente algo que quiero agradecer
aquí a todos los empleados del Banco de España. El contenido de las
mismas está absolutamente sacado de contexto, pero en todo caso, desde el
punto de vista de lo que representa el mensaje de cara al futuro, señor
Montero, el Banco de España va a cumplir su mandato supervisor; no va a
haber ningún tipo de captura del supervisor. El regulador y supervisor
está aquí y los bancos están allí, y no hay ningún tipo de fricción entre
Frankfurt y Madrid. Nosotros, Frankfurt y Madrid, somos la misma cosa: es
el Mecanismo Único de Supervisión; igual que lo es en política monetaria,
sucede exactamente lo mismo en supervisión, como, por otra parte, no
puede ser de otra manera.
Estoy seguro de que me dejo muchas otras cosas, pero quizá lo podríamos
dejar aquí, si le parece bien.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor gobernador, en primer lugar porque
esta es su primera comparecencia en la Comisión de Economía y Empresa, y
también por la claridad de sus explicaciones, que yo creo que es
exponente de una claridad de planteamientos en lo que va a ser su
ejercicio de gobierno, para el que le ofrecemos institucionalmente
nuestra colaboración.
Sin más asuntos que tratar, levantamos la sesión.
Eran las seis y treinta y cinco minutos de la tarde.
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