DS. Congreso de los Diputados, Comisiones, núm. 700, de 28/01/2019
cve: DSCD-12-CO-700
CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
COMISIONES
Año 2019 XII LEGISLATURA Núm. 700
PRESUPUESTOS
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. FRANCISCO DE LA TORRE DÍAZ
Sesión núm. 23 (extraordinaria)
celebrada el lunes,
28 de enero de 2019
ORDEN DEL DÍA:
Comparecencias de personalidades y funcionarios de la Administración del
Estado, al objeto de informar sobre temas relativos al proyecto de ley de
Presupuestos Generales del Estado para el año 2019. (Número de expediente
121/000038):
- Del señor gobernador del Banco de España (Hernández de Cos). A petición
de los grupos parlamentarios Mixto (número de expediente 212/002213);
Ciudadanos (número de expediente 212/002163); Confederal de Unidos
Podemos-En Comú Podem-En Marea (números de expediente 212/002105 y
212/002134); Socialista (número de expediente 212/001943) y Popular en el
Congreso (número de expediente 212/002265) ... (Página2)
COMPARECENCIAS DE PERSONALIDADES Y FUNCIONARIOS DE LA ADMINISTRACIÓN DEL
ESTADO AL OBJETO DE INFORMAR SOBRE TEMAS RELATIVOS AL PROYECTO DE LEY DE
PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA EL AÑO 2019. (Número de expediente
121/000038):
- DEL SEÑOR GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA (HERNÁNDEZ DE COS). A PETICIÓN
DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS MIXTO (número de expediente 212/002213);
CIUDADANOS (Número de expediente 212/002163); CONFEDERAL DE UNIDOS
PODEMOS-EN COMÚ PODEM-EN MAREA (números de expediente 212/002105 y
212/002134); SOCIALISTA (Número de expediente 212/001943) Y POPULAR EN EL
CONGRESO (número de expediente 212/002265).
El señor PRESIDENTE: Buenas tardes. Se abre la sesión.
Señoras y señores diputados y demás asistentes, con la comparecencia de
hoy del gobernador del Banco de España abrimos las comparecencias de la
Comisión de Presupuestos para el estudio y análisis del proyecto de ley
de Presupuestos Generales del Estado para el año 2019. Quiero hacer una
aclaración previa. Como se acordó en Mesa y portavoces, en esta
comparecencia del señor gobernador cada portavoz dispondrá de un único
turno de diez minutos y posteriormente el gobernador contestará de manera
conjunta a todos. El orden de las intervenciones será de menor a mayor;
empezaremos, obviamente, por el Grupo Mixto y concluiremos por el Grupo
Popular. Dicho todo esto, tiene la palabra para la exposición de su
informe respecto al proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado
don Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España.
El señor GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA (Hernández de Cos): Muchas
gracias, presidente.
Señorías, comparezco por primera vez en esta Comisión de Presupuestos con
el objeto de presentarles la valoración que el Banco de España hace del
borrador de Presupuestos Generales del Estado y de la Seguridad Social.
Mi objetivo es centrar mi presentación en tres cuestiones: la primera
tiene que ver esencialmente con las previsiones de la economía española,
que enmarcan evidentemente y como siempre el proyecto de presupuestos
generales; en segundo lugar, dedicaré mi intervención a hacer una
valoración tanto por el lado de los ingresos como por el de los gastos y
sobre todo en relación con el déficit público del proyecto de
presupuestos, y finalizaré esta intervención subrayando algunos retos que
en mi opinión tiene la política presupuestaria en nuestro país en este
curso y en los cursos venideros, es decir, con una perspectiva más bien
de medio plazo.
El Banco de España, en relación con la previsión macroeconómica para la
economía española, publicó sus últimas previsiones en diciembre del año
pasado -las pueden encontrar en la página web del banco-. Son unas
previsiones que se realizaron conjuntamente con el Eurosistema, es decir,
todos los bancos centrales y el Banco Central Europeo prepararon estas
previsiones de una manera conjunta, y es importante subrayar, por algunos
elementos que luego introduciré, que estas previsiones se realizaron con
toda la información disponible hasta finales de noviembre, es decir, que
en algunos casos han podido quedar algo obsoletas, como luego trataré de
subrayar. Todas las previsiones macroeconómicas, al menos las que realiza
el Banco de España, parten de realizar en primer lugar unos supuestos
sobre cuál va a ser la evolución del entorno exterior y cuál va a ser
también la evolución de las condiciones financieras a las que se va a
enfrentar la economía española. (Apoya su intervención en un powerpoint).
Pues bien, en esta transparencia lo que tienen es un resumen de cuáles
fueron los supuestos tanto sobre el entorno exterior como sobre las
condiciones financieras que fueron la base de ese ejercicio de previsión
que, como decía antes, se publicó en el mes de diciembre.
Lo más relevante, en primer lugar, tiene que ver con el entorno exterior.
Es un entorno exterior que viene caracterizado por los mercados de
exportación a los que exporta nuestro país. Tenderían a tener una
previsión de crecimiento relativamente similar a la del año 2018: como
pueden ver en la tabla, alrededor del 3,3 % frente al 3,1 % del año 2018.
Son niveles significativamente más reducidos que los que hemos venido
observando en los años previos, y en particular en el año 2017, en el que
el crecimiento de estos mercados de exportación como consecuencia del
crecimiento mundial alcanzó prácticamente el 5 %. El primer elemento que
hay que subrayar es que se realizaron sobre la base de una previsión de
una cierta moderación de crecimiento del PIB mundial, como de hecho ya ha
sucedido en el ejercicio 2018. El segundo elemento característico tiene
que ver con la evolución de los precios del petróleo. Tomando como
base esa información disponible a finales de noviembre, se preveía
entonces una reducción significativa en promedio del precio del petróleo
en dólares/barril, hasta un nivel de alrededor del 67,5 % frente al 71,8
% que habría sido el observado durante el ejercicio 2018. En la parte de
abajo de esta transparencia, de esta tabla, tienen un resumen de cuáles
serían las condiciones monetarias y financieras a las que se enfrentaría
la economía española, tanto en términos de la evolución del tipo de
cambio como de la posición efectiva nominal de España frente al resto del
mundo o los tipos de interés a corto y largo plazo. El mensaje
fundamental es que las condiciones de financiación de la economía
española seguirían siendo favorables. Hay que tener en cuenta que este
ejercicio de previsión se realizó en el mes de diciembre y para entonces
el Banco Central Europeo acababa de anunciar ya definitivamente la
decisión de finalizar sus compras netas, el programa de compras de
expansión cuantitativa que viene desarrollando desde el año 2014, de tal
forma que, en paralelo, el Banco Central Europeo reconocía que para que
la inflación recupere los niveles que son objetivo del propio Banco
Central Europeo en los próximos años se necesita todavía un grado de
acomodación monetaria muy significativo, y este grado de acomodación
monetaria, una vez que se finaliza el incremento del balance del banco,
vendría básicamente otorgado por dos aspectos: por una parte, lo que se
denomina unas expectativas de evolución de los tipos de interés hacia
delante, que se mantendrían sin cambios hasta al menos el verano de este
año, y, por otra parte, por el mantenimiento del balance, es decir, la
reinversión de los distintos activos que van a ir produciéndose en los
próximos ejercicios, manteniéndolos por el tiempo que sea necesario para
precisamente lograr que el objetivo de inflación se coloque en el 2 o por
debajo del 2, pero cercano al 2 %, que es el objetivo del Banco Central
Europeo. Estos son los supuestos externos.
El resultado de esos supuestos externos sobre la evolución macroeconómica
que estaba teniendo la economía española en ese momento nos llevó a unas
previsiones como las que están en esta transparencia, que para la
actividad económica básicamente suponen una prolongación de la fase
expansiva, si bien a un ritmo menor que en los últimos años: una
desaceleración progresiva de la actividad, que vendría dada en particular
por un entorno exterior menos favorable, como acabo de subrayar; también
por una atenuación progresiva del impulso monetario, que seguiría siendo
muy significativo pero sería inferior al de los años pasados, y además
por un aumento de la incertidumbre acerca del contexto global, que
también acabaría afectando las decisiones de los agentes de la economía
española, de tal forma que para el ejercicio 2019, frente al crecimiento
del PIB del 2,5 % aproximadamente observado -todavía no conocemos el
cuarto trimestre del año- en el año 2018, se moderaría este crecimiento
hacia el entorno del 2,2 % en el año 2019. Esta evolución del PIB
seguiría permitiendo una evolución positiva, aunque también desacelerada,
del crecimiento del empleo: frente al 2,5 % del año 2018, el empleo
crecería alrededor del 1,6 %. Como veremos con posterioridad, esto
permitiría reducciones adicionales de la tasa de paro. Y, en relación con
los precios, operarían a lo largo del año 2019 y hacia horizontes más
largos, 2020 y 2021, dos fenómenos contrarios: por una parte, esa
evolución del precio del petróleo -más bajo- que acabo de mencionar
tiraría a la baja del componente energético de la inflación, mientras que
la inflación subyacente, en línea con la expansión económica que se
mantendría en los próximos años, el incremento de la brecha de
producción, como veremos con posterioridad, iría creciendo
progresivamente.
En esta transparencia sus señorías tienen cuál sería, de acuerdo con estas
previsiones, la composición del crecimiento del producto para el año
2019. Lo más importante es que esa expansión del producto continuaría
descansando esencialmente en la demanda nacional, para la que, sin
embargo, se proyecta una desaceleración de todos sus componentes
precisamente por los factores que acabo de mencionar y también, cómo no
decirlo, porque algunos de los elementos que durante los últimos años han
estado tirando en particular del consumo privado tendrían efectos cada
vez más reducidos. Hay que recordar que la tasa de ahorro de los hogares
está en mínimos históricos y, por tanto, es lógico pensar que las
magnitudes de crecimiento del consumo privado no serán fáciles de
sostener en el futuro. Mientras, como pueden comprobar en el gráfico de
la derecha, la demanda exterior neta habría ejercido ya una contribución
negativa en el año 2018 que se moderaría en el año 2019, relacionado por
supuesto con la evolución del entorno exterior que acabo de mencionar.
En relación con la evolución del empleo y el paro, ya he mencionado cuál
sería la evolución del empleo, compatible con esas tasas de crecimiento
de las previsiones macroeconómicas del Banco de España. Aquí querría
subrayar que, como es habitual en las fases expansivas de la economía
española, la productividad aparente del trabajo seguiría siendo muy
reducida, con un ligero cambio en relación con la composición entre
empleo y productividad del trabajo, de acuerdo con el impacto estimado
por nuestros economistas del incremento del salario mínimo del 22 % que
opera desde el 1 de enero de este año, que
llevaría a una ligera desaceleración del empleo y al mismo tiempo a un
incremento de la productividad aparente del trabajo. Esto es lo que
explica ese pequeño repunte que se produce en la barra de la derecha del
gráfico de la izquierda. En cualquier caso, como decía antes, la creación
neta de empleo provocará nuevos descensos de la tasa de paro, de tal
forma que de acuerdo con estas estimaciones se podría situar alrededor
del 14 % a finales del año 2019 en un contexto de avances reducidos de la
población activa que, como he enfatizado ya en algunas ocasiones también
en esta Cámara, seguiría estando muy influida negativamente por los
fenómenos demográficos: el peso de una población cada vez más envejecida,
que tiene tradicionalmente tasas de participación más baja, operaría en
términos negativos en relación con la evolución de la población activa de
cara al futuro. Como decía antes, estas previsiones de la economía
española, junto con las del crecimiento potencial que también nuestros
economistas estiman para nuestra economía, nos llevan a pensar que la
brecha de producción -brecha de producción definida como la diferencia
entre el PIB observado y el PIB potencial de la economía- que ya sería
positiva de acuerdo con nuestras estimaciones en el año 2018, en el año
2019 seguiría progresando y sería uno de los aspectos que, como señalaba
antes, iría presionando al alza al componente subyacente de la inflación.
Un aspecto importante de cara a entender lo que luego voy a comentar sobre
la valoración del presupuesto tiene que ver con qué supuestos fiscales
tenían estas previsiones macroeconómicas que publicamos en el mes de
diciembre. Hay que recordar que en el mes de diciembre no se conocía el
borrador de presupuestos que hoy estamos valorando aquí y, por tanto,
nuestros analistas tuvieron que realizar estas previsiones en un contexto
de mayor incertidumbre que en otros momentos o, al menos, en otros meses
de diciembre. De acuerdo con la metodología que se sigue en el
Eurosistema, lo que hicieron nuestros economistas a la hora de elaborar
estas proyecciones es incorporar algunas de las medidas de gasto público
sobre las que había una cierta certeza de que se iban a producir, incluso
con independencia de la aprobación de los presupuesto, y que tenían que
ver con la revalorización de las pensiones, el aumento de los salarios
públicos o las políticas de empleo público, pero no se incorporaron
entonces ninguna de las medidas de ingresos públicos incluidas en el plan
presupuestario de octubre. El resultado de todo ello es que esas
previsiones de crecimiento económico del 2,2 % eran compatibles -estos
supuestos fiscales incorporados en las mismas- con una estimación del
déficit público, que se reduciría desde el 2,7 % del PIB para 2018 hasta
el 2,4 % del PIB en el año 2019. Es importante también que subraye que el
déficit público del 2,7 % del PIB para el año 2018 es una estimación que,
de acuerdo con la información más reciente que hemos venido observando,
confirmaríamos también a día de hoy y esto, en caso de que finalmente
acabe confirmándose por el Instituto Nacional de Estadística, debería
llevar a que la economía española saliera del procedimiento de déficit
excesivo, dado que se reduciría este déficit público por debajo del 3 %.
Este es el escenario central de crecimiento.
Con la información que tenemos hoy, y también con la que teníamos
entonces, subrayábamos que este escenario central está sujeto a riesgos a
la baja. De hecho, la información más reciente, sobre todo del entorno
internacional, que hemos venido recibiendo confirma -incluso acentúa-
estos riesgos a la baja para la economía global y que, por supuesto,
podrían acabar impactando también en la economía española. Esto lo trato
de ilustrar en esta transparencia, en el gráfico de la izquierda, con las
previsiones de crecimiento del PIB para el año 2019 que tanto para
Estados Unidos -es la línea roja- como para la zona euro -la línea azul-
han venido haciendo, con consenso, los analistas. Pueden comprobar cómo
-sobre todo si se fijan en la parte derecha del gráfico, es decir, las
últimas estimaciones, las últimas proyecciones realizadas por los
analistas- se han revisado, sobre todo en el mes de enero, de una manera
significativa las previsiones macroeconómicas de estas zonas geográficas,
en particular la de la zona del euro. Estas previsiones a la baja vienen
realizándose desde prácticamente el mes de abril. Esto ha sucedido
también con las previsiones del Banco Central Europeo y es una
constatación de que, de alguna manera, estos riesgos a la baja se están
materializando y potencialmente podrían acabar afectando también a la
economía española. Por supuesto, hay otros focos de incertidumbre que
tienen que ver, por ejemplo -como se ilustra en el gráfico de la
derecha-, con la resolución del proceso de salida del Reino Unido de la
Unión Europea, el fenómeno conocido como brexit, que son más difíciles de
valorar en términos de su materialización pero que también,
evidentemente, nos preocupan y suponen riesgos a la baja. En el gráfico
de la derecha se ilustran algunas estimaciones realizadas o por el Fondo
Monetario Internacional o por el Banco de Inglaterra sobre cuál podría
ser un brexit duro, un brexit sin acuerdo, en términos del crecimiento
del Reino Unido y también de la Unión Europea en el medio plazo. Como
pueden comprobar, en particular para el Reino Unido pero también para la
Unión Europea, los efectos negativos de medio plazo sobre el crecimiento
podrían ser muy significativos y, evidentemente, estos podrían
también acabar afectando a la economía española en el caso de que se
materializara. Esto en cuanto al crecimiento económico.
En cuanto a la inflación, también los datos más recientes que hemos ido
recibiendo desde el mes de diciembre -y esto se trata de ilustrar en esta
transparencia número 10- nos han ido sorprendiendo a la baja, tanto en el
componente subyacente -sobre todo los precios de los servicios han
crecido menos de lo que nosotros esperábamos hace solo unas semanas- como
también en el componente energético, precisamente porque las sorpresas
del precio del petróleo en las últimas semanas también han sido sesgadas
a la baja. Lo que tienen en el gráfico de la izquierda, tanto para la
inflación general como para la evolución del precio del petróleo, son las
últimas previsiones publicadas -esa línea azul débil- frente a la última
actualización provisional -la línea azul gruesa-: qué previsión de
inflación haríamos hoy simplemente tomando los nuevos supuestos de
precios del petróleo de los mercados, además teniendo en cuenta los
errores de proyección que hemos cometido en los últimos meses. Como
pueden comprobar, la revisión a la baja de la inflación para el ejercicio
2019 también sería significativa en lo que queda de año.
Este es el cuadro macroeconómico, escenario central y escenario de riesgos
de la economía española proyectado por el Banco de España. Podemos,
evidentemente, comparar este cuadro macroeconómico con el incorporado por
el Gobierno en el borrador del proyecto de Presupuestos Generales del
Estado. Hay que decir que los supuestos sobre el entorno exterior y los
supuestos sobre el entorno financiero del borrador de presupuestos son
muy similares en términos generales a los de las últimas proyecciones
macroeconómicas del Banco de España y también que el proyecto de
presupuestos, al situar el crecimiento del PIB real de la economía
española en el entorno del 2,2 %, está muy en línea con las previsiones
más recientes del banco y también de otros analistas. Querría, sin
embargo, enfatizar dos riesgos, uno que ya he apuntado y que tiene que
ver -como acabo de subrayar- con que los riesgos en ese escenario central
son claramente a la baja. En particular, para el área del euro la
información que hemos recibido para el último trimestre del año nos
llevaría a pensar que el crecimiento ha sido inferior al que
proyectábamos hace solamente un mes, de tal forma que si se acabara
materializando también en el principio del año ese menor crecimiento del
área del euro, evidentemente, podría acabar afectando también al
escenario central de crecimiento de la economía española. El segundo
aspecto tiene que ver con que esta aparente compatibilidad del cuadro
macroeconómico del Gobierno con el cuadro macroeconómico del Banco de
España o de otros analistas, esa comparación, se ve dificultada por el
hecho de que el déficit público que está incorporado a las proyecciones
macroeconómicas es muy distinto. Como saben perfectamente todos ustedes,
el proyecto -que luego valoraré en la parte presupuestaria- tiene
implícito un déficit público del 1,3 % mientras que, como cabo de
señalar, el déficit público del cuadro macroeconómico del Banco de España
se elaboró con un déficit público del 2,4 %; el 2,1 % es el consenso de
los analistas para el déficit público en este ejercicio. Evidentemente,
en un ejercicio completamente automático si uno redujera en esas
estimaciones centrales el déficit del 2,4 % hacia el entorno del 1.3 %,
utilizando los multiplicadores fiscales habituales esto nos llevaría a
una revisión automática también del escenario central de crecimiento
económico implícito al cuadro macroeconómico, tanto del Banco de España
como del resto de los analistas. Volveré, en todo caso, sobre esta
cuestión más adelante.
Paso, por tanto, a hacer una valoración del proyecto de Presupuestos
Generales del Estado y de la Seguridad Social. En primer lugar, por el
lado del gasto público -luego me detendré en los ingresos públicos- no
voy a hacer un repaso de las principales medidas que se incorporan en el
presupuesto porque las conocen ustedes perfectamente. Aquí tienen algunas
de las que me parecen a mí más importantes: aumento del 1,6 % de las
pensiones; 3 % de las pensiones mínimas; 7 % adicional en el caso de las
de viudedad; subida del salario de los empleados públicos en un 2,25 %
más un 0,25 % ligado al PIB y un 0,25 % adicional. En su conjunto, como
pueden comprobar en el gráfico de la izquierda de esta transparencia,
este presupuesto de gasto consolidado del Estado y de la Seguridad Social
es algo más expansivo que el de los años precedentes. Básicamente, si uno
toma, por ejemplo, las medidas descritas en el plan presupuestario para
tener una idea conjunta no solamente de la información del Estado y de la
Seguridad Social sino también del conjunto de las administraciones
públicas, es decir, incorporando corporaciones locales y comunidades
autónomas, el plan presupuestario para 2019 anticipaba un crecimiento del
gasto público en el entorno del 3,1 % que, como digo, es más elevado que
el de los años previos.
La valoración que efectúan los economistas del Banco de España se reduce,
en el caso del gasto público, a aquellas variables que tienen algún
componente demográfico o macroeconómico que podemos valorar.
Evidentemente, el resto de gastos son de carácter discrecional y
básicamente lo que nosotros
hacemos es incorporarlos a nuestra previsión macroeconómica, subrayando la
dificultad de su cumplimiento en el caso de que supusieran reducciones
muy significativas. Pero, básicamente, lo que había que decir después de
la valoración que hacen los economistas del Banco de España es que
aquellas partidas de gasto público que efectivamente son modelizables en
el sentido de que dependen de factores exógenos, como pueden ser la
demografía, los tipos de interés, el nivel de deuda pública o el cuadro
macroeconómico, en definitiva, gasto en pensiones, gasto en prestaciones
por desempleo, intereses y masa salarial, se encuentran, de acuerdo con
los modelos internos que utiliza el Banco de España, en su conjunto
-existen discrepancias por partidas, pero en su conjunto unas se
compensan con otras-, más o menos en línea con las estimaciones, insisto,
de los modelos que utiliza el Banco de España.
En el caso de los ingresos -tampoco voy a relatar el conjunto de medidas,
que son muy numerosas, de ingresos públicos que se han incorporado al
borrador del proyecto-, de nuevo solamente voy a mencionar algunas de las
más relevantes. En el caso de las cotizaciones sociales, el aumento de
las bases de cotización máximas en un 7 %; de las mínimas, en línea con
el incremento del salario mínimo interprofesional en un 22 %; la fijación
de un tipo mínimo del 15 % sobre la base imponible de las grandes
empresas en el impuesto sobre sociedades; incremento del IRPF y del
patrimonio para las rentas más altas; algunas reducciones de productos
específicos en el caso del IVA; un incremento del impuesto de
hidrocarburos, en particular del diésel, y dos figuras tributarias nuevas
como son el impuesto sobre transacciones financieras y el impuesto sobre
determinados servicios digitales.
¿Cuál es la valoración que hace el Banco de España sobre la previsión de
ingresos del proyecto de Presupuestos Generales del Estado? En su
conjunto, el proyecto básicamente asume un crecimiento de los ingresos
tributarios y de las cotizaciones sociales ligeramente por encima del 8
%, 8,2 % en términos presupuestarios. Nosotros pensamos, de acuerdo con
las estimaciones de nuestros economistas, que estas estimaciones de
ingresos públicos se encuentran sujetas a riesgos a la baja muy
significativos. Hay cuatro aspectos fundamentales que justifican tal
afirmación. En primer lugar -y esto tiene que ver con una cuestión
puramente contable-, está el hecho de que la mayor recaudación del nuevo
suministro inmediato de información, que básicamente lo que supone es que
durante este año en términos presupuestarios, aunque no en términos de
contabilidad nacional, se recaudarán trece meses frente a los doce
habituales, ese mayor mes, dado que la contabilidad nacional lo que sigue
es el principio de devengo, evidentemente no podrá ser incorporado a los
ingresos públicos que afectan al déficit público. Esta es una primera
cuestión que evidentemente es relevante, y lo es porque, como pueden
comprobar en el gráfico de la izquierda y como se presenta en el propio
borrador de los Presupuestos Generales del Estado, ese 8,2 % de ingresos
tributarios y cotizaciones sociales, cuando uno elimina el efecto del
suministro inmediato de información, se convierte en un 6,9, es decir, en
una cantidad mucho más reducida. Este es el primer foco o el primer
aspecto que justifica que nuestra valoración de los riesgos para los
ingresos públicos en el proyecto de presupuestos, riesgos a la baja
significativos.
El segundo aspecto tiene que ver con algo más técnico, y es que, aunque es
verdad que existe habitualmente mucha incertidumbre sobre cuál es la
respuesta de los ingresos públicos a las bases macroeconómicas, es decir,
cuál es la respuesta, por ejemplo, del IVA al consumo privado, también es
verdad que las previsiones que se han incorporado al proyecto de
Presupuestos Generales del Estado incorporan unas elasticidades, es
decir, una respuesta de los ingresos públicos a las bases
macroeconómicas, que son superiores a las medidas históricas -esto es así
particularmente en el caso, por ejemplo, de las cotizaciones sociales-,
de tal forma -y de nuevo vuelvo al gráfico de la izquierda- que si
tomáramos ese crecimiento de los ingresos públicos del 6,9 %, es decir,
una vez eliminado el efecto recaudatorio del nuevo suministro inmediato
de información que, insisto, no tendrá repercusión en términos de
contabilidad nacional, y uno utiliza elasticidades impositivas
históricas, por ejemplo, estimadas por la OCDE o por la Comisión Europea,
así como por los expertos del Banco de España, la previsión de
crecimiento se reduciría hacia los entornos del, 5,6 %, como pueden ver
en esa línea rosa que está en el gráfico de la izquierda, o para el caso
de las cotizaciones sociales, se reduciría desde el 6,9 hacía el entorno
5 %.
Hay dos aspectos adicionales que nos hacen pensar que los riesgos para los
ingresos proyectados en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado
son a la baja. El primero tiene que ver con que siempre que hay medidas
recaudatorias, medidas de incrementos o de reducciones impositivas, la
estimación ex ante de los efectos es difícil. Esto lo hemos visto en
muchas ocasiones en los últimos diez años, diría yo, en que ha habido
modificaciones en los dos sentidos, y las evaluaciones ex ante realizadas
por los
expertos y también por la Agencia Tributaria y las evaluaciones ex post,
en las dos direcciones, hacia sobrepresupuestación pero también hacia
infrapresupuestación, han sido de magnitud significativa. Todavía más
cuando estamos ante nuevas figuras tributarias en las que no tenemos
ninguna evidencia sobre cuál es el comportamiento histórico de las
mismas, y acabo de mencionar, como evidentemente conocen sus señorías
perfectamente, que hay dos nuevos impuestos en el proyecto de
presupuestos en relación con los cuales existe mucha incertidumbre acerca
de la capacidad recaudatoria final de los mismos.
Finalmente, un aspecto que no puedo dejar de mencionar tiene que ver con
la propia entrada en vigor de los presupuestos. Estamos prácticamente a
finales del mes de enero y el trámite parlamentario probablemente dure un
mes o dos meses adicionales y, por tanto, es posible que en este primer
trimestre del año todo este conjunto de medidas no esté plenamente en
vigor. Entiendo que, por supuesto, los ingresos proyectados en los
Presupuestos Generales del Estado incorporan la valoración del conjunto
del año y, en la medida en que las medidas en vigor no lo estuvieran en
el conjunto del año, también podrían repercutir negativamente sobre los
ingresos públicos en el año 2019.
¿Cuál es la valoración conjunta una vez analizada la proyección del gasto
público y una vez analizados y enfatizados esos riesgos a la baja de los
ingresos públicos? Pues bien, básicamente, tomando la proyección
macroeconómica que les he explicado al principio de mi intervención y no
incorporando ninguno de los riesgos macroeconómicos a la baja que yo he
enfatizado, pero sí las nuevas medidas que están en el proyecto
presupuestos y que no se habían incorporado en nuestra proyección en
diciembre -que son básicamente las que tienen que ver con los incrementos
impositivos-, esto nos llevaría a situar el déficit público en alrededor
de 2 %; es decir, es una reducción en relación con nuestra previsión del
2,4 % de diciembre hacia el entorno del 2 %, pero que está muy alejado,
evidentemente, del 1,3 % que estaba marcado como objetivo en el propio
plan presupuestario. Me gustaría subrayar, además, que esta previsión del
2 % podría ser más elevada si se tuvieran en cuenta dos de los aspectos
que acabo de mencionar y que he subrayado en la transparencia anterior, y
es que esta estimación está hecha sobre la base de los impactos
recaudatorios de las medidas que serían aprobadas, en caso de que se
aprobara el presupuesto, según las estimaciones oficiales. En el caso de
que esas estimaciones se demostraran más altas de las que realmente se
observan, llevaría a una revisión al alza adicional del déficit público
y, por supuesto, si la entrada en vigor de las medidas impositivas
incluidas en los presupuestos es más tardía que la del 1 de enero, esto
también llevaría a un incremento al alza de esa estimación del déficit.
Por supuesto, en el caso de que las perspectivas de crecimiento que he
señalado anteriormente como escenario central se vieran revisadas a la
baja y esto repercutiera negativamente sobre la actividad económica y
sobre los ingresos públicos, sería un elemento adicional a tener en
cuenta en esta proyección de déficit. En sentido contrario, evidentemente
una respuesta más dinámica de los ingresos impositivos a las bases
macroeconómicas, por ejemplo, porque las elasticidades se demostraran más
procíclicas, como también ha sucedido en algunas ocasiones en el pasado,
o simplemente una contención del gasto discrecional por parte de las
autoridades de las distintas administraciones públicas, operaría en
dirección contraria. En todo caso, también me gustaría subrayar que unas
proyecciones macroeconómicas globales conjuntas que incorporen un nuevo
escenario central y toda esta información presupuestaria que contienen
los presupuestos solamente se publicarán por el Banco de España a finales
del mes de marzo.
Si me gustaría subrayar que evidentemente esta estimación de un déficit
público en el entorno del 2 %, con todas las cautelas que acabo de
subrayar, más ese escenario macroeconómico, que evidentemente podría ser
revisado ligeramente a la baja precisamente por la incorporación de las
medidas de incrementos impositivos, que tendrían un efecto negativo sobre
la actividad, darían como resultado una nueva estimación del crecimiento
potencial, del crecimiento observado de la economía, de la brecha de
producción, y con esas estimaciones seríamos capaces también de estimar
el déficit público estructural. Me gustaría subrayar este aspecto -lo que
se ilustra tanto en el gráfico de la izquierda, en términos de niveles,
como en el gráfico de la derecha, en términos de variaciones, porque el
tono de la política fiscal que estaría implícito en estas previsiones
macroeconómicas sería un tono esencialmente neutral, es decir, una
variación prácticamente nula del déficit estructural de la economía.
Subrayo esto porque, si lo miran con una cierta perspectiva temporal, se
podrán dar cuenta -por ejemplo, en el gráfico de la izquierda- de que
desde el año 2015 el déficit estructural de la economía española se ha
mantenido prácticamente constante, lo cual quiere decir que toda la
reducción del déficit que hemos observado desde entonces tiene que ver
esencialmente con el efecto del ciclo económico. Nos parece que este es
un elemento
-luego trataré de enfatizarlo- que tiene que ser absolutamente prioritario
en términos de su reducción hacia el futuro.
En cuanto a la deuda de las administraciones públicas, de acuerdo con el
proyecto de Presupuestos Generales del Estado la ratio sobre PIB de la
deuda pública se reduciría en alrededor de 1,5 puntos porcentuales, como
pueden comprobar en el gráfico de la izquierda, hasta el entorno del 95,4
%. En la tabla de la derecha tienen la descomposición de esa variación de
1,5 puntos porcentuales de la deuda y básicamente la reducción de la
deuda se produciría como consecuencia del efecto del crecimiento nominal
de la economía sobre la ratio de deuda; ese solo efecto permitiría casi
una reducción de 3,7 puntos porcentuales en el año 2019, que se
compensarían con el déficit público previsto del 1,3 y el típico ajuste
déficit/deuda de alrededor de 1 punto porcentual. Evidentemente, en el
caso de que se materializaran los riesgos al alza del déficit público que
acabo de mencionar, esto implicaría también una menor reducción de la
ratio de deuda que la proyectada por los Presupuestos Generales del
Estado.
Déjenme que finalice tratando de subrayar algunos de los que, en mi
opinión, son los retos más importantes para la política presupuestaria en
este año y también en los años venideros. El primero tiene que ver con el
elevado endeudamiento público, también con el elevado déficit estructural
que acabo de mencionar. La evidencia empírica que tenemos para otras
economías subraya que el mantenimiento de niveles elevados de deuda
pública durante periodos prolongados puede tener efectos negativos sobre
el crecimiento económico. Los canales por los cuales estos efectos
negativos se pueden producir están enfatizados en esta transparencia. En
primer lugar, surgen estos efectos negativos en la medida en que el
endeudamiento público absorba recursos que podrían destinarse a fines más
productivos, genere condiciones agregadas de financiación de la economía
más duras o acabe distorsionando, por tanto, las decisiones de inversión
privada.
Un segundo aspecto que me gustaría subrayar especialmente, porque creo que
es particularmente relevante para un país que está en una unión monetaria
como es España, es que un elevado endeudamiento público reduce la
capacidad de estabilización de la política fiscal ante situaciones
adversas; es decir, ante una eventual desaceleración más brusca de la
economía, incluso ante una eventual recesión, el mantenimiento de un
nivel de endeudamiento público muy elevado nos deja menor margen para
hacer políticas fiscales contracíclicas que traten de atenuar los efectos
cíclicos adversos.
En tercer lugar, un endeudamiento público muy elevado obliga a sostener
sustanciales superávits primarios que, evidentemente, exigirían o mayores
niveles de imposición o menores niveles de gasto productivo, que también
tendría potenciales efectos negativos sobre el crecimiento económico de
medio plazo.
Por último -y no menos importante- un nivel de endeudamiento público
elevado genera una mayor vulnerabilidad de la economía ante cambios en el
sentimiento inversor de los mercados de capitales. Esto me gustaría
subrayarlo. Se trata de ilustrar en el gráfico de la izquierda. La
economía española sigue siendo una economía que tiene una posición de
inversión internacional neta deudora muy significativa, de alrededor de
80 puntos porcentuales de PIB. Es verdad que es 20 puntos más bajo que el
máximo que se llegó a alcanzar en el año 2014, en el que esta posición
deudora alcanzó los 100 puntos porcentuales de PIB, pero evidentemente el
desapalancamiento privado, que ha sido compensado por un incremento muy
significativo del endeudamiento público, lleva a que esta situación nos
siga haciendo muy vulnerables, y creemos que es muy importante tenerlo en
cuenta de cara a priorizar esta reducción del endeudamiento público en
los años venideros.
¿Cuál es el mensaje, por tanto? El mensaje que querría trasladar es que
debe aprovecharse el favorable entorno macroeconómico, al menos en ese
escenario central que he tratado de subrayar al principio de mi
intervención, para avanzar en el necesario proceso de consolidación
fiscal, y que sería importante, con independencia de la estrategia más o
menos gradual de reducción del déficit público, que se definiera un
programa de medio plazo en el que los agentes económicos, los ciudadanos,
los analistas tuvieran un detalle de las distintas medidas que se
pretenden incorporar por el lado de los ingresos o por el lado de los
gastos, que permitan esa reducción progresiva del déficit estructural -y
por tanto de la deuda pública- que haga más creíble el proceso de
consolidación fiscal.
El segundo aspecto que querría subrayar en relación con los retos de la
política fiscal en el corto, medio y largo plazo tiene que ver con el
derivado del envejecimiento poblacional. Lo conocen perfectamente sus
señorías: las proyecciones demográficas disponibles anticipan un
incremento muy sustancial de la tasa de dependencia. Con independencia de
los organismos a los que uno recurra, incluso en los casos más optimistas
estamos hablando de incrementos de la tasa de dependencia en la
medida en la que se incremente el porcentaje de población de más de
sesenta y cinco años sobre la población de entre quince y sesenta y
cuatro años, que prácticamente se duplicaría en las próximas décadas.
Evidentemente, tal como se trata de ilustrar en esta transparencia con la
ecuación -no deja de ser una identidad- que está al final, un incremento
de la tasa de dependencia genera una presión muy fuerte tanto sobre el
gasto en pensiones sobre PIB como sobre otras partidas de gasto público,
como son el gasto sanitario o los cuidados de larga duración. Las
decisiones más recientes que se han adoptado por el Parlamento, en
particular la vuelta a la indexación de las pensiones con la inflación,
sabemos todos que, con independencia de las estimaciones, acabarán
generando un incremento del gasto público muy significativo en el medio
plazo. Por tanto, creemos que es prioritario incorporar medidas
adicionales por el lado de los ingresos, por el lado de los gastos o por
el lado de los ingresos y de los gastos para garantizar la sostenibilidad
financiera del sistema de pensiones en el medio plazo. También es
importante subrayar que el impacto del envejecimiento poblacional no se
circunscribe a las finanzas públicas. Sabemos que tanto la tasa de
actividad -ya lo he mencionado con anterioridad- como la productividad y
como, en su conjunto, el crecimiento potencial de la economía se ven
negativamente afectados por el envejecimiento poblacional, por lo que
afrontar este fenómeno debería requerir una aproximación amplia tanto en
relación con el periodo temporal contemplado como con el conjunto de
instrumentos que se deben utilizar para afrontarlo.
En tercer lugar, quisiera hacer énfasis en la calidad de las finanzas
públicas. Me parece importante subrayar que el proceso de consolidación
fiscal -que ya he indicado que desde nuestro punto de vista debería ser
prioritario en los próximos años para la economía española- debería ser
compatible con una mayor contribución de las finanzas públicas al
crecimiento potencial de la economía. En este caso, creemos que hay
margen tanto por el lado de los ingresos como por el lado de los gastos e
incluso, desde el punto de vista de la distribución entre las distintas
administraciones públicas, de los ingresos y gastos públicos para tener
unas finanzas públicas más eficientes y que aporten, por tanto, mayor
magnitud al crecimiento potencial de la economía. En el caso del gasto,
evidentemente, existe margen desde muchos puntos de vista para seguir
avanzando en aumentar su eficiencia y reorientar su composición hacia
aquellas partidas con mayor incidencia sobre la acumulación de capital
físico, tecnológico y humano. En este sentido, me gustaría subrayar la
importancia de la revisión del gasto público que está desarrollando la
Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal y de que esos
resultados acaben concretándose en modificaciones de los gastos públicos
que hagan este más eficiente. Por el lado de los ingresos, la mayor parte
de los analistas entienden -también los del Banco de España- que hay
margen para considerar una revisión y una definición de la cesta de
impuestos hacia estructuras más favorables para el crecimiento potencial
y, en el caso de las administraciones territoriales, creo que también
existe un consenso muy amplio en cuanto a que, en particular, el sistema
de financiación debería reformarse con el objetivo de adecuar los
ingresos a disposición de las administraciones territoriales a sus
necesidades, previa evaluación objetiva de estas necesidades, así como de
garantizar un reparto más transparente de estos ingresos y también, cómo
no, de aumentar el grado de corresponsabilidad fiscal que haga más
probable un comportamiento más disciplinado de las administraciones
territoriales.
No me gustaría terminar sin subrayar que consideramos que es absolutamente
necesario que el proceso de consolidación fiscal se acompañe con una
agenda ambiciosa de reformas estructurales que incrementen el crecimiento
potencial de la economía. La literatura económica más reciente ha
subrayado precisamente las sinergias entre un desarrollo de un proceso de
consolidación fiscal y una realización de reformas estructurales que
incrementen el crecimiento potencial de la economía, precisamente para
aumentar la eficiencia de los dos procesos conjuntamente.
No voy a relatar aquí el conjunto de reformas estructurales, ya que acudí
al Parlamento en el mes de noviembre precisamente para resumir el
contenido del informe anual del Banco de España que se presentó en junio
del año pasado. Ahí hay una batería muy amplia de reformas estructurales
que consideramos absolutamente necesarias. Aquí simplemente me limito a
subrayar dos de ellas. En primer lugar, la necesidad de aumentar la
eficiencia del mercado de trabajo mediante la reducción de la
temporalidad y la mejora de la empleabilidad, en particular, de los
trabajadores menos cualificados. En segundo lugar, la necesidad de
mejorar la dinámica de la productividad mediante la inversión en capital
humano, fomento de la innovación y eliminación de las barreras a la
competencia empresarial.
Por supuesto, tampoco querría dejar de lado los retos a los que se
enfrenta el sector bancario. Como he manifestado en distintas ocasiones
en los últimos meses, los retos son todavía significativos en el sector
bancario. En particular, me gustaría subrayar la necesidad de reducir los
activos improductivos, de
mejorar la estructura de capital de rentabilidad de las entidades, de
fortalecer la reputación del sector y de aprovechar los desarrollos
tecnológicos.
Permítanme finalizar con una serie de conclusiones que extraigo de este
análisis que han realizado los economistas del Banco de España y que
acabo de presentar. En primer lugar, quiero empezar con una nota
positiva: los últimos datos de ejecución presupuestaria confirmarían el
escenario de salida en 2019 del procedimiento de déficit excesivo, en la
medida en que todas nuestras estimaciones, y creo que las del conjunto de
los analistas, anticipan un déficit público para el año 2018 inferior al
3 % del PIB.
En segundo lugar, el proyecto de Presupuestos Generales del Estado sitúa
la previsión de crecimiento, el PIB real, en 2,2 % y está en línea con
las previsiones del Banco de España publicadas a mediados del mes de
diciembre. No obstante, también me gustaría subrayar que el reciente
empeoramiento del entorno exterior de la economía española plantea
riesgos a la baja sobre estas estimaciones y sobre este escenario central
de crecimiento.
En tercer lugar, en relación con las estimaciones de crecimiento de los
ingresos tributarios de las cotizaciones sociales contenidas en el
presupuesto, déjenme enfatizar que se encuentran sujetas a riesgos a la
baja significativos por los argumentos que he tratado de explicar con
anterioridad, de tal forma que la incorporación de las medidas
contempladas en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado al
último cuadro macroeconómico del Banco de España nos mostrarían un
déficit público en torno al 2 %, por tanto, alejado del objetivo del 1,3
% establecido en el propio proyecto de Presupuestos Generales del Estado.
De acuerdo con estas estimaciones, el tono de la política fiscal en 2019
sería aproximadamente neutral, es decir, el déficit estructural
prácticamente no cambiaría.
También me gustaría decir algo que he subrayado con anterioridad y es que
toda la reducción observada en el déficit público desde el año 2013 se
habría debido al efecto del ciclo económico; el componente estructural
del déficit no se ha reducido en los últimos años. Y en relación con las
prioridades a medio plazo, simplemente señalar que la reducción de los
niveles de endeudamiento y de déficit estructural, hacer compatible esta
reducción con una política fiscal más proclive al crecimiento económico y
una combinación de este proceso de consolidación fiscal con una agenda
ambiciosa de reformas estructurales es la combinación adecuada para los
próximos años en términos de política económica.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor gobernador.
A continuación, por parte de los grupos parlamentarios, intervendrá, en
primer lugar, en nombre del Grupo Mixto, Partit Demòcrata de Catalunya,
el señor Bel.
El señor BEL ACCENSI: Muchas gracias, presidente.
Agradezco la presencia del gobernador del Banco de España y también su
presentación; otra cosa es el contenido, que entendemos que no es muy
optimista, aunque sea realista. En todo caso, brevemente, voy a intentar
ceñirme a los tres bloques que usted plantea.
En relación con las previsiones de la economía española, en términos
generales, el cuadro macroeconómico que presenta el presupuesto se adapta
a las previsiones del Banco de España con todas las matizaciones, que son
bastantes, porque se adapta a las previsiones que había a diciembre de
2014, pero usted aquí señala algunos riesgos a la baja significativos
-creo que algunos ya dejan de ser riesgos y son casi certezas a la baja-,
que no cuantifica. Yo puedo entenderlo, pero usted también debe entender
que tengo la obligación de preguntarle si puede haber alguna aproximación
a esta cuantificación de estos riesgos a la baja en crecimiento sobre el
PIB.
Ha apuntado un dato que coincide con el planteado por el Gobierno en el
cuadro macroeconómico de los presupuestos, y es que la tasa de paro va a
estar en torno al 14 %. Esta tasa de paro todavía es, obviamente, muy
elevada, y nos preocupa que, después de varios años con un crecimiento
muy significativo y muy por encima del crecimiento que se ha producido en
el global de la Unión Europea e incluso en parte de la economía mundial
desarrollada, mantengamos una tasa de parto tan elevada. Quisiéramos
saber a qué lo atribuye y qué puede haber detrás de esta tasa de paro tan
elevada después de tantos años de crecimiento.
Respecto al segundo bloque, el proyecto de presupuestos, debo decir que
coincidimos en la valoración de los ingresos públicos. En otros
presupuestos de otros Gobiernos dijimos que estaban sobrevalorados, y
después los datos nos han acabado dando la razón. No sé qué va a pasar
con estos, pero nuestra percepción es que hay -usted lo ha definido de
forma un tanto benévola- riesgos a la baja significativos en la
recaudación prevista. Nosotros entendemos que hay certezas. Los gráficos
que nos ha presentado
en cuanto a las proyecciones de los ingresos, simplemente teniendo en
cuenta las elasticidades históricas tanto en cuanto a los ingresos
tributarios como a las propias cotizaciones a la Seguridad Social, son
extremadamente preocupantes. No sabemos realmente, si estos riesgos a la
baja se acaban materializando, el efecto sobre el déficit público y si se
podría cuantificar. Me ha parecido entender que ustedes fijaban el 2 % si
se cumplían las condiciones presupuestarias, pero en el caso de que se
cumpliesen estos riesgos a la baja en cuanto a los ingresos, quisiéramos
saber, si hay estimaciones, en cuánto se fijaría el déficit en estos
Presupuestos Generales del Estado o en su liquidación posterior.
En cuanto al tercero de los bloques, los retos para la política fiscal,
tengo que decir que son retos conocidos, que el propio gobernador del
Banco de España ha planteado en diferentes ocasiones y en diferentes
sedes, y que no se acaban de resolver. El elevado grado de endeudamiento
público no se acaba de solventar -como usted dice-, no hay una reducción
del déficit estructural y las reducciones que se están produciendo son
gracias al efecto del ciclo. Usted propone la definición de un programa
detallado a medio plazo de reducción de deuda pública, y creo que en eso
podríamos estar todos de acuerdo. Mi pregunta sería si tiene alguna idea
de cómo se podría concretar este programa para que de alguna manera
vinculase de forma estricta a los diferentes gestores públicos a lo largo
de los próximos años. Como esta no es una medida que tenga efecto en
tres, cuatro o cinco años, sino que deberá extenderse mucho más, habría
que ver de qué forma se podría materializar este programa. Desde mi
óptica, requeriría un cierto consenso político que, con la actual
fragmentación del Parlamento, no nos resulta fácil vislumbrar, aunque
entendemos que es estrictamente necesario.
El reto del envejecimiento poblacional también es una asignatura pendiente
que tiene esta casa. Se está trabajando en diferentes ámbitos -quizá no
con suficiente suerte- y, efectivamente, va tener un impacto en las
finanzas públicas de los próximos años si no logramos incidir sobre él.
En todo caso, bajo la fórmula de riesgos a la baja en cuanto al
crecimiento y en cuanto a la recaudación, en el Partit Demòcrata
tendremos en cuenta sus advertencias sobre los riesgos que comportan
estos presupuestos y que deberían corregirse. No es el debate hoy aquí
-seguramente lo será a lo largo de las próximas comparecencias-, pero, en
todo caso, agradecemos su aportación que para este grupo seguro que será
de muchísima utilidad.
Muchísimas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Bel.
A continuación, por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), la señora
Sagastizabal.
La señora SAGASTIZABAL UNZETABARRENETXEA: Gracias, presidente.
Buenas tardes, señor Hernández de Cos. Bienvenido en esta ocasión para dar
cuenta de la valoración de los Presupuestos Generales del Estado de 2019.
Le agradecemos su valoración, porque entendemos que la ha hecho desde una
posición no muy halagüeña y un poco crítica, y eso también es de
destacar. Es verdad que estamos en un contexto de incertidumbre tanto a
nivel nacional como internacional y no solo económica, sino también
política. Hay una serie de riesgos que conllevan una desaceleración
económica, y esta desaceleración suele dificultar el proceso de
consolidación fiscal. Además, parece que a juicio del Banco de España las
medidas que se han establecido en los presupuestos de 2019 tampoco van a
facilitar la consolidación. Nosotros hemos sido siempre críticos con la
consolidación fiscal que venía de Europa, en tanto que siempre hemos
creído que se podrían haber acompasado las medidas de manera que hubieran
afectado en menor medida a la ciudadanía. Además, usted nos ha dicho que
parece que no va a ser factible el objetivo de déficit del 1,3 %,
teniendo en cuenta los ingresos y los gastos previstos.
Como ha dicho mi compañero Ferran Bel, en los últimos años siempre se ha
cuestionado la previsión de ingresos. El desfase tradicional entre las
previsiones de ingresos y la recaudación efectiva ha sido una realidad,
pero este año parece que la recaudación va a máximos, sobre todo por el
paquete de medidas fiscales que se han establecido -la creación de nuevos
tramos impositivos en el IRPF, el tipo efectivo del impuesto sobre
sociedades, el impuesto sobre patrimonio, la tributación de socimis y
sicavs- bastante en línea con lo que tenemos en el País Vasco. Al hilo de
esto, me gustaría conocer su opinión sobre si las medidas fiscales
previstas obedecen a una estrategia de redistribución de los impuestos a
corto o largo plazo o si obedecen, a juicio del Banco de España, a otro
tipo de criterios.
Nos ha hablado también de las nuevas figuras impositivas sobre las
transacciones financieras y la denominada tasa Google. Coincidimos en que
los ingresos a lo mejor son demasiado optimistas, teniendo en cuenta que
todavía el proyecto de ley acaba de ser publicado y ya veremos el trámite
que lleva, pero me gustaría saber si el Banco de España cree que puede
incidir negativamente en la competitividad o
incluso en determinadas deslocalizaciones, por el hecho de que hay un
desmarque frente a Europa, que ha venido abogando por una armonización de
estos impuestos.
Por otro lado, como también ha mencionado el señor Bel, en la página 19 ha
hablado del elevado endeudamiento público y nos ha dicho que debería
aprovecharse para avanzar en el proceso de consolidación fiscal, que
requiere un programa detallado de reducción de deuda pública. Me gustaría
saber si tiene algún estudio en este sentido y si podría ahondar en el
tipo de medidas de las que estarían ustedes hablando.
También nos ha dicho que el tono de la política fiscal en 2019 sería
aproximadamente neutral y que toda la reducción observada en el déficit
público desde 2013 se habría debido al efecto del ciclo económico. Por lo
tanto, me gustaría saber qué valoración hace de todas las medidas que se
han aprobado en los distintos presupuestos generales del Estado. ¿No han
tenido efecto en este sentido?
El Banco de España prevé un escaso crecimiento de la productividad y me
gustaría saber si lo tienen cuantificado. En el informe que nos ha
entregado, en la parte relativa a los retos estructurales, nos habla de
la necesidad de una agenda ambiciosa de reformas estructurales que
incrementen el crecimiento de la economía, por lo que entiendo que, a
juicio del Banco de España, no ha sido así. En este sentido, me gustaría
saber si cree necesario promover reformas en el mercado de trabajo -ya
que, a nuestro juicio, hasta ahora todo el crecimiento ha estado basado
sobre todo en la devaluación salarial- o si, por el contrario, aboga por
las políticas establecidas por Europa en este sentido.
Muchísimas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Sagastizabal.
A continuación, por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra
señor Ten.
El señor TEN OLIVER: Gracias, presidente.
Bienvenido, señor Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. Le
expreso nuestro agradecimiento por la exposición tan detallada que ha
realizado. Coincidimos con muchas de sus conclusiones y tenemos algunas
cuestiones que le plantearé a lo largo de mi exposición, pero quería
decirle que los presupuestos son la expresión de la política económica
que un Gobierno puede poner en práctica. Realmente, son la
materialización a través de los recursos públicos de todas y cada una de
las políticas que en un ejercicio se plasman sobre una ley. Es, por ello,
quizá la más importante para un Ejecutivo y, por tanto, la que debería
tener más credibilidad para el ciudadano, porque puede ver en esta cómo
se transforman realmente los compromisos políticos en realidades
palpables. Y digo realidades palpables, porque en muchas ocasiones hemos
visto que tan solo se han quedado en promesas. A pesar de estar
reconocida la partida presupuestaria, vemos cómo el grado de ejecución es
pésimo y, por lo tanto, es mucho más importante el control y la
evaluación del gasto público; esto que usted comentaba en sus
conclusiones y esto que desde el Grupo Parlamentario Ciudadanos instamos
a la AIReF a realizar con las subvenciones. Desde luego, desde nuestro
grupo trataremos de dar luz y taquígrafos a las partidas presupuestarias,
especialmente para impedir que se falseen ingresos públicos para dar la
sensación de que se pueden dotar grandes partidas presupuestarias de
gasto social y luego no ejecutarlas.
Antes de pasar a analizar todos y cada uno de los aspectos sobre los que
quiero preguntarle, quería hacer unas consideraciones sobre el ciclo
económico y la necesidad de reformas estructurales. Como usted ha
comentado en su intervención, el actual escenario macroeconómico, con una
ralentización del crecimiento y del empleo y un aumento de las
incertidumbres, nos recuerda que hay que aprovechar los momentos buenos
del ciclo para hacer reformas. La verdad es que el Gobierno no ha traído
aquí ni una sola reforma estructural. Usted decía en el informe que eran
imprescindibles. Sinceramente, solo recuerdo los nombramientos del
Partido Socialista, del partido del Gobierno, en empresas públicas como
Correos, CIS, Paradores o Enusa, y, desde luego, se habían cargado el
sistema de mérito y capacidad. Por tanto, coincido con usted y con el
Banco de España en la necesidad de hacer unas reformas que el Gobierno no
ha traído.
Paso a los ingresos públicos que usted ha comentado. Estamos en un
escenario macro más complejo. Me explico. Es una evidencia que el
crecimiento económico y el empleo se están frenando desde que Sánchez
entró en la Moncloa y el deterioro ha sido más rápido de lo anticipado
por todos los analistas. Evidentemente, las previsiones de crecimiento se
están revisando a la baja -usted ha comentado que ahora estamos en el
2,2- y yo le pregunto, señor Hernández de Cos, cómo es posible que con
esta menor tasa de crecimiento se prevea una mayor tasa de ingresos
tributarios que, por ejemplo, en 2018. Tenemos -y usted ha insistido en
ello en su exposición- dos nuevos impuestos, a las transacciones
financieras y a los servicios digitales. Dicen que van a ingresar más de
2000 millones de euros, sin embargo, estos proyectos no han sido
aprobados y es fácil que estén vigentes tan solo unos meses en 2019.
Tenemos un Gobierno que además espera recaudar 950 millones por imponer
un tipo mínimo del 15 % en el impuesto de sociedades a las grandes
empresas, pero la pregunta es clara: señor gobernador, ¿va a tener efecto
real sobre la recaudación, habida cuenta de que las grandes empresas ya
tributan al 19 % y de que, además, el artículo 39 de la Ley del Impuesto
de Sociedades limita las deducciones al 25 % de la cuota íntegra? Otra de
las fantasías del Ejecutivo -esta semana ha venido del cielo- es la
recaudación de 828 millones de euros por la lucha contra el fraude cuando
no tenemos ni proyecto de ley aprobado, y ya saben ustedes las
limitaciones temporales que hay para destinar más medios contra esta
lacra. Por último, el tema del IVA, como usted comentaba. Descubrimos que
en esta farsa se cargan de un plumazo el criterio del devengo y nos
quieren hacer ver que un año tiene trece meses de ingresos, incorporando
la recaudación extra de un mes de IVA por el sistema inmediato de
información. La pregunta también es sencilla, señor gobernador: ¿cree que
Bruselas va a aceptar esta trampa para cuadrar el déficit en los
presupuestos que se mide en contabilidad nacional?
Con este escenario macro, señor gobernador, ¿cómo es posible justificar
las cifras de ingresos de estos presupuestos' Usted dice que es un riesgo
a la baja, incluso creo que le he escuchado que muy significativo. En la
presentación que nos ha hecho decía que era significativo. ¿Nos podría
concretar ese concepto? No le quiero preguntar a la ministra María Jesús
Montero por este riesgo significativo. Ella dijo textualmente que pasarse
en el presupuesto es fácil y que 1200 millones se pueden sacar de
cualquier partida. No quiero que valore usted esas declaraciones, pero me
gustaría que nos concretara más ese término, si es posible.
El Gobierno da por hecho, además, que el empleo seguirá mejorando pese a
sus decisiones. La reducción del paro se ha desacelerado. Tenemos
anuncios de grandes ERE en las grandes empresas, como Alcoa, El Naval,
Vodafone, CaixaBank. Además, en los presupuestos se comprometen a la
creación de empleo y a un 22 % de aumento del salario mínimo
interprofesional. La Comisión Europea e incluso el Banco de España
hablaban de que esa reducción puede provocar que se creen 80 000 o 150
000 empleos menos. Yo le pregunto: ¿qué efecto tendrá la subida de casi
el 23 % del salario mínimo interprofesional sobre nuestro mercado
laboral? Y es que estamos hablando de palabras mayores, son realmente el
futuro de las pensiones. Si analizamos el informe económico-financiero de
los presupuestos, el llamado libro amarillo, se señala textualmente que
para 2019 se han presupuestado pasivos financieros por 15 164 millones de
euros, más la utilización del Fondo de Reserva de la Seguridad Social por
3693 millones. Esto da un exceso de gastos sobre ingresos de 18 800
millones de euros, 8000 millones más que la previsión del propio Gobierno
del señor Sánchez. Por cierto, el préstamo al Tesoro que se prevé
devolver en diez años, esos 15 164 millones de euros, será a costa,
definitivamente, de impuestos a los ciudadanos. Son impuestos, además,
que pagaremos todas las comunidades autónomas, salvo las forales, porque
ellas tienen un cálculo de cupo privilegiado al cual Ciudadanos se opuso
en el pasado, injusticia que consintió el resto de las fuerzas políticas.
La pregunta es bien sencilla, señor gobernador: ¿le parece correcta esta
paradoja?, ¿le parece correcto que el aumento de las pensiones en el País
Vasco, por ejemplo, se pague a cargo de los impuestos de las demás
personas que cotizan y tributan en el resto de comunidades de régimen
general?
El Gobierno no ha respetado las reglas de estabilidad presupuestaria ni el
objetivo de déficit vigente. Todo el proceso de elaboración de estas
cuentas ha sido realmente tramposo, a nuestro entender. Le pregunto:
¿cree el Banco de España que el Gobierno ha cumplido con la normativa de
estabilidad presupuestaria nacional y europea? En definitiva, tenemos un
descuadre de 8000 euros por el lado de la Seguridad Social y de 9000
euros de ingresos inflados. Además, el Gobierno pretendía cuadrar esos
5000 millones de euros con el tema del IVA de meter un mes más de
recaudación. Y es que la Comisión Europea ya ha dicho que el déficit se
situaría en el 2,2 % del PIB. Usted comentaba que sería un 2 %, además de
las cautelas que habría que tener en cuenta con esos ingresos oficiales
que había tenido en sus cálculos y además del efecto negativo que pueda
producir en la actividad. La pregunta es: ¿qué consecuencias podrían
derivarse de este incumplimiento flagrante de la normativa presupuestaria
nacional y europea?
Este grupo parlamentario quiere hacer mención de un hecho evidente, y es
que España paga más por su deuda, y creemos que es por un déficit de
credibilidad fiscal. España, con un nivel de deuda similar, por ejemplo,
a Francia y una previsión de crecimiento mayor que la del país vecino
paga el doble que Francia. Tenemos una partida, además, de 31 000
millones de euros de intereses. Le quería preguntar al señor
Hernández de Cos a qué atribuye el Banco de España esta diferencia, por
qué pagamos nosotros más prima de riesgo que Francia.
Voy terminando, señor presidente. En conclusión, estos presupuestos de
2019 presentan como logros propios medidas positivas que ya recogimos en
el acuerdo de 2018 con el Gobierno que estaba antes; es decir, ayudas de
1000 euros por gasto de guarderías; 200 millones para lucha contra
violencia de género; rebaja del IRPF, etcétera. En segundo lugar, que
Sánchez siga en Moncloa es una pésima noticia para los bolsillos de la
clase media y trabajadora, que ha soportado el peso de la crisis y ahora
tendrán que pagar las ocurrencias con Podemos; y no solo eso, sino las
facturas que no están incluidas en este presupuesto con aquellos
nacionalistas e independentistas que les requieren para aprobar estos
presupuestos. Los españoles no merecen pagar más impuestos ni se merecen
tener un Gobierno débil que no afronta reformas tan necesarias como la
laboral, la educativa o la financiación de las comunidades autónomas, ni
se merece este agujero de 17 000 millones de euros que comentábamos.
Quisiera dar las gracias al señor gobernador por las respuestas que nos va
a dar. Termino diciendo que los españoles no se merecen estas cuentas
negociadas en la cárcel, no se merecen esta frustración. Se merecen que
haya elecciones. Hay ingresos ficticios, descuadre en la Seguridad Social
que obligará a Sánchez a realizar recortes, indisposición de créditos...
Creo que ahora tiene la palabra el portavoz del Grupo Socialista y podrá
explicarnos que, si no van a cuadrar ese déficit, de dónde van a hacer
esos recortes o dejarnos claro que más impuestos va a tener que pagar la
sociedad española.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Ten.
A continuación, el portavoz del Grupo Parlamentario Confederal de Unidos
Podemos-En Comú Podem-En Marea, el señor Montero.
El señor MONTERO SOLER: Muchas gracias, presidente. Bienvenido, señor
Hernández de Cos. Es un gusto escucharle hablar, sobre todo teniendo en
cuenta el nivel de los debates económicos que teníamos con su antecesor,
que tendía a estar ausente.
Nos encontramos con una situación interesante. Parece que estamos ante un
contexto casi de cambio de ciclo o que se está produciendo ese cambio de
ciclo. Venimos de un contexto donde se ha producido una recuperación de
la economía española que se ha sustentado sobre una serie de factores que
ahora vemos que, o no se les da el lugar oportuno para tratar de entender
hacia dónde vamos y cómo podríamos actuar a través de esos resortes como
palanca, o ustedes no quieren mirar hacia esos elementos de recuperación
para ver cuál fue su contribución, y me explico.
Entre 2015 y 2017, la tasa de crecimiento medio de la economía española
estuvo en torno al 3,3 %. A esa tasa media de crecimiento, la demanda
interna aportó casi el 3,1 y la demanda externa apenas el 0,2 %. Y dentro
de la demanda interna, el consumo privado tuvo una aportación de 1,6
puntos, las exportaciones tuvieron una aportación de 1,5 y la de la
formación bruta de capital fue de 1,2. La aportación de la política
fiscal durante esos años de recuperación también fue significativa. Usted
lo ha planteado en su discurso y lo plantea en la página 16, cuando
señala que, de acuerdo con las estimaciones preeliminares, el tono de la
política fiscal en 2019 sería aproximadamente neutral y toda la reducción
observada en el déficit público de 2013 se habría debido al efecto del
ciclo económico. Pero es que el ciclo económico no es independiente del
signo de la política fiscal. Si la política fiscal hubiera sido más
restrictiva a partir del año 2015, cuando el Partido Popular inició una
política expansiva para tratar de ganar las elecciones del año 2015,
igual la tasa de crecimiento medio de la economía española en 2015, 2016,
2017 y 2018 no habría sido de esa naturaleza y, por tanto, la
contribución del ciclo no habría sido la misma. Es más, esa contribución
positiva de la política fiscal se tradujo en que el consumo y la
inversión públicos tuvieron una aportación positiva al crecimiento
durante todos esos años, mientras que los años 2011 y 2013 -los años de
la austeridad expansiva- tuvieron una aportación de naturaleza negativa,
es decir, una política fiscal procíclica. Es más, la contribución a la
reducción del déficit público de la política expansiva fue exactamente la
misma, de un punto porcentual, que durante los años de la contracción, es
decir, que el estímulo de la economía puede dar lugar a los mismos
beneficios sobre el crecimiento económico que las políticas de
austeridad, con la consecuencia de que tiene menor impacto sobre el
bienestar de la población, los servicios sociales, etcétera. Incluso
también tuvo repercusiones positivas sobre la deuda pública. Se
incrementó hasta el año 2014, en los años de austeridad expansiva, porque
se mantenía el déficit primario y se reducía el producto interior bruto.
Sin embargo, a partir del año 2014, con la expansión del producto
interior bruto, a pesar de que nos manteníamos con el mismo déficit
primario,
el hecho de que la tasa de crecimiento del producto interior bruto fuera
superior a la del tipo de interés facilitaba el hecho de que la ratio
deuda-PIB disminuyera.
Todo ese breve panorama y este momento de cambio de ciclo o de cambio de
tendencia -ya veremos si de cambio de ciclo o de ralentización de la
economía, veremos en qué termina-, da lugar a la aparición de una serie
de elementos que me parecen significativos y sobre los cuales deberíamos
debatir. Como era de esperar, usted trae su planteamiento aquí. Yo
también había leído las proyecciones que hicieron en el mes de diciembre
y esto viene a ser la versión en powerpoint de las mismas. De hecho, en
el segundo párrafo de ese texto directamente reconocen el impacto
expansivo de la política fiscal y su contribución al crecimiento, con lo
cual, en una fase de ralentización de la economía sorprende que vuelvan a
insistir en la consolidación fiscal de esa manera tan intensa. No sé por
qué le reconocen valor y luego cuestionan dicho valor de cara a las
políticas de futuro, pero insisto en que trataré de explicarme durante el
resto de la intervención.
Respecto a las cuestiones sobre las que me parece que hay que reflexionar
y que aparecen en su documento, usted tiene más tiempo que yo... quiero
decir para intervenir (risas). Le deseo larga vida y muchas horas de ocio
(risas), pero quiero decir que en su intervención tiene más tiempo que yo
para explicar esto. Por un lado está la cuestión del dinamismo del
consumo, es decir, la contribución de este país, que, como usted bien
sabe, es wage-led, frente a los otros países donde la demanda externa o
los beneficios constituyen el principal dinamismo de la economía. Esto
hace que nos encontremos con la expansión del consumo que se ha producido
durante estos años como consecuencia del incremento del empleo, como
consecuencia del incremento de la renta disponible y como consecuencia de
esa demanda embalsada que estaba ahí por causa de la incertidumbre y que
explota, que emerge, y con que en estos momentos el dinamismo del consumo
en estos años haya vuelto a ser una variable importante, con la
consiguiente caída de la tasa de ahorro. De esta manera, volvemos a uno
de los problemas tradicionales de la economía española, encontrándonos
con hogares necesitados de financiación neta y con el papel que juega el
crédito en todo ello. La semana pasada leía cómo ya había una reacción
por parte del sistema bancario a sus advertencias como institución
respecto a la necesidad de controlar el crédito al consumo, sobre todo
como consecuencia de que los colaterales, etcétera, no garantizaban. En
este sentido, si las entidades financieras van a ralentizar el crédito al
consumo y seguimos moviéndonos en un contexto de contención salarial,
salvo en el caso del salario mínimo interprofesional -sobre cuyo impacto
tendremos discrepancias evidentes-, nos encontramos con que estamos
frenando uno de los principales motores dinamizadores de la economía
española. ¿Qué soluciones plantea a esa cuestión? ¿Ni contención
salarial, ni crédito, ni tasa natural de paro, a cuyo nivel estructural
de equilibrio hemos llegado y por tanto estamos mejor que Dios? Nos
encontramos en un contexto complicado.
Segunda cuestión: gráfico de la página 7, relativo a la brecha de
producción de la economía española. Parece que la economía española,
después de unos años de crecimiento diferencial con respecto a la
economía europea, se ha normalizado, y como se ha normalizado, hemos
cerrado la output gap y estamos en una situación en la que las
posibilidades de la política de demanda se traducirían automáticamente en
desequilibrios macroeconómicos, de los cuales el principal es la
inflación. ¡Oh, sorpresa!, la inflación no aparece por ningún lado a
pesar de que la brecha ya es positiva. Es más, usted en la página 10 de
su informe se sorprende de que la inflación en los últimos meses no
aparezca por ningún sitio. A lo mejor el mundo ha cambiado un montón y no
nos hemos enterado, pero el análisis que ustedes hacen parece que se
refiere a un mundo que era, al menos, precrisis.
Ese discurso, que no solo lo hace usted sino que también lo hace la
ministra Calviño, plantea que como no hay posibilidad de que las
políticas expansivas de demanda den lugar a una expansión del crecimiento
sin que se produzcan tensiones sobre las principales variables -entre
ellas, la inflación-, apostamos por las reformas estructurales, a las
cuales alude usted también. Es decir, cambiamos el enfoque de empuje
desde la demanda que nos ha hecho crecer en estos años, parece ser que
hemos llegado al límite del crecimiento que nos permiten las políticas de
demanda y pasamos a un enfoque de oferta: Reagan reloaded. Lo que
sorprende en todo esto es que estén planteando ese cambio en el enfoque
de las políticas con una tasa de desempleo que supera el 15 %, es decir,
con unos recursos ociosos de la economía española que parecen inasumibles
por el tejido productivo no solo en términos de empleo sino también en
términos de que asumen que la Nairu, la tasa de inflación no aceleradora
del desempleo, ya está en situación de equilibrio y que esto es lo que
tenemos, además, con unos niveles...
El señor PRESIDENTE: Lleva diez minutos. Vaya concluyendo, por favor.
El señor MONTERO SOLER: Lo siento. ¿Ve cómo tenía más tiempo que yo?
(Risas).
Como decía, esto es lo que tenemos, además con unos niveles de tasa de
actividad muy lejanos a los niveles de tasa de actividad de las economías
que tienen tasas de empleo más altas o de desempleo más bajas que la
nuestra. Señorías, esto no hay quien lo compre, porque la estimación de
la Nairu, de la output gap y del PIB potencial lo cuestiona hasta mi niño
de cuatro años. Ayer se lo explicaba y me decía: eso no puede ser, papá.
Pues efectivamente. (Risas).
La baja del crecimiento potencial obedece también al escaso dinamismo de
la población activa, no plantea -voy terminando, presidente, muy
rápidamente- nada con relación a la activación de la población activa,
porque no tiene mucho sentido que diga que hemos llegado a una Nairu de
equilibrio después de una reforma laboral y sigamos por encima del 15 %
de desempleo. Por último -y abuso de la benevolencia del presidente-,
porque al final llegamos al núcleo de todo esto, que es el debate sobre
reglas y discrecionalidad. Ustedes están aferrados a que las reglas de
política fiscal tienen alguna lógica que a la mayor parte de nosotros se
nos escapa. Esa búsqueda del equilibrio del déficit estructural, cuando
para calcular el déficit estructural necesitas utilizar la Nairu y el PIB
potencial que ya están cuestionados, te dan una variable en segunda
derivada más cuestionada aún. Hay muchas posiciones óptimas y muchos
equilibrios óptimos con niveles de déficit diferentes. Por tanto, en
economía el equilibrio no es único, sino que son múltiples, y ustedes
parecen aferrados a un único equilibrio que es el que marca un déficit
estructural de equilibrio cero. Y porque todo lo que están planteando
puede revertir en una paradoja, que es la paradoja de la deuda pública, y
es que como quieren conseguir reducir la ratio deuda/PIB por la vía del
déficit y eso tiene repercusiones sobre el PIB, solo si la política
fiscal es neutra y solo si los multiplicadores del gasto público son muy
bajos esa paradoja se da. Es más, hay estudios del Leao del año 2013 que
dicen que si el multiplicador del gasto público se encuentra por encima
del 0,7 % la política de contención del déficit estructural para tratar
de reducir la senda del déficit es perniciosa.
Termino, porque usted ha hecho alusión a la literatura reciente, con dos
autores tan sospechosos de marxismo militante como Fatás y Larry Summers,
que en un estudio también reciente concluyen: " Los intentos de reducir
la deuda a través de políticas de consolidación fiscal"-que es lo que
usted ha venido a vender aquí- "han provocado muy probablemente una
subida de la ratio deuda/PIB por su impacto negativo a largo plazo sobre
la producción". Exactamente eso que le estoy diciendo. Y teniendo en
cuenta que en el informe del Banco de España de 2016 la mayor parte de
los multiplicadores del gasto público superan -en algún caso duplican, en
el primer y segundo años- ese 0,7 %, está promoviendo usted una política
errónea.
Termino. No esperábamos otra cosa, gobernador, qué le vamos a hacer,
tampoco se lo vamos a reprochar. Usted está en su papel y en su esquema
mental. Lo único que sí le planteamos es que quizá fuera necesario que
ampliaran sus lecturas y dejaran de leer siempre a los mismos autores que
les llevan por la misma senda de siempre y que trataran de analizar la
realidad de la economía española quizás con un poco menos de pragmatismo
y atendiendo más a lo que ha sido la política monetaria, fiscal y en
definitiva económica en estos últimos años y menos a recetas que son las
mismas en todos los sitios: Ibuprofeno para todos.
Muchas gracias, presidente.
El señor PRESIDENTE: Gracias por ajustarse al tiempo, señor Montero.
(Risas).
A continuación, por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el
señor Lasarte.
El señor LASARTE IRIBARREN: Gracias, presidente.
Gracias, señor Hernández de Cos, bienvenido a esta Comisión de
Presupuestos. Un año más, siguiendo la tradición, el gobernador del Banco
de España inicia las comparecencias en esta Comisión para la explicación
y valoración del proyecto de presupuestos presentado por el Gobierno. Voy
a agradecer la benevolencia del presidente con el actual portavoz porque
me deja ya tranquilo, puedo hablar el tiempo que haga falta, lo cual me
deja mucho más relajado. (Risas). Si algo define el proyecto de un
Gobierno son los presupuestos, y creo que estamos todos de acuerdo, y más
en esta Comisión. Las cuentas es donde se ponen negro sobre blanco las
prioridades políticas que alimentan la acción del Gobierno, donde se
refleja la orientación de la política económica, su modelo de sociedad y
los objetivos de redistribución social y territorial, y si algo
caracteriza las primeras cuentas públicas del Gobierno socialista
presidido por Pedro Sánchez es su marcado carácter social. Casi 6 de cada
10 euros de gasto público van dirigidos a gasto social, a pensiones, a
dependencia, a la lucha contra la pobreza infantil, a ayudas a las
familias, a la lucha contra la violencia de género, a becas, a facilitar
la empleabilidad de los jóvenes, a mejorar la
situación de los trabajadores más precarios con el aumento del salario
mínimo y la de los parados mejorando la cobertura de los subsidios y
reforzando las políticas para la creación de más y mejor empleo y reducir
la tasa de paro, porque son las personas el centro de estos presupuestos.
Usted se estrena como gobernador del Banco de España en esta Comisión. Su
predecesor, el señor Linde, durante los años de su mandato como
gobernador acudió a esta Comisión a valorar los diferentes proyectos
presupuestarios presentados por el Gobierno del Partido Popular, los dos
últimos con el apoyo de Ciudadanos, y no le hicieron mucho caso los
Gobiernos del PP, porque fueron años de incumplimientos reiterados año
tras año de los objetivos de déficit de la Administración Central y la
Seguridad Social, de continua sobreestimación de los ingresos fiscales,
de vaciamiento de la hucha de la Seguridad Social, de aumento de la deuda
pública, de la ayuda pública, hasta niveles máximos en democracia, de
varias peticiones de revisión de la senda de estabilidad a la Unión
Europea por incumplimiento del déficit general y de aumento de la
desigualdad y de la población española en riesgo de exclusión y pobreza.
Queda mucho por hacer tras siete años de Gobiernos del Partido Popular,
pero el proyecto de presupuestos refuerza nuestro Estado de bienestar y
avanza de forma clara en recuperar derechos sociales fundamentales para
la ciudadanía, para nuestra vida cotidiana: la educación, la sanidad, la
vivienda, la cultura, las pensiones, la dependencia. Y si hay un estigma
en términos sociales del modelo de desarrollo económico llevado a cabo en
los últimos siete años de Gobierno del PP -insisto, los dos últimos con
el apoyo de Ciudadanos- es el aumento de la desigualdad en España,
analizado por el propio Banco de España, que ha corroborado que la
desigualdad entre los ingresos salariales, la renta per cápita y la
riqueza en España es una de las mayores de Europa.
Podemos decir que, según datos del Banco de España, el 10 % de la
población más rica ha visto aumentar su riqueza desde el inicio de la
crisis en 9 puntos y que más de la mitad de la riqueza en España está en
manos de solo un 10 % de españoles. También ha demostrado el Banco de
España la escasa capacidad de nuestro actual sistema fiscal para reducir
la desigualdad y analizado la reducción paulatina de la tasa de ahorro de
las familias hasta niveles mínimos, tal y como decía usted en su
presentación, síntomas de un modelo de crecimiento económico no inclusivo
y acentuado por los efectos de una reforma laboral que ha precarizado el
trabajo en este país. Yo discrepo de una afirmación que ha hecho usted en
su presentación respecto a la evolución de la tasa de ahorro en España.
Yo creo que está efectivamente a niveles mínimos, pero yo soy más
optimista que usted, que pensaba que aún podía seguir bajando y afectar
al consumo final de las familias. Yo creo que el alza del SMI y los
acuerdos que estamos viendo entre los agentes sociales para incrementar
los salarios, que hacían falta y que eran necesarios para hacer una mejor
redistribución de la renta, serán positivos, y espero que se recupere el
consumo privado, como así dicen las estadísticas, y también la tasa de
ahorro de las familias. Porque el trabajo ya no garantiza una vida digna.
Esa es una de las principales conclusiones de la crisis económica
iniciada hace ya una década.
En Europa, según los últimos datos del Eurostat, uno de cada diez
trabajadores menores de treinta años vive en riesgo de pobreza, un dato
que se duplica en España, que tiene el triste honor de encabezar el
listado de jóvenes europeos que trabajan y viven en riesgo de exclusión
con un 20 %, seguido de Rumania y Grecia, a lo que se añade también el
triste dato de que uno de cada cuatro niños españoles viven en riesgo de
pobreza. No es una casualidad, no son resultados casuales, son la
consecuencia de la aplicación de unas políticas económicas y
presupuestarias con marcado sesgo ideológico elitista, de derechas. Yo
todavía no lo entiendo, porque eran las políticas de PP y Ciudadanos,
pero son políticas que priman la supuesta búsqueda de la eficiencia en
detrimento de la equidad, persiguen reducir el Estado y bajar impuestos a
los más pudientes y tienen como corolario el aumento de la desigualdad
social que alimenta la crisis de legitimidad de las instituciones y el
alza de los movimientos políticos de corte populista. ¿Cuál es su opinión
al respecto, señor gobernador? ¿Cree que las economías más eficientes
están condenadas a sociedades profundamente desiguales, que no hay
ninguna alternativa en cuanto a otros modelos de desarrollo económico
distintos? ¿Cree que la desigualdad estructural también tiene costes
económicos y sociales y, además de afectar a la justicia y a la dignidad,
también puede afectar negativamente a la economía? ¿O no? En opinión del
Grupo Socialista se pueden conjugar eficiencia y equidad y lograr o
acercarse a un equilibrio más virtuoso con políticas fiscales más
progresivas y redistributivas, tanto por el lado del ingreso como del
gasto, que satisfagan las necesidades que nos exige la sociedad con
aportaciones fiscales más justas y suficientes y compatibles con el
crecimiento económico y la creación de empleo. Claro que si el objetivo
es matar de hambre al monstruo, como predican los más exaltados
neoliberales buscando un Estado mínimo y dejando el destino de cada
sujeto al albur de los
mercados y a la capacidad y suerte en la vida, nos encontraremos con
sociedades muy polarizadas, jerarquizadas e injustas, en las que los
ricos serán cada vez más ricos y los pobres serán más y más pobres, que
es lo que ha pasado en España en estos últimos años. Por eso, son muy
importantes nuevas políticas públicas que pongan a las personas en el
centro de la acción política, por equidad, por justicia y también por
dignidad de una sociedad como la española, que es rica, no tiene que
tener trabajadores o niños pobres. El proyecto de presupuestos aprobado
por el Gobierno socialista va en esa dirección. Son unos buenos
presupuestos. Repito, son unos buenos presupuestos, de hondo calado
social, que ponen a las personas en el frontispicio de la acción política
y, al mismo tiempo, implementan políticas para robustecer el Estado del
bienestar, modernizar nuestra economía y aumentar la productividad, en el
marco del cumplimiento de nuestras obligaciones como país con la
consolidación fiscal y la reducción del déficit y la deuda. ¿En su
opinión, señor gobernador, estas cuentas públicas recogen medidas por el
lado del gasto y del ingreso para intentar reducir la desigualdad
existente en España? ¿Considera que tienen elementos de mejora en la
redistribución de la renta?
Me gustaría también hacer alguna pregunta y alguna reflexión sobre los
ingresos fiscales, porque AIReF en la presentación que hizo en el mes de
octubre sobre el plan presupuestario -nos falta conocer su opinión sobre
el proyecto de presupuestos que será mañana- decía que la estimación de
ingresos del Gobierno era factible, con muchos ajustes, pero la veía
factible -en el plan presupuestario de octubre y las figuras eran las
mismas-, y nos consta, porque además lo dijo el presidente de la AIReF,
que tuvo una relación muy estrecha con el Gobierno pidiendo muchísima
información para clarificar sus dudas y el Gobierno se la dio con total
transparencia. Eso fue lo que le permitió dar una calificación de
factibilidad a esa previsión de ingresos, que también hizo la Unión
Europea. ¿Ustedes han hablado también con el Ministerio de Hacienda para
pedirles una explicación detallada de los parámetros que se han utilizado
para hacer esas estimaciones? ¿Cuál sería la probabilidad que le da usted
a esas estimaciones? ¿Un cien, un ochenta, un cuarenta, un treinta, un
veinte, en su conjunto? Porque, lógicamente, estoy obligado a creer a los
portavoces y a la ministra de Hacienda, me parece razonable, y el
Gobierno entiende que es una previsión rigurosa, prudente y hasta holgada
de los ingresos y se basa fundamentalmente en tres conceptos, más allá,
insisto, de que está todo super detallado y la AIReF, igual que la
Comisión Europea, así lo ha visto. No lo ha visto, lógicamente, el
portavoz de Ciudadanos, cosa que es razonable. Espero que cuando venga la
secretaria de Estado le pregunte y ella le conteste. Según los últimos
datos disponibles, parece que la recaudación este año prácticamente va a
llegar al cien por cien de lo estimado. Hay que recordar que en los
últimos seis años la recaudación fiscal estaba sobreestimada en una media
de 5000 millones de euros, eso hacía el PP, 5000 millones de euros de
sobreestimación. El último año va a llegar prácticamente al cien por
cien. Usted hablaba de elasticidad fiscal y digamos que está empujando
los resultados. Hay una estimación más potente del crecimiento de las
bases imponibles y hay figuras fiscales al alza. Insisto, el Gobierno
entiende que es una previsión rigurosa, prudente y holgada y quiero que
quede constancia en el Diario de Sesiones de la Comisión.
El señor PRESIDENTE: Señor Lasarte, ya lleva diez minutos.
El señor LASARTE IRIBARREN: Me he liado, he hecho un matchmaking no del
Nairu, pero sí de Alberto y me estoy liando, lo siento.
Por otra parte, hemos leído estos días informaciones acerca de que el
Banco Central Europeo está pensando abrir la puerta a nuevos estímulos
por la mayor debilidad de la economía europea y, en particular, en
algunas de las principales economías de la eurozona. ¿Nos podría dar
alguna información sobre ello? Según economistas del Banco de España,
durante el periodo 2014-2018 las medidas del Banco Central Europeo
impulsaron el PIB real de la economía española un 2,3 % y la inflación un
1,4 %. ¿Cree usted que esos nuevos estímulos o un retraso en la
normalización de la política monetaria del BCE podría tener efectos sobre
la senda de crecimiento de nuestra economía y hacer que creciera en 2019
algo más del 2,2 % del PIB que prevé el Gobierno? Usted ha hecho una
intervención que es bastante pesimista en su posición sobre estimación
del PIB y sobre estimación de ingresos, el presidente del Banco Central
Europeo es más optimista, porque ha lanzado un mensaje positivo sobre la
economía europea -esto es de hace dos días- diciendo que el dinamismo de
la economía europea se encuentra apoyado por la fortaleza del mercado
laboral, las condiciones acomodaticias del mercado crediticio y la caída
de los precios de la energía y, en el caso de España, las previsiones
sobre el crecimiento de nuestra economía en una fase de moderación tras
alcanzar el pico en esta fase de crecimiento en 2016 son positivas.
Supongo que estaremos todos contentos, todos nos alegraremos de que las
previsiones de crecimiento de nuestra economía, del PIB español, sean
positivas.
El Grupo Socialista cree que, más allá de los discursos catastrofistas de
los predicadores de malos augurios para España si no gobiernan ellos, es
oportuno destacar la fortaleza y robustez del crecimiento económico
español, avalado además por el último informe del Fondo Monetario
Internacional -no sé si es que algunos no leen esos informes-, que
mantiene una senda de crecimiento por encima de las principales economías
de la eurozona, e incluso aumenta su diferencial sobre las mismas y
avanza hacia una mayor convergencia en términos de renta per cápita.
Nosotros nos alegramos, espero que todos nos alegremos. La confianza de
la economía española se verá, por otra parte, reforzada si este
Parlamento aprueba los presupuestos presentados al lanzar un mensaje de
estabilidad muy positivo para la inversión y la creación de empleo que
beneficiará al conjunto de los españoles, junto a un mensaje de rigor de
las cuentas públicas y del compromiso de este Gobierno con la
consolidación fiscal, compatible con nuevas políticas sociales de
redistribución de la generación de riqueza y de crecimiento económico y
de creación de más empleo y de más calidad, unidos a una modernización
del tejido económico basado en la innovación y la sostenibilidad hacia la
transición ecológica y persiguiendo una mejora de la productividad, una
de las lacras del modelo de crecimiento de estos últimos años.
Voy terminando, señor presidente. ¿Considera, señor gobernador, que la
aprobación de estos presupuestos será bueno para la economía española?
¿Será mejor que se aprueben los presupuestos o que no se aprueben?
Nuestro grupo entiende que será manifiestamente mejor y, de hecho, todos
sabemos que si hay una prórroga presupuestaria sin cambiar las políticas
vamos a un déficit del 2,2. El proyecto de presupuestos del año 2019
coadyuva también en la dirección de aumentar la productividad y reducir
la deuda pública en relación con el PIB, que también son recomendaciones
que hacía Dragui, y también coadyuva en la reducción del déficit y del
paro. Por otra parte, usted reconocía en su última comparecencia en la
Comisión de Economía que a lo largo de la crisis había aumentado la
brecha de España respecto a sus socios europeos en cuanto a capital
tecnológico debido al menor gasto en I+D sobre el PIB del sector público
y privado. Creo que tiene toda la razón del mundo y, por eso, vamos a
corregirlo. El proyecto de presupuestos mejora sustancialmente las
dotaciones de recursos económicos y humanos de nuestro sistema de
ciencia, investigación e innovación y avanza en el diseño de un nuevo
modelo productivo generador de mayor valor y empleos de más calidad en un
proceso hacia la transición ecológica. Por otra parte, quería preguntarle
sobre la política monetaria en la eurozona y cuáles son las previsiones y
expectativas en la evolución de los tipos de cambio del euro en relación
con las principales monedas y los tipos de interés, así como la situación
del estado financiero en España y en el resto del área del euro y qué se
está haciendo para prevenir posibles nuevos episodios de crisis en alguna
entidad financiera.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Lasarte.
Para concluir el turno de los portavoces, tiene la palabra en nombre del
Grupo Parlamentario Popular, el señor Ruano.
El señor RUANO GARCÍA: Muchísimas gracias, presidente.
Buenas tardes, señor Hernández de Cos, muchísimas gracias por su
intervención. Desde nuestra perspectiva ha sido una intervención
brillante. Le doy la bienvenida, por supuesto, en nombre del Grupo
Parlamentario Popular.
Quiero iniciar mi intervención diciéndole que mi grupo está muy preocupado
con estos presupuestos porque suponen un atentado contra el crecimiento
económico y la creación de empleo. No solo estamos convencidos de que
estos presupuestos no son los que necesita España, sino que entendemos
que, permítame la expresión, se trata de unos presupuestos que son
tramposos. Nos recuerdan a la peor de las épocas de Zapatero; unos
presupuestos que, señor portavoz del Grupo Socialista, nadie se los cree.
O sea, no es problema del Partido Popular, esto parecía más la
comparecencia del Partido Popular que la del Banco de España, porque
usted interpelaba reiteradamente al Partido Popular. Se nota que lo echa
de menos. Pero la realidad es que la historia dice que cuando ha habido
políticas socialistas lo que ha nacido es desempleo, crisis y, en
definitiva, más impuestos, menos crecimiento, menos empleo y más deuda.
No lo digo yo, sino que esta ahí la historia.
Señor gobernador, usted hoy no nos ha aclarado si el cuadro económico de
estos presupuestos recoge la realidad desde su punto de vista o no, si
son buenos para nuestro país o no lo son, y es que es el mismo Gobierno y
no el Partido Popular el que reconoce que estamos inmersos en una
situación de
ralentización económica; sin ser catastrofistas, es el propio Gobierno el
que reconoce esa ralentización económica al fijar su previsión de
crecimiento en el 2,2 % para 2019 y al prever una creación de un tercio
menos de empleos que los creados de media durante los últimos cinco años
de Gobierno del Partido Popular. Señor gobernador, no sé si usted puede
valorar en este contexto de desaceleración el impacto que las políticas
en materia energética, laboral y fiscal van a tener en el crecimiento
económico de nuestro país y si este impacto está correctamente recogido
en el cuadro macroeconómico de los presupuestos.
En relación con el crecimiento económico, también me gustaría saber si
usted considera si estos presupuestos favorecen la competitividad
exterior que pueda compensar la caída prevista de la demanda nacional que
nos ha explicado y que se recoge en su presentación. Este es un punto muy
importante, desde nuestra perspectiva, pues consideramos que es vital
recuperar nuestro sector exterior a través de mejoras de competitividad y
contenciones de costes; cosa que entendemos que no se consigue en este
proyecto de presupuestos. Me gustaría saber, señor gobernador, si
considera, después de su exposición, si el cuadro macroeconómico que
incorpora un crecimiento de las exportaciones para 2019 del 2,8 %
-superior al de 2018, que era un 2,4- es creíble en el contexto
internacional que usted nos ha descrito hace un momento, donde se recoge
una moderación importante del PIB mundial. Para nosotros esta es una de
las trampas de este presupuesto, una más; la trampa es que el Gobierno
asume que la economía internacional va a mejorar o que nuestras empresas
van a ser más competitivas. Sin duda, ambas cosas creo que no se las cree
nadie que esté presente en esta sala; al contrario, señor Hernández de
Cos, ¿no considera que estos presupuestos aumentan nuestros costes
internos de producción con mayores cargas para las empresas españolas? En
el último informe anual del Banco de España se recoge, como nos explicó
en su comparecencia, que hasta 2017 se fueron corrigiendo los
desequilibrios de la economía española en términos de la mejora de la
competitividad exterior, mejora de las exportaciones, disminución del
sobreendeudamiento de los agentes privados, y con avances importantes de
la posición deudora de España respecto al resto del mundo. ¿Considera
usted que en el escenario actual de la economía mundial las subidas de
impuestos, el aumento de los costes de producción que se prevén en este
proyecto de presupuestos son positivos para ganar la competitividad
necesaria?
Otra trampa que entendemos que se recoge en estos presupuestos es la
relativa al déficit público. Creo que tanto el portavoz del Grupo
Socialista como de Podemos son los únicos que no se han enterado de que
fue con el Partido Popular cuando se redujo del 9 % al 3 %. Nosotros
consideramos que esta estimación de ingresos que afecta al déficit
público está, si me permite la expresión, tuneada, en primer lugar,
porque ante la situación de desaceleración es imposible que los ingresos
aumenten en la cantidad consignada y, en segundo lugar, porque la partida
de más de 2000 millones de euros de ingresos derivados de la creación de
nuevos impuestos llevará consigo una tramitación, como se ha dicho aquí
recientemente, larga, por lo que las estimaciones de recaudación serán
solamente un deseo del Gobierno, pero no una realidad, pues en el mejor
de los casos su entrada en vigor -y esto ya es una realidad- se demorará
unos meses. Y es que, además, por el lado de los gastos el propio
Gobierno no tiene ningún problema en recoger un ajuste del déficit
estructural del 0,4, inferior al mandatado por el Pacto de Estabilidad y
Crecimiento del 0,65 %. Para nuestro grupo sería muy importante que usted
hiciera una valoración más profunda del cálculo del déficit en los
presupuestos.
Otra preocupación que tiene mi grupo -ya se la trasladé en la última
comparecencia en la Comisión de Economía y Empresa- es en relación con
las consecuencias de la posible subida de tipos por parte del Banco
Central Europeo y el cese de estos estímulos monetarios en un contexto
nacional de endeudamiento excesivo por parte de nuestro país donde,
además, el compromiso con el cumplimiento del déficit desde nuestra
perspectiva es cero, es una farsa. ¿Cuánto están sobreestimados los
ingresos en porcentaje y en euros? No sé si usted podría concretar esto,
así como cuál sería el escenario más negativo de déficit dentro de las
previsiones del Banco de España. No sé si con sus previsiones podríamos
afirmar que cumplimos con los compromisos que hay con la Unión Europea,
porque la realidad es que parece que algunos piensan que el déficit es
gratis, que cae del cielo, que no se puede gestionar para mejorarlo o que
no tiene consecuencias en nuestra economía, aunque, claro, teniendo una
ministra que piensa que el dinero público no es de nadie, no nos extraña.
Tiene que entender que esto nos preocupa: el impacto que puede haber en
una situación que antes o después va a llegar, porque si hay déficit,
habrá deuda, habrá subida de tipos, mayores costes de financiación, y,
por tanto, un estrangulamiento de nuestra economía. Por ello, señor
gobernador, me gustaría que hiciera una valoración sobre cómo puede
afectar una posible subida de tipos a nuestra economía, porque nos dicen
que con el marco vigente el presupuesto se adapta a la senda del 1,3,
pero con el mismo techo del gasto que se había calculado del 1,8. Yo no
sé
quién se pude creer esto; a nosotros nos produce sorpresa. Además, tenemos
nuestras dudas sobre si este planteamiento es legal o no desde el punto
de vista de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Los señores del
Gobierno con estos presupuestos se están desviando de la senda, están
haciendo trampas, hacen un gasto improductivo para financiar su campaña
electoral y quien lo va a pagar somos todos los españoles con más
déficit, con más impuestos y con más deuda. Además, desde nuestra
perspectiva, venden el retraso del cumplimiento del déficit como algo
bueno, pero para nosotros el retraso lo que hace es generar más
vulnerabilidad a nuestra economía y tiene un impacto muy importante en
relación con la amortización de la deuda. No sé si usted podría
cuantificar o, al menos, valorar las consecuencias de ese posible retraso
en el cumplimiento del déficit. Nosotros tenemos la sensación de que el
Gobierno tiene una visión cortoplacista y no le importa lo que pasará más
allá del año 2020, del año electoral, pero hay algo que es inevitable: es
seguro que, tarde o temprano, vendrá una subida de tipos o una recesión y
entonces ¿qué? ¿Puede decirme si la deuda pública es uno de los elementos
centrales de vulnerabilidad de la economía española y, en este sentido,
podría valorar cuáles son las consecuencias de un retraso en el
cumplimiento del déficit de un año? ¿O cuál sería el coste de la deuda si
el tipo de interés se incrementara, por ejemplo, en un 1 %?
Señor gobernador, en otro ámbito de cosas, he echado de menos que
profundizara un poco más en el tema de las pensiones. Leyendo la
intervención del año pasado del gobernador del Banco de España, he visto
que se trató un poco más. Está claro que los parámetros básicos políticos
del sistema de pensiones corresponden a esta Cámara, pero los técnicos
del Banco de España tendrían que señalar los elementos de la ecuación: si
los ingresos y los gastos son coherentes, si el sistema es sostenible,
porque todos haremos un flaco favor si damos expectativas a los
ciudadanos que luego no se cumplen. Además, en nuestro país tenemos el
problema demográfico que usted ha mencionado y del empleo. Creo, señor
gobernador, que a todos los que estamos aquí nos gustaría que usted
dedicase por los menos unos minutos a este asunto.
Otro tema del que nos gustaría que hablara, señor gobernador, es del
expolio impositivo que se recoge en los presupuestos. Nos preocupa la
idea falsa que se trata de trasladar sobre que los aumentos de impuestos
recaen en los más ricos olvidando la idea de la traslación impositiva a
través del incremento de precios, y es que la realidad es que los sujetos
pasivos no son siempre quienes los pagan. Además, el aumento de los
impuestos crece mucho más que el PIB nominal, con el consiguiente aumento
de la presión fiscal. ¿No cree usted, señor gobernador, que esta medida
deteriora la competitividad de nuestras empresas? Por otra parte, la
subida del IRPF para los contribuyentes que ganan más de 140 000 euros va
a suponer una expulsión clara del talento, además de una deslocalización.
Nosotros consideramos que esta subida de hasta el 52 % puede ser
confiscatoria y que tendrá unos impactos muy negativos en la atracción
del talento y la innovación que tanto preocupaba en otros tiempos a los
diputados del Partido Socialista.
El señor PRESIDENTE: Señor Ruano, lleva más de diez minutos.
El señor RUANO GARCÍA: Termino enseguida.
Suben todas las figuras: el IRPF, el impuesto sobre sociedades, las
cotizaciones, los impuestos especiales, se inventan figuras nuevas; 5000
millones de subidas de impuestos, 2000 en la Seguridad Social, las bases
mínimas como consecuencia del salario mínimo interprofesional, las bases
máximas por el destope y se eliminan las bonificaciones. Y ahora que
menciono lo del salario mínimo interprofesional, me gustaría que nos
comentase si se ha actualizado la cifra del impacto que tendría esta
subida del salario mínimo interprofesional, que ya comentamos en su
última comparecencia, pero no sé si se ha actualizado ese estudio y nos
gustaría que nos pudiera decir una cifra. En su informe se comenta que
por el lado de los ingresos hay margen para considerar una revisión y
definición de la cesta de impuestos hacia estructuras más favorables al
crecimiento potencial, y me gustaría, ya que usted es un experto en temas
impositivos, que comentara cómo cree usted que debería ser esa estructura
impositiva en España y si precisamente lo que se está incorporando al
proyecto de presupuestos responde a esas expectativas de la estructura
que usted considera que deberían tener los impuestos en España.
Tengo que preguntarle ya por último, como han hecho otros portavoces, por
el lío que se ha montado de medidas de información del IVA, el tema de
los trece meses, nosotros consideramos que esta es una de las mayores
trampas del presupuesto del Partido Socialista, es el milagro del pan y
los peces, pero yo creo que ellos tienen claro que cambiar la fecha de
pago de un impuesto no reduce el déficit público, pero no sé si usted
podría valorar qué consecuencias puede tener este tipo de medidas, y
desde el punto de
vista de la credibilidad del Gobierno, no sé si este tipo de medidas, que
son tan escandalosas desde el punto de vista de la rigurosidad a la hora
de hacer un proyecto presupuestario, pueden incidir en la prima de
riesgo.
Esto es todo. Le agradezco su comparecencia y esperamos que el resto de
partidos tomen nota de las reflexiones que usted ha hecho respecto al
proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Muchas gracias. Muchas
gracias, presidente, por su generosidad. (Aplausos).
El señor PRESIDENTE: A continuación, don Pablo Hernández de Cos,
gobernador del Banco de España, responderá a los intervinientes de los
grupos parlamentarios. Cuando quiera, señor gobernador.
El señor GOBERNADOR DEL BANCO DE ESPAÑA (Hernández de Cos): Muchísimas
gracias por los comentarios y por las preguntas. Voy a tratar de
responder si no a todas, a muchas de ellas, y de la forma más ordenada
posible, y si me permiten, agrupando temas.
Voy a empezar por una que ha sido recurrente, que es la relativa a los
ingresos públicos; creo que ha sido mencionado por varios diputados.
Quizá la forma más fácil de explicarlo es trasladarme de nuevo a esta
transparencia número 15. En este gráfico de la izquierda -quizá lo he
contado demasiado deprisa en mi intervención inicial- lo que tienen sus
señorías es la evolución de los ingresos incluidas las cotizaciones
sociales que se presentan en los Presupuestos Generales del Estado, este
8,2 %, que es el presupuesto de 2019 con respecto al avance de
liquidación, en términos presupuestarios. En relación con esta
estimación, como decía en mi intervención, nosotros vemos riesgos
significativos a la baja. El primero de estos aspectos -que ha salido
también en varias intervenciones- es que la mayor recaudación del nuevo
suministro inmediato de información del IVA no se traslada a la
contabilidad nacional, porque en la contabilidad nacional rige el
principio de devengo y, de hecho, esto ya es lo que sucedió en la
anterior modificación, que fue la opuesta a la que sucede en este año del
suministro inmediato de información y evidentemente en contabilidad
nacional no tuvo ningún tipo de implicación. El presupuesto contiene una
estimación muy concreta y muy explícita de lo que supone este efecto, y
en esta transparencia esto se ilustra con esa rayita quebrada azul:
básicamente eliminar este efecto de la ejecución presupuestaria nos
llevaría a una tasa de variación de en vez del 8,2, del 6,9 %. Este es el
primer elemento que hay que tener en cuenta. El segundo tiene que ver con
esto que yo decía de las elasticidades impositivas, es decir, la
respuesta de los ingresos a las bases macroeconómicas digamos que es más
alta que la media histórica. Esto no ha sucedido en muchas ocasiones y
hay bastante incertidumbre sobre el valor de estas elasticidades, porque
tienen un cierto comportamiento procíclico y las expansiones suelen ser
superiores a la media histórica y lo contrario sucede en las recesiones,
pero en cualquier caso, nosotros pensamos que es un elemento adicional
que supone riesgos para la previsión. De tal manera, si lo tratamos de
cuantificar, si en vez de utilizar las elasticidades implícitas
utilizáramos las medias históricas, ese 6,9 de tasa de crecimiento se
convertiría en un 5,6.
Esos son los dos aspectos que nosotros hemos considerado a la hora de
elaborar el escenario central que he presentado de un déficit de
alrededor del 2 %, y no he querido ser más explícito porque ser más
explícito requeriría tener un cuadro macroeconómico completo que
incorporara toda la información que hemos tenido desde noviembre, que ha
sido mucha. Mañana sale la encuesta de población activa, el jueves, creo
recordar, o el viernes sale la estimación del cuarto trimestre del año,
todo esto lo iremos incorporando junto con unas nuevas previsiones del
área del euro, y lo publicaremos a mediados de marzo. Este ejercicio que
quería traer aquí para hacer una valoración más correcta de la que
simplemente hubiera sido trasladar la información que ya teníamos de
diciembre, nos llevaría a un déficit de alrededor del 2 %. Eso quiere
decir que en esa estimación del 2 % no estamos incorporando el tercer y
cuarto aspecto que menciono en esta transparencia, es decir, esa
estimación está hecha simplemente eliminando el efecto del suministro
inmediato de información y colocando las elasticidades impositivas en el
promedio histórico en vez de en estas más elevadas que el promedio
histórico, que es con las que nosotros interpretamos que se han hecho los
presupuestos. Es decir, que serían riesgos a mayor déficit, en el caso de
que se produjeran, que el tercer y cuarto riesgos que subrayaba en mi
intervención; el tercero tiene que ver con que siempre -y de nuevo no es
exclusivo de este presupuesto- que hay incrementos o cambios,
modificaciones a la baja o al alza de los impuestos, la estimación ex
ante de los impactos no es en absoluto sencilla, y alguno de los
diputados me ha preguntado en el caso concreto del impuesto sobre
sociedades. Probablemente el impuesto sobre sociedades sea el impuesto en
el que es más difícil estimar ex ante los efectos de los incrementos -de
las modificaciones- o de las bajadas de impuestos. Y subrayaba también en
mi intervención, y lo vuelvo a hacer ahora, que en el caso
de las nuevas figuras tributarias es todavía más difícil porque uno no
tiene experiencia histórica. Estas son figuras tributarias -alguien me
preguntaba también por la valoración de las mismas- que, como saben
perfectamente sus señorías, se han planteado a nivel europeo, no se ha
llegado a un grado de consenso y algunos países, ahora también España,
han legislado sobre las mismas. Creo que hubiera sido adecuado no
solamente para España sino para el resto de países haber tratado de
unificar y tener una legislación común porque evidentemente son impuestos
en los que, con bases muy móviles, existe efectivamente un riesgo
-también lo señalaba algún diputado- de deslocalización de los mercados
y, por tanto, efectivamente, la estimación de los impactos recaudatorios
se hace todavía más complicada. No quiere decir esto que no se vaya a
recaudar nada, hay países como Francia en el que el impuesto de
transacciones financieras evidentemente recauda algo, pero también hay
algunos análisis realizados, por ejemplo por el Tribunal de Cuentas de
ese país, que evidencian esos problemas de deslocalización del negocio.
Por último, tampoco tiene en cuenta -eso también lo quiero subrayar- esa
estimación de alrededor del 2 % que este presupuesto probablemente
-bueno, yo diría que con total seguridad- no se va a aprobar el 1 de
enero. (Risas). Ustedes saben bastante mejor que yo cuáles son los
trámites parlamentarios, pero quizá en el mejor de los casos se aprobará
en marzo o en abril. Pues eso ¿qué implicaciones tiene desde el punto de
vista de la entrada en vigor y, por tanto, del poder recaudatorio de los
distintos impuestos? Pues puede que no reducido. Esas son, en relación
con los impuestos, las matizaciones que quería subrayar.
Me han hecho sus señorías también una consideración más general que tiene
que ver con, en ese programa de medio plazo que yo estaba solicitando,
qué componentes debería tener. Creo que es muy importante, al menos yo
así me lo tomo, que el Banco de España no está aquí para decir cuál es el
nivel impositivo o el nivel de gasto público que tiene que tener la
economía, eso es esencialmente ideológico y son legítimamente defendibles
tanto niveles de gasto público como los que tiene Dinamarca, cercanos al
60 %, como los que tiene Japón, del 30 %. Son ustedes, los
parlamentarios, los que tienen que decidir, en relación con los distintos
trade-off que existen entre eficiencia y equidad, en qué punto se quieren
quedar. Entonces, evidentemente, que yo detalle aquí un programa de
consolidación fiscal exigiría eso, es decir, básicamente eso lo que
significa es reducir ese déficit estructural del 2,5 al 0 y eso o se hace
por el lado de los ingresos o por el lado de los gastos, y me van a
permitir, porque creo que es esencialmente una discusión ideológica que
tienen que tener ustedes, que yo no entre en ese tipo de consideraciones.
Lo que sí he hecho es decir -y esto creo que está fuera de cualquier tipo
de ideología- que hay tanto cestas de gasto como cestas de impuestos que
son menos dañinas para el crecimiento económico y que a lo mejor logran
prácticamente los mismos efectos en términos de equidad. Por el lado del
gasto, evidentemente mejorar la eficiencia, que es básicamente lograr lo
mismo pero con menos recursos, eso, per se, lo deberíamos comprar todos.
En segundo lugar, que hay cestas de impuestos que son menos dañinas para
el crecimiento, también hay bastante evidencia empírica sobre ello. En el
caso del Banco de España, hemos publicado muy recientemente, a finales
del año pasado, un documento puramente descriptivo de cuál es la
estructura impositiva de la economía española en comparación con la media
del área del euro. Hay algunas cuestiones que es interesante subrayar:
primero, como han dicho algunos de ustedes, que el nivel de imposición es
significativamente más bajo que en el core, en el centro de Europa:
Francia, Alemania y otros países. También destaca que donde es
verdaderamente menor el nivel de imposición es en la imposición sobre el
consumo, en particular en los impuestos medio ambientales, que no están
suficientemente desarrollados en este país, y en el IVA. En el IVA no
tanto por el tipo general, que es ya muy similar al de la media de los
países del área del euro, sino por el hecho de que afecta a un número
mucho más reducido de productos que en otros países. Es verdad que aquí
hay una discusión teórica y empírica muy interesante sobre lo siguiente:
si pasáramos todos los bienes al tipo general, se podrían generar efectos
redistributivos negativos, eso seguro que es así porque evidentemente los
bienes de primera necesidad, que están gravados al tipo reducido,
representan un peso mayor en el consumo de los hogares más pobres, pero
también es verdad que se podría utilizar esa mayor recaudación para
compensar a esos hogares de tal forma que, a lo mejor, el resultado final
sería de mayor eficiencia con el mismo grado de redistribución. Por
tanto, hay que analizar esto adecuadamente y llegar a conclusiones que
nos parezcan razonables. Esto en cuanto a los temas impositivos.
En cuanto al tema macroeconómico, yo sé que ustedes a veces me hacen las
preguntas a mí, pero otras veces se las hacen entre ustedes por lo que es
difícil en ocasiones delimitar cuándo se dirigen a mí y cuándo se están
dirigiendo exclusivamente a otra señoría. Yo no quería dar una visión muy
negativa, porque realmente no la tengo, sobre el cuadro macroeconómico de
esta economía para los
años 2019, 2020 y 2021. Este es un mensaje absolutamente compatible con el
que dio el presidente del Banco Central Europeo la semana pasada, el
jueves, como no podía ser de otra manera, porque básicamente todos los
bancos centrales nacionales y el Banco Central Europeo compartimos
nuestro diagnóstico sobre la economía y también evidentemente las
decisiones. Es un cuadro macroeconómico en el que, de hecho, en el año
2018 ya se ha producido una cierta desaceleración, desaceleración que se
ha producido esencialmente en el sector exterior. Como consecuencia de
esa ralentización del área del euro, de la economía global y del comercio
mundial, el sector exterior es el que ha sufrido sobre todo los efectos
más negativos, pero es verdad que el escenario central de crecimiento,
sea este 2,2 % o algún número más bajo -me preguntaba el señor Bel sobre
hacia dónde podría ir, y no voy a cuantificarlo, pero sí hablaré de en
qué dirección pueden ir las revisiones futuras-, sigue siendo un
crecimiento que está por encima del potencial de la economía y que, por
tanto, permitiría que la brecha de producción siga aumentando. Creo que
todos los que estamos aquí firmaríamos este escenario, más después de
haber crecido durante más de tres años por encima del 3 %, el año pasado
un 2,5 %. La economía España durante el año 2018, a pesar de esa
ralentización, ha aguantado mejor que otras economías europeas el proceso
de desaceleración. Según los datos observados en el segundo y tercer
trimestre del año, ha habido un crecimiento intertrimestral del 0,6 % del
PIB desestacionalizado y en el cuarto trimestre, del que todavía no
tenemos información, la estimación del Banco de España se sitúan en el
entorno del 0,6 %, es decir, hay un mantenimiento del crecimiento
económico. Lo que sucede es que al mismo tiempo que decimos eso, que son
hechos, pensamos que una desaceleración global y sobre todo una
desaceleración europea que se está produciendo y que se ha producido con
seguridad por encima de la desaceleración que esperábamos en economías
como la francesa y la italiana, que es altamente probable que haya
entrado en recesión, e incluso en la economía alemana es muy difícil que
no nos acabe afectando. De tal manera que ¿hacia dónde pueden ir esas
revisiones posteriores del crecimiento? Sin tratar de anticipar nada,
porque luego tengo que volver al banco y mis economistas me pegan si me
mojo mucho, porque ellos tienen que hacer los ejercicios y en este
momento todavía no los hemos hecho, aquí creo que hay dos elementos. El
primero es hasta qué punto vamos a revisar a la baja el crecimiento de la
economía europea como consecuencia de cosas que ya sabemos. También es
verdad que hay una discusión interesante al respecto, porque sería la
cuarta vez que revisáramos a la baja las previsiones de crecimiento del
área del euro desde la primavera del año pasado. Esencialmente lo que
hemos hecho es considerar que todos los fenómenos que se producían eran
de carácter transitorio; modificábamos la previsión del trimestre, pero
no revisábamos a la baja los trimestres posteriores. A lo mejor tenemos
que empezar a plantearnos que hay mayor persistencia de la que hemos
estado incorporando al escenario central de crecimiento para el futuro y,
por tanto, la revisión podría ser más elevada de la que hemos realizado
en el pasado y, como consecuencia de eso, nuestros mercados exteriores se
revisarían a la baja y, por supuesto, la economía española también se
vería afectada negativamente. Este es el primer aspecto. ¿Cuánto? No me
pidan ser tan preciso. El segundo aspecto tiene que ver con la propia
incorporación de los presupuestos, por eso he intentado explicar con
mucho detalle que nuestro ejercicio de diciembre partía de un déficit del
2,4 % y que no incorporaba todos los incrementos impositivos; sí los
incrementos de gasto público, pero no los incrementos impositivos. Ahora
los vamos a tener que incorporar, al menos si existen visos de que se
apruebe este presupuesto por la Cámara. Y evidentemente, los
multiplicadores son keynesianos y, por tanto, incrementos impositivos
tendrán efectos negativos sobre el crecimiento económico. Estamos
hablando de entre 4000 o 5000 millones de euros de incrementos
impositivos, pues con un multiplicador, aunque lo pongamos relativamente
reducido porque estamos con una brecha de producción positiva -luego
volveré sobre ese tema-, llevará necesariamente a una ligera revisión a
la baja por ese fenómeno.
Han hecho ustedes algunas consideraciones más de carácter estructural que
la verdad es que agradezco, porque a veces mi sensación es que tenemos
debates muy coyunturales y que no nos llevan a muy buen puerto y, sin
embargo, en los estructurales a veces nos perdemos. Tasa de paro, tasa de
paro estructural, Nairu. Yo no sé cual es la Nairu de la economía, lo
reconozco, no sé si es el 14, el 13 o el 12 %, lo que sí sé es que, desde
el inicio de la democracia, la media de la tasa de paro de la economía
española se sitúan en ese entorno, entre el 13 y el 14 %. Esto me lleva a
pensar que hay un aspecto estructural importante detrás de esa tasa de
paro, porque la tasa de paro promedio de Alemania, de Francia e incluso
de Italia no es esa. Entonces, ¿podemos pensar que con políticas de
demanda podemos reducir estructuralmente la tasa de paro? Yo creo que no,
creo que es un error pensar que con políticas de demanda podemos
lograrlo. Por eso, he recurrido a las políticas de oferta; por cierto,
políticas de oferta
en las que creo que lograríamos un absoluto consenso en esta Cámara. Por
ejemplo, reducción de la temporalidad. Creo que todos estaríamos
absolutamente de acuerdo. Quizá no estaríamos tan de acuerdo en cómo
lograrlo, pero sí en que es importantísimo. ¿Por qué es tan relevante la
temporalidad? Porque la temporalidad lo que genera es que, ante las
crisis económicas, las empresas sigan prefiriendo, les sea más fácil
despedir a los trabajadores temporales frente a los fijos. La reforma de
2012 claramente no ha resuelto este problema. Es evidente que no lo ha
resuelto porque, en cuanto se ha vuelto a crear empleo, la tasa de
temporalidad ha vuelto a aumentar. Esto hay que tomárselo muy en serio.
Eso entiendo que es una política de oferta -no estoy seguro de que sea
reaganiana (risas), porque en Estados Unidos no tienen problema, tienen
otros- y entiendo que es mucho más efectiva que cualquier tipo de
política de demanda. La segunda que menciono es la mejora de la
empleabilidad. En indicadores de mismatch, utilizando la terminología en
inglés, entre los niveles que las empresas demandan de cualificación y
los que tenemos en el colectivo de desempleados estamos en máximos, con
lo cual algo habrá que hacer en términos de formación de los trabajadores
y de mejora de la empleabilidad. De nuevo, creo que es una política de
oferta que esta Cámara debería comprar por unanimidad. No creo que haya
ningún componente ideológico en esta propuesta. Incluso si me voy a otro
tipo de políticas que están más relacionadas con la dinámica de la
productividad, como decía antes, mejora del capital humano, que en
algunos indicadores de calidad de la educación en España no lo hacemos
muy bien es bastante evidente, solo hay que ver la tasa de abandono
escolar, y eso que se ha reducido de una forma significativa.
Han hablado también algunos de ustedes del nivel de gasto en I+D+i. Es
evidente, creo que ya se publicó por Eurostat el último dato referido al
año 2018 y seguimos evidentemente a la cola. Y algo que enfaticé en mi
presentación del informe anual y que vuelvo a recordar ahora es la
competencia empresarial. Esto lo he subrayado en distintas ocasiones y
nosotros hemos hecho una valoración dinámica de qué ha pasado con los
márgenes empresariales en este país. Durante la crisis económica
empezaron a aumentar y aquí siempre había dos posibilidades de
interpretación, una es que hubiera falta de competencia y la segunda es
que, ante la restricción financiera, esta era la única posibilidad que
tenían las empresas para seguir sobreviviendo. Bueno, compramos esta
segunda visión, teníamos algún análisis empírico que así lo justificaba,
y digamos que había menos componente normativo en esa valoración. Si
sobreviven las empresas aunque sea con crecimiento de los márgenes,
bienvenido sea. ¿Pero qué sucede? Que durante la recuperación económica,
incluso en la expansión que estamos viviendo, en la que ya no hay
restricción financiera de ningún tipo, entre otras cosas por las
políticas del Banco Central Europeo, los márgenes siguen aumentando en
determinados sectores. Está claro que la interpretación ya no puede ser
la misma y por eso recurrimos -y también tenemos alguna evidencia
empírica- a que hay falta de competencia en algunos sectores. Insisto de
nuevo, tampoco hay aquí ningún tipo de componente ideológico, me parece
que es algo que podrían comprar prácticamente todos los grupos
parlamentarios.
Hay algo sobre lo que también me gustaría enfatizar, y es sobre la
posibilidad de reducir el déficit estructural y el endeudamiento solo con
políticas de demanda. Yo creo que hay muy poca evidencia de que eso sea
factible, desgraciadamente. A mí me gustaría decirles a ustedes que
incrementando el gasto público y generando mayor actividad económica,
porque los multiplicadores son keynesianos, el crecimiento económico iba
a revertir en mayores ingresos y el déficit estructural se iba a reducir,
pero no es verdad. Si es que llevamos cinco o seis años haciendo una
política no muy distinta de esas o por lo menos no reduciendo el déficit
estructural. Otra cosa es -y aquí sí le puedo dar la razón al señor
Montero- que el mejor momento para hacer esas políticas sea cuando hay
recesión, no, claro que no. Por eso creo que es importante aprovechar
este momento económico, precisamente por eso, porque cuando llegue la
siguiente, que llegará -cuanto más tarde, mejor-, nos tiene que pillar
con un déficit estructural cercano a cero para precisamente no solo dejar
que el déficit aumente, sino incluso para, si el Gobierno de turno lo
considera oportuno, hacer políticas contracíclicas que permitan que el
incremento del paro sea menor. Creo que precisamente este es el argumento
por el que tendría que enfatizarse y priorizarse la reducción del déficit
estructural, y desafortunadamente no creo que se pueda hacer con
políticas de demanda. O sea, los incrementos de gasto público no acaban
generando un crecimiento tal, al menos duradero y sostenible, que acabe
generando mayores ingresos públicos de tal forma que el déficit
estructural se reduzca. Yo no conozco esa evidencia, creo que no existe
de hecho.
Luego hay un aspecto de carácter estructural muy interesante, que tiene
que ver con el juego entre salarios y empleo. Efectivamente, la economía
española ha generado empleo de una manera muy vigorosa y eso ha sido muy
bienvenido porque teníamos una tasa de paro del 27 %. Eso ha ocurrido,
efectivamente, con ganancias de competitividad que se han realizado sobre
todo vía ajuste salarial. De
hecho, la reforma de 2012 favorece en alguna medida eso porque, yo creo
que con buen criterio, durante los primeros momentos de la desaceleración
lo que sucedía era lo contrario, veíamos incrementos salariales que no se
acompasaban con el incremento de la tasa de paro tan fuerte que se estaba
produciendo. Esta es una discusión intelectualmente muy interesante; creo
que eso no ha sido malo para el consumo sino todo lo contrario, una buena
parte de la evolución, del dinamismo del consumo que hemos observado -y
también hay alguna evidencia que hemos publicado en el Banco de España en
los últimos años- tiene que ver con el hecho de que los ciudadanos
perciban que la probabilidad de estar en desempleo es mucho más baja, lo
que inmediatamente les da la confianza suficiente como para consumir más.
Esto ha sido muy importante en el dinamismo del consumo en los últimos
años y hay que enfatizarlo. Por eso, cuando se habla de incrementar los
salarios, que evidentemente algo hace, yo no me opongo, es verdad que
necesariamente debería estar ligado a los crecimientos de productividad,
precisamente para que no se produzcan pérdidas de competitividad de la
economía, y con esto introduzco también la cuestión del salario mínimo.
(El señor Montero Soler: Y los márgenes empresariales). Y también los
márgenes empresariales, por supuesto, que también acabo de hablar de
ello, no me he dejado ninguna pieza. Además he hablado de ello incluso
antes, señor Montero, o sea que en términos de prioridad, si la quiere
poner antes, yo incluso estaría dispuesto a aceptarlo.
En relación con el salario mínimo, no voy a replicar el debate que ya
tuvimos hace tan solo dos meses, conocen la opinión y el análisis
realizado en el Banco de España en general y, aunque publicaremos en los
próximos días un documento en el que se detalla toda esta visión, es
verdad que la literatura es bastante imprecisa, hay resultados en todas
las direcciones, pero en general uno encuentra mayor evidencia empírica
en que los incrementos del salario mínimo tienen algunos efectos
negativos sobre el empleo. ¿Cuál es la elasticidad? La elasticidad
depende de muchas circunstancias. La evidencia que nosotros tenemos para
la economía española es que para determinados colectivos, que son
aquellos con baja productividad -por cierto, antes eran los colectivos de
jóvenes, pero tras el análisis que han hecho los economistas del Banco de
España, empiezan a estar bastante más preocupados por los mayores con
bajos salarios-, la respuesta ante el incremento del salario mínimo es
que el efecto es negativo. En todo caso, la medida ya se ha aprobado, la
medida ha entrado en vigor el 1 de enero, y yo vuelvo a repetir lo que ya
dije entonces: me parece importante que evaluamos las medidas, que
analicemos en el contexto del año 2019 lo que pasa con el empleo de una
manera desagregada y con un análisis objetivo lleguemos a las
conclusiones que nos permitan hacer mejores políticas públicas, nada más.
Yo no pretendo tener razón, esto evidentemente es cuestionable y hay
estimaciones de todo tipo, pero yo estoy obligado evidentemente a
presentarles las que los economistas del Banco de España realizan.
Paso a referirme a la política monetaria y al papel de la política
monetaria. Yo creo que el presidente Draghi fue bastante claro la semana
pasada, primero al enfatizar esos riesgos que yo acabo de subrayar para
el conjunto del área del euro -no para los países individualmente sino
para el área del euro-, por eso yo les traslado también esta visión hoy,
que es absolutamente compatible con esa otra visión. Evidentemente
estamos en un momento de normalización de la política monetaria. Cuál
será el ritmo de esa normalización evidentemente va a tener que ver con
cuál sea la evolución macroeconómica del área del euro y en particular
con cuál sea la evolución de la inflación. La lectura que hacen los
mercados de cómo nosotros comunicamos sobre política monetaria les lleva
a pensar que va a ser una política monetaria muy gradual. En ese sentido,
este es un elemento que hay que tener en cuenta, pero no es de una enorme
preocupación, como alguno de ustedes trataba de trasladar. En cualquier
caso, es evidente que ha cambiado, es decir, que el proceso de expansión
cuantitativa que se ha desarrollado durante los últimos años ha
finalizado en términos de las compras netas, como decía antes, y ahora
entramos simplemente -que no es poco, porque creo que el impacto
macroeconómico también puede ser muy relevante- en la reinversión durante
el tiempo que sea necesario para que la inflación converja a los
objetivos de inflación, pero es verdad que estamos en el contexto -y los
mercados así lo esperan antes o después- de incrementos de tipos de
interés en el futuro. Por tanto, la economía española también -y este es
otro motivo adicional- tiene que prepararse para esa situación. Es verdad
que el endeudamiento del sector privado, tanto de familias como de
empresas, es mucho más bajo que el de hace unos años, este desequilibrio
macroeconómico se ha corregido de una manera muy significativa -cuando
uno se compara con el área del euro, estamos ya por debajo en las dos
dimensiones o aproximadamente en la media del área del euro-, pero
tenemos el otro desequilibrio, que es el del endeudamiento público, de un
33 % antes de la crisis y hoy con niveles ligeramente por debajo del cien
por cien. Este es un argumento adicional que ponía yo encima de la mesa
para priorizar la consolidación fiscal.
Es posible que me esté dejando muchas cosas, señor presidente, pero con
esto creo que he acabado. (El señor Montero Soler pide la palabra).
El señor PRESIDENTE: Señor Montero, como se acordó en Mesa y portavoces,
no hay réplica al gobernador ni a los demás intervinientes en esta
Comisión.
Muchas gracias por su intervención, señor gobernador.
Para su información, reanudaremos las comparecencias mañana a las nueve de
la mañana en la Sala Constitucional. Hoy nos hemos desplazado aquí porque
todavía no ha concluido la Diputación Permanente y están ocupando la Sala
Constitucional desde las diez de la mañana que empezó. Mañana comparece
la secretaria de Estado de Presupuestos a las nueve de la mañana en la
Sala Constitucional.
Se levanta la sesión.
Eran las siete y veinticinco minutos de la tarde.
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