DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 16, de 25/03/2020
cve:
DSCD-14-PL-16
CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE
Año 2020 XIV LEGISLATURA Núm. 16
PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª MERITXELL BATET LAMAÑA
Sesión plenaria núm. 15
celebrada el miércoles,
25 de marzo de 2020
ORDEN DEL DÍA:
Juramento o promesa de acatamiento de la Constitución por nuevos señores
diputados ... (Página5)
Convalidación o derogación de reales decretos-leyes:
- Real Decreto-ley 4/2020, de 18 de febrero, por el que se deroga el
despido objetivo por faltas de asistencia al trabajo establecido en el
artículo 52.d) del texto refundido de la Ley del Estatuto de los
Trabajadores, aprobado por el Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de
octubre. ("BOE" núm. 43, de 19 de febrero de 2020). (Número de expediente
130/000005) ... (Página6)
- Real Decreto-ley 5/2020, de 25 de febrero, por el que se adoptan
determinadas medidas urgentes en materia de agricultura y alimentación.
("BOE" núm. 49, de 26 de febrero de 2020). (Número de expediente
130/000006) ... (Página22)
- Real Decreto-ley 6/2020, de 10 de marzo, por el que se adoptan
determinadas medidas urgentes en el ámbito económico y para la protección
de la salud pública. ("BOE" núm. 62, de 11 de marzo de 2020). (Número de
expediente 130/000007) ... (Página38)
- Real Decreto-ley 7/2020, de 12 de marzo, por el que se adoptan medidas
urgentes para responder al impacto económico del COVID-19. ("BOE" núm.
65, de 13 de marzo de 2020). (Número de expediente 130/000008) ... (Página38)
- Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes
extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del
COVID-19. ("BOE" núm. 73, de 18 de marzo de 2020). (Número de expediente
130/000009) ... (Página38)
Convalidación o derogación de reales decretos-leyes. (Votación) ... (Página71)
Actos en relación con los estados de alarma, excepción y sitio:
- En su caso, solicitud de autorización de la prórroga del estado de
alarma declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por
el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de
crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. ("BOE" núm. 67, de 14 de
marzo de 2020). ("BOE" núm. 73, de 18 de marzo de 2020). "BOCG. Congreso
de los Diputados", serie D, número 54, de 17 de marzo de 2020. "BOCG.
Congreso de los Diputados", serie D, número 56, de 20 de marzo de 2020.
(Número de expediente 091/000001) ... (Página73)
SUMARIO
Se abre la sesión a las tres de la tarde.
Juramento o promesa de acatamiento de la Constitución por nuevos señores
diputados ... (Página5)
El señor don Diego Antonio Taibo Monelos y la señora doña Uxía Tizón
Vázquez adquieren la condición plena de diputados al prestar acatamiento
a la Constitución.
Convalidación o derogación de reales decretos-leyes ... (Página6)
Real Decreto-ley 4/2020, de 18 de febrero, por el que se deroga el despido
objetivo por faltas de asistencia al trabajo establecido en el artículo
52.d) del texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores,
aprobado por el Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre ... (Página6)
La señora ministra de Trabajo y Economía Social (Díaz Pérez) expone a la
Cámara las razones que han llevado al Gobierno a la promulgación del real
decreto-ley de referencia.
En turno en contra de la convalidación interviene la señora Romero
Vilches, del Grupo Parlamentario VOX.
En turno de fijación de posiciones intervienen el señor Martínez Oblanca y
la señora Vehí Cantenys, del Grupo Parlamentario Mixto; el señor Legarda
Uriarte, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV); la señora Muñoz Vidal,
del Grupo Parlamentario Ciudadanos; los señores Baldoví Roda y Rego
Candamil, del Grupo Parlamentario Plural; Rufián Romero, del Grupo
Parlamentario Republicano; Santiago Romero, del Grupo Parlamentario
Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común; Movellán
Lombilla, del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, y Anguita
Pérez, del Grupo Parlamentario Socialista.
Cierra el debate la señora ministra de Trabajo y Economía Social.
Real Decreto-ley 5/2020, de 25 de febrero, por el que se adoptan
determinadas medidas urgentes en materia de agricultura y alimentación
... (Página22)
El señor ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación (Planas Puchades)
expone a la Cámara las razones que han llevado al Gobierno a la
promulgación del real decreto-ley de referencia.
En turno de fijación de posiciones intervienen los señores Martínez
Oblanca y Guitarte Gimeno, del Grupo Parlamentario Mixto; y Legarda
Uriarte, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV); la señora Muñoz Vidal,
del Grupo Parlamentario Ciudadanos; los señores Rego Candamil y Baldoví
Roda, del Grupo Parlamentario Plural; Rufián Romero, del Grupo
Parlamentario Republicano; López de Uralde Garmendia, del Grupo
Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en
Común, y López Maraver, del Grupo Parlamentario VOX; y las señoras Marcos
Ortega, del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, y Leal Fernández,
del Grupo Parlamentario Socialista.
Cierra el debate el señor ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Real Decreto-ley 6/2020, de 10 de marzo, por el que se adoptan
determinadas medidas urgentes en el ámbito económico y para la protección
de la salud pública ... (Página38)
Real Decreto-ley 7/2020, de 12 de marzo, por el que se adoptan medidas
urgentes para responder al impacto económico del COVID-19 ... (Página38)
Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes
extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del
COVID-19 ... (Página38)
La señora vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos
Económicos y Transformación Digital (Calviño Santamaría) expone a la
Cámara las razones que han llevado al Gobierno a la promulgación del real
decreto-ley de referencia.
En turno de fijación de posiciones intervienen los señores Martínez
Oblanca y Sayas López, y la señora Vehí Cantenys, del Grupo Parlamentario
Mixto; la señora Aizpurua Arzallus, del Grupo Parlamentario Euskal Herria
Bildu; el señor Legarda Uriarte, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV);
la señora Muñoz Vidal, del Grupo Parlamentario Ciudadanos; los señores
Rego Candamil y Errejón Galván, del Grupo Parlamentario Plural; Rufián
Romero, del Grupo Parlamentario Republicano; Guijarro García, del Grupo
Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en
Común; Espinosa de los Monteros de Simón, del Grupo Parlamentario VOX;
Garcés Sanagustín, del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, y
Simancas Simancas, del Grupo Parlamentario Socialista.
Convalidación o derogación de reales decretos-leyes. (Votación) ... (Página71)
Sometida a votación la convalidación del Real Decreto-ley 4/2020, de 18 de
febrero, por el que se deroga el despido objetivo por faltas de
asistencia al trabajo establecido en el artículo 52.d) del texto
refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, aprobado por el
Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, se aprueba por 25
votos a favor más 182 votos telemáticos, 207; 7 en contra más 45 votos
telemáticos, 52, y 11 abstenciones más 80 votos telemáticos, 91.
Sometida a votación su tramitación como proyecto de ley por el
procedimiento de urgencia, se aprueba por 40 votos a favor más 288 votos
telemáticos, 328; 2 en contra más 14 votos telemáticos, 16, y 5
abstenciones por voto telemático.
Sometida a votación la convalidación del Real Decreto-ley 5/2020, de 25 de
febrero, por el que se adoptan determinadas medidas urgentes en materia
de agricultura y alimentación, se aprueba por 26 votos a favor más 182
votos telemáticos, 208; 1 voto telemático en contra y 17 abstenciones más
124 votos telemáticos, 141.
Sometida a votación su tramitación como proyecto de ley por el
procedimiento de urgencia, se aprueba por 20 votos a favor más 166, 186;
en contra 21 más 136 votos telemáticos, 157, y 1 abstención más 5 votos
telemáticos, 6.
Sometida a votación la convalidación del Real Decreto-ley 6/2020, de 10 de
marzo, por el que se adoptan determinadas medidas urgentes en el ámbito
económico y para la protección de la salud pública, se aprueba por 40
votos a favor más 302 votos telemáticos, 342; 1 en contra más 1 voto
telemático, 2, y 2 abstenciones más 4 votos telemáticos, 6.
Sometida a votación su tramitación como proyecto de ley por el
procedimiento de urgencia, se rechaza por 9 votos a favor más 81 votos
telemáticos, 90; 30 en contra más 221 votos telemáticos, 251, y 3
abstenciones más 5 votos telemáticos, 8.
Sometida a votación la convalidación del Real Decreto-ley 7/2020, de 12 de
marzo, por el que se adoptan medidas urgentes para responder al impacto
económico del COVID-19, se aprueba por 39 votos a favor más 302 votos
telemáticos; 2 en contra más 1 votos telemáticos, 3, y 2 abstenciones más
4 votos telemáticos, 6.
Sometida a votación su tramitación como proyecto de ley por el
procedimiento de urgencia se rechaza por 11 votos a favor más 80 votos
telemáticos, 91; 30 en contra más 222 votos telemáticos, 252, y 1
abstención más 5 votos telemáticos, 6.
Sometida a votación la convalidación del Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de
marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto
económico y social del COVID-19, se aprueba por 33 votos a favor más 257
votos telemáticos, 290; 8 en contra más 46 votos telemáticos, 54, y 2
abstenciones más 4 votos telemáticos, 6.
Sometida a votación su tramitación como proyecto de ley por el
procedimiento de urgencia, se aprueba por 21 votos a favor más 158 votos
telemáticos, 179; 20 en contra más 144, 164, y 1 abstención más 5 votos
telemáticos, 6.
Actos en relación con los estados de alarma, excepción y sitio ... (Página73)
Solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma declarado
mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara
el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria
ocasionada por el COVID-19 ... (Página73)
El señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón) expone a la
Cámara las razones que han llevado al Gobierno a la solicitud de la
prórroga del real decreto de referencia.
En turno de fijación de posiciones intervienen los señores Casado Blanco,
del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso; Abascal Conde, del Grupo
Parlamentario VOX; Echenique Robba, del Grupo Parlamentario Confederal de
Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común; Rufíán Romero, del Grupo
Parlamentario Republicano; Errejón Galván, Rego Candamil y Baldoví Roda,
del Grupo Parlamentario Plural; la señora Muñoz Vidal, del Grupo
Parlamentario Ciudadanos, y Legarda Uriarte, del Grupo Parlamentario
Vasco (EAJ-PNV); la señora Aizpurua Arzallus, del Grupo Parlamentario
Euskal Herria Bildu; y la señora Vehí Cantenys y los señores Sayas López,
Martínez Oblanca y Guitarte Gimeno, del Grupo Parlamentario Mixto, que
además acumulan el turno de réplica; y la señora Lastra Fernández, del
Grupo Parlamentario Socialista.
Contesta el señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón).
Replican los señores Casado Blanco, Abascal Conde, Echenique Robba, Rufián
Romero y Errejón Galván, y las señoras Muñoz Vidal y Lastra Fernández.
Cierra el debate el señor presidente del Gobierno (Sánchez
Pérez-Castejón).
Sometidas a votación las diferentes propuestas presentadas, se aprueban la
del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV) y se rechazan la del Grupo
Parlamentario Euskal Herria Bildu, las del Grupo Parlamentario
Ciudadanos, las del Grupo Parlamentario Plural, las del Grupo
Parlamentario Republicano y Grupo Parlamentario VOX.
Sometida a votación solicitud de autorización de la prórroga del estado de
alarma declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por
el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de
crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, en los términos resultantes
de las votaciones producidas en relación con las propuestas presentadas,
se aprueba por 40 votos a favor y 281 votos telemáticos, 321, y 3
abstenciones más 25 votos telemáticos, 28.
Se levanta la sesión a la una y cincuenta minutos de la madrugada.
Se abre la sesión a las tres de la tarde.
La señora PRESIDENTA: Muy buenas tardes, señorías.
Se abre la sesión.
Señorías, celebramos de nuevo un Pleno del Congreso bajo condiciones
extraordinarias, las mismas que marcan la vida de la ciudadanía, de toda
la sociedad española. Hoy nos reunimos para asumir nuestras
responsabilidades ordinarias inaplazables en la convalidación de diversos
decretos-leyes y para ejercer las que nos corresponden en relación con
esta crisis y la solicitud del Gobierno de prórroga del vigente estado de
alarma. Como tantos españoles, lo hacemos desde el mayor respeto a las
tareas propias y a las de los demás, y lo hacemos todos con la voluntad
de contribuir a superar esta situación del mejor modo posible. Esa
voluntad compartida no impide la discrepancia política sino que, por el
contrario, hace del debate y la discusión un instrumento de información
ciudadana y de mejora de las decisiones a adoptar. También, como tantos
españoles, hemos debido adaptar nuestras reglas de funcionamiento para
mantener la función parlamentaria y reducir al máximo los riesgos
sanitarios y la afectación a las reglas generales de comportamiento en
vigor. Por ello, además de los presentes en el hemiciclo, siguen el Pleno
desde su domicilio más de trescientos diputados y diputadas, que cumplen
igual que los presentes con su responsabilidad y que ejercerán el voto de
modo telemático, de acuerdo con lo acordado por la Mesa y por la Junta de
Portavoces. También siguen el Pleno los profesionales de los medios de
comunicación, que cumplen su imprescindible función desde la distancia.
Como presidenta de la Cámara, quiero también manifestarles mi compromiso
con el mantenimiento de las funciones parlamentarias y mi disposición
para adoptar las previsiones que lo aseguren bajo las actuales
condiciones sanitarias y materiales.
Estoy segura de hablar en nombre de todos los miembros de esta Cámara al
volver a expresar nuestro pesar y nuestras condolencias a quienes estos
días han sufrido la pérdida de sus personas queridas y nuestro apoyo a
quienes luchan por superar la enfermedad y la crisis; también nuestro
reconocimiento personal e institucional a todos los que con su trabajo
mantienen los servicios esenciales, y muy especialmente a quienes se
ocupan de la seguridad y de la salud de los demás, de todos y cada uno de
los ciudadanos y ciudadanas de España.
Muchísimas gracias. (Aplausos).
JURAMENTO O PROMESA DE ACATAMIENTO DE LA CONSTITUCIÓN POR NUEVOS SEÑORES
DIPUTADOS.
La señora PRESIDENTA: Con carácter previo al examen del orden del día,
vamos a proceder al juramento o promesa de acatamiento de la Constitución
conforme al artículo 20.1.3 del Reglamento.
En sustitución de don Pablo Arangüena Fernández, pregunto a don Diego
Antonio Taibo Monelos si jura o promete acatar la Constitución.
El señor TAIBO MONELOS: Prometo.
La señora PRESIDENTA: En sustitución de doña Marina Ortega Otero, pregunto
a doña Uxía Tizón Vázquez si jura o promete acatar la Constitución.
La señora PRESIDENTA: Don Diego Antonio Taibo Monelos y doña Uxía Tizón
Vázquez han adquirido la condición plena de diputados. Enhorabuena.
(Aplausos).
CONVALIDACIÓN O DEROGACIÓN DE REALES DECRETOS-LEYES:
- REAL DECRETO-LEY 4/2020, DE 18 DE FEBRERO, POR EL QUE SE DEROGA EL
DESPIDO OBJETIVO POR FALTAS DE ASISTENCIA AL TRABAJO ESTABLECIDO EN EL
ARTÍCULO 52. D) DEL TEXTO REFUNDIDO DE LA LEY DEL ESTATUTO DE LOS
TRABAJADORES, APROBADO POR EL REAL DECRETO LEGISLATIVO 2/2015, DE 23 DE
OCTUBRE. (Número de expediente 130/000005).
La señora PRESIDENTA: Comenzamos con el debate sobre la convalidación o
derogación del Real Decreto-ley 4/2020, de 18 de febrero, por el que se
deroga el despido objetivo por faltas de asistencia al trabajo
establecido en el artículo 52, apartado d) del Texto Refundido de la Ley
del Estatuto de los Trabajadores, aprobado por el Real Decreto
Legislativo 2/2015, de 23 de octubre. Para presentar el Real Decreto-ley
tiene la palabra, en nombre del Gobierno, la señora ministra de Trabajo y
Economía Social.
La señora MINISTRA DE TRABAJO Y ECONOMÍA SOCIAL (Díaz Pérez): Buenas
tardes. Gracias, presidenta.
Hace poco más de un mes se publicaba en el Boletín Oficial del Estado el
real decreto-ley que derogaba el artículo 52.d) del Estatuto de los
Trabajadores que hoy traemos a debate y votación en esta Cámara para su
convalidación. Como saben, este real decreto-ley deroga el artículo que
posibilitó, hasta hoy, el despido objetivo por faltas de asistencia al
trabajo incluyendo las faltas por enfermedades comunes justificadas. Esto
era así hasta hace un par de meses. Aunque parezca mentira, en España se
podía despedir a un trabajador que no asistiese al trabajo por
encontrarse enfermo, aunque contase con un justificante médico. Existía
esa causa objetiva de despido hasta 2012 y la reforma laboral de 2012
facilitó su utilización. Hoy nos resulta difícil de entender desde un
punto de vista laboral, de salud pública y empresarial. Primero, curarse
y después trabajar por el bien de todas y de todos. Esa es la primera
obligación de las personas trabajadoras cuando están enfermas. Nunca, en
ningún caso, ir a trabajar enferma o enfermo por miedo a ser despedidos.
Cuidarse, evitar el contacto con otras personas y curarse. Lo sabíamos
entonces, pero ahora esa evidencia se ha convertido en una verdad
absoluta, incontestable, cuando afrontamos la crisis sanitaria causada a
escala global por el coronavirus.
Hoy, cuando hablamos de protección de la salud propia y de salud pública,
somos si cabe más conscientes de lo absurdo de este artículo 52.d). Hoy,
los conocimientos sobre salud laboral no se limitan a desconocidas
recomendaciones de la OMS o a circulares de prevención sanitaria. Hemos
aprendido. Siempre hemos sabido que la salud es uno de nuestros bienes
más preciados pero, por desgracia, hoy sabemos que el cuidado propio
también garantiza la protección de los demás. No viene de ahora. Las
autoridades sanitarias de todos los países y de todos los colores
políticos han establecido normas para que las personas enfermas no
asistan a su puesto de trabajo, por su propia salud y para evitar la
propagación. Y es que en realidad las causas más habituales de ausencia
al trabajo son las dolencias víricas de fácil contagio. De esto se trata,
de que quedarse en casa por estar enfermo no puede ser motivo de despido
porque, además, en muchos casos no es tan solo una recomendación
sanitaria para la persona sino para la salud pública.
El artículo 52.d) del Estatuto de los Trabajadores suponía un ataque a la
salud de las personas trabajadoras, obligadas a asistir al trabajo contra
su voluntad, lo que puede agravar su enfermedad. Vulneraba los principios
básicos de seguridad y salud laborales al convertir los centros de
trabajo en lugares con mayor riesgo de contraer enfermedades, y estaba
atentando de forma sistemática contra la salud pública al inducir a
personas enfermas a que acudan a lugares donde pueden propagar su
enfermedad. Porque también esta medida es negativa para las empresas. Si
forzamos a personas enfermas a que vayan a trabajar podemos provocar el
efecto contrario y que el número de bajas acabe siendo muy superior. Pero
no estamos hablando solo de salud, estamos hablando de despidos
sustentados en causas injustas y esto atenta también contra los derechos
fundamentales. No se puede despedir a nadie por ausencias justificadas.
Lo hemos dicho desde el principio, los derechos fundamentales no se
pueden tocar y no están sujetos a negociación. Se trata de conquistas
históricas de derechos. De la misma manera que hemos conseguido limitar
la jornada laboral o el derecho a cobrar una pensión de
jubilación, también se había conseguido que no te puedan despedir por
enfermar. Con este real decreto-ley estamos, en definitiva, recuperando
derechos; estamos acabando con una anomalía española en el ámbito
laboral, una situación injustificable que no tiene cabida en ningún
ordenamiento jurídico de nuestro entorno.
Con este real decreto-ley estamos acomodando la normativa española a la
normativa y a la jurisprudencia de la Unión y eliminando de nuestro
ordenamiento desafortunados vestigios del pasado. En todo caso, es cierto
que el despido objetivo por faltas de asistencia era una figura ya
antigua, procedente de la primera redacción del Estatuto de los
Trabajadores del año 1980, y, afortunadamente, muy poco utilizada en el
pasado. Podría decirse que el despido objetivo por faltas de asistencia
se ha mantenido vigente en el ordenamiento jurídico español durante estos
cuarenta años porque apenas afectaba, dada su escasa utilización, pero
todo cambió cuando la reforma laboral de 2012 realizó un leve cambio en
su formulación que, de repente, provocó que este tipo de despido empezara
a utilizarse. En la práctica esta derogación implica restituir un derecho
suprimido por la reforma laboral del año 2012. Lo que sucedió a partir de
esa reforma es sobradamente conocido. Sencillamente, se facilitó que
pudiera usarse esta causa de despido por parte del empresario. Antes de
2012, como saben, se exigían dos requisitos: un volumen de inasistencia
de la persona trabajadora y, además, se exigía un volumen de inasistencia
global en la empresa. Este segundo elemento, el volumen de inasistencia
global, servía para reflejar que la empresa estaba sufriendo perjuicios
relevantes por el absentismo. Pero con la reforma del año 2012
desapareció este segundo requisito, que medía justamente la
proporcionalidad de una medida tan drástica como el despido. El desenlace
lo conocemos: se ha producido un incremento en el uso del despido por
faltas de asistencia. Lo que antes era una norma invisible ha pasado a
ser una fórmula efectiva para despedir a trabajadores. Son muchos los
indicios que nos permiten acreditar este incremento drástico del número
de despidos por esta causa.
En realidad, el despido objetivo por absentismo ha sido una figura
incómoda desde que se inventó hace cuarenta años y se discutió en este
mismo Congreso de los Diputados. En el Diario de Sesiones del día 18 de
diciembre de 1979 consta lo que el entonces diputado Felipe González dijo
literalmente acerca de este despido: Aquí se trata de consagrar en el
Estatuto de los Trabajadores el pecado original. Como pecan una serie de
trabajadores, tienen que pagar todos los trabajadores restantes. Y es que
es exactamente esto, que paguen justos por pecadores. Si unos pocos
abusan actuemos sobre este abuso, no sobre el conjunto. Es una indecencia
considerar como sospechosas a todas las personas trabajadoras. El propio
Felipe González añadía en su intervención: Esto es una monstruosidad
jurídica y una falta absoluta de equidad. En definitiva, creemos que esta
es la primera vez que se introduce la lucha contra el absentismo en el
mundo entero por un procedimiento como este. Era el año 1979. Esta
monstruosidad jurídica tuvo que ser corregida a lo largo de los años
para, precisamente, ir excluyendo ausencias que pudieran dar lugar a este
despido y que resultaban totalmente intolerables. Así pasó, como conocen,
con los accidentes de trabajo, con los permisos de maternidad, con las
vacaciones. La última exclusión fueron precisamente las ausencias por
violencia de género incorporadas precisamente en el año 2012.
Al final, las únicas ausencias que permitían la aplicación del despido
objetivo por faltas de asistencia eran las injustificadas, y las bajas
por enfermedad común de duración inferior a veinte días, o sea, las más
habituales. Pero la posibilidad de que se despida legítimamente a alguien
porque acumula bajas por enfermedad común de duración inferior a veinte
días no tiene sentido. De entrada, se está presumiendo el fraude tanto de
la persona afectada como el mal funcionamiento del sistema de bajas
médicas sin pruebas y sin alternativas.
Hay además otro gran problema: el despido objetivo por falta de
asistencias perjudica a las personas más vulnerables, particularmente a
las personas con discapacidad o enfermedades crónicas de base, que tienen
mayor tendencia a un mayor número de bajas médicas de corta duración
precisamente como consecuencia de estas patologías. Es en este ámbito
donde nuestro país ha sido advertido por el Tribunal de Justicia de la
Unión Europea de que el artículo 52.d) del Estatuto de los Trabajadores
contraviene la Directiva 2000/78 para la igualdad de trato en el empleo y
la ocupación. Así lo estableció con rotundidad el TJUE en su sentencia de
18 de enero de 2018, en el asunto Ruiz Conejero. En esta sentencia el
TJUE advirtió a España de que el despido objetivo por faltas de
asistencia era discriminatorio por razón de discapacidad. La norma
española, decía el tribunal, incurría en discriminación indirecta por
razón de discapacidad, dada la mayor incidencia de bajas de corta
duración en personas discapacitadas. La sentencia indicaba también que
las medidas como esta, que pueden tener efectos perversos en las personas
con discapacidad, solo podrían considerarse legítimas si tuvieran la
finalidad de combatir el
absentismo y no fueran más allá de lo estrictamente necesario. Pero el
despido español, del artículo 52.d) del Estatuto de los Trabajadores, no
cumple estos requisitos ni es adecuado para combatir el absentismo ni
dispone de límites para garantizar su proporcionalidad; cuando está en
juego un derecho fundamental como es el derecho a la no discriminación
por razón de la discapacidad, no tiene cabida. La sentencia dictada
contra España en el asunto Ruiz Conejero no es una sentencia aislada;
conocen ustedes que, ya hace años, el TJUE estableció que los despidos
por faltas de asistencia incurrían en discriminación indirecta en otras
sentencias, por ejemplo, la del 11 de abril de 2003, el asunto Danmark, y
también, recientemente, la del 11 de septiembre del pasado año 2019. Por
tanto, no hay opción: el artículo 52.d) del Estatuto de los Trabajadores
debe ser expulsado del ordenamiento jurídico español sencillamente porque
es contrario a la Directiva 2000/78. Conocen además que hace unos meses
el Tribunal Constitucional se pronunció sobre el despido objetivo por
faltas de asistencia y consideró que resultaba acomodado a la
Constitución española; lo hizo en la Sentencia 118/2019, de 16 de
octubre.
El despido objetivo por faltas de asistencia no solo debe desaparecer del
ordenamiento jurídico porque es lesivo para las personas con
discapacidad, también tiene un efecto perverso para otros colectivos
vulnerables como son las personas con enfermedades de larga duración y
para las personas con dependientes a su cargo. Hay otro colectivo
particularmente vulnerable en el mercado de trabajo que puede quedar
afectado por el despido objetivo por faltas de asistencia; es el
colectivo de personas responsables del cuidado de dependientes que, como
es sobradamente conocido y está estadísticamente constatado, está
compuesto mayoritariamente por mujeres. Aparentemente podría parecer que
nuestro artículo 52.d) respetaba los derechos de conciliación porque
expresamente establecía que los permisos parentales quedarían fuera del
cómputo para la aplicación del despido, pero resulta evidente que ello no
resuelve los problemas más habituales. Efectivamente, las personas con
responsabilidades de cuidado se enfrentan a situaciones difícilmente
previsibles; es la fuerza mayor familiar que tan bien conocemos quienes
hemos tenido que ir a recoger a una hija con fiebre al colegio o a
atender a una persona mayor, por ejemplo, porque se ha caído.
En la Directiva de la Unión 1158/2019 -cuya trasposición saben ustedes que
nuestro país tiene pendiente y que la haremos lo antes posible- se
plantea que los Estados han de establecer mecanismos para atender la
fuerza mayor familiar en aquellas situaciones que hagan indispensable la
presencia de la persona trabajadora. Resulta claro que no se cumple
adecuadamente esta obligación si se penaliza a las personas que deben
atender esta fuerza mayor familiar. Además, si se considera legítimo el
despido de personas enfermas se está socavando la solidaridad entre la
ciudadanía y se está incrementando el riesgo de exclusión de las personas
particularmente vulnerables, así como poniendo en riesgo el derecho a la
salud de las personas. Pero, independientemente de las matizaciones
jurídicas, hay dos principios fundamentales que son incuestionables: de
un lado, que nadie puede ser sancionado por ejercitar sus derechos y, de
otro, que nuestro ordenamiento jurídico no puede legitimar
comportamientos que incrementen el riesgo de exclusión social de los
colectivos más vulnerables. Ello va en contra no solo de nuestros
compromisos internacionales como país, sino también de los compromisos
que tenemos como sociedad democrática.
Lo expuesto hasta ahora evidencia que la desaparición de nuestro
ordenamiento jurídico del despido objetivo por faltas de asistencia del
artículo 52.d) del Estatuto de los Trabajadores, debe hacerse
inmediatamente por medio del real decreto-ley por concurrir la
extraordinaria y urgente necesidad que proclama el artículo 86.1 de la
Constitución española. En primer lugar, se trata de una figura que
contraría lo establecido, como hemos dicho, en la Directiva 2078,
relativa al establecimiento de un marco general para la igualdad de trato
en el empleo y la ocupación, porque, como hemos apuntado, supone una
discriminación indirecta por razón de discapacidad -asunto Ruiz
Conejero-. Por aplicación del principio de primacía de la normativa de la
Unión, constituye una obligación de los Estados miembros que la normativa
interna se acomode a las directivas en el plazo de trasposición. Dado que
el plazo de trasposición de la Directiva 2078 ya ha transcurrido con
creces, el mantenimiento de esta figura podría suponer para el Estado
español la aplicación de sanciones por incumplimiento, de ahí que la
urgencia devenga en ineludible. Además, las personas que en España
hubieran sido perjudicadas por el mantenimiento de esta forma de despido
podrían reclamar contra el Estado español por los perjuicios sufridos por
contravenir la directiva. Como saben, esta es la doctrina que emana de la
Sentencia Francovich, que fue dictada el 19 de noviembre del año 1991. En
definitiva, la falta de adecuación de la normativa interna a la normativa
de la Unión Europea debe corregirse con carácter de inmediatez, dado que
la primacía del derecho de la Unión Europea es un principio básico que
está dotado de importantes medidas para ser efectivo. En
segundo lugar, la reforma que se operó en el año 2012 en la formulación
del despido objetivo por faltas de asistencia al trabajo ha ampliado los
supuestos y ha provocado que este despido se produzca en mayor número.
Ello, por sí mismo, tratándose de una figura contraria a la normativa de
la Unión Europea, refuerza la necesidad de su inmediata supresión.
Además, se ha producido recientemente un incremento de pronunciamientos
judiciales sobre la materia que, como conocen, no siempre tienen idéntico
contenido, lo que amenaza la seguridad jurídica, que es un principio
constitucional relevante que ha de ser preservado. Existe pues la
necesaria conexión entre la situación de urgencia expuesta y la medida
concreta adoptada que consiste en la derogación del artículo 52.d) del
Estatuto de los Trabajadores, pues resulta necesario erradicar
inmediatamente la situación susceptible de generar discriminaciones,
inseguridad jurídica e incumplimiento de las obligaciones derivadas del
ordenamiento europeo. Es necesario y es urgente.
Para concluir, quiero decirles que la derogación del artículo 52.d) era el
primer compromiso de nuestro programa de Gobierno y ha entrado en vigor
un mes después de haber tomado posesión. Hemos cumplido. Era una demanda
de una inmensa mayoría ciudadana, creo que un clamor en nuestro país y,
el Gobierno de España, ha cumplido con la ciudadanía. Era una exigencia
de la legislación europea, acabar con una anomalía laboral y democrática
y asegurar así el cumplimiento de las directivas. Hemos cumplido con
Europa. Era una garantía de derechos fundamentales situar la salud, los
cuidados y la no discriminación en el corazón de la legislación laboral.
Hemos cumplido también con la Constitución española, pero sobre todo
hemos cumplido con los millones de personas trabajadoras que vivían bajo
la amenaza de un posible despido. No hay derecho a que te puedan despedir
por enfermar. Hoy más que nunca derecho a la salud, derecho a que si
enfermas nadie te pueda despedir por ello. Derecho y responsabilidad para
que las personas enfermas no propaguen su enfermedad. Salud pública y
salud propia. Toda esta Cámara es consciente de que no tiene sentido
mantener el artículo 52, d). De hecho, no tenemos constancia de que nadie
haya defendido la continuidad de este precepto. Actuemos desde el
presente y para el futuro. Les pido, en nombre del Gobierno de España, un
voto favorable a este real decreto-ley, mirando hacia delante, pensando
en lo que hemos aprendido en estas semanas, un voto en positivo. Es el
momento de valorar nuestra salud, de valorar nuestro derecho laboral, de
proteger a las personas más vulnerables; es el momento de dar
tranquilidad y protección jurídica a toda la gente que vive de su
trabajo. Después de lo que hemos aprendido en estos días, enviémosle un
mensaje claro y unitario a nuestra sociedad: Si estás enferma, quédate en
casa. Nos lo debemos a nosotras y a nosotros mismos; se lo debemos a los
profesionales sanitarios, que hoy en hospitales y en clínicas de todo el
país entregan todo su esfuerzo y dedicación para curarnos. Valoremos
nuestra salud hoy más que nunca, defendámosla como nuestro bien más
preciado y escuchemos lo que nos dice la gente cada día desde todas las
ventanas y balcones de nuestro país.
Muchas gracias, y espero que den un voto positivo a este real decreto.
(Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora ministra. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Aplausos). Muchas gracias, Catalina. Doña Catalina Guille
Domínguez y doña Pilar Gil Díaz van a protegernos y a darnos seguridad
para que podamos ejercer nuestras intervenciones desde la tribuna del
Congreso de los Diputados. (Aplausos).
Ha solicitado la utilización del turno en contra el Grupo Parlamentario
VOX. Tiene la palabra en representación de dicho grupo la señora Romero
Vilches.
La señora ROMERO VILCHES: Gracias.
Buenas tardes. Jamás imaginé que mi primera intervención desde esta
tribuna fuera en unas circunstancias tan dramáticas para nuestra nación,
y para el mundo en general, como las que estamos atravesando. Quiero, en
nombre de mi partido y en el mío propio, mostrar nuestro más sentido
pésame a tantas familias que se están viendo afectadas por esta terrible
enfermedad y dar las gracias a los millones de españoles que se dejan la
piel cada día para hacer que esta situación sea un poco más llevadera.
Señora ministra, entrando en el asunto que nos ocupa y nos preocupa, tengo
que decirle, en primer lugar, que la única extraordinaria y urgente
necesidad que justifica que ustedes utilicen un real decreto-ley para
modificar el artículo 52 del Estatuto de los trabajadores, es la
extraordinaria y urgente necesidad que tienen de seguir mintiendo cuando
dicen a los españoles que han derogado la reforma laboral. Señores del
Gobierno, hoy vienen aquí a construir lo que ustedes llaman un relato. El
Gobierno acude al real decreto-ley únicamente por razones
propagandísticas, para demostrar a sus bases sus supuestas buenas
intenciones en materia social, aunque sus medidas, como suele ser
habitual, causen pésimos efectos a medio y largo plazo. Esto, que hace
una semana ya era un fraude y un engaño a la inteligencia, ahora
representa exactamente un paso más en la dirección contraria a la que
tenemos que tomar para que el impacto del coronavirus en el empleo sea el
menor posible. Ustedes han encontrado en el artículo 52 una excusa
perfecta para seguir engañando a los españoles, pero entre los 52
diputados de VOX no van a encontrar uno solo que ponga en riesgo un
empleo debido a la propaganda y, por eso, nuestro voto será en contra de
la convalidación de este real decreto-ley y a favor de la tramitación
como proyecto de ley.
Señora ministra, la crisis provocada por el COVID-19 y la negligencia de
este Gobierno a la hora de abordarlo van a afectar gravísimamente a la
capacidad de nuestras empresas para mantener y crear empleo. Por eso toca
salvaguardar en lo posible la supervivencia del tejido productivo,
impulsando medidas que ayuden a generar riqueza. No es el momento de
experimentos. Nuestra prioridad tiene que seguir siendo el empleo y la
suya, al parecer, es alimentar su propaganda de cara a sus votantes.
El artículo 52 no lo introdujo la reforma laboral, porque formaba parte
del Estatuto de los Trabajadores desde su aprobación en 1980, como bien
ha dicho usted. -Hace cuarenta años-. Al menos sea sincera y no achaque a
reformas posteriores lo que sus socios han mantenido durante tantos años.
La medida que ustedes proponen no supone avance alguno para que España
cree más y mejores empleos. Ustedes están en la propaganda, que es lo
único en lo que al parecer son expertos. Por eso, como siempre que
gobierna la izquierda, los resultados son los mismos: el deterioro
acelerado del mercado de trabajo. Ya lo han hecho ustedes con la
inoportuna subida del salario mínimo, pues en términos reales supone un
encarecimiento del empleo y un freno a la contratación laboral. Pero ¡qué
bonito queda decir que ustedes les han subido el sueldo a los
trabajadores! ¡Qué bonito y qué falso! Ustedes podrán hacer toda la
propaganda del mundo, pero la propaganda lamentablemente no crea empleo.
Si lo hiciera, ustedes serían campeones del empleo, pero, como no es así,
son ustedes campeones y campeonas del paro y de la mentira.
Señora Díaz, con su ceguera ya habían situado nuestro mercado laboral al
borde del abismo antes de que estallara la crisis del coronavirus, esa
crisis de la que el señor Fernando Simón decía que no había que
preocuparse. Antes de que llegara esta crisis ya hablábamos otra vez de
ERE y de ERTE. Ha habido 89 000 personas afectadas por alguna medida de
regulación de empleo en 2019. Ustedes mismos han reconocido que 2019 ha
sido un año de desaceleración, y yo añado que es debido a la
incertidumbre que crean sus recetas socialcomunistas. Ya antes de esta
crisis teníamos sectores importantísimos, como el de la agricultura, en
los que se había comenzado a destruir empleo con intensidad y, en esto,
tiene mucho que ver su irresponsable cruzada contra el gasoil, a
sabiendas de que hoy por hoy es el combustible que usan mayoritariamente
los trabajadores del campo. Ahora padecemos una crisis que tendrá un
impacto gravísimo en el mercado de trabajo y no hay relato que pueda
sustituir el empleo en la vida de la gente, señora ministra.
El apartado d) del artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores no busca
enfrentar a empresas y empleados, no busca el despido arbitrario; para
eso está prevista la vía judicial de la impugnación. Lo que se pretende
es tomar medidas para equilibrar la protección de los trabajadores y la
viabilidad de las empresas frente a los abusos. Esta cuestión habría que
regularla sin prisa, sin recurrir a la vía del decreto-ley, en un debate
sosegado y contando con los interlocutores sociales, los sindicatos y las
organizaciones empresariales, porque así sería posible avanzar en el
necesario equilibrio de las relaciones laborales, tratando de afrontar
razonablemente el daño que el absentismo provoca a la productividad de
las empresas y, en consecuencia, a su capacidad de crear empleo.
Querríamos saber si ustedes son conscientes de que existe el problema del
absentismo laboral y, en caso afirmativo, qué medidas piensan tomar. Por
si no lo saben, el absentismo tiene un coste anual de 71 millones de
euros, un coste inasumible para muchas de las pequeñas y medianas
empresas; esas empresas que representan el 99 % del tejido empresarial de
España. Además, en 2012 se reforzó la protección de los trabajadores
excluyendo del artículo 52.d) las situaciones de mujeres embarazadas o de
personas con enfermedades graves, para las que en ningún caso podrían
considerarse las faltas de asistencia para justificar el despido. Sobre
estos asuntos habido jurisprudencia recientemente, como usted bien ha
dicho, tanto europea como del Tribunal Constitucional. Nos referimos a la
sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, de 18 de enero de
2018 -asunto Ruiz Conejero-, en la que se resuelve una cuestión
prejudicial sobre la adecuación del artículo 52.d) del Estatuto de los
Trabajadores a la Directiva 2000/78, de 27 de noviembre de 2000, sobre
igualdad de trato en el empleo y, por otro lado, a la sentencia 118/2019,
de 16 de octubre, del Tribunal Constitucional. Parece que no hemos
entendido de igual manera dichas resoluciones. Ambas resoluciones son
citadas en el informe del Gobierno, si bien es cierto que lo hace de
manera rebuscada para hacerles decir justo lo contrario de lo que dicen.
Porque
lo que verdaderamente dice la referida sentencia del Tribunal
Constitucional es que el precepto derogado ni es inconstitucional ni
quiebra en modo alguno lo prescrito en la referida directiva europea, que
lleva en vigor veinte años. Es más, lo que ha declarado el Tribunal
Constitucional con referencia a este precepto es lo siguiente -cito
palabras textuales-: la regulación contenida en el artículo 52.d) del
Estatuto de los Trabajadores responde al objetivo legítimo de proteger la
productividad de la empresa. No olvidemos que, desde el punto de vista
jurídico, existe un derecho de libertad de empresa, que reconoce el
artículo 38 de la Constitución española, y encomienda a los poderes
públicos la garantía y la protección de su ejercicio, así como la defensa
de la productividad, que es un bien constitucional, de manera que queda
claro que ambas sentencias son argumentos de peso para mantener el
referido precepto.
Teniendo en cuenta que el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores
contempla el despido disciplinario y que el mismo artículo 52.d) excluye
una serie de supuestos de incapacidad -enfermedad grave, accidentes de
trabajo, embarazo-, la modificación se centra en la posibilidad de
extinguir un contrato de trabajo cuando se producen reiteradas y
constantes faltas de asistencia por lo que llamamos contingencias comunes
o por atender asuntos particulares supuestamente inexcusables. No vamos a
entrar en el fraude que se produce a menudo cuando se invocan estas
razones, porque no es ese el sentido de la ley. Todos sabemos que el
fraude se produce, pero para eso ya existe el despido disciplinario del
artículo 54 ya citado. Vamos a dar por hecho que cuando un trabajador
falta a su puesto de trabajo en las circunstancias descritas, en la
mayoría de los casos lo hace por razones objetivas no imputables a su
conducta y, por tanto, no incurre en ninguna culpa. Demos por hecho una
vez más que nadie debería ser sancionado por ello, pero una cosa es la
culpabilidad y otra cosa es saber quién tiene que correr con los
perjuicios que causa la suspensión de sus obligaciones laborales, porque
resulta evidente que la falta de asistencia genera daños y perjuicios; en
primer lugar, a la empresa, cuya productividad se ve mermada, y esa es la
principal finalidad del precepto 52.d), según ha establecido el Tribunal
Constitucional; en segundo lugar, también perjudica al resto de
trabajadores, que tienen que asumir la carga de trabajo que deja de
realizar el compañero absentista.
Señora ministra, creo que todos deberíamos entender que en el marco de la
regulación de las relaciones laborales debe haber un equilibrio entre las
tres partes: empresas, trabajadores y desempleados, porque todos tienen
sus derechos y la ley los tiene que amparar a todos, pues hay que velar
por los trabajadores y su estabilidad. Nosotros para nada estamos
poniendo en tela de juicio esta estabilidad en la medida en que estamos
defendiendo lo que dice el Estatuto de los Trabajadores desde hace la
friolera de cuarenta años. También hay que velar por las empresas,
especialmente por las pymes, las cooperativas y los autónomos, de cuya
productividad depende su futuro y el de los demás trabajadores que tienen
vinculación con ellas. En esto se nota perfectamente que los redactores
de esta modificación son personas ajenas al mundo de la empresa, porque
son perfectamente ignorantes del grave problema que significa el
absentismo laboral en términos empresariales, incluso en el día a día,
cuando los compañeros tienen que asumir el trabajo de quien falta
asiduamente, y no hablemos ya del trabajo en cadena. No nos podemos
olvidar de quienes quieren acceder al mercado laboral, de los más de tres
millones de parados que todavía no han tenido oportunidad de encontrar un
empleo y por los que ustedes nunca parecen preocuparse; entre ellos hay
muchísimas personas que esperan una oportunidad, y a lo mejor otros no
están en condiciones de aprovecharla, porque no pueden o porque no
quieren. Medítelo, señora ministra. Los puestos de trabajo de cientos de
miles de españoles van a depender de que este Gobierno deje atrás la
demagogia y se tome en serio la urgencia de mantener empresas viables,
que no estén hipotecadas con cargas que no pueden asumir. Nuestros
empresarios y trabajadores han demostrado que cuando tienen instrumentos
adecuados son capaces de conservar y crear empleo, y más intensamente que
ningún otro país de Europa. Dejen atrás la demagogia.
Ya voy terminando. Hoy es el día para renunciar expresamente a cualquier
medida que disminuya nuestra capacidad de crear empleo. Hoy es el día
para animar a las empresas a utilizar todos los mecanismos para salir
adelante, mantener el empleo en épocas de crisis y favorecer su pronta
recuperación y crecimiento. Hoy es el día para mantener los intereses de
España y de los españoles, pues la ideología socialcomunista una vez más
solo traerá paro, pobreza y miseria.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Romero. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Gracias, Catalina.
En turno de fijación de posiciones, interviene, por el Grupo Parlamentario
Mixto, en primer lugar, el señor Martínez Oblanca.
El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señora presidenta. Si me lo
permite, tomaré la palabra desde el escaño.
Foro no apoyará la convalidación de este real decreto-ley aprobado el
pasado 18 de febrero, es decir, casi un mes antes de la declaración del
estado de alarma por la pandemia del COVID-19, que además de acarrear una
emergencia sanitaria conlleva también una emergencia laboral y social que
exige desde ya la adopción de medidas económicas de extraordinario calado
para atajar la gran recesión en ciernes. Señora Díaz Pérez, el necesario
consenso para elaborar tales medidas en defensa de los trabajadores tiene
que comenzar por el propio Gobierno para evitar la pésima sensación
derivada de la eterna reunión en la que el Consejo de Ministros aprobó el
estado de alarma y aplazó varios días el primer paquete de medidas
económicas y sociales que tienen que ir mucho más allá de las adoptadas
hasta ahora. En todo caso, está derogación del artículo 52.d) del
Estatuto de los Trabajadores que usted ha presentado, queda en maniobra
de cara a la galería y destapa un doble lenguaje, porque el único cambio
para aquellos trabajadores que sean despedidos por ausencias reiteradas
es que pasarían de tener una indemnización de veinte días por año
trabajado a calcularla por treinta y tres días por año, con un máximo de
dos, en consonancia con la jurisprudencia, es decir, se eleva la
indemnización, pero no se evita el despido.
Así las cosas, la recuperación de derechos a la que usted aludía no es
tal. Esta tarde reeditan ustedes sus críticas a la reforma laboral de
2012, que se amplió -nadie lo olvide- para detener la descomunal sangría
laboral derivada de la crisis desatada durante la anterior etapa del
Gobierno socialista, pero hoy las grandes prioridades en materia laboral
pasan por medidas que se anticipan al escenario de emergencia empresarial
y laboral derivado de la pandemia. Quedamos expectantes. En defensa del
trabajador es hoy una gran noticia el reciente acuerdo por el que el ICO
cubre el 80 % de los nuevos préstamos y renovaciones de créditos a pymes
y autónomos, como reclamaba Foro. Ahora corresponde al Gobierno asegurar
que los bancos comiencen urgentemente a poner a disposición de las
empresas y autónomos la liquidez que avala el ICO para que puedan hacer
frente a la crisis que ya les está sacudiendo muy duro. Mirando hacia
adelante, como usted reclamaba, aplíquese a la tarea, sin demagogia,
señora ministra de Trabajo y Economía Social, y contará con nuestro
apoyo, pero así no.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra
la señora Vehí Cantenys.
La señora VEHÍ CANTENYS: Buenas tardes. Tenemos el privilegio del atril y
de las cámaras que nos graban, y es obligado hoy empezar hablando de
esperanza. La esperanza debe ser el eje central del mundo que estamos
viendo cambiar y que habrá que sostener. A la barbarie se la gana
poniendo el bien común en el centro; que la esperanza tenga por escrito
la vieja proclama del común: omnia sunt communia. Desde la CUP hemos
decidido asistir a este Pleno porque entendemos que los reales
decretos-leyes que se aprueben van a determinar la vida de miles de
personas; y si de la vida depende es que es fundamental estar. No como
los miles de trabajadores que se ven obligados a ir a trabajar en centros
y sectores que no son fundamentales para la vida: Ikea, Glovo, Amazon.
Díganme ustedes si esto no es una realidad que responde a mantener
beneficios en vez de salvaguardar la vida.
Nosotros hoy repartiremos nuestras intervenciones en tres ámbitos: el
laboral, aprovechando el real decreto-ley que hoy aprobaremos, economía y
estado de alarma. Empecemos por el ámbito laboral en el marco de este
real decreto que prohíbe los despidos por bajas largas; convierte los
despidos en improcedentes, es decir, no los prohíbe todos, pero estamos a
favor de esta medida. Aun así, entendemos que es evidente que traer esto
hoy aquí está totalmente desfasado y, además, responde a una premisa que
nosotros no compartimos: que la crisis del COVID-19 es temporal y que
todo volverá a la normalidad. Ni volverá a la normalidad y seguramente,
si ustedes siguen en esta línea, nos dejará una realidad social y
económica devastadora.
Ministra, usted decía que hemos cumplido con las trabajadoras y los
trabajadores y hablaba también del derecho a la salud. Déjenos
contradecirles según las medidas que han tomado estos días. En materia de
los ERTO, ¿cómo se pueden acoger tanto las grandes multinacionales como
el Fútbol Club Barcelona o Inditex, así como las pymes con las mismas
condiciones? Esto es un insulto, señora ministra, a las pequeñas y
medianas empresas. No han prohibido ustedes los despidos y, según datos
del Idescat, en Cataluña, en una semana, hay 250 000 personas más en la
lista del paro. La OIT anunciaba que se puede llegar a 25 millones de
despidos si ustedes no cambian este rumbo; son despidos en todo el mundo,
pero el Estado español evidentemente contribuye.
Por otro lado, hablaba de que primero hay que curarse y luego trabajar. No
ha parado usted la producción de centros de trabajo que no son
imprescindibles para la vida, ¿y viene aquí a decirnos que primero hay
que curarse y luego ir a trabajar? ¿Cómo se entiende, por ejemplo, que
muchas obras continúen funcionando? No han planteado ninguna medida para
las pymes que contribuya a salvar las pequeñas empresas. ¿Por qué no
hacen créditos sin intereses, sin todos estos mecanismos que hay que
tener para acceder? No diga que no, porque no todas las pymes pueden
acceder; es como la cuota de los autónomos, no todos los autónomos pueden
dejar de pagar cuota. ¿Por qué no condonan ustedes las cuotas a todo el
mundo?
Finalmente, ustedes no han derogado la reforma laboral, ni en una
situación de pandemia derogan la reforma laboral. Señora ministra, le
agradecería que me atendiera -gracias- porque le quiero hacer dos
preguntas. ¿Cuántas vidas valen los beneficios multimillonarios de las
empresas que se niegan a cerrar? ¿Cuántas vidas valen las opiniones de la
CEOE o de Fomento del Trabajo? ¿Cuántas vidas valen? Paren la producción
que no sea vital, remuneren el cuidado, reconviertan las industrias para
producir material sanitario; eso sí que salva vidas y no los beneficios
de Amazon. Prohíban los despidos por COVID-19; apoyen a las pymes y a los
autónomos, a todos y a todas. Y hagan el favor de hacer honor a este
Gobierno de progreso, que son las trabajadoras las que están aguantando
esto en la sanidad, en las tiendas de alimentación, en casa, cuidando
enfermos y también disimulando y cambiando de canal para que los pequeños
no tengan miedo cada vez que ustedes sacan a pasear a los militares en
las televisiones de la mayoría de las familias del Estado español.
Y a ellos y a ellas, a la clase trabajadora de nuestro pueblo y del resto
de pueblos del Estado: organícense, sindíquense, prepárense, pero no a
los sindicatos que están dando apoyo a la patronal, a la CEOE y a Fomento
del Trabajo, y que están dando apoyo también a las medidas de este
Gobierno de progreso. Que nuestra bandera no entienda de Estados, sino de
pueblos y de derechos. Acabamos tal como hemos empezado: que sea todo
para todas, omnia sunt communia; es lo único que nos va a salvar la vida.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Vehí.
Por el Grupo Parlamenario Vasco (EAJ-PNV), tiene la palabra el señor
Legarda Uriarte.
El señor LEGARDA URIARTE: Muchas gracias, señora presidenta.
De manera breve quisiera empezar esta, mi primera intervención en esta
sesión, con un recuerdo y un reconocimiento a todas las personas que
están sufriendo en sus carnes la pandemia del coronavirus y, también, a
aquellos trabajadores que se están desviviendo para que nosotros podamos
estar hoy aquí y que toda la ciudadanía pueda sobrellevar de la mejor
manera posible esta crisis sanitaria que estamos viviendo.
Debatimos la convalidación del Real Decreto-ley 4/2020, por el que se
deroga el artículo 52.d) del Estatuto de los Trabajadores que, como ya se
ha señalado, consideraba como causa objetiva de despido las faltas de
asistencia al trabajo aun justificadas pero intermitentes, a salvo de
diferentes supuestos de bajas médicas y no médicas, desvinculándolas tras
la reforma de 2012 del índice general de absentismo en la empresa y que
añadía antes de esa reforma de 2012, aunque de manera mínima, una dosis
de proporcionalidad a esta modalidad de despido por causas objetivas. Sin
embargo, y no obstante la aparente dureza del precepto derogado por el
Real Decreto-ley 4/2020, su incidencia en las relaciones laborales
durante su vigencia nunca fue importante debido a la contundente revisión
y mitigación jurisprudencial a que estaba sometido, limitaciones y
mitigaciones que provenían tanto del Tribunal de Justicia de la Unión
Europea, TJUE, como de los tribunales estatales, y que en aplicación de
la Directiva 2078 tutelaban la prohibición de discriminaciones por
discapacidad, minimizando las aplicaciones concretas del artículo 52.d)
del Estatuto de los Trabajadores por mor de un control de su adecuación
respecto a la finalidad de combatir el absentismo y de un control de
proporcionalidad, que impedía que se fuera más allá de aquella finalidad
que señalaba de combatir el absentismo. Sin embargo, esta incidencia
limitada y mitigada del precepto ahora derogado por el real decreto-ley
citado no ha de suponer obstáculo o demérito para que se articule esta
puntual modificación atendiendo al impacto social y mediático causado,
por lo que nuestro Grupo Parlamentario Vasco votará a favor de la
convalidación de este decreto-ley, sin perjuicio -también lo anunciamos-
de votar también a favor de su tramitación como proyecto de ley para
poder considerar, en su caso, en cuanto a la problemática del absentismo
alguna relación, quizás cercana a la vigente en el texto refundido del
Estatuto de los Trabajadores de 1995, a la que pudieran incorporarse
algunas otras exclusiones de ausencias
justificadas, tanto médicas como no médicas, a las que se contemplaban
hasta el día de la promulgación del decreto cuya convalidación ahora
debatimos.
Muchas gracias, señora presidenta.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias a usted, señor Legarda.
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Muñoz
Vidal.
La señora MUÑOZ VIDAL: Gracias, señora presidenta.
Buenas tardes, señorías. Sirvan mis primeras palabras de homenaje a los
fallecidos por el COVID-19; muchos de ellos han muerto en la soledad de
un hospital o aislados de sus seres queridos por el confinamiento. Sirvan
estas palabras también de apoyo a sus familiares y amigos porque no
pudieron despedirse de ellos ni velarlos o enterrarlos como a buen seguro
se merecían. Estamos con vosotros, hacemos nuestro vuestro dolor y os
queremos acompañar en vuestro sufrimiento. Por último, sirvan mis
palabras como un compromiso que adquirimos con los enfermos y con sus
familias. Vamos a dejarnos la piel para honrar y aprender de los que se
han ido, para que los contagiados os recuperéis, para que los que os
habéis librado no lleguéis a contagiaros y, en definitiva, para estar a
la altura de lo que merece el pueblo español.
Reconozco, señorías, que se me hace muy difícil en días como este ceñirme
a un orden del día cuando todo lo que tenemos a nuestro alrededor es
preocupación e incertidumbre por los efectos demoledores del COVID-19.
Señorías, hoy en este Pleno vamos a votar unos decretos impensables hace
unos meses; hoy algunos de nosotros vamos a dar al botón del sí o el no
con guantes; hoy volvemos a ver a los trabajadores que hacen posible el
desarrollo de este Pleno desinfectando con lejía; a las puertas de este
hemiciclo, justo donde se apagan las cámaras, hay personas con
mascarillas lavándose las manos con gel antiséptico. Estamos debatiendo
el confinamiento de millones de españoles en sus casas para un mes y no
somos capaces de organizar un Pleno de forma telemática. Desde Ciudadanos
hemos intentado hasta el último momento que este Pleno no se celebrara de
forma presencial. Se lo hemos dicho al señor Sánchez, se lo hemos
solicitado a la señora Batet. ¿Por qué los ciudadanos deben cumplir con
su parte del trato y los políticos no? Hemos demostrado con ruedas de
prensa a distancia que se puede, que tenemos medios técnicos, pero ha
faltado voluntad política. Pedimos a las empresas y a los trabajadores
que trabajen desde sus casas; sin embargo, nos ponemos en riesgo y, lo
que es peor, ponemos en riesgo a cientos de trabajadores que hacen
posible que este Pleno tenga lugar. No basta ampararse en que el
Reglamento obviamente no contempla la posibilidad de una pandemia
sanitaria mundial. Tampoco se podía celebrar un Consejo de Ministros
telemático y se celebró. Señorías, yo hoy tengo el honor de encarnar la
voz de los votantes de Ciudadanos porque he cumplido a rajatabla una
cuarentena y he seguido escrupulosamente los mandatos de las autoridades
sanitarias, pero todos sabemos que por este hemiciclo han desfilado
personas desgraciadamente contagiadas o en cuarentena, y sabemos que
estamos corriendo unos riesgos incomprensibles.
España está sufriendo uno de los mayores golpes de su historia reciente.
El coronavirus se está cebando con nuestros mayores, con toda una
generación de españoles que sufrieron una guerra civil y una posguerra,
que padecieron cuarenta años de dictadura y, aun así, supieron darse un
abrazo y construir una vida en libertad. A ellos, que también tuvieron
que soportar a familias enteras con sus exiguas pensiones durante la
crisis de 2008, se lo debemos todo. Son la generación más resistente de
la historia. Los españoles del futuro nos examinarán por cómo nos
comportemos hoy con nuestros padres y nuestros abuelos. Continúo mi
intervención con un agradecimiento a todos y cada uno de los que a
vuestra manera estáis trabajando contra la propagación del virus. Estos
días estamos viendo el peor rostro de esta crisis, pero también el mejor:
a una inmensa mayoría de españoles unidos como nunca para derrotar el
virus. Gracias por quedaros en casa pese a estar lejos de los vuestros,
gracias por volcaros en ayudar a nuestros mayores, a vuestros vecinos.
Gracias por seguir teniendo la fuerza para salir a los balcones a
aplaudir a nuestros héroes. Señorías, tenemos ante nosotros una batalla
colosal, pero contamos con las mejores armas para darla: solidaridad,
resistencia y una sanidad que es la envidia del mundo. Podemos hacerlo.
Los españoles nos están brindando el mejor espejo en el que mirarnos.
Tenemos un ejemplo excepcional en todo el personal sanitario, que se
juega literalmente su vida para salvar a los demás. Médicos, enfermeras,
auxiliares, psicólogos, celadores, personal de limpieza, conductores de
ambulancias, un enorme gracias para todos vosotros; nunca os
agradeceremos lo suficiente todo lo que estáis haciendo, y no se me
ocurre mejor inspiración ni mayor reto que poner la política española al
nivel de nuestra sanidad. Curiosamente, en este real decreto que votamos
hay una modificación que afecta a nuestros trabajadores,
también al personal sanitario o a las personas que están haciendo posible
que hoy celebremos este Pleno. Este real decreto deroga en su único punto
el artículo 52 letra d) del Estatuto de los Trabajadores. Es cierto que
el artículo considera como despido por causas objetivas la acumulación de
faltas de asistencia al trabajo, aunque fueran justificadas, pero, al
mismo tiempo, y eso es lo que a ustedes curiosamente se les olvida
señalar, el mismo precepto establece numerosas excepciones, entre ellas
muchas de las que ustedes utilizan para justificar su derogación. No sé,
señorías, si es una bienintencionada derogación o es que no conocían
ustedes realmente lo que querían derogar o están jugando a la propaganda
una vez más, y me explico. Eran ustedes los que decían que este artículo
permitía despedir justificadamente por enfermedad cuando en el mismo se
dice que no aplica en caso de accidente trabajo o de enfermedad o
accidente no laboral con baja médica de más de veinte días ni tampoco
cuando la falta sea por cáncer o enfermedad grave. También eran ustedes
los que decían que permitía despedir por maternidad o por conciliar,
cuando el propio precepto dice que no aplica en caso de embarazo,
maternidad, lactancia, dolencias relacionadas con las mismas o el
disfrute de permisos y licencias relacionados con la conciliación de la
vida personal y familiar. Señorías, ustedes han jugado interesadamente a
la confusión. Nos decían que si se derogaba este artículo se prohibiría
el despido en caso de bajas, por ejemplo, de maternidad o paternidad y
eso es totalmente falso. Señorías, nos encontramos ante una medida que en
la realidad apenas pasa de lo cosmético. Han hecho ustedes toda una
bandera de lo que no deja de ser un mero remiendo. Desde Ciudadanos
siempre hemos defendido que nuestra legislación laboral necesita reformas
porque las que se han aplicado hasta ahora han sido incapaces de corregir
los problemas estructurales que afectan a nuestro mercado laboral.
Nosotros votaremos a favor de la convalidación de este real decreto aunque
solicitaremos que el mismo se tramite como proyecto de ley con el fin de
que podamos tener la oportunidad de debatir sobre las verdaderas reformas
que necesita nuestra legislación laboral. Podemos y sabemos cómo
solucionarlo.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Muñoz. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Gracias, Catalina.
Por el Grupo Parlamentario Plural tiene la palabra, en primer lugar, el
señor Baldoví Roda.
El señor BALDOVÍ RODA: Moltes gràcies, senyora presidenta.
Confieso que cuando ha terminado la portavoz de Vox estaba tentado de
sumarme a los aplausos del señor Abascal y del señor Espinosa por la
claridad, porque se agradece la claridad; se agradece saber de qué parte
están unos y de qué parte están otros. Le hemos oído: empresa, empresa,
empresa, y poco trabajador, poco trabajador, poco trabajador. Decía la
ministra de Trabajo el día antes de la aprobación de este real decreto
que el artículo 52.d) quedará derogado por lo que ya no se podrá despedir
a nadie por tener una baja justificada por enfermedad. La portavoz de VOX
ha usado el turno para decir que está en contra de que a uno lo despidan
por una baja justificada por enfermedad. Se agradece tanta claridad, se
agradece, muchísimas gracias, ya sabemos de qué lado está VOX. Si había
alguna justificación para este real decreto, yo creo que con estas
palabras que en su momento dijo la ministra queda todo muy claro; o sea,
que se puede despedir a un trabajador o a una trabajadora aun teniendo
una baja justificada; por estar de baja se podía despedir. ¿Nos damos
cuenta de la barbaridad que estaba vigente? ¿Somos conscientes de la
crueldad de lo que aprobaron algunos -el PP- en medio de la crisis, con
millones de parados y con el miedo de muchos trabajadores a perder ese
trabajo? ¿Somos conscientes de cuántas trabajadoras se habrán jugado su
salud por miedo a perder su trabajo? Esta atrocidad ha estado vigente
durante ocho años y VOX estaba en contra; es clarificador. Y encima hemos
tenido que aguantar a los responsables de esta reforma contándonos las
bondades de su reforma laboral y esa expresión que les gustaba: el
círculo virtuoso de su reforma. Tuvieron que ser los tribunales de
justicia europeos los que instaran al Gobierno español a modificar esta
legislación porque consideraban discriminatoria esta causa de despido.
Creemos que esta norma que aprobamos hoy no necesita ser explicada, no
necesita ser mucho más razonada, porque cae por su propio peso, porque es
evidente y sobre todo porque es justa.
Acabo con una pregunta y me permitirán que me la responda yo mismo:
¿hubiera derogado este artículo el tripartito de derechas -Partido
Popular, Ciudadanos y VOX- si estuviera ahora gobernando? Creo que la
intervención de la representante de VOX ha sido diáfana: no, seguro que
no. Por eso no es lo mismo quién gobierna, no es lo mismo. Por eso
Compromís votó no al PP y a Mariano Rajoy y por eso Compromís hoy votará
sí a la convalidación de este real decreto.
Y permítanme una última cosa. Aprovechando que hay dos ministros y como
tienen que tener esta misma semana un consejo, les diré que los
funcionarios de prisiones me piden que les presten especial atención
porque son personal de alto riesgo y porque entienden que deben ser
agentes de autoridad en un momento en el que la conflictividad en las
prisiones es muy grande.
Muchísimas gracias.
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Baldoví.
Por el mismo grupo parlamentario tiene la palabra el señor Rego Candamil.
El señor REGO CANDAMIL: Obrigado, señora presidenta.
Cuando hablamos de salud de los trabajadores y trabajadoras es de justicia
recordar a todos los trabajadores y trabajadoras que están enfermos, a
los que a pesar de todo tienen que ir a trabajar y lo hacen con miedo a
contagiar o a ser contagiados y especialmente a las familias de las
víctimas. Hoy la prioridad es salvar vidas, pero tenemos que preocuparnos
también de que cuando esta emergencia sanitaria pase la consiguiente
crisis económica y social no se cargue una vez más a la espalda de los
trabajadores y trabajadoras, y para eso hay que actuar.
Las reformas laborales realizadas en el año 2010 por el PSOE y en 2012 por
el Partido Popular supusieron un duro golpe para la clase trabajadora, a
la que fueron arrebatados derechos, e implicaron un proceso de
precarización de las condiciones laborales y de pauperización de sectores
importantes de personas asalariadas. Lejos de sus teóricos objetivos, las
reformas laborales provocaron destrucción de empleo, especialmente en el
sector industrial, y nuevas formas de explotación de los trabajadores y
trabajadoras a través de fórmulas como las ETT, los centros especiales de
empleo, los falsos autónomos o el recurso a las cadenas de
subcontratación infinitas. Todo esto conllevó inestabilidad, bajos
salarios y, en definitiva, pobreza laboral. Es decir, contar con un
empleo y un salario ya no implica necesariamente salir de la pobreza.
Esta es la herencia que nos han dejado los años de Gobierno del partido
Popular. Pero además, en un recurso que parece no tener fin, se aprovechó
para un proceso más de recentralización, porque la reforma reforzó la
estatalización de las relaciones laborales y de una negociación colectiva
que quedó claramente debilitada. Impedir o dificultar la negociación
colectiva en nuestro país, en Galiza, supone también debilitar la
capacidad de presión de la clase trabajadora gallega y, por lo tanto,
redunda negativamente en los resultados y en las condiciones de trabajo
de nuestros asalariados y asalariadas. Por eso, consideramos necesario y
urgente derogar las reformas laborales, todas y en su totalidad, porque
mantenerlas en un contexto de crisis industrial como el que vive Galiza
-que, desgraciadamente, se verá acentuado por la situación de emergencia
sanitaria- implica que sigamos conviviendo con la precariedad laboral, la
inestabilidad, los ERTE, los ERE y los despidos de forma unilateral.
Vemos absolutamente necesaria la derogación del artículo 52.d) porque
afecta a cuestiones que son fundamentales, como la salud de los
trabajadores. Lamentablemente, no tenemos aquí una propuesta que dé
solución a las condiciones laborales, salariales y, por tanto, de vida de
la clase trabajadora de nuestro país. Es preciso avanzar, por eso
esperamos, de verdad, que esta medida, necesaria, no quede en una
operación de imagen que demore, ralentice o acabe dejando en el olvido lo
que realmente hay que hacer, lo que el Gobierno debe hacer, que es
derogar la reforma laboral.
Obrigado.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rego. (Pausa.-Una trabajadora
del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián
Romero.
El señor RUFIÁN ROMERO: Muchas gracias, presidenta.
Buenas tardes a todas y a todos. Comienzo con un recuerdo a mi compañero
Jordi Salvador, insigne sindicalista, que si no estuviera confinado en
Tarragona haría este discurso. Yo hoy simplemente seré su voz.
Si despedir a una persona que está enferma es un abuso empresarial, que un
Gobierno lo permita y lo avale durante tanto tiempo es simple y
claramente un atentado al reconocido en la Declaración Universal de
Derechos Humanos derecho al trabajo y a la salud. Que la gente tenga
miedo en este país a cogerse una baja laboral por miedo a un despido o
que vaya a trabajar directamente enferma es tan habitual como salvaje. A
todos aquellos -me incluyo- que fuera de esto tengamos o hayamos tenido
una vida laboral nos ha pasado. No es nada extraordinario y no debería
avergonzarnos a nosotros, sino a los responsables
de ello. Así que hoy no podemos hacer otra cosa que apoyar y felicitarnos
porque esta verdadera espada de Damocles sobre la clase trabajadora sea
eliminada. Pero no es suficiente. Señorías del Gobierno, señorías del
PSOE y de Unidas Podemos, como saben, este no es ni de lejos el único
abuso y regresión social existente y a eliminar de la actual legislación
laboral. Echamos de menos más valentía, echamos de menos en este real
decreto el tratamiento de uno de los abusos por encima de todos, echamos
de menos que no aprovechen para derogar directamente la reforma laboral,
algo a lo que se comprometieron en tantos discursos y programas
electorales, tanto unos como otros. De hecho, aunque tiene su importancia
simbólica la derogación hoy de este artículo, actualmente a un empresario
desalmado no le hace falta acogerse a él para despedir a un trabajador o
a una trabajadora de baja médica, tiene bastante con acogerse a la
casuística de la reforma laboral. Por ello, insistimos, les instamos a
que aborden su derogación total, especialmente ahora teniendo en cuenta
la futura crisis económica, hija de la presente crisis sanitaria. Pero si
tenemos un problema con una legislación laboral al servicio de los
intereses patronales, aún tenemos un problema mayor con un Poder Judicial
que en muchas ocasiones -en demasiadas ocasiones- ampara y legitima sus
abusos. Conviene recordar que si hoy se puede despedir a una persona
mientras está enferma es simplemente porque existen sentencias judiciales
que así lo avalan, sentencias judiciales que anteponen los derechos del
dinero al derecho de las personas. No es nada nuevo, lo hemos visto en
miles, en centenares de miles de desahucios. Una judicatura fuerte con
los débiles y débil con los fuertes. Señorías, no hacemos nada, no
haremos nada hasta que no cambiemos el Poder Judicial.
Finalmente, no consideramos, a diferencia de otros portavoces, que este
real decreto deba ser tramitado como proyecto de ley, no hay nada que
discutir ante la protección de la clase trabajadora. No hay nada que
discutir. En cualquier caso, si pasa, nosotros solicitaremos, en atención
a la urgente necesidad existente, la supresión de los aspectos más
lesivos de la reforma laboral. Señorías, algunos y algunas de ustedes
soñaron y prometieron en las plazas cosas hermosas, pero sobre todo
soñaron y prometieron ser valientes. Recuérdenlo ahora, porque lo que nos
hizo salir entonces es aún peor ahora.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rufián. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú
Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor Santiago Romero.
El señor SANTIAGO ROMERO: Muchas gracias, presidenta.
Señorías, en primer lugar, quiero mostrar mi apoyo a las personas
afectadas por esta terrible pandemia y sus familias. Agradezco a todas
las personas trabajadoras de este país, en especial a los trabajadores de
la salud, que estén peleando heroicamente por el bienestar de toda España
en difíciles condiciones, por la pandemia y por los recortes y
precarización sufridos durante años por la sanidad pública.
Hoy les pedimos la convalidación del real decreto-ley que impide despedir
por causas objetivas a un trabajador por faltar al trabajo por motivos de
enfermedad. Es un pequeño reconocimiento, pero es un gran acto de
justicia con todos esos trabajadores y trabajadoras que están
garantizando hoy que España siga funcionando: trabajadores de la
alimentación, de la seguridad, agricultores, transportistas, de la
limpieza, trabajadoras en primera línea de combate al virus apenas por un
salario mínimo y con pésimas condiciones laborales, visto este artículo
52.d) del estatuto que ahora vamos a derogar.
En plena pandemia del coronavirus hay decenas de miles de personas en
nuestro país en situación de baja por enfermedad y millones en cuarentena
recluidos en sus casas sin poder ir a trabajar. La norma que ahora
derogamos habría permitido que a los dos meses de haberse iniciado el
estado de alarma cientos de miles de estos trabajadores a los que hoy
tanto agradecemos pudieran ser despedidos con una indemnización
miserable. Faltar nueve días al trabajo en un plazo de dos meses por
sufrir una enfermedad fue para el Partido Popular y para Convergència i
Unió -que no se olvide en Cataluña- causa suficiente para despedir a una
persona. Una norma propia del siglo XIX, contraria a la salud pública,
que para evitar el despido obligaba a acudir a su trabajo a personas
enfermas, incluso con riesgo de propalar contagios; una norma que
castigaba en mayor medida a las mujeres, quienes soportan
mayoritariamente la carga de los cuidados: más de cuatro horas al día
realizando cuidados familiares, tres veces más de lo que dedican los
hombres. No podemos permitir más la feminización de los empleos más
precarios ni la precarización de los trabajos feminizados como la
limpieza, las 'kellys' o las empleadas del hogar, sectores claramente
estratégicos. Y animamos a los ministerios de Igualdad y Trabajo a que
pongan rápidamente en marcha
las ayudas anunciadas hoy para las trabajadoras del hogar que han perdido
o visto reducido su empleo por la pandemia. Sobre todo, son las mujeres
quienes trabajan en los cuidados no remunerados: son nuestras madres,
hermanas, compañeras, esposas, a las que hoy agradecemos sus cuidados
hacia las personas mayores, especialmente a las trabajadoras y
trabajadores de las residencias de ancianos, que intentan protegerlos
frente al coronavirus a pesar de no contar con las medidas de prevención
necesarias y cobrando sueldos de miseria. Nadie ignoraba, al aprobarse la
norma que hoy derogaremos, que estas mujeres precarizadas son las que más
sufren enfermedades laborales y, por tanto, las más expuestas a sufrir
este despido. Esta norma también era una agresión a los trabajadores más
pobres, los más vulnerables. El 85 % de las personas atendidas el año
pasado por Cruz Roja eran trabajadores pobres con mala salud, el 12 % no
atendía debidamente su enfermedad por falta de recursos y el 70 % acudía
al médico solo en casos extremos. La precariedad y la pobreza provocan
miedo a perder el trabajo y los ingresos, a no poder pagar las facturas o
el alquiler o a no poder dar de comer a tus hijos. La norma derogada solo
servía para abaratar el despido de los trabajadores más pobres.
Hoy este Congreso, representante de la soberanía popular, por iniciativa
de este Gobierno progresista inicia con esta derogación el fin de una
época de profundas agresiones a la salud de los trabajadores y de toda la
ciudadanía, una época en la que las reformas laborales amputaron el
derecho al trabajo y que hoy, en medio de la pandemia, vemos que fueron
medidas injustas, catastróficas. En palabras de la magistrada del
Tribunal Constitucional señora María Luisa Balaguer: No puedo asumir que
la libertad de empresa pueda ser antepuesta al derecho a la integridad
física o moral de los trabajadores y a un valor tan fundamental como es
la salud humana. Los recortes de presupuestos y de derechos laborales han
sido un grave patógeno en España y han traído terribles consecuencias:
por falta de inversiones y privatizaciones en el sistema de salud; por la
expulsión de personas vulnerables del sistema sanitario, como ayer mismo
proponía VOX; por los recortes de plantillas, la degradación de las
condiciones de trabajo y la precariedad, y por la constante reducción de
las inversiones en investigación.
La red sanitaria española es competencia de las comunidades autónomas,
algunas ahora escondidas tras desleales ataques al mando único sanitario,
incapaces de reconocer sus propios errores. Los mismos gobiernos
responsables de los recortes se esconden ahora tras el esfuerzo y
compromiso de los profesionales sanitarios y exigen al mando único una
previsión que ellos no han tenido. El mejor homenaje a los profesionales
es darles los recursos para que nunca más se encuentren en esta
situación, y evitar que personas enfermas vayan a trabajar es uno de
estos recursos. La derecha, mediante sucesivas reformas laborales que han
precarizado las condiciones de trabajo y han disminuido los salarios, ha
creado un ejército de trabajadores pobres, que no llegan a fin de mes
aunque tengan trabajo. Así han multiplicado la inseguridad y la
siniestralidad laboral. La precarización repercute en la salud de las
personas y nos sumamos a lo manifestado por la ministra de Trabajo.
Anunciamos nuestro voto a favor y le agradecemos su trabajo y el del
Gobierno, dando pasos efectivos para que España cuide debidamente a los
trabajadores.
Concluyo. Animamos al Gobierno a que dé más pasos para acabar con las
reformas laborales. Vamos a vivir los momentos más difíciles de las
últimas décadas, en una crisis de salud que puede traer graves
consecuencias laborales, sociales y económicas, salvo que tomemos medidas
como estas para evitarlo. Unidos podremos derrotar al virus y salir
adelante; juntos. Gracias a nuestros profesionales sanitarios. Gracias,
señora Díaz, por esta derogación, y a toda España salud, hoy más que
nunca, mucha salud. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Santiago. (Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchas gracias, Catalina.
Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Movellán
Lombilla.
El señor MOVELLÁN LOMBILLA: Muchas gracias, presidenta.
España vive hoy una emergencia sanitaria que no solo está poniendo en
jaque a nuestro sistema sanitario, sino que está haciendo que nuestra
actividad económica y nuestro mercado laboral se estén viendo ya
gravemente afectados. Las previsiones que día a día vamos conociendo nos
hablan de un horizonte cercano muy dramático. Estamos ya viendo a miles
de trabajadores afectados por los ERTE, reducciones de jornadas y
salarios, despidos, así como un desplome sin precedentes de nuestra
producción.
Quiero comenzar reconociendo el esfuerzo de todas las instituciones y de
los ciudadanos que están luchando contra esta crisis, pero a la vez
quiero pedir de forma tajante a este Gobierno que sea riguroso,
que nadie tome ventaja para contarnos inexactitudes intencionadas mientras
ganamos esta batalla, porque, a pesar de su tono suavizado, que luego ha
roto el portavoz de su formación política, lo que nos están contando hoy
es una incorrección intencionada. Esa incorrección es decir que el
artículo 52, que se deroga con el real decreto, fue aprobado por la
reforma laboral de 2012, porque no lo fue. Fíjense que no utilizo la
palabra mentira, y les adelanto también que nuestro grupo no se va a
oponer a la convalidación del decreto, pero es que este artículo lleva
con nosotros en el Estatuto de los Trabajadores desde el año 1980, es
decir, cuarenta años, y ni lo puso allí el Partido Popular ni lo quitó de
allí Felipe González ni Zapatero, ni su admirado Pedro Sánchez, cuando
podrían haberlo hecho durante estos cuarenta años. Y llevamos semanas
escuchándoles decir, aunque hoy ha suavizado el tono, que el Partido
Popular se inventó un artículo para despedir a personas enfermas, con lo
fácil que es recurrir al texto y comprobarlo. Pero no vamos a entrar en
su juego, y no por falta de argumentos sino por respeto; por respeto a
todos los españoles que hoy están enfermos y a todos aquellos que están
en riesgo de estarlo, y por respeto a la situación actual que hace que no
tengamos que venir aquí a hablar de banalidades. La situación es
realmente grave y por eso le pido que guarden el silencio que se merecen
los que están sufriendo y que se pongan a trabajar. Pónganse a trabajar
para garantizar la compra y el suministro de todos los materiales
sanitarios que requieren hoy nuestros profesionales, trabajen también
para llevar mascarillas y batas a los hospitales, porque las que ustedes
no están trayendo las están cosiendo los españoles en sus casas.
Estos días están hablando de enfermedad, pero no se han acordado de decir
que lo que sí hizo la reforma del Partido Popular fue dar mayores
garantías a los trabajadores. Lo que sí hizo la modificación de 2012 fue
establecer que no se computarían como ausencias las provocadas por
tratamientos médicos de cáncer o enfermedades graves. Eso sí lo hizo el
Partido Popular; lo que no hizo es este artículo que hoy traen para su
derogación. Además, ha venido a decirnos que se habían disparado con la
reforma de 2012 los casos, pero la patronal ha fijado en 2019 que eran
treinta los casos y los despidos por este artículo que hoy se deroga.
Usted ha sido incapaz de dar un solo dato, pero además tengo que decirle
que nos sorprendió mucho que en febrero su primera y única medida
estrella -nos gusta que hoy lo reconozca- para el empleo fuera esta.
Usted llegó al ministerio cuando se formó ese Gobierno de coalición con
el Partido Socialista, pero ¿cree que ha cumplido, como nos ha dicho
aquí, con los ciudadanos? ¿Cree que ha cumplido con los más de 90 000
parados que había más cuando usted llegó al Gobierno, gracias a la mala
gestión del Gobierno de Pedro Sánchez? ¿Cree que ha cumplido con las 30
000 mujeres más desempleadas, con los 14 000 jóvenes parados que había
más o con los 50 000 desempleados más de trabajadores del campo o de
empleados del hogar? ¿Esa es su visión de cumplir con los españoles? No
se preocupe porque esos datos van a quedar en el olvido porque hoy el
escenario es más mucho más grave, y es mucho más grave en buena parte por
la falta de previsión y de adopción de medidas ambiciosas para afrontar
esta crisis, esta emergencia sanitaria y económica.
Ahora nos ocupa esta terrible crisis del COVID-19, que ya está golpeando,
como le decía, fuertemente a nuestro mercado laboral. Miles de
expedientes de regulación de empleo están colapsando el servicio público
de empleo, demasiados trabajadores que han perdido o que han visto
suspendido su contrato laboral. Las pymes y los autónomos están ahogados
y asfixiados por la falta de ingresos, por la falta de liquidez y además
por la incertidumbre y porque ustedes no les quieren garantizar algo que
están demandando, como es esa suspensión de las cuotas o el aplazamiento
y la suspensión de las cotizaciones sociales, el aplazamiento real de los
impuestos. Y han saltado todas las alarmas. La situación requiere de una
toma de medidas mucho más ambiciosa, que eviten que este drama sanitario
se convierta en una brutal crisis económica; medidas que eviten que se
destruya nuestro tejido productivo y cientos de miles de puestos de
trabajo en nuestro país, que nos llevaría a una verdadera situación de
emergencia social.
Señora ministra, hay que recordarle que es usted la ministra de Trabajo,
no la ministra del paro y por eso le pedimos desde aquí que su política
no sea meramente derogatoria. Derogar la reforma laboral es derogar el
mantenimiento del empleo y es poner más difícil la futura creación de
empleo en nuestro país. Hay que recordar el contexto en el que estábamos
cuando se hizo la reforma de 2012 y todos los puestos de trabajo que se
habían destruido en los años de crisis, en esos años en los que un
Gobierno socialista, primero, negó la crisis, y luego, fue incapaz de
tomar medidas para atajar la crisis económica. El balance era desolador:
más de tres millones y medio de españoles fueron al desempleo, 177 000
empresas fueron destruidas y más de 336 000 autónomos tuvieron que cerrar
sus negocios. Pero le dimos la vuelta, dimos un giro de 180 grados
gracias a las medidas y a la reforma laboral, y donde antes se destruían
1400 puestos de trabajo en 2011, se pasaron a crear más de 1700 puestos
de trabajo al día en 2017. Pero no ocurrió por casualidad, sino por un
trabajo bien hecho, por unos objetivos claros y por una reforma laboral
que funciona. Ustedes saben que funciona porque ahora en estos momentos es
más necesario que nunca seguir aplicando esos criterios que inspiraron la
reforma laboral, esa flexibilidad interna de las empresas que evita el
despido mayoritario de trabajadores. Las medidas que hoy se convalidarán
están amparadas también en los mismos criterios de flexibilidad que puso
en marcha la reforma de 2012. Por eso les digo que abandonen esa política
derogatoria, que abandonen su contrarreforma laboral y que abandonen
también esa política fiscal confiscatoria, porque eso solo puede hacer
que los efectos tras esta emergencia sanitaria sean muy graves para el
mercado laboral y para nuestra economía. Den soluciones a todos los que
han visto estos días perturbada su situación laboral.
Quiero finalizar y finalizo diciendo que vivimos una situación excepcional
que amenaza a dos generaciones de españoles. La amenaza a la generación
de nuestros mayores la están combatiendo los sanitarios y el personal de
la dependencia y están dando una admirable lección de responsabilidad de
la que tenemos mucho que aprender. Pero es a ustedes, señores del
Gobierno, a quienes les toca combatir la amenaza al empleo, a las
expectativas de futuro de las familias y de los jóvenes españoles, y en
esa tarea pueden contar con el Partido Popular, porque nosotros somos un
partido que ha demostrado que siempre antepone el interés de los
ciudadanos al interés partidista.
La señora PRESIDENTA: Señor Movellán, tendría que terminar, por favor.
El señor MOVELLÁN LOMBILLA: Sí, finalizo ya, señora presidenta.
Pero hay un bien mayor en juego, señora ministra; y yo, que formo parte de
un partido de Estado, se lo digo, porque igual sus socios de Gobierno no
se lo dicen. Ese bien mayor se llama España y está mirando. Está
esperando a que juntos saquemos de sus casas el miedo y la enfermedad.
Está esperando a que, cuando se abran nuestras puertas y salgamos a
nuestras calles, veamos esa gran nación llena de oportunidades, porque es
el mejor país para vivir y para trabajar.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Movellán. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Anguita
Pérez.
El señor ANGUITA PÉREZ: Muchas gracias, señora presidenta.
Ministra, ministro, señorías, buenas tardes. Quiero comenzar mi primera
intervención en este hemiciclo agradeciendo a todos y cada uno de los
compatriotas que hoy siguen levantando este país con su esfuerzo, con su
dedicación y con su compromiso. Quiero agradecer a nuestro personal
sanitario, a nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a
nuestras Fuerzas Armadas, a los equipos de limpieza, a nuestros
trabajadores y trabajadoras sociales, a nuestro sector del transporte
-que, siendo hijo de un transportista, me hace sentir especialmente
orgulloso-, a todas y cada una de las personas que hoy están combatiendo,
cada una desde su sector, esta terrible pandemia y haciendo que todos
nosotros y nosotras estemos enormemente orgullosos de formar parte de
esta sociedad. En este momento estamos viviendo una crisis sanitaria sin
precedentes que está poniendo a prueba a todas y cada una de nuestras
instituciones, a todos y cada uno de nuestros Gobiernos y a todos y cada
uno de nosotros y nosotras como sociedad. De todos nosotros y de todas
nosotras dependerá el modo de salir de esta crisis, porque, salir,
señorías, saldremos, que no le quepa la duda a nadie.
Señorías, el futuro de la nación, de esta nación, nunca ha estado escrito
y, por supuesto, no lo va a estar después de esta epidemia. Cuando
volvamos a abrir nuestras puertas, cuando volvamos a trabajar con
normalidad, cuando volvamos a salir, a desplazarnos con naturalidad y a
volver a visitar a nuestros familiares de forma regular, cuando todo esto
pase, nada será igual, todo habrá cambiado. Si de algo estoy seguro es de
que la gente de este país tiene mucho más clara la importancia de lo
público, que es el mejor escudo que una sociedad puede tener para
enfrentarse a los retos a los que nos tenemos que enfrentar como país.
Señorías, el Grupo Parlamentario Socialista votará a favor de la
convalidación del Real Decreto-ley 4/2020, de 18 de febrero, por el que
se deroga el despido objetivo por faltas de asistencia al trabajo
establecido en el artículo 52.d) del texto refundido de la Ley del
Estatuto de los Trabajadores. Lo va hacer por una simple razón: este real
decreto devuelve a las personas trabajadoras garantías arrebatadas por la
reforma laboral del Partido Popular frente al despido. Señorías,
digámoslo claro. El despido objetivo derogado no se encontraba amparado
por justa causa. Señorías, es un orgullo poder intervenir hoy en defensa
de este decreto-ley, pues es urgente
restituir los derechos de la clase trabajadora. Es urgente devolver la
seguridad jurídica arrebatada por la reforma que dinamitó el equilibrio
en la relación laboral; que permitió la modificación sustancial de las
condiciones de trabajo prácticamente de forma unilateral por parte del
empresario, rota ya la negociación colectiva, y que además facilitó que
las personas trabajadoras pudieran ser despedidas de forma indiscriminada
por faltas de asistencia, aun siendo estas justificadas. Una causa de
despido que derogará este real decreto que hoy debatimos.
Señorías, con este real decreto el Gobierno continúa desmantelando los
aspectos más lesivos de la reforma laboral del Partido Popular, le pese a
quien le pese. Una reforma cuyo resultado -desgraciadamente contrastado-
es la pérdida de derechos de las personas trabajadoras. Una pérdida de
derechos que principalmente se cifra en la pérdida de salario, única
fórmula que entendió el Partido Popular para ganar en competitividad y
que ha provocado el afloramiento de una nueva clase social, los
trabajadores pobres. El Gobierno socialista incrementó el salario mínimo
interprofesional a 900 euros, una subida del 22,3 %, la mayor subida de
la historia de nuestra democracia. Hoy el salario mínimo interprofesional
es de 950 euros. Por cierto, incrementos que han sido realizados previo
diálogo social, algo desconocido por los Gobiernos del Partido Popular.
Un aumento que según los gurús económicos de la derecha iba poco menos
que a dinamitar la estructura económica nacional y que lejos de tal
presagio solo ha traído dignidad y seguridad a millones de hogares
españoles.
Señorías, este real decreto-ley devuelve la seguridad a la persona
trabajadora que, aquejada de una enfermedad o de una discapacidad, se
veía obligada a faltar de forma intermitente al trabajo aun con
justificación. Esas ausencias que no dependían de su voluntad -repito:
que no dependían de su voluntad- constituían la causa de despido con
independencia de que fueran justa causa. El despido se producía de manera
automática, un automatismo provocado por la reforma del Partido Popular
que privó a dicho precepto de los elementos que le otorgaban objetividad,
como por ejemplo el índice del absentismo total de la plantilla. Si la
excusa de la derecha era combatir el absentismo, el absentismo ya es
constitutivo de despido disciplinario, por lo que no se produce la
desprotección del interés empresarial de ninguna de las maneras.
Señorías, este artículo hacía prevalecer ese interés empresarial en la
defensa de su cautividad frente a una causa de despido objetivable y
proporcional. Con ello, como decía, se cuestionaba un principio de
nuestro ordenamiento laboral: el despido siempre obedece a causa. Lo
contrario supondría vulnerar el marco comunitario, y más específicamente
el Convenio 158 de la Organización Internacional del Trabajo, ratificado
por España en el año 1985 y, por tanto, integrado en nuestro ordenamiento
jurídico, de conformidad al artículo 96.1 de nuestra Constitución.
Señorías, este artículo solo genera inseguridad jurídica, ya que no aporta
más que miedo, desmotivación y descenso de la productividad entre las
personas trabajadoras. Miren, en menos de cien días este Gobierno está
cumpliendo con su compromiso de ir derogando los aspectos más lesivos de
la reforma laboral; la derogación que hoy debatimos es solo el inicio de
ese proceso. La derecha dirá que con esta reforma se va a acabar con la
recuperación económica que esa misma derecha se ha querido apropiar como
suya robándosela al esfuerzo y sufrimiento de la gente trabajadora, de la
gente más humilde de este país. Ocultarán que esta derogación se realiza
por tres motivos principales. En primer lugar, porque generaba
inseguridad jurídica, ya que se trataba de una figura jurídica anómala
corregida a lo largo de los años precisamente para ir excluyendo las
ausencias que pudieran dar lugar a un despido incompatible con los
derechos básicos de las personas trabajadoras, como accidentes de
trabajo, permisos de maternidad, vacaciones o exclusiones por violencia
de género; algo totalmente incomprensible. En segundo lugar, porque es
contrario al derecho comunitario, como así lo ha establecido el Tribunal
de Justicia de la Unión Europea en su sentencia de 18 de enero de 2018,
que afirma que la aplicación automática del artículo 52.d) sin la
existencia de mecanismos dirigidos a contraponer y evaluar la situación
concreta de despido y analizarla caso por caso a efectos de determinar su
proporcionalidad es incompatible con la Directiva 2000/78 del Consejo. Y
por último, porque es discriminatorio, pues hace de peor derecho a las
personas más vulnerables cuando se encuentran enfermas, algo que podemos
convenir, señorías, no busca nadie intencionadamente para no ir a
trabajar. Esa discriminación es en particular dura con las personas con
discapacidad o con las personas con enfermedades crónicas de base, que
tienen mayor tendencia a un mayor número de bajas médicas de corta
duración, precisamente como consecuencia de estas patologías -y voy
terminando, señora presidenta-. Además, es constitutivo de una
discriminación por razones de género, ya que son las mujeres las que
fundamentalmente asumen el trabajo del cuidado de las personas
dependientes y debido al mismo pueden incurrir en un mayor número de
ausencias laborales de corta duración.
Señorías, concluyo. En estos días, si hay algo importante que estamos
comprobando es que la salud era, es y será siempre lo más importante.
Solidaridad, fraternidad, equidad e igualdad; tenemos la oportunidad una
vez más desde esta Cámara de volver a hacer justicia social siendo, desde
mi humilde punto de vista, el único camino justo y el único camino que
nunca tendrá retorno.
Muchísimas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Anguita.
Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, la señora ministra de Trabajo y
Economía Social.
La señora MINISTRA DE TRABAJO Y ECONOMÍA SOCIAL (Díaz Pérez): Gracias,
presidenta.
En nombre del Gobierno, recogemos todas y cada una de las aportaciones de
los portavoces y las ?portavozas' y les damos las gracias. Seguiremos
trabajando por el bien común. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora ministra.
- REAL DECRETO-LEY 5/2020, DE 25 DE FEBRERO, POR EL QUE SE ADOPTAN
DETERMINADAS MEDIDAS URGENTES EN MATERIA DE AGRICULTURA Y ALIMENTACIÓN.
(Número de expediente 130/000006).
La señora PRESIDENTA: Pasamos al punto del orden del día relativo a la
convalidación o derogación del Real Decreto-ley 5/2020, de 25 de febrero,
por el que se adoptan determinadas medidas urgentes en materia de
agricultura y alimentación. Para presentar el real decreto-ley, tiene la
palabra, en nombre del Gobierno, el señor ministro de Agricultura, Pesca
y Alimentación.
El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN (Planas Puchades):
Muchas gracias, señora presidenta.
Permítame que al inicio de mi intervención haga mías sus palabras
pronunciadas al inicio de esta sesión de amistad y de solidaridad
dirigidas a los familiares y los amigos de todos los fallecidos por esta
pandemia y a todos los que la están sufriendo.
Señorías, comparezco ante esta Cámara para solicitar en nombre del
Gobierno la convalidación del Real Decreto-ley 5/2020, por el que se
adoptan determinadas medidas urgentes en materia de agricultura y de
alimentación, aprobado por el Consejo de Ministros el pasado día 25 de
febrero. Es un real decreto-ley necesario e inaplazable para el sector
agroalimentario de nuestro país y, muy especialmente, para nuestros
agricultores y nuestros ganaderos. Además, concurren las condiciones de
extraordinaria y urgente necesidad que establece nuestra Constitución
para adoptar esa norma jurídica con rango de ley.
Señora presidenta, antes de exponer su contenido, quisiera efectuar una
reflexión y un reconocimiento. Empiezo por la reflexión. Agricultores,
ganaderos y pescadores están produciendo y poniendo en el mercado
productos frescos que permiten el abastecimiento de la industria y de la
distribución y, consiguientemente, la alimentación de todos. En las
últimas semanas he explicado en reiteradas ocasiones lo importante que es
su trabajo para el conjunto de la sociedad. En una circunstancia
dramática y extrema como la que estamos viviendo, su trabajo queda aún
más puesto en valor. Los necesitamos, también a los trabajadores de la
empresas cooperativas y de la industria agroalimentaria. Su esfuerzo está
permitiendo, igualmente, el buen funcionamiento de la cadena y que los
alimentos básicos puedan llegar a todos. Finalmente, quisiera mencionar a
quien está más cerca de todos nosotros en el día a día, a la distribución
comercial, las tiendas y supermercados que nos abastecen y a todos
quienes prestan servicios en ellas. El papel que están jugando la
distribución comercial, empresas y trabajadores está siendo fundamental
para que todos los productos alimentarios lleguen a todos los ciudadanos,
sin olvidar a la logística y a las empresas de suministros, sin los
cuales la cadena no podría funcionar. Por tanto, quiero efectuar un
reconocimiento público en nombre del Gobierno sobre el buen trabajo de
todos quienes prestan servicio en la cadena agroalimentaria en España.
Hoy, más que un esfuerzo, es un signo de entrega y de solidaridad, y ello
nos permite estar abastecidos todos los días en alimentos en cantidad y
calidad suficientes con práctica normalidad, a pesar de las
circunstancias excepcionales que estamos viviendo. De nuevo, gracias.
En este contexto, el reequilibrio de la cadena alimentaria, su
transparencia en la formación de precios y la mejora de la posición
negociadora de agricultores y ganaderos en la búsqueda de precios más
justos, es si cabe más justificada y más necesaria. En efecto, han
confluido en los últimos meses una serie de factores, algunos de
naturaleza coyuntural y otros de naturaleza estructural, arrastrados de
buen tiempo
atrás, que han conducido a una situación de crisis en los precios
percibidos por nuestros agricultores y nuestros ganaderos en sus ventas
y, consecuentemente, en la merma de sus márgenes empresariales.
Este hecho ha provocado la pronta respuesta de este Gobierno, que ha
adoptado medidas concretas de forma urgente ante las demandas del sector
y de las organizaciones profesionales agrarias que los representan. Un
sector que es de por sí estructuralmente vulnerable por sus propias
características, por la elevada rigidez de la demanda, por la atomización
de los operadores y la diversidad de sus agentes frente a una compra
mucho más concentrada, así como por la estacionalidad y, en muchos casos,
por el carácter perecedero de sus producciones.
A todas estas singularidades, señorías, hay que añadir la concurrencia de
factores coyunturales, situaciones concretas y sobrevenidas que han
sufrido y sufren nuestros agricultores y ganaderos, que se han visto
afectados por fenómenos meteorológicos extremos que han provocado
cuantiosos daños, en forma de temporales o inundaciones, y también por
medidas adoptadas por razones que nada tienen que ver con el sector
agroalimentario, como los aranceles adoptados por Estados Unidos, la
caída de precios o el incremento de los costes de los insumos agrarios.
Estas situaciones requieren de una acción decidida por parte del Gobierno
de España y de la adopción de soluciones que no pueden demorarse ni un
día más por los perjuicios que ello podría causar. Hemos escuchado, hemos
dialogado y hemos actuamos sin dilación, tras ese proceso de diálogo con
todos los agentes de la cadena alimentaria y con las comunidades
autónomas, con un real decreto-ley que pretende lograr un impacto
positivo y necesario mediante el fomento de reparto equitativo del valor
añadido y el reequilibrio de la cadena alimentaria, la mejora de la
capacidad de negociación de los eslabones más débiles de la cadena y el
fortalecimiento de la competitividad de los operadores agrarios y
alimentarios.
Por todo ello, el real decreto-ley que les presento contiene una serie de
medidas que, de forma sucinta, paso a relatar. En primer lugar, se
modifica la Ley 12/2013, de medidas de mejora de la cadena alimentaria.
Ello supone, a partir de la entrada en vigor y su publicación el pasado
día 26 de febrero, la obligatoriedad de la inclusión del coste efectivo
de producción en los contratos agrarios y que se indique expresamente que
el precio pactado cubre el coste efectivo de producción. En segundo
lugar, se plantea prohibir la destrucción del valor de los productos a lo
largo de la cadena, lo que se denomina popularmente la venta a pérdidas.
Esto es, obligar a cada operador a que abone al inmediatamente anterior
en la cadena un precio igual o superior al coste de producción del
producto en que haya incurrido o asumido dicho operador. En tercer lugar,
se propone regular promociones comerciales para evitar la banalización de
los productos agrarios y de los alimentos, asegurando que la sociedad
conozca su verdadero valor, y exigiendo que las actividades promocionales
se desplieguen en un marco equitativo de obligaciones y derechos dentro
de la cadena. Y en cuarto lugar, se pretende dar publicidad a las
sanciones impuestas a los incumplidores y endurecer el régimen
sancionador, como, por ejemplo, que el hecho de no formalizar por escrito
los contratos alimentarios pase a ser infracción grave, en vez de leve
como lo era hasta ahora.
Esta regulación, señorías, será completada de forma inminente con una
segunda modificación de la ley de la cadena más amplia, con un proyecto
de ley que traspondrá la Directiva 633/2019 de prácticas comerciales
desleales y que introducirá nuevas medidas para mejorar el funcionamiento
de la cadena alimentaria.
La incorporación de los jóvenes a la actividad agraria es una de las
líneas esenciales de la política de renovación del sector primario y uno
de los ejes sobre los que se articulará la nueva política agrícola común,
y para ello el campo ha de ser atractivo para los jóvenes, pero sobre
todo ha de ser rentable. Esa es la clave del futuro de la agricultura, de
la ganadería y de nuestro mundo rural. Por ello, se propone en este
decreto-ley la modificación en su artículo 2 de la Ley 35/2006, del
impuesto sobre la renta de las personas físicas, para incorporar una
medida que facilite el prorrateo en cuatro años de la tributación de las
ayudas para la primera instalación de jóvenes agricultores previstas en
el Programa Nacional de Desarrollo Rural, de modo que no tengan que
hacerlo de una sola vez en el primer año, incluyendo los socios de las
entidades asociativas.
Igualmente, se regula en el decreto-ley la reducción de 35 a 20 del número
de peonadas necesarias para acceder al subsidio por desempleo o la renta
agraria en las comunidades autónomas de Andalucía y de Extremadura. Se ha
constatado en la última campaña un descenso de la producción del olivar
por circunstancias climáticas, lo que unido a las dificultades que han
supuesto los aranceles que anteriormente he mencionado ha repercutido en
una disminución del empleo de los trabajadores y trabajadoras eventuales
agrarios en esas dos comunidades autónomas. Y de igual modo, para
incentivar a las empresas para llevar a cabo la conversión de los
contratos eventuales agrarios en fijos y fijos discontinuos se
concederán bonificaciones en la cuota empresarial según la modalidad y
cuantía de la base y el grupo de cotización en el que esté dado de alta
el trabajador o la trabajadora durante los dos años siguientes a la
transformación del contrato.
Finalmente, se contempla en el decreto-ley la modificación de la Ley
23/2015, ordenadora del sistema de inspección de trabajo y Seguridad
Social, con el fin de ampliar el ámbito de actuación de la inspección más
allá del centro de trabajo, es decir, que su actuación se pueda llevar a
cabo también en locales y viviendas u otros lugares habilitados en los
que residan, se alojen o puedan permanecer los trabajadores.
Concluyo, señorías. Este estado de alarma en que nos encontramos en España
es de algún modo un paréntesis útil para la reflexión del cual se pueden
extraer lecciones, y una de las más claras es que necesitamos a nuestros
agricultores y a nuestros ganaderos. También a nuestros pescadores, que
siempre están ahí, haciendo bien su trabajo. Por ello, les pido su voto
para la convalidación de este real decreto-ley, que es parte de una tarea
y de un empeño de este Gobierno que va a proseguir en toda la legislatura
para mejorar el funcionamiento de nuestro sector primario, permitir la
pervivencia de un medio rural vivo y reconocer y dignificar el trabajo de
nuestros agricultores y de nuestros ganaderos.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor ministro.
En turno de fijación de posiciones, tiene la palabra por el Grupo
Parlamentario Mixto, en primer lugar, el señor Martínez Oblanca.
El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señora presidenta.
Buenas tardes, señor ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Apoyaré la convalidación de este real decreto-ley, que es la respuesta a
las grandes movilizaciones de todo un sector vital para nuestro bienestar
y prioritario, más aún si cabe en estos momentos de emergencia nacional y
mundial como consecuencia de la pandemia del COVID-19. En mi breve
intervención quiero referirme específicamente a las grandes dificultades
añadidas ahora, tras el coronavirus, para nuestros productores primarios,
ya que necesitarán de nuevas y extraordinarias medidas de apoyo a raíz de
la crisis que se avecina, toda vez que esta normativa fue aprobada hace
mes y medio y precisará de ser readaptada a la excepcional situación
derivada de la emergencia sanitaria.
Es imprescindible, en el caso del sector ganadero, de crucial importancia
para el sostenimiento económico del medio rural de Asturias y de España,
que se adelanten los abonos pendientes de la PAC y se flexibilice la
burocracia administrativa que atenaza las ventas, evitando a los
agroganaderos la paralización de productos como leche y carne, entre
otros. Finalmente, reclamamos al Gobierno que haga valer en la Unión
Europea la necesidad de un nuevo marco financiero plurianual que no
recorte ayudas al sector, tal y como estaba previsto. Agricultores,
pescadores y ganaderos son piezas clave en un irrenunciable europlan
económico solidario del siglo XXI para frenar la recesión que se avecina.
Recojan ustedes ese guante por todo el sector y, sobre todo, anticípense
al peor escenario para el campo y el medio rural español, que se movilizó
precisamente por no sentirse respaldado. En este sentido, con este real
decreto-ley se atribuye usted, en nombre del Gobierno, una pronta
respuesta a la situación del campo español -creo que usted ha dicho sin
dilación-; permítame que le recuerde que lleva usted año y medio como
ministro de Agricultura.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Martínez.
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Guitarte
Gimeno.
El señor GUITARTE GIMENO: Señora presidenta, señor ministro, señorías,
desde hace tiempo el Estado viene regulando con medidas urgentes la
cadena alimentaria y su incidencia en los mercados de los productos
agrarios. Nótese la contraposición entre "desde hace tiempo" y "medidas
urgentes". Es decir, las propias normas nos dicen que llegan tarde para
intervenir en un sector muy complejo como el sector agrario. Sin embargo,
es verdad que las sucesivas normas, como ahora sucede con este real
decreto-ley, han intentado atender las crecientes demandas sociales de
los agricultores mediante medidas que fijen condiciones en mercados de
origen al consumidor y en diferentes contratos de productos agrícolas y
ganaderos.
Durante esta crisis que estamos viviendo hemos podido constatar que -como
bien ha dicho usted-, a pesar de ese olvido regulatorio tan importante
para su actividad, el sector agrario cumple una función
social y económica fundamental en el territorio español. Es un sector
básico para la economía, ya que es una pieza imprescindible para la
alimentación de todo el país, como pone de relieve la situación que
vivimos, pero, además, es una actividad económica que no es
deslocalizable: cualquier ayuda que reciban se va a quedar aquí, no va a
ir a otro sitio. Los agricultores son un grupo social con un profundo
compromiso para colaborar desinteresadamente en situaciones de
emergencia: lo han hecho en las nevadas, con la fumigación ahora de vías
públicas, con las emergencias, en las luchas contra incendios y lo hemos
visto en estas pasadas semanas.
Nosotros valoramos las propuestas de este Real Decreto 5/2020, que
pretende clarificar los sucesivos mercados que, a través de contratos
alimentarios, se integran en la cadena de valor, evitando con ello que no
se cubra el coste efectivo de la producción, como muy bien dice el
artículo 12 del decreto sobre destrucción del valor en cadena.
La exposición de motivos del real decreto habla de medidas regulatorias
puntuales en el ámbito de la cadena alimentaria, anticipándose a una
futura reforma en profundidad, que está previsto acometer más adelante,
de la Ley 12/2013, de medidas para la mejora de la cadena alimentaria.
Coincidimos con esa valoración. Lo importante y lo necesario es una
reforma en profundidad de la Ley 12/2013. Quizás el presente real decreto
podía haber llegado más lejos en algunos de los aspectos que vamos a
señalar; no obstante, a pesar de estas limitaciones que citamos, vamos a
apoyar su convalidación, porque entendemos que supone un avance sobre la
situación precedente y que facilita la viabilidad de las empresas
agrarias.
Pese a lo que decimos, creemos que las medidas del real decreto no serán
suficientes para garantizar los objetivos del código de buenas prácticas
en la contratación alimentaria por muchas razones. Hay tres de ellas que
creemos que se deberían incorporar: primero, debería fortalecerse el
propio código de buenas prácticas -lo que reforzaría su aplicabilidad-
con medidas que hagan fácil su aplicación, porque hay dificultades para
la aplicación práctica y real; segundo, deberían tomarse medidas
puntuales que hicieran efectiva la transparencia de esas prácticas
comerciales de la cadena alimentaria y de los propios requisitos fijados
por los contratos comerciales; y en tercer lugar, interesa que se
convierta en información accesible y sintética para los consumidores todo
el proceso de comercialización y que no quede ahora en la oscuridad de
una cadena desconocida. La introducción de criterios de transparencia en
todos los sucesivos acuerdos comerciales de la cadena y la aplicación de
mecanismos de información rápida y eficiente han de permitir al
consumidor identificar la trazabilidad comercial del producto que
adquiere, así como su tipificación.
Este real decreto también puede anticipar medidas puntuales de la futura
reforma de la Ley 12/2013. Para nosotros, la principal es fortalecer la
información sobre el origen de los productos, tipificando sus
características y las condiciones de su producción. Para que el
consumidor pueda elegir, debería establecer categorías que han de
reflejarse en el código de las prácticas comerciales. Creemos que es muy
importante diferenciar entre productos nacionales, productos europeos que
cumplen con la normativa europea, productos no europeos que cumplen con
la normativa europea sobre fertilizantes, piensos, fitosanitarios,
zoosanitarios y, por fin, productos que no están controlados pero que
están en el mercado. Este real decreto debería aplicar las condiciones a
los productos atendiendo al sistema de producción y también a la
distancia y al transporte. Podría diferenciar claramente entre producto
local -100 kilómetros del mercado-, producto de proximidad -entre 100 y
250-, producto de media distancia -entre 250 y 700-; podría diferenciar
también el transporte que ha sufrido el producto o el impacto ambiental
que ha tenido ese transporte, de manera que el etiquetado recoja su
información de una manera sintética y gráfica. Creemos que los productos
nacionales no están compitiendo en igualdad de condiciones con los
importados. No se está compitiendo en igualdad porque aquí hay unas
garantías laborales que en terceros países de los que se importa no hay;
no se está compitiendo en igualdad de normativa, porque aquí hay
productos que están prohibidos mientras que en otros países se están
utilizando; no se está compitiendo, en consecuencia, en igualdad de
costes: los insumos son superiores aquí que en terceros países, tanto en
fertilizantes como en piensos como en productos fitosanitarios. Es
necesario asegurar que los productos importados por la Unión Europea
cumplen los mismos requisitos de calidad, seguridad y respeto a los
derechos de los trabajadores que los requeridos en la producción en el
seno de la Unión Europea. El real decreto debería incorporar alguna
medida urgente contra el fraude en el etiquetado para subsanar la
insuficiente información para los consumidores en los comercios.
Por otro lado, queremos manifestar que es muy difícil que todos los
productores puedan tener contratos de todos los productos agrarios. Como
saben, una práctica muy habitual es la compraventa en lonja, y en lonja
el precio se fija en el momento de la adquisición -normalmente el
suministrador funciona a porcentaje de esa venta-, con lo cual es muy
difícil que esté recogido en un contrato. Es también difícil determinar
cuál es el coste de producción de referencia, porque no es lo mismo el
coste para un agricultor que gestiona 6 hectáreas que para el que tiene
una explotación de 400; no es lo mismo un almacén que manipula 4 millones
de kilos que el que manipula 100 millones de kilos. Sugerimos que esas
matizaciones se introduzcan mediante una segmentación de los criterios de
tamaño tanto del productor como del almacenista como de la calidad del
producto.
En definitiva, para nosotros el real decreto debería adoptar una medida
urgente sobre transparencia e información. Ha de crearse una
clasificación del producto que permita al consumidor, cuando esté en el
supermercado, identificar de forma rápida si el producto es nacional, si
obedece a la normativa europea, lo que es muy fácil de establecer con
sellos de colores que de forma gráfica identifiquen origen y calidad del
producto, como muchas veces se ha propuesto: sello verde para productos
nacionales, sello azul para Unión Europea, sello naranja para los
productos de fuera de la Unión Europea pero que cumplen su normativa y
sin sello los que no están clasificados.
Hay otra cuestión adicional, también respecto del artículo tercero, en
cuanto a la reducción del número mínimo de jornadas reales. Proponemos
que haya un sistema, una especie de bolsa de horas, donde las horas de
más trabajadas en unas jornadas se compensen con los días que no se
trabajen, y al final de la campaña se haga una equivalencia entre las
horas trabajadas en esa bolsa...
La señora PRESIDENTA: Señor Guitarte, tendría que terminar por favor.
El señor GUITARTE GIMENO: Sí, termino ya. Gracias.
Entendemos que es urgente la trasposición de la normativa europea vigente
al ordenamiento jurídico español, en concreto, de la Directiva 2019/633
del Parlamento Europeo, relativa a las prácticas comerciales desleales en
las relaciones entre empresas en la cadena de suministro
agrícola-alimentario, que afecta a aspectos sobre los este reglamento se
propone actuar. Deberíamos hacerlo sin agotar su plazo, que es el 1 de
noviembre de 2021.
No obstante, siendo importantes estos aspectos, hay otros estructurales
que nos afectan y que son de mucha mayor trascendencia para la provincia
de Teruel, como, por ejemplo, la diferencia de aplicación en las
compensaciones de la PAC entre los agricultores turolenses y del resto de
provincias limítrofes, llegando a ser esas diferencias a veces del doble
o la mitad de compensación de ayudas. Mientras esa cuestión estructural
no se solucione, estas otras medidas serán de muy poco impacto.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Guitarte. (Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Vasco, EAJ-PNV, tiene la palabra el señor
Legarda Uriarte.
El señor LEGARDA URIARTE: Muchas gracias, presidenta.
Debatimos la convalidación del Real Decreto-ley 5/2020, de medidas
urgentes en materia de agricultura y alimentación, que anticipa, como ya
se ha señalado, una reforma en profundidad de la Ley 12/2013, de medidas
para la mejora de la cadena alimentaria, en aras a incorporar, como
también se ha dicho, aspectos contenidos en la directiva de prácticas
comerciales desleales en la cadena de suministro agrícola y alimentario.
Por otra parte, es de todos conocido que el contexto en el que se envuelve
el decreto-ley es un contexto sumamente complicado, con una caída de
precios agrarios -en el mejor de los casos su mantenimiento- y un
correlativo incremento de los costes de producción; con un escaso
atractivo del sector frente a otros sectores económicos; con problemas de
infraestructuras y servicios en el medio rural; con un relevo
generacional reducido, con la consiguiente pérdida de activos agrarios;
con un incremento de los riesgos climáticos; con un limitado poder
negociador del sector productivo dentro de la cadena de valor; con una
estructuración sectorial mejorable; con unas prácticas comerciales en
ocasiones desleales, y, entre otras muchas incertidumbres, en el umbral
de una nueva PAC y de la asignación de fondos comunitarios.
Ante este panorama de malestar creciente en el sector, el decreto-ley se
estructura en ocho bloques que, sin embargo, consideramos tendrán un
impacto limitado al afrontar de manera presupuestariamente tímida la
crisis de las explotaciones y la transición hacia una agricultura más
verde. También consideramos que el decreto-ley tendrá un impacto limitado
por no dar una respuesta plena a reivindicaciones sectoriales como, entre
otras, la plena trasposición -como aquí ya también se ha dicho- a la
mayor brevedad de la
directiva comunitaria sobre prácticas comerciales desleales. Todos estos
impactos limitados del decreto-ley quizá sean la causa de haber tenido
que crear desde el propio ministerio diferentes mesas de trabajo sobre,
entre otras materias, los seguros, la fiscalidad, los costes energéticos
y el empleo, los acuerdos comerciales, etcétera.
No obstante lo señalado, también consideramos que las medidas adoptadas
por el decreto-ley suponen un paso necesario aunque, como decíamos,
insuficiente para solucionar algunos de los problemas que se afrontan.
Por eso votaremos a favor de su convalidación, sin perjuicio de votar
también su tramitación como proyecto de ley para mejorar distintos
ámbitos en los que no se da respuesta, a nuestro juicio, a las
necesidades -al menos en igual medida- de todos los sectores, territorios
y administraciones afectadas. Así, por citar alguna, resaltaré la
dificultad -como también ha señalado el portavoz que me ha precedido en
la tribuna- para establecer los costes de producción por los factores que
se incorporan, que no siempre cubrirán los costes de producción reales y
que además se arrastran a lo largo de toda la cadena de valor,
circunstancia que se agrava para buena parte de las explotaciones, como
las de Euskadi, en atención a su naturaleza y la tipología de sus
producciones, diferenciadas de calidad y limitadas, y también en atención
a la limitada implantación de los contratos en el País Vasco debido a los
canales de venta empleados.
En otro orden de cosas, señorías, también queremos destacar la inquietud
del Grupo Parlamentario Vasco respecto a las actuaciones de seguimiento,
control, inspección y actividad sancionadora, que consideramos debieran
ser ejercidas por la Administración vasca y por las autonómicas en
general, previo establecimiento de unos razonables puntos de conexión y
sin perjuicio del necesario marco de colaboración con el ministerio.
Por último -voy finalizando, presidenta-, quiero manifestar nuestra gran
preocupación por el impacto negativo que la propuesta inicial sobre la
PAC supondría para el sector, por la reducción de fondos tanto en el
primer pilar como en el segundo, teniendo en cuenta que las ayudas
comunitarias pueden suponer actualmente un 20 % de la media de renta de
los agricultores. Por lo que corresponde al nivel del Estado y para el
periodo al que nos referimos, 2021-2027, también propugnamos el
mantenimiento de los fondos que actualmente se perciben por las distintas
comunidades autónomas, así como que se posibilite la aplicación del
enfoque subsidiario para que Euskadi -y otras comunidades si lo
consideraran- pueda elaborar sus propios planes estratégicos de la PAC.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias a usted, señor Legarda. (Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Muñoz
Vidal.
La señora MUÑOZ VIDAL: Gracias, presidenta.
Hoy igual se cansan ustedes de verme aquí, pero yo no me voy a cansar de
dar las gracias.
Empiezo mi intervención, como no podía ser de otra manera, dando las
gracias a pescadores, agricultores, ganaderos y trabajadores del campo
español por el increíble esfuerzo que están haciendo estos días. No solo
sois un pilar fundamental que hace posible el abastecimiento en
supermercados, mercados municipales y tiendas de alimentación, sino que,
además, vuestra generosidad, cediendo vuestras herramientas y
equipamientos para luchar en esta batalla, es esa mejor parte que la
sociedad española está mostrando para ayudarnos a todos.
Es necesario y merecido hablar en este Pleno de cómo están afrontando
nuestros pescadores, agricultores y ganaderos la crisis sanitaria. Desde
Ciudadanos queremos que las medidas para paliar los efectos de este virus
sobre nuestro sector primario sean verdaderamente ambiciosas, que no
dejen atrás a los que madrugan cada día para abastecer nuestros
supermercados y nuestros hogares en un momento histórico. Inés Arrimadas
envió un documento al Gobierno de España con la misma voluntad de
colaboración y de mano tendida que hemos mantenido desde el primer día;
un documento con medidas sensatas y realistas para nuestro sector
primario, que tendremos que trabajar desde España, pero también desde
Europa, para que esta crisis sea un paréntesis y no un punto y final a su
actividad. Desde Ciudadanos proponemos para nuestros trabajadores del
campo y del mar una serie de medidas como protocolos de seguridad y
protección sanitaria reforzada; ayudas a aquellos autónomos que, pese a
seguir trabajando, ven caer sus ingresos en picado por el cierre de
bares, restaurante y hoteles; campañas de lucha contra la desinformación
y de apoyo a los productos españoles o ampliación de plazos para
solicitar las ayudas comunitarias. No nos quedemos de brazos cruzados,
ministro.
Señorías, el sector agrario español se encuentra en una situación crítica
desde hace mucho tiempo. A la tradicional falta de rentabilidad de muchos
proyectos se suma el creciente fomento de la despoblación. En toda España
se han producido manifestaciones denunciando esta situación y solicitando
una rentabilidad adecuada para los productos agrícolas y ganaderos.
También se viene reclamando que la anunciada reforma de las ayudas de la
política agraria común, que para muchas explotaciones supone una media
del 25 % de sus ingresos, mantenga recursos suficientes frente a los
recortes anunciados por Bruselas.
Señorías, nuestros agricultores son el eslabón más débil de la cadena
alimentaria. Necesitamos ayudarles para mantener el equilibrio, y ese
equilibrio empieza por darles la oportunidad de transformarse como sector
y adaptarse a las nuevas realidades. Así, mientras otros elementos, como
los distribuidores, han sufrido muchas transformaciones y una mejora de
su competitividad, han faltado políticas públicas que favorecieran la
innovación para mejorar tanto el trabajo como la posición de fuerza en
una negociación de nuestros agricultores. En este punto agradezco también
a los distribuidores, transportistas y conductores todo el trabajo que
están haciendo por sostener nuestro sistema de vida durante estos días
tan duros.
La realidad de nuestro sector primario está fuertemente condicionada por
lo que se pueda legislar a nivel europeo. Debemos apoyarnos en esta
herramienta y volcarnos como país para conseguir que sea fuerte, no solo
como mecanismo de subsistencia, sino como un vehículo de transformación
del sector primario. Es precisamente por esta razón por lo que este
asunto no puede abordase solo a nivel nacional. Ustedes mismos han sido
conscientes de que existen limitaciones cuando han elaborado este decreto
que debatimos hoy. Por ejemplo, la regulación de la venta a perdidas está
delimitada por el marco comunitario, especialmente tras la sentencia del
Tribunal de Justicia de la Unión Europea del año 2017, que dijo
claramente que no solo se puede imponer una prohibición generalizada de
las ventas a pérdidas cuando se demuestren desleales o persigan acabar
con la competencia.
Ministro: modernización, refuerzo de su capacidad de negociación y lucha
contra la despoblación para que haya más oportunidades en el mundo rural.
Esas son las prioridades de Ciudadanos para el sector; medidas sensatas,
realistas y que verdaderamente sean una inversión de futuro para nuestros
agricultores. Estamos hablando d e calidad y seguridad alimentaria -una
de las demandas de los agricultores españoles es poder competir en
igualdad de condiciones con otros productores-, de equilibrio -desde aquí
exigimos al Gobierno que deje de enfrentar a los elementos de la cadena
alimentaria y garantice que ninguna parte impondrá un sobreprecio a los
productos y que facilitará la venta de los productos agrícolas y
ganaderos- y también de la lucha contra la despoblación. En resumen, nos
gustaría que el Gobierno abandonase el populismo y las declaraciones
incendiarias. Debemos trabajar para impulsar a nuestros agricultores y
garantizar el equilibrio en la cadena alimentaria sin enfrentamientos que
solo acaban repercutiendo negativamente. Le reconozco que las medidas de
Ciudadanos son medidas alejadas de ocurrencias que no nos hacen avanzar,
sino retroceder, como, por ejemplo, el control de precios que tanto gusta
a los extremos, que en esto sí que se entienden. Este control de precios
es propio de regímenes antidemocráticos e iliberales y ya hemos visto que
en muchos lugares del mundo solo provoca caos y miseria.
En cuanto a las modificaciones de la Ley de cadena alimentaria que traen
en este real decreto, apenas suponen cambios cosméticos. Nada
sorprendente, teniendo en cuenta que las limitaciones en este ámbito son
claras, como ya he explicado anteriormente. Así, en relación con el
objetivo de asegurar la solvencia de cada uno de los eslabones de la
cadena, el texto se queda en una mera declaración de buenas intenciones.
Por otra parte, el texto plantea diversas medidas de apoyo en materia de
impuestos, peonadas y bonificaciones de contratos. En este sentido, no
nos ha pasado desapercibido que las bonificaciones que ustedes incluyen
en materia de IRPF se han hecho imperativas ante la subida abrupta del
salario mínimo interprofesional, y resulta curioso que ustedes mismos
traten de paliar los efectos de esa subida repentina que se empeñaron en
negar durante semanas para colgarse la medalla. Sin embargo, celebramos
que el Gobierno se abra a la racionalidad y se aleje de la demagogia,
aunque tenga que ser a través de este parche para solucionar un problema
que ustedes mismos han creado. En definitiva, señorías, en Ciudadanos no
creemos que sea incompatible defender los intereses de España en Europa y
plantear propuestas responsables y coherentes con la estrategia europea.
Es la mejor manera de ayudar a nuestros agricultores, y ustedes lo saben.
Nosotros creemos que es fundamental garantizar la igualdad de condiciones
por parte de todos los productos que compiten en el mercado,
independientemente de su origen. Consideramos, además, que esta es una
oportunidad idónea para abordar el proceso de transformación del sector,
al mismo tiempo que se lucha contra el fenómeno de la despoblación.
Respecto al decreto y en suma, como he dicho previamente, es difícil no
estar de acuerdo con una declaración de intenciones bienaventuradas como
la que se presenta. Sin embargo, precisamente por ese carácter
superficial, vamos a pedir que se tramite como proyecto de ley para poder
incluir mejoras concretas en las que podamos avanzar conjuntamente los
distintos sectores parlamentarios, porque, señorías, nuestros
agricultores se merecen que este decreto no quede en papel mojado.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Muñoz. (Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra, en primer lugar, el
señor Rego Candamil.
El señor REGO CANDAMIL: Muchas gracias, señora presidenta.
Para el BNG es urgente valorizar adecuadamente la producción agroganadera,
no solo para garantizar ingresos adecuados para el sector, sino,
particularmente, por la importancia de garantizar una vida digna en el
mundo rural, especialmente en Galicia, donde el sector agroganadero fue
durante castigado por la entrada del Estado español en el Mercado Común y
por las políticas impulsadas por la Unión Europea, que provocaron un
auténtico desmantelamiento de la agricultura y la ganadería gallegas,
especialmente en el sector lácteo, con el consiguiente abandono del mundo
rural.
Para nosotros, recuperar la base agraria del país, con toda su
potencialidad, es una cuestión estratégica. Frente a los que profetizaron
que la modernidad consistía en reducir el sector primario, el BNG
considera que el futuro consiste precisamente en garantizar la soberanía
alimentaria y la calidad de vida en el medio rural, asociadas a
condiciones adecuadas de producción y a criterios de sostenibilidad
social y ambiental. Para eso es necesario garantizar precios justos para
los productores. En ese sentido, desde nuestro punto de vista, este
decreto incorpora algunos elementos positivos y otros que no lo son
tanto.
Valoramos positivamente que el precio de los contratos de alimentos se
determine de acuerdo con factores objetivos y, específicamente, que se
parta del coste efectivo de producción para evitar la destrucción de
valor en la cadena alimentaria, para que nadie tenga que producir a
pérdidas. En todo caso, con este real decreto-ley sigue vigente la
voluntariedad en lo relativo a las relaciones comerciales entre el sector
productor y transformador, al mantener lo previsto en la Ley 12/2013 al
respecto. Desde nuestro punto de vista, todas las relaciones
contractuales entre los operadores de la cadena deberían estar obligadas
por las reglas que se establecen en este decreto-ley y no afectar
solamente a aquellos operadores que voluntariamente se adhieran.
Lógicamente, esto también afecta a la capacidad real de sancionar los
incumplimientos.
Con todo, el aspecto que nos parece más grave y lesivo para Galicia es su
carácter centralizador. No se aprovecha la oportunidad para cambiar la
legislación en lo que tiene que ver con la regulación de las
interprofesionales como de carácter supraautonómico, impidiendo de esa
manera que Galicia pueda constituir sus propias interprofesionales. En
nuestro caso, es una cuestión relevante que afecta a las principales
producciones de nuestro país: la leche, la carne, el vino, la producción
hortícola, etcétera, pero es especialmente significativa en el caso del
sector lácteo, ya que Galicia es la primera potencia lechera del Estado
español, produciendo alrededor del 40 % y contando con el 50 % de las
granjas productoras.
Así pues, teniendo en cuenta estas consideraciones, nuestra posición será
de abstención. Obrigado.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rego.
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Baldoví Roda.
El señor BALDOVÍ RODA: Moltes gràcies, senyora presidenta.
Una primera consideración a este real decreto: nosotros no estaríamos
discutiendo este real decreto sin las movilizaciones de todo el sector
primario, seguro, seguro. Enternece ver las propuestas que hacía ahora la
representante de Ciudadanos cuando estuvieron apoyando al Gobierno del
Partido Popular y en dos años, en fin, no hicieron absolutamente nada.
Pero bien están las buenas intenciones.
Evidentemente, estas medidas son fruto de la lucha de los hombres y de las
mujeres del campo, que tuvieron que escuchar muchas veces de diversos
ministros que estas cuestiones no se podían aplicar. Desde Compromís
vamos a apoyar el decreto y coincidimos en la valoración que han hecho
las diversas organizaciones agrarias. Consideramos positivo el real
decreto, pero también consideramos que se puede mejorar. Se puede mejorar
en seguros agrarios, en el precio de la electricidad, son temas que se
pueden abordar, o incluso en el cambio de potencia, por ejemplo, de
muchos almacenes de naranja, almacenes
que, en fin, solo pueden cambiar una vez al año la potencia eléctrica
cuando solo trabajan tres o cuatro meses.
Es positivo que se referencien los precios a los costes productivos y que
se fije la obligación de los operadores de pagar al menos esos costes.
Nos parece perfecto, porque las ventas a pérdidas se estaban
generalizando de una manera absolutamente grave. Positiva es también la
publicidad de aquellos que cometan sanciones graves o muy graves. Pero
entendemos que estas medidas necesitan vigilancia, implementación, para
garantizar que se puedan cumplir y para que no sean solo buenas
intenciones.
Hay cosas en las que también estamos de acuerdo, pero no entendemos la
limitación. Estamos de acuerdo, evidentemente, en la reducción del número
de jornales para acceder al subsidio de desempleo, pero no entendemos por
qué solo se aplica a los jornaleros andaluces y extremeños, no entendemos
por qué no se puede aplicar también a los jornaleros valencianos,
castellanos, canarios, aragoneses, gallegos, en fin.
Por otra parte, en esta situación excepcional que estamos pasando he de
señalar unas necesidades urgentes que han surgido en el campo valenciano,
y supongo que en todo el campo español, serán igual en otros territorios
autónomos, que a veces son problemas sobrevenidos, en el campo valenciano
y en todos: uno es el problema de la clarificación del traslado de los
trabajadores a los campos. Entendemos que cabría clarificar de una manera
diáfana el tema del transporte, porque muchos trabajadores, muchos
jornaleros, son inmigrantes, gente que no tiene carné de conducir ni otra
manera de llegar a ese trabajo; por tanto, instrucciones claras. En
segundo lugar, los agricultores que sirven directamente sus cosechas a
restaurantes, a bares, a mercados de venta no sedentaria y que han visto
que ahora de repente son un sector directamente afectado porque se está
quedando todo su producto en el campo y no pueden darl salida; en este
sentido, creo que debe haber instrucciones claras respecto a los mercados
de venta no sedentaria de alimentos porque algunos que conocemos a
alcaldes o a concejales hemos visto que no hay una clarificación; en
definitiva, hay que darles alguna salida. Por tanto, clarificación
respecto de estos mercados de venta no sedentaria y que se tenga en
cuenta a esos agricultores cuyas ventas han resultado hundidas por el
cierre de estos establecimientos.
Acabo con una última reflexión: que estos días anómalos, excepcionales,
nos sirvan a todos para entender que los alimentos no vienen del
supermercado, que detrás de una naranja, de una botella de aceite, de una
botella de leche o de una merluza está el sudor y el esfuerzo de muchos
hombres y mujeres anónimos e invisibles que lo único que quieren es vivir
dignamente de su trabajo. Una consideración, aprovechando lo mismo que he
dicho antes: los pescadores lo están pasando mal, están tirando el
pescado; veamos qué medidas podemos adoptar para ayudarles.
Moltes gràcies.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Baldoví.
Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián
Romero.
El señor RUFIÁN ROMERO: Muchas gracias, señora presidenta.
Una vez más, vuelvo a ser la voz de dos compañeros míos que, si no
estuvieran confinados en Lleida, estarían hoy aquí: Xavi Eritja e Inés
Granollers. Parece una eternidad, pero hace poco menos de un mes se
aprobaba en este mismo hemiciclo una moción de Esquerra Republicana en
torno a la endémica crisis de precios dentro del sector agrícola y, en
especial, dentro del sector frutícola; y se aprobó por unanimidad, por
unanimidad. En los cuatro años que llevo aquí, la verdad es que no
recuerdo una moción de Esquerra Republicana votada a favor por
absolutamente todo el arco parlamentario, pero tenemos claro que si pasó,
que si ese día todo el mundo votó a favor de nuestra iniciativa,
simplemente fue porque no había más remedio, por el consenso que hay en
la calle desde hace tiempo de que o se toman medidas urgentes de rescate
ante las precarias y abusivas condiciones dentro del sector
agroalimentario, o simplemente se nos cae todo un sector estratégico.
Existen condiciones precarias y abusivas inherentes al sector desde hace
ya demasiados años; condiciones precarias y abusivas tales como: uno, la
poca fuerza negociadora de centenares de miles de pequeños y medianos
productores frente a la gran industria de distribución que exprime
precios hasta situarlos por debajo de su coste; dos, la competencia
imposible con otros países con menores costes de producción y con menores
controles fitosanitarios; tres, las dudas ante el futuro de la política
agrícola común de la Unión Europea; y, cuatro, el vaciamiento,
envejecimiento y declive demográfico en las zonas rurales.
Una de las medidas que ya en esa moción votada por unanimidad hace poco
más de un mes en este hemiciclo situamos como imprescindible y que podría
paliar enormemente alguno de estos abusos fue y
es la modificación de la Ley de cadena alimentaria para prohibir la venta
a pérdidas y nos felicitamos por el hecho de que hoy sea uno de los
puntos más importantes de este real decreto. No tiene absolutamente
ningún sentido que se esté pagando a la inmensa mayoría de pequeños y
medianos productores por debajo del precio de coste, productos que luego
se venden, que llegan a nuestros supermercados, por cuatro veces su
valor. Ni el coste ni la distribución ni la comercialización de la
alimentación debieron dejarse nunca en manos de criterios puramente
especulativos. Seguir permitiendo que las cadenas de supermercados, las
grandes cadenas de supermercados, compren por debajo del precio de coste
es de facto dejar que se hundan no solo quienes se dedican a la
agricultura, sino también el entorno y el tejido industrial auxiliar que
le rodea. Y es que la pequeña y mediana explotación agrícola garantiza la
estabilidad industrial, económica y demográfica de su entorno, así como
una gestión integral del territorio. No podemos pedir a los jóvenes que
apuesten por un sector que ve su futuro tan amenazado.
Valorando, pues, como positiva esta modificación de la cadena de valor que
plantea el real decreto, seguimos señalando su insuficiencia. Se avanza
mucho -por qué no decirlo- estableciendo los costes de producción como
factor de definición del precio de coste alimentario, así como obligando
a que el precio pactado entre el productor primario agrario y su primer
comprador deba cubrir el coste efectivo de producción, pero continúa
habiendo preguntas sin respuesta, principalmente dos. La primera: ¿Será
esta modificación de la cadena alimentaria extensiva también a los
intermediarios de la red nacional de mercados, Mercasa, participada a
partes iguales entre el ministerio y los ayuntamientos, que a día de hoy
aún continúa operando al margen de la ley con contratos de depósito o
venta a resultas? Y la segunda: ¿Cuándo, de una vez por todas, se
tramitará la trasposición de la Directiva europea 2019/633, de 17 de
abril de 2019, relativa a las prácticas comerciales, desleales y
abusivas? Creemos que es perentoria su aplicación, esta directiva
precisamente viene a poner fin al abuso en contrato de depósitos y que
impide la venta a resultas, reconociendo algo tan simple como que toda
operación comercial agroalimentaria debe basarse en un contrato y en un
precio.
En cuanto a la modificación de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del
impuesto sobre la renta de las personas físicas y de modificación parcial
de las leyes de los impuestos sobre sociedades, sobre la renta de no
residentes y sobre el patrimonio, seguimos valorando positivamente las
aportaciones realizadas y el real decreto introduce modificaciones para
mejorar la tributación de los jóvenes agricultores que reciben ayudas en
su primera instalación dentro de los programas de desarrollo rural de las
comunidades autónomas, algo crucial para fomentar el rejuvenecimiento y
el relevo generacional tan imprescindible en el sector. Aun así, cabe
recordar que el sector productor viene reclamando diversas medidas de
reducción de costes para poder superar la actual campaña y, en vistas a
la nueva declaración de la renta, proponemos adecuar los módulos del IRPF
a la pérdida de ingresos sufrida seguro. En definitiva, entendemos que es
un buen real decreto; puede beneficiar a mucha gente y, por ello,
votaremos a favor.
Dado que consideramos que las medidas presentadas son tan necesarias como
insuficientes, instamos a que este real decreto se tramite como proyecto
de ley para así poder introducir las aportaciones necesarias. Debemos
avanzar hacia un modelo de explotación agraria que permita el desarrollo
social, económico, territorial y medioambiental. Debemos dar una
respuesta local a todos estos retos globales.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rufián. (Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchas gracias, Catalina.
Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú
Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor López de Uralde
Garmendia.
El señor LÓPEZ DE URALDE GARMENDIA: Gracias, presidenta.
Señorías, vivimos días difíciles y, en nombre de nuestro grupo
parlamentario, quiero empezar esta intervención solidarizándome en primer
lugar con las víctimas, con los afectados y afectadas por el coronavirus,
trasladándoles nuestra solidaridad y nuestro apoyo. Y expreso nuestro
reconocimiento a todos aquellos trabajadores y trabajadoras que están en
primera línea combatiendo el virus, agradeciendo también desde luego, en
el contexto de este real decreto, al sector primario, a los trabajadores
y trabajadoras de la agricultura y la ganadería, pescadores y pescadoras,
por estar ahí garantizando la llegada con seguridad de alimentos frescos
a los ciudadanos y a las ciudadanas.
Ciertamente, la situación ha cambiado en las últimas semanas desde que se
aprobó este real decreto y, por lo tanto, seguramente en un plazo no
demasiado largo habrá que tomar nuevas medidas. Sin embargo, nuestro
grupo parlamentario votará a favor de este real decreto, porque da
respuesta a las
demandas del sector. Recordemos que las demandas se concretaban, en primer
lugar, en precios justos y el control de los costes de producción; en
segundo lugar, en la regulación real y efectiva de la cadena alimentaria;
en tercer lugar, en el respeto a nuestros agricultores, ganaderos y
pescadores, y, por último, en la mejora y mantenimiento de servicios
dignos en el medio rural: educación, sanidad, transporte, Internet,
etcétera. Por cierto, es absurdo culpar a este Gobierno de una situación
que viene de atrás. Todas estas cuestiones no son nuevas. La España rural
y el sector primario sufren de un déficit histórico en cuanto a
inversiones, infraestructuras y servicios.
Esta situación de déficit se vio agravada hasta lo insoportable por las
políticas del Gobierno del Partido Popular en los últimos años,
consistentes en los recortes de partidas presupuestarias y en la
cancelación de servicios públicos. Algo que ahora estamos viendo en otros
sectores públicos lo vimos en este en concreto y podemos afirmar que
entre los años 2011 y 2018 -es decir, durante el último periodo de
gobierno de la derecha en este país- se produjeron los siguientes
recortes en programas destinados al sector primario. Los programas
relacionados con la competitividad y la calidad de la producción agraria
se redujeron el 51,6 %. El programa de competitividad de la industria
agroalimentaria se redujo de 41 a 32 millones de euros, el 21,9 %. El
programa de incentivos regionales a la localización industrial se redujo
en un 66,5 %. El programa de desarrollo del medio rural se redujo de 1520
a 1233 millones de euros, el 18,9 %. El programa de desarrollo rural
sostenible no se redujo, simplemente se eliminó; pasó a cero euros y en
2016 se eliminó. Los programas de protección y mejora del medio ambiente
y del medio natural se redujeron en ese tiempo en un 23,8 %. Esto es lo
que la aplicación de la tijera ha traído al mundo rural.
Nosotros estamos a favor de este decreto y entendemos que es indudable que
los campesinos y los ganaderos no están recibiendo precios justos por su
trabajo. Se debe corregir esta aberración para asegurar unos ingresos que
permitan vivir con dignidad a quienes cuidan de nuestra tierra, de
nuestra alimentación, de nuestra biodiversidad y de nuestro medio rural.
Este conflicto enfrenta la supervivencia de nuestro sector primario, y
con ello a nuestra soberanía alimentaria, con los intereses económicos
especulativos de quienes solo ven en la alimentación una cuenta de
resultados cuanto más abultada, mejor. Es sensato, por tanto, que el
Estado intervenga cuando un sector no se regula y, como vemos, produce
injusticias. Regular la cadena de valor de la alimentación es una
obligación del Estado cuando vemos que las malas prácticas ponen en
peligro la vida de mucha gente y lleva a buena parte de nuestros
productores a la extinción.
Déjenme hacer algunas reflexiones sobre la política agraria comunitaria.
La producción agrícola y ganadera en España se encuentra mediatizada y
condicionada por la política agraria común. La PAC fue diseñada y puesta
al servicio de intereses privados, porque, primero, el reparto de los
fondos de la PAC en España favorece a las grandes explotaciones respecto
a los pequeños y medianos agricultores. Segundo, la PAC beneficia a la
propiedad de la tierra respecto a la producción, por lo que una buena
parte de las ayudas no se dirige hacia los verdaderos productores de
alimentos, sino hacia los terratenientes. La PAC implica la aplicación
forzosa de los productores europeos de esquemas y metodologías en las
prácticas y sobre sus producciones fitosanitarias, sociolaborales,
medioambientales, que tienen objetivos muy loables y necesarios pero que
no se aplican de igual manera a las producciones que se importan desde
terceros países gracias a los tratados de libre comercio; y aquí déjeme
pedirle que en este contexto en el que estamos se revise ese rechazo a
pedir el veto a los cítricos de Sudáfrica que tanto está afectando a los
agricultores de Levante. Creo que en la situación excepcional que vivimos
quizás sea el momento de pedir esa cláusula de salvaguarda. Y cuarto,
todo ello deriva en un sistema perverso y fraudulento por el cual se está
pagando con ayudas públicas todo lo que las grandes empresas
intermediarias se ahorran. Es decir, las grandes multinacionales
alimentarias obtienen sus beneficios multimillonarios a costa del dinero
del contribuyente y a costa del empobrecimiento de los pequeños
productores.
El resultado de todo ello, señorías, es un proceso creciente de
concentración que solo favorece a los grandes capitales. Hablamos de
grandes operadoras internacionales del agronegocio, control de
fitosanitarios, patentes genéticas de semillas, abonos o herbicidas, y
por otro lado del proceso de los intermediarios que comercializan los
productos. Esta situación deja en la indefensión a nuestros productores
respecto a los abusos e imposiciones de estos operadores, y hace
marginales cuestiones como la seguridad alimentaria, la conservación
ambiental o la justa distribución de la riqueza. Esto es lo que provoca
el concepto de libre mercado y libre comercio, y es a lo que nos lleva la
política que se ha desarrollado en los últimos años, a un mercado de
competencia imperfecta y competencia desleal de los grandes tenedores y
productores sobre los pequeños, de los distintos niveles de la cadena
alimentaria, de las producciones foráneas respecto de las locales. El
problema es estructural y no se da solo en España,
ocurre en todo el mundo, es un problema de modelo económico, modelo de
propiedad, de producción, de distribución y de consumo. (El señor
vicepresidente, Gil Lázaro, ocupa la Presidencia).
Los agricultores y ganaderos piden respeto y lo merecen, porque son los
que nos pueden salvar de la crisis alimentaria, económica, social y
ambiental. Por ello, nosotros vamos a votar a favor, porque creemos que
este real decreto es sin lugar a duda un paso en la dirección correcta.
Muchas gracias. (Aplausos).
El señor VICEPRESIDENTE (Gil Lázaro): Muchas gracias, señor López de
Uralde. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a
desinfectar la tribuna de oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor López Maraver.
El señor LÓPEZ MARAVER: Buenas tardes. Gracias, presidente.
En un momento en el que muchos españoles no podemos decir adiós en el
último aliento de su vida a nuestro padre, a nuestra madre, a nuestro
hijo, subir a esta tribuna del Congreso conlleva una responsabilidad de
la que ni siquiera sé si soy digno. Desde aquí les mando todo mi afecto y
solidaridad. Los responsables de la gestión de esta crisis deberán
responder en esta misma tribuna, y en los tribunales si fuera preciso,
por semejantes irresponsabilidades. En un momento en el que muchos de
nuestros compatriotas están luchando por salvar vidas, hablar sobre
medidas en materia de agricultura solo puede justificarse por el firme
convencimiento de que nuestros hombres y mujeres del campo tienen
dignidad. Esta dignidad la demuestran estos días jugándose la vida,
labrando la tierra y recolectando el fruto, criando el ganado y ordeñando
nuestro alimento, echándose al mar y recogiendo redes en el océano,
mientras el Gobierno está más pendiente de introducir a sus peones en el
CNI o de censurar la labor de oposición en esta Cámara.
Estamos ante un real decreto falto, limitado, impropio, que carece de un
mínimo compromiso hacia nuestros valientes agricultores, pescadores,
transportistas y resto de operadores de la cadena alimentaria, a los que
hoy, más que nunca, les debemos nuestra gratitud. Es un real decreto que
parece recién salido del horno de una república bananera comunista y que
resuelve poco o nada el problema de fondo de nuestro sector primario. Los
agentes sociales ya han dicho que es un primer paso, pero esto es como
una gota de agua al sediento, un mendrugo al hambriento o un remiendo a
una rueda atravesada por un campo de espinos. Esto es una tomadura de
pelo que pretende únicamente frenar la salida a la calle de nuestro
campo.
El Gobierno pretende arreglar el problema de la cadena alimentaria
obligando al agricultor a firmar un papel que dice que está vendiendo por
encima del coste de producción y fijando un precio basado en esta
condición. Esto suena muy bonito, pero la realidad es bien distinta. El
precio lo fija el mercado. Lo hemos visto más que claro al día siguiente
de salir publicado en el BOE este real decreto. Cuando las lonjas
mantenían el mismo precio del aceite, del vino, del cereal o de la fruta,
los precios continuaron por los suelos, y esto demuestra que esta medida
no funciona. Espero que no tengan las agallas de decir que hoy los
precios están más altos, pues todos somos conscientes de las lamentables
circunstancias por las que los precios están como están. Cuando acuda al
agricultor el siguiente operador de la cadena y le transmita que no puede
adquirir la uva, la fresa o el cereal al precio actual, ¿qué va a hacer
el agricultor? No se podrá negar a vender los cientos de toneladas de
productos porque no cubre los costes de producción. El agricultor se verá
obligado a asumir la carga burocrática y a vender a un precio injusto. Y
es injusto porque el Gobierno no resuelve que los productos tienen que
ser rentables, y para que sean rentables tienen que bajar los costes de
producción y convertirse en un mercado justo.
Para que un producto español sea rentable lo primero es un compromiso real
y duradero. El compromiso se adquiere con beneficios fiscales directos a
todo el sector primario, con una reducción drástica del IVA, con una
bajada importante de los precios de la energía a las explotaciones
agrícolas, con una disminución del coste del gasoil empleado en la
maquinaria, con una propuesta firme a Bruselas para recibir ayudas
directas exentas de tributación para investigación en I+D+i, con una
garantía de acceso a algo que en sí mismo significa vida, el agua, agua
para todos los campesinos de nuestro campo.
Los españoles están dando muestras sobradas de su solidaridad, esperemos
que el Gobierno esté a la altura y haga lo propio. Si queremos competir
en un mercado justo, hay que exigir a Bruselas un control de los
productos que vienen de terceros países, que se producen en muchos casos
con mano de obra barata y esclava. Las condiciones en las que trabajan
los productores y los salarios que perciben son una falta de respeto
comparados con los de España. Utilizan técnicas de dudosa moralidad para
producir a precios con los que nuestros productos no pueden competir.
Ante esta situación de crisis y alarma a nivel
mundial, España ha evidenciado que puede ser autosuficiente y que tiene
que ser autosuficiente de cara al futuro. El sector agroalimentario ha
demostrado que es un sector absolutamente estratégico, que garantiza la
supervivencia y el abastecimiento de todos los españoles.
Este texto recoge la modificación del tratamiento fiscal a las ayudas a
jóvenes agricultores, pudiendo pagar en varias anualidades. Esta medida,
que parece la más responsable, es absolutamente hipócrita, porque es un
parche propagandístico más de un Gobierno condicionado por la burocracia
progresista de Bruselas. Ambos desconocen que jóvenes agricultores no
suponen más del 2 % del total de españoles dedicados al campo. En el
campo necesitan ayuda todos, jóvenes y mayores. Este decreto, impregnado
de tintes socialcomunistas, pretende que una persona únicamente
trabajando veinte días al año se vaya a su casa con un salario el resto
del año. Señorías, esto rompe la cultura del esfuerzo, del sacrificio y
de la superación, que hoy muchos españoles están demostrando, y lo único
que facilita es la ausencia de mano de obra y aumento de la economía
sumergida.
Este decreto, que habla de ventajas fiscales para la transformación de los
contratos temporales indefinidos o fijos discontinuos, demuestra la
absoluta ignorancia de este Gobierno y de lo que supone el trabajo en el
campo; y eso que considero que este ministro es el más serio, sensato y
sabio de este Gobierno. La fresa se recoge en un momento concreto, la uva
en otro, la aceituna en otro, y así la mayoría de los productos, por lo
que las explotaciones agrarias trabajan muchas de ellas de manera
temporal. Hablar de beneficios fiscales para contratos indefinidos en la
agricultura es hacer un verdadero brindis al sol. Además, de nuevo por
recomendación de la progresía europea, estos beneficios tienen que acabar
con lo que ellos llaman: romper con la brecha de género. Y si eres mujer,
estos serán más ventajosos. Hoy más que nunca nuestra sociedad está
demostrando que hombres y mujeres somos iguales. Nuestros médicos no
distinguen de género; nuestros enfermeros no distinguen de género;
nuestros farmacéuticos no distinguen entre masculino y femenino; nuestros
agricultores, pescadores y ganaderos son hombres y mujeres que luchan por
la supervivencia de todos los españoles. Por favor, dejen de financiar
chiringuitos; asuman los problemas del campo y soluciónenlos cuanto
antes.
Este decreto es un parche insuficiente. Nos vamos a abstener por creer en
la dignidad de los hombres y mujeres del campo, pero es necesario
tramitar una ley por vía de urgencia.
Hoy, desde mi más absoluta humildad, tengo la obligación de dar las
gracias con toda el alma, con todo el corazón y con todo el aliento a
quienes están teniendo el valor de cuidar de cada uno de nosotros, a
quienes están cuidando de nuestra existencia.
Muchas gracias. (Aplausos).
El señor VICEPRESIDENTE (Gil Lázaro): Muchas gracias, señor López Maraver.
(La señora vicepresidenta, Elizo Serrano, ocupa la Presidencia.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa).
La señora VICEPRESIDENTA (Elizo Serrano): Por el Grupo Parlamentario
Popular en el Congreso, tiene la palabra la señora Marcos Ortega.
La señora MARCOS ORTEGA: Señorías, este no es un Pleno más; solo hay que
mirar al hemiciclo. No podemos asumir este como un día normal en la vida
de los españoles, cuando ya hay más de 47 600 contagiados y 3400
fallecidos. A su recuerdo quiero dedicar mis primeras palabras, a
trasladar, desde todo el Grupo Parlamentario Popular, el ánimo y el apoyo
a quienes están en primera línea cuidando de todos nosotros. Ni el de hoy
es un Pleno más, ni este es un real decreto más de tantos que este
Gobierno suele dictar de forma autoritaria y unilateral.
Este es un real decreto-ley que afecta a un sector absolutamente
estratégico: al sector agroalimentario; agricultores, ganaderos,
cooperativas, industria, distribución. Gracias a ellos y solo a ellos,
incluso en estos momentos tan duros, tenemos alimentos y podemos comer
todos los días. Pero necesitan que el Gobierno les tome en serio, se
pongan a trabajar. Señor ministro, casi dos años ya de inactividad
ministerial han generado en el sector pérdida de confianza, de recursos,
de competitividad y de viabilidad de las explotaciones. Por eso han
salido a la calle. ¿Usted cree de verdad que esta norma es la solución,
que se equivocan todos? Las OPA lo consideran insuficiente; de hecho,
solo el coronavirus ha paralizado las manifestaciones. La industria y la
distribución no saben ni cómo interpretarlo. Y es que todos se quejan de
lo mismo, de que no han sido consultados y del año de retraso que lleva
la trasposición de la directiva; ni una sola reunión hasta que han
empezado las movilizaciones. ¿Se equivocan todos? ¿De verdad cree que es
el momento de cambiar las reglas del juego, de forma precipitada y en
pleno estado de alarma, en
lugar de centrarse en los terribles problemas que la pandemia está
generando, como falta de mano de obra para la recolección por el cierre
de las fronteras o el desplazamiento de los trabajadores a las
explotaciones de forma segura? Cada comunidad autónoma ha hecho lo que
buenamente ha podido hasta hoy, cuando ha salido su explicación en el
Boletín Oficial del Estado, para buscar salida al ganado en los mercados,
al cordero, a la ternera, al cochinillo, que no se venden y están
generando gastos porque hay que seguir alimentándolos. ¿Qué se hace:
promoción, congelación, intervención? ¿Qué hacen? Hay que hacer algo. No
es momento de negociar los contratos que están venciendo, los de leche
especialmente. No saben ni cómo hacerlo en la distancia, ni a qué
atenerse, ni cómo evitar que les bajen aún más los precios que tenían. La
industria agroalimentaria no tiene mascarillas, no tiene batas, no tiene
guantes. Cerrarán, y entonces ya no se podrá garantizar el abastecimiento
de alimentos. Resuelvan ya la conectividad, el 300 % que el Partido
Popular dejó hecho. Ahora se echa en falta, ¿verdad? Digitalización, sí,
pero sin línea ya me dirá de qué sirve. La flor cortada, los mercados de
proximidad, las importaciones especulativas, no los pierda de vista,
estos sí son problemas urgentes, en este momento los problemas están ahí.
Este real decreto, aparte de atropellado, precipitado y unilateral, creo
que ni es urgente ni soluciona gran cosa. Bajar las peonadas y subir las
inspecciones ni es urgente ni soluciona nada. Dígame si está seguro de
que esto no va a perjudicar a los pequeños. ¿Cree de verdad que van a
poder competir con los grandes? ¿Se ha parado a pensar que la industria
puede comprar en Portugal, en Francia o en Alemania, por ejemplo, y
evitar sacar a la luz los costes de producción y que además esos países
venderán en mejores condiciones porque sus Gobiernos sí han negociado los
aranceles y sí han puesto dinero encima de la mesa: 150 millones Francia,
1000 millones Alemania? Díganos cuánto ha puesto España o cuánto va a
poner; no lo sabemos. Este real decreto-ley tiene mucho de publicitario,
pero muy poco de presupuestario. Y no se equivoque, no le están pidiendo
limosna, le están pidiendo justicia. Señor ministro, con toda la humildad
y con todo el cariño, lo último que necesitan es que el Gobierno los
humille. Lea: Precario, incumplidor, falto de vigilancia, riesgo de
acoso, insalubridad y hasta peligro para la integridad física; eso está
escrito aquí. (Muestra un documento). ¿Conoce el riesgo reputacional, el
impacto en las exportaciones? ¿Piensa que esa es la imagen del sector? Lo
que necesitan -y se lo han dicho- es ganar por trabajar, como todo el
mundo, y eso se consigue de dos formas: gastando menos o ingresando más,
así de sencillo. Eso es lo que pretende el plan de choque que ha
presentado el Partido Popular, el Grupo Parlamentario Popular: seguros
agrarios para reducir primas y ajustar rendimientos, reducir módulos
fiscales, la factura eléctrica ajustada al consumo real, vigilar el
precio del gasóleo agrícola no solo cuando sube, también cuando baja;
compensar subidas de precios de energía, de salario mínimo
interprofesional; ejecutar los planes sectoriales que el Partido Popular
dejó elaborados; fruta dulce, regadíos, negociar a la baja cuanto antes
los aranceles; cambien de socios, comprometan una negociación de la PAC
sin un solo euro menos que la actual. El sector necesita estabilidad y
seguridad y hoy por hoy ustedes son justo el máximo exponente de lo
contrario. El Partido Popular le ayudará a mejorar este real decreto-ley.
Tramítelo como proyecto de ley y presentaremos enmiendas. Pero no le
vamos a dar un cheque en blanco. Ni un impuesto más ni un solo euro menos
que lo que necesitan agricultores y ganaderos. Media España en este
momento si no es por el trabajo de agricultores y ganaderos se convertirá
en un desierto, no tendremos alimentos. No es el momento de contraponer
lo público y lo privado. Los agricultores y los ganaderos son pequeños,
medianos, grandes, empresarios privados, sí, que trabajan, que arriesgan
y, sobre todo, que contribuyen decididamente al beneficio de la sociedad
española. Agradezcan su esfuerzo y no les desprecien. No es el momento ni
de socialistas ni de comunistas -ya lo siento, señores del Gobierno-,
prescindan de la ideología y piensen en las personas, no en las sillas.
La mesa de diálogo, el CNI pueden esperar, los enfermos no. No es el
momento, señor ministro, de reales decretos leyes unilaterales,
precipitados y de dudosa utilidad. Es el momento de ayudar a quienes con
su esfuerzo diario producen lo que comemos. Es el momento de las
personas, de los ciudadanos que sufren y ven cómo su Gobierno está más
preocupado por lavar su imagen en televisión y en redes sociales que por
resolver los graves problemas de la gente. Es el momento de los que no
somos seres excepcionales, nos quedamos en casa cumpliendo las normas y,
como mucho, venimos a trabajar cuando toca. Es el momento de trabajar
juntos para ayudar a la gente, en este caso a quienes se esfuerzan cada
día en el campo. Siempre son imprescindibles, y hoy más que nunca. En
esta crisis estaremos abastecidos exclusivamente si ellos siguen
esforzándose por todos nosotros. Tómense el problema en serio, trabajen y
ayúdenles. Lo merecen, lo necesitan y se lo debemos.
La señora VICEPRESIDENTA (Elizo Serrano): Muchas gracias, señora Marcos
Ortega. (Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar
la tribuna de oradores.-Pausa). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Leal
Fernández.
La señora LEAL FERNÁNDEZ: Gracias, presidenta.
Señorías, en nombre del Grupo Parlamentario Socialista y dado el contexto
de estado de alarma por emergencia sanitaria, me corresponde en esta
sesión ser la voz del trabajo que desarrolla mi compañero Manuel González
Ramos, diputado por Albacete, en las materias que son objeto de este
punto del orden del día. (La señora presidenta ocupa la Presidencia). Y
sean por ello nuestras primeras palabras de agradecimiento y
reconocimiento al extraordinario trabajo de los que forman parte de la
cadena alimentaria. Gracias a su trabajo estamos siendo abastecidos con
normalidad. Agricultoras, agricultores, ganaderas, ganaderos, pescadoras
y pescadores abastecen nuestros mercados, tiendas y supermercados; pero
también transportistas, cajeras, reponedores, repartidores, cientos de
miles de mujeres y hombres garantizan con su trabajo diario que los
productos necesarios lleguen a toda la ciudadanía. Tienen todos ellos,
todas ellas todo nuestro respeto y reconocimiento.
Se somete a convalidación en este Pleno el Real Decreto-ley 5/2020, de 25
de febrero, por el que se adoptan determinadas medidas urgentes en
materia de agricultura y alimentación. Contará con el apoyo del Grupo
Socialista. Son medidas urgentes, sí, que justifican su tramitación en
este momento como real decreto-ley, destinadas a garantizar el nivel de
vida, mejorar la posición negociadora y lograr el justo reparto de los
costes generales del sector primario a lo largo de toda la cadena
alimentaria; medidas concretas que, tal y como fueron presentadas al
Consejo de Ministros, tienen como finalidad evitar el abandono de las
explotaciones agrarias e impulsar el necesario reequilibrio entre los
distintos eslabones de la cadena: productores, cooperativas, industria
alimentaria, cadena de distribución, consumidores. Son medidas urgentes,
sí, que incluyen precisamente la modificación de la Ley de cadena
alimentaria y prohíben la venta a pérdida. Agricultores y ganaderos han
mostrado a la sociedad española un sentimiento sobre sus legítimas
reivindicaciones, de la justa recompensa a su trabajo diario a través de
la defensa de unos precios justos, precios que al menos cubran los costes
de producción y retribuyan su trabajo. Es, al fin, la defensa de su
propia dignidad, dignidad de un sector profesional, el sector primario,
que es clave para este Gobierno y para la economía de este país, un
sector que mantiene la mayor parte de la vida económica y social de
nuestro territorio, de nuestros pueblos, de la España rural, una España
que mantiene los riesgos demográficos de despoblación y envejecimiento.
Este sector primario es garante para este Gobierno de la cohesión social
y territorial de nuestra España, un sector que, como, efectivamente, han
dicho quienes me han antecedido en esta tribuna, está resultando clave y
estratégico para el abastecimiento de alimentos a toda la población en
uno de los momentos más difíciles y complicados para España y para los
que vivimos en ella. Agricultores, ganaderos y sus organizaciones
profesionales agrarias calificaban hace apenas dos meses su situación de
una tormenta perfecta, donde todos reconocíamos que la reducción de
márgenes comerciales y económicos era debido, como bien ha explicado el
ministro de Agricultura, a distintos factores, que no voy a volver a
reiterar, desde los fenómenos meteorológicos adversos de esta temporada
hasta el brexit o los aranceles de Estados Unidos, pero también podríamos
hablar de nuestra propia configuración en una negociación comercial
llevada a cabo en muchas ocasiones por un sector minorista. Sin embargo,
señorías, desde el primer momento el presidente del Gobierno, Pedro
Sánchez, manifestó su apoyo a las justas reivindicaciones de agricultores
y ganaderos, ordenó y puso a trabajar a todo su Gobierno, y así lo han
hecho desde los diferentes ministerios, liderados en primer lugar por
Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, que en el
marco de la mesa de diálogo agrario con las organizaciones profesionales
ha mantenido una labor de diálogo, empatía y, por qué no decirlo también,
ministro, de negociación -¿verdad?-, de negociación. La respuesta dada
por el Gobierno ha sido, por tanto, fruto de la interlocución y de la
negociación con los distintos sectores, con sus representantes legítimos,
con las organizaciones agrarias, pero también con las cadenas de
distribución y con las comunidades autónomas, así como con áreas de
competencia en las distintas materias. Así también lo ha entendido el
Grupo Parlamentario Socialista, que durante todos estos meses ha
mantenido desde la propia dirección del grupo parlamentario y su
portavoz, Adriana Lastra, y los diferentes diputados y diputadas en su
territorio una interlocución permanente en sus territorios con
agricultores, ganaderos y pescadores.
Como ustedes conocen, el real decreto incluye diferentes medidas, todo un
paquete de medidas y de bonificaciones, en las que no me voy a detener,
aunque permítanme que les destaque tres que considero relevantes,
importantes. La primera, sin duda, es la cláusula obligatoria en los
contratos, una cláusula obligatoria que dará seguridad jurídica en la
medida en que se ha de reflejar el precio pactado entre agricultores y
ganaderos y su primer comprador cubriendo los costes de producción; por
lo tanto, seguridad jurídica. En la segunda de ellas me gustaría destacar
la materia de fiscalidad. Es verdad, se introducen modificaciones en la
Ley del IRPF para mejorar la tributación de los jóvenes en este impuesto;
sí, de los jóvenes que reciban las ayudas a la primera instalación en los
programas de desarrollo rural que se establecen en las diferentes
comunidades autónomas, porque saben ustedes bien, señorías, que el relevo
generacional es una cuestión que acucia en el sector de la agricultura y
de la ganadería. En los próximos años se van a jubilar, y el ministro
Planas lo reitera en muchas ocasiones, seis de cada diez actuales
agricultores. El relevo generacional apremia para sacar adelante el
sector primario en España. Y la tercera de ellas es, sin duda, la del
ámbito del empleo. Sí, se reducen al mínimo las jornadas cotizadas y, por
lo tanto, se facilitará poder acceder al subsidio de desempleo -voy
terminando, presidenta-. Son tiempos en los que más que nunca estamos
llamados a la unidad, a la responsabilidad, estamos llamados a la
colaboración y a la cooperación. Por ello, en nombre del Grupo
Parlamentario Socialista, les pido el voto afirmativo a la convalidación
de este real decreto. Sin demoras y sin dilaciones, estas medidas deben
de entrar cuanto antes en ejecución.
Me va a permitir, presidenta, que consuma un minuto más. Como diputada que
soy por Madrid, permítanme que no abandone esta tribuna sin recordar, sin
dedicar unas palabras de afecto y de reconocimiento para Madrid, para los
vecinos y vecinas de Madrid, de sus pueblos y de sus ciudades, para los
que sufren con la pérdida de los que más quieren, para los que están
enfermos, para los que están preocupados por sus allegados y para
reconocer a miles de mujeres y hombres que nos cuidan y que nos protegen
cada día y cada noche. Sean mis palabras de gratitud y agradecimiento y
también mis sentimientos extensivas para toda España.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Leal. (Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa).
Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el ministro de Agricultura,
Pesca y Alimentación.
El señor MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN (Planas Puchades):
Muchas gracias, señora presidenta.
Señorías, he tomado buena nota de las posiciones expresadas por los grupos
parlamentarios en este debate, que agradezco mucho. Y tres
puntualizaciones.
La primera la he efectuado ya desde la tribuna. La Directiva 633/2019, de
17 de marzo, del Parlamento Europeo y del Consejo, va a ser traspuesta,
tenemos de tiempo hasta el 1 de mayo del año 2021. Hubiera supuesto un
texto de más de treinta artículos que, sinceramente, no quise llevar al
Consejo de Ministros porque no me parecía oportuno. Me parecía mucho más
oportuno lo que se ha significado en este decreto-ley sobre las medidas
que realmente yo entendía más urgentes dentro de la urgencia general de
la situación del sector, que comparto con sus señorías.
Segunda observación. Se han hecho muchos comentarios con relación a
cuestiones que no son materia del decreto-ley, sí del sector
agroalimentario. Ocasión habrá de debatirlas, y sin duda, como he
indicado en mi intervención inicial, de trabajar a lo largo de esta
legislatura por hacer que agricultores, ganaderos y pescadores tengan una
mejor posición en la cadena alimentaria y también que el medio rural
pueda continuar desarrollándose.
Finalmente, respecto a esta crisis que estamos viviendo y las
consecuencias sobre el sector primario, estamos siguiendo muy de cerca el
cierre del canal Horeca lógicamente, de hoteles, restaurantes y bares, y
sus consecuencias, y, en particular, un sector, el de la flor cortada,
que también se ve afectado. Sobre todo ello está trabajando este
Gobierno.
Muchas gracias de nuevo por sus intervenciones, señorías.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor ministro.
- REAL DECRETO-LEY 6/2020, DE 10 DE MARZO, POR EL QUE SE ADOPTAN
DETERMINADAS MEDIDAS URGENTES EN EL ÁMBITO ECONÓMICO Y PARA LA PROTECCIÓN
DE LA SALUD PÚBLICA. (Número de expediente 130/000007).
- REAL DECRETO-LEY 7/2020, DE 12 DE MARZO, POR EL QUE SE ADOPTAN MEDIDAS
URGENTES PARA RESPONDER AL IMPACTO ECONÓMICO DEL COVID-19. (Número de
expediente 130/000008).
- REAL DECRETO-LEY 8/2020, DE 17 DE MARZO, DE MEDIDAS URGENTES
EXTRAORDINARIAS PARA HABER FRENTE AL IMPACTO ECONÓMICO Y SOCIAL DEL
COVID-19. (Número de expediente 130/000009).
La señora PRESIDENTA: Pasamos al siguiente punto del orden del día:
Convalidación o derogación del Real Decreto-ley 6/2020, de 10 de marzo,
por el que se adoptan determinadas medidas urgentes en el ámbito
económico y para la protección de la salud pública, que, conforme a lo
acordado por la Junta de Portavoces, se debatirá conjuntamente con el
Real Decreto-ley 7/2020, de 12 de marzo, por el que se adoptan medidas
urgentes para responder al impacto económico del COVID-19, y con el Real
Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias
para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19.
Para presentar los tres reales decretos-leyes, tiene la palabra, en nombre
del Gobierno, la señora vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de
Asuntos Económicos y Transformación Digital.
La señora VICEPRESIDENTA TERCERA DEL GOBIERNO Y MINISTRA DE ASUNTOS
ECONÓMICOS Y TRANSFORMACIÓN DIGITAL (Calviño Santamaría): Muchas gracias,
presidenta.
Buenas tardes a todos. Me dirijo hoy a la Cámara en tan extraordinarias
circunstancias para solicitar el apoyo de todos los grupos a tres reales
decretos-leyes adoptados en el contexto excepcional de la lucha contra el
COVID-19. Antes de comenzar, me gustaría, como otros han hecho
anteriormente desde el podio, mandar un mensaje de cariño y apoyo a todas
las personas afectadas por la enfermedad, a quienes están en el hospital,
a quienes guardan cuarentena en casa, en general a todos los ciudadanos
de nuestro país que están atravesando por momentos muy difíciles por
haber visto alterada su forma de vida de manera tan profunda. También
quiero acompañar o unirme a todos los que anteriormente han manifestado
el apoyo, el sincero agradecimiento, el aprecio por quienes están
permitiendo con su trabajo diario que nuestro país, nuestra economía
pueda seguir funcionando; no solo al personal médico, sino a quienes
trabajan en los supermercados, en las tiendas, a los repartidores, los
transportistas, los agricultores, a quienes mantienen limpias nuestras
ciudades, a quienes permiten que hoy estemos teniendo esta sesión en el
hemiciclo. Todos los que están haciendo que España siga funcionando son
los que van a permitir que cuando esta excepcional situación pase podamos
recuperar el ritmo normal de nuestras vidas y salir de esta emergencia
sanitaria, social y económica lo mejor posible, lo más rápidamente
posible.
Desde que la enfermedad del COVID-19 comenzó a expandirse por el mundo y,
sobre todo, desde que fue declarada pandemia, el Gobierno no ha parado de
seguir minuto a minuto la situación para poder ir actuando de forma
rápida y eficaz para hacer frente a las distintas circunstancias que se
han ido produciendo. En el plano de la salud, hemos adoptado las medidas
de contención más duras de nuestro entorno -como habrá expuesto hoy
también el ministro de Sanidad-, y la misma contundencia con que hemos
actuado para contener la expansión del virus marca la respuesta que
estamos dando en el plano económico y social. Así, en paralelo con las
medidas sanitarias, hemos adoptado un conjunto de medidas de tipo
económico y social que atienden a tres prioridades claras: luchar contra
la epidemia, reforzando los servicios sanitarios y la investigación;
apoyar a los trabajadores, a las familias, a los autónomos, en definitiva
a todos las personas de nuestro país, particularmente a las más
vulnerables, y apoyar la actividad económica con medidas de liquidez y
flexibilidad, aliviando los costes de las empresas para mantener un
mínimo de actividad a pesar de la intensa ralentización que está viviendo
nuestro país, de modo que tengamos una base sobre la que poder construir
la recuperación económica en cuanto dejemos atrás la crisis sanitaria. Se
trata de medidas completamente alineadas con lo que están haciendo los
países de nuestro entorno y con lo que nos están indicando los organismos
internacionales. Son medidas que acompañan las decisiones y
recomendaciones de las autoridades sanitarias, poniendo como prioridad la
protección de la salud y seguridad de las personas y tratando de
minimizar, al mismo tiempo, el riesgo de
que la ralentización económica tenga un impacto estructural, sobre todo en
términos de empleo, que suponga un lastre para la recuperación económica
y social cuando la situación excepcional pase. Además, nuestra acción
está marcada por un constante diálogo con los agentes económicos y
sociales de nuestro país, con las comunidades autónomas, las autoridades
europeas y el resto de Gobiernos de nuestro entorno. Y este es el
contexto, señorías, en el que hoy traemos a convalidación tres reales
decretos leyes, adoptados en apenas una semana, que paso a explicar, no
sin antes señalar que el Gobierno está trabajando en otras medidas
complementarias que puedan ser necesarias en las próximas semanas, es
decir, el Gobierno seguirá tomando, en el ámbito económico y social, tal
como dijo el presidente del Gobierno hace una semana en esta misma
Cámara, cuantas medidas sean necesarias, cómo y cuándo sea necesario.
En primer lugar, me referiré a las medidas de tipo sanitario. El Real
Decreto-ley de 10 de marzo ya adoptó una primera medida para habilitar al
Estado a poder llevar a cabo el suministro centralizado no solo de
medicamentos y productos sanitarios, sino también de otros productos
fundamentales para la protección de la salud, sobre todo de nuestros
profesionales médicos, mediante la modificación de la Ley Orgánica de
medidas especiales en materia de salud pública de 1986. Como ha informado
hoy el ministro de Sanidad, se ha comprado material sanitario por 432
millones de euros en virtud de esa medida. Pero es, sobre todo, el Real
Decreto-ley de 12 de marzo el que reforzó significativamente la
financiación del sistema sanitario. Se reforzaron en 1000 millones de
euros los recursos del Ministerio de Sanidad a través del Fondo de
contingencia para atender a los gastos extraordinarios que se generen, de
forma que se puedan atender de manera adecuada las necesidades
sanitarias. Se adelantan 2800 millones de euros de los pagos a cuenta a
las comunidades autónomas, que tienen la primera competencia en la
materia, para que puedan hacer frente a necesidades inmediatas derivadas
de esta situación en sus sistemas sanitarios. El Ministerio de Hacienda
ya empezó este lunes a realizar pagos por 1434 millones de euros, y el
resto lo abonará el 17 de abril. También se habilita al Gobierno para
regular los precios de algunos productos necesarios para la protección de
la salud, autorizando a la Comisión Interministerial de Precios de los
Medicamentos a fijar, en caso de situación excepcional, el importe máximo
de venta al público de determinados medicamentos y productos. Finalmente,
el Real Decreto-ley de 17 de marzo introdujo medidas de apoyo a la
investigación para fomentar el conocimiento de la enfermedad para
desarrollar medicamentos y vacunas que ayuden a contener el impacto de
futuros brotes. En concreto, se han flexibilizado los requisitos de
gestión tanto del personal como en el ámbito presupuestario para agilizar
la actuación de los centros de investigación. Se han autorizado créditos
extraordinarios para dotar al Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, el CSIC, y al Instituto de Salud Carlos III para que tengan
los recursos necesarios para hacer frente a los retos científicos y de
investigación derivados de la actual emergencia sanitaria. También se ha
autorizado la realización de actividades de liberación voluntaria y
utilización confinada con organismos modificados genéticamente siempre
que tengan por objeto o se demuestre su utilidad para prevenir, combatir
o contener la epidemia. Y se ha modificado el fondo de provisiones
técnicas asociadas a la Red Cervera I+D+i para permitir la financiación
de proyectos empresariales de pymes y empresas de mediana capitalización
mediante ayudas instrumentadas a través de préstamos gestionados por el
CDTI, el Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial. En total se
habilita una línea de ayudas que puede alcanzar los 500 millones de
euros.
Señorías, esta es, ante todo, una crisis sanitaria y, por eso, el Gobierno
no escatimará esfuerzos ni recursos para que nuestro Sistema Nacional de
Salud sea capaz de hacer frente a esta emergencia. No obstante, no se
puede obviar que la crisis ha trascendido del plano meramente sanitario y
está afectando de forma clara a la economía global. En un primer momento,
cuando el COVID-19 todavía estaba confinado en China, el impacto
económico vino a través de las cadenas de valor global, a resultas de la
reducción de plantillas y de la capacidad de producción en uno de los
principales centros logísticos internacionales en la provincia de Hubei.
Posteriormente, con la extensión del virus a otros países, las
dificultades en las cadenas de suministros se acentuaron y también la
demanda de exportaciones se vio afectada, sobre todo en el sector
turístico. Lo mismo sucedió con las decisiones de inversión de los
agentes internacionales en un entorno de elevada incertidumbre. Más allá
de la caída de la demanda externa, las propias medidas de contención que
los distintos países hemos ido adoptando en las últimas semanas también
tienen un impacto directo en la demanda y en la actividad económica
doméstica. El cierre de colegios, la suspensión de actos públicos y la
prohibición de vuelos afectan a muchos sectores de la economía,
particularmente al turismo y servicios conexos, al transporte, a la
educación o a la cultura. Con el refuerzo de las medidas de contención y
aún más con la declaración del estado de alarma y la limitación temporal
de la libre circulación de los ciudadanos, la disrupción de la actividad
económica se ha generalizado. Y todo ello se ha producido en un contexto
de alta volatilidad de los mercados financieros, cuyo reflejo más
evidente es la volatilidad extrema de la bolsa, las turbulencias en los
mercados de materias primas y las tensiones en los mercados de deuda.
Todas estas circunstancias, señorías, se traducen en una perturbación
conjunta de demanda y oferta para la economía española que afectará a los
ingresos de las empresas y autónomos, generando tensiones de liquidez que
podrían derivar en una pérdida de empleo significativa y de carácter más
estructural si no se adoptan medidas urgentes de estabilización. Ante
esta evolución in crescendo del impacto de la crisis del COVID-19 sobre
la economía, hemos ido adoptando de manera decidida medidas
proporcionadas y eficaces que responden tanto a los shocks por el lado de
la oferta como por el lado de la demanda, prestando una especial atención
a las personas, a las familias, a los autónomos, a los trabajadores, para
ayudarles a superar de la mejor forma posible las consecuencias de la
crisis, respaldando a los ciudadanos, sobre todo a los más vulnerables,
en este momento de dificultad.
En el Real Decreto-ley de 10 de marzo, ante las primeras medidas de
contención, se decidió incluir los periodos de aislamiento o contagio de
los trabajadores del sector privado como consecuencia del COVID-19 en
situación asimilada a la baja laboral por accidente de trabajo a efectos
de la prestación económica por incapacidad temporal del sistema de
Seguridad Social. Se trataba de dar seguridad y tranquilidad a los
trabajadores y autónomos afectados por las obligaciones de aislamiento.
Este tratamiento se extendió dos días más tarde al personal al servicio
de la Administración pública. Además, en el Real Decreto-ley de 12 de
marzo se tomaron decisiones en el plano social para acompañar el cierre
de colegios. En concreto, con el fin de tratar de impedir que se pusiese
en riesgo la alimentación de los niños, se dotó con 25 millones de euros
a las comunidades autónomas para garantizar mediante becas comedor a los
niños y niñas en situación de vulnerabilidad afectados por el cierre de
los centros escolares el derecho básico de la alimentación. En desarrollo
de este real decreto-ley, en el Consejo de Ministros de ayer acordamos la
distribución de esos créditos, que se concederán a través de ayudas
económicas directas o de prestación directa de distribución de alimentos
para las familias que se beneficiaban de una beca o ayuda comedor y se
han visto afectadas por el cierre de los centros educativos. También se
habilitó a las administraciones afectadas por las medidas de contención
reforzada a modificar el calendario escolar para que pudieran ordenar de
forma flexible el desarrollo del curso. Estas primeras medidas sociales
se vieron fuertemente reforzadas con las incluidas en el Real Decreto-ley
de 17 de marzo, que prevé una moratoria en el pago de préstamos
hipotecarios para los colectivos vulnerables.
Como todos ustedes saben, el Gobierno también está trabajando para dar
solución a quienes se encuentran con dificultades para pagar su alquiler,
teniendo en cuenta las especificidades de un mercado en el que operan
entidades públicas, grandes tenedores de vivienda, otros profesionales y
también personas que dependen de la renta del alquiler para poder abordar
sus gastos mensuales. Además de esta moratoria, se aprobaron medidas para
facilitar las gestiones de los beneficiarios del subsidio por desempleo y
el subsidio para mayores de 52 años.
Además de estas medidas, mediante dicho real decreto-ley se reforzaron
significativamente los recursos financieros para apoyar a los colectivos
más vulnerables en esta situación excepcional, por una parte, creando un
programa estatal, financiado con 300 millones de euros, para garantizar
la asistencia a domicilio de las personas dependientes, que gestionará el
Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Ayer, el Consejo de
Ministros acordó también los criterios de distribución de este fondo
social extraordinario, que se basarán en población, dispersión, población
dependiente, superficie e insularidad. Con estas cuantías, las
comunidades autónomas estarán en mejor disposición para reforzar
servicios de proximidad de carácter domiciliario, sobre todo para
personas mayores, así como los dispositivos de teleasistencia, la
rehabilitación domiciliaria o el refuerzo de plantillas de los servicios
sociales. Además, se autorizó a las corporaciones locales a que pudieran
usar el superávit de 2019 para financiar gastos en servicios sociales y
promoción social. De esta manera, se han movilizado otros 300 millones de
euros para que la Administración más próxima, la local, pueda dar
respuesta inmediata a las necesidades de las personas y colectivos más
vulnerables en este momento, de aquellos que pueden no estar cubiertos
por las medidas adoptadas en el ámbito laboral. En dicho real decreto-ley
se prohibió también el corte de los suministros básicos de luz, agua y
gas, así como los de telecomunicaciones, a los colectivos vulnerables y
se amplió la definición de los sujetos protegidos; se decretó la prórroga
automática hasta el 15 de septiembre del bono social eléctrico; se
suspendió durante seis meses la revisión de los precios máximos de venta
al
público de los gases licuados del petróleo, es decir de la bombona de
butano, y también se suspendió el plazo legalmente establecido para que
los ciudadanos puedan proceder a devoluciones, una medida de protección
en el ámbito del consumo.
Más allá de apoyar a los ciudadanos en el ámbito de su vida privada,
también hemos adoptado medidas en el plano laboral para proteger los
puestos de trabajo y minimizar la pérdida de empleo durante esta
situación coyuntural, siempre garantizando la seguridad de los
trabajadores que están haciendo que España no se pare. Así, junto con la
decisión que les señalaba antes de considerar los periodos de aislamiento
o contagio de los trabajadores como accidente de trabajo para que puedan
acceder a la prestación económica por incapacidad temporal, mediante el
Real Decreto-ley de 17 de marzo se aprobaron nuevas medidas para
flexibilizar las condiciones de trabajo, de forma que los trabajadores
puedan conciliar sus obligaciones laborales con el cuidado de niños,
mayores o dependientes, facilitando el derecho a la adaptación de jornada
como mecanismo menos adverso tanto para el trabajador como para la propia
empresa; favorecer el trabajo no presencial cuando sea posible como medio
para poder mantener la actividad productiva, maximizando también el
impacto de las medidas de contención en la prevención del contagio;
simplificar los procedimientos de los expedientes de regulación temporal
de empleo, los ERTE, sin merma de las garantías y de la seguridad
jurídica tanto para empresas como para trabajadores. Garantizar que todos
los trabajadores afectados por este tipo de expedientes a consecuencia
del COVID-19 tienen acceso a las prestaciones correspondientes, aunque no
cumplan con los periodos mínimos de cotización y sin que les compute a
efectos de consumir los periodos máximos de percepción, es uno de los
elementos de esta red de seguridad para los trabajadores, para todos los
ciudadanos, que estamos estableciendo. Facilitar los ERTE es una medida
que responde a la solicitud expresa y compartida de los agentes sociales
y constituye un elemento muy importante porque supone que el Estado se
haga cargo de los costes salariales durante esta situación. Las empresas
que hagan uso de esta herramienta, en particular las pymes, estarán
además exoneradas del pago de cotizaciones sociales. De esta manera,
facilitamos que el ajuste del empleo sea transitorio, evitando que haya
cierre de empresas y despidos que puedan ser más estructurales, de modo
que el impacto no vaya más allá de lo que dure esta crisis sanitaria. Y,
sobre todo, como decía hace un momento, proporcionamos una red de
seguridad para los trabajadores afectados. Ahora estamos trabajando con
los agentes sociales para coordinar los criterios de aplicación de los
ERTE en estas situaciones excepcionales en todo el territorio nacional y
el Ministerio de Trabajo está adoptando una serie de medidas
complementarias para clarificar que en los ERTE por fuerza mayor se
aplica el silencio administrativo positivo; también medidas para agilizar
la tramitación y abono de la prestación por desempleo a percibir por los
trabajadores afectados, así como medidas para garantizar que se mantiene
el empleo en aquellas empresas que aborden ajustes temporales de
capacidad y empleo, beneficiándose de esta facilidad de flexibilidad de
los ERTE.
Además de apoyar a los trabajadores dependientes, un gran bloque de las
medidas incluidas en los reales decretos-leyes que hoy debatimos va
dirigido a los trabajadores autónomos, que se encuentran en una situación
de fragilidad en la actual coyuntura, cuestión ante la que este Gobierno
es muy sensible. Por eso hemos actuado en tres frentes de especial
relevancia para garantizar el mantenimiento de su actividad. En primer
lugar, aplazamos el pago de todos los impuestos durante un periodo de
seis meses, previa solicitud y con una bonificación de los tipos de
interés. Esto incluye tanto las cuotas del IVA como las retenciones del
IRPF y otras figuras tributarias que les son de aplicación, lo que
supondrá una inyección de liquidez en el conjunto de la economía de unos
14 000 millones de euros. En segundo lugar, hemos tomado medidas para
reducir sus costes y garantizarles unos ingresos mínimos si sufren una
caída relevante de ingresos o tienen que cesar en su actividad. En
concreto, todos los trabajadores autónomos, independientemente de su
forma jurídica, que deban cerrar su negocio o sufran una caída de su
facturación del 75 % recibirán una prestación extraordinaria por cese de
actividad por un importe equivalente al 70 % de la base reguladora. Tal
como precisó hace unos días el ministro de Inclusión, Seguridad Social y
Migraciones, esto supone un mínimo de 661 euros. Esta medida implica
además que la Seguridad Social asumirá el pago de cotizaciones de quienes
sufran una caída relevante de su facturación, como ya estaba previsto
para quienes solicitaran el cese de actividad. Esta medida, señorías, va,
por tanto, mucho más allá de una mera supresión de las cuotas, ya que
significa que los autónomos que se queden sin ingresos, mientras dure
esta situación, no solo no pagarán cotizaciones sociales, sino que además
percibirán una prestación, y no serán solo quienes ingresen cero, sino
también quienes pudiendo mantener su actividad vean que su facturación
cae más de un 75 %. Igualmente, los autónomos con empleados a su cargo
que se vean obligados a realizar un expediente de regulación temporal de
empleo no tendrán que pagar las
prestaciones de sus empleados y las cotizaciones a la Seguridad Social,
que correrán a cargo del Estado, y los autónomos que realicen contratos
fijos discontinuos entre febrero y junio en los sectores del turismo, el
comercio y la hostelería, vinculados a la actividad turística, también
tendrán bonificaciones en el pago a la Seguridad Social.
El tercer frente en beneficio de los autónomos en el que hemos tomado
medidas persigue asegurar la liquidez y las inversiones en este
colectivo. Por eso podrán acogerse a las medidas de garantías para
liquidez de hasta 100 000 millones de euros, que ha aprobado el Gobierno,
de modo que puedan cubrir su circulante, pagar sus facturas o atender
otros conceptos, manteniendo de ese modo su actividad y el empleo. En
este sentido, ayer mismo el Consejo de Ministros aprobó un primer tramo
en esa línea de hasta 20 000 millones de euros, la mitad de los cuales
estarán reservados para autónomos y pymes. Los avales tendrán carácter
retroactivo y garantizarán el 80 % de los nuevos préstamos y renovaciones
de operaciones solicitadas por autónomos y pymes. Para el resto de
empresas, cubrirán el 70 % del préstamo nuevo y el 60 % de las
renovaciones. La vigencia será igual a la del préstamo, por un plazo
máximo de cinco años. Además, los autónomos podrán solicitar préstamos
para financiar sus proyectos de inversión a través de las líneas ya
existentes del Instituto de Crédito Oficial, que ha sido reforzado con 10
000 millones de euros adicionales, y los del sector turístico también, de
la línea específica del ICO, de 400 millones de euros, que se dotó para
atender específicamente este sector. Y tanto los autónomos como las pymes
que necesiten realizar mejoras en sus equipos informáticos para, por
ejemplo, poder facilitar el teletrabajo, contarán con el apoyo del
programa Acelera, de Red.es, que se ha puesto en marcha con 250 millones
de euros.
Hemos puesto en marcha otro tipo de medidas que también benefician a estos
colectivos, como la ampliación del plazo de contestación a los
requerimientos de la Agencia Tributaria y la regulación de la suspensión
de los contratos públicos. En suma, son iniciativas muy relevantes, muy
potentes, que se podrán ver complementadas, por supuesto, con nuevas
medidas si fuera necesario, en función de las necesidades que se vayan
detectando en nuestro seguimiento puntual, diario, continuo, de la
situación.
En cuanto al refuerzo del sector sanitario y la red de seguridad para las
personas, el tercer objetivo del Gobierno es el apoyo al tejido
empresarial de nuestro país. Como he dicho, contener la expansión del
virus es el objetivo primordial que tenemos por delante, pero sin olvidar
que debemos evitar que la crisis sanitaria se convierta en una crisis
económica más duradera. Tenemos que lograr que esta situación sea lo más
corta y menos dolorosa posible y para eso hace falta mantener el tejido
empresarial y minimizar la destrucción de empleo, preservando así una
base sobre la que reactivar la economía, una vez dejemos atrás estas
semanas difíciles. Así, las empresas en general, particularmente las
pymes, también pueden beneficiarse de las medidas que ya he mencionado,
como los avales del Estado, las líneas de crédito del ICO, el
aplazamiento en el pago de impuestos, la suspensión de los contratos
públicos y la flexibilización de los ERTE. Todo ello supondrá un
importante balcón de oxígeno para muchos negocios. También se
beneficiarán del refuerzo de la cobertura aseguradora por cuenta del
Estado para empresas exportadoras a través de la Compañía Española de
Seguro de Crédito a la Exportación, Cesce, por un importe de hasta 2000
millones de euros, para operaciones de financiación de circulante, y de
otras medidas, como el aplazamiento de la devolución de préstamos de la
Secretaría General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, la
posibilidad de que las sociedades mercantiles adapten su actividad a las
actuales circunstancias, con flexibilidad para el desarrollo de las
reuniones de los órganos de gobierno, formulación de cuentas o
celebración de las juntas de accionistas, y también se flexibilizan los
plazos para la declaración de concurso. En el ámbito del transporte
aéreo, se ha suspendido la regla que regula el uso de slots para las
próximas temporadas, de modo que las compañías aéreas no se vean
penalizadas en el futuro por haber reducido sus vuelos en las actuales
circunstancias.
Al margen de estos tres ámbitos específicos: refuerzo del sistema
sanitario, red de seguridad para las personas y apoyo al tejido
productivo, los reales decretos-leyes objeto del debate de esta tarde
incorporan otras medidas de diferente índole, pero que son muy
importantes en la práctica: agilizar el procedimiento de contratación por
parte de la Administración pública de todo tipo de bienes o servicios que
sean necesarios -no tengo que explicar nada más hoy aquí-; habilitar al
Ministerio de Hacienda para realizar transferencias entre las distintas
secciones presupuestarias con el fin de reforzar la financiación de la
política sanitaria por parte del Estado; permitir al Gobierno controlar
la toma directa o indirecta de participaciones significativas por parte
de empresas de terceros países en empresas de sectores estratégicos en
España; agilizar los trámites aduaneros de importación y exportación en
el sector industrial durante seis meses; conceder avales para facilitar
el alargamiento de los plazos de devolución de
préstamos concedidos a explotaciones agrarias para hacer frente a la
sequía de 2017, prorrogar durante un año la vigencia del documento
nacional de identidad... En total, señorías, el Gobierno de España trae
hoy para su convalidación un conjunto de reales decretos-leyes que
suponen un importante compromiso presupuestario, un importante esfuerzo
en términos de medidas en estos paquetes. Estamos hablando de la
movilización de gasto público adicional, liquidez y garantías de más de
100 000 millones de euros para inyectar en la economía y movilizar junto
al sector financiero hasta 200 000 millones de euros, casi un 20 % de
nuestro producto interior bruto.
Como ven, señorías, son paquetes muy completos, ambiciosos, potentes, que
se ven complementados día a día por otras decisiones que los diferentes
ministerios vamos adoptando en el marco de nuestras competencias para ir
adaptándonos a las circunstancias cambiantes y según se van detectando
nuevas necesidades, pero no podemos olvidar que superar esta situación no
depende únicamente de lo que haga el Gobierno de España, de lo que haga
este Parlamento, de lo que hagan las diferentes administraciones
públicas. Hace falta que todos pongamos de nuestra parte en el ámbito de
nuestra responsabilidad para superar esta situación. Fuera de nuestras
fronteras, el Banco Central Europeo ya ha hecho determinados movimientos.
También han de responder las instituciones europeas, que deben dar una
respuesta en el plano fiscal a una crisis que es simétrica, que afecta al
conjunto del bloque comunitario, que no es individual de ninguno de los
países y que, por tanto, exige una respuesta que no puede estar
circunscrita a las respuestas individuales de los países. Solo podremos
salir si actuamos de forma conjunta en el plano de la salud y en el plano
económico y social. Es el momento de que Europa demuestre su fuerza dando
una respuesta fiscal común, contundente y a la altura de las
circunstancias actuales. Esa es la posición que defiende el Gobierno
español. En esto estamos también trabajando, apoyando soluciones
ambiciosas que pongan en funcionamiento los instrumentos de los que nos
hemos dotado para afrontar lo mejor posible esta situación excepcional
también desde el punto de vista financiero.
No quiero concluir sin mencionar dos asuntos que también convalidaremos
hoy con estos reales decretos-leyes y que son asuntos previos al
desencadenamiento de la crisis sanitaria, pero no por ello menos
importantes. El Real Decreto-ley 6/2020, de 10 de marzo, incluye la
prórroga hasta mayo de 2024 de la suspensión de los desahucios de
vivienda habitual de colectivos especialmente vulnerables por impago de
las cuotas hipotecarias. Se trata de una medida muy importante y
necesaria ante el próximo vencimiento de la moratoria actualmente en
vigor, cuya prórroga da tranquilidad y seguridad a más de 29 000
familias. El Gobierno ha decidido además aprovechar para ampliar el
concepto de colectivo vulnerable en aras de proteger a deudores que, a
pesar de encontrarse en una situación de especial vulnerabilidad, no eran
beneficiarios hasta este momento de la prohibición de desahucios. Así, se
incluye entre los supuestos a las familias monoparentales, aunque tengan
un solo hijo a cargo, y se incrementa el límite de ingresos máximos de la
unidad familiar que sirve de referencia para tener en cuenta el número de
hijos y si se trata de una familia monoparental. Además, se extiende la
aplicación de esta moratoria independientemente de si el adjudicatario de
la vivienda es una persona física o jurídica. En el primero de los reales
decretos-leyes para convalidación se incluye, asimismo, una disposición
que complementa el régimen jurídico de la Sociedad de gestión de activos
procedentes de la reestructuración bancaria, Sareb, adaptándola a su
especial naturaleza de entidad de liquidación de activos para facilitar
su continuidad y el cumplimiento de su mandato, incluyendo su programa de
vivienda social. Para ello, se modifica su régimen jurídico de modo que
no se le aplique la disolución por causa de reducción del patrimonio neto
a una cantidad inferior a la mitad de su capital social. Finalmente,
también se modifica el Real Decreto de desarrollo de la Ley de
ordenación, supervisión y solvencia de entidades de crédito, de 2014,
para ampliar el tipo de entidades financieras ya constituidas que pueden
solicitar su transformación en bancos. Con esta ampliación podrán
solicitarlo también las sociedades de valores, entidades de pago y
entidades de dinero electrónico, lo cual supone evitar procesos de
reestructuración corporativa, mejorando también la seguridad jurídica del
sistema financiero español.
Señorías, no me extiendo más. He detallado mucho porque se trata de tres
reales decretos-leyes que tienen mucha sustancia y que deben ser
debatidos con la atención que merecen en esta sede. Quiero concluir
subrayando dos ideas. En primer lugar, esta crisis que estamos sufriendo
es excepcional y también transitoria. Nuestro país es fuerte, cuenta con
importantes activos. El primero, como se está demostrando -y durante toda
la tarde en este hemiciclo hemos estado hablando de él-, es una población
madura y solidaria. Saldremos de esta situación sin ningún género de
dudas, pero de las decisiones que tomemos ahora y de la responsabilidad
con la que seamos capaces de actuar dependerá en gran medida que la
recuperación tras este duro periodo sea rápida y eficaz. Esa es la
filosofía que está guiando a este
Gobierno y que seguirá guiándonos en las semanas que están por venir. No
les quepa ninguna duda de que seguiremos actuando cuando sea necesario,
donde sea necesario y haciendo lo que sea necesario para atajar la crisis
sanitaria, para proteger a los ciudadanos y garantizar que la economía
mantiene una base sólida sobre la que poder recuperarnos de manera
rápida. Lo haremos como hasta ahora, siguiendo las recomendaciones de las
autoridades sanitarias, alineados con los países de nuestro entorno,
cooperando con el resto de las administraciones públicas, que tienen la
responsabilidad principal en el ámbito sanitario y social, escuchando a
los agentes sociales y sin olvidar a nadie, sin dejar a nadie desatendido
en estas duras circunstancias, garantizando una red de seguridad. De
hecho, en el contexto de la prórroga del estado de alarma que el Gobierno
ha solicitado al Congreso, y que será debatida a continuación, estamos ya
trabajando en medidas adicionales de apoyo a los colectivos afectados y a
las empresas para seguir dando respuesta a los problemas y situaciones
que se van planteando a medida que se adoptan decisiones en los distintos
planos.
El segundo punto que querría compartir con ustedes es el de que hace falta
que sigamos actuando unidos, con lealtad y responsabilidad. Los
ciudadanos están siguiendo puntualmente las recomendaciones de las
autoridades, están manteniendo la madurez y templanza que han venido
mostrando hasta ahora y, de esa manera, contribuyen a superar la crisis.
Las administraciones públicas hemos de actuar de forma coordinada
apoyándonos mutuamente en la respuesta sanitaria, económica y social. Las
entidades financieras han de proporcionar liquidez y apoyo a las
empresas, en particular a las pymes y a los autónomos, para que puedan
superar del mejor modo posible esta situación, y las empresas han de
proporcionar a sus trabajadores las necesarias condiciones de seguridad y
tratar de mantener el empleo recurriendo a los expedientes de regulación
temporal de empleo solo cuando cumplan las condiciones previstas
legalmente para que los recursos públicos se dirijan realmente a quienes
los necesitan. Eso sin olvidar la responsabilidad del Gobierno y del
Parlamento, que se manifiesta hoy mismo con la convalidación de estos
tres reales decretos-leyes, convalidación con la que ambas instituciones
cumplimos con nuestra obligación de reforzar la respuesta sanitaria,
apoyar a las personas más vulnerables y sostener el tejido económico y el
empleo para intentar evitar un impacto más estructural y duradero. Por
eso quiero aprovechar para agradecerles a todos su colaboración leal, que
estoy convencida seguirá siendo la tónica en las semanas duras que aún
tenemos por delante. Creo que los ciudadanos españoles no entenderían que
fuera de otra manera cuando ellos mismos, con su comportamiento,
permaneciendo en sus casas, están colaborando en la lucha contra la
enfermedad. De todos depende el mañana; de que rememos unidos depende
cómo y cuándo llegaremos a buen puerto tras la tempestad.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora vicepresidenta tercera del
Gobierno.
En turno de fijación de posiciones, por el Grupo Parlamentario Mixto,
interviene, en primer lugar, el señor Martínez Oblanca.
El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señora presidenta. Buenas
tardes, señora vicepresidenta tercera.
La convalidación de estos tres reales decretos-leyes debe ser tan solo el
primer paso para que los españoles dispongan de apoyos con los que atajar
los apuros socioeconómicos derivados de la pandemia del COVID-19. En
línea con nuestro compromiso, Foro dará respaldo a estas tres normativas,
pero queremos subrayar que para ampliar su eficacia tienen que sumarse a
las que complementarán las demás administraciones, lo que requiere,
señores ministros, del desbloqueo y la correspondiente liquidación de una
vez por todas de los 28 000 millones de euros que el Gobierno de España
adeuda a las comunidades autónomas. Asturias, al igual que las demás
comunidades, precisa de un plan adicional para autónomos y pymes fundado
en el compromiso social de igualdad de oportunidades y que atienda los
grandes impactos que están augurando las organizaciones representativas
en torno a la hostelería, agencias de viaje, textil y confección,
comercio, etcétera, de quienes dependen miles y miles de empleos y
necesitan amparo para evitar su destrucción definitiva. Asimismo,
considero imprescindible que el Gobierno atienda la petición de ampliar
las medidas legislativas de apoyo a fisioterapeutas, podólogos,
terapeutas ocupacionales, logopedas, ópticos y profesionales de
dietética, nutrición y demás especialidades para las que no se ha
decretado el cierre de sus clínicas, consultas y establecimientos, por lo
que tendrán muchos obstáculos para acceder a los ERTE y ayudas públicas,
tal y como ya han advertido sus consejos generales, colegios,
organizaciones y asociaciones profesionales. El refuerzo de todas estas
medidas urgentes tiene que llegar también, tal y como recalqué en el
Pleno del pasado miércoles, de acciones
supranacionales para que España se pueda enfrentar a las enormes secuelas
socioeconómicas derivadas de la pandemia y garantizar la cobertura del
desempleo, las necesidades de liquidez de las empresas y la generación de
inversión reactivadora mientras renazca la inversión privada. Lo reitero
otra vez: a los planes nacionales de cada país tiene que incorporarse un
factor multiplicador mediante el europlan económico solidario del siglo
XXI. La propia OCDE, creada al término de la Segunda Guerra Mundial para
coordinar el Plan Marshall y reconstruir Europa, ya ha planteado un
esfuerzo internacional coordinado para acometer a gran escala la crisis
consecuencia del coronavirus. A promover este colosal esfuerzo tiene que
aplicarse sin dilación el Gobierno de España, y usted, señora
vicepresidenta tercera, tiene mucho que hacer ahí.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Martínez.
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Sayas López.
El señor SAYAS LÓPEZ: Gracias, señora, presidenta. Buenas tardes,
señorías.
Quiero anunciar que nosotros, como ya dijimos la semana pasada, vamos a
apoyar estos reales decretos. En primer lugar, se aprobó el del día 12 de
marzo, que evidentemente tenía medidas mucho más exiguas de las que luego
tuvo el del 17. Yo creo que todos compartimos la necesidad de estas
medidas, más allá de que sean suficientes o haya que ir adaptándolas a lo
largo de lo que dure este periodo.
Con respecto a las prioridades, yo creo que son tres -se lo dije también
el otro día en el debate y lo remarco hoy-, y creo que son compartidas
con el Gobierno y con todos los grupos parlamentarios. La primera
prioridad es la sanitaria, es la atención a la vida y a los profesionales
que están trabajando en la primera línea de batalla; en segundo lugar,
son las medidas económicas a corto plazo que nos sirvan para paliar los
efectos que en este momento está generando esta crisis sin precedentes en
nuestro país, y, en tercer lugar, tendremos que pensar también en
impulsar medidas a largo plazo. Respecto a las medidas sanitarias, no me
voy a centrar mucho en ellas hoy porque mañana precisamente tenemos la
comparecencia del ministro de Sanidad en esta Cámara, donde podremos
abordar tanto las medidas que se recogen en este decreto, como las
diferentes órdenes ministeriales de Sanidad o las que ha puesto en marcha
a lo largo de este periodo.
Quiero remarcar lo siguiente: creo que hay muy pocos españoles que
entiendan qué está pasando con las compras. Cada día sale el Gobierno y
nos anuncia inversiones millonarias en productos sanitarios que no llegan
a los hospitales o que no están llegando a las personas que están
prestando esta tarea en primera línea. Algo está fallando, o bien el
dinero que se dice que se está gastando es realmente menor o existe un
problema de suministro que debemos de abordar.
En segundo lugar, nosotros compartimos las medidas económicas a corto
plazo, pero algunas se han quedado escasas, como las que tienen que ver
con los autónomos. Nosotros pedíamos la exención de la cuota de los
autónomos también del mes de marzo. La parálisis económica del mes de
marzo es total; está lastrando la situación de muchísimos autónomos y
creo que ahí el Gobierno tendría que haber sido mucho más ambicioso.
Respecto a los ERTE, nosotros compartimos la medida. Creemos que es una
flexibilización que va más allá de la reforma laboral de 2012 y que es
fundamental hacerlo en un momento como este. Creemos que va a ayudar a
mantener en algunos casos el empleo y que va a ayudar también a las
empresas que están pasando una difícil situación. Lo que pedimos es
agilidad y flexibilidad a las administraciones públicas.
Respecto al superávit de los ayuntamientos, creo que se tenía que haber
sido más ambicioso, y no solo con los superávits de 2019. Hay
ayuntamientos que tienen un importante superávit de otros ejercicios
presupuestarios y ahora mismo podrían destinar ese dinero a políticas
sociales o a políticas sanitarias.
En cuanto al pago de los impuestos, creo que se debería haber retrasado
mucho más. Nos faltan medidas destinadas a los agricultores y ganaderos,
que creo que están siendo los grandes olvidados de estos decretos.
Por último, en cuanto a las medidas a largo plazo, decía la ministra -y
estoy de acuerdo- que esta situación va a ser transitoria. Pero el
problema es que se va a alargar en el tiempo -todos los indicadores
indican que esto no va a ser una cuestión de un mes-, y no es lo mismo
parar la economía un mes que tenerla parada un semestre. Esto nos indica
que vamos a tener que poner unas bases económicas prácticamente de nuevo
en muchos sectores que nos van a hacer impulsar medidas para que el
empleo a largo plazo se destroce lo menos posible y para que los sectores
económicos se puedan reiniciar. Eso hace que ahora mismo tengamos que
poner el foco ahí, porque tenemos que ser conscientes de que la
deuda que tiene nuestro país es alarmante y, aun así, vamos a tener que
seguir regando de liquidez la economía española; vamos a tener que
hacerlo así.
Europa es fundamental. Yo creo que ayer tuvimos todos una mala noticia con
la falta de acuerdo en el foro europeo. Espero que la reunión de los
líderes amortigüe esa falta de acuerdo de ayer, pero es fundamental que
la Unión Europea se una a eso.
Por último, quiero hacer un comentario. A mí me parece que ha sido una
falta de respeto y también un punto claramente negativo utilizar unos
decretos en un momento como este para incorporar al señor Iglesias al
CNI. De verdad que me parece una falta de respeto. Creo que no es el
momento adecuado. Y, desde luego, unos instrumentos para unas
características de emergencia nacional, como son estos, no pueden
albergar una cuestión de estas características.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Sayas.
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra, en último lugar, la
señora Vehí Cantenys.
La señora VEHÍ CANTENYS: Gracias, presidenta.
Señora ministra, desde nuestra perspectiva las medidas económicas son
insuficientes; insuficientes en relación con los países del entorno,
sobre todo en términos laborales; insuficientes en relación con lo que
piden las autoridades sanitarias; e insuficientes porque esta crisis no
puede depender de la buena voluntad ni de los españoles ni de las
españolas ni tampoco de los empresarios. Desde nuestra perspectiva, la
supervivencia colectiva de los pueblos del Estado depende de tres
elementos fundamentales desde un punto de vista económico. En primer
lugar, repartan la riqueza; en segundo lugar, inviertan en sanidad
pública; y, en tercer lugar, aseguren la renta garantizada y suspendan ya
los pagos de alquileres y de hipotecas para toda la población. La clave
es a qué orientamos la economía, si a las vidas de la gente sencilla o a
las necesidades del mercado y de los ricos; vida o beneficios privados
del capital. Déjenos decirle que esta no es la mayor inversión de
recursos de la historia; ni el gasto efectivo real es un 20 % del PIB, y
además en el rescate bancario se movilizaron bastantes más ingresos
públicos y también del Banco Central Europeo. Repartan la riqueza, que
esta crisis no la paguemos las de siempre, como pasó en 2008.
Usted hablaba de responsabilidad; que se responsabilicen los bancos, las
grandes fortunas y las empresas. Todos los ingresos que prevén los reales
decretos son o bien de impuestos ya cobrados o bien de los fondos de
contingencia, presupuestos de las administraciones públicas. Necesitamos
más medidas de recaptació; en primer lugar, que el Banco Central Europeo,
en vez de amenazar con nuevos planes de ajuste estructural, emita dinero
sin deuda, dinero para que los Estados puedan hacer frente a esta crisis;
que los bancos devuelvan inmediatamente el dinero del rescate. La
ciudadanía salvó a los bancos, ¿dónde está el dinero? Y que la monarquía
ingrese inmediatamente el dinero de las herencias a las arcas públicas y
que renuncie a la asignación pública. Además, previendo una crisis larga,
son necesarios también nuevos impuestos de recaptació a medio plazo. ¡Y
es que se necesita que las grandes fortunas paguen más! Se necesitan
impuestos de emergencia a los grandes capitales de este país, a las
familias de siempre, a las empresas de siempre; o sus beneficios o
nuestras vidas, no hay más, señora ministra.
Finalmente, que se adopten medidas también para que las grandes empresas
dejen de recaptar; suspensión de todos los pagos de todos los suministros
de todas las familias; suspensión de todos los pagos de las hipotecas y
suspensión de todos los alquileres. No nos valen solo las familias
vulnerables, primero, porque los baremos son muy cortos y, segundo,
porque el problema de la deuda de las familias en el Estado español es un
problema mucho más grave que el que ustedes están calculando. Y toda esta
recaptació, ¿para qué? En primer lugar, para invertir en sanidad pública.
Y si hablamos de sanidad pública, es de justicia decir que los recortes
en sanidad matan, y esto hoy es una realidad objetiva; y que, además,
tienen responsables políticos en Cataluña y también en Madrid, porque la
venta de lo público tiene clase social pero no tiene fronteras, señora
ministra. Y es un honor, desde una perspectiva política que defienda la
vida, que cada día a las ocho de la tarde la ciudadanía salga a aplaudir.
Pero, escúcheme, de aplausos no vaciamos los hospitales. Pongan todos los
recursos que necesita la sanidad pública; pongan a su disposición todos
los recursos privados. La patronal tiene muchas más camas que las que ha
puesto a disposición de la sanidad pública. Hagan el favor de intervenir,
de nacionalizar. Las empresas de ambulancias en Cataluña están haciendo
ERTE, están haciendo muchísimos despidos colectivos. Hagan el favor de
poner todos los recursos que hay en la privada. También las
farmacéuticas. ¿Sabe usted que son las empresas que más cotizan en bolsa
hoy en día? ¿Usted cree que la deuda tiene que pasar por
delante de nuestras vidas? Y pongan todos los recursos sin prestación
económica; no queremos tener deudas a medio plazo. Reorganicen la
producción de las fábricas cerradas, que produzcan material sanitario. No
puede ser que la gente esté imprimiendo mascarillas con impresoras 3D.
Reorganicen la producción y las empresas que están paradas y faciliten
pruebas para toda la población. Finalmente -y acabo, presidenta-,
inviertan también en renta básica. Es imprescindible. ¿Sabe cuáles son
los medicamentos más vendidos en las farmacias? Los ansiolíticos; todos
los medicamentos para parar la ansiedad. La gente no sabe si llegará a
final de mes. Y suspendan también el pago de los alquileres. No nos vale
la moratoria, señora ministra; no nos vale tener más familias sin saber
si llegarán a final de mes, sin dormir. Si no, estará abocando usted a la
ciudadanía a una huelga de alquileres masiva. ¿De qué parte del dilema
están ustedes, señora ministra? Nosotras, del de la vida, y esperemos que
ustedes también, porque esto aparte de miseria económica nos va a costar
muchísimas vidas. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Vehí. (Una señora del servicio de
limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores.-Pausa). Muchas
gracias, Pilar.
Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, tiene la palabra la señora
Aizpurua Arzallus.
La señora AIZPURUA ARZALLUS: Gracias, presidenta.
Buenas tardes, señorías. Quiero que mis primeras palabras sean para poner
en valor lo mejor que tiene la sociedad, eso que durante demasiado tiempo
ha sido atacado indiscriminadamente pero que hoy es el escudo de la
ciudadanía frente a esta crisis: lo común, lo público. Queremos poner en
valor a todas las personas que lo defienden, que lo sustentan y que ahora
más que nunca están demostrando que además de creer en ello hacen que sea
un tesoro que nos protege, que nos salva la vida, que nos asegura el
futuro anteponiendo nuestras vidas incluso a las suyas propias. No
tenemos palabras suficientes para agradecéroslo. Para todos ellos, y
sobre todo para todas ellas, para las invisibles, no solo nuestro aplauso
sino nuestro compromiso de que jamás vamos a dejar de apostar por
vosotras, de defender lo público, que no es sino defender el futuro.
Gracias.
Hoy venimos a esta Cámara con propuestas, porque no creemos que sea el
momento de ajustar cuentas ni de lanzar críticas estériles. Es el momento
de la responsabilidad, de la colaboración y de la iniciativa. El Gobierno
tiene nuestro compromiso de que actuaremos en este sentido con
responsabilidad pero con exigencia, con el único objetivo de proteger a
la ciudadanía y salvar vidas. Estamos seguras de que este es también el
objetivo del Gobierno, por eso no lo criticaremos por la gestión o por
las decisiones tomadas hasta ahora, porque hayan sido más o menos
acertadas, pero sí pedimos una cosa, que la responsabilidad que estamos
adoptando aquí diferentes grupos la muestre también el Gobierno y atienda
las peticiones que se le están trasladando.
Escuchamos como un mantra que esta crisis la pararemos juntos, y no, no es
verdad. Los bancos no están aportando nada, ni siquiera devuelven lo que
deben. Las grandes empresas tampoco están junto a la ciudadanía sino
pensando en sus beneficios a costa de la salud de los y las trabajadoras.
La Casa Real ni siquiera se digna a renunciar a una parte de su
millonaria asignación durante una crisis en la que está aportando cero.
Las eléctricas siguen cobrando sus facturas, los empresarios siguen
evadiendo impuestos. No, señora Calviño; no todos estamos por parar esta
crisis por igual, porque hay quienes ponen la vida en el centro y otros
ponen sus intereses económicos. La gente trabajadora de este Estado debe
ser la prioridad, protegiendo su salud y su futuro; no pueden pagar
siempre los mismos. Hablen con las grandes empresas, con la patronal, con
los bancos y con quien haga falta. Oblíguenles a arrimar el hombro, a que
asuman también el coste que les corresponda de esta crisis. Basta de
privilegios para unos pocos. Aún hay 60 000 millones de rescate bancario
sin devolver cuando prácticamente todas las entidades financieras tienen
ganancias multimillonarias. Nos obligaron a rescatarlas entre todos;
ahora deben hacerlo ellas, grandes empresas con resultados positivos
multimillonarios que pretenden que volvamos a pagar nosotros para que
ellas no dejen de ganar. No queremos su falsa caridad publicitada,
queremos que paguen lo que deben y que aporten para superar esta crisis,
ni más ni menos. De ahí es de donde se sufragará el gasto que suponen las
medidas para cuidar a la gente, para ampliar los servicios sanitarios y
dotarlos de los equipos que no tienen; del esfuerzo público, sí, pero
también de los bancos y las grandes empresas. Es hora de asegurar que
esta crisis no van a volver a pagarla los de siempre.
Hoy, con nuestra abstención, vamos a permitir aprobar las medidas
económicas y sociales que se han adoptado. Creemos que son el primer paso
para el escudo social y económico que debemos construir, pero
efectivamente es insuficiente. Hacen falta más pasos, más profundos y de
más alcance. Lo que hoy trasladamos aquí son propuestas que esperamos que
se recojan y se puedan llevar a efecto: propuestas
en el plano sanitario, social y económico que consideramos urgentes si
queremos hacer frente a esta crisis con los menores costes humanos y
sociales; propuestas basadas en la experiencia de otros países y en las
recomendaciones de organismos internacionales y expertos que paso a
exponerles.
En este sentido, en cuanto a las medidas sanitarias -las más urgentes-, y
siguiendo las recomendaciones hechas por la Organización Mundial de la
Salud, pedimos que se comience a generalizar la realización de test
masivos mediante test rápidos a la mayor parte de la población posible,
comenzando por los grupos de riesgo y las personas con sintomatología
leve. Igual de urgente es proveer de equipos de protección individual a
todos los sanitarios en servicios de primera necesidad, al igual que
proveer de equipos a las ucis. Sabemos que no es fácil, pero es necesario
proteger a quien nos protege y hacerlo ya. Por eso, valoramos el anuncio
del ministro de Sanidad sobre la compra de mascarillas, test y equipos de
respiración, pero igualmente debemos extender estas medidas y equipos de
protección a todas las personas que trabajan para proveer los servicios
esenciales. Mención aparte merece, por su importancia, la necesidad de
que se ponga la sanidad privada al servicio del sistema público,
garantizando la gestión directa de todos los centros, equipamientos y
personal con los que cuenta la sanidad privada.
En cuanto a las medidas sociales, propugnamos la suspensión del pago de
hipotecas y de manera urgente también la de alquileres para personas en
situación de vulnerabilidad, disminución de ingresos o afectadas por ERE,
ERTE o despidos; también la suspensión del pago de facturas de servicios
esenciales, como luz, agua y gas, para los colectivos vulnerables o con
reducción de ingresos, y permisos retribuidos para el cuidado de menores
mientras dure la emergencia, que sería automática para familias
monoparentales y para una de las dos personas en el caso de contar con
dos progenitores.
Respecto a las medidas económicas, planteamos un paquete de medidas
económicas y sociales que garanticen ingresos de subsistencia y servicios
públicos para toda la población, porque la clave debe ser garantizar los
ingresos y servicios públicos para que la actividad económica de las
empresas se pueda reemprender una vez superada la crisis sanitaria. Así,
mientras dure el estado de alarma, habrá que asegurar una renta
garantizada de emergencia igual al salario mínimo interprofesional para
que toda persona que haya visto reducidos sustancialmente sus ingresos
pueda asegurarse los ingresos mínimos vitales que le permitan afrontar
esa pérdida de ingresos. Habrá que establecer medidas también para
trabajadores autónomos y pequeños comerciantes y empresas que supongan
una cobertura especial de desempleo para trabajadores y trabajadoras
precarias, fijos discontinuos o temporales que no tienen en el momento
actual derecho a tener cobertura, pero acompañadas también de la
suspensión de liquidación de obligaciones fiscales y prohibición de baja
en régimen general, autónomo y cualquier otro asimilado por impago de
cuota mensual. Respecto de los autónomos, creemos que el porcentaje de
pérdidas para acogerse a la prestación extraordinaria debería ser más
bajo; ahora está, efectivamente, en el 75 %, tal y como ha señalado la
ministra Calviño, pero debería ser más bajo y debería ir también
acompañado de la suspensión del pago de los alquileres comerciales y de
los suministros. La prohibición de despidos económicos durante la crisis
también es una medida necesaria, tanto en el sector público como en el
privado, como ya ha decidido Italia. Deben tomarse medidas para
garantizar el empleo prohibiendo los despidos, ERE y ERTE, en empresas
que sobrepasen un determinado umbral de facturación o que hayan tenido
beneficios en el año previo. Como ya ha aprobado la Unión Europea, hay
que dejar también sin efecto de inmediato el techo de gasto y
flexibilizar la regla de gasto a comunidades autónomas y ayuntamientos.
Asimismo, como no podemos permitir que nadie se aproveche de esta
situación, debemos evitar la especulación con bienes de primera
necesidad, sanitarios y de dinero en efectivo, y para ello se debe
bloquear el precio de productos de alimentación, los de primera
necesidad, así como los sanitarios y el transporte.
Somos conscientes de que todas estas medidas suponen un esfuerzo económico
y financiero enorme para las arcas públicas, por eso planteamos tomar ya
las medidas que durante demasiado tiempo no se han atrevido a tomar.
Proponemos que no se deje todo el peso en las espaldas de la mayoría
social, que es quien va a sostener finalmente todas esas medidas. Por
eso, planteamos una serie de medidas fiscales y que se aprueben una serie
de modificaciones urgentes, entre ellas un impuesto a la banca que haga
retornar como mínimo los 60 000 millones de rescate bancario que los
grandes bancos aún adeudan a las arcas públicas, así como un impuesto
especial también a la riqueza y a las grandes fortunas que afecte al 1 %
más rico del Estado. Téngase en cuenta que 52 000 personas en el Estado
español tienen entre 4,5 y 9 millones de euros de patrimonio, más de 890
000 personas tienen entre 1 millón y 4,5 millones de euros, y téngase en
cuenta también que solo 200 de las 600 mayores fortunas pagan el impuesto
sobre patrimonio. Es hora de que estas personas pongan una parte de su
riqueza al servicio de la ciudadanía,
de lo público. Como he dicho antes, no es momento de falsa caridad, sino
de aportación justa y efectiva, y me gustaría recordar que es posible
hacerlo, como ya se demostró en Gipuzkoa, territorio en el que se puso en
práctica este impuesto con acierto y buenos resultados. Todo esto en
colaboración y con el acuerdo de los territorios con capacidad fiscal
propia, como es el caso de nuestro país; subrayo, colaboración y acuerdo.
Creemos que son medidas de sentido común que buscan proteger a la gente y
permitir la recomposición económica de las familias y del tejido
productivo. Espero que ustedes las compartan también.
Termino. He dicho al inicio que no haría crítica directa alguna, pero sí
haré una a la derecha. Conténganse y piensen antes de hablar, porque la
responsabilidad de la situación extrema que vivimos la tiene el sistema
que ustedes tanto defienden, el sistema que está poniendo en riesgo la
vida de miles de personas. Ustedes son los mayores responsables de la
desastrosa situación de la sanidad pública. Son los responsables de los
mayores recortes, del saqueo de lo público. Por eso les digo que paren
sus críticas, por respeto a la ciudadanía, por respeto a todos los
trabajadores y trabajadoras de la sanidad pública, que se están dejando
la piel en condiciones inhumanas, por respeto a todos y todas las
trabajadoras que cada día se ven obligadas a ir a trabajar porque los
grandes empresarios se niegan a dejar de ganar dinero, aun a riesgo de
poner vidas en peligro. Ustedes no tienen legitimidad para hablar en
nombre de la sanidad pública que recortaron y privatizaron sin
escrúpulos. Salgan a la ventana o al balcón y escuchen el sonido
atronador de los aplausos a la sanidad pública cada día. Ahí tienen la
mejor respuesta a sus políticas y a sus críticas.
Señora ministra, señorías, la vida de la gente, su futuro, está en sus
manos, es su responsabilidad y también la nuestra protegerles y
asegurarles un futuro digno. Seamos todos y todas responsables y estemos
a la altura.
Gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Aizpurua. (Una señora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa).
Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), tiene la palabra el señor
Legarda Uriarte.
El señor LEGARDA URIARTE: Muchas gracias, presidenta.
Debatimos conjuntamente la convalidación de los tres decretos-leyes que
contienen preferentemente medidas de estabilización de lo social y en la
economía para hacer frente al impacto del COVID-19. Como describe la
exposición de motivos del Real Decreto-Ley 8/2020, la crisis sanitaria
elevada a pandemia internacional por la OMS se ha transmitido a la
economía y a la sociedad, en parte a través del refuerzo de las medidas
de contención de la pandemia, que han supuesto limitaciones a la libre
circulación y reducciones de la oferta laboral, produciendo una fractura
generalizada de la actividad económica y una acentuación de la
volatilidad de los mercados, perturbaciones económicas y sociales que
exigen adoptar por los poderes públicos medidas urgentes de
estabilización, a fin de paliar las fatales consecuencias en forma de
pérdida de empresas, de empleos y de desamparo de los más desfavorecidos
que, si no se adoptaran, se convertirían en estructurales. En definitiva,
se trata de dar soporte y protección al tejido productivo y social de
manera urgente, al modo como se está haciendo internacionalmente, puesto
que el patrón de incidencia de la crisis sanitaria en el tejido
productivo y social es común a nivel internacional. En este sentido,
consideramos justificada la adopción de la figura de decreto-ley. Es un
instrumento justificado desde el principio de necesidad para afrontar la
grave coyuntura que se atraviesa y que exige rápidas respuestas a las
cambiantes circunstancias de la coyuntura económica y social. El tsunami
que estamos viviendo y su velocidad lo percibimos a la vista del desplome
de muchas de las referencias que amojonan nuestra vida, desde el deporte
hasta los mercados, la actividad de servicios, la actividad económica, el
avance de la pandemia, el agobio de nuestro sistema sanitario, el cese en
la educación, 3434 fallecidos y 47 610 contagiados conocidos, y esto solo
en dieciséis días naturales en los que se han aprobado tres
decretos-leyes, cuya convalidación debatimos hoy, se han suspendido
elecciones, la OMS, como decía, ha declarado una pandemia internacional,
se han cerrado fronteras y se ha infectado la economía, produciendo su
disrupción, y vemos una crisis social sin precedentes cercanos a escala
internacional. Por esto consideramos, como decía, indubitada la
extraordinaria y urgente necesidad para adoptar medidas a través de
decretos-leyes.
Centrándonos ahora en el contenido de estos tres decretos-leyes cuya
convalidación debatimos, y sin necesidad de entrar en detalle en sus
medidas concretas, que algunas referiré en el siguiente punto del orden
del día, el Grupo Parlamentario Vasco los considera pasos en la buena
dirección, aunque lo más
probable es que tengan que irse adaptando según evolucione la situación
generada por el coronavirus. Como ya se ha señalado, los efectos que esta
pandemia va a producir en la economía y en lo social son inciertos e
indeterminados, pero se auguran importantes por el desplome, como decía,
de los mercados y la paralización de una parte importante de la actividad
productiva, que lleva aparejado el desempleo, que esperemos que sea
temporal, para numerosas personas trabajadoras. Por ello, se hace
necesaria una respuesta coordinada de todo el tejido institucional,
incluido el europeo, para mitigar las repercusiones negativas en la
economía y en las personas. Las medidas sanitarias, las medidas
económicas y las medidas sociales deben interactuar, deben dialogar entre
ellas de manera equilibrada y dinámica para, conteniendo la expansión de
la pandemia, intentar no caer en un coma económico, dando a su vez
cobertura a las personas y colectivos en situación más débil. Ahora, más
que en otros momentos, conviene recordar eso de que solo se va más rápido
pero juntos se llega más lejos, y sin dejar a nadie atrás.
En este sentido, las medidas contenidas en los decretos-leyes junto a las
que se implementan por todos los niveles institucionales, creemos que
caminan en la dirección de reforzar la protección de las personas
trabajadoras; evitar que las personas vean mermado su poder adquisitivo;
amortiguar las pérdidas de renta por falta de empleo; mantener el estado
de ralentí al tejido productivo, sin perjuicio del cumplimiento de las
medidas de seguridad y combatir esta crisis aguda sanitaria. Estas
medidas e iniciativas a buen seguro requerirán otras, para lo que será
necesario la ayuda de Europa a través de mecanismos, entre otros, como el
MEDE, programas de compra de activos, suspensión de las reglas fiscales y
el avance en la mutualización de los riesgos. Y es que la coordinación de
la respuesta a nivel europeo es ya una necesidad ineludible. En
definitiva, estos decretos-leyes contienen medidas en la buena dirección,
pero para que sean eficaces requerirán no solo de la rapidez en su
implementación -algunos de ellos tienen una vigencia muy limitada de un
mes-, sino también no perder de vista la imprescindible formulación de un
plan de recuperación económico a futuro con medidas, como decía, no solo
económicas sino también fiscales y sociales ante la perspectiva de que la
crisis se alargará en el tiempo.
Voy finalizando, presidenta, manifestando que apoyaremos la convalidación
de los decretos-leyes en la consideración, como decía, de que son pasos
en la buena dirección, sin perjuicio de las observaciones complementarias
que ya he anticipado que hemos presentado a los mismos a través de las
propuestas de resolución con ocasión del siguiente punto del orden del
día y que, aunque muchas de ellas no han sido admitidas por la Mesa, las
detallaré en el siguiente punto del orden del día.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Legarda. (Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa). Muchas gracias, Pilar.
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Muñoz
Vidal.
La señora MUÑOZ VIDAL: Gracias, presidenta.
Buenas tardes, ministra y vicepresidenta. Vivimos tiempos convulsos. Estos
días la sociedad española asiste conmocionada a una escalada de dolor y
preocupación por las cifras de compatriotas que pierden la vida por el
COVID-19, mientras miles y miles resultan cada día contagiados. Quiero
homenajear de nuevo, porque es lo menos que se merecen, a todas las
víctimas del COVID, y a sus familiares, en el primer debate sobre el plan
de choque contra la pandemia. Mi compromiso, el de Inés Arrimadas y el de
todo el Grupo Parlamentario Ciudadanos es estar a la altura de vuestros
sacrificios. Vamos a darlo todo en nuestro trabajo diario para cuidar la
salud de los españoles y proteger vuestro medio de vida.
Señorías, estamos sufriendo uno de los mayores golpes de nuestra historia
reciente y la amenaza sanitaria más grave del último siglo. Cada día nos
despertamos con cientos de fallecidos y miles de nuevos infectados por el
coronavirus. En momentos tan duros, cuando nuestro mundo tal y como lo
conocemos se tambalea y literalmente se para, las cosas que de verdad
importan adquieren un brillo especial. Y, por eso, precisamente hoy
quiero enviar a los españoles un mensaje de esperanza. Porque sé que lo
vamos a conseguir. Lo sé porque al igual que nosotros, todos los
ciudadanos están luchando en estos momentos por sus padres y sus abuelos,
por sus hijos y sus familias. Porque todos sabemos que lo estamos
haciendo por quienes nos rodean antes que por nosotros mismos.
Señorías, nuestros mayores son el gran tesoro de España; a ellos no hay
que insistirles para que se queden en casa ni hablarles de la necesidad
de tomar medidas drásticas, pues son la generación más resistente de la
historia; son fuente de inspiración y recogimiento a la hora de afrontar
momentos difíciles. Debemos avanzar por este duro camino que nos plantea
el coronavirus con la callada aceptación del
deber de nuestros mayores, pero también con la valentía de nuestros hijos.
La crisis del coronavirus está escribiendo una página más, extraordinaria
sí, pero no más que la crónica en su conjunto del pacto entre
generaciones que ha levantado este gran país en el que vivimos. Los
españoles del futuro nos examinarán por cómo nos comportamos ahora con
estos padres de la democracia que son nuestros padres y nuestros abuelos.
Estar a la altura de lo que se merecen no es una opción, sino un
imperativo moral. Nos estamos enfrentando a una situación que hace unos
meses nos hubiese parecido inimaginable. Estamos luchando uno a uno para
quedarnos en casa con la familia, inventando fórmulas a diario para
entretener a los más pequeños; para salir a trabajar al hospital o
patrullar las calles; para ayudar a ese vecino mayor que está solo.
Asimismo, estamos luchando también como sociedad para salir al balcón
puntualmente o para convencer a los nuestros de que se queden en casa.
Todos echamos de menos a los nuestros. Pero, a pesar de todo lo malo,
estamos viendo a una sociedad por la que vale la pena seguir aportando
nuestro granito de arena. Personas desconocidas que, de pronto, comparten
lazos de solidaridad, unión y afecto como consecuencia de una adversidad
imprevista como esta. Imaginemos por un momento el día de después. ¿Qué
no podremos conseguir los españoles unidos si derrotamos a este virus?
Cada día será un poquito más duro, lo sabemos, pero nuestra determinación
es acumulativa. Todos los comportamientos solidarios, todos los pasos
dados en la buena dirección, todo lo bueno que hemos conseguido juntos
nos servirá ahora de fuerza.
Ciudadanos es un partido de Estado; desde nuestra posición central hemos
intentado ser responsables desde el primer minuto. Nos hemos adelantado a
la hora de solicitar medidas contundentes y también en ser los primeros
en cerrar filas con el Gobierno de la nación, a pesar de que este
Gobierno no es un Gobierno de Ciudadanos. Inés Arrimadas dio públicamente
todo nuestro apoyo al Ejecutivo para que se pusiera en marcha de una vez
y acelerase y adoptase medidas contundentes a la mayor brevedad posible.
Tendimos la mano al Gobierno, desde este Parlamento, y arrimamos el
hombro desde las cuatro comunidades autónomas donde cogobernamos para
salvar vidas primero y salvar empleos después. Agradecemos al Gobierno
que aceptara el guante, escuchando primero y adoptando después medidas en
la línea de lo que nosotros hemos ido proponiendo. Primero decretando el
estado de alarma; segundo aprobando decretos económicos que han
incorporado buena parte de nuestras propuestas para congelar sin destruir
la economía. Lo celebramos porque quienes salen ganando -insisto- son los
españoles. Es evidente que se podría haber actuado antes, que la
incertidumbre ha destruido empleos, que el miedo a lo desconocido ha
bajado la persiana y echado la llave a muchos negocios. Peleamos contra
reloj y vamos tarde, pero estamos a tiempo.
Señorías, el Gobierno, como han podido ver los españoles desde el primer
día, está recibiendo de parte de Ciudadanos lealtad absoluta y un apoyo
sin reservas en esta crisis tan complicada, pero para que la colaboración
sea total y lo más efectiva posible en la lucha contra el COVID-19 es
necesario que el Ejecutivo esté a la altura de la lealtad que recibe y
cumpla sus funciones con máxima transparencia. Porque no es de recibo,
señores del Gobierno, aprovechar un decreto de medidas económicas contra
el coronavirus para colar una cláusula que mete al vicepresidente del
Gobierno en la Comisión del CNI. Nosotros estamos siendo responsables, y
precisamente por eso les pedimos que respondan con la misma
responsabilidad. ¿Qué emergencia nacional motiva que el señor Iglesias se
blinde en la comisión del CNI? Explíquenlo, porque ese uso partidista
solo ahonda en una brecha perjudicial entre Gobierno y oposición que en
Ciudadanos no creemos conveniente en un momento como este, porque
-insisto- tenemos una crisis muy grande por delante y es nuestra
obligación aportar soluciones.
Señorías, en estos momentos debemos tener en cuenta otro peligro: la
autocomplacencia. Estamos avanzando y hay unidad en esta Cámara, pero
queda mucho por hacer. En Ciudadanos estamos preparados y vamos a seguir
en la vanguardia proponiendo medidas; por eso, desde aquí, les pedimos un
plan de choque contra el coronavirus en residencias de mayores, más
protección para nuestros sanitarios, más equipamiento de UCI y más test
de diagnóstico, más coordinación entre el Gobierno central y las
comunidades autónomas para reforzar los controles de aislamiento y evitar
al máximo todos los desplazamientos y aglomeraciones innecesarias.
También les pedimos que autoricen a los ayuntamientos a emplear sus casi
5000 millones de superávit para que los puedan utilizar en asistencia
sanitaria. Miren, salvar vidas debe ser nuestra prioridad, pero además
debemos salvar empleos.
Señorías, desde el primer momento en Ciudadanos planteamos una triple
garantía económica: la salarial, la de liquidez y la fiscal, para que las
familias, los trabajadores, las empresas y los autónomos pueden afrontar
este duro golpe con certidumbre y confianza. Estoy pensando en quien en
estos días ven su jornada reducida o se ven abocados a un ERTE, o en los
autónomos que no saben si finalmente van a
poder acogerse o no a las medidas de este real decreto-ley. Os escuchamos,
os comprendemos y trabajamos cada día para daros una solución
personalizada a cada uno de vosotros.
Una de las premisas que planteábamos era la garantía de que los
trabajadores no perderían su salario, aunque su jornada se viera
reducida. Teníamos claro que no podíamos dejar a los trabajadores a su
suerte mientras se tomaban las medidas necesarias para luchar contra el
virus. También éramos conscientes de que no podíamos dejar que este coste
recayera exclusivamente en las empresas; sería completamente inviable,
además de injusto, que hiciesen frente a los mismos costes laborales sin
ninguna ayuda mientras sus pedidos se cancelan y sus ingresos caen en
picado. Teniendo todo ello presente, Ciudadanos presentó al Gobierno una
serie de medidas destinadas a facilitar que las empresas pudieran
extremar el distanciamiento social, proteger a los trabajadores y paliar
el impacto económico del virus sobre el empleo; que empresas y
trabajadores tuvieran a su alcance mecanismos para adaptar el horario o
la jornada de trabajo, establecer o reasignar turnos escalonados para
cubrir el trabajo a distancia; que las empresas pudiesen acudir de forma
sencilla a los expedientes de regulación temporal de empleo para reducir
jornada o suspender el contrato de los trabajadores con carácter
temporal, permitiendo así mantener el empleo y evitar el recurso a los
despidos; que a los trabajadores afectados por un ERTE no se les exigiese
período de carencia para cobrar el paro ni a las empresas afrontar las
cotizaciones sociales.
Señores del Gobierno, les agradecemos que hayan escuchado algunas de estas
propuestas y hayan incorporado muchas de estas medidas en su plan
económico contra el coronavirus. Estamos dando pasos en la buena
dirección, pero tengo que decirles que no lo estamos haciendo bien con
los autónomos, y discrepo en esto con usted, señora ministra. Mire,
estamos a día 25 y, en menos de una semana, se les va a pasar a todos los
autónomos la cuota de marzo. Hoy en día, los autónomos no saben si van a
poder acogerse o no a las ayudas ni en qué condiciones; hay profesionales
que son un orgullo para este país y que no saben qué va a ser de sus
negocios, que miran al futuro con incertidumbre. No podemos decirles a
los autónomos que vayan a pedir un crédito a un banco, que se endeuden
para pagar la cuota y los impuestos. Esta es otra paradoja más de su plan
de choque; por el contrario, tenemos que permitirles paralizar la cuota,
las cotizaciones sociales y los impuestos hasta que pase esta crisis, y
ponerles facilidades desde el Gobierno; no meterlos con más papeleos con
las gestorías que ya están de por sí hasta arriba.
Señores del Gobierno, los autónomos siempre arriman el hombro, crean
riqueza y empleo y son uno de los colectivos más vulnerables de esta
crisis. Es nuestra obligación ayudarles. Por eso, en Ciudadanos hacemos
nuestras las propuestas de las asociaciones de autónomos para que se
congelen las cuotas y las cotizaciones, para que los autónomos que tienen
que cuidar a un menor o a una persona mayor por el cierre de colegios o
centros de mayores no paguen cuotas y también puedan disfrutar de estas
ayudas, para que la Seguridad Social se haga cargo de las cuotas desde el
primer día de baja y no a partir de los dos meses como sucede ahora; que
aquellos que retomen su actividad tras el coronavirus disfruten de una
tarifa plana que cambie su cuota de autónomos por una de 60 euros al mes
durante el primer año. De esta crisis tenemos que salir todos juntos. No
podemos abandonar a nadie a su suerte. Tenemos una obligación moral con
nuestros autónomos. Estamos a tiempo de rectificarlo y de cambiarlo.
Ciudadanos es el partido de los autónomos y seguiremos trabajando para
que tengan el apoyo y la ayuda que se merecen.
Una vez que hayamos garantizado los salarios de los trabajadores y que
estemos apostando fuerte por nuestros autónomos, debemos centrarnos en la
garantía de la liquidez. Es muy sencillo: que ninguna empresa solvente
vea en peligro su viabilidad por un problema puntual de crédito -y aquí
entran en juego los 100 000 millones de euros en avales-; sin embargo, en
el real decreto no se detalla la articulación de esta medida. Desde aquí
le pedimos al Gobierno que concrete, en el menor tiempo posible, los
mecanismos para poner los avales a disposición de las empresas. Y,
abundando en nuestra línea propositiva, les pedimos que sean las propias
entidades financieras quienes ofrezcan las líneas de crédito, que el
dinero llegue a la empresa en un plazo de dos a cinco días, que el
periodo de pago no sea inferior a dos años, a no ser que el cliente lo
pida; que los tipos de interés sean los correspondientes a los créditos
de mayor solvencia; y, por último, pedimos que los créditos ICO puedan
cubrir las necesidades a corto plazo de liquidez de las empresas,
flexibilizando las condiciones y los requisitos de riesgo y temporales
con que se conceden actualmente.
Desde Ciudadanos hemos solicitado con insistencia también una moratoria
fiscal para que ninguna empresa o autónomo afectado por esta crisis tenga
que desembolsar durante este tiempo el impuesto sobre la renta de las
personas físicas, el IVA o el impuesto de sociedades. Las medidas
recogidas en el
segundo decreto van en la buena dirección, señora ministra, aunque se
quedan cortas. Creemos que la moratoria fiscal debería haber ido más
lejos, tanto desde el punto de vista de los contribuyentes que pueden
beneficiarse como, desde el punto de vista, de la cuantía de las deudas
tributarias. En Ciudadanos abogamos por extender la moratoria fiscal a
todas las empresas, independientemente de su tamaño, y por extender la
moratoria también a las cuotas de la Seguridad Social.
Por último, creemos que el Ministerio de Hacienda debería aplazar la
presentación e ingreso del impuesto sobre la renta de 2019, cuya campaña
comienza en apenas dos semanas. Es de justicia que los contribuyentes,
que ya se han visto suficientemente perjudicados por esta crisis, tengan
la oportunidad de aplazar la declaración de la renta si les sale a pagar.
Además, nos preocupa el rumbo fiscal de este Gobierno. Necesitamos un
compromiso de que tras la crisis del coronavirus no se van a subir los
impuestos a las familias, a los trabajadores, a las pequeñas y medianas
empresas o a los autónomos. Ciudadanos ofreció hace semanas su apoyo para
la tramitación urgente de unos presupuestos de emergencia nacional
pensados, diseñados y calculados para hacer frente a esta crisis.
-Exactamente lo contrario de lo que se ha planteado hasta ahora-.
Necesitamos políticas de apoyo a las familias y a los autónomos y que
sirvan para sostener a las empresas y no para destruir empleo. Para ello
necesitamos unos presupuestos de emergencia nacional, serios, rigurosos y
que sepan cuadrar las cuentas. Piensen en quién quieren tener a su lado
cuando llegue el momento de pagar las deudas. Nuestro grupo les tiende la
mano en un momento de responsabilidad por el bien de todos los españoles.
Señorías, esta es una prueba de resistencia de nuestra ciudadanía. Como
siempre, los españoles vamos a estar a la altura y vamos a dar ejemplo.
Cuando hablamos de nosotros, el optimismo es realismo con pruebas, porque
no hay nada más que mirar atrás para saber que saldremos adelante, como
ya hemos hecho, como hacemos siempre que nos damos la mano. Saldremos
adelante como siempre hemos hecho cuando nos hemos dado la mano. No hace
tanto, superamos dos guerras mundiales y fuimos capaces de poner en pie
la Unión Europea; superamos una guerra civil y cuarenta años de
dictadura; supimos construir una democracia ejemplar que ha traído el
periodo de mayor paz, libertad y prosperidad de nuestra historia.
Señorías, somos un gran país. Saquemos de esta crisis esa conclusión e
intentemos recordarlo cada vez que volvamos a esta tribuna. Rindamos a
los españoles el mejor homenaje que podemos rendirles; seamos el eco de
su unión, arrimemos el hombro.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Muñoz.
Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra, en primer lugar, el
señor Rego Candamil. (Una trabajadora del servicio de limpieza procede a
desinfectar la tribuna de oradores).
El señor REGO CANDAMIL: Gracias, señora presidenta.
Avanzábamos la semana pasada que considerábamos las medidas sociales y
económicas adoptadas para atajar las consecuencias de los coronavirus
claramente insuficientes, por lo menos en cuanto a la protección de los
sectores más desfavorecidos de los trabajadores y trabajadoras y de los
autónomos, insuficientes cuando no injustas, porque claramente injustos
para Galiza son los criterios de reparto del Fondo Social Extraordinario.
El nuestro es un país con una población envejecida y hábitat disperso que
encarece los servicios y por ello, aun cuando el objetivo prioritario en
este momento debe ser proteger uno de los sectores más vulnerables, el de
los mayores, este criterio solo pondera el 2,3 frente al 90 % de la
población. E igualmente perjudicial para Galiza es ese 1,3 % que pondera
la dispersión. El desequilibrio entre los criterios es tal que al final
no van a recibir más fondos quienes más los necesitan. Lamentablemente,
llueve sobre mojado porque este es un problema que Galiza arrastra
históricamente en todos los procesos de financiación que dependen del
Estado. Injusta es también la opción del Gobierno para agilizar los ERTE.
En este momento son ya casi 18 000 los ERTE solicitados en Galiza y más
de 95 000 los trabajadores y trabajadoras gallegas afectados, todo ellos,
todas ellas, abocados a pérdida de salario porque ni siquiera se previó
completarlo con ayudas públicas y merma de extras y vacaciones.
El BNG defendía y defiende que había que optar por garantizar el
mantenimiento del empleo, de los derechos laborales y de los salarios,
como hicieron, por cierto, países de nuestro entorno al prohibir los
despidos por razones económicas durante el periodo de emergencia
sanitaria y apoyando económicamente a las pequeñas y medianas empresas
para mantener los salarios. Defendimos y defendemos apoyar económicamente
de forma más decidida a los autónomos, que tuvieron que cesar su
actividad, como están haciendo otros países. También suspender el pago de
alquileres, tanto de particulares como de negocios obligados a cerrar, y
apoyo económico para hacerles frente, así como los costes de servicios
básicos: agua, gas o electricidad. Defendimos y defendemos condonar el
pago de las hipotecas por lo menos durante cuatro meses para todas las
personas afectadas por la pérdida de empleo y de ingresos. Y debe
hacerse, además, porque es de justicia, con cargo al rescate bancario, a
los más de 60 000 millones de euros no recuperados que pagamos todos
nosotros. Es hora de que esos recursos públicos reviertan en beneficio
público, que paguen los bancos y que paguen también los Borbones, claro
que sí.
En nuestra opinión, es urgente y necesario, porque la Administración
pública debe dar ejemplo, actuar para que las empresas que prestan
servicios externalizados paralizados mantengan todo el personal y
percibir lo equivalente a los costes salariales, así como retirar la tasa
de reposición de efectivos para reforzar los servicios públicos.
Reclamamos igualmente que se extiendan las medidas de protección a
sectores específicos, como el de las empleadas del hogar, y la cobertura
de desempleo en las mismas condiciones para las personas con contratos
temporales o de las ETT que ya fueron despedidas desde el inicio de la
crisis, así como una aplicación adecuada a sectores como el de la pesca y
el marisqueo, tan importante en Galiza y que está sufriendo una caída
brutal de precios y por tanto de ingresos.
Entendemos que en este contexto es necesario derogar la normativa de
estabilidad financiera, así como la reforma constitucional de 2011 que la
sustenta, y modificar la legislación estatal de estabilidad
presupuestaria, ya que limita enormemente la capacidad inversora y de
mejora de los servicios públicos de la Administración gallega y de los
concellos. Lo que de verdad no entendemos es que en este contexto ni
siquiera hayan accedido a revisar los plazos de las declaraciones
trimestrales del IVA que finalizan el 20 de abril o del IRPF -ni siquiera
por razones sanitarias para evitar el riesgo de contagio en gestorías y
entidades financieras- o a que los autónomos, en su mayoría confinados en
sus casas, reciban en su banco la cuota de marzo. No es justo y es triste
pensar que el coronavirus no dé tregua y parece que Hacienda tampoco.
En definitiva -y finalizo-, creemos que era y es necesario adoptar medidas
más ambiciosas y decididas para garantizar que esta crisis no la pagamos
una vez más los mismos, los trabajadores y las trabajadoras; que, frente
a la caída de ingresos en negocios y familias, era y es necesario un
auténtico plan de choque que proteja a los más vulnerables en esta
situación de emergencia y siente las bases de la recuperación futura. Por
eso, aunque teniendo en cuenta el contexto difícil en que estamos vamos a
facilitar que este decreto se convalide, no vamos a votarlo
favorablemente.
Obrigado.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rego. (Una empleada del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa). Muchas gracias, Pilar.
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra señor Errejón Galván.
El señor ERREJÓN GALVÁN: Muchas gracias, señora presidenta.
Señorías, señora vicepresidenta, me van a permitir que antes de comenzar
salude a todos los vecinos de España y, en primer lugar, a los míos. En
mi calle dentro de cinco minutos van a aplaudir. No he faltado ningún día
en el balcón para aplaudir. Hoy habrá mucha gente que salga y lo hará en
una semana muy dura, en una semana difícil, en una semana en la que
estamos asumiendo datos que van a ser muy duros. Quiero recordarles a mis
vecinos y a todos los vecinos de España que los momentos más difíciles
son los que a menudo templan a un pueblo, que los malos días van a pasar
y que vamos a salir de esta.
Se cuenta una anécdota de una antropóloga feminista norteamericana,
Margaret Mead, a la que un día una estudiante le preguntó cuál era el
primer signo de civilización en una sociedad, que cómo se podía saber
cuál era el primer signo de civilización. Los estudiantes hacían
quinielas sobre si era el arado, un anzuelo, una piedra para afilar o el
descubrimiento del fuego. La profesora respondió diciendo que el primer
signo de civilización que ella podía datar en una sociedad era un hueso
de fémur que se había fracturado y que después había cicatrizado, porque
era imposible que un fémur hubiera curado si no era con la ayuda de
alguien. En comunidades sin civilización un fémur que se rompe supone que
uno no puede buscar agua, conseguir comida o huir de los depredadores. El
primer fémur cicatrizado indicaba que, por primera vez, en la humanidad
no éramos desconocidos los unos para los otros, sino que teníamos
instituciones de solidaridad que cuidaban también de los que habían
tenido mala suerte o de los más débiles. Ese es exactamente el desafío
que tenemos por delante hoy. Hoy no tenemos la elección de salvarnos de
esta situación individual o colectivamente; incluso por egoísmo
individual, la única salida racional es la salida en común. Es imposible
salir de esta si no es con un Estado fuerte, si no es con una comunidad
fuerte, si no es retrocediendo en algunos de los errores que cometimos en
los años de la anterior crisis, enmendándolos y saliendo hacia delante
con medidas que aseguren que nos cuidamos.
Yo sé que hay mucha gente a la que no le gusta que se utilicen metáforas
bélicas. -Es verdad que no estamos librando una guerra de violencia o de
balas; no se trata de matar a más gente, sino de salvar vidas-, pero sí
que es verdad que estamos librando un esfuerzo sostenido. No es una
catástrofe natural que pase en un día, es un esfuerzo sostenido. Es un
esfuerzo del que solo podremos salir si conseguimos aunar todas las manos
por encima de cualquier interés particular, y es un esfuerzo que al día
siguiente nos va a conminar a la reconstrucción de todo lo que haya sido
destruido. Es ya un consenso que esto hay que hacerlo whatever it takes,
que esto hay que hacerlo cueste lo que cueste. Tanto en el frente
sanitario para salvar vidas como en el frente económico para proteger a
las familias y las empresas y para garantizar que después de la crisis
sanitaria no tengamos esperando una segunda crisis hay que hacer todo lo
que esté en nuestras manos. Los números de la crisis sanitaria -ya se han
dicho: cerca de 3500 fallecidos y cerca de 50 000 contagiados- nos
asustan y nos indican que hay que hacer mucho más. Los números del
impacto económico ya apuntan que van a ser devastadores: 2,5 puntos del
PIB perdidos en la zona euro, hasta un 12 % de reducción del producto
interior bruto en España este trimestre y cerca de 100 000 empleos
perdidos cada día en la primera semana de confinamiento.
Me hubiera gustado que la Unión Europea lo entendiera, me hubiera gustado
que la Unión Europea hubiera puesto más de su parte para paliar esta
situación y para crear un plan ambicioso que nos permitiera hacer frente
a esta crisis, básicamente porque si necesitamos a la Unión Europea, es
exclusivamente para esto. Creamos la Unión Europea para momentos como
este; ojalá la Unión Europea se diera cuenta, pero si no se da cuenta el
Gobierno español tendrá que tomar la decisión de anticiparse y de ir más
lejos, tanto en el frente sanitario, parando toda la producción que no
sea inmediatamente imprescindible para el sostenimiento del país -hoy han
fallecido dos trabajadores de la Empresa Municipal de Transportes de
autobuses de Madrid porque no tienen la protección suficiente, hay que
pararlo y garantizar que quien trabaja, lo haga plenamente protegido-,
como en el frente económico.
Hace una semana en un Pleno como este, pero con un poco menos de gente
utilicé la metáfora de que necesitábamos poner en marcha un Plan Marshall
para hablar de una metáfora: tenemos que reconstruir lo que se va a
destruir durante estos meses de confinamiento, durante estos días tan
duros en términos sociales y en términos económicos. En ese momento
parecía una cosa estrafalaria, incluso hubo quien lo calificó de una
excentricidad y un radicalismo, y hoy está en boca de todos. Esa es una
buena noticia, pero no basta con que esté en boca de todos, hay que
aplicarlo; el Plan Marshall supuso la movilización cada año de en torno
al 5 % y el 6 % del producto interior bruto para la reconstrucción de las
economías en Europa. El proyecto que el Gobierno trae implica la
movilización de un 1,4 % del producto interior bruto. Está bien que
mencionemos el Plan Marshall, pero hay que multiplicar por cinco para
estar a la altura. Hoy mismo el Banco de España pública los datos sobre
el impacto de las medidas fiscales en relación con el producto interior
bruto: Alemania moviliza un 3,5 %, Corea del Sur un 2,9 %, España un 1,4
%. Hay que multiplicar por cinco además porque ahora sí que no hay otra
alternativa.
Asistimos a un fenómeno curioso por el que el neoliberalismo, antaño una
ideología triunfante, hoy se retira y simplemente, no comparece. Hoy
nadie oye hablar de que haya que recortar más en sanidad o en
residencias; nadie nos dice eso de que lo privado es más eficaz; nadie
oye hablar de que hay que liberalizar más mercados. La mano invisible del
mercado ni está ni se la espera, ni sus más firmes defensores dicen hoy
nada de ella. Hoy parece que simplemente no están y no comparecen.
Decía Carl Schmitt que la norma no explica nada, que es la excepción la
que lo explica todo. Pues bien, resulta que en momentos de excepción ¿a
qué acudimos? En momentos de excepción necesitamos un Estado más fuerte,
necesitamos más servicios públicos, necesitamos una comunidad más fuerte,
necesitamos instituciones que nos cuiden y necesitamos embridar al
mercado poniendo un fin por encima de la especulación, el fin de
garantizar la vida y de proteger a la sociedad. Con este consenso, con el
aprendizaje empírico de que las medidas de 2008 no bastaron -de hecho,
fueron contraproducentes, fueron más bien un 'coge el dinero y corre'
para rescatar a algunos que hoy se lavan las manos y no nos quieren
rescatar al resto-, con un consenso en la sociedad, con un consenso entre
los expertos, con muchos recursos -permítanme que diga que cuando estamos
unidos y tenemos claro algo, es claro que hay recursos, es evidente que
hay recursos; nunca como hasta hoy ha sido tan evidente inmediatamente,
desnudamente política la economía, que cuando necesitamos recursos esos
recursos existen-, con todas estas condiciones, lo que hace falta es
determinación -lo dije en esta misma tribuna-, al menos como en Italia o
Francia. Por todas partes, en todos los lugares donde la crisis está
golpeando, vemos a los más furibundos fanáticos del mercado correr a
abrazar medidas de carácter y de orientación socialista. Sería una
ironía, y estarán ustedes de acuerdo conmigo, que un Gobierno encabezado
por el Partido
Socialista, cuando los neoliberales corren a pedir medidas socialistas,
llegara tarde, semanas después, pudiendo haber paliado mucho sufrimiento.
¿Por qué digo que las medidas son insuficientes? En primer lugar porque
hay que pararlo todo, y para que todo el mundo pueda parar todo el mundo
tiene que poder parar con la tranquilidad de que mientras los españoles
se recluyen el Estado cuida de ellos. Y, en segundo lugar, porque para
que el paisaje que nos encontremos después no sea de devastación, hace
falta una política más ambiciosa, no para que me guste a mí, no para que
le guste a Más País o a Equo, sino para que nos estemos aquí la semana
que viene discutiendo de lo evidente, porque nosotros podremos perder una
semana pero las familias a veces no pueden perder una semana, los
autónomos no pueden perder una semana, quienes han sido despedidos de su
trabajo no pueden esperar una semana, y para que nos anticipemos y no
vayamos por detrás de la crisis. Vamos muy tarde en tema de alquileres.
Es necesario cancelar los alquileres de quienes estén pagando a fondos
buitre, a multipropietarios o a bancos. Vamos demasiado tarde. Vamos
tarde en los despidos; está bien recomendar a las empresas que no
despidan, pero hay que prohibir que se despida. Hay que garantizar que
nadie se queda sin ningún ingreso, y eso se hace con ingreso básico de
emergencia...
La señora PRESIDENTA: Señor Errejón, discúlpeme. Son las ocho y, como
representantes de los ciudadanos, creo que haríamos bien en unirnos a
todos y todas las que están en los balcones y en las ventanas.
(Prolongados aplausos, con la Cámara puesta en pie). Gracias.
Puede usted continuar.
El señor ERREJÓN GALVÁN: Decía que son imprescindibles medidas de
protección a los autónomos, incluso si no han sufrido pérdidas por encima
del 75 %, de suspensión de sus cuotas, de sus cotizaciones, de sus
alquileres, y que es fundamental que aprendamos de esto y que apliquemos
un 135 al revés, un suelo mínimo de ingresos para la sanidad pública, que
ya está suficientemente golpeada. Estamos a la cola de Europa; después de
muchos recortes estamos a la cola en camas, estamos a la cola en plazas
disponibles en las UCI y estamos a la cola en gasto por habitante.
Alemania invierte prácticamente el doble que nosotros. Y cuando uno habla
de que hay que movilizar mucho ingreso público, tiene que ser honesto y
tiene que decir de dónde va a salir, porque si no se dice de dónde va a
salir es posible que después eso se convierta en recortes a las espaldas
de las familias trabajadoras.
Toda España entiende hoy en día que hay que arrimar el hombro, que es un
momento de arrimar el hombro. Ahora hay un debate que se ha abierto, en
mi opinión un tanto ficticio, sobre la filantropía de los
multimillonarios y se hacen públicas las listas de cuánto donan los
multimillonarios. A mí me parece bien que quien quiera, sobre todo si
tiene muchísimo margen, done lo que le parezca bien. En un país serio,
eso se hace a través del Estado del bienestar para que podamos calcular.
Y no hay que inventar cosas muy raras. En realidad, hay algunos que
quieren volver a la limosna y a la Edad Media, pero no hay que inventar
cosas muy raras. Les propongo un sistema muy sencillo para que los
millonarios puedan ayudar a salvar vidas, que donen regularmente en
función de lo que tienen, lo donan por anticipado y, así, en lugar de
tener que abrir pabellones deprisa y corriendo podemos inaugurar
hospitales. No acabo de descubrir la luna, se llaman simplemente
impuestos y hace falta que en este país los más ricos empiecen a
pagarlos.
Desde Más País y Equo vamos a apoyar estas medidas; nos parecen
insuficientes, pero un paso es mejor que ninguno, y nos parece que hacen
falta más pasos. Nos parece que nuestro voto a favor tiene que ser un
voto que sea una invitación a avanzar más, a remar juntos y también a no
perder más tiempo, porque en este caso el tiempo es oro y cada semana es
clave.
Creemos que el Gobierno tiene que decidir una cosa fundamentalmente: si
gestiona una crisis o gestiona dos. Y para no gestionar dos, no hay que
cometer los errores de 2008, hay que adelantarse y hay que garantizar que
mientras la gente está confinada a la incertidumbre del confinamiento no
se le sume la ansiedad de no saber si va a poder pagar las facturas, de
si va a tener un empleo que le espere cuando salga de esta situación. El
pueblo español, en nuestra opinión, está dando una magnífica lección de
estar a la altura de la situación; toca que el Gobierno español esté a la
altura de su pueblo.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Errejón. (Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Republicano tiene la palabra el señor Rufián
Romero.
El señor RUFIÁN ROMERO: Muchas gracias, presidenta.
Señorías, vicepresidenta tercera, lo dijimos el pasado miércoles y lo
repetimos hoy también: partamos de una base y grabémosla a fuego: la
crisis sanitaria, esta crisis sanitaria, pasará, pero la crisis económica
prevalecerá. Y creo que tenemos que empezar a decirle a la gente -forma
parte de nuestra obligación decirle a la gente incluso aquellas cosas que
no quieren escuchar- que dado el abismo, el precipicio económico al cual
nos enfrentamos, si no lo paliamos desde ya, si no ahondamos desde ya, si
no ampliamos desde ya las medidas que anuncian estos reales decretos, lo
que supuso Lehman Brothers, el paro, la desigualdad, la miseria que
supuso todo aquello, la crisis-estafa del año 2008, quedará en un juego
de niños. Y, repito, hay que empezar a decírselo a la gente y sobre todo
comenzar a encontrar soluciones. Todo ha cambiado; en lo venidero, todas
nuestras discrepancias, miserias políticas partidistas, quedarán a un
lado, ya no importarán. Con muchísimo respeto a las luchas partidistas y
a las luchas políticas de cada cual, una prevalecerá por encima de todas:
la mejor política será aquella que mejor dé respuestas a la miseria que
vendrá después de todo esto. Y no bastará -no basta- con cuatro o cinco
señores con veinte medallas en el pecho cada mañana haciendo
patrioterismo barato, y sobre todo no bastarán solo -y son de agradecer-
los aplausos a las ocho de la tarde en los balcones o el que acabamos de
dar hoy aquí. Esta gente a la que acabamos de aplaudir, los profesionales
sanitarios, no solo necesitan aplausos, necesitan medios. Y no deberían
ser héroes, deberían ser profesionales con medios, ni más ni menos.
Así, desde Esquerra Republicana proponemos todo un paquete de medidas de
choque en el ámbito de la lucha contra el virus y en el ámbito sobre todo
de la lucha contra las repercusiones económicas y sociales que de esta se
derivarán; todas ellas o no están contempladas aún por el Gobierno o
vienen a ampliar las medidas que hoy aquí se presentan.
Uno, suspensión urgente del pago del alquiler para los colectivos más
afectados por esta crisis; suspensión del pago del alquiler, sobre todo
aquellos que están siendo pagados a bancos y a fondos buitre, así como
compensaciones a los pequeños arrendadores. El 75 % de los desahucios en
este país son de arrendatarios. No le den la espalda a la realidad.
Dos, suspensión desde ya del pago de servicios básicos como luz, agua y
gas. No es suficiente anunciar la prohibición de cortar dichos
suministros a los colectivos más vulnerables. La mitad de estas facturas,
independientemente del consumo o de la producción, son gastos fijos y ya
existe toda una avalancha de solicitudes para suspender dichos pagos.
Demos respuesta.
Tres, prohibición de los despidos. No basta con recomendar no despedir.
Seis de cada cien trabajadores catalanes, por ejemplo, ya están en paro
por un ERTE, más de 200 000, y esto solo acaba de empezar. No basta con
agilizar el cobro de la prestación por desempleo y garantizar que no
afecta al cobro de la prestación futura. Creemos que, como ya han hecho
otros países de nuestro entorno, cabe dar seguridad y estabilidad
emocional y social a los trabajadores y trabajadoras de este país. En
definitiva, que tengan la seguridad de que pase lo que pase no van a
perder su empleo.
Cuatro, moratoria general y directa de los pagos de las cotizaciones de la
Seguridad Social de la cuota de autónomos así como del aplazamiento del
plazo del pago de impuestos propios, tales como el IVA; desahoguemos a la
pequeña y a la mediana empresa o nos quedaremos simplemente sin ella.
Cinco, una renta de confinamiento -repito, una renta de confinamiento-,
una renta garantizada de ciudadanía desde ya para las personas en
situación de vulnerabilidad durante este confinamiento. En Reino Unido,
gente poco sospechosa de ser comunista, ya está encima de la mesa
previniendo el cambio de paradigma económico que se avecina. Pues bien,
nosotros hoy aquí proponemos una renta inmediata durante el confinamiento
para los colectivos más vulnerables con el objetivo de que se amplíe al
día de mañana, al día después, de forma universal. La izquierda lleva
demasiado tiempo esperando el día para poder implementar esto. Pues bien,
ese día ha llegado. Si dejamos caer a las familias, no habrá país que
levantar; si dejamos caer a la gente, no habrá bandera que levantar. En
Cataluña, nuestra compañera la consellera Dolors Bassa, hoy injustamente
encarcelada, ya puso en marcha algo similar, y desde aquí, por cierto,
les envío un abrazo y un beso a todos nuestros compañeros y compañeras
injustamente encarcelados.
Seis, un impuesto solidario de confinamiento, un impuesto extraordinario,
solidario y temporal sobre todas aquellas compañías digitales e
intermediarias de distribución y reparto que están viendo aumentar estos
días su volumen de negocio de manera exponencial. Hablamos, por ejemplo,
de un impuesto delimitado en el tiempo -repito, lo que dure el
confinamiento- a plataformas digitales de reparto, tales como Glovo, que,
repito, duraría lo que dure el confinamiento.
Siete, un impuesto solidario, extraordinario y permanente para las grandes
fortunas. Como ha comentado antes Íñigo Errejón, si les suena mal esto
del impuesto a las grandes fortunas, llámenlo donación obligada, que
quizás les suene mejor, pero pongan un impuesto a las grandes fortunas
durante este tiempo. Ya durante la crisis-estafa del año 2008 se debatió.
Recuerdo que gente como Warren Buffett o Bill Gates lo propusieron. Aquí
tenemos gente inmensamente rica también que podría ayudar. Simplemente se
trata de que quienes más tienen ayuden a quienes menos tienen ahora mismo
más que nunca.
Ocho, utilizar aún más el superávit de los ayuntamientos. Solo en 2008 los
ayuntamientos declararon más de 6000 millones de euros de superávit en
total -6000 millones de euros-, y en estos reales decretos solo se
contempla que puedan destinar a paliar esta crisis 300. Insuficiente; nos
parece insuficiente. Hablamos de un dinero que es de la ciudadanía y que
simplemente por miedo político o por rigidez fiscal está en un banco y no
en programas de ayudas sociales a nivel local. Fortalezcamos la primera y
mejor política del mundo; fortalezcamos la política que realmente quiere
y puede cambiar la vida de la gente; fortalezcamos la primera puerta a la
que la ciudadanía se dirigirá; fortalezcamos, en definitiva, el
municipalismo. Cambiemos y flexibilicemos ya la Ley de Estabilidad
Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera para muscular a la
Administración ante lo que viene. Así, al menos, lo solicitará Esquerra
Republicana esta misma semana.
Nueve, dinero contante y sonante. De los 200 000 millones de euros de
inversión económica y social contra los efectos del coronavirus que
ustedes anunciaron el otro día, 117 000 son públicos, 83 000 son privados
y solo -repito, solo- 17 000 están dirigidos única e íntegramente a
colectivos vulnerables. Estamos hablando del 8,5 % del total, de 200 000,
el resto son avales, moratorias o recursos privados. Señorías, dejemos de
hacernos trampas en el solitario. Es absolutamente imprescindible una
inyección urgente y directa de recursos para la economía y para la gente.
Si esperábamos el día para hablar sin un sentido retórico de un Plan
Marshall, ese día también ha llegado.
Diez, una prestación económica extraordinaria para compensar a quienes
tienen hoy a su cargo en casa a familiares afectados por el cierre de
centros educativos o de la tercera edad y que, por lo tanto, no pueden
trabajar. No basta con exonerar a sus empresas de las cuotas de la
Seguridad Social y obligarlas a aceptar su ausencia, sino que también hay
que remunerar, que ayudar más que nunca a esa gente para su conciliación
familiar.
Once, ampliar las ayudas a los autónomos. Hay tres millones de autónomos
en este país, medio millón solo en Cataluña, y ninguna -repito, ninguna-
de las ayudas contempladas por el Gobierno para intentar paliar la
reducción o cese de su actividad durante todo este tiempo debería, tal y
como están contempladas algunas de ellas, ser por debajo del salario
mínimo interprofesional y nosotros abogamos por que al menos estas ayudas
estén por encima.
Doce, poner desde ya al servicio de la fabricación de material sanitario a
toda la industria esencial disponible; toda la industria esencial
disponible al servicio de la fabricación de material sanitario y así
evitar que el Estado tenga que acudir en exclusiva a un mercado
actualmente hiperespeculativo e inflacionario, como es el de la venta de
material sanitario.
Trece, flexibilizar la limitación de portabilidad en los casos que no sea
presencial, dicha limitación nos parece proteccionista para con las
compañías grandes y punitiva para con las pequeñas, tal y como denunciaba
esta misma semana la empresa catalana de telecomunicaciones Parlem
Telecom. (La señora vicepresidenta Elizo Serrano ocupa la Presidencia).
Catorce, poner hostales y hoteles al servicio de quienes no tienen casa.
Llevamos semanas pidiendo a la gente que se confine en su casa, olvidando
que hay gente que no tiene casa en la que confinarse. En este sentido, la
Generalitat ya ha empezado a tomar medidas en coordinación con otras
entidades para paliarlo.
Todas estas medidas tienen dos objetivos tan simples como claros. El
primero, dotar de más liquidez a los autónomos y pymes para sustentar el
tejido productivo durante este parón. Y, dos, que ningún trabajador
pierda su puesto de trabajo, que nadie se quede atrás. Demasiada gente en
demasiadas crisis ha sido abandonada, que esta no sea una más. Lo dijimos
el otro día y lo volvemos a repetir hoy: hace doce años no se dudó ni un
minuto en rescatar la banca por valor de 60 000 millones de euros; ahora
pedimos que tampoco se dude ni un minuto en rescatar a la gente,
señorías. Nuestro deber no es solo proteger a la gente de un contagio o
de un virus, nuestro deber es también proteger a la gente de un
desahucio, de un despido o de la miseria. No lo olvidemos.
La señora VICEPRESIDENTA (Elizo Serrano): Muchas gracias, señor Rufián.
(Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la
tribuna de oradores.-Pausa). Muchas gracias, Pilar.
Por el Grupo Parlamentario de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en
Común, tiene la palabra el señor Guijarro García.
El señor GUIJARRO GARCÍA: Buenas tardes a todos y a todas. Gracias, señora
presidenta.
Querría comenzar por sumarme a la solidaridad que ya se ha demostrado en
esa tribuna hacia los afectados y afectadas y sus familias. Agradezco
igualmente, por supuesto, el trabajo de los profesionales sanitarios, de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Fuerzas Armadas, así como
el de todos los que de algún modo están aportando sus esfuerzos a la
solución de esta situación que estamos viviendo. Y quiero también
agradecer especialmente a las trabajadoras y trabajadores del Congreso de
los Diputados su esfuerzo, que hoy nos permite poder tener este debate en
unas condiciones asumibles, si no fuera así no podríamos estar aquí.
Entrando ya en el tema que nos afecta, quiero comenzar por hablar un poco
del contexto en el que nos encontramos. Dado el agravamiento exponencial
de la situación que hemos vivido en los últimos días, creo que todos
compartimos una cierta sensación de desfase debatiendo sobre las medidas
contenidas en este paquete de tres reales decretos-leyes aprobados hace
unos días. Nos encontramos en esa aceleración del tiempo histórico que
han descrito algunos científicos sociales con relación a los periodos
convulsos: cada hora es un Rubicón, cada día es una batalla definitiva,
cada semana es un siglo. Por eso, si alguien pudo calificar de excesivas
en el momento de su aprobación las medidas que hoy convalidamos, apenas
parecen de Perogrullo analizadas desde la perspectiva del aquí y ahora.
Por eso constato que el debate de estas medidas ya no se centra tanto en
su pertinencia como en su suficiencia.
Es sabido que el Gobierno ha venido tomando una serie de medidas,
plasmadas en estos reales decretos-leyes en dos grandes frentes, conforme
avanzaba la situación. Ya la ministra Calviño ha desgranado y detallado
las mismas, pero quiero apenas esbozar algunas de ellas. Por un lado,
para atender la primera línea de defensa frente a la pandemia y reforzar
así el Sistema Nacional de Salud; por ejemplo, a través de la compra
centralizada y masiva de suministros sanitarios y no sanitarios, también
a través del control de precios de determinados medicamentos o a través
de la dotación de recursos adicionales para las comunidades autónomas.
Pero también hay un segundo frente, que es aquel que se ha abierto para
mitigar los efectos económicos y sociales de esta crisis que apenas
comienza a expresarse con toda su crueldad, sobre todo en aquellos
sectores tradicionalmente más vulnerables de nuestra sociedad. En este
sentido quiero centrarme principalmente en las medidas tomadas para
atender a estos sectores, que son los que más preocupan a mi grupo
parlamentario.
En primer lugar, me referiré a los trabajadores y trabajadoras, así como a
los autónomos. Con relación a los primeros, se flexibilizan los
mecanismos asociados a los expedientes de regulación temporal de empleo,
también se relajan las reglas de acceso al seguro de desempleo para estos
casos y se suspenden los tiempos de forma que los mismos no computen a
efectos de periodos máximos. Igualmente se establecen medidas de
conciliación para atender a familiares afectados por el virus y se
facilita el teletrabajo a través de las herramientas informáticas
desarrolladas por Red.es, así como la dotación de una línea de crédito
ICO por valor de unos 200 millones para financiar la adaptación digital
no presencial de las pymes. Con relación a los autónomos, se crea una
prestación extraordinaria por cese de actividad que pretende cubrir la
finalización de la actividad provocada por una situación en todo caso
involuntaria. Por otro lado, este colectivo podrá también beneficiarse de
la línea de avales por valor de 100 000 millones de euros anunciada por
el Gobierno para evitar carencias de circulante, así como el vencimiento
de obligaciones tributarias y financieras. Igualmente se suspende el pago
de determinados impuestos, equivalente a una carencia de tres meses, para
evitar problemas de tesorería. Y en cuanto a las pequeñas y medianas
empresas, además de beneficiarse de las líneas de avales y la suspensión
de impuestos antes comentada, se aprueba la exoneración del 75 % de
cuotas empresariales a la Seguridad Social, cifra que pasará a ser del
cien por cien para aquellas empresas de menos de cincuenta trabajadores.
Igualmente se amplía la capacidad de endeudamiento del ICO en unos 10 000
millones de euros, tal y como ya ha anunciado la ministra, lo que sin
duda facilitará el acceso al crédito de estas empresas. Asimismo, las
medidas convalidadas hacen especial énfasis en el sector turístico, uno
de los sectores más golpeados por esta situación extraordinaria. En este
sentido, se abre la llamada vía Thomas Cook para acceder a financiación,
que se amplía en unos 200 millones de euros adicionales a los 200 ya
previstos, del mismo modo que se amplía la bonificación de aquellos
trabajadores fijos discontinuos del sector.
Pero son muchas las familias españolas que enfrentan abrumadas esta
situación y que requieren del concurso decidido del Estado para su
supervivencia. Por eso quiero destacar en primer lugar la dotación de un
fondo social extraordinario de 300 millones de euros, que se canalizará a
través de las comunidades autónomas, para el sostenimiento de los
servicios sociales, a la vez que paralelamente se libera el superávit de
las corporaciones locales por una cantidad equivalente para financiar
aquellos servicios sociales que dependan de las mismas. Asimismo, se dota
un fondo de 25 millones para atender la alimentación de niños y niñas
provenientes de familias vulnerables, un elemento clave, toda vez que el
cierre de los colegios y sus comedores afecta decisivamente al bienestar
de estas familias. También, con el objetivo de atender necesidades
agravadas de las familias, se establece una moratoria en el pago de
cuotas hipotecarias, un elemento que se suma a las medidas adoptadas ya
en el primer Real Decreto-ley 6/2020, en el que se ampliaba ya el
concepto de vulnerabilidad y se extendía su vencimiento hasta 2024.
Como decía al principio, nadie podrá dudar de la pertinencia o de la
urgencia de estas medidas. Si acaso debemos preguntarnos, como ya han
hecho hoy aquí otras portavoces, qué medidas ulteriores más radicales,
más incisivas debemos tomar ante el avance implacable de esta crisis. Por
ejemplo, en materia de vivienda qué medidas deben implementarse para las
muchas familias españolas que viven de alquiler, o también para aquellos
parados que disfrutan actualmente de la correspondiente prestación y cuya
búsqueda de empleo se ha visto abruptamente interrumpida por esta
situación anómala. Igualmente, los autónomos siguen padeciendo problemas
muy específicos pese a las medidas antes comentadas para este segmento y
seguramente haya que profundizar en soluciones para los mismos. Hoy hemos
escuchado aquí algunas propuestas por parte de algunos de los portavoces.
Me refiero específicamente a la portavoz de Ciudadanos que ha propuesto
varias baterías para el segmento de autónomos, y creo que algunas de
ellas merecen que este Gobierno las estudie.
Voy ahora también a introducir una reflexión al debate político que
estamos manteniendo que tiene que ver con las condiciones estructurales
por parte del Estado para afrontar situaciones críticas como las que hoy
vivimos, un argumento que ya de alguna forma ha esbozado mi compañero
Enrique Santiago en su anterior intervención y también algunos otros
portavoces. En este sentido, quiero denunciar que las políticas de
recorte y austeridad que han regido en los últimos años han debilitado
sustancialmente nuestra capacidad de respuesta colectiva, en primer
lugar, en el ámbito de la salud. Cabe recordar los fatídicos cuatro años
consecutivos de reducción del gasto sanitario, entre los años 2010 y
2014, cuatro años consecutivos de recortes, señorías, que nos han dejado
actualmente con 2180 camas menos para atención sanitaria de las que
disponíamos en el año 2009. Hasta ahora solo cuatro autonomías han
igualado o superado sus máximos históricos alcanzados antes de los
recortes, todas las demás -todas las demás- están por debajo.
Pero no solo ha padecido nuestro sistema sanitario. Según datos de
Eurostat, el peso del gasto en protección social sobre PIB, esa red de
seguridad que define a un Estado de bienestar, ha caído con respecto al
año 2009. En este sentido, si teníamos un 24,2 % en el año 2009,
actualmente estamos en el 23 %. Esto demuestra que el crecimiento que se
ha producido después de la crisis económica anterior no ha venido
acompañado de un incremento del gasto social. De hecho, si excluimos el
gasto en pensiones, podemos observar que el gasto total en protección
social es hoy un 15,4 % inferior al del año 2009, lo que representa
aproximadamente 23 500 millones de euros, que se dice pronto.
Señorías, a partir de los años setenta comenzó en todo el planeta una
nueva era económica marcada por la desregulación e inspirada por una
ideología perversa llamada neoliberalismo; una ideología que elevó a los
altares los mecanismos de mercado y que buscó el desprestigio sistemático
de la acción del Estado. Esa era termina ahora, y no lo hace vencida por
la acción colectiva y consciente de las miles de millones de personas que
se vieron perjudicadas por este dogma en las últimas décadas. En una
suerte de ironía paralela a la que describió el escritor británico H.G.
Wells en su famosa novela La guerra de los mundos el factor determinante
del desenlace final resulta ser microscópico. Incluso el anterior
ministro de Economía, el señor De Guindos, en una evidente crisis de fe,
se apunta ahora a una renta mínima vital, algo que fue como saben ustedes
bandera de mi formación política y que actualmente se discute en el
Consejo de Ministros. Uno de los ejecutores de los planes de austeridad
pasado ahora a converso. ¡Quién lo diría! Los economistas más
disciplinarios llamando a suspender las leoninas restricciones sobre las
cuentas públicas que ellos mismos ayudaron a promover o promovieron
directamente. Definitivamente, cabría el siguiente epitafio sobre la losa
del neoliberalismo: solo nos trajo sufrimiento y desamparo.
La señora VICEPRESIDENTA (Elizo Serrano): Muchas gracias, señor Guijarro.
(Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la
tribuna de oradores.-Pausa). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario VOX tiene la palabra el señor Espinosa de los
Monteros de Simón.
El señor ESPINOSA DE LOS MONTEROS DE SIMÓN: Muchas gracias, presidenta.
Una vez más quisiera que mis primeras palabras hoy sean de recuerdo para
todas las personas fallecidas por este virus y, en especial, para
nuestros mayores que están muriendo en circunstancias que ninguno de
nosotros hubiéramos podido imaginar. Desde aquí mandamos un cálido abrazo
y nuestras condolencias a todos sus familiares.
Señorías, estamos viviendo tiempos sombríos, tiempos de enorme
responsabilidad, y también tiempos de miedo, de miedo justificable. Por
eso comprendo perfectamente que según se acercaba este día hayamos
observado una tendencia entre algunos que nos dicen que en tiempos de
crisis hay que cerrar filas en torno al Gobierno, omitiendo cualquier
crítica y aplaudiendo cada una de las intervenciones del señor Sánchez.
Pero es que a VOX los españoles lo llamaron para cumplir un papel
constitucional muy importante en democracia que se llama oposición. El
artículo 116 de la Constitución al regular el estado de alarma recuerda
la relevancia y el papel central que debe cumplir el Congreso para servir
de control al Gobierno en esta situación excepcional, al dictar que el
Congreso debe ser reunido inmediatamente al efecto y subrayar la
necesidad del control parlamentario. Y para eso está aquí VOX, para
cumplir con su obligación, con lealtad, pero, sobre todo, con lealtad a
los españoles; con lealtad a todos los españoles con independencia de lo
que hagan otros grupos, porque los españoles merecen que, al menos, un
partido haga oposición a este Gobierno y ejerza ese control. Como dijo
recientemente la secretaria general del Grupo Parlamentario VOX, Macarena
Olona, en un momento histórico en el que los derechos y libertades de los
españoles se han visto gravemente limitados, en el que el Ejecutivo
atesora poderes extraordinarios y en el que nos jugamos la vida, en ese
momento precisamente es cuando deberían ser más sólidos los controles
propios de nuestro Estado de derecho. Así que hoy tenemos la obligación
legal y moral de denunciar que el Gobierno está llegando tarde y mal. VOX
va a cumplir por patriotismo, porque a ustedes les viene bien oír algo
más que aplausos, porque ejercer responsablemente la oposición estimula
siempre un mejor comportamiento de los Gobiernos. Pero es que, además,
tenemos una obligación moral, la de denunciar cualquier intento de
aprovechar esta crisis para debilitar nuestro Estado de derecho y nuestra
democracia con esos goles que tratan de introducirnos de tapadillo cuando
los demás estamos dedicados a que esta crisis tenga el menor impacto
sanitario y económico posible para España.
Señorías, nos enfrentamos a la más dura amenaza en el ámbito sanitario y
económico jamás vivida por España. Se trata de un serio problema, de
primera magnitud. Además, esta situación se produce en un momento en el
cual nuestro país no está en condiciones ni macro ni microeconómicas para
abordar un shock de oferta y demanda que puede llevar a una masiva
destrucción de producción y de empleo, porque, por desgracia, una vez
más, la crisis nos ha encontrado sin los deberes hechos. Nos sorprende la
crisis en un momento en el que la recesión ya estaba a las puertas, y una
vez más, por las políticas irresponsables de un Gobierno socialista.
Desde la llegada de este Gobierno, el crecimiento económico de España no
ha hecho más que desacelerarse, el consumo privado se había estancado, la
inversión extranjera se desplomaba más de un 60 % respecto al año pasado,
el paro volvió a incrementarse en el segundo y tercer trimestre de 2019 y
los despidos se habían disparado un 54,7 %. Todo esto, antes de la
llegada del coronavirus. Si las políticas socialcomunistas en situaciones
normales traen recesión, paro y pobreza, hoy con el coronavirus las
políticas erróneas o incluso la insuficiencia en las políticas correctas
nos pueden lastrar durante mucho tiempo. A pesar de todo, yo soy
optimista, y lo soy porque creo firmemente en la capacidad de los
españoles de reaccionar ante la adversidad. Creo en la fuerza creativa y
emprendedora de nuestros comerciantes, de nuestros autónomos, de nuestros
trabajadores, de nuestras pequeñas y medianas empresas, creo en la
capacidad de recuperación de España. Pero no creo en el realismo mágico,
eso se lo dejamos a los autores hispanoamericanos. Las cosas no suceden
sin causas. Así que creo que España se puede recuperar, pero solo si
ustedes hoy aquí comienzan a dar un giro de 180 grados a sus prioridades
y comienzan a renunciar a cualquier medida que se traduzca en una
elevación de las cargas regulatorias, fiscales y sociales que ya soportan
las empresas y las personas.
Señora vicepresidenta, recuérdele a su compañera la ministra de Hacienda
que una nación que trate de lograr más prosperidad sobre la base de
impuestos es como un hombre metido en un cubo tratando de elevarse
tirando del asa, ¡no funciona! Renuncien también a cualquier iniciativa
que persiga el aumento
del gasto público fuera de lo que exija el refuerzo de nuestra respuesta
sanitaria y económica. Nos encontramos ante una caída de la oferta que se
va a traducir en una pérdida ostensible de facturación y de generación de
ingresos para las empresas españolas, con una especial incidencia sobre
las pequeñas y medianas empresas que son, como saben, el motor de nuestra
economía nacional. Se van a enfrentar a serios problemas de liquidez que
no podrán resolverse por un sistema bancario muy estresado, con limitadas
capacidades para ayudar. Precisamente, una contracción de la economía y
su impacto reductivo sobre los ingresos de las empresas no solo les
pueden privar de la liquidez necesaria para atender a su operativa
diaria, sino que además disparará su morosidad, con un efecto negativo
sobre la ya debilitada posición financiera de la banca. Si no se impide
esta dinámica, la crisis económica derivará igualmente en una crisis
bancaria y en una profunda recesión. La estrategia de política económica
frente a una epidemia con implicaciones sistémicas se ha de diseñar y
programar desde el Gobierno de la nación, pasando a ser el papel de los
Gobiernos autonómicos un papel meramente consultivo y, en última
instancia, un papel de ejecución de las medidas acordadas por el Gobierno
central.
Hoy apoyaremos por responsabilidad los reales decretos-leyes 6/2020 y
7/2020 aunque nos parezcan claramente insuficientes. No nos hicieron caso
cuando hace semanas les hablamos de medidas urgentes como el control de
fronteras, la recuperación de la sanidad como competencia estatal, la
toma de control de las comunidades autónomas o la puesta en acción de
unas Fuerzas Armadas a las que ustedes no han tenido nunca mucho cariño.
Al final lo hicieron todo, pero demasiado tarde por desgracia para
España. Esperamos que hoy nos presten un poco más de atención con las
medidas adicionales que les proponemos para que no vuelvan a tardar tanto
en implementarlas. Fundamentalmente, las medidas más urgentes deben estar
basadas en mantener el empleo y facilitar la liquidez del sistema; empleo
y liquidez, señora vicepresidente, estas son las dos claves. El despido
debe ser el último recurso y mantener el empleo debe ser la prioridad de
todos. Echamos en falta un esfuerzo más ambicioso del Gobierno para
conservar en activo todos los puestos de trabajo posibles para que España
no se pare, el talento de los españoles no se puede parar. Por eso, para
salvaguardar el mayor número posible de empleos, proponemos añadir a su
decreto con carácter inmediato y al menos durante los tres meses
siguientes al fin de la pandemia la bonificación del 75 % de las
cotizaciones sociales para las empresas mientras dure la crisis, así como
la exención del pago de la cuota para todos los autónomos. Antes incluso
de buscar mecanismos de inyección de liquidez, tenemos que evitar que esa
liquidez salga de las pymes, que representan más del 90 % de nuestro
tejido productivo. No tendría sentido quitarle el agua a una planta para
regarla una vez seca, lo que hay que evitar es que se seque la planta.
Por eso, proponemos añadir a sus medidas las siguientes: aliviar a las
empresas con una ampliación del plazo de presentación de las
declaraciones tributarias, cuyo vencimiento corresponde a los meses de
marzo y abril hasta el 15 de mayo; aplazar el cobro del IVA y las
retenciones del trabajo personal y arrendamientos de abril a octubre para
evitar salidas de caja a los autónomos y pymes; aplazar el pago del IVA
mensual de los meses de marzo, abril y mayo para las grandes empresas;
suprimir el pago a cuenta del 20 de abril del impuesto sobre sociedades y
el pago a cuenta del IRPF para los autónomos; reducir el tipo de
sociedades al 12,5 % para este ejercicio 2020 y ampliar el plazo de pago
de este impuesto al ejercicio 2019, al menos hasta el 25 de septiembre de
este año; deducción en la cuota del impuesto sobre sociedades de los
gastos en que incurren las empresas para adoptar medidas en sus
establecimientos que eviten la extensión de la pandemia, de modo que
recuperen el cien por cien de dichos gastos; una exención total a las
familias del IVA y de los impuestos especiales sobre consumos domésticos
de agua, gas y luz, rebajando así sustancialmente las facturas de dichos
servicios justamente cuando más consumen, ya que les hemos obligado a
confinarse en sus casas; una reducción al 50 % del impuesto especial
sobre hidrocarburos para consumidores privados, con el fin de reducir el
coste de la factura del combustible en los hogares; una reducción al 50 %
del impuesto sobre la electricidad y reducción del IVA al 10 % de la
factura eléctrica para autónomos y pymes en sus locales de negocio, y la
supresión del impuesto sobre sucesiones en toda España y para todos los
fallecidos a partir del 15 de febrero de 2020. Lo urgente, lo prioritario
y lo que debe centrar nuestros esfuerzos en estos momentos es que la
falta de liquidez no destruya nuestro tejido productivo y que salgamos de
la crisis con el mayor número de empresas posible, es decir, con el mayor
número de empleos posible.
Un esfuerzo para aportar liquidez que el Gobierno debe hacer extensivo a
las entidades locales. Por eso, creemos que el Gobierno debe acordar con
ellas la liberación del superávit generado en ayuntamientos de toda
España y la adopción de las medidas tendentes a la reducción de los
impuestos municipales por
este año: IBI, tasas de basuras, tasas de ocupación de dominio público en
terrazas e impuestos municipales para todos los comerciantes.
En ese reto para garantizar la liquidez, por supuesto, tenemos que
implicar a la banca con medidas como la de suspender el pago de la parte
de capital en la cuota de amortización de los préstamos hipotecarios,
mientras dure el estado de alarma y en los tres meses siguientes,
alargando el plazo de vencimiento por el tiempo que quede suspendido
dicho pago. Por poner un ejemplo: un préstamo hipotecario al 1 % de 150
000 euros al que le queden doce años de vigencia, hoy en día está
generando un recibo mensual de 1105 euros; durante el periodo que dure
esta medida excepcional, el recibo pasaría únicamente los intereses del
préstamo y sería solo de 125 euros al mes, es decir, estaríamos liberando
para esa familia una cantidad de 980 euros al mes mientras dure este
periodo extraordinario. Eso es inyectar liquidez a base de impedir que
salga del ámbito de las propias familias. Del mismo modo, debemos
permitir el rescate de fondos de pensiones y planes de ahorro sin
penalización fiscal, con el fin de poder aliviar las tensiones de
tesorería en los hogares, ya que pueden resultar necesarios para atender
necesidades básicas.
Señoría, España se va a enfrentar inexorablemente a un incremento del
gasto debido a la gestión de la crisis. Por eso, precisamente, la
Administración debe hacer un esfuerzo para eliminar los gastos políticos
innecesarios para afrontar esta crisis, y eso solo se consigue con una
auditoría inmediata del gasto público que permita identificar aquellas
partidas superfluas, prescindibles, en un contexto como el actual, y
créanme, hay mucho gasto innecesario. De hecho, este Gobierno es como el
órgano digestivo de un bebé: mucho apetito en un extremo y ninguna
responsabilidad en el otro. Para empezar a dar ejemplo, solicitamos la
paralización inmediata de todas las subvenciones a partidos políticos,
sindicatos o patronales. Señora vicepresidenta, si no tomamos medidas de
contención del gasto innecesario ya sabemos cómo acabará esta historia,
porque ya hemos vivido antes con ustedes en el Gobierno una cosa
parecida: acabarán bajando el sueldo a los funcionarios y congelando las
pensiones. Pese a que no han querido incorporar ninguna de nuestras
necesarias propuestas, ya he dicho que hoy apoyaremos por responsabilidad
los reales decretos 6/2020 y 7/2020, y eso que nos parecen, como he
dicho, claramente insuficientes.
Sin embargo, no podemos aceptar de ninguna manera el Real Decreto-ley
8/2020 porque en él ustedes no renuncian a privar de liquidez a nuestras
pymes o a los hogares españoles y además, lo más grave, lo que no vamos a
admitir y va incluido en el paquete, es que en esta norma que
teóricamente urge para dar soluciones a la crisis sistémica que estamos
viviendo, ustedes hayan introducido de forma sibilina una disposición
final para amparar legalmente que el señor Iglesias pase a formar parte
de la comisión del CNI. Esta es una inaceptable burla para los españoles,
y como sé que usted lo sabe, señora ministra, no incidiré más sobre ello.
Señorías, la rehumanización de la política no consiste en que Pedro
Sánchez salga a diario en la televisión y que a todo el mundo le parezca
bien cualquier cosa que diga o haga, ni siquiera que nos tratemos mejor
entre nosotros; consiste en que pensemos más en los seres humanos que
experimentan las consecuencias de las decisiones que tomamos, que los
políticos dejemos de ser una parte del problema y pasemos a ser una parte
de la solución, que dejemos de pensar en nuestros mayores como un estorbo
y los veamos como las personas que más nos necesitan y a quienes más
debemos proteger, que nunca más escuchemos a una irresponsable política
decir que la naturaleza nos avisa de que hay demasiadas personas mayores;
que dejemos de pensar en nuestros profesionales de primera línea de esta
crisis como si tuvieran superpoderes y fueran capaces de afrontarlo todo
sin medios, solamente con su dedicación, y que empecemos a pensar más en
ellos como seres humanos, seres humanos con mayor capacidad de sacrificio
que los demás, sí, pero que requieren un mínimo de atención. Nuestros
sanitarios, nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, nuestras Fuerzas
Armadas, y todos los profesionales que trabajan en primera línea en este
frente, llevan tiempo diciéndonos lo mismo y no les escuchamos, y lo que
nos dicen es muy parecido a lo que les dijo Churchill a los
norteamericanos en la Segunda Guerra Mundial: Dennos las herramientas y
nosotros haremos el trabajo. Pero sin herramientas, sin escudos ni armas,
mandamos a nuestros profesionales a una batalla injusta y a una batalla
desigual. Y si no se las hemos mandado por falta de previsión, por falta
de capacidad de gestión o por el motivo que sea, tengamos al menos la
humildad de reconocerlo, tengamos al menos la humildad de trabajar para
reparar la situación, pero no nos pongamos, como viene haciendo este
Gobierno, a negar lo evidente y a afirmar que se les ha provisto de todo
lo necesario, porque eso solo añade un insulto al daño que les estamos
causando. Y, por cierto, cuando todo esto acabe, que acabará, por
supuesto, tendremos que seguir ocupándonos de los que han
combatido en primera línea. El síndrome de estrés postraumático tan
generalizado en veteranos de guerra podría reproducirse de alguna forma
en todos aquellos que han pasado semanas luchando contra este virus de
manera tan intensa y tan poco dotados de los medios y herramientas que
necesitaban.
Concluyo. Señorías, nada de esto sale en los libros de teoría política que
estudian algunos y otros enseñan en la Facultad de Somosaguas. Y eso es
lo malo, que para llegar a ser un buen gobernante conviene llegar al
poder provisto de cierta dosis de teoría, claro, pero sobre todo habiendo
tenido alguna experiencia vital, y a ser posible habiendo afrontado y
superado alguna dificultad, algún reto, algún riesgo, de cualquier tipo.
En el momento de la verdad, no sirve haber sido solo un inventor de
microofensas o causas artificiales o imaginarias, sino que es aconsejable
haber superado una dificultad real, tangible, reconocible, porque solo
con algo de experiencia previa de éxito en superar una dificultad real se
pueden afrontar con una mínima garantía de éxito las crisis futuras,
sobre todo si estas nos atacan por flancos tan reales como los que
estamos sufriendo estos días. Dice Warren Buffett, el filántropo de
cabecera de la ultraizquierda, que solo cuando baja la marea se comprueba
quién estaba nadando desnudo. Mucho me temo que la marea del coronavirus
está dejando expuestas las vergüenzas de más de un adanista y más de una,
por cierto, que se está demostrando ahora que no están para dar lecciones
de nada, de nada, ni aquí ni en Somosaguas.
Señorías, dentro de unos años, cuando todo esto haya pasado, los españoles
nos juzgarán, determinarán si hemos estado a la altura que requerían
estas circunstancias históricas. Yo quiero poder decir a mis hijos y a
mis nietos que los que hoy nos dedicamos temporalmente a la política de
VOX contribuimos con nuestra parte e hicimos lo que se tenía que hacer,
que cuando nos solicitaban ser una mera comparsa sin margen de crítica,
elegimos el control, es decir, que asumimos nuestra responsabilidad, y
que cuando pudimos, elegimos luchar por nuestros trabajadores,
comerciantes y autónomos, por defender el legado de nuestros mayores y el
futuro de nuestros jóvenes, porque son ellos los que con su esfuerzo
diario siempre sacaron a España adelante, por encima de sus peores
gobernantes, en unidad con todos los españoles, porque son ellos los que
lo van a volver a hacer y porque gracias a ellos vamos a volver a
recuperar España.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora VICEPRESIDENTA (Elizo Serrano): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa). Gracias.
Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Garcés
Sanagustín.
El señor GARCÉS SANAGUSTÍN: Buenas noches, señora presidenta,
vicepresidentas.
Señorías, en estas tristes horas que nos tocan vivir, subir a esta tribuna
es especialmente duro. Cada dos minutos muere un compatriota como
consecuencia del coronavirus. Muchas familias están sufriendo confinadas
en casa, haciendo una especie de descripción de lo que ha sido su vida,
una descripción retrospectiva de los sacrificios de nuestros abuelos, a
los que ahora mismo no podemos ver, como tampoco podemos ver algunos de
nosotros a nuestros hijos. En este sentido, ese dolor individual se
convierte en una gran masa, un gran océano de dolor colectivo, y tenemos
que estar aquí precisamente para convertir ese dolor en gran política,
para que el empresario de Castelldefels, el autónomo de Getaria o la
modista de Jaca puedan ahora mismo sentirse representados. En este
sentido, pueden estar seguros de que el Partido Popular estará, porque
hemos sido un partido de Gobierno, porque hemos sido un partido
responsable y porque hemos demostrado siempre que podemos estar a la
altura de las circunstancias. Pero es verdad también que cuando le toca
ejercer a un partido, como el Partido Popular, la oposición, lo tenemos
que hacer de una manera digna y tenemos que decir las cosas como son,
porque evidentemente, si no, no lo haríamos. Lo hacemos con ánimo
constructivo y con el objetivo y la intención de que el Gobierno pueda
sumar también nuestras pretensiones, que son las pretensiones de muchos
millones de españoles, de esos 47 millones de españoles que hoy no
tienen, evidentemente, una intervención del presidente del Gobierno, sino
una sesión parlamentaria que están escuchando, ávidos de poder trucar la
desesperanza en esperanza, la desilusión en ilusión y sobre todo que esa
pérdida de expectativas de muchos de ellos se convierta otra vez en
expectativas.
Aquí hay dos niveles, señora vicepresidenta. Por supuesto que vamos a
estar todos juntos en este momento, es un momento crítico y son tiempos
difíciles. Muchos habrán cogido los libros de su biblioteca y habrán
leído a Dickens otra vez, Tiempos difíciles. ¿Saben cuál es la primera
frase de Dickens?: "Pues bien, lo que yo quiero son realidades". Están
esperando realidades, quieren cambiar, quieren volver a salir de sus
casas, quieren volver a abrazar a sus familias. Pero, sobre todo, quieren
volver a levantar la
persiana; esa persiana que tuvieron que echar lamentablemente como
consecuencia de un mal que no esperaban, que no esperábamos, y contra el
que quizás podríamos haber hecho algo antes si hubiéramos tenido algún
tipo de rigor en la anticipación.
Por eso quiero dejar claro que nosotros vamos a apoyar los tres reales
decretos-leyes. Eso sí, el último decretoley tiene una anomalía
democrática, un exabrupto desde el punto de vista de la moralidad. Cuando
todos los ciudadanos españoles están buscando respuestas patrióticas para
que todos los poderes públicos luchemos conjuntamente para poder derrotar
a esta pandemia, hay una disposición final que va a pasar a ser una
ofensa pública en la historia de las leyes españolas, que es aquella con
la cual un vicepresidente, como el vicepresidente Iglesias, ha buscado a
través de la puerta trasera formar parte de la Comisión del Centro
Nacional de Inteligencia. No era esa inteligencia la que había que buscar
entonces, era la inteligencia colectiva de los españoles, era el
bienestar individual, era el bienestar colectivo. ¿Qué necesidad tenían
de hacer eso en el decreto-ley que estamos convalidando aquí ahora mismo?
Era innecesario en un momento de dolor, en un momento de padecimiento
total. Por lo tanto, votaremos a favor, pero sí que vamos a proponer que
se tramite como un proyecto de ley para que, por lo menos, se pueda
enmendar el error y para que el propio Partido Socialista y sus socios
tengan la capacidad de reconocer que ni era el momento ni era el lugar
adecuado para abrir un debate de esas características.
En segundo lugar, como decía el Banco de España, vamos a vivir un momento
de perturbación que no tiene parangón, una perturbación que además va a
ser sistémica, que no va a ser transitoria, como decía usted, señora
vicepresidenta. El día 4 del mes de marzo, cuatro días antes del 8 de
marzo, señora vicepresidenta, y cuando el Banco Mundial ya anunciaba que
iba a haber una reducción del crecimiento mundial entre el 0,5 y el 1,5
%, usted llegó a decir que el impacto que iba tener en la economía
nacional el coronavirus era prácticamente irrelevante. (La señora
vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y
Transformación Digital, Calviño Santamaría, hace gestos negativos).
Desgraciadamente, fue así, señora vicepresidenta. Lo podemos comprobar,
señora vicepresidenta. Es más, usted en la última entrevista que tuvo en
El Mundo este fin de semana volvió a decir que no hubo nadie que se
pudiera percatar de cuál iba a ser el impacto y la magnitud del problema.
Fue así. Desgraciadamente, no hemos acertado en ese diagnóstico, señora
vicepresidenta, pero da igual. Es un tema de diagnóstico y de análisis y
ahora estamos para buscar soluciones en un momento en que, como digo, la
respuesta no ha sido suficiente ni ha sido temporánea; es más, la
respuesta sido completamente extemporánea. Nos piden lealtad en una de
las situaciones más críticas de la historia de España en los últimos
ochenta años. La van a tener, pero les decimos una cosa: que esa lealtad
sea recíproca y que, por lo menos, eludan y eviten determinados
comportamientos que desde luego no demuestran gran nobleza ni la altura
de miras necesaria para poder afrontar este problema.
Miren ustedes, hemos tenido que escuchar varias cosas. En primer lugar,
que es muy fácil hacer política ahora con un sesgo de retrospección. La
política es el arte de la anticipación. La política es el arte de poder
anticiparse a los problemas y reaccionar de manera constante y
temporánea, y ustedes no lo han hecho. No hablen de sesgo de anticipación
cuando realmente, como digo, ustedes no llegaron a ver la realidad y la
magnitud del problema. Sus propios ministros les están delatando ya.
Cuando Pedro Duque hacía esas afirmaciones galácticas y denotaba que
estaban ya preparados para lo que podía venir, demostró que ustedes
actuaron muy tarde. Lo vamos a ver. De los tres reales decretos-leyes, el
primer real decreto-ley se aprueba un martes. El Partido Popular el
lunes, un día antes, había aprobado su decálogo para poder atajar con
medidas económicas eficaces el coronavirus. ¿Saben lo que hicieron
ustedes ese martes? Aprobaron un decreto-ley, que por supuesto vamos a
confirmar y vamos a convalidar por responsabilidad -como no puede ser de
otra manera-, con tres medidas esencialmente. En primer lugar, se plantea
suspender los procedimientos de ejecución hipotecaria contra acreedores
por impago de hipotecas. A propósito, es una medida que no introdujo
ningún Gobierno de izquierdas en este país, sino que la introdujo el
Partido Popular en el año 2013. En segundo lugar, se introduce una norma
que ahora puede ser rocambolesca, teniendo en cuenta la magnitud del
problema y la situación y el contexto en el que estamos hablando: la
posibilidad de que determinadas entidades de crédito pudieran acceder a
la condición jurídicofinanciera de bancos. Es algo evidente, sobre todo
teniendo en cuenta la fuga de capitales y la fuga del potencial
financiero que podía haber en el Reino Unido. Pero sí que había una
medida, la única medida que verdaderamente afectaba ese martes 10 de
marzo, dos días después del famoso 8 de marzo: la centralización posible
de la contratación de material sanitario y de otro tipo de material en el
Ministerio de Sanidad. Fíjense, hay una regla básica en la gestión
pública, pero también en la gestión administrativa, y es que cuando uno
adopta una decisión para avocar determinadas competencias,
obligatoriamente tiene que analizar si tiene capacidad de gestión, porque
probablemente la medida estaba hecha con buena fe, pero el resultado
operativo no ha sido el correcto. Por tanto, habrá que hacer un análisis
pasado el tiempo para ver qué ha pasado y si el Ministerio de Sanidad
tenía dimensión, capacidad de gestión y recursos suficientes para poder
ejecutar esa medida. Y, si no, que se lo pregunten a nuestros sanitarios,
que se lo pregunten a nuestras administraciones, que se lo pregunten a
todas aquellas personas que están demandando diariamente que ese material
sanitario llegue a los centros y, sobre todo, llegue al personal
sanitario y a aquellas personas que lo necesitan realmente, que son los
enfermos y sus familiares.
En segundo lugar, dos días después se aprueba un nuevo real decreto-ley.
Ese real decreto-ley realmente es la clonación del decreto-ley que se
utilizó para la crisis de Thomas Cook, ampliando determinadas líneas de
ayuda e incorporando algunas nuevas. Vamos a analizarlas para que vean
que no salíamos mucho de los esquemas tradicionales para combatir una
crisis. En primer lugar, aplicábamos 1000 millones del Fondo de
contingencia, que está muy bien. A propósito, quiero recordar que el
Fondo de contingencia sigue derivando de esas leyes sobre las que escucho
a muchos de sus aliados ahora mismo decir que hay que derogar y sigue
siendo un colchón o un margen fiscal que deriva de una Ley de
presupuestos aprobada hace dos años y prorrogada todavía. Fíjense,
plantean como medida estrella anticipar las entregas a cuenta de las
comunidades autónomas por 2800 millones de euros. Son recursos de las
comunidades autónomas. Es verdad que los anticipan, y si hubieran
presentado y aprobado ya el proyecto de ley de presupuestos, se podría
haber anticipado. ¿Pero por qué no pagan los 2400 millones de euros que
deben? Insistentemente la ministra de Hacienda se niega a pagar los 2400
millones de euros que se deben como consecuencia del cambio de sistema de
información del IVA. ¿Saben cuál es la diferencia? Que si ahora
incrementamos 2800 millones la financiación, es una financiación
transitoria, porque en el año 2022, cuando haya que hacer la liquidación
del sistema de financiación autonómica, como habrán caído brutalmente los
ingresos fiscales, las comunidades autónomas van a tener que devolver
todo ese dinero. Sin embargo, si ustedes hubieran pagado los 2400
millones, que era lo que realmente les correspondía por derecho propio,
porque eran impuestos que habían sido liquidados, les aseguro que no
habría habido ningún problema, sino al contrario, habrían surgido
directamente los derechos económicos y se podrían haber atendido
directamente. Desgraciadamente, no fue así.
Ustedes, además, consideraron como una medida positiva -y nosotros
también- el aplazamiento solo de las deudas tributarias por el periodo de
seis meses, y los tres primeros meses con carencia en el pago de
intereses. Era un buen momento para haber extendido el aplazamiento a
cualquier obligación de derecho público, no solamente tributario, sino
también social, y a cualquier tipo de impuesto y a cualquier tipo de
carga tributaria del conjunto del sistema tributario español. No lo
hicieron, pero también era el momento para ampliar el plazo de
presentación de las autoliquidaciones tributarias. Lo propusimos nosotros
el día 9 de marzo. Ahora mismo es el momento de aplazar los periodos para
la presentación de las liquidaciones tributarias. ¿Usted cree realmente,
vicepresidenta, que en este momento la principal obligación de una
persona que vive angustiada, confinada en su casa tiene que ser acceder
al sistema informático de la Agencia Tributaria para poder hacer la
declaración? ¿Usted cree que puede haber personas que tienen conocimiento
insuficiente para poder hacer la declaración y que no pueden acudir a su
gestor fiscal para poder hacerla? ¿Qué problema hay para aplazar y para
prorrogar los periodos de liquidación de los distintos tributos? Pero no
lo hicieron y creo que esa sería una buena medida.
Y llegamos al tercer decreto-ley. En el tercer decreto-ley anunciaron
ustedes la medida estrella diciendo que eran 200 000 millones de euros de
movilización de recursos, la mayor movilización de recursos -según
ustedes- de la historia de la democracia, pero lamentablemente no ha sido
así. Son 100 000 millones de avales, de garantías del ICO supeditadas al
apalancamiento de los recursos que puedan poner en régimen de crédito las
entidades financieras. Cuál es nuestra sorpresa cuando ayer celebran el
Consejo de Ministros y aprueban un primer tramo de 20 000 millones de
euros. Ustedes parten del principio del escalonamiento, es decir, van
poniendo un grupo de recursos financieros con el objetivo de ver cómo van
actuando y de esa manera ir testando cuáles son las condiciones o los
requisitos de condicionalidad. Fíjese, ni siquiera 200 000 millones eran
un 20 % de los recursos, como llegó a decir el presidente del Gobierno,
eran el 16,5 %, pero es que 20 000 millones de euros representan,
prácticamente, el 1,6 % del PIB. No es verdad que hayan movilizado tantos
recursos todavía, pero le hago una pregunta, señora vicepresidenta.
Todavía no conocemos el acuerdo, no se ha publicado en el Boletín Oficial
del Estado. Esperamos verlo publicado, pero hoy, desde luego, no se ha
publicado. Entiendo que se aprobó razonablemente, que no hay ningún
problema, y espero que no se esté negociando, que se haya abierto
nuevamente la negociación con las entidades financieras. Nos parecen bien
muchas medidas que hay en
el decreto-ley y por eso lo vamos a apoyar, y nos parecen bien porque ya
las propusimos en su momento, el 9 de marzo, porque considerábamos que
teníamos que actuar temporáneamente, pero hay muchas medidas que no están
incluidas.
Antes de describirle cuáles son las medidas que deberían incluirse en el
bloque, que, además, ustedes van ampliando -nos hubiera gustado que lo
hubieran hecho antes, pero les pedimos, por favor, que lo hagan si tienen
la oportunidad y que valoren también nuestras alternativas-, le voy a
hacer tres preguntas. Me bastaría con que me las respondiera.
Una. En situaciones de shock económico, ya sea derivado de una guerra o de
una pandemia, se tienen que cumplir tres condiciones para que las
decisiones sean correctas, que son la inmediatez, la ejecutabilidad y la
eficacia. Señora vicepresidenta, ¿estamos en condiciones de asegurar a
los españoles que todas las medidas van a ser inmediatas, que van a ser
ejecutables y que van a ser eficaces inmediatamente, a la mayor brevedad
posible?
Dos. Señora vicepresidenta, teniendo en cuenta la situación de colapso o
precolapso administrativo que existe en algunas áreas de gestión del
sector público español derivada de la situación que tenemos, ¿existen
recursos humanos y materiales suficientes para, por ejemplo, poder
atender a la demanda de los ERTE que se están produciendo ahora mismo en
el servicio público de empleo?
Tres. En una situación de excepcionalidad como la que estamos viviendo,
¿el ordenamiento jurídico y financiero vigente, que está pensado para la
gestión ordinaria de expedientes, es el ordenamiento o la legislación más
adecuado para poder atender este tipo de situaciones? Me bastaría con que
me contestara a estas tres preguntas, si le parece bien, señora
vicepresidenta.
Voy acabando. Le voy a hacer las propuestas que creemos que podrían
incorporarse, para que las valoren, porque estamos de acuerdo en una gran
parte de las medidas que ha propuesto. Propusimos en su momento una
inyección de 100 000 millones de euros, y ustedes lo han hecho. Nos
parece muy razonable y, por supuesto, lo vamos a apoyar. Propusimos la
flexibilización de los ERTE, pero le proponemos mucho más. Le proponemos,
para ese bloque que está siendo absolutamente damnificado, esos 3 100 000
autónomos de este país, la exención de la cuota de autónomos de este mes,
pero no solamente eso, sino que se analice además si esa exención para un
mes se tiene que prolongar en meses venideros. Pedimos la reducción de al
menos el 50 % del impuesto de sociedades a todas las empresas que están
afectadas. Pedimos la ampliación del plazo de liquidación, tanto
trimestral como mensual, tanto para las grandes empresas como para las
pequeñas y medianas empresas en el caso del IVA. Pedimos que se amplíe el
plazo de presentación del impuesto sobre la renta de las personas
físicas; que se amplíe, para que esos ocho millones de contribuyentes
españoles que puedan hacer la declaración y puedan obtener esos 13 000
millones de devolución de IRPF los obtengan, pero también quienes tengan
dificultades. Le pedimos que analice la posibilidad de rescatar los
fondos de pensiones. Es importante en este momento, cuando se ha
producido un autoahorro, dar la posibilidad, incluso con ventajas
fiscales, para que esos fondos de inversión puedan ser desactivados.
Acabo. Gracias, señora vicepresidenta. Gracias, señora presidenta. Vivimos
momentos muy difíciles. El Partido Popular va a tener, evidentemente, la
mayor disponibilidad para colaborar con ustedes, pero, insisto, pedimos
también su responsabilidad, porque hay algunas declaraciones que nos han
sorprendido mucho a lo largo de los últimos días. Miren, el Estado es una
aleación permanente de lo público y lo privado; no se olviden nunca de
eso. Cuando hablamos de autónomos, hablamos de músculo privado; cuando
hablamos de empresa, hablamos de caudal privado; cuando hablamos de esos
pequeños y medianos empresarios, hablamos de personas que decidieron
dedicar todo su esfuerzo a desarrollar una actividad en este país, para
que este país fuera rico. Usted y yo, señora vicepresidenta, hace algunos
años iniciamos nuestra carrera funcionarial, usted en un cuerpo y yo en
otro del mismo ministerio, y le aseguro que...
La señora PRESIDENTA: Señor Garcés, tiene que terminar, por favor.
El señor GARCÉS SANAGUSTÍN: Acabo, muchas gracias.
Somos funcionarios para servir precisamente a esos españoles, para poder
garantizar que en ese equilibrio, a veces borroso, entre lo público y lo
privado la economía de la libertad de empresa se mantenga viva en este
país. Le pido, por favor, que esto no sea una oportunidad para que
determinados aliados de su Gobierno consideren que existe una puerta
abierta para un cambio de modelo económico o de modelo de libertad.
Mire -y acabo-, hay un asesor de Obama que decía: cada vez que hay una
crisis económica importante la democracia se quiebra. Eviten, por favor,
que a través de lo que estamos viviendo durante estas semanas haya
alguien que busque fortuna intentando cambiar un modelo basado en lo que
es más importante en la persona, después de la salud y la vida, que es la
libertad.
Muchísimas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Garcés. (Una trabajadora del servicio
de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores.-Pausa). Gracias
Catalina.
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Simancas
Simancas.
El señor SIMANCAS SIMANCAS: Gracias, señora presidenta.
Señorías, lo obligado hoy, yo diría incluso que lo único decente hoy es
comenzar cada intervención manifestando nuestra solidaridad con las
víctimas de la pandemia, con sus familias, con los profesionales que
están peleando en primera línea de batalla; manifestando nuestra
solidaridad con todos los que sufren y aguantan ahí fuera. Yo no sé
ustedes, pero les aseguro que lo único que yo espero de esta casa y de
todos los que estamos aquí, en este debate y en todos los debates de hoy,
es que sepamos estar a la altura de nuestra responsabilidad, a la altura
de nuestro deber, a la altura de lo que toda esa gente de ahí fuera
necesita y merece de nosotros. Eso es lo único que yo espero, que sepamos
estar a la altura. Por eso, hoy no queremos ganar ningún debate,
señorías. Hoy no se trata de que uno de nosotros obtenga una ventaja
sobre otro de nosotros; se trata de que todos juntos sepamos obtener
ventaja sobre el enemigo común, sobre ese enemigo que amenaza nuestras
vidas y a nuestras familias; se trata de vencer juntos al virus. Ese es
el único objetivo político, al menos el único objetivo político legítimo
en el día de hoy. Por eso, hemos de trabajar con perseverancia, trabajar
conforme a las estrategias que van marcando los expertos, con la máxima
colaboración aquí, con comunidades, con ayuntamientos, con nuestros
socios europeos, con la unidad imprescindible entre los responsables
políticos, con disciplina social y con transparencia. Estas son las
recetas que funcionan aquí y en cualquier sitio; no hay otras, no las hay
mejores; no hay atajos; no hay fórmulas mágicas; no hay un cuñado sabio,
un taumaturgo que nos saque de esto en un plis plas. Hay que trabajar con
perseverancia y hacer caso a los expertos.
Los tres decretos-leyes que el Gobierno trae hoy a convalidación responden
a estas recetas sensatas precisamente con tres propósitos: fortalecer al
Estado en su lucha contra el virus, proteger a los trabajadores, a las
familias, a los más vulnerables de la sociedad en estos momentos
difíciles y asegurar en lo posible una reconstrucción rápida y justa de
nuestra economía y de nuestro empleo cuando esto pase, que pasará. Estos
son los objetivos, son objetivos correctos, y las medidas que incluyen
los decretos-leyes también lo son, por eso hoy pedimos el apoyo del
Congreso para su convalidación.
Primero, estos decretos facultan al Gobierno para obtener los recursos
extraordinarios con los que adquirir material sanitario, con los que
derivar recursos preciosos a los servicios sanitarios de las comunidades
autónomas y con los que impulsar la investigación científica para la
vacuna y para la cura del virus. Estas normas facultan al Gobierno para
regular los precios de los productos sanitarios y para centralizar
compras con eficiencia, lo que no quiere decir que se haya prohibido o
limitado en ningún momento a ninguna administración la adquisición de
material por su cuenta. Es evidente que en un escenario de demanda global
y de oferta limitada el Gobierno de España tiene alguna posibilidad extra
para acceder a los mercados, para adquirir con alguna ventaja los
productos que necesitan nuestros profesionales sanitarios y para
distribuirlos de una manera equitativa y justa. Eso es lo que se ha
hecho; eso es lo que se está haciendo.
Segundo, estos decretos facilitan que ayuntamientos y diputaciones
dispongan de nuevos recursos y liberen recursos propios para financiar
servicios sociales, para atender mejor a las personas mayores, a las
personas dependientes, para garantizar la alimentación de los niños en
familias vulnerables. Se prohíbe el corte de suministro por impago en la
luz, en el gas, en el agua y se aprueba una moratoria en el pago de
hipotecas a los afectados por el coronavirus. Son medidas, señorías, que
levantan un auténtico escudo público contra la precariedad social;
medidas eficaces. Se asegura también una protección extraordinaria a los
trabajadores, facilitando y agilizando los expedientes de regulación
temporal del empleo, los ERTE. ¿Para qué? Para que las empresas con
dificultades opten por suspender temporalmente los puestos de trabajo
antes de acudir al despido. Así, durante el ERTE las empresas no pagarán
las cuotas a la Seguridad Social y los trabajadores se verán beneficiados
por la prestación por desempleo aunque no hubieran cotizado el tiempo
suficiente. A su vez, a los trabajadores asalariados se les permite
reducir hasta el cien por cien de su jornada si fuera necesario para
atender las necesidades de conciliación y de cuidado de sus familias en
estos momentos difíciles. Se protege también especialmente a los
trabajadores autónomos afectados por la crisis. Se aplaza el pago de
impuestos a aquellos que tengan que cerrar. Aquellos que vean disminuida
su facturación de una manera drástica no tienen que pagar las cuotas a la
Seguridad Social y además reciben una prestación extraordinaria por cese
de actividad. Proteger a los trabajadores autónomos; este también es el
objetivo que se logra con estos decretos del Gobierno.
Tercero, se implementan medidas de apoyo a la actividad económica, a las
empresas, a las grandes y a las pequeñas, en todos los sectores, con
especial atención a aquellos más afectados, como el turismo. Son medidas
sin parangón en la historia por su naturaleza y por su dimensión. Se
trata de que pequeños y grandes empresarios estén bien preparados, bien
dotados para reconstruir rápidamente la economía y el empleo en cuanto
venzamos al virus. Se crea una línea de avales públicos hasta 100 000
millones de euros, con avales adicionales de 2000 millones para pymes y
empresas exportadoras, con programas extraordinarios de apoyo a la I+D, a
la digitalización, a la implementación del trabajo.
Se ha hablado estos días y se ha hablado hoy aquí de un plan Marshall, de
un New Deal para Europa. Pues bien, estos recursos que va a movilizar
España, junto a los planes anunciados por el Banco Central Europeo, junto
a los anuncios hechos por la Comisión Europea para estimular la demanda,
constituyen probablemente la mayor movilización de recursos de la
historia de la humanidad; un esfuerzo gigantesco que se realiza con el
objetivo de vencer primero al virus y de vencer también la amenaza de
recesión, de paro y de pobreza posiblemente que vendrá después. Y tiene
que funcionar, y va a funcionar.
En definitiva, los decretos establecen con claridad la prioridad del
momento: fortalecer al Estado y a los servicios públicos para doblegar al
virus. Esta es la prioridad entre las prioridades. Ahí van los mejores
esfuerzos, todos los recursos necesarios; lo que haga falta, cuando haga
falta y donde haga falta, decía el presidente, decía nuestra portavoz, y
así se está haciendo. Estos decretos y otras medidas del Gobierno
mientras tanto protegen a los más vulnerables, a los que necesitan de los
demás para mantener a sus familias en unas condiciones de vida dignas.
Esta vez no va a ocurrir como en la anterior crisis financiera, esta vez
no se deja a nadie atrás. No habrá ganadores y perdedores de la crisis.
El virus es injusto con mucha gente, porque no podemos evitarlo, pero
nuestra respuesta al virus no será injusta, porque eso sí podemos
evitarlo, y lo evitaremos y lo estamos evitando.
Con estos decretos, además, el Gobierno trabaja ya para que la
reconstrucción de la economía destruida, para que la recuperación de los
empleos perdidos se produzca con la mayor celeridad, con la mayor
eficacia y con la mayor justicia posible. Por eso insistimos tanto en que
esta será una crisis temporal. No estamos, como en 2008, ante la
paralización de empresas porque las empresas estén demasiado endeudadas o
no sean competitivas o se hayan inflado las burbujas tóxicas. No, las
empresas ahora se paran por el virus, y cuando el virus pase, esas
empresas sanas y competitivas tienen que recuperar actividad y empleo con
el mismo vigor o con más vigor que antes si cabe. Este es el propósito
del esfuerzo histórico, descomunal que se hace desde el Gobierno de
España y desde las instituciones de la Unión Europea. Tiene que funcionar
y va a funcionar.
Me dirijo ahora muy brevemente a aquellos que se empeñan de vez en cuando
en arrojar al Gobierno en estos momentos críticos algunos reproches
falsos, a veces injustos, a veces incluso claramente oportunistas. Yo no
lo entiendo de verdad, honestamente. No lo entiendo. No entiendo esos
desahogos por parte de quienes tienen la obligación precisamente ahora de
mantener la responsabilidad y la templanza. Pero que no lo entienda yo no
tiene mucha importancia, estoy convencido de que ahí fuera tampoco se
entiende por quienes se están jugando la vida en las ucis, por quienes
están en casa angustiados por que aparezcan los primeros síntomas. No
entienden esos desahogos, porque lo que entienden y lo que merecen es
unidad, es responsabilidad, es lealtad, es seguridad, son soluciones.
Tiempo habrá, decía el señor Casado en alguna ocasión -y yo lo suscribo-,
para hacer análisis, valoraciones, reproches; para exigir
responsabilidades a unos y otros por su comportamiento, al Gobierno y a
la oposición, por lo que hace y por lo que no hace. Será en su momento,
ahora toca lo que toca: responsabilidad y unidad.
En todo caso, sí pediría, señor Garcés, algo de contención a los que
podríamos llamar los campeones de la anticipación, a los afectados por el
síndrome del falso "yo sí lo vi venir", al síndrome de "yo sé predecir el
pasado", porque, señor Garcés, el Gobierno no ha actuado con
arbitrariedad, siempre ha adoptado las medidas conforme recomendaban los
expertos y cuando lo recomendaban los expertos, conforme a los consejos
de la Organización Mundial de la Salud, de nuestros científicos, de
nuestras
instituciones sanitarias, atendiendo a los datos de la realidad de cada
momento. Ha insistido usted en tres ocasiones en el 8 de marzo. Señor
Garcés, no es verdad. Ustedes, el 8 de marzo, no pidieron suspender
ninguna manifestación; es más, estaban ustedes allí, estaban allí las
mujeres del Partido Popular con un lema propio; es más, ese fin de semana
el presidente del Partido Popular tuvo varios actos masivos. El señor
Feijóo organizó días después incluso algunas comidas, mítines, con una
asistencia muy considerable, y yo no se lo reprocho, porque yo no soy
capitán a posteriori, porque yo no presumo de predecir el pasado. Solo
les pedimos un poquito de sensatez. Por cierto, también el 8 de marzo,
además de manifestaciones feministas, hubo cinco partidos de fútbol de
primera división, cinco partidos de fútbol de segunda división, la final
de la Copa de la Reina de baloncesto, la final de la Copa de España de
fútbol sala, la final de la Copa del Rey de balonmano; hubo conciertos,
hubo carnavales, hubo misas, pero solo reprochan ustedes la manifestación
de la igualdad de la mujer. De esto también tendremos que hablar en algún
momento, señor Garcés, cuando toque. (Aplausos).
Nos pide el señor Espinosa de los Monteros responsabilidad y rigor; nos
hacen reproches de responsabilidad y rigor desde VOX. Señor Espinosa de
los Monteros, hoy han registrado ustedes una iniciativa para que la
sanidad pública no atienda a las personas inmigrantes que no pueden
pagarla. ¿Las dejamos morir? ¿Eso es responsabilidad y rigor? ¿Esa es la
contención del gasto innecesario del que nos ha hablado desde la tribuna?
¿Esta es la humanización cristiana de la política que reivindican?
Nuestros mayores, nuestros mayores, nuestros mayores, pero si tienen
nuestro RH y si tienen dinero. ¿Y si no? Responsabilidad y rigor es lo
que les pido yo. ¿Saben lo que es patriotismo? Patriotismo es ponerse al
lado del Gobierno cuando el Gobierno está peleando contra el enemigo de
todos; eso es patriotismo, no la pulsera, señor Espinosa de los Monteros.
(Aplausos).
Se entiende que cada Administración reclame el material sanitario que
necesita, entendemos incluso la urgencia, la exigencia, la impaciencia,
claro que sí. ¿Cómo no se va a tener impaciencia por recibir el material
que se necesita? El Gobierno está haciendo un esfuerzo extraordinario,
mayúsculo, en un mercado tensionado, en un mercado global con muchas
dificultades; está adquiriendo y repartiendo equitativamente millones de
mascarillas, de respiradores, de test. Se entiende la impaciencia, se
entiende la exigencia, pero lo que no se entiende son las mentiras, lo
que no se entiende es la manipulación. No se entiende que se diga que hay
requisas cuando no hay requisas, que hay retenciones cuando no hay
retenciones, y se entiende menos incluso cuando esa actitud viene, en
fin, desde Madrid, ¡desde Madrid! ¿El ministro de Sanidad es mando único
desde hace cuánto? ¿Diez días? Si la sanidad madrileña no estaba
preparada con un stock suficiente de mascarillas y de respiradores para
hacer frente a esta pandemia, ¿de quién será la mayor responsabilidad?,
¿de quién lleva diez días en el mando único o del que lleva veinte años
gestionando la sanidad pública madrileña? (Aplausos). Nosotros no
queremos hacer reproches, no, pero, por favor, un poco de verdad y un
poco de lealtad es lo único que pedimos. Aquí solo hay un enemigo, el
enemigo es el virus, y solo hay un camino, el camino es el de la unidad y
el de la lealtad. Es lo que pedimos, un poco de unidad y de lealtad.
(Rumores).
La señora PRESIDENTA: Silencio, por favor.
El señor SIMANCAS SIMANCAS: Señorías, muchas cosas están cambiando a gran
velocidad, obtengamos las mejores enseñanzas posibles, que las hay.
Estamos aprendiendo a valorar algunas de nuestras fortalezas como
sociedad; por ejemplo, hasta qué punto predominan los valores más
encomiables, como la entrega a los demás, la solidaridad con los
vulnerables, la responsabilidad colectiva. También adquirimos conciencia
de los flancos que hemos abierto en estos últimos años: recortes y
privatizaciones que debilitan nuestros servicios públicos precisamente
cuando más poderosos los necesitamos. Estamos aprendiendo sobre algunas
mentiras y algunas verdades, algunas nuevas y otras no tan nuevas.
Sabemos hoy que las fronteras son más mentira que nunca, porque no nos
ayudan a parar a nuestros enemigos reales y no nos permiten defender a
los más débiles de entre nosotros. Sabemos más que nunca que somos
comunidad. Hemos descubierto que esta es una verdad incontrovertible,
porque hoy la salvación de cada uno depende de la salvación de los demás,
porque salimos de esta juntos o no salimos, y somos comunidad,
efectivamente. Hemos aprendido que es mentira aquello de que el dinero
donde mejor está es en el bolsillo de los ciudadanos; hemos aprendido que
el dinero donde mejor está es en los recursos de las ucis de los
hospitales y en manos de los profesionales públicos que nos protegen;
hemos aprendido que lo relevante es defender la salud de nuestra gente y
hemos aprendido qué poco relevante es casi todo lo demás. Por último, en
estos momentos dramáticos estoy convencido de que la ciudadanía española
está aprendiendo rápidamente también a distinguir a los políticos que
están a su altura de los políticos que
no lo están, a los que ejercen sus funciones con responsabilidad, unidad,
lealtad, de los que lo hacen algo menos, porque ahí fuera, señorías,
aquellos a los que representamos solo conciben ahora un enemigo, el
virus, y un solo objetivo, vencerlo. Hagámoslo aquí dentro también, tiene
que funcionar y va funcionar.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Simancas.
Señorías, llamamos a votación. Procederemos a votar los puntos debatidos
hasta el momento en tres minutos. (Una trabajadora del servicio de
limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores.- Pausa).
CONVALIDACIÓN O DEROGACIÓN DE REALES DECRETOS-LEYES. (VOTACIÓN):
- REAL DECRETO-LEY 4/2020, DE 18 DE FEBRERO, POR EL QUE SE DEROGA EL
DESPIDO OBJETIVO POR FALTAS DE ASISTENCIA AL TRABAJO ESTABLECIDO EN EL
ARTÍCULO 52.d) DEL TEXTO REFUNDIDO DE LA LEY DEL ESTATUTO DE LOS
TRABAJADORES, APROBADO POR EL REAL DECRETO LEGISLATIVO 2/2015, DE 23 DE
OCTUBRE. (Número de expediente 130/000005).
La señora PRESIDENTA: Señorías, vamos a proceder a votar.
Convalidación o derogación de reales decretos-leyes. Real Decreto-ley
4/2020, de 18 de febrero, por el que se deroga el despido objetivo por
faltas de asistencia al trabajo establecido en el artículo 52.d) del
texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, aprobado por
el Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
307 votos telemáticos, 350; a favor, 25 más 182 votos telemáticos, 207;
en contra, 7 más 45 votos telemáticos, 52; abstenciones, 11 más 80 votos
telemáticos, 91.
La señora PRESIDENTA: Por tanto, queda convalidado el real decreto-ley.
Se ha solicitado la tramitación de este real decreto-ley como proyecto de
ley por el procedimiento de urgencia, por lo que procedemos a votar dicha
solicitud,
Comienza la votación, (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 42 más
307 votos telemáticos, 349; a favor, 40 más 288 votos telemáticos, 328;
en contra, 2 más 14 votos telemáticos, 16; abstenciones, 5 votos
telemáticos.
La señora PRESIDENTA: Por tanto, se tramita como proyecto de ley por el
procedimiento de urgencia.
- REAL DECRETO-LEY 5/2020, DE 25 DE FEBRERO, POR EL QUE SE ADOPTAN
DETERMINADAS MEDIDAS URGENTES EN MATERIA DE AGRICULTURA Y ALIMENTACIÓN.
(Número de expediente 130/000006).
La señora PRESIDENTA: Real Decreto-ley 5/2020, de 25 de febrero, por el
que se adoptan determinadas medidas urgentes en materia de agricultura y
alimentación.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
307 votos telemáticos, 350; a favor, 26 más 182 votos telemáticos, 208;
en contra, 1 voto telemático; abstenciones, 17 más 124 votos telemáticos,
141.
La señora PRESIDENTA: Por lo tanto, queda convalidado el real decreto-ley.
Se ha solicitado también la tramitación de este real decreto-ley como
proyecto de ley por el procedimiento de urgencia, por lo que procedemos a
votar dicha solicitud.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 42 más
307 votos telemáticos, 349; a favor, 20 más 166 votos telemáticos, 186;
en contra, 21 más 136 votos telemáticos, 157; abstenciones, 1 más 5 votos
telemáticos, 6.
La señora PRESIDENTA: Por lo tanto, se tramita como proyecto de ley por el
procedimiento de urgencia.
- REAL DECRETO-LEY 6/2020, DE 10 DE MARZO, POR EL QUE SE ADOPTAN
DETERMINADAS MEDIDAS URGENTES EN EL ÁMBITO ECONÓMICO Y PARA LA PROTECCIÓN
DE LA SALUD PÚBLICA. (Número de expediente 130/000007).
La señora PRESIDENTA: Real Decreto-ley 6/2020, de 10 de marzo, por el que
se adoptan determinadas medidas urgentes en el ámbito económico y para la
protección de la salud pública.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
307 votos telemáticos, 350; a favor, 40 más 302 votos telemáticos, 342;
en contra, 1 más 1 voto telemático, 2; abstenciones, 2 más 4 votos
telemáticos, 6.
La señora PRESIDENTA: Por lo tanto, queda convalidado el real decreto-ley.
Se ha solicitado la tramitación de este real decreto-ley como proyecto de
ley por el procedimiento de urgencia, por lo que procedemos a votar dicha
solicitud.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 42 más
307 votos telemáticos, 349; a favor, 9 más 81 votos telemáticos, 90; en
contra, 30 más 221 votos telemáticos, 251; abstenciones, 3 más 5 votos
telemáticos, 8.
La señora PRESIDENTA: Por lo tanto, no se tramita como proyecto de ley por
el procedimiento de urgencia.
- REAL DECRETO-LEY 7/2020, DE 12 DE MARZO, POR EL QUE SE ADOPTAN MEDIDAS
URGENTES PARA RESPONDER AL IMPACTO ECONÓMICO DEL COVID-19. (Número de
expediente 130/000008).
La señora PRESIDENTA: Real Decreto-ley 7/2020, de 12 de marzo, por el que
se adoptan medidas urgentes para responder al impacto económico del
COVID-19.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
307 votos telemáticos, 350; a favor, 39 más 302 votos telemáticos, 341;
en contra, 2 más 1 voto telemático, 3; abstenciones, 2 más 4 votos
telemáticos, 6.
La señora PRESIDENTA: Por lo tanto, queda convalidado el real decreto-ley.
Se ha solicitado también la tramitación de este real decreto-ley como
proyecto de ley por el procedimiento de urgencia, por lo que procedemos a
votar dicha solicitud.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 42 más
307 votos telemáticos, 349; a favor, 11 más 80 votos telemáticos, 91; en
contra, 30 más 222 votos telemáticos, 252; abstenciones, 1 más 5 votos
telemáticos, 6.
La señora PRESIDENTA: Por lo tanto, no se tramita como proyecto de ley por
el procedimiento de urgencia.
- REAL DECRETO-LEY 8/2020, DE 17 DE MARZO, DE MEDIDAS URGENTES
EXTRAORDINARIAS PARA HACER FRENTE AL IMPACTO ECONO´MICO Y SOCIAL DEL
COVID-19. (Número de expediente 130/000009).
La señora PRESIDENTA: Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas
urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social
del COVID-19.
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
307 votos telemáticos, 350; a favor, 33 más 257 votos telemáticos, 290;
en contra, 8 más 46 votos telemáticos, 54; abstenciones, 2 más 4 votos
telemáticos, 6.
La señora PRESIDENTA: Por lo tanto, queda convalidado el real decreto-ley.
Se ha solicitado la tramitación de este real decreto-ley como proyecto de
ley por el procedimiento de urgencia, por lo que procedemos a dicha
votación.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 42 más
307 votos telemáticos, 349; a favor, 21 más 158 votos telemáticos, 179;
en contra, 20 más 144 votos telemáticos, 164; abstenciones, 1 más 5 votos
telemáticos, 6.
La señora PRESIDENTA: Se tramita como proyecto de ley por el procedimiento
de urgencia.
ACTOS EN RELACIO´N CON LOS ESTADOS DE ALARMA, EXCEPCIO´N Y SITIO:
- SOLICITUD DE AUTORIZACIO´N DE LA PRO´RROGA DEL ESTADO DE ALARMA
DECLARADO MEDIANTE EL REAL DECRETO 463/2020, DE 14 DE MARZO, POR EL QUE
SE DECLARA EL ESTADO DE ALARMA PARA LA GESTIO´N DE LA SITUACIO´N DE
CRISIS SANITARIA OCASIONADA POR EL COVID-19. (Número de expediente
091/000001).
La señora PRESIDENTA: Pasamos a debatir el siguiente punto del orden del
día: Solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma,
declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, para la
gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.
Para exponer las razones que han motivado la solicitud de prórroga tiene
la palabra en nombre del Gobierno el señor presidente del Gobierno.
El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Señora
presidenta, señorías, buenas noches.
Quiero que mis primeras palabras, igual que los primeros sentimientos de
todas y de todos, estén dirigidas a quienes han sufrido durante estos
días la pérdida de un ser querido, a un padre, a una madre, a su pareja o
a alguien a quien le uniese lazos de parentesco, de amistad o los lazos
del amor y del afecto. Del mismo modo, quiero trasladar nuestra
solidaridad con quienes luchan por su vida en los hospitales o con
quienes permanecen enfermos en sus casas. Ellos y ellas son la máxima
prioridad de todos nosotros. Por ellos y para ellos trabajan
incansablemente nuestras sanitarias y nuestros sanitarios, por ellos y
para ellos, como máxima urgencia, nos esforzamos cada minuto del día las
administraciones públicas en todos los niveles del Estado y en todos los
rincones del país. Por ellos también permanecemos encerrados todos.
Señorías, han transcurrido once días desde la proclamación del estado de
alarma, once días en los que hemos estado volcados en la fase de
mitigación, como ha dicho en recurrentes ocasiones el ministro de
Sanidad, y en los que hemos perseguido tres objetivos claves: en primer
lugar, anteponer la protección de las personas más expuestas a sufrir las
formas más severas de la sociedad; en segundo lugar, a blindar al máximo
las capacidades del sistema de salud protegiendo a los profesionales
sanitarios y a quienes cubren servicios básicos, y, en tercer lugar,
proteger a toda la población respaldando las medidas de higiene básicas
con nuevas medidas de máximo distanciamiento social que eviten los
encuentros entre personas y, en consecuencia, reduzcan las posibilidades
de transmisión.
Señorías, no ha habido ni un solo día ni una sola hora ni un solo momento
en el que este Gobierno y todas las administraciones públicas
-autonómicas y locales- hayan dejado de actuar. Desde el Gobierno de
España lo hemos hecho desplegando las medidas adoptadas en los últimos
consejos de ministros, tanto ordinarios como extraordinarios. Ya
anunciamos la movilización de hasta 200 000 millones de euros para
proteger y asegurar a las familias, trabajadores y trabajadoras,
autónomos y empresas; en definitiva, nuestro país.
Pero también hemos actuado, señorías, en primer lugar, con medidas
sanitarias para el refuerzo de la salud pública y también el apoyo a los
ciudadanos vía familias, y ahí están los 2800 millones de euros a las
comunidades autónomas que ya estamos transfiriendo, la movilización de
1000 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado al Fondo
de Contingencia, en este caso gestionados por el
Ministerio de Sanidad, así como el conjunto de acciones para garantizar la
disponibilidad de medicamentos y también el material necesario.
Intervención en precios de productos necesarios para la protección de la
salud, creación de un fondo social extraordinario dotado con 300 millones
de euros, ampliación de la protección de colectivos vulnerables en
servicios públicos esenciales como el agua, como la electricidad, y
también mediante la moratoria en el pago de las hipotecas.
En segundo lugar, medidas para el mantenimiento del empleo, en especial de
las pequeñas y medianas empresas y de los trabajadores y trabajadoras
autónomos, otorgando el aplazamiento y el fraccionamiento de sus deudas,
como se ha dicho aquí en tribuna, impulsando el teletrabajo en las pymes
y promocionándolo mediante la cobertura legal, flexibilizando y
agilizando los ERTE de cara a priorizar el mantenimiento del empleo sobre
la extinción de los contratos, ayudando, en definitiva, a los autónomos
afectados para que tengan acceso a una prestación ordinaria por cese de
actividad.
En tercer lugar, medidas para garantizar la liquidez y la flexibilidad de
empresas, abriendo la línea de financiación del ICO, dotada con 400
millones de euros y con garantía del Estado, extendiendo la bonificación
a los contratos fijos discontinuos; y de cara a sostener la actividad
económica mediante garantías de liquidez, se prevé una línea de avales
por cuenta del Estado para empresas y para autónomos de 100 000 millones
de euros, ayer mismo tomamos las primeras decisiones, como saben ustedes,
en el Consejo de Ministros para su otorgamiento efectivo. Y finalmente,
medidas para apoyar la necesaria, imprescindible y urgente investigación
científica y médica en la búsqueda de la vacuna contra el COVID-19.
Señorías, sabemos que esta pandemia tiene una triple dimensión: la
sanitaria, la económica y también la social, y, por tanto, todo lo que
hagamos pretende, en primer lugar, reforzar nuestro sistema sanitario y
adelantarnos a posibles amenazas sanitarias, garantizando la seguridad
sanitaria; mitigar las consecuencias económicas derivadas del COVID-19 y
recuperarnos para reconstruir el país en el menor tiempo posible en el
ámbito económico y en el social, y finalmente, proteger a toda la
ciudadanía española, garantizando su derecho a la vida, y más
precisamente una vida en condiciones dignas.
Querría informarles, asimismo, de las distintas órdenes, resoluciones e
instrucciones que han dictado los cuatro ministros designados como
autoridades delegadas competentes desde la última vez que comparecí en el
Congreso de los Diputados el pasado 18 de marzo. El ministro de Sanidad
ha aprobado dos criterios interpretativos del real decreto por el que se
declara el estado de alarma con el fin de aclarar que se permitan los
desplazamientos por la vía pública a: en primer lugar, personas con
alteraciones conductuales, como, por ejemplo, personas con diagnóstico
del espectro autista y conductas disruptivas cuya situación se puede ver
agravada como consecuencia del confinamiento, siempre que se realice con
un acompañante y sea respetando las medidas necesarias para evitar el
contagio, y a personas que realicen actividades de voluntariado para la
alimentación, el rescate y el cuidado veterinario de los animales
domésticos que habitan en los espacios públicos urbanos.
Asimismo, el ministro de Sanidad ha dictado once órdenes en su ámbito de
responsabilidad. La primera es para suspender la apertura de hoteles,
alojamientos turísticos y alojamientos de corta estancia ubicados en
cualquier parte del territorio nacional y regular el proceso escalonado
de cierre. No obstante, tal y como ha dictado también el ministro de
Sanidad, ello no impide que estos espacios puedan ser habilitados para
uso sanitario, ya sea en régimen de consulta o también de
hospitalización. Y por su parte, el ministro de Transportes, Movilidad y
Agenda Urbana también ha dictado una orden para garantizar el alojamiento
y comida en hoteles a aquellos trabajadores y trabajadoras que deban
realizar labores de abastecimiento e interés general, asistencia
sanitaria, así como a personas que deban desplazarse para atender a
mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad, personas
especialmente vulnerables o con necesidades de atención sanitaria.
La segunda orden del ministro de Sanidad es para garantizar el
mantenimiento del suministro de energía eléctrica a productores de
metales, productos químicos y otros productos de relevancia cuantitativa
en los mercados. La tercera, para recomendar al ministro de Justicia la
coordinación de la actividad profesional de los funcionarios y
funcionarias del servicio de la Administración de Justicia con el fin de
garantizar la continuidad de los servicios esenciales y, al mismo tiempo,
salvaguardar la salud de los usuarios del servicio y de las empleadas y
empleados públicos. La cuarta orden tiene por objeto asegurar el acceso a
la prestación farmacéutica a los colectivos que pertenecen a regímenes
especiales de la Seguridad Social. La quinta establece medidas para la
gestión de residuos domésticos, así como la gestión de residuos
procedentes de los hospitales, ambulancias, centros de salud,
laboratorios y establecimientos similares con contacto con el COVID-19.
La sexta pretende dar destino final a los fallecidos con la mayor
agilidad posible, eliminando la necesidad de que transcurran veinticuatro
horas
desde el fallecimiento hasta la concesión de la licencia de enterramiento.
La séptima garantiza el correcto funcionamiento de los servicios de
abastecimiento a la población de agua de consumo humano, de saneamiento
también de las aguas residuales urbanas, otorgando la consideración de
servicios esenciales a los laboratorios de ensayo, fabricantes y
comercializadores de reactivos, así como a los suministros de bienes y
repuestos de los servicios de soporte. La octava establece obligaciones
de suministro de información, abastecimiento, fabricación de determinados
medicamentos que se consideran esenciales para la gestión de la crisis en
la que estamos inmersos. Y se han dictado dos órdenes también para
regular las actividades de las residencias de personas mayores -que sé
que es una preocupación compartida en esta Cámara- con el fin de reducir
el riesgo de contagio y tratar de la forma más adecuada a las personas
que sufran esta enfermedad. Una de estas incluye, en primer lugar, las
medidas de protección y limpieza; y la segunda, la obligación de aislar a
residentes diagnosticados con COVID-19 y con infecciones respiratorias.
Finalmente, una tercera, que son las medidas de coordinación para el
diagnóstico y seguimiento de los residentes. La otra, adoptada en el día
de ayer, establece para las residencias la obligación de mantener su
actividad, salvo que la autoridad competente lo determine y regule las
medidas de intervención de los centros residenciales privados que anuncié
el domingo.
Por su parte, en la última semana, el ministro del Interior ha dictado dos
órdenes. La primera de ellas tiene como finalidad garantizar el
suministro de productos y la prestación de servicios esenciales para la
población, y a estos efectos suspende temporalmente las restricciones a
la circulación para el transporte de mercancías y las campañas especiales
de control y vigilancia del tráfico que estaban programadas. Asimismo,
prorroga hasta sesenta días los permisos y las licencias de conducir cuya
vigencia expire durante el estado de alarma. La segunda orden establece
los criterios aplicables para denegar la entrada a nuestro país a
personas que no sean nacionales de la Unión Europea o de países incluidos
en el espacio Schengen, al tiempo que acuerda también el cierre temporal
de los puestos habilitados para la entrada y salida de España a través de
Ceuta y de Melilla.
Asimismo, el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha dictado
otras cinco órdenes, además de la ya mencionada, y una instrucción, en
las que, en primer lugar, habilita a este mismo ministerio a adquirir de
forma centralizada un máximo de 8 millones de mascarillas de protección
FFP2, con objeto de su posterior distribución en el ámbito del sector del
transporte a personas que prestan servicios en áreas de riesgo. En
segundo lugar, se extiende la validez de algunos títulos administrativos
expedidos por la Dirección General de la Marina Mercante con el fin de
garantizar la continuidad de la actividad y, al tiempo, suspender las
actividades de inspección y reconocimiento programados por parte de la
autoridad y la Administración marítima. En tercer lugar, se dictan
instrucciones sobre el transporte de mercancías por carretera en las que
se permite que vayan dos personas en la cabina del vehículo cuando sea
necesario por razón del tipo de transporte a realizar, y también se
autoriza la apertura de los talleres de reparación y de mantenimiento de
vehículos, así como de los establecimientos de venta de piezas y
accesorios con venta directa a los talleres, si bien deben permanecer
cerrados al público. En cuarto lugar, se permite la utilización de las
tarjetas de cualificación del conductor acreditativas del certificado de
aptitud del profesional que no puedan renovarse como consecuencia de la
suspensión de los cursos de formación continua o del impacto de las
medidas extraordinarias en el funcionamiento ordinario de los organismos
administrativos competentes. En quinto lugar, medidas para el transporte
de animales con el objeto de garantizar el lógico abastecimiento. En
sexto lugar, se establecen las condiciones para la prestación del
servicio de transporte aéreo en las rutas, imprescindibles en una
realidad que es la insular, de Palma de Mallorca, Menorca e Ibiza y se
adjudica este servicio durante el estado de alarma.
Señorías, España ha seguido en todo momento, como se ha dicho aquí por
parte de otros intervinientes, las recomendaciones de los expertos
sanitarios internacionales, de la propia Organización Mundial de la Salud
y también del extraordinario equipo de profesionales del Centro de
Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, a quienes siempre
agradeceremos su dedicación, su compromiso, y por supuesto también a los
organismos europeos. Se trata, en definitiva, señorías, como ven, de
medidas sanitarias, de medidas sociales, de medidas económicas y de
medidas laborales y reitero -reitero- que el Gobierno, y muy
especialmente los cuatro ministerios con competencias delegadas y yo
mismo como presidente, no ha dejado ni un instante de tomar medidas, de
dictar órdenes y les aseguro que se seguirán tomando para hacer frente a
los distintos desafíos que pudieran surgir durante los próximos días.
Quiero hacer una especial mención a las acciones y al despliegue hecho
como nunca se había hecho en la historia democrática de nuestro país por
parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y también de las
Fuerzas Armadas, un total de 240 245 efectivos desplegados entre la
Policía Nacional, la
Guardia Civil, la Ertzaintza, los Mossos d'Esquadra, la Policía foral, la
Policía canaria y las policías locales. Y en el caso de las Fuerzas
Armadas, un total de 2680 efectivos en más de 135 ciudades, apoyando
diferentes servicios sociales, la instalación de infraestructuras
temporales y la realización de tareas de reconocimiento de necesidades,
distribución de alimentos y desinfección de estaciones, aeropuertos,
juzgados, hospitales y residencias de mayores. Asimismo, están
trasladando pacientes entre hospitales, a hoteles también, además de la
fabricación de medicamentos y productos sanitarios. La movilización de
todos los representantes públicos, señorías, es máxima, es total. Todos
ellos y todas ellas trabajan unidos para ganarle la guerra al virus con
nuestros más de 350 000 profesionales del Sistema Nacional de Salud. Son
en su conjunto, señorías, un orgullo nacional.
Señorías, cada vez es más evidente la magnitud del desafío al que hace
frente la humanidad. El virus avanza y golpea con dureza a cada uno de
los países del mundo, desconociendo las distancias, su nivel de
desarrollo y la orientación política de sus Gobiernos. Sistemas
sanitarios de países que todos tenemos por excelentes se ven desbordados
por la fuerza del número. Ese, el abrumador número de contagiados, es el
poder del virus, esa es su estrategia. Una a una, las tácticas de
contención que cada país ha ido ensayando, van siendo superadas hasta
que, finalmente, la única opción es el aislamiento social y el
confinamiento del grueso de la población en sus hogares. Precisamente,
porque el aislamiento es indispensable para hacer frente al virus, hoy
comparezco ante ustedes en esta Cámara para pedir una prórroga de ese
confinamiento, porque en una sociedad de hombres y mujeres libres, como
es la española, la decisión de encerrarnos en nuestras casas no puede ser
decretada o impuesta, sino aprobada por los propios ciudadanos a través
de sus legítimos representantes. Así es lo que establece nuestra
democracia y nuestra Constitución.
Yo sé, señorías, que no es fácil la medida de prolongar el estado de
alarma, no lo es, y con él las medidas de confinamiento, que tampoco lo
son. No es fácil para el Gobierno solicitarlo, no es sencillo para sus
señorías concederlo, pero aún es más difícil para los ciudadanos y
ciudadanas asumirlo. Estoy convencido de que, efectivamente, la única
opción eficaz contra el virus es el aislamiento social. Todos nosotros y
todas nosotras, con independencia de nuestro color político, estamos
convencidos de eso. Y también estoy seguro de que todos, con
independencia de nuestra ideología, somos conscientes de que esa regla
debe tener algunas excepciones, que necesitamos en condiciones de máxima
seguridad poder salir de nuestras casas a hacer la compra o a comprar
medicinas y que ocurre que para que los supermercados tengan víveres y
las farmacias medicamentos son necesarias algunas otras actividades
económicas de producción y de transporte. Y sucede que al tiempo que nos
recluimos debemos preservar el máximo de los bienes que nos han de
permitir reanudar nuestra vida una vez concluya esta pesadilla, que
concluirá y concluirá pronto, pero, evidentemente, tenemos que abordar
esa tarea de reconstrucción. De modo que, a la hora de actuar, es preciso
utilizar el bisturí para no amputar ningún nervio de nuestro organismo
social que comprometa el propio sostenimiento de la población confinada o
la ulterior recuperación de esa misma población y eso nos obliga,
señorías, a buscar un muy difícil equilibrio, un equilibrio delicado,
pero tenemos que hacerlo. Debemos ganar al virus sin dejar a nadie atrás;
ya se ha dicho aquí y nosotros lo compartimos. Ese es el equilibrio que
se busca con el decreto que hoy trae el Gobierno y en el que debemos
encontrarnos todas y cada una de las fuerzas políticas aquí presentes.
Nos hemos encerrado para preservarnos del contagio y para así preservar a
todos del contagio. Nos hemos encerrado para ganar tiempo, señorías,
tiempo para que los hospitales puedan asimilar la cantidad de enfermos
que les llegan, tiempo para que los investigadores encuentren
medicamentos eficaces para tratar la enfermedad, hasta que finalmente
alcancen una vacuna que nos proteja a todos y a todas. Es un nuevo
sacrificio para todos y es un sacrificio extremo para personas que ya
vivían circunstancias muy delicadas antes de que toda esta pesadilla
ocurriera. Señorías, para muchos y para muchas el confinamiento más que
una medida de precaución puede suponer -como supone, desgraciadamente- la
intensificación de una pesadilla previa: mujeres maltratadas por sus
parejas, con las que están obligadas a convivir; personas que viven en
infraviviendas, carentes de ventilación y de un espacio vital mínimo;
personas con problemas psicológicos, que ahora mismo ven rota su conexión
con el mundo que les permitía una mínima estabilidad. Señorías, conocemos
también el sacrificio que la extensión del estado de alarma comporta para
todos ellos y todas ellas, y la solicitamos para que también ellos y
ellas protejan su salud y puedan aspirar a un mañana mejor que el que
ayer venían soportando.
Señorías, comparezco ante la Cámara para solicitar una prórroga, como he
dicho antes, para solicitar tiempo. Es el tiempo el que permite la
adaptación y la resistencia de nuestro sistema de salud, y es cuestión de
tiempo que la ciencia encuentre tratamientos eficaces y desarrolle una
vacuna que elimine el
virus. Mientras tanto la vacuna somos cada uno de nosotros y nosotras,
porque no solo tenemos que aplanar la curva en el menor tiempo posible, y
en ello está el Gobierno, sino tratar de evitar olas futuras. Eso es muy
importante, señorías, hay que tratar de evitar olas futuras y
adelantarnos a futuras amenazas. Durante esta situación el Gobierno está
cumpliendo, como no puede ser de otra forma, con lo establecido en la Ley
Orgánica 4/1981, de 1 de junio, y con el artículo 116 de la Constitución
española, que regula el estado de alarma, de manera que el Estado social
y democrático de derecho que tenemos, las garantías de libertades y
derechos que reconoce y ampara la Constitución incluso en una situación
tan excepcional como esta -este Gobierno no es insensible a ello- siempre
esté garantizado. Señorías, estoy seguro de que el Congreso de los
Diputados y las fuerzas políticas que lo componen comprenderán la
situación de emergencia nacional que vive el país y espero que apoyen la
prórroga del estado de alarma hasta el 11 de abril, porque es
imprescindible para vencer al virus seguir privándole de su principal
arma de difusión, que son nuestros propios contactos sociales.
Comparezco, por tanto, señorías, ante la Cámara para solicitar tiempo y
comparezco también ante la Cámara para proponer otro bien igual de
precioso en un momento tan crítico como el actual, que es unidad y
lealtad. En la primera comparecencia que hice para presentar el real
decreto del estado de alarma dije que cuando terminara esta crisis el
Gobierno iba a proponer a la Cámara la creación de una comisión de
evaluación sobre lo que ha ocurrido para extraer las lecciones que
tenemos que extraer como sociedad y como Estado para que ante futuras
pandemias que inevitablemente vendrán tengamos los mecanismos necesarios
para hacer a nuestra sociedad lo más resiliente posible a ellas.
Señorías, hoy también quiero trasladar que durante el periodo de prórroga
del estado de alarma propongo a la Cámara que la Comisión parlamentaria
de Sanidad se convierta en la comisión de seguimiento de la crisis del
COVID-19 y que, por tanto, todas aquellas informaciones y datos que
suministra el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias
y que, evidentemente, conoce todos los días la Comisión técnica de
seguimiento del estado de alarma, que está compuesta por las cuatro
autoridades y por mí mismo, puedan ser compartidos diariamente con la
Comisión parlamentaria y con todas las fuerzas políticas allí integradas.
También traslado el compromiso, señorías, de que el ministro de Sanidad
comparecerá una vez a la semana en esa Comisión ante todas las fuerzas
parlamentarias para poder explicar la evolución de la pandemia y las
medidas que estamos tomando. Por tanto, máxima transparencia, máxima
colaboración, máxima coordinación y lealtad y unidad del Gobierno de
España con el Congreso de los Diputados.
También tengo que decirles, señorías, que en las enmiendas que han
presentado todas y cada una de las fuerzas políticas hay muchos elementos
muy razonables. Y quiero decirles que el Gobierno de España, con
independencia de cuál sea el resultado de esas votaciones, está
estudiando todas y cada una de las medidas que ustedes han planteado en
sus enmiendas para que aquellas que sea factible realizar desde luego las
hagamos verosímiles durante este periodo de prórroga del estado de
alarma. Por tanto, señorías, comparezco para pedirles tiempo, como ya he
dicho antes, y para pedirles algo también muy preciso en este momento tan
crítico, que es la lealtad y la unidad, porque, señorías, cada necesidad
que atendemos conjuntamente, cada problema para el que hallamos solución
en la cooperación es un paso más hacia la recuperación de la vida de la
ciudadanía española y la reconstrucción del bienestar común. Sigamos
trabajando con la máxima lealtad institucional, señorías, preservemos la
unidad como respuesta al sacrificio que estamos pidiendo a los ciudadanos
que permanecen en sus casas, perseveremos en esa lealtad como respuesta a
la valentía de quienes salen de sus casas para combatir al virus.
Hoy todos los españoles y españolas debemos ser solidarios, y además con
un territorio específico, con la Comunidad de Madrid, como mañana lo
seremos, señorías, con Cataluña y con todas y cada una de las comunidades
autónomas que lo necesiten. Todos, desde el municipio más remoto hasta el
Gobierno de España, desde cada ciudadano en su encierro hasta cada
sanitario con su bata padecemos la misma angustia ante un fenómeno que
nunca habíamos vivido y ni siquiera habíamos imaginado. Todos sentimos
similar congoja, pero precisamente por eso debemos actuar con la máxima
lealtad y con la máxima unidad. Ojalá la política tuviese el poder
extraordinario de restablecer la normalidad en nuestras vidas de
inmediato y en cuestión de segundos -ojalá tuviéramos ese poder-, pero no
lo tiene, señorías; lo que sí pone a nuestro alcance la política es la
facultad de cooperación, es la facultad de coordinación, es, en
definitiva, la unión. Por eso reitero en esta Cámara la misma invitación
que trasladé a los presidentes y presidentas autonómicos en las dos
conferencias que he mantenido en los diez últimos días con ellos, y es
que trabajemos juntos, pensemos en la angustia con que siguen la
expansión de la epidemia los mayores y los colectivos más vulnerables
ante esta pandemia, pensemos en los sanitarios y también en
sus desvelos; ahuyentemos, señorías, cualquier pensamiento mezquino,
cualquier pensamiento egoísta. Ningún responsable político está dotado de
poderes sobrehumanos, pero tenemos la gran suerte de contar con la
respuesta de una ciudadanía formidable y con el asesoramiento científico
de los mejores profesionales. Solo nos falta agregar a esos dos factores
nuestro espíritu de unión y nuestra voluntad de victoria, que la tenemos.
Actuemos, señorías, con el tiempo que nos entregan los ciudadanos y con
unidad, con el tiempo que precisamos y con lealtad. Cuento con ello,
señorías.
Gracias, presidenta. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente del Gobierno. (Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa). Muchas gracias, Catalina.
A continuación intervendrán los representantes de los distintos grupos
parlamentarios. Por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, tiene
la palabra el señor Casado Blanco.
El señor CASADO BLANCO: Buenas noches, señor presidente.
Desde que el Gobierno reconoció la crisis del coronavirus en España hemos
mantenido usted y yo dos conversaciones privadas y he comparecido en
público ocho veces para resaltar en todas ellas en primer lugar que
cuenta con nuestro apoyo como principal partido de la oposición para
enfrentarse a esta pandemia, que vamos a apoyar el estado de alarma y los
decretos económicos para mitigar las consecuencias de la misma y que
tenemos que trabajar juntos para combatir el virus. Pero he de reconocer
que su intervención de hoy, como las anteriores, me deja más preocupado.
Y le quiero hablar sinceramente no como adversario, sino como
compatriota, como padre de dos niños pequeños que llevan confinados en
casa desde hace dos semanas, como amigo de dos fallecidos y decenas de
enfermos por el COVID-19. Nuestro país no está para más mítines ni para
manuales de resistencia ni de autoayuda. Los españoles necesitan
soluciones, no promesas; certezas, no soflamas. España está de duelo,
todos estamos de luto, y esto, señor Sánchez, no va bien. Los ciudadanos
están cumpliendo con los enormes sacrificios que se les pide, con las
durísimas medidas que hoy aprobará el Congreso, pero el Gobierno no está
respondiendo a la altura de sus esfuerzos. Créanme que me duele decirlo y
que lo hago con todo el respeto y la consideración. En las últimas
veinticuatro horas han muerto 738 personas por el virus, más del doble de
todas las que caben en este hemiciclo en un solo día; esto es terrible.
En total ya tenemos aquí más víctimas que en China, 3500 fallecidos; 3500
vidas truncadas de familias destrozadas que ni siquiera han podido
acompañarles en sus últimos momentos y tardan días en poder enterrarles
por el colapso de los servicios funerarios, y, por ejemplo, han tenido
que habilitar como morgue una pista de hielo en Madrid. Todas esas
víctimas merecen la dignidad de la nación, y por eso propongo que las
banderas oficiales ondeen a media asta mientras que dure esta pandemia y
pido un funeral de Estado para todos ellos cuando superemos está crisis,
para resarcir la soledad que han sufrido sus familias sin sepelios, y un
monumento en su honor en el centro de Madrid, tal y como hoy han
anunciado sus máximos responsables.
Señorías, como responsables públicos, lo que nos pregunta la gente es por
qué España, que representa un 0,6 % de la población mundial, ya registra
el 16 % de los muertos, es decir, veintisiete veces más de lo que nos
correspondería por población, siendo la segunda nación del mundo, después
Italia, en número de fallecidos. A algún ministro se le escapó anteayer
que el Gobierno conocía desde el 2 de febrero la peligrosidad de la
pandemia; de hecho, el primer fallecido en nuestro país se registró el
pasado 13 de febrero. La primera semana de marzo la Unión Europea
recomendó medidas de alejamiento social y la Organización Mundial de la
Salud alertó de la epidemia a nivel mundial, que, por cierto, ya había
avisado de la gravedad de la misma el 30 de enero anterior. Pero el
Gobierno animó a centenares de miles de personas a manifestarse
masivamente el 8 de marzo y autorizó cientos de eventos masivos esos
días. Esta misma mañana, el ministro de Sanidad ha reconocido que la
anterior semana fue clave en la expansión del virus en España y hasta el
Ministerio de Defensa ha explicado a la OTAN que el 9 de marzo fue el
estallido nacional de esta crisis. Pero usted, señor Sánchez, aún no lo
ha reconocido ni ha pedido perdón por una negligencia tan grave. Tiempo
tendremos de pedirle responsabilidades, no lo voy a hacer ahora.
El 9 de marzo, señorías, comparecí ante la prensa nada más terminar su
comité de seguimiento al ver que no tomaban ninguna medida y ante la
desesperación de mis compañeros alcaldes y presidentes autonómicos, que
llevaban semanas pidiendo cerrar ya los colegios, las residencias de
mayores o la movilidad de personas. De hecho, dos semanas antes, en el
Pleno del Congreso, en esta Cámara, del 26 de febrero le pedí suspender
la mesa de negociación con los partidos independentistas y mandar al
ministro de Sanidad a coordinar la respuesta al coronavirus en toda
España. Ya el 23 de enero habíamos
registrado nuestra primera petición de información parlamentaria sobre
este tema, y desde entonces llevamos doscientas iniciativas presentadas
que aún no han obtenido respuesta del Gobierno. Pero, señor Sánchez, lo
único que me preocupa ahora es qué está haciendo para luchar contra la
pandemia y por qué no se ejerce con eficacia el mando único. Usted dijo
que estamos en guerra contra el virus, pero en las guerras los Gobiernos
no mandan a los soldados al frente sin casco, sin chaleco, sin munición,
y en esta guerra nuestros profesionales sanitarios están peleando sin
mascarilla, sin equipos de protección y sin respiradores para salvar la
vida de los enfermos. España es el primer país del mundo en contagios a
sanitarios, un 14 % del total, lo que supone ya 5400 casos. Solo en las
últimas veinticuatro horas se han infectado otros 1500 profesionales.
Como nieto, hijo y hermano de seis médicos y primo, sobrino y cuñado de
tres enfermeras, conozco de cerca la vocación y el sacrificio de unas
profesiones en las que se está dispuesto a arriesgar la vida con tal de
salvar la de los demás. Lo que no se puede hacer es dejarles abandonados
a su suerte. No podemos estar cada noche pendientes del móvil para saber
su parte de bajas. Señores del Gobierno, les pido que no ofendan a los
que están en el frente de esta batalla anunciando que hoy, diez días
después de reconocer por fin la alerta sanitaria, han comprado material
que llegará entre abril y junio a los hospitales, según la rueda de
prensa que hoy han dado. ¿Cuántas muertes y contagios habrá hasta
entonces? Más de medio millón de sanitarios merecen aplausos a las ocho
de la noche, pero necesitan protección eficaz a las ocho de la mañana. No
sé qué más tenemos que hacer y decir para que garanticen la llegada del
material de protección e intervención de inmediato. Y también test
masivos para analizar a la población y así poder prevenir más víctimas e
ir abriendo la economía productiva conforme se vayan aislado los focos de
contagio, como en Corea y en Japón. Creo que no es mucho pedir,
sinceramente. El mando único del Gobierno tiene todas las competencias y
la responsabilidad para centralizar las compras, y así lo asumió al
principio, incluso haciendo requisas y tomando la producción de empresas.
No entendemos por qué pocos días después ha asumido su incapacidad y ha
vuelto a lanzar a los mercados internacionales a las autonomías sin
ninguna coordinación y ninguna cobertura en pagos de efectivo, tal y como
exigen algunos proveedores. Cada hora de retraso son enfermos sin
respiradores y médicos expuestos al contagio. Honestamente, esto ya es
imperdonable.
Señor Sánchez, es usted el presidente del Gobierno investido con menos
votos y escaños de su grupo parlamentario en toda nuestra historia. Sin
embargo, es el que más poder ha recibido de la oposición. Le hemos
concedido las competencias extraordinarias de un estado de alarma, que ya
es más un estado de excepción encubierto, pues afecta a la limitación de
derechos fundamentales que no recoge la Constitución en la figura que hoy
aprobamos. Por ese motivo, ni siquiera hemos presentado enmiendas al
decreto, no porque no sea mejorable, que lo es y mucho, sino porque ya ha
excedido con creces su alcance constitucional. Aun así, hoy vamos a votar
a favor por sentido de Estado, ya lo hemos hecho, y por lealtad
institucional. Incluso, le anuncié nuestro respaldo hace una semana,
antes de conocer su contenido y sin que nos lo pidiera usted. Y lo mismo
haremos con los decretos de medidas económicas, que llegan tarde y son
insuficientes. Pero ahora la prioridad es remar en la misma dirección y
arrimar el hombro para resolver esta crisis cuanto antes. Nosotros le
hemos dado todo lo que nos ha pedido, pero el problema es que con estos
poderes máximos, la eficacia del Gobierno está siendo mínima, y esto no
puede ser. Señor Sánchez, estoy siendo el jefe de la oposición que usted
no fue. A nosotros nos organizaron veinticinco manifestaciones
llamándonos asesinos por sacrificar al perro de la única contagiada por
ébola en nuestro país, que, afortunadamente, se acabó curando. Usted
pidió entonces, en plena crisis, la dimisión de la ministra y llamó de
todo al presidente del Gobierno. Yo no voy a hacerlo, y, afortunadamente
para usted y para España, nosotros no somos así. Nosotros no vamos a
pegarnos pegatinas contra ustedes en la solapa, nosotros no vamos a
amenazar ni a escrachear sus hogares, como me pasó en 2012 con una bebé
recién nacida en casa, ni vamos a cercar la sede de su partido ni a
tirarles pintura roja al grito de pásalo. Pero lo que sí tenemos que
hacer, porque es nuestra responsabilidad, es pedirle cuentas de lo que
está haciendo o no está haciendo, y las debe dar no en un mitin
televisado en prime time de fin de semana con preguntas enlatadas, debe
rendir cuentas todas las semanas en la sede de la soberanía nacional, en
las Cortes Generales. En los regímenes bananeros se estila la propaganda
pública en televisión para culto del líder, pero en las democracias
parlamentarias los mensajes a la nación se dirigen desde los congresos,
como este en el que estamos, que ha permanecido abierto incluso cuando lo
intentaban ocupar por la fuerza. Por eso, le hemos planteado una Comisión
de seguimiento parlamentario, no una Comisión de Sanidad, que ya existe
hace muchos años; no desvirtúe la dimensión de esta crisis. Y lo hacemos
para apoyarle con nuestros votos, como hoy, sí, pero también para
ayudarle con nuestra experiencia. Aquí se sienta una ministra de Sanidad
que resolvió la crisis del SARS, en el Senado está un secretario de
Estado
que gestionó la del ébola y en el Europarlamento está una ministra que
administró la de la hepatitis. Lo mismo le digo de nuestros presidentes
autonómicos, de diputación y alcaldes: cuente con ellos, lo que le piden
es por el bien de todos, tienen experiencia y saben lo que necesitan sus
vecinos; también creo que los de otros partidos y los del suyo. Y, por
favor, señores del Gobierno, sean ustedes leales también, no mientan
sobre la gestión sanitaria que hemos hecho en estos años. Solo en Madrid
se han construido doce hospitales y cien centros de salud nuevos -y menos
mal para esta crisis- y en toda España se incrementó en un 14 % el gasto
público sanitario en nuestro último Gobierno, en concreto 3768 millones
de euros, que más nos gustaría ahora recibirlos en las autonomías.
Si nos piden unidad, no la rompan ustedes, tampoco la acción social. Su
vicepresidente rompió la cuarentena para soltar un mitin contra la
derecha y el sector privado y anunciar que tomaba el mando de las
residencias de mayores, pero no le hemos vuelto a oír decir nada. Y
hablando del señor Iglesias, no aprovechen el estado de alarma para
resarcir a sus socios. Aún no ha explicado por qué se incorpora hoy en la
comisión del CNI usando un decreto económico tan sensible para los
parados y personas vulnerables. Y ya de paso, explíquenos por qué el
Ministerio de Justicia ha dictado una orden para autorizar indultos en
este periodo de excepción y qué tiene que ver eso con el coronavirus.
Pero, sobre todo, creo que es inadmisible que miembros de su Gobierno
promuevan caceroladas contra el jefe del Estado y lo hagan desde la sala
de prensa de la Moncloa. Le pido que en la réplica aproveche para
desautorizarles y para defender al rey de España. Sería muy irresponsable
instrumentalizar este drama para avanzar en su agenda republicana y
antisistema y su cruzada contra la propiedad privada, la separación de
poderes y el libre mercado. Por eso, tampoco entendemos por qué lanzan en
este momento una pugna entre lo público y lo privado, porque cuando
precisamente ahora se está viendo la gran solidaridad de empresas con
administraciones y de trabajadores por cuenta ajena con funcionarios es
por la colaboración en la simbiosis entre los dos sectores y la máxima
coordinación sanitaria entre ambos ámbitos, que también usan los miembros
de su Gobierno infectados, a los que deseo sinceramente una pronta
recuperación. Ahora es un momento de unidad en toda la sociedad española,
no es tiempo de plantear agendas divisivas ni marcos ideológicos
sectarios. Si fue un error atrasar las medidas contra el virus por
razones ideológicas, peor aún sería aplicarlas para intentar salir de sus
nefastas consecuencias, porque, señor Sánchez, la crisis económica ya ha
llegado y es muy profunda. Nosotros apoyamos las medidas que proponen y
solo les pedimos a cambio que las pongan en marcha ya. Las pymes y los
autónomos no solo necesitan crédito, necesitan liquidez inmediata para no
tener que cerrar. No les basta con los 20 000 millones de euros aprobados
ayer, sino con los 200 000 prometidos. No piden avales para pagar los
impuestos, lo que quieren es que se les aplacen los impuestos, que se les
exima del pago de cotizaciones sociales y se supriman las cuotas de este
mes. Los empleadores no pueden gestionar más papeleo desde sus casas,
piden agilidad en la tramitación de los expedientes a favor de sus
trabajadores por ERTE. Las comunidades autónomas, los ayuntamientos no
quieren más promesas, sino que se les devuelvan los 2500 y los 700
millones de euros respectivamente que les debe el Gobierno desde hace
meses para su gasto sanitario y social. Y, sobre todo, hay que pensar ya
en la reconstrucción de nuestra economía productiva aumentando su
competitividad y flexibilidad, hay que bajar ya impuestos, costes
laborales y reducir la burocracia. Señor Sánchez, la salida de esta
crisis nos exigirá una agenda reformista muy intensa para que los
millones de parados que hay en España y los que queden ahora sin empleo
puedan encontrar trabajo pronto. A su Gobierno esta crisis lo ha pillado
sin los deberes hechos para mejorar la economía y por eso los efectos en
nuestro país serán más graves. Nuestro excelente sistema sanitario o de
protección social, de pensiones o de educación ha sido posible gracias a
la prosperidad económica que han hecho posible a su vez los sectores
productivos particulares, contribuyendo solidariamente a las arcas
públicas. Así se configuró el Estado social europeo que hoy he tenido
ocasión de reivindicar en una videoconferencia con mis socios de las
instituciones de la Unión Europea y así debe seguir siendo, sin caer en
la tentación populista. Solo así podremos proteger a quien más lo
necesite, porque nadie debe quedarse atrás por esta crisis, y los
responsables públicos velaremos para que así sea. Habrá que reordenar
prioridades y reducir lo superfluo, que no es, desde luego, ni el
Ministerio de Defensa ni las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado,
como decía usted. Hoy también les rindo a ellos un sentido homenaje por
su esfuerzo y dedicación: a militares, policías y guardias civiles, como
a los agricultores, ganaderos, pescadores, distribuidores,
transportistas, farmacéuticos, periodistas, funcionarios de prisiones y
otros muchos que están al pie del cañón para que los demás podamos
cumplir el confinamiento que hoy hemos extendido.
Señorías, los españoles somos un pueblo excepcional que en los últimos
años hemos superado circunstancias dramáticas. Conseguimos una transición
a la democracia ejemplar, derrotamos al terrorismo etarra y evitamos el
rescate económico que habría destruido nuestro Estado del bienestar. Esa
España anónima del 2 de mayo, de la libertad sin ira, de las manos
blancas o de las banderas en las ventanas ha vuelto a emerger
espontáneamente ahora. Esa España de los balcones en cada aplauso
agradece a nuestros héroes su sacrificio, pero también exige en cada
palmada eficacia a sus representantes públicos. Es esa tercera España,
que no es de unos ni de otros, que es de todos y para siempre. Esa España
merece unidad, sí, pero también eficacia, y pide lealtad, sí, pero
también responsabilidad. Se lo debemos a miles de familias que están
llorando a sus fallecidos, a los 50 000 infectados que luchan por
curarse, a los miles de trabajadores que se arriesgan para que el resto
estemos en casa y a esos millones de familias que están aisladas y solo
piden que se resuelva esta crisis cuanto antes.
Señor Sánchez, acabo ya. Recuerde la máxima de Virgilio: Pueden porque
creen que pueden. Para salir de una crisis un país necesita creer que es
capaz de superarla, necesita creer en quien puede liderarlo, necesita
confiar en el mejor Gobierno posible, y eso no está sucediendo. La
confianza no se consigue con palabras, sino con hechos y con solvencia y
credibilidad y determinación. A pesar de todo, sigue contando con nuestro
apoyo y desde hoy tiene quince días más con poderes extraordinarios para
enfrentarse a esta pandemia con urgencia y eficacia. No defraude a los
españoles una vez más, no se lo merecen.
Muchas gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso, algunos de ellos puestos en pie).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Casado. (Una trabajadora del servicio
de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Abascal Conde.
El señor ABASCAL CONDE: Muchas gracias, señora presidenta.
Señorías, antes de nada, mi recuerdo para los 3434 españoles que han
fallecido por esta pandemia y mi pésame para sus familiares, a los que al
dolor de la pérdida irreparable por esta cruel enfermedad se ha sumado el
dolor de ni siquiera haberse podido despedir de sus seres queridos, que
se fueron en agonía y en soledad, sin la mano de un buen hijo para
cerrarle los ojos o sin la extremaunción de un sacerdote para aquellos
que tenían fe. A todos ellos solo les puedo prometer que no descansaremos
hasta que todas las autoridades competentes asuman todas sus
responsabilidades ante los españoles. Mi recuerdo también para todos los
enfermos y sus familias, que ahora viven en la inquietud; mi ánimo a los
que todavía enfermarán y mi aliento para los españoles que están
aguantando estoicamente y con gran responsabilidad las difíciles medidas
de confinamiento domiciliario. Solo les puedo prometer que VOX no
descansará aportando soluciones y trabajo para paliar en todo lo posible
las consecuencias del virus de Wuhan y de la negligencia de los
gobernantes.
Señor Sánchez, señor Iglesias, ustedes lo han hecho todo tarde y ustedes
lo han hecho todo mal y los españoles sufrimos ahora su sectarismo, su
incapacidad y su falta de previsión. Ustedes, señor Sánchez y señor
Iglesias, nos han mentido; ustedes, señor Sánchez y señor Iglesias, han
ocultado información a los españoles; ustedes, señor Sánchez y señor
Iglesias, han utilizado esta tragedia para sus repartos de botín, ya sea
colocando al señor Iglesias en el CNI o preparando los indultos que les
exigen sus cómplices de investidura. Ustedes, señor Sánchez y señor
Iglesias, se han saltado la cuarentena mientras confinaban a los
españoles en sus casas, sin poder ni siquiera pasear a sus hijos o a sus
familiares enfermos, con enfermedades psicológicas a las que ustedes se
referían, por ejemplo.
Señor Sánchez y señor Iglesias, el 29 de enero VOX les pidió que tomaran
medidas contra la epidemia de coronavirus. Primero, se rieron de
nosotros, no solo ustedes, sino sus terminales mediáticas, que nos
llamaron xenófobos y racistas una vez más solo porque queríamos tomar
medidas en las fronteras y en los aeropuertos, incluso llegaron a
decirnos que éramos más peligrosos que el virus, cosa que nosotros no les
hemos dicho a ustedes, por cierto. Pero no solo nos despreciaron a
nosotros, sino que no escucharon a la Organización Mundial de la Salud y
dijeron que a España no llegaría la epidemia con esa virulencia y que no
hacían falta los test de los que ahora tanto hablan; no dedicaron
entonces ni un minuto a pensar en el material y en los medios que harían
falta si la epidemia llegase a España. Por eso nuestros sanitarios están
ahora desprotegidos y nuestra sanidad al borde del colapso, mientras que
es la iniciativa social y particular de muchos españoles la que está
tratando de aliviar este horror. Todos hemos visto a conocidos
empresarios, a deportistas, a sanitarios dándolo todo, hemos visto a
jóvenes que salen a ayudar en las
residencias de ancianos, hemos visto a monjas cosiendo mascarillas,
mientras que el otro día su grupo parlamentario, señor Sánchez, se reunía
para evaluar el impacto de género de esta tragedia.
Y tampoco hicieron caso a los expertos, por mucho que ahora se escuden en
ellos, simplemente porque hasta este sábado 21 de marzo no ha creado
usted un comité de científicos. Yo no sé si habrán incluido en él al alto
cargo de Sanidad que se reía de nuestro diputado, el doctor Steegmann,
cuando este trataba de prevenirles hace unas semanas. Por cierto, ¿nos
podría contar cuál es la cronología de ese asesoramiento científico
detrás del que se escuda y al que han aludido tantas veces? Aporten
ustedes nombres y documentos porque a lo mejor así sabremos, al menos, de
qué científicos no podemos volver a fiarnos. Yo le daré un nombre y es el
del señor Simón, y creemos de verdad que cuanto antes lo cese usted antes
recuperará el Gobierno algo que necesita urgentemente ante los españoles:
el crédito, porque fue el señor Simón el que reconoció públicamente que
el domingo 8 de marzo, el fatídico 8-M, a las dos o tres de la tarde ya
tenía noticias de que la epidemia estaba fuera de control. Es decir,
horas antes de la manifestación feminista ya sabían que el virus estaba
en las calles. ¿Quizá por eso algunos miembros del Gobierno acudieron con
guantes de látex a aquella manifestación? Supongo que han visto las
noticias, mientras estábamos hoy en el hemiciclo, en el sentido de que un
juez ya investiga por prevaricación al delegado del Gobierno en Madrid
por haber autorizado las manifestaciones del 8 de marzo y ha pedido que
la investigación en relación con el señor presidente del Gobierno sea
dirigida por el Tribunal Supremo y, por tanto, la denuncia se plantee
allí.
Señor Sánchez, señor Iglesias, por culpa del sectarismo, por culpa del
ansia de poder, por culpa de la negligencia, España afronta ahora tres
amenazas muy graves: la primera es la amenaza a la salud, la segunda es
una amenaza económica y la tercera es una amenaza política, que es la que
representan sus socios de Gobierno y de investidura. Se están muriendo
ancianos en las residencias abandonados por las administraciones. Hay
ancianos vivos junto a cadáveres, eso es lo que ha descubierto nuestro
ejército. Recibíamos la carta de Isabel, una responsable de una
residencia de ancianos, publicada en algún medio de comunicación, que
decía: Escribo desde la situación de una pequeña residencia de ancianos
donde tenemos la mitad del personal de baja por haber contraído el
coronavirus. Están nuestros residentes encerrados en sus cuartos y no
pueden bajar al comedor, con lo que hay que subir las bandejas a sus
habitaciones. No tenemos oxígeno ni mascarillas ni batas protectoras, y
por eso van cayendo como chinches los trabajadores. Los residentes
reclaman nuestra atención y no se la podemos dar, tienen que beber para
no deshidratarse, pero ¿quién les ofrece el agua? La comida no la tocan y
los hay con fiebre, pero no sabemos si han cogido el virus porque no les
han hecho el test correspondiente. Los organismos públicos nos mandan
toda clase de informes a sabiendas de que no los podemos cumplir ni leer,
pues el tiempo empleado se lo restaríamos a otros menesteres más
importantes. Que es exactamente lo que estamos haciendo con nuestros
mayores, con los ancianos, con aquellos que han levantado este país, con
aquellos que han sido un ejemplo para nosotros y a los que se lo debemos
absolutamente todo.
Se están contagiando, además, incluso muriendo, sanitarios, policías,
guardias civiles, militares y funcionarios de prisiones, también
transportistas, vigilantes de seguridad, comerciantes y conductores, y
todo ello porque no llega material de protección a tiempo, los test de
los que tanto hablan, que se han empleado en escasas ocasiones,
únicamente para distinguir, un vez que ya hay síntomas evidentes, entre
los positivos y los negativos, mientras que en otros países se han
empleado masivamente para identificar a los infectados, ver cuáles han
sido sus contactos y aislarlos para que no se propague la infección.
Dejen de protegerse ustedes intentando hacer un relato político en sus
comparecencias de televisión o en esta tribuna y protejan a los
españoles.
La segunda amenaza es la económica. Ya ha detallado nuestro portavoz, el
señor Espinosa de los Monteros, nuestras propuestas, que habíamos hecho
llegar al Partido Socialista en el día de ayer, con objeto de evitar la
ruina nacional. Celebro que acogieran nuestra petición de prohibir que en
la Bolsa los buitres hicieran negocio con la tragedia, pero hay que hacer
mucho más. La luz, el agua o el gas deben llegar a todas las familias sin
ningún tipo de impuesto mientras dure la crisis y quizá más allá. Y no
nos olvidamos de los autónomos, a los que no se les puede pedir que sigan
pagando cuotas e impuestos cuando no se les permite trabajar.
La tercera amenaza es la política, y preocupa cada vez a más españoles.
Señor Sánchez, he de decirle que creo que tiene a un totalitario
peligroso sentado a su lado, en su Gobierno, y en vez de cesarlo le ha
dado más poderes y han utilizado ustedes este momento para blindarle en
el control del Centro Nacional de Inteligencia. Por eso le pedimos que
rectifique de inmediato, que aparte de cualquier decisión al señor
Iglesias, por irresponsable, porque además de incumplir la cuarentena
trata de sacar provecho
político en este momento de sufrimiento de los españoles. Tiene a su lado,
señor Sánchez, a una persona que ha alentado protestas contra la
monarquía cuando el país que todos ustedes gobiernan estaba sufriendo la
peor crisis del siglo. Una persona que ha roto la unidad de los balcones,
que era lo más precioso, lo más emocionante que tenían los españoles en
estos momentos tristes, y lo ha hecho para sembrar la división y el odio
entre los españoles, con una cacerolada, por cierto, que ya le han
devuelto millones de españoles también la semana pasada. ¿No se da
cuenta, señor Sánchez, de que si usted enfermara -¡y Dios no lo quiera!-,
como le ha ocurrido a la señora vicepresidenta Calvo, a la que deseamos
una pronta recuperación, sería el vicepresidente Iglesias el que asumiría
todo el poder temporalmente? ¿No entiende que el pueblo español no puede
admitir que quien promueve caceroladas contra el jefe del Estado pueda
acabar presidiendo el Gobierno, aunque fuera por casualidad?
Y, por supuesto, en esta amenaza política no podían faltar los traidores
de siempre: los separatistas catalanes, que incluso han llegado a
celebrar con chistes miserables la epidemia. Les aseguro que el señor
Puigdemont pagará el haberse reído de las víctimas españolas, como pagará
por todos sus delitos. Luego, cuando ya no hacía gracia lo de "de Madrid
al cielo" porque también morían en Barcelona, exigieron que no apareciese
el ejército por sus calles. Del retraso del despliegue de nuestros
militares también les haremos responsables cuando llegue el momento de
ajustar cuentas.
Por ello quiero agradecer hoy aquí la labor y la paciencia de nuestras
Fuerzas Armadas. Imagino que ya no cree usted, señor Sánchez, como creía
antes, que hay que suprimir el Ministerio de Defensa. Al igual que le
pido, que le exijo, el cese del señor Iglesias, le exijo también que
aplique el artículo 155 o lo que sea necesario para destituir al señor
Torra, que está inhabilitado por los tribunales, porque sus prejuicios
antinacionales mientras está al mando de la Generalidad de Cataluña están
poniendo en mayor riesgo todavía la vida de los catalanes.
Señor Sánchez, creo que han perdido ustedes un tiempo que es oro y que ha
costado vidas, que ha costado muchas vidas de españoles. Rectifique
radicalmente; pida disculpas, porque es algo que se puede hacer en
política; dejen el autobombo televisivo; no pretendan aparecer
constantemente con un programa que prácticamente parecía el de Aló
Presidente, en el que nos llegó a contar incluso cómo había crecido el
acceso a Internet durante estos días, porque no saldremos de aquí con
técnicas de propaganda del señor Maduro ni con las ocurrencias de
asesores sin escrúpulos.
No es vanagloria, señor Sánchez, pero quiero que entienda nuestra
posición. Fui el primer líder político que le exigió el estado de alarma
el martes 10 de marzo. Le pedí que unificará el mando de la
Administración, que superase el caos de los diecisiete protocolos y
dirigiese usted, con amplísimos poderes y unidad de mando, todos los
esfuerzos para detener esta pandemia. Y lo hicimos por patriotismo.
Imagínese lo que representaba para nosotros, lo que nos costaba ampliar
sus poderes si veníamos denunciando desde que usted fue elegido la
ilegitimidad de su Gobierno por las mentiras que durante la campaña
electoral dijo a los españoles. Pero es usted el presidente, ilegítimo
decimos nosotros, pero es el presidente legalmente y por eso creemos que
debe usted tener todo el mando y toda la responsabilidad para dirigir
todos los esfuerzos del Estado y de la nación para ganar esta auténtica
guerra contra la pandemia.
Sabemos que el reto es extraordinario, como usted ha trasladado en su
intervención. Por eso no pierdan más un segundo en politiqueos, en
chanchullos con los cómplices de investidura o en la propaganda que le
recomiendan sus asesores. Si no se ve usted capaz, puede irse, nada le
obliga a estar aquí; puede irse ahora y poner a alguien con menos
hipotecas políticas; puede dejar paso a un Gobierno de unidad nacional.
Pero, si decide continuar, le repito la exigencia: cese de inmediato al
señor Iglesias, al ministro de Sanidad, al responsable de emergencias y
destituya a los separatistas en la Generalidad, que son del mismo partido
de los que se han reído de nuestros muertos. Olvídense, por supuesto, de
dar indultos; condenen la actitud de quienes con sus obsesiones
antimonárquicas han dividido al pueblo español en esta hora gravísima.
Hágalo ahora o se arrepentirá para siempre o, lo que es peor, morirán más
españoles y se arruinarán más españoles. Y es a ellos, a los españoles y
a España, a quienes nosotros debemos nuestra lealtad. Por eso hoy no
tenemos más remedio que apoyar la continuidad del estado de alarma. Vamos
a votar a favor de la prórroga de las medidas y, por lo tanto, va a gozar
usted de poderes especiales durante quince días más. Yo le he exigido
muchas cosas y le he dicho muchas cosas porque creo que era mi deber con
España, con los españoles y con las personas que representamos. Ahora le
suplico que aproveche esos poderes para minimizar al máximo la amenaza a
la salud, para minimizar en todo lo posible la amenaza económica y para
desterrar por completo la amenaza liberticida de sus socios. Usted sabe
que si nos hubiera hecho caso antes en algunas cosas la situación no
sería tan dramática. Háganos caso ahora porque no va a tener más
oportunidades. Si usted no aprovecha estos quince días para
combatir la amenaza sanitaria eficazmente, para paliar la amenaza
económica y evitar la ruina de los españoles y para desterrar la amenaza
totalitaria que representan sus socios, no solo no volverá a contar con
nuestro apoyo, sino que le exigiremos responsabilidades políticas y
penales ante el pueblo español y ante los tribunales.
Permítanme concluir con un mensaje de aliento, de gratitud y de orgullo
por la sociedad española, por esos empresarios más o menos conocidos, por
esos deportistas, por esos sanitarios, por esos jóvenes entregados a los
más mayores, por esos héroes anónimos que están dando lo mejor de sí
mismos, diciendo que es la hora de que todos los españoles se sumen al
esfuerzo colectivo de inventar, uniendo ingenio y capital, porque son la
ciencia y la industria las que nos pueden salvar de un momento tan
aciago. Aprovechemos las lecciones de esta crisis tenebrosa para
convertirnos en un país avanzado científica y tecnológicamente y que
brillen en España, con la ayuda de Dios, la confianza en nosotros mismos,
la ciencia y la investigación.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Abascal. (Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchas gracias, Catalina.
Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú
Podem-Galicia En Común, tiene la palabra el señor Echenique Robba.
El señor ECHENIQUE ROBBA: Muchas gracias, señora presidenta.
Señorías, presidente del Gobierno, miembros del Gobierno de España, tenía
preparada la intervención pero creo que hay que contestar a algunas cosas
que se han dicho aquí. Yo soy científico de profesión y hay un científico
célebre, un padre de la mecánica cuántica, el señor Niels Bohr, que
decía: Predecir es muy difícil, especialmente el futuro. Lo decía
irónicamente, pero es una verdad que cualquier persona que se dedique a
la física o a la epidemiología sabe que es lo más cercano que puede haber
a una verdad absoluta en el ámbito científico.
Nos hablan aquí los portavoces de la derecha -que alguna vez habrá que
evaluar para qué han servido durante toda esta crisis los partidos de la
derecha en este país- de una supuesta muy mala gestión del Gobierno de
España en estos meses y en estas semanas. Pero, claro, lo dice el señor
Pablo Casado, que ha utilizado en esta tribuna -de hecho, en la que tengo
a mi espalda- los problemas que están sufriendo nuestros sanitarios,
nuestras médicas, nuestros enfermeros y la alta tasa de contagio que hay
en ese sector, que se está dejando la piel y, a veces, la vida por
proteger al conjunto de los españoles, ha utilizado esos problemas, que
son reales y que el Gobierno conoce perfectamente y respecto de los que
está actuando para mitigarlos, para atacar al Gobierno y para acusar al
Gobierno de ineficiencia.
Sin embargo, el señor Pablo Casado no ha dicho desde esta tribuna cómo
conseguir a la mayor brevedad -como está pidiendo al Gobierno de España-
que lleguen millones de EPI para proteger tanto a sanitarios como a otras
personas, y no lo ha dicho porque no lo sabe; no ha dicho cómo hacerlo
porque no sabe cómo hacerlo; y este es el comportamiento de los partidos
de la derecha que estamos viendo en los últimos tiempos. El señor Abascal
ha utilizado un discurso parecido, un poco más hiperventilado, como es su
estilo, pero es que ayer el señor Abascal, que está acusando de mala
gestión al Gobierno de España, propuso que los inmigrantes en nuestro
país tuvieran que pagar antes de recibir asistencia sanitaria. Esto,
además de repugnante desde el punto de vista moral, además de una
estupidez desde el punto de vista económico, es absolutamente ineficaz
desde el punto de vista de lucha contra la epidemia. Cualquiera sabe que
si situáramos a cientos de miles de personas que viven y trabajan en
nuestro país fuera del sistema sanitario lo que estaríamos haciendo es
ayudar a que el coronavirus se propagase más rápido. De estos dos lugares
vienen las críticas al Gobierno de España: de un señor que dice que hay
que proteger a nuestros trabajadores y sanitarios, como es evidente que
hay que hacer -pero no dice cómo porque no lo sabe-, y de un señor que
propuso ayer mismo una medida que haría que el coronavirus se propagase
más rápidamente en nuestro país. Habrá que preguntarse algún día para qué
ha servido la derecha y los partidos de la derecha en la gestión de esta
crisis.
Voy a intentar ser breve porque creo que la gente espera de nosotros
palabras claras y no discursos alambicados y patrioteros como los que
acabamos de escuchar, y además porque, aunque nosotros somos
representantes públicos y tenemos la obligación de permanecer en este
hemiciclo el tiempo que haga falta, los trabajadores y trabajadoras de la
casa tienen derecho a cenar a una hora decente hoy también, así que voy a
ser lo más breve que pueda. Como digo, es difícil tener certezas en una
epidemia como esta, cualquier persona lo sabe; una persona que haya
trabajado en ciencias lo sabe doblemente,
pero algunas certezas tenemos. La primera es que ha sido buena idea
declarar el estado de alarma; ni siquiera las fuerzas que no lo pedían
cinco minutos antes de su declaración y cinco minutos después ya estaban
diciendo que llegaba tarde, ni siquiera esas fuerzas políticas niegan que
haya sido una buena idea declarar el estado de alarma en nuestro país, ni
siquiera el Capitán a posteriori niega que haya sido una buena idea. Es
claro también que hace falta prorrogar el estado de alarma porque es
evidente que no vamos a vencer al coronavirus en los próximos quince o
veinte días, es evidente; es evidente, por tanto, que hay que votar a
favor de esta prórroga y eso es lo que va a hacer mi grupo parlamentario.
Y hay muchas más certezas que nos está dejando esta crisis: la altura de
nuestro pueblo. Se ha dicho en esta tribuna por parte de varios
portavoces y estoy completamente de acuerdo, todas las veces que lo
digamos son pocas. La necesidad de tener una sanidad pública fuerte y
robusta en nuestro país creo que también es una certeza. También que la
fraternidad entre los diferentes territorios de España es muy importante,
especialmente cuando vienen mal dadas. Me ha gustado mucho escuchar al
ministro de Sanidad decir que en estos momentos hay que ayudar al
territorio donde está más tensionado el sistema de salud, que es la
Comunidad de Madrid, y decir esto sin ningún tipo de reproche a la
gestión de la sanidad en la Comunidad de Madrid, que algunos reproches se
podrían hacer y todos lo sabemos muy bien. Me ha gustado mucho escuchar
esa propuesta fraternal entre los diferentes territorios de España para
arrimar el hombro, que es también una certeza que nos deja esta crisis y
que nos deja este periodo tan duro.
Hay más certezas -lo comentaba nuestro diputado Txema Guijarro en la
intervención anterior-: se acabó la austeridad. El dogmatismo de la
austeridad ha muerto; ya nadie defiende que de una crisis se sale
recortando la sanidad, que se sale devaluando los salarios de la gente,
que se sale rescatando a la banca, que se sale poniendo principios
contables antes que la vida de la gente, antes que la salud de la gente.
Vivimos en unos tiempos en los cuales Angela Merkel propone grandes
partidas públicas para luchar contra el virus y anuncia que Alemania se
va a endeudar para hacer frente a esas inversiones públicas; Alemania.
Vivimos unos tiempos en los que el FMI dice que hay que invertir
urgentemente en sanidad pública. Vivimos unos tiempos en los cuales
Ursula von der Leyen levanta la cláusula de austeridad y activa la
cláusula de escape del Pacto de Estabilidad con criterio general para que
los países no tengan que cumplir el criterio del déficit en estas
condiciones tan difíciles. Vivimos en un tiempo en el cual el señor Luis
de Guindos está proponiendo una renta básica en España para salir
adelante y pasar la epidemia. Ojalá que, habiendo aprendido esto y
teniendo esta certeza, podamos construir una España más justa y mejor y
una Europa también más justa y mejor cuando pasemos esta epidemia y
cuando hayamos vencido al virus.
Estas son las certezas que creo que nos deja esta situación. Pero también
hay incertidumbres que tenemos que afrontar. Las hay de dos tipos y son
bien conocidas: la incertidumbre respecto a la evolución de la epidemia y
la incertidumbre respecto de la vida material de la gente hoy mismo, en
el futuro próximo, inmediato, y en el largo plazo también. Respecto de la
segunda, se ha comentado extensamente en el punto anterior y no quiero
redundar en ella -también le manifesté al respecto, señor presidente, en
esta misma Cámara, la opinión de nuestro grupo parlamentario hace una
semana-, pero sí me gustaría destacar algunos elementos en los que
pensamos que hay que avanzar en las próximas semanas, en los próximos
días. En primer lugar, el tema de los alquileres. Se ha dicho aquí.
Estamos muy satisfechos de que la ministra Calviño haya planteado que hay
que trabajar en esa dirección. Efectivamente, pensamos que es urgente que
pueda haber una suspensión del pago de alquileres para la gente más
afectada, protegiendo al mismo tiempo a los pequeños propietarios.
Pensamos que esas moratorias o esas suspensiones de carácter hipotecario
y del alquiler también se pueden extender a locales u oficinas de pymes y
de autónomos. Creemos que hay que avanzar en algún tipo de ingreso mínimo
para personas que no estén actualmente protegidas por los decretos que ha
ido sacando adelante el Gobierno y que tengan una renta muy baja o que no
tengan renta y, por supuesto, va a contar con la colaboración de nuestro
grupo parlamentario, de nuestra fuerza política, de nuestro espacio
político, para trabajar en esa dirección.
Con respecto a la otra incertidumbre que vive con mucha preocupación la
gente de nuestro país en estos momentos, la incertidumbre sobre la
evolución de la pandemia, he dicho al principio de mi intervención que
hay que ser claros, y creo que hay que serlo en este punto especialmente.
Los datos actuales de evolución de la epidemia no son buenos, los que
conocemos a día de hoy. La curva todavía está acelerando, todavía está en
una situación que la gente de mi profesión llamamos de derivada segunda
positiva. Esto quiere decir que no solamente aumenta el número de
fallecidos, que no solamente aumenta el número de
infectados, sino que también aumenta la velocidad a la que crece. Esto es
así porque cada día hay un número mayor de nuevos infectados que el día
anterior y hay un número mayor de nuevos fallecidos que el día anterior.
Con los datos a día de hoy, aún no vemos el pico de la epidemia, todavía
no se ve el pico de la epidemia; estos son datos. Por otro lado, hay
otros datos que son elocuentes y esperanzadores, los datos que
suministran la DGT y el Ministerio de Transportes respecto de la
movilidad de nuestro país. Es impresionante cómo la gente de nuestro país
ha asumido la dureza del confinamiento. Los datos de reducción de
movilidad en España son enormemente elocuentes, enormemente elocuentes, y
nos consta que muchos expertos están previendo que esta muy baja
movilidad, debida a la gran responsabilidad de la gente de nuestro país,
a la que desde aquí se lo quiero agradecer, pueda conducir a que en los
próximos días veamos cómo se empieza a doblegar la curva, cómo empezamos
a vencer a la epidemia, por lo menos a dar esos primeros pasos para
vencer la epidemia. Ojalá sea así. Es un escenario plausible dados los
valores de movilidad que estamos viendo, pero podría pasar que eso no
ocurriera. Como usted ha comentado muchas veces, señor presiente, una de
las claves de la buena actuación del Gobierno ha tenido que ver siempre
con la flexibilidad respecto de escenarios cambiantes y, por tanto, le
anticipo nuestro apoyo; siempre va a tener nuestro apoyo en esta crisis.
Pero también le pido que si cambiara el escenario, si fuéramos a un
escenario lamentablemente peor, el Gobierno de nuestro país pudiera
considerar algunos niveles de restricción de movimientos mayores, como
los que se han sugerido por parte de algunos diputados en esta Cámara. La
gente de nuestro país es mayor de edad y sabe lo que nos estamos jugando.
El Gobierno de España ha tenido que tomar decisiones muy complejas, muy
difíciles, utilizando la mejor ciencia disponible, y creo que la gente de
nuestro país sabe que vamos a tener que tomar más decisiones complejas y
difíciles.
Por concluir y respetar mi promesa de brevedad, simplemente quiero decirle
que sepa que esas decisiones difíciles no las va a tener que tomar solo.
Va a contar con el apoyo de mi grupo parlamentario en el camino que
todavía queda por recorrer. Nosotros vamos a seguir trabajando mañana,
tarde y noche para trasladarle lo que pensamos, las mejores propuestas,
con lealtad, con ánimo constructivo, pero sobre todo manteniendo una
máxima, la máxima que nos enseñan los balcones y las ventanas de nuestro
país todos los días a las ocho de la tarde: de esta salimos juntos y
unidos o, si no, no salimos.
Muchísimas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Echenique. (Una trabajadora
del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa).
Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián
Romero.
El señor RUFIÁN ROMERO: Muchas gracias, presidenta. Buenas noches,
señorías.
Comienzo con un agradecimiento, con un recuerdo y con un abrazo. El
agradecimiento es una vez más -y siempre serán pocas- para todos y cada
uno de los trabajadores y trabajadoras que en estos momentos os estáis
dejando el sueño, las ganas, el alma por que tengamos un futuro. Gracias,
un gracias infinito. Sois el único ejército no armado que realmente va a
ganar a esta crisis. Un recuerdo; un recuerdo para quienes estén pasando
o estén viendo pasar este virus en sus casas o en la cama de un hospital.
Mucho ánimo, lo vais a superar. Y un abrazo; un abrazo para quienes
estáis viendo morir a vuestros seres queridos en medio de todo esto sin
poder ni tan siquiera despediros. No hay palabras, simplemente un abrazo,
el abrazo más enorme que se pueda dar.
Como dijimos hace una semana, que nadie cuente con Esquerra Republicana ni
con este portavoz para echarnos este virus y esta crisis a la cabeza.
¿Qué creen que está pensando la gente, señorías de PP y de VOX, cuando
les ven y les oyen? Unos con banderas a media asta y los otros hablando
de Venezuela. Las banderas ni alimentan ni cuidan ni consuelan ni curan,
sean rojigualdas, sean tricolores o sean esteladas; no curan. Y eso no
significa que nosotros estemos, ni de lejos, de acuerdo con todas las
medidas adoptadas por este Gobierno durante esta crisis ni que no seamos
muy duros con algunas de las decisiones que por tardías o insuficientes
han podido agravar esta situación. España es ya el cuarto país con más
casos del planeta, 3434 muertos, más que China en noventa días; hace una
semana eran 500. Ni fatalismo ni frivolidad, realidad. Se perdonará el
exceso de prudencia, señor presidente, téngalo claro. La ciudadanía
siempre le perdonará el exceso de prudencia, pero jamás perdonará
muestras de inconsciencia. Hoy la demora o la incompetencia no hace
perder votos, hace perder vidas. Señorías, hoy no importa quién o cómo se
gana el relato, hoy solo importa quién o cómo se gana al virus. Porque
tan absurdo y tan irresponsable es no haber confinado Madrid en su
momento como ver hoy un atasco en una rotonda de Valencia o un metro
atestado de gente en Barcelona obligada a ir a trabajar. Como siempre
decimos, ya habrá tiempo para ajustar cuentas. El hoy es para hacer
propuestas y dar respuestas de presente y de futuro partiendo de una
base: todo el mundo hoy aquí quiere acertar. Estoy convencido de que todo
el mundo hoy aquí quiere acertar.
Si bien hemos apoyado sus medidas económicas y sociales para intentar
paliar la crisis económica futura nacida de la crisis sanitaria presente,
no podemos más que abstenernos en esta prórroga del estado de alarma que
plantean. Y lo hacemos principalmente por dos motivos, uno relevante y
principal y el otro ciertamente accesorio pero que conviene comentar,
porque pensamos que si no lo hacemos nosotros no lo hará nadie más. El
primer motivo, el principal: es absurdo seguir con la matraca de cerremos
Madrid y cerremos Cataluña, es absurdo. Si esto ya es un problema global,
es simplemente porque no se trató de forma territorial. Desde nuestro
punto de vista, ustedes llegaron tarde y mal al cierre de los dos
principales focos de infección alegando constantemente que el virus no
entiende de territorios, obviando que sí que entiende de estadísticas, y
Barcelona y Madrid las encabezaban. Repito, 3434 muertos, más que China.
Ahora les pedimos que no lleguen tarde al siguiente paso llegados a este
punto. Hay que parar, hay que parar y hay que hacerlo cuanto antes.
Cuanto antes y más paremos, antes y más nos recuperaremos. Las medidas de
confinamiento y funcionamiento de la actividad que plantean nos siguen
pareciendo laxas y tardías. Hay que parar toda actividad no esencial para
tener algún tipo de actividad el día de mañana. Y si tienen dudas
-nosotros también las tenemos- de qué es lo esencial y no esencial,
debatámoslo, discutámoslo y lleguemos a un consenso. Hoy ya se están
recibiendo denuncias de empleados sobre empresarios desalmados que
ofrecen dinero o directamente extorsionan a sus trabajadores para que
acudan presencialmente a sus puestos de trabajo no esenciales. El virus
no entiende de clases sociales, pero quizá el Gobierno sí. No pueden
continuar abogando -y leo literalmente el artículo 7 de este real
decreto- por permitir desplazamientos al lugar de trabajo para efectuar
prestaciones laborales profesionales o empresariales. Esto es
terriblemente irresponsable. Deben restringirlo desde ya a lo
exclusivamente esencial. De camino al Congreso, por ejemplo, he visto a
dos jardineros cortando el césped de un parque. ¿Qué de esencial tiene
cortar el césped de un parque ahora? ¿El césped no puede crecer un mes? Y
estamos hablando de una empresa municipal. Si queremos bajar esa curva,
no tiene ningún sentido obligar a la gente a ir a comprar de uno en uno
un sábado y que, en cambio, se encuentren un lunes un vagón de metro
atestado porque tienen que ir a trabajar obligados. O paramos el país, o
nos quedamos sin país, o paramos el país, o nos quedamos sin país, sea el
país que sea para cada cual. (La señora vicepresidenta, Elizo Serrano,
ocupa la Presidencia).
El segundo motivo por el cual nos abstenemos, por el cual no podemos votar
que sí, ya he dicho que es accesorio, pero si no lo comentamos nosotros,
seguramente no lo comentará nadie, y es el tufo a naftalina y
patrioterismo de corneta y pandereta que desprende alguna puesta en
escena en todo esto durante estos días. Y no me refiero solo a lo de las
donaciones generosas -que, por cierto, una donación acompañada de un
comunicado de prensa no es generosidad, es publicidad-, no me refiero
solamente a eso, no me refiero solamente a la imagen, a las declaraciones
o a las gesticulaciones de cuatro o cinco señores con veinte medallas en
el pecho cada mañana hablando de guerras y de soldados, cuando los únicos
soldados que, repito, ganarán esta guerra -entre comillas- van desarmados
y llevan bata; no me refiero solo a la utilización de un lenguaje bélico
y chusco que en tiempos de crisis todo el mundo sabe que apela a un
sentido de pertenencia falso y, sobre todo, a la destrucción del sentido
crítico hacia quién gobierna, me refiero sobre todo a las consecuencias
de toda esta regresión obligada de derechos civiles que estamos viviendo.
No se dejen llevar, señorías del Gobierno, no se dejen llevar por la
tentación de hacer de esta regresión de derechos y de esta legislación de
la excepcionalidad norma común. A la vez que pedimos endurecer las
condiciones del confinamiento con vehemencia, pedimos, con aún más
vehemencia, que se eleven los controles a los protocolos policiales en la
calle. Estamos ante el control social masivo más enorme de la historia en
tiempos de paz. La presencia y nuevas potestades policiales en las calles
por este estado de alarma en ningún caso deben servir a la vulneración de
derechos civiles ni mucho menos al incremento de abusos policiales, tal y
como estamos viendo en diversas imágenes estos días. Son imágenes y
vídeos de irresponsables reprendidos y agredidos por la Policía, entre
jaleos, insultos y vítores de quien graba. Un abuso policial es un abuso
policial, en lectivo, en festivo o en cuarentena. Frente a la crisis
sanitaria presente y frente a la crisis económica futura no hace falta un
sistema más punitivo, hará falta un sistema más social y cooperativo.
Ojalá, ojalá, este linchamiento social que estamos viendo fuera para
quienes han recortado en sanidad durante años y no para chavales
irresponsables que se saltan la cuarentena y son agredidos por la Policía
ahora. No se dejen llevar, repito, señorías del Gobierno, por la pulsión
y cantos de sirena del autoritarismo. Solo espero que cuando
salgamos de esta, realmente lo espero, la derecha española, los patriotas
españoles y la derecha catalana se lo piensen muy mucho antes de recortar
en sanidad.
Acabo con una reflexión muy en la línea. El otro día se anunciaba la
incorporación de la Guardia Real, la del rey, como primer soldado de
España, en todo esto. No nos parece mal, pero estaría muy bien que
también se incorporaran los 100 millones de euros reales en comisiones
saudíes, que les irían muy bien a la sanidad ahora mismo.
Muchas gracias y buenas noches.
La señora VICEPRESIDENTA (Elizo Serrano): Muchas gracias. (Una trabajadora
del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa).
Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra el señor Errejón
Galván.
El señor ERREJÓN GALVÁN: Gracias. Buenas noches, señorías. Buenas noches,
señor presidente.
Hace una semana aprobábamos y valorábamos aquí la declaración necesaria de
las medidas excepcionales y las hacíamos suponiendo, adelantando,
proyectando que iban a ser días difíciles para todos los españoles. Hoy
ya no son los primeros diez días, sino que votamos la prórroga por quince
días más, y estoy convencido de que hay mucha gente que ahora nos ve con
aprensión, mucha gente que hoy echa mucho de menos a seres queridos o que
nos ve con miedo. Las cifras ya las han comentado y no las voy a repetir,
pero llegamos a una semana muy dura y con unos números muy duros. Esos
números nos sobrecogen, pero también son una alerta. Yo no comparto la
posición de los que quieren aprovechar esta situación para hacerle la
guerra al Gobierno en lugar de hacerle la guerra al virus, pero sí que
creo que es de rigor decir que esta situación nos ha sobrepasado y que en
este momento vamos tarde, reaccionamos tarde y hacen falta medidas más
contundentes. Yo entiendo, señor presidente, que la decisión es muy dura
y que es muy fácil hablar cuando uno no está en el lugar de quien toma
las decisiones, me hago perfectamente cargo, pero creo que hay que
acometer con urgencia y con total determinación la decisión de que, para
frenar la curva y vencer al virus, hay que parar al país y que
seguramente, como se ha dicho antes, hay que ir a un confinamiento mucho
más duro para que sea un confinamiento más corto y del que salgamos con
menos víctimas que lamentar y con menos destrucción económica y social.
Eso es imposible si cada día millones de españoles tienen que seguir
yendo a trabajar con miedo a contagiarse; muchos en sectores no
esenciales. Está bien que se amoneste desde los balcones o desde la
Policía al que va a trabajar, al que resulta que se va a la compra y se
demora un poco más o tarda un poco más en volver a casa, pero no se puede
estar haciendo eso cuando millones de personas tienen que salir todos los
días a trabajar con miedo a ver si traen el virus a su casa y a sus seres
queridos. Aquí se ha dicho muchas veces que el virus no tiene clase, pero
el miedo al contagio sí lo tiene; no todo el mundo puede teletrabajar y
no todo el mundo se puede encerrar en casa. Hay sectores concretos que
están siendo carne de cañón, que salen todos los días a trabajar con el
miedo de ver en qué condiciones vuelven a su casa, básicamente porque
tienen más miedo al desempleo que al virus, y eso no puede seguir siendo
así. Tenemos que decirlo claro, todas las víctimas nos duelen, pero la
pandemia también se ceba particularmente con unos españoles y no con
otros. No se puede pedir a la gente que se quede en casa como si esto
fuera una cuestión de autoayuda, como si fuera una cosa de 'bueno, pues
nada, enciende el Netflix'. La gente, para quedarse en casa, tiene que
tener la libertad y las garantías de que no tiene que elegir entre
coronavirus o ruina; tiene que tener las garantías de que no tiene que
elegir entre precariedad o enfermedad; y tiene que tener las garantías de
que nadie le diga: si mañana no vienes, no te molestes, que no tienes que
venir al día siguiente. Y eso solo hay alguien que puede hacerlo. Lo
decía antes: esta crisis ha matado al neoliberalismo. Nadie oye hablar
ahora mismo de la mano invisible del mercado; ni los más fanáticos del
mercado hablan ahora de la mano invisible, de que hay que liberalizar, de
que cada uno con su dinero... Es mentira, y todos lo sabemos; solo
ustedes pueden tomar esta decisión. Solo el Gobierno de España, solo el
Estado español puede tomar la decisión de que los más débiles no tengan
miedo a salir a la calle y puedan hacer el confinamiento que necesitamos.
Como le decía, necesitamos paralizar el país y que solo los servicios
esenciales que decida el Gobierno sigan funcionando. Necesitamos
endurecer el confinamiento y limitar la movilidad para que el
confinamiento sea más duro, sí, pero también más corto. Necesitamos
llevar a la práctica el whatever it takes, el cueste lo que cueste. Eso
significa que todos los recursos esenciales para la sanidad pública
tienen que estar bajo control público. No puede seguir habiendo camas
vacías en los hospitales privados; no puede seguir habiendo -como hay en
la Comunidad de Madrid- alas en los hospitales que, como se le entregaron
a los fondos buitre, están todavía vacías. Y eso solo lo pueden hacer
ustedes. Hay que garantizar que haya más medios para los trabajadores de
la sanidad; hay que garantizar que todas las industrias que pueden
reconvertirse para ponerse al servicio de la guerra contra el virus, se
reconviertan bajo control público, empezando por las empresas textiles
para fabricar mascarillas, por las empresas que puedan fabricar
respiradores, por las empresas farmacéuticas, por todas las empresas que
puedan servir al único objetivo nacional hoy legítimo. Y hay que decretar
un 135 al revés para que esto no nos vuelva a pasar, para que nunca más
volvamos a ser líderes en Europa en tener pocas camas, en tener pocas
plazas en la uci, y que nunca más volvamos a estar en la cola en gasto
por habitante en la sanidad; y hay que garantizar un suelo de ingresos en
la sanidad.
Lo decía antes, bien está que haya cundido la metáfora del Plan Marshall,
con tal de que se ponga en marcha, pero eso significa movilizar al menos
los mismos recursos que entonces; si entonces se movilizaba entre un 5 %
y un 6 % del producto interior bruto, nosotros no podemos estar
movilizando un 1,4 %. Son datos de hoy del Banco de España, que dice que
nosotros movilizamos un 1,4 %, mientras que Corea del Sur movilizó un 2,9
% y Alemania moviliza ya, con muchos menos casos, un 3,5 %. Solo ustedes
se pueden encargar de que haya un confinamiento sin miedo, de que a la
incertidumbre no se le sume el miedo de no saber si voy a poder pagar las
facturas, si cuando salga habrá un empleo que me esté esperando, si voy a
poder salir de esta. En eso ustedes cuentan con muchas cosas a favor,
pero con una que contamos todos en contra. Tenemos el consenso de los
expertos, tenemos en mi opinión la inmensa comprensión y el consenso de
la sociedad española, tenemos una falta de comparecencia del adversario
ideológico -los neoliberales están escondidos y son más estatistas y más
socialistas que los socialistas en algunos casos-, lo único que no
tenemos es mucho tiempo. Lo único que no tenemos son semanas y semanas,
porque no todo el mundo puede aguantar semanas. Yo sé que se ha dicho en
repetidas ocasiones por parte del Gobierno que seguirá habiendo más
medidas y que se seguirá avanzando. Hemos pedido medidas en alquileres,
hemos pedido medidas en un ingreso básico que no deje a nadie atrás y
hemos pedido medidas para los autónomos, pero no todo el mundo puede
aguantar una semana o dos. En ese sentido, la reconstrucción empieza
ahora, evitando que se pierdan empleos, evitando que se cierren empresas,
evitando que vayan a la quiebra familias. Por eso, es urgente que se
tomen decisiones de más calado y más ambiciosas de inmediato.
Tengo la sensación de que hoy las medidas más tibias exigen hacerse cargo
de que ahora la historia va acelerada, de que este es un momento de
excepción y de que, si no, no habrá hueco ni para las medidas tibias ni
para las no tibias y, por tanto, este es un momento de atreverse y en esa
senda a nosotros nos van a encontrar. Hay consenso, hay dinero. Antes
decía que la economía nunca ha sido tan claramente política como ahora;
ahora resulta que si hay consenso para una cosa, dinero sí que hay. Hay
consenso, hay dinero, hay una aprobación mayoritaria de la sociedad
española, lo único que no tenemos es tiempo. Sé que hay mucha gente que
nos está escuchando con miedo, que ha perdido a alguien, que tiene que
seguir trabajando; hay muchos mayores que están solos; hay mucha gente
que estos días los pasa con congoja; hay muchos niños que llevan mucho
tiempo sin poder salir a correr. Quiero que mi último mensaje sea para
ellos y para ellas. Lo decía el otro día: vamos a salir de esta, vamos a
salir juntos y vamos a salir como pueblo. Y al Gobierno le pedimos que
esté a la altura del pueblo español.
Muchas gracias.
La señora VICEPRESIDENTA (Elizo Serrano): Muchas gracias. (Una trabajadora
del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa). Gracias.
Por el mismo grupo, tiene la palabra el señor Rego Candamil.
El señor REGO CANDAMIL: Gracias, señora presidenta.
Señor presidente, la semana pasada anunciábamos en esta tribuna la plena
disposición del BNG a colaborar en la contención del coronavirus, incluso
si las medidas adoptadas no nos gustaban o nos parecían insuficientes.
Pues bien, ese sigue siendo nuestro ánimo, y le puedo asegurar que hay
medidas que no nos gustan y otras que nos parecen insuficientes porque
además la evolución de la extensión de la epidemia en el Estado español
está certificando que eso es así. Por eso, hemos presentado propuestas de
modificación del estado de alarma en algunos aspectos, centrándonos en
aquellos que creemos fundamentales.
En primer lugar, defendemos que hay que paralizar toda la actividad
económica no esencial, porque en este contexto la prioridad absoluta debe
ser salvar vidas y no la cuenta de resultados. Italia lo hizo, tarde pero
lo hizo. Anteayer el Gobierno de Quebec tomó esa misma decisión con 600
casos y 4 fallecidos. No esperen a que, como en Italia, se llegue tarde.
Aprendamos de otras experiencias, porque es evidente
que carece de sentido pedir a la gente que el domingo se quede en casa y
el lunes tenga que reunirse con centenas, con miles de compañeros y
compañeras de trabajo en una fábrica, en un banco o en un call center.
En segundo lugar, cerrar los principales focos de contagio para evitar la
expansión y simultáneamente blindar las zonas menos afectadas cortando
totalmente las comunicaciones no esenciales de pasajeros tanto por vía
aérea, marítima y ferroviaria como por carretera. Blindar Galicia
continúa siendo una necesidad. No sirve ampararse en las medidas de
confinamiento porque no son todo lo estrictas que deberían. Usted mismo,
señor presidente, daba en su comparecencia el domingo el dato de la caída
del 70 % en los viajes de vehículos particulares ligeros por carretera;
queda un 30 %. Eso quiere decir que son aún muchos, demasiados -miles y
miles- los desplazamientos que se están produciendo, una tendencia que,
sin duda, si ustedes no lo remedian, aumentará con el inicio de la Semana
Santa. Sabemos que es una decisión drástica, pero también absolutamente
necesaria. Insisto en lo dicho la semana pasada, no lo proponemos desde
el distanciamiento emocional, todo lo contrario, empatizamos con la
población que está viviendo momentos difíciles en las principales zonas
afectadas. Además, Galiza es un país de emigrantes, desgraciadamente. En
estos momentos son muchos los gallegos y gallegas que viven en Madrid, en
Barcelona o en cualquier parte del mundo que no han podido regresar o han
optado por no hacerlo. Aprovecho para enviar a todos ellos, a todas
ellas, un abrazo fraternal y solidario.
En tercer lugar, creemos que hay que revertir el proceso de centralización
producido con la declaración del estado de alarma considerando que, como
era previsible, resultó ser absolutamente ineficaz para el operativo y
las acciones necesarias para la contención. Retirar competencias a quien
tiene un mejor conocimiento del territorio, de sus características y de
los medios disponibles o potenciales nunca es una buena solución.
Coordinar en vez de centralizar debe ser la opción del Gobierno. Fíjese
en que lo decimos nosotros, el BNG, cuando en Galiza gobierna el Partido
Popular, con un presidente que recortó, precarizó y privatizó la sanidad
pública. Y lo decimos porque es así, porque lo sabíamos y porque la
experiencia de esta semana lo ha certificado.
Hacer masivamente test y dotar de material adecuado o de protección a todo
el personal en riesgo son otras medidas urgentes y necesarias. Sabemos
que la adopción de medidas de contención más estrictas implicará también
consecuencias socioeconómicas y, por lo tanto, necesitará de la adopción
de nuevas y más ambiciosas medidas de protección social y laboral y de
impulso económico futuro. En todo caso, como decía al principio, ahora la
prioridad es salvar vidas y para eso es fundamental no solo adoptar estas
medidas, sino hacerlo en tiempo. Continuar esperando tiene un coste vital
y ustedes lo saben; por eso, les pedimos que actúen ya.
Termino. Hoy hemos conocido datos dramáticos: el Estado español, con 47
millones de habitantes, ha superado ya en personas fallecidas a China,
con más de 1300 millones. Estamos de corazón con todos sus familiares y
allegados y estamos convencidos, además, de que saldremos adelante como
resultado de la labor encomiable de miles de personas que diariamente
arriesgan su salud y vida para salvar las de todos, haciendo bueno el
lema de que só o povo salva o povo. El Gobierno debe estar a la altura de
ese esfuerzo ciudadano y para eso se precisa menos sobreactuación
uniformada y más medidas prácticas, menos sin novedad en el frente y más
determinación para aplicarlas con agilidad y con contundencia. Eso es lo
que la gente espera, lo que todos esperamos.
Obrigado.
La señora VICEPRESIDENTA (Elizo Serrano): Muchas gracias. (Una trabajadora
del servicio de limpieza desinfecta la tribuna de oradores.-Pausa).
Muchas gracias.
Por el mismo grupo, tiene la palabra el señor Baldoví Roda.
El señor BALDOVÍ RODA: Moltes gràcies, senyora presidenta.
Somos cuatro grupos en el Grupo Plural y uno de ellos, que hoy no
interviene pero que ha presentado enmiendas, Junts per Catalunya, nos ha
dicho que pidamos que se den por debatidas.
Señorías, en estos días extraños, excepcionales, las escuelas, los
institutos y la universidad están cerrados y, sin embargo, tenemos una
oportunidad única para aprender como nunca antes lo habíamos hecho;
aprender el valor de esas pequeñas cosas cotidianas que tanto echamos en
falta hoy: el contacto con la familia, con los amigos, que ahora
sustituimos por esas animadas conversaciones a distancia con los vecinos
en tardes de aplausos y emociones; aprender el valor de unos servicios
públicos que durante años la derecha no cesó de recortar. Y, a pesar de
lo que diga el señor Pablo Casado, ahora aquí, en Madrid, hay menos
personal sanitario que en el 2010. Esa derecha hizo pagar las recetas a
los jubilados,
esa derecha suprimió, suprimió la sanidad universal, y tuvieron que ser
Gobiernos progresistas, como el valenciano, los que la recuperaran... (Un
señor diputado pronuncia palabras que no se perciben).
El señor BALDOVÍ RODA: ¿Qué dice usted? ¿Qué dice?
La señora VICEPRESIDENTA (Elizo Serrano): Dejemos al orador, que tiene el
uso de la palabra, por favor.
El señor BALDOVÍ RODA: No te he interrumpido ni una sola vez.
Estos servicios públicos sanitarios son los que están dando la cara cada
día, y no como esa cadena de hospitales privados que han exhortado,
sugerido a sus trabajadores que se tomen vacaciones, permisos,
excedencias, porque dejarían de ganar. Hemos aprendido en esta crisis que
la sanidad no se puede dejar en manos privadas. Lo hemos aprendido. Hemos
aprendido que pueden vivir sin fútbol, pero no sin ciencia, sin
científicos y científicas, sin sanidad pública, médicas, enfermeros,
auxiliares, celadores, camioneros, agricultores, dependientes, etcétera,
etcétera.
Compromís aprobará la prolongación de este estado de alarma por
responsabilidad, porque en estos tiempos excepcionales los políticos
tenemos que estar a la altura de lo que nos piden nuestros ciudadanos. Y
los ciudadanos, sí, nos piden que trabajemos unidos, que arrimemos el
hombro, que hagamos propuestas en positivo y que dejemos el regate corto
y partidista para cuando todo esto pase.
Algunos que me han precedido en el uso de la palabra han hecho un alarde
de una hipocresía sin límites al hacer referencia a determinadas
prohibiciones que se tenían que haber hecho, ya que les habían avisado de
que esto se iba a producir y, sin embargo, el 8 de marzo celebraron su
mitin, aunque ya sabían lo que iba a pasar y, además, con un destacado
dirigente con síntomas evidentes de tener esa enfermedad.
Seremos leales, pero no acríticos. Creemos que este decreto se ha quedado
corto, y lo estamos viendo cada día. Le voy a decir algunas cosas que
para nosotros son importantes: Primero, no podemos pedir a los
trabajadores que acudan a su puesto de trabajo sin ninguna protección;
por eso les insto, les pido que reconsideren si hay que pasar a medidas
más grandes de confinamiento. En el alquiler ha habido una moratoria en
el pago de hipotecas, probablemente tendría que haber habido una
exención, y ya estaría bien que los bancos comenzaran a devolver el favor
que les hicimos todos hace algunos años. Hay personas que no pueden ni
siquiera pagar una hipoteca, que tienen que vivir de alquiler, y por eso
me ha gustado la intervención del señor Echenique y la de la ministra
anteriormente en el sentido de que se tiene que regular esa exención para
los alquileres, sobre todo los que dependen de fondos y de bancos y se
les dé a las personas lo que tengan que darles. Asimismo, que se habilite
una renta básica, que no se deje a los autónomos, que haya aplazamientos
de cuotas y de impuestos, que se financie claramente a las comunidades
autónomas y se dé facilidades a los ayuntamientos para gastar su déficit
y que, a esas personas que están aisladas en países lejanos no las
dejemos tiradas; ayer, me llegaba un mensaje de Blanca, una valenciana de
Alcalá de Xivert, que está en Tailandia, y la embajada está haciendo
poco. Les insto.
Acabo, señora presidenta. En estos días extraños excepcionales, podemos
hacer algo que hacíamos de niños: todos deberíamos completar nuestro
particular álbum de cromos, pero no con las caras de los futbolistas
galácticos, sino con las caras de esos héroes anónimos que cada día salen
de casa y que arriesgan su vida para que el mundo no se pare, para que
los demás continuemos con nuestra existencia detrás del cristal protector
de nuestra casa, para que la vida siga fluyendo aun en tiempos inciertos
y revueltos. Aprendamos, y sobre todo memoricemos, para que cuando todo
esto acabe sepamos valorar la importancia de las cosas y de las personas,
pero de las cosas y de las personas verdaderamente importantes, y de las
superfluas y las tóxicas, de las que son de todos y para todos y de las
que son para unos pocos y de unos pocos. Valorar, en definitiva, lo que
nos construye como una verdadera comunidad de personas iguales.
Moltes gràcies. (Aplausos).
La señora VICEPRESIDENTA (Elizo Serrano): Muchas gracias. (Una trabajadora
del servicio de limpieza desinfecta la tribuna de oradores.-Pausa).
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Muñoz
Vidal.
La señora MUÑOZ VIDAL: Gracias, presidenta.
Buenas noches ya, señorías, presidente. Lo comentaba al principio de la
tarde y lo repito: hoy hemos debatido y votado unos decretos que los
españoles de 2019 no creerían, la prórroga ni más ni menos que
de un estado de alarma y un plan de choque por valor de 200 000 millones
de euros. Precisamente por eso, porque este es un Pleno de altísima
importancia para quienes nos escuchan, en Ciudadanos no entendemos que
haya que elegir entre perder la voz en uno de los Plenos más importantes
de la historia de la democracia o dejar de ser ejemplares ante la
ciudadanía, pero no dejaremos de dar voz hoy en este Pleno a 1 600 000
españoles que nos votaron.
Estamos debatiendo el confinamiento de millones de españoles en sus casas
para un mes y no somos capaces, como decía antes, de organizar un Pleno
de forma telemática. Hemos demostrado que se puede, que tenemos medios
técnicos, pero ha faltado voluntad política. ¿Hasta cuándo seguiremos
poniéndonos en riesgo? No basta ampararse en un reglamento que obviamente
no contempla la posibilidad de una pandemia sanitaria mundial, faltaría
más. Tampoco se podía celebrar un Consejo de Ministros telemático y se
celebró. Miren, actualmente ya se está haciendo una interpretación
flexible del Reglamento: en el artículo 82.2, este Reglamento del
Congreso limita el procedimiento del voto telemático a los casos de
embarazo, maternidad, paternidad o enfermedad grave, y parece claro que
ciñéndonos a la literalidad no se dan estas circunstancias para que todos
los diputados que no están esta noche aquí usen su voto telemático. La
propia presidenta Batet ha argüido la flexibilidad en la interpretación
del Reglamento respecto al juramento o promesa de acatar la Constitución
por parte de los diputados separatistas. En Ciudadanos entendemos que si
hay un motivo para ser flexibles con el Reglamento es esta circunstancia
excepcional de emergencia sanitaria que, a día de hoy y a estas horas de
la noche, cuenta ya con más de 3500 muertos, 3647 muertos; solo hoy 656.
Señorías, una vez más los políticos no hemos estado a la altura de lo que
les pedimos a los españoles. En Ciudadanos lo hemos intentado hasta el
último momento -se lo hemos pedido a usted, señor presidente y también a
la señora Batet- de todas las maneras posibles, y ayer mismo dirigimos un
nuevo escrito a la Mesa. Tengamos en cuenta que por esta Cámara han
pasado recientemente personas con positivos en el COVID-19, a los que les
deseamos una pronta recuperación. Sin embargo, no han querido escucharnos
y nosotros no podemos dejar sin voz a 1 600 000 españoles que nos dieron
su confianza, que hoy son miles más, sintiéndose representados en el
papel que Ciudadanos está adoptando en esta crisis, el de ser pegamento
de los españoles y encarnar la responsabilidad, la lealtad, el apoyo al
Gobierno y las propuestas para salir de esta situación. Hoy recae en mí
el honor de portar esa voz de concordia y unión, y lo hago después de
haber guardado a rajatabla una cuarentena en mi casa y seguir
escrupulosamente el mandato y las recomendaciones de las autoridades
sanitarias.
Después de esta crítica constructiva -espero-, sin duda necesaria para
quienes impiden que nuestras instituciones evolucionen con la sociedad y
las circunstancias, me gustaría centrarme en la cuestión que nos atañe.
Como decía anteriormente, tenemos ante nosotros la solicitud del Gobierno
para prorrogar el estado de alarma, lo que significa que en principio el
confinamiento de millones de españoles en sus casas y la paralización de
las actividades no esenciales va a alargarse al menos dos semanas más. Se
trata sin duda de una situación de enorme excepcionalidad que ninguno de
los que estamos aquí pensamos que llegaríamos a debatir nunca. Hoy vamos
a salir de esta Cámara respaldando la prórroga de un estado de alarma que
nunca querríamos habernos visto en la situación de declarar, pero
sabemos, y la sociedad española lo está demostrando, que quedarse en casa
es hoy la mejor herramienta que tenemos para combatir este virus que se
ha cobrado ya la vida de más de 3000 personas -de 3500 actualizando los
datos, como decía hace un momento- en nuestro país y que les está
dificultando la vida a muchos autónomos, trabajadores y empresas.
España está en duelo, y sé, como muchos de los españoles que nos escuchan,
que no está siendo ni será fácil, pero vamos a convertir nuestro esfuerzo
en autoestima, porque de esta crisis también está saliendo lo mejor de
nosotros, y en mi grupo parlamentario, en Ciudadanos, estamos convencidos
de que saldremos más unidos y reforzados de este triste episodio.
Quiero dirigirme desde esta tribuna a los españoles, en nombre de mi
grupo, para decirles que somos un gran país y siempre que nos ponen a
prueba lo demostramos. Señorías, me gustaría aprovechar la ocasión que
nos brinda este debate parlamentario para que entre todos nos demos
cuenta de que la excepcionalidad que viven millones de españoles en su
vida diaria es también una excepcionalidad nacional. Un episodio, sin
duda histórico, de nuestra democracia que en Ciudadanos esperamos que
sirva para que, de una vez por todas, salgamos como un país más unido y
menos enfrentado.
Miren, los estados de alarma, excepción y sitio están regulados en el
artículo 116 de la Constitución Española y también en la Ley Orgánica
4/1981, de 1 de junio. Se trata de situaciones excepcionales durante las
cuales quedan suspendidas, bajo determinadas cautelas, la vigencia de
ciertos derechos
fundamentales como la libre circulación por el territorio. En España, en
toda la historia de la democracia, solo puede encontrarse un precedente
parcial de hace diez años por la crisis de los controladores aéreos. Las
razones por las que se puede declarar se refieren a alteraciones graves
de la normalidad entre las que se encuentran, sin duda alguna, las crisis
sanitarias como las epidemias, que es el caso que tristemente nos ocupa.
Por tanto, es importante comprender no solo la excepcionalidad de las
circunstancias, sino también de las razones que la motivan y de los
derechos de los que pese a todo se disponen y la función que tenemos los
órganos constitucionales, como el Congreso de los Diputados, que estamos
llamados a realizar en esta situación.
Pues bien, como partido de la oposición, Ciudadanos ha demostrado una vez
más ser un partido leal y con sentido de Estado. Inés Arrimadas fue la
primera en pedir que se aplicara este estado de alarma y lo hizo después
de dar todo su apoyo al Gobierno para que adoptara medidas contundentes y
de carácter urgente, porque qué duda cabe de que en la gestión de esta
crisis se ha perdido un tiempo precioso. La inacción ha puesto en riesgo
a muchas personas, mientras que la incertidumbre ha destruido puestos de
trabajo. Pero, señorías, vivimos un tiempo histórico y no es momento para
los reproches porque a cada reproche que se lanza en esta Cámara le
acompaña mucho más tiempo perdido y, en Ciudadanos, queremos recuperar
ese tiempo. Ahora nuestro deber, el deber de todos, debe ser mostrar
lealtad a los españoles y al Gobierno de la nación. Es momento de ser
leales también con todas las personas que están luchando por vencer al
enemigo, con todas las personas que recluidas en su casa temen por su
salud, por su negocio o por su trabajo. Debemos remar todos juntos para
salvar todas las vidas que aún esté en nuestras manos salvar y para
salvar todos los empleos que podamos. Llegamos a este punto, tenemos dos
opciones: mirar al pasado y enzarzarnos en las críticas al Gobierno, o
mirar al futuro y poner soluciones sobre la mesa. Los españoles pueden
tener claro que encontrarán siempre a Ciudadanos del lado de las
soluciones, del futuro, de la unidad, tendiendo la mano y arrimando el
hombro, en el lado correcto de la historia. Para eso están los proyectos
de Estado, como Ciudadanos, que anteponen los intereses del país a los
del partido, que son herramientas útiles para construir una España mejor.
De todos modos, sin perjuicio de la propia responsabilidad y de la lealtad
prestada al Gobierno y al país en su conjunto, hemos liderado y aportado
propuestas como partido de oposición en este Parlamento y como partido de
Gobierno en cuatro comunidades autónomas; propuestas que en buena medida
han sido escuchadas por su Gobierno, primero, y admitidas e incluidas en
los reales decretos, después. En Ciudadanos hemos sido responsables desde
el minuto uno. Nos adelantamos a la hora de solicitar medidas
contundentes y también fuimos los primeros en cerrar filas con el
Gobierno de todos los españoles, a pesar de que este Gobierno no es un
Gobierno de Ciudadanos. Dimos públicamente todo nuestro apoyo al
Ejecutivo para que se pusiera en marcha de una vez y acelerase y adoptase
medidas contundentes y con urgencia. Sabemos que el miedo paraliza, pero
en la carrera contra el virus la inacción no es algo que nos podamos
permitir. Señorías, tendimos la mano al Gobierno y arrimamos el hombro
desde cuatro comunidades autónomas donde gobernamos para salvar vidas,
primero, y salvar empleos, después. Agradecemos al Gobierno que se haya
posicionado en la línea de nuestras propuestas, pero quedan muchas más en
un camino en el que la autocomplacencia puede ser también un peligro,
pero estamos a tiempo y hemos dado los primeros pasos en la dirección
adecuada.
Comprendo que todavía hay ciudadanos preocupados por su futuro,
trabajadores que siguen teniendo que desplazarse a sus puestos de
trabajo, españoles que no pueden conciliar correctamente tras el cierre
de los colegios, autónomos que aún no saben si van a poder acogerse o no
a las medidas del real decreto-ley. Somos conscientes de ello. Os
escuchamos y os comprendemos y estamos trabajando para que haya una
solución para cada uno de los españoles que está viendo su mundo
tambalearse por esta crisis. Celebramos todos los avances porque quienes
salen ganando, insisto, como dije antes, son los españoles. Cuando
colaboramos ganamos todos.
Señores del Gobierno, gobernar no es solo emitir decretos, gobernar
también es escuchar, aceptar consejos y aplicar propuestas, aunque no
sean las propias. Seguimos a su lado para seguir trabajando contra el
virus y a favor de los españoles. Vamos a votar sí a la prórroga del
estado de alarma y seguimos apoyando al Gobierno para que aborde la
necesidad urgente de garantizar suministros de material sanitario.
Estamos viviendo días absolutamente negros, se están perdiendo vidas y
nadie nos perdonaría que no diéramos todo de nosotros por ayudar a
quienes las salvan. Debemos proteger más y mejor a nuestros sanitarios,
invertir en más equipamientos UCI y hacer más test de diagnóstico. A
todos ellos, a todos los sanitarios, vuelvo a mostrar nuestro
reconocimiento, pero, además, debemos proteger a quienes trabajan en las
farmacias, ya que no disponen de mascarillas ni de equipamiento; a los
miembros de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a quienes se otorga el rango de
agente de la autoridad durante el estado de alarma y a nuestros
funcionarios de prisiones. Señorías, Ciudadanos, pide que también se
extienda el carácter de agente de la autoridad a nuestros funcionarios de
prisiones, de quienes ustedes parece que se han olvidado en este decreto.
No les den la espalda. Una de nuestras modificaciones en este decreto
está precisamente dirigida a estos funcionarios de prisiones, que
trabajan en condiciones durísimas y necesitan reforzar el
distanciamiento. No los pongamos más en riesgo.
En segundo lugar, el Gobierno debe seguir transmitiendo tranquilidad y
certidumbre a los españoles. Debe asegurar a los ciudadanos que se está
haciendo todo lo posible y que se va a controlar la situación. Por eso
otra de nuestras propuestas de modificación consiste en la obligatoria
comparecencia de los ministros ante este Pleno para que evaluemos si se
cumplen las medidas actuales y decidir si hay que reforzarlas. Los
españoles están poniendo todo de su parte, cumpliendo ya diez días de
cuarentena, respondámosles con la misma responsabilidad y hagamos que
este estado de alarma funcione. En tercer lugar, otra de nuestras
modificaciones quiere asegurar el suministro urgente de material
sanitario y elementos de protección individual para todos los
profesionales en contacto con personas y colectivos de riesgo, incluidos
los cuidadores de personas mayores, farmacéuticos y personal de atención
domiciliaria.
Respecto a las enmiendas de otros grupos, antes de la réplica solo quiero
comentar brevemente que votaremos en contra tanto de las propuestas de
partidos nacionalistas -que, incluso en una crisis de emergencia
sanitaria y humana como esta, buscan hablar de su ombligo y no de sus
competencias- como de las propuestas de partidos como VOX que, del mismo
modo que está haciendo Podemos, imponen una agenda ideológica sin
importarles demasiado hacerlo en medio de una situación gravísima para
nuestro país.
En resumen, señorías, necesitamos un aprendizaje colectivo de esta crisis
y, en Ciudadanos, creemos que este aprendizaje debe ser doble. Por un
lado, tenemos que estar más preparados para que la próxima vez el golpe
no sea tan duro, para que no haya tantas víctimas y para que nuestra
economía no sufra de esta manera. Debemos incrementar notablemente
nuestra capacidad diagnóstica actual y no volver a bajar la guardia
cuando las vidas de los ciudadanos estén en juego, es decir, no basta con
solucionar esta crisis, cuando termine todo esto no puede quedar ninguna
duda de que hemos aprendido de nuestros errores y que no volveremos a
cometerlos nunca. Por eso, desde Ciudadanos hemos propuesto la
obligatoriedad de que el Gobierno elabore un informe detallado sobre sus
acciones que habrá de exponerse oralmente en el Pleno del Congreso dentro
de los dos meses siguientes a la finalización de este estado de alarma.
Por otro lado, está nuestro aprendizaje colectivo, el de verdad. Nos lo
están demostrando todos los ciudadanos españoles. ¿Han visto ustedes la
unidad de nuestros balcones en nuestro país? ¿Han sentido ustedes que
todo esto vale la pena por una sociedad más unida y menos enfrentada? En
Ciudadanos creemos que la mejor cara de esta crisis nos la está
ofreciendo la ciudadanía. Debemos salir de esta aprendiendo que cuando
vienen mal dadas tenemos que estar unidos y que algunos sí sabemos que
hay que ser leales, aunque no gobiernen los nuestros.
Para terminar, me gustaría reiterar que Ciudadanos seguirá remitiendo
propuestas al Gobierno para afrontar esta crisis. Nuestra oferta para
aprobar unos presupuestos de emergencia nacional, pensados, diseñados y
calculados para hacer frente a esta crisis sigue en pie. Señorías, es el
momento de demostrar que somos un gran país, que si trabajamos unidos
somos capaces de vencer incluso a una epidemia global. Estamos ante una
crisis histórica y la historia nos juzgará. Las cosas siempre pueden
hacerse mejor, pero ante una emergencia como esta, hacerlo lo mejor
posible es una obligación. Sigamos avanzando juntos, por favor, sin dejar
a nadie atrás, porque juntos los españoles somos imparables.
Muchas gracias.
La señora VICEPRESIDENTA (Elizo Serrano): Muchas gracias. (Una trabajadora
del servicio de limpieza desinfecta la tribuna de oradores.-Pausa).
Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), tiene la palabra el señor
Legarda Uriarte.
El señor LEGARDA URIARTE: Muchas gracias, presidenta.
Debatimos en este punto del orden del día la autorización que solicita el
Gobierno para prorrogar el estado de alarma ante la constatación de que
no se ha frenado la expansión del coronavirus entre la ciudadanía y por
ello no se ha cumplido la finalidad para la que fue decretado dicho
estado de alarma. Por otra parte, es también objeto del debate si se
precisan más medidas de contención en el ámbito de la libertad de
circulación de las personas, de la actividad económica, y también, a modo
de vaso comunicante,
si son suficientes las medidas de estabilización dispuestas para hacer
frente al impacto económico y social de la pandemia del coronavirus.
Entrelazado con estas dos cuestiones anteriores que citaba se encuentra,
además como objeto de debate, el rol de esta Cámara en esta crisis,
crisis que ha transitado de la sanidad a la economía y a la sociedad, el
rol de esta Cámara sobre cómo desempeñar la actividad durante esta
pandemia. Asimismo, sobre qué medidas pudieran articularse en este último
punto para el seguimiento y evaluación de las adoptadas y, si tiene pleno
sentido, que el Gobierno suministre a esta Cámara información por
escrito, estructurada y con carácter semanal sobre el grado de aplicación
de las distintas medidas adoptadas y sobre su valoración en cuanto a su
eficacia y eficiencia, sobre todo en un escenario que no tiene visos de
fugacidad, y el conocimiento por esta Cámara de la información que ha de
resultar muy relevante tanto para las funciones de impulso y control
como, en su caso, para la convalidación o autorizaciones de actuaciones
del Gobierno que pudieran hacerse precisas. En este sentido, quiero
manifestarles que hemos presentado una propuesta de resolución que confío
tenga el apoyo de la Cámara.
Respecto a otra cuestión que planteaba y que considerábamos que era objeto
de debate, es decir, en cuanto a si son suficientes o no las medias de
contención ya dispuestas y en funcionamiento, por nuestra parte
consideramos que la prórroga en los términos solicitados y que se
contienen en el actual Decreto 463/2020 es la más adecuada al momento, a
tenor de lo que consideramos que manifiesta el grueso de la opinión
científica y sanitaria cuando señalan que quizá con diez días completos,
ahora ya casi once, de confinamiento como los que hasta hoy llevamos es
pronto para comprobar si las vigentes medidas de confinamiento dan
resultado para frenar la curva ascendente de los contagios y para que
podamos percibir que el número de casos desciende, de manera clara y
sostenida en el tiempo, y correlativamente suben las altas médicas. En
todo caso, con las medidas de contención que hoy nos propone prorrogar el
Gobierno, si no se percibiera, como ya se ha señalado por algún otro
portavoz que me ha precedido, que comienzan a surtir efectos positivos en
unos plazos razonables, obviamente habría que reconsiderarlas y
reevaluarlas en su eficacia. También se ha añadido por algún otro
portavoz que no podemos perder de vista o dejar de tener en cuenta que
una suspensión plena de derechos y libertades no está al alcance de un
estado de alarma y que solo se puede llegar a través de los estados de
excepción y sitio con los límites que establece el 55.1 de la
Constitución y también para los supuestos que establece la Ley Orgánica
4/1981.
Señorías, nuestro grupo parlamentario considera que por el momento hemos
de persistir, y con el máximo celo, en las vigentes medidas del declarado
estado de alarma y por ello votaremos favorablemente su prórroga. Nuestro
máximo esfuerzo, como ciudadanía que somos, ha de consistir en extremar
el celo en su cumplimiento y volcarnos en las residencias de nuestros
mayores, sin acciones de lo que consideramos que es una caza de brujas
indiscriminada como la que se ha iniciado por la fiscalía; volcarnos en
el sistema sanitario solventando sus carencias de recursos de protección
-mascarillas, equipos, gafas protectoras, batas impermeables y un largo
etcétera- y sus carencias asistenciales -respiradores, camas, camas UCI,
pruebas-, así como hemos de volcarnos también en la detección precoz de
la población a través de test generalizados y no solo en los casos más
graves como hasta el momento. Somos conocedores de la tensión
internacional de la demanda sobre la oferta de material sanitario para
hacer frente al coronavirus, y somos conscientes de que en estas
circunstancias pandémicas la ordenación de estos flujos se hace más
precisa que en otras circunstancias de normalidad, pero eso no quita para
que se evalúe la efectividad de las medidas dispuestas desde un criterio
de funcionalidad, eficacia y eficiencia, porque, como a veces sucede en
la vida, las mejores intenciones son las que adoquinan el infierno. (La
señora presidenta ocupa la Presidencia).
Nuestro máximo esfuerzo ha de estar en este momento en hacer frente a esta
situación grave y excepcional intensificando e insistiendo desde todos
los niveles de gobierno y parlamentarios en prevenir y contener el
coronavirus y mitigar su impacto sanitario, pero también su impacto
social y económico. Por eso, consideramos que en los ámbitos económico y
social, en los que la pandemia ha impactado de forma brutal, hemos de ser
extremadamente sensibles y equilibrados para contener y paliar sus
efectos y para estabilizar la situación de disrupción económica y social
que vivimos en forma de pérdida de empresas y empleos y de desamparo de
los más desfavorecidos. Es urgente, como señalaba, dar soporte y
protección al tejido productivo y social, por eso proponemos que para los
trabajadores autónomos el Gobierno considere aumentar el porcentaje de
facturación para poder acceder a la prestación extraordinaria. Con un 25
% de ingresos es imposible para la gran mayoría vivir y mantener la
actividad. También proponemos que el Gobierno considere para pymes y
autónomos una moratoria en el pago de los alquileres de sus
locales de negocio o en el pago de hipotecas de esos mismos locales, y
tampoco aplicarles intereses moratorios por aplazamientos o
fraccionamientos del pago de impuestos, sin perjuicio de que la deuda
tributaria se ingrese en otras tantas cuotas mensuales una vez vencido el
aplazamiento, al modo en que se está disponiendo por las haciendas
forales, porque consideramos que un 3,70 % de interés por intereses
moratorios es en estos momentos abusivo. O que los avales públicos que
garantizan la liquidez se destinen preferentemente a estos colectivos de
autónomos y pymes por ser los sectores con más graves problemas de
liquidez y que estos mismos avales se tramiten a través de convenios del
ICO con las sociedades de garantía recíproca existentes en las distintas
comunidades autónomas, al ser estas las que mejor conocen la realidad del
tejido industrial de sus territorios. Y pedimos que, entre las
condiciones de los avales, el Gobierno considere fijar el tipo de interés
de los préstamos. Además, es preciso también que, en esta situación,
desde el Gobierno se dé la máxima agilidad a la tramitación de los ERTE
porque de esto depende la tranquilidad y subsistencia de demasiadas
personas, como lo es también que se extreme en las empresas el
cumplimiento de las medidas que dicten los contagios.
Por último -voy finalizando, señora presidenta-, proponemos al Gobierno
que considere la conveniencia, y remita a esta Cámara su valoración en el
más breve plazo posible, de establecer una renta de garantía pública con
carácter transitorio para aquellas personas más desfavorecidas como
consecuencia de los efectos económicos y sociales derivados de la crisis
sanitaria y considerando de manera singular, entre otros colectivos, a
las personas cuidadoras, a las empleadas del hogar y a los arrendatarios
individuales.
Finalizo de la misma manera que he comenzado mi primera intervención en
esta sesión, con un agradecimiento a todas las personas por su trabajo en
estas circunstancias tan difíciles y con un recuerdo a todas las personas
que están sufriendo.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Legarda. (Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu tiene la palabra la señora
Aizpurua Arzallus.
La señora AIZPURUA ARZALLUS: Señorías, nadie en su sano juicio negará que
las medidas que contiene este decreto de alarma son necesarias para
controlar la expansión de ese virus que cada día que pasa aboca a la
sociedad a un estado permanente de desazón, preocupación y miedo. Por
tanto, es obvia también la necesidad de ampliar el plazo para que esas
medidas se sigan aplicando; es obvia porque ese decreto posibilita
mantener las medidas de confinamiento que podrían permitir frenar la
expansión del COVID-19, pero para alcanzar ese objetivo es evidente que
hacen falta medidas más drásticas. Lo que se está haciendo es, en nuestra
opinión, a todas luces insuficiente. Señoras y señores del Gobierno, el
confinamiento de la población durante el fin de semana en sus casas de
poco sirve si el lunes, el martes, hoy, mañana, los metros, las
estaciones de autobús, las empresas, se llenan de personas que están
obligadas a ir a trabajar, porque el confinamiento decretado no contempla
una medida que hoy es necesaria y urgente: el cierre de toda actividad
económica no esencial. Señor Sánchez, soy casi la última en pasar por
esta tribuna en el día de hoy -están a punto de dar las doce de la noche-
y prácticamente todos los grupos que posibilitaron que usted fuese
presidente del Gobierno le estamos pidiendo que pare la actividad no
esencial. ¿No cree que debe atender esta petición? ¿No cree que es
suficiente con que siete grupos se lo pidan? Además, estoy segura de que
también encontrará apoyo para esta medida dentro de su Gobierno. Nosotros
lo venimos repitiendo sin cesar: cuanto antes se decrete el confinamiento
total, antes superaremos la crisis sanitaria y menor será el impacto
económico. O, dicho de otra forma: cuanto más demoremos esta medida, más
se prolongará la crisis sanitaria y mayor será el impacto económico. Y
no, no planteamos dar al interruptor y apagar de golpe la actividad. Lo
que planteamos es cerrar ordenadamente toda actividad que no sea
sustancial para hacer que el plan general de choque contra el coronavirus
sea realmente eficaz. Porque la realidad es que lo que se logra por medio
del confinamiento en las casas se pierde por la obligación de asistir a
trabajos presenciales no esenciales. Escuchar a la ministra Calviño decir
que hay que mantener la industria textil nos parecería adecuado si fuera
para la confección del material que se necesita para hacer frente al
coronavirus, porque, señoras, señores, ya sabemos que el comercio está
cerrado y que no hay nadie que necesite ahora comprar pantalones ni
jerséis. Por eso decimos que hay que plantear la suspensión de toda esa
actividad económica no esencial. Ayer ya íbamos tarde. En todos los
escenarios está llegando un momento en el que se cierra gran parte de la
producción industrial. Pasó en Wuhan, ha pasado en Italia -tarde, pero lo
han hecho- y ayer mismo Quebec,
con 628 casos de coronavirus confirmados y 4 muertes, ha paralizado su
actividad económica no esencial. Estamos, en definitiva, ante el debate
entre producción y salud, y nosotros consideramos que en este debate lo
prioritario es la salud. También sin duda deben valorarse las
consecuencias económicas de las medidas que proponemos, pero no solo las
que afectan a las grandes empresas, que es lo que se está pensando cuando
se rechaza la medida de paralizar la actividad económica no esencial.
Para las clases populares al miedo al virus se le suma el pánico a perder
el trabajo, la falta de recursos para hacer frente a las facturas o el
riesgo de perder derechos básicos como la vivienda, una alimentación
suficiente o el bienestar de los menores. El objetivo de las
instituciones debería ser diseñar un cierre ordenado de la actividad
económica no esencial y un plan para afrontar sus consecuencias
económicas. Las familias, las trabajadoras, los trabajadores, el tejido
industrial y comercial a pie de calle son los que necesitan ser
rescatados ahora. Estamos ante un drama para la salud pública, pero este
es también un drama humanitario, un drama que evidencia con claridad que
en el modelo económico neoliberal la lógica dominante establece que
vivimos como podemos y nos dejan, que vivimos para trabajar y no
trabajamos para vivir vidas dignas. Primero se debilitó la sanidad
pública a base de recortes y hoy nos condenan a trabajar para que la
rueda del capitalismo no se pare, aunque el combustible que mueve esa
rueda sea nuestras propias vidas. Nuestras vidas, señorías, la vida de la
gente, valen más que los beneficios económicos de las grandes empresas y
del capital.
Por otro lado, quiero dejar constancia asimismo de que desde el punto de
vista de Euskal Herria este decreto ha intervenido de un plumazo
competencias esenciales para la Comunidad autónoma vasca y Navarra y se
ha vuelto a demostrar que cuarenta y dos años no bastaron para cumplir
los estatutos pero que en un minuto son capaces de suprimirlos. En
cualquier caso, y dejando hoy este debate al margen, sí queremos dejar
claro que además es un inmenso error creer que esa centralización asegura
la eficacia automática de las decisiones que se adopten. Las autoridades
competentes de la Comunidad autónoma vasca y de Navarra y las
instituciones locales tienen un conocimiento insustituible de los
problemas concretos, un conocimiento que redunda en beneficio general con
una política de colaboración, más aún en una situación como la que
vivimos. Por lo tanto, en nuestra opinión es una estrategia equivocada.
No es lo mismo Madrid que Zalduondo o Barakaldo, no es lo mismo Madrid
que Barañain o Altsasu. La gestión de la crisis exige un análisis
pormenorizado del proceso de contagio y para ello es imprescindible hacer
todo lo contrario de lo que el Gobierno ha planteado: hay que dar
recursos y capacidad de decisión a administraciones como la vasca o la
navarra para que puedan desarrollar una estrategia eficaz de acuerdo a la
situación concreta de cada lugar, porque son nuestras instituciones las
que están sobre el terreno.
Finalmente, no me resisto a comentar la presencia omnipresente del
Ejército español en televisiones y medios. Esto no va de soflamas
patrióticas españolas ni de entender una crisis humanitaria en términos
bélicos. Protección social y recursos sanitarios, nada más. Ya vale de
blanquear la imagen del Ejército español. Ya basta de ruedas de prensa
con léxico militar, con discursos patrióticos, con medallas y galones. No
se puede empezar una comparecencia de prensa un día en el que hay
centenares de muertos con la frase: Sin novedad en el frente. No se
puede. Menos militares y más sanitarios, porque esto no es una guerra,
señoras y señores, esto es una catástrofe, y no son soldados que nos
responden con todo su valor a esta crisis, son médicos, enfermeras,
limpiadores, cajeras transportistas, taxistas, agricultores, y estos
héroes no llevan entorchados ni medallas, llevan batas blancas, llevan
termómetros, llevan guantes y llevan encima una humanidad digna de
admiración. Porque no, no hay que prepararse para una guerra, sino para
la vida, y la vida solo puede defenderse con gasto público en sanidad,
educación e investigación, y el dinero público debe ser para investigar
en sistemas, para detener epidemias, hacer diagnósticos y vacunas, así
como para proteger a los colectivos más vulnerables. Sabemos que el
estado de alarma debe ser ampliado, claro que sí, de la misma forma que
sabemos que dentro de quince días estaremos otra vez aquí para dar luz
verde a una nueva prórroga, porque será necesaria, y volveremos a decir
que es insuficiente si no se adoptan las medidas necesarias. Por ello
nuestro voto será el de la abstención, porque no se está haciendo en
nuestra opinión todo lo que creemos que hay que hacer para frenar esta
pandemia.
En cualquier caso, estamos convencidas de que saldremos de esta crisis. Y
cuando alguien tenga la tentación de arrogarse la victoria desde algún
mando de poder, le recordaremos que ello fue posible por el trabajo, la
entrega y la solidaridad de las clases populares, de enfermeros y
enfermeras, médicas y médicos, celadores, técnicos investigadores,
trabajadoras de supermercados, empleados de farmacia y todos los
trabajadores y trabajadoras que mantuvieron la actividad necesaria para
que la vida continuara.
Recordaremos que fue posible por la entrega de la clase trabajadora
arriesgando su propia vida. Hoy, desde Euskal Herria Bildu, y como vasca,
independentista y de izquierdas, quiero enviar un abrazo a toda la
ciudadanía vasca y solidarizarme también en ese abrazo con el conjunto de
los trabajadores y los pueblos del Estado, y muy especialmente con el
pueblo de Madrid, porque lo que hoy nos une no es pertenecer a una misma
nación, sino a una misma clase que combate codo con codo contra esta
pandemia.
Eskerrik asko. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Aizpurua. (Una trabajadora
del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa).
Por el Grupo Parlamentario Mixto, que acumula en este turno su turno de
réplica, tiene la palabra, en primer lugar, la señora Vehí Cantenys.
La señora VEHÍ CANTENYS: Escribía Montse Santolino, una periodista
catalana, en La Directa esta semana: ni esto es una guerra, ni somos
vuestros soldados. De hecho, nos declaramos insumisas a su política
comunicativa del terror. Esto es un virus, no es ningún enemigo externo.
Si ustedes convierten el virus en un enemigo, todas las personas que lo
sufren son portadoras de este enemigo, y precisamente lo que nos va a
salvar la vida no es la ética del enemigo común, sino la ética del bien
común.
Este es un virus que está dando jaque mate a la economía del casino, que
no cierra los domingos, escribía Rafael Poch en La Vanguardia el otro
día. Y la primera evidencia: que el Estado incorpore la lógica de la res
publica en la gestión económica no es economía de guerra, es razón
democrática. Y la segunda evidencia: los militares no nos van a salvar la
vida; las armas no curan y las guerras solo dejan víctimas. Y la primera
contradicción: entendemos que haya funciones de orden público, pero el
Ministerio del Interior ha facilitado datos de más de cien mil denuncias
y unas seiscientas personas detenidas; sin embargo, de los seiscientos
mil test comprados y anunciados todavía no sabemos cuántas pruebas se han
realizado. ¿Ponen ustedes más multas que pruebas? No lo acabamos de
entender. Y la segunda contradicción: han desplegado ustedes al ejército
en las calles, pero cada mañana miles de trabajadores tienen que ir a
industrias y a lugares de trabajo que no son determinantes para la vida.
Tampoco lo entendemos.
Y algunas preguntas. ¿Están ustedes basando la razón de Estado sin
derechos? ¿Están ustedes hablando de unidad mientras recentralizan las
soberanías, mientras desoyen a la Generalitat de Catalunya, a la del País
Valencià, incluso al Gobierno de Murcia, que están pidiendo el
confinamiento total? ¿Están ustedes utilizando el terror como forma de
Gobierno? Esto nos preocupa muchísimo. Decía Hannah Arendt que el terror
es la esencia de la dominación totalitaria. Nos preocupa tanto la
comunicación cotidiana del terror, con señores vestidos de militares,
como que ustedes no estén confinando. Y la evidente y aplastante
solución: que llegará tarde y costará muchísimas vidas. Entendemos la
gravedad de la situación, pero, repito, no necesitamos armas ni militares
ni uniformes. Necesitamos pan, techo, sanidad y confinamiento total.
Necesitamos un plan de choque social. Lo han dicho muchísimas
organizaciones en los Països Catalans y en todo el Estado español, y lo
han dicho muchos grupos parlamentarios hoy: refuercen la sanidad pública;
intervengan la privada sin contraprestación económica. Y, señor Casado,
déjeme decirle: no tenga la vergüenza de apoderarse de los aplausos en
los balcones cuando ustedes son responsables de los mayores recortes en
sanidad. Los recortes en sanidad matan y tienen responsables políticos.
Protejan a los trabajadores de los servicios esenciales, paren la
actividad económica productiva no esencial y redireccionen la industria
hacia la producción de material sanitario. Prohíban los despidos,
implementen la renta básica, pongan más recursos para la lucha contra la
violencia machista. Liberen a las presas mayores de sesenta y cinco años
y a las enfermas graves. Suspendan el pago de alquileres, de hipotecas,
de suministros básicos, y paren todos los desahucios, todos, que no haya
ni uno más. Cierren los CIE, paren las deportaciones, deroguen la Ley de
Extranjería y garanticen los recursos públicos para el plan de choque,
que la banca devuelva el rescate.
Al Gobierno. Los muertos se cuentan por miles y la crisis es evidente.
Sean valientes. Pan, techo, sanidad y confinamiento total. Y a Podemos.
Sean valientes. Expliquen, si hace falta, lo que pasa dentro del Consejo
de Ministros. La gente estará con ustedes. Hablaba Echenique de que no
tenemos muchas certezas, y es cierto. Nosotras, la única que tenemos,
cada vez más evidente, como decía Rosa de Luxemburgo, es que o socialismo
o barbarie, y no es solo una posición ideológica, es una evidencia
objetiva, lo decía hoy Zizek, y las medidas tomadas en Italia, incluso en
Francia, lo demuestran. Y a la gente, a las trabajadoras de nuestro
pueblo y del resto de pueblos del Estado, ante el aislamiento tenemos
la esperanza del apoyo mutuo y del bien común. Gràcies a tota la gent que
aguanteu als països catalans en una situació de crisi com aquesta.
Y acabo con una cita. Esta semana, en la que hemos visto a médicos cubanos
llegando a Italia, quiero citar al gran Fidel Castro, que en momentos
como este nos sirve de inspiración. Él decía en Buenos Aires, en 2003:
Nuestro país no lanza bombas contra otros pueblos ni manda misiles en
aviones a bombardear ciudades; las decenas de miles de científicos con
qué cuenta nuestro país, nuestros médicos, son educados en la idea de
salvar vidas.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Vehí. (Una trabajadora del
servicio de limpieza desinfecta la tribuna de oradores.-Pausa). Por el
mismo grupo parlamentario tiene la palabra el señor Sayas López.
El señor SAYAS LÓPEZ: Gracias, señora presidenta.
Buenas noches ya, señorías. Quiero que mis primeras palabras sean para
trasladar el afecto personal y de mi partido a las víctimas de este
virus, a tantas familias que están sufriendo no solo por la pérdida de un
familiar, sino por las especiales dificultades para despedirse en un
momento como este; también para los enfermos, para los que han sido
infectados por este virus, para desearles una pronta recuperación.
Creo que la bajeza de las dos intervenciones que acabamos de escuchar, que
representan el nacionalismo más sectario de nuestro país, se definen tan
por sí mismas que no merecen una respuesta. Simplemente les quiero decir
una cosa, si lo que más les preocupa a ustedes en este momento es el
Ejército español desplegado en las calles de España, eso dice mucho de
sus formaciones políticas. Y les voy a decir otra cosa también, la
inmensa mayoría de ciudadanos catalanes, vascos y, por supuesto,
navarros, a los que yo represento en esta Cámara, están agradecidos a la
tarea que está haciendo el ejército en nuestras comunidades, en las
residencias de ancianos (aplausos), desinfectando lugares públicos y
dejándose la piel para ayudarnos a toda la sociedad.
Señor presidente, estamos viviendo un momento de extraordinaria
dificultad. En un momento como este, se lo decía el otro día y se lo
reitero hoy, el Gobierno de España podrá contar con la lealtad y con el
apoyo de Unión del Pueblo Navarro, una lealtad y un apoyo que deben ser
entendidos en términos de compromiso con nuestro país, pero ni como un
cheque en blanco ni como una posición acrítica. Si es cierto que a todos
los partidos que formamos parte de la oposición se nos debe exigir en
este momento altura de miras, responsabilidad de Estado y visión de país,
al Gobierno le debemos exigir acierto en sus decisiones, garantía de los
servicios públicos, protección de los ciudadanos y huir en todo momento
de la frivolidad, y creo que poco de esto, desgraciadamente, estamos
viendo en algunas acciones del Gobierno.
La declaración del estado de alarma y su posterior prórroga, que hoy se
somete a la consideración de esta Cámara, supone la restricción de
derechos y libertades de los ciudadanos españoles e implica un enorme
sacrificio para ellos. Ese enorme sacrificio obliga al Gobierno a acertar
y somos muchos los que pensamos que quizá hemos llegado tan lejos porque
no se han tomado las medidas a tiempo o en su justa dimensión. Eso nos ha
hecho tomar decisiones más duras, más difíciles y convertirnos en uno de
los países más azotados por el coronavirus. Por eso, hoy que estamos
debatiendo sobre la prórroga del Estado de alarma, conviene preguntarnos
si esta es una medida definitiva o si, por el contrario, deberíamos estar
en este momento hablando ya de si es necesario reducir aún más el
contacto entre nosotros, circunscribir la actividad laboral y profesional
exclusivamente a los sectores estratégicos y evitar así que el virus se
propague más. Es verdad que esta es una difícil ponderación, y esa
ponderación de riesgos vitales y de riesgos personales y sanitarios,
junto con la ponderación de riesgos económicos y sociales, es al Gobierno
a quien le corresponde hacerla, y en esa ponderación que hace el Gobierno
y que hoy se somete a esta Cámara es en la que nosotros vamos a confiar,
no sin antes decir que a veces es mejor tomar medidas duras y drásticas
pero que se acorten en el tiempo que prolongar sine die unas medidas
porque se han tomado de manera más laxa.
Decía el presidente antes que en este momento necesitamos tiempo, y por
eso no tenemos tiempo que perder. Ya no podemos permitirnos ni un solo
error más. La sociedad española se está comportando de una manera
ejemplar. Creo que hemos entendido todos que ante la ausencia de vacuna,
como decía el presidente antes y como Ignacio López Goñi, un catedrático
de Microbiología de la Universidad de Navarra, decía el otro día en una
entrevista en Navarra Televisión, cuando no hay vacuna, la vacuna somos
cada uno de nosotros. Esa ejemplaridad en la sociedad española la hemos
visto también en todos esos sanitarios que a falta de recursos están
haciendo tutoriales en YouTube explicando a sus compañeros cómo hacerse
una bata con una bolsa de basura. Estamos viendo esa ejemplaridad en las
grandes
empresas, pero también en los pequeños talleres y, por supuesto, también
en los conventos, que están haciendo mascarillas o batas para los
sanitarios. Lo estamos viendo en toda la gente que tiene impresoras 3D y
está aportando su granito de arena haciendo equipos de protección
individuales. Esa ejemplaridad de la sociedad española le obliga al
Gobierno a acertar, le obliga a proteger a los que están en la primera
línea de batalla, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado,
autonómicas y municipales, al personal de emergencia y, por supuesto,
también a los sanitarios, porque somos un país con una tasa indecente de
contagios en el ámbito sanitario. Y cuando hablo de sanitarios me estoy
refiriendo también a los farmacéuticos, que el otro día en unas
declaraciones del Gobierno sintieron que se les faltaba al respeto. Creo
que la farmacia, que muchas veces es la puerta de entrada al sistema
sanitario, también debe ser considerada por el Gobierno.
Corresponde al Gobierno fortalecer el sistema sanitario, pero también le
corresponde huir de la frivolidad. Señor presidente, diríjase usted a los
españoles cada vez que tenga algo que decirnos, pero evite las
comparecencias sin datos nuevos, sin respuestas y sin nada que aportar.
Tiene la responsabilidad de pilotar un país que está sufriendo mucho, que
nunca pensó que tendría que vivir algo así, pero para hacerlo cuenta con
una sociedad ejemplar, cuenta con el respaldo de la inmensa mayoría de
esta Cámara, con unos servicios públicos y privados excelentes y, por
supuesto, con la fuerza de una nación que sabe sobreponerse a la
adversidad.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Sayas. (Una trabajadora del
servicio de limpieza desinfecta la tribuna de oradores.-Pausa). Muchas
gracias, Catalina.
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Martínez
Oblanca.
El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señora presidenta.
Respaldaré la solicitud de prórroga del estado de alarma en
correspondencia con el compromiso de Foro de apoyar al Gobierno en estos
graves y dolorosos momentos de la historia reciente de España. Estamos ya
en los minutos iniciales de la decimotercera jornada de confinamiento de
la población a causa de la pandemia originada por el COVID-19. Hoy no es
día para exigir explicaciones sobre por qué el mando único se tradujo en
un órgano retardador o paralizador de los suministros a determinadas
comunidades autónomas que tenían pedidos en marcha, ni para pedir
responsabilidades por las palmarias contradicciones en torno a esta
emergencia.
La prórroga del estado de alarma tiene que suponer un mayday, mayday,
mayday para que el Gobierno apremie las llegadas de material
imprescindible con el que proteger al benemérito personal sanitario, al
de las residencias de mayores, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado, a tanta y tanta gente que trabaja de manera abnegada y
sacrificada, también a nuestros soldados, que baldean calles, montan
hospitales de campaña y ayudan a quienes lo necesitan. Un material
imprescindible para atender convenientemente a las personas enfermas; un
material que llega escaso y con retraso, o no llega.
En Asturias tampoco hoy aparecieron los test rápidos de detección de
coronavirus, de los que sí disponen las comunidades autónomas vecinas. En
todo caso, en nombre de Foro expreso mi agradecimiento a las empresas
españolas y a la multitud de personas que han utilizado sus medios para
conseguir material en el otro extremo del mundo o su ingenio o destreza
para fabricarlo en España como respiradores, mascarillas, pantallas y
demás aparatos y artículos tan elementales como necesarios y urgentes.
Señorías, en el ámbito socioeconómico el respaldo a la prórroga del estado
de alarma también supone una llamada para que el Gobierno se anticipe y
no siga con su táctica de ir a remolque. Son imprescindibles otras
medidas para paliar y frenar la profunda crisis, el paro y la recesión
que ya ha comenzado, y para salir de ella lo antes posible. Las medidas
adoptadas hasta ahora son insuficientes y tienen que acelerarse
escuchando a las organizaciones empresariales y a los sindicatos,
haciendo realidad las ayudas prometidas a las comunidades autónomas, y
dando la batalla en Europa.
Señor presidente, las utilidades de sus comparecencias pierden valor
cuando no se acude al Parlamento a escuchar los argumentos de los
intervinientes ni las propuestas de interés, vengan de donde vengan. El
Congreso habría salido reforzado, si usted me hubiera escuchado el pasado
miércoles y aceptado plantear un europlan al estilo del Plan Marshall,
que nosotros desde Foro literalmente le propusimos. Una iniciativa que no
mereció respuesta ni comentario suyo. El Diario de Sesiones lo refleja
con precisión. Transmítale al señor Redondo que no es bueno preparar a un
presidente réplicas previamente enlatadas, ya que anulan las virtudes
esenciales del intercambio de ideas y de propuestas. Sin embargo, como
nunca es tarde si la dicha es buena, le agradezco señor
Sánchez que aceptara nuestra propuesta del europlan en su alocución
televisada desde Moncloa y que también lo haya planteado en Bruselas, y
que ayer le felicitara por la iniciativa la presidenta de la Comisión
Europea.
Finalmente, con el recuerdo a las víctimas y sus familiares, y desde el
convencimiento de que España y el mundo van a superar esta pandemia,
quiero animar a los ciudadanos a atender las indicaciones oficiales y a
perseverar ejemplarmente en esta larga lucha contra el COVID-19, y al
Gobierno a cambiar el modelo de Aló Presidente, por el ejemplo de
"sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas". Por favor, no se olviden de la
palabra "esfuerzo", en la cita. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Martínez. (Una trabajadora del
servicio de limpieza desinfecta la tribuna de oradores.-Pausa).
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra, en último lugar, el
señor Guitarte Gimeno.
El señor GUITARTE GIMENO: Muchas gracias, señora presidenta.
En primer lugar, quiero dar las gracias a todos los que están luchando
contra el virus, a los sanitarios y a todos los trabajadores que desde
los demás sectores están trabajando con riesgo y con esfuerzo, así como
un recuerdo en especial a todos aquellos que han perdido a amigos y
familiares en este momento tan duro, a quienes mandamos nuestro más
sincero abrazo.
Señorías, necesitamos unidad. La sociedad española está sufriendo los
efectos de una pandemia generalizada y global que corre como la pólvora y
que ha convertido en una necesidad apremiante para el conjunto de la
ciudadanía de este país la unión sin fisuras para remar todos y todas en
la misma dirección. Necesitamos unidad porque los efectos de la pandemia
sobre el sistema sanitario español es muy similar al que provocan los
conflictos bélicos. Necesitamos unidad porque esta pandemia es global,
porque en el mundo las alertas crecen -India ha confinado a 1300 millones
de personas, el 17% de la población mundial- y porque los datos de
nuestro país siguen siendo estremecedores. Hace unos meses los turolenses
dieron su voto a Teruel Existe, dejando en un segundo plano su ideología
porque con ellas nadie había resuelto los problemas de la provincia. Como
simples ciudadanos tenemos ahora que pedirles que dejen de lado la
actitud excesivamente crítica y que se convierta en una postura
constructiva. En esta Cámara todos los que representamos la ciudadanía
hemos podido aportar, y lo hacemos, ideas y propuestas a un Gobierno que
se había mostrado hasta ahora abierto a recibirlas. Ahora más que nunca,
sirven de poco las ideologías, los ataques, el querer ser más brillante
que otro en una intervención; ahora, solo sirve la unidad y el esfuerzo
conjunto para poder vencer a este virus. Como decía Rowling: Seremos tan
fuertes como unidos estemos, y tan débiles como divididos estemos.
Apoyamos, pues, la prórroga del estado de alarma porque es evidente que
es imprescindible para frenar este virus, como también lo son el esfuerzo
y la unidad de todo el país, de todos sus ciudadanos y de todas sus
administraciones. Esta pandemia nos está llevando a valorar la vida de
una manera diferente, más humana, y esto va a cambiar a este país, a sus
ciudadanos y espero que también a las políticas que se impulsen en las
próximas décadas. Nos está enseñando que lo primero somos los ciudadanos,
todos, con igualdad y sin diferencia entre territorios y que estar unidos
y juntos es imprescindible para ser más fuertes.
El pasado miércoles recomendábamos inteligencia y equidad al Gobierno para
afrontar esta pandemia. Y lo reiteramos ahora también, sobre todo para
cuando consigamos vencerla y toda la sociedad nos enfrentemos a retomar
la actividad económica y vital porque va a ser duro y hemos de evitar que
lo sea más para algunos que para otros. En China aislaron una provincia
de sesenta millones de habitantes, más que España, y treinta y dos
provincias de alrededor la abastecieron, la apoyaron y la mantuvieron. En
España no hemos tenido esa alternativa, ni hemos tenido esa suerte con el
apoyo de otros Estados de la Unión Europea. Ahí algo ha fallado. Siempre
hemos dicho que necesitamos más Europa y ahora vemos imperiosamente cómo
es imprescindible, cómo necesitamos una Unión Europea fuerte y solidaria
entre sus países para poder afrontar situaciones excepcionales como la
que estamos viviendo. En estos momentos tan duros, vemos cuántas
carencias tiene España, por ejemplo, en autoabastecimiento y cómo estamos
dependiendo de unos mercados que nos ignoran. Espero que nos sirva para
valorar de verdad la importancia que tienen algunos sectores, como los
agricultores, los ganaderos o la industria estratégica; sectores a los
que hay que cuidar atendiendo sus necesidades de forma prioritaria. A
buen seguro que tendremos la oportunidad de cambiar nuestro modelo de
desarrollo, de tener un país más equilibrado porque funciona más y mejor
y porque también es más justo, de aprovechar todo nuestro potencial
humano y fomentar la innovación y sectores que ahora vemos que son
imprescindibles para ser
autosuficientes. Podemos hacerlo. Tenemos la oportunidad de aprender y
cambiar a un país mejor. No nos olvidemos de esto cuando pase esta
pandemia.
Gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Guitarte. (Una trabajadora del
servicio de limpieza desinfecta la tribuna de oradores.-Pausa).
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Lastra
Fernández.
La señora LASTRA FERNÁNDEZ: Gracias, señora presidenta.
Señor presiente y señorías, la verdad es que hoy es un día difícil para
todos los que salimos a esta tribuna. Yo llegué a este hemiciclo en el
año 2015 y nunca me imaginé durante estos cinco años -en los cuales mi
grupo, y ustedes lo saben bien, ha pasado por muchas vicisitudes- que nos
íbamos a encontrar en una situación como la actual y que para mí iba a
resultar tan difícil y tan duro salir a un debate por el desgarro
emocional que está viviendo nuestro país y que están viviendo todos
nuestros compatriotas porque, como dijeron todos los portavoces que me
precedieron y también el presidente del Gobierno, hay ya miles de
españoles que han perdido a sus seres queridos, a sus familiares o a sus
amigos, porque muchas familias ni siquiera se han podido despedir de
ellos o de acompañarles en sus últimas horas. Sé que hay huecos que es
imposible llenar, pero sí nos gustaría hacer llegar a todas esas familias
el cariño y el calor de una sociedad que comparte su dolor. También
quiero enviarles todo nuestro afecto y nuestro ánimo a todos los
pacientes que en estos momentos están luchando contra la enfermedad,
varios de ellos, compañeros diputados de esta Cámara. Quiero decirles que
no están solos, que tienen el apoyo de toda la sociedad y especialmente
de un personal sanitario que cada día, cada hora, cada minuto, nos hace
sentirnos más orgullosos.
Y precisamente por la dureza de esta crisis, precisamente por el
sacrificio que estamos haciendo millones de españoles y por el dolor que
está causando esta enfermedad, quiero ser muy clara en lo siguiente.
Desde que se estableció el estado de alarma, ya ha habido más de cien mil
denuncias por incumplimiento de las medidas de lucha contra el virus.
Cada persona que incumple el estado de alarma, cada persona que sale a la
calle sin necesidad, que no cumple con las medidas establecidas, cada una
de esas personas, está poniendo en riesgo su vida y su salud, pero
también la de sus familiares o amigos y la del resto de la sociedad
española. Y permítanme que me exprese en estos términos, aunque sean
duros, porque la situación lo es y nos lo exige. Cada una de esas
personas que falta a su responsabilidad se convierte en un agente
potencial de transmisión del virus y pone en entredicho el esfuerzo de
millones de españoles. Hoy todos tenemos una obligación hacia los demás.
De lo que cada uno de nosotros hagamos, depende la salud de los demás.
Por eso, tal y como ha hecho el presidente, pido a todos los españoles y
españolas que actúen con responsabilidad, que escuchen a las autoridades
sanitarias y ayuden al esfuerzo que todos estamos haciendo para superar
esta crisis. Las propias cifras de incumplimientos ya señalan que somos
una sociedad inmensamente solidaria, que estamos dando un ejemplo de
responsabilidad y de entereza, pero tenemos que cerrar todas las brechas
por las que pueda entrar una enfermedad capaz de multiplicar el daño por
cada resquicio que encuentra. Cada segundo que arañemos a la epidemia
cuenta; cada día, cada hora, cada minuto que seamos capaces de recortar a
la enfermedad se mide en vidas que salvamos y dolor que evitamos. De ahí,
la prórroga del estado de alarma.
Señorías, una de las paradojas de esta crisis es que nos obliga a
separarnos físicamente, pero nos une como sociedad, nos hace tomar
conciencia de que somos una comunidad, de que siempre lo hemos sido, de
que dependemos y siempre hemos dependido de todos los demás. El ejemplo
que millones de nuestros conciudadanos están dando es digno de admiración
y muchos de ustedes lo han destacado en sus intervenciones: jóvenes que
ayudan a los mayores, comerciantes que asisten a quienes no pueden salir
de casa, personal de limpieza, de supermercados, de farmacias, que siguen
atendiendo nuestras necesidades día a día, y miles de profesionales de la
salud que son nuestra primera barrera de defensa y que se exponen cada
día para ayudar a los enfermos y para salvar vidas. Se agotan las
palabras de reconocimiento de un país que cada día les expresa su
agradecimiento desde las ventanas y los balcones.
Nosotros, como dirigentes políticos, debemos ser el reflejo de lo mejor de
nuestra sociedad. Tenemos la responsabilidad de dar ejemplo en una
sociedad que se ha unido para hacer frente a una epidemia. Podemos dar lo
mejor de nosotros mismos, tal y como está haciendo la sociedad. Podemos
esforzarnos en demostrar más unión, más responsabilidad, pero no podemos
permitirnos dar menos que el resto de la sociedad. Se lo decía el pasado
miércoles y creo que en ello coincidimos todos. De esta crisis no
saldremos separados ni divididos, de esta crisis no saldremos mirando cada
uno por sí mismo, de esta crisis no saldremos si actuamos solo como
partidos. De esta crisis saldremos como comunidad, saldremos como
sociedad, y eso nos exige a todos lealtad, nos exige altura de miras, nos
exige responsabilidad, porque -se lo decía hace un instante- no es el
momento de individualismos, de pensar en uno mismo, no es el momento para
el ventajismo político, no es el momento para confrontar, es el momento
de la lealtad política e institucional, no con el Gobierno, sino con el
país.
Los españoles sufrimos la mayor crisis que ha vivido nuestra democracia,
una crisis que ya se está cobrando un peaje muy alto en dolor y en vidas.
Defender nuestro país hoy es mostrar unidad, porque todos tenemos un
mismo objetivo, solo hay una lucha, no hay ninguna otra, y especialmente
quienes tenemos responsabilidades institucionales debemos anteponer el
interés general a cualquier interés político o partidista. Es el momento
de sumar esfuerzos y voluntades, no de sumar votos. El virus no reconoce
fronteras entre administraciones ni entre comunidades autónomas, y la
respuesta que le demos debe ser responsable y leal, en el fondo y en las
formas, en las palabras y en los hechos. Si alguien no reconoce en este
tiempo el momento de la responsabilidad, no lo va a reconocer jamás. Si
alguien no encuentra en este momento el espacio para pensar en el interés
general, no lo encontrará jamás. El Gobierno de España está haciendo un
enorme esfuerzo para responder a esta crisis y quiero expresar al
presidente del Gobierno el agradecimiento del Grupo Parlamentario
Socialista por el trabajo que está realizando, un agradecimiento que le
pido que traslade a todos los miembros del Ejecutivo.
Hemos tomado las medidas más restrictivas de nuestro entorno, medidas
responsables y que atienden a la realidad de nuestro país, nuestra
situación y de nuestra población -repito: de nuestro país, nuestra
situación y nuestra población, no de China ni Corea ni Singapur ni
Estados Unidos ni ninguna otra-; medidas aconsejadas por la Organización
Mundial de la Salud y por el conocimiento de expertos y científicos
porque, señorías, esta pandemia es la primera que golpea duramente a los
países occidentales, pero no es la primera que sufre la humanidad en los
últimos años. Todos tenemos nuestra opinión, pero como responsables
políticos creo que debemos actuar con prudencia. Escuchemos a quienes
tienen experiencia, lideremos la respuesta -por supuesto, ese es nuestro
papel y nuestra responsabilidad-, pero escuchando tal y como está
haciendo el Gobierno el criterio de los científicos y de los expertos.
El Gobierno ha tomado medidas en todos los ámbitos; medidas para las
familias, para las empresas, para los autónomos, para los trabajadores
que tienen que quedarse en casa o quienes tienen que acudir al trabajo
porque prestan servicios esenciales; medidas para ayudar al personal
sanitario, para asegurar la solidaridad entre territorios, para
garantizar que el esfuerzo sea lo más eficiente posible; medidas
responsables y ambiciosas, incluso duras cuando ha sido necesario. Por
todo ello, desde el Grupo Socialista apoyamos la propuesta del presidente
del Gobierno para la extensión del estado de alarma para ganar tiempo,
para ganarle al virus. Creemos que es una medida necesaria junto a todas
aquellas que se vienen tomando en las últimas semanas, y estoy segura de
que no tardarán en empezar a mostrar resultados.
Señorías, la democracia, nuestra democracia, no es un conjunto de
instituciones y partidos, es sobre todo un compromiso; un compromiso con
una sociedad mejor, un compromiso con una vida más humana y más justa,
con la responsabilidad hacia los demás. Cada uno de nosotros hemos
llegado a la política por caminos distintos, pero estoy segura que en ese
impulso que nos trajo hasta aquí tuvieron mucho que ver algunos de esos
valores. Hoy es el momento de recordar lo que a todos nos unió en esta
tarea porque ahí es donde nos podemos encontrar, y desde ahí, desde esa
unión, empezaremos a dejar esta crisis atrás. Hoy es el momento de
recordar lo que nos trajo aquí: responsabilidad, compromiso y servicio a
la sociedad. Así entiende este grupo las aportaciones que han registrado
al decreto de alarma todos los grupos parlamentarios de esta Cámara, a
las que me voy a referir de manera somera, y espero que lo entiendan
porque es la una menos veinte de la mañana.
La votación en bloque de las medidas nos obliga a rechazar algunas que nos
parecen muy razonables, aunque tengo la seguridad -además así lo ha dicho
el presidente- que el Gobierno las estudiará y asumirá como propias. Hay
otras a las que me van a permitir que prefiera no referirme porque no
tienen nada que ver ni responden a cuestiones técnicas o sanitarias, sino
que son profundamente ideológicas, como algunas a las que ya han hecho
referencia algunos de los portavoces como el señor Echenique o el señor
Simancas en la intervención anterior y que conllevarían que dejemos sin
ningún tipo de control sanitario -insisto, sin ningún tipo de control
sanitario- a cientos de miles de ciudadanos que viven en nuestro
territorio. (El señor Abascal Conde hace gestos al orador). Veo que sabe
a qué propuesta me refiero, señor Abascal. En este momento -refiriéndome
también a otras propuestas de otros partidos
políticos- lo que debemos hacer es unirnos para combatir la epidemia, no
aprovechar la epidemia para separarnos. Les recordaba hace un momento qué
nos había traído aquí: responsabilidad, unidad y lealtad, compromiso y
servicio a la sociedad. Por eso, me va a permitir, señor Casado, que le
diga que no entiendo la intervención que ha hecho en esta tribuna. Se lo
decía antes mi portavoz, el señor Simancas, a uno de sus portavoces, al
señor Garcés. No se puede ser Capitán a posteriori, no se puede decir que
ya se lo advertí, que ya sabíamos que esto iba a pasar. Le voy a dar un
dato, señor Casado, ustedes que ya veían lo que podía pasar en España
-por cierto, creo lo dijo a finales de febrero- el día 10 de marzo en
este Congreso de los Diputados, ante la noticia que acabábamos de recibir
de que había varios positivos en varios grupos parlamentarios y que el
tercer grupo parlamentario de la Cámara, por ese motivo, se iba a
ausentar del hemiciclo, su grupo parlamentario se opuso a que se
pospusiera el Pleno del día 10 y ustedes querían tener aquí a 350
diputados venidos de todos los territorios que podían ser vectores de la
enfermedad. (Aplausos). Le voy a pedir responsabilidad y que mantengan el
mismo discurso al menos quince días, señor Casado. No puede ser que hace
quince días el Gobierno se escondiera detrás de la ciencia, como usted
mismo dijo aquí, y que hoy mismo estén diciendo que anteponemos la
ideología a la ciencia. O una cosa o la otra, señor Casado. Nosotros y el
Gobierno siempre nos hemos guiado por las recomendaciones de los
expertos, de los técnicos, de los científicos.
El único enemigo que tenemos es el virus, señor Casado. Por eso, no le voy
a reprochar algunas cosas pero sí haré una reflexión. Ha hablado de
residencias de mayores, de recursos y de responsabilidad. Todo en la
misma frase y en modo de reproche al Gobierno de España. Por
responsabilidad, por lealtad, por unidad, tal y como la entiende el
Partido Socialista, no voy a entrar en ese debate. Créame que lo haremos,
pero lo haremos más adelante, cuando todo esto pase, señor Casado.
Tampoco vamos a hablar de privatizaciones ni de recortes sanitarios, ni
de lo que han supuesto veinte años de recortes en sanidad a la hora de
hacer frente al virus en algunas comunidades autónomas que han sido el
epicentro de la pandemia, porque, como le digo, el único enemigo que
tenemos en estos momentos es el coronavirus.
Hay otro también Capitán a posteriori, en este caso visionario, porque ha
salido aquí el señor Abascal a decirnos que ellos ya sabían desde enero o
febrero lo que podía pasar en nuestro país. Pues quizás habría sido bueno
que se lo dijera a su secretario general, al señor Ortega Smith-Molina,
que estuvo primero en Milán, luego en Vitoria, y después, se fue a
Vistalegre el 8 de marzo a darse besos y abrazos con todos ustedes, señor
Abascal. Aquí lo único que nos tiene que importar a todos es estar
unidos, ser responsables y estar comprometidos con las soluciones a esta
pandemia y a esta crisis sanitaria que se puede convertir -que ya lo es-
en una crisis social. Para eso va a trabajar este grupo parlamentario.
Por eso, el miércoles pasado finalicé mi intervención diciéndole al
presidente del Gobierno que lo que fuera necesario, cuando fuera
necesario y donde fuera necesario. Por eso hoy miércoles, una semana
después, le reitero lo mismo: señor presidente, lo que sea necesario,
cuando sea necesario y donde sea necesario. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Lastra. (Una trabajadora del
servicio de limpieza desinfecta la tribuna de oradores.-Pausa). Muchas
gracias.
Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el señor presidente del
Gobierno.
El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias,
señora presidenta.
Señorías, les he escuchado atentamente; dejen por ello que comience con
algunas cuestiones generales que ustedes elevan a categoría en forma de
cacofonía política y que merecen una respuesta precisa para ordenar el
debate.
Sobre la intervención tardía del Gobierno -se ha suscitado por parte de
algunos grupos parlamentarios-, el actual Gobierno -hay que recordar las
cosas tal y como son- se presentó el 12 de enero y los ministros tomaron
posesión el lunes, es decir, el día siguiente, el 13 de enero. Pregunto:
¿Saben ustedes cuántos días tardó en constituirse el Comité permanente de
seguimiento del COVID-19? El día 13 de enero, el mismo día, se celebró su
primera reunión. Desde entonces ha mantenido reuniones de trabajo cada
día e incluso dos veces en un mismo día. El equipo del Ministerio de
Sanidad reaccionó desde el primer momento: cincuenta días antes del
primer fallecimiento en nuestro país, dos meses antes de la declaración
del estado de alarma. La coordinación con las autoridades autonómicas
también se activó: la primera reunión sobre el COVID-19 con participación
de las comunidades autónomas se celebró el 24 de enero, insisto, el
Gobierno tomó posesión el 12 de enero. El Consejo interterritorial, con
presencia
de los consejeros y consejeras de Sanidad de las distintas comunidades
autónomas, se celebró el 5 de febrero, un mes antes de que hubiera un
fallecido en nuestro país.
Sobre la subestimación del peligro. Qué duda cabe que si vivimos la
presente situación es porque no hemos sido capaces de frenarla, esto es
evidente, esto no se puede discutir, pero ese es un juicio a posteriori,
señorías, y es una evidencia también que con lo que hoy sabemos todos
hubiésemos actuado de distinta manera: las autoridades chinas hubieran
actuado de modo distinto; las autoridades francesas, las autoridades
italianas, las británicas, las estadounidenses, todas hubiésemos actuado
de forma distinta, pero se da la circunstancia de que cuando se actuó no
sabíamos lo que sabemos hoy. Yo invito, señorías, a aquellos que plantean
esta cuestión a que repasen las intervenciones de nuestros expertos
sanitarios; eran intervenciones públicas, señorías. Tomaré algún ejemplo:
el 7 de marzo, el doctor Simón -y cito textualmente- advirtió acerca de
las residencias de mayores y dijo lo siguiente: Las opciones deben ser
valoradas por las comunidades autónomas; siempre es mejor sobreactuar que
quedarse corto. Señorías, no es momento de reproches, pero todas las
intervenciones de los expertos sanitarios son públicas y también son
públicas las palabras de los responsables políticos, también de los de
las comunidades autónomas.
Me gustaría volver por un instante a la cuestión de la intervención
tardía, ¿tardía en comparación con quién, señorías? ¿Tardía en
comparación con quién? Hasta hoy y desde las primeras noticias sobre el
nuevo virus se han celebrado seis sesiones plenarias en el Congreso,
cinco en el Senado; ha habido tres sesiones de control en el Congreso y
dos en el Senado. ¿Cuántas iniciativas parlamentarias se han registrado
en ese tiempo? Yo se lo digo: cero. (Rumores). ¿Tardías, señorías, en
comparación con qué países? ¿Con qué otros países? ¿Con el Reino Unido?,
¿con Estados Unidos?, ¿con Francia?, ¿con Alemania?, ¿con Italia?, ¿con
Polonia?, ¿con Canadá? Tomemos, señorías... (Rumores). Hay que ser
humildes. Tomemos... (Risas). Tomemos, señorías...
La señora PRESIDENTA: Señorías, por favor. (Rumores). ¡Ruego respeto!
El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Tomemos,
señorías, algunos criterios para saber exactamente cuándo se actuó por
parte de los distintos Gobiernos. España -se ha dicho aquí; lo he dicho
yo y lo ha dicho también la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista-
ha sido de los primeros países en actuar, y lo ha hecho de manera
contundente. Vamos a situar el tema en su verdadero punto. ¿España cuándo
aprobó el decreto de alarma? Lo aprobó cuando teníamos 4231 infectados;
Italia lo aprobó con 9172 infectados, el Reino Unido con 5687 infectados
y Francia con 6573 infectados. España aprobó el decreto de estado de
alarma cuando, desgraciadamente, en nuestro país -y ya son muchos-
teníamos 120 fallecidos, el Reino Unido 281 e Italia más de 400
italianos. Por tanto, señorías, hay que ser humildes y hay que situar el
tema en su verdadero punto, porque todos los países han sido invadidos
sorpresivamente.
Sobre el 8 de marzo. Señorías, en casi todos los países europeos se
celebraron las manifestaciones del 8 de marzo con absoluta normalidad.
Así fue en París, en Berlín, en Viena o en Bruselas. En Francia hubo
incluso manifestaciones de los chalecos amarillos hasta el sábado 14 de
marzo, cuando nosotros declaramos el estado de alarma, e incluso al día
siguiente se celebró la primera vuelta de las elecciones municipales en
Francia y, lógicamente, tuvieron que suspender la segunda vuelta de esas
elecciones. Esta es la primera consideración que quería hacerles a los
distintos grupos que han criticado esa supuesta falta de contundencia o
decisión tardía en cuanto a la presentación del estado de alarma.
Señor Casado, usted lidera un partido que gobierna en distintas
comunidades autónomas, algunas de ellas muy afectadas por la pandemia del
coronavirus, y por tanto debería saber distinguir lo urgente de lo
importante en momentos en los que el sentido de Estado es esencial. Ahora
lo urgente -repito, lo urgente- es frenar la curva de propagación,
resistir ante los días más duros -lo he dicho en las distintas
comparecencias, que esta semana iba a ser muy dura, muy dura- y
prepararnos para posibles repuntes de la pandemia mientras buscamos una
vacuna. Vivimos, señorías, tiempos excepcionales que requieren actitudes
y sacrificios excepcionales. Cuando, por ejemplo, los agricultores paran
sus legítimas protestas para centrarse en llenar nuestras despensas o
cuando Alemania -y aquí se ha recordado por parte de algún interviniente-
está dispuesta a romper su férrea ortodoxia fiscal y a asumir una deuda
pública histórica se nos lanza un mensaje claro, y es que es el momento
de estar unidos. Mire, señor Casado, en esta batalla usted y el conjunto
de la oposición son para mí todos aliados frente al virus. Ahora no
podemos permitirnos diferencias. Yo lo que estoy demandando es unidad y
lealtad, que es lo que he dicho en mi primera intervención, la misma, por
cierto, que muestran las fuerzas de la oposición allá donde gobiernan
otros partidos políticos, como usted, por ejemplo; la lealtad de la
oposición sobre este tema en Madrid, en Andalucía, en Castilla y León o
en Murcia o, si prefiere, la lealtad que muestran en la mayoría de los
países de nuestro entorno europeo las fuerzas de la oposición; la
lealtad, por ejemplo, del Partido Laborista británico; la lealtad de la
derecha portuguesa, que expresa por boca de su portavoz -y cito
textualmente- las siguientes palabras: No les vemos como el Gobierno de
un partido adversario, sino como el Gobierno de Portugal al que todos
debemos ayudar en este momento; la lealtad de la oposición de las
derechas en Francia, cuando manifiestan -y cito textualmente-: Ante la
amplitud de la epidemia, no hablamos de una mayoría y de una oposición,
lo que hay es una única Asamblea Nacional unida y junta. Señorías, señor
Casado, no se conocía la amplitud de esta tragedia ni menos el momento en
que iba a comenzar, como tampoco lo conocían los responsables políticos
de los demás países; igual que no lo conocían tampoco ustedes, ni
nosotros sabemos qué día y con cuánto daño concluirá esta epidemia. Si
alguien lo supiera, como dije hace ya una semana, subiría a esta tribuna
y lo anunciaría, pero nadie lo va a hacer, señorías. Lo que sí sabemos
ustedes y yo es que esto acabará antes y con menos daños si pensamos
unidos, si actuamos unidos y si luchamos unidos. Eso es lo que les
propongo hoy formalmente: unidad y lealtad.
También le demando solidaridad en un día como hoy al conjunto de la
Cámara. Solidaridad especialmente con la Comunidad de Madrid, cuyas
cifras son trágicas y nos sobrecogen a todos, en particular a los vecinos
y vecinas de la Comunidad de Madrid. Esa solidaridad es ahora más
necesaria que nunca. Madrid siempre ha sido, señorías, muy generosa con
toda España. Madrid ha acogido siempre a todos, nadie se siente fuera de
Madrid, y ahora Madrid necesita al conjunto de España, señorías. Hoy es
Madrid, pero mañana, como he dicho en mi intervención inicial, puede ser
Cataluña, y pasado mañana otras comunidades autónomas, y debemos estar
unidos para ganarle al virus. El virus, como saben, está atacando con
mayor virulencia en esta primera fase a la Comunidad de Madrid. La
situación de las ucis y de los hospitales en nuestra capital está al
borde del colapso, y es este el momento en el que todos los españoles
seremos solidarios con los madrileños. El Gobierno de España garantizará
la equidad y facilitará recursos sanitarios a los hospitales de la
Comunidad de Madrid provenientes de otras partes de España que no tengan,
lógicamente, esos problemas de saturación. Esa solidaridad de todos los
españoles ayudará a Madrid en este momento crítico y más adelante esa
solidaridad será con Cataluña y con los otros territorios de nuestro país
que la vayan necesitando. Por eso, señorías, solicito al conjunto de la
Cámara -insisto- tiempo, unidad y lealtad. Es lo que necesitamos en el
frente para ganarle esta guerra al virus: tiempo, unidad y lealtad; el
mismo tiempo, la misma unidad y la misma lealtad que yo les ofrezco.
Señorías, les aseguro que cuando salgamos de esta tendrán mucho tiempo
para hacer oposición al Gobierno, mucho tiempo, pero ya les adelanto que
habrá una diferencia con respecto a hoy, y es que entonces me defenderé.
Ahora no voy a perder ni un minuto, ni un gramo de energía en defenderme,
porque necesito todo el tiempo y todas las fuerzas de las que dispone el
Gobierno de España para combatir al virus. El enemigo es el virus y
espero que todos lo entendamos. (Aplausos).
¿Desde cuándo supieron las distintas autoridades o usted, señor Casado,
que había que hacer acopio de mascarillas o de respiradores y de batas?
¿Desde que el 9 de enero supimos de la primera muerte por coronavirus en
China? ¿Desde que el 30 de enero la Organización Mundial de la Salud
declaró emergencia de salud global? ¿Lo supieron el 21 de febrero, el día
en que se produjo el primer muerto en Italia? ¿El 26 de febrero, cuando
se produjo el primer contagio autóctono en España, es decir, de un
ciudadano español que no había viajado fuera de nuestro país? Señorías,
hasta el 13 de marzo, en que se declaró el Estado de alarma en nuestro
país, la capacidad de las consejerías de Salud de todas las comunidades
autónomas era plena, no lo olviden. Podían haberse provisto de todo
cuanto necesitaban. ¿Cuándo empezamos a escuchar quejas respecto del
Ministerio de Sanidad por parte de la oposición porque no había material?
A partir del 14 de marzo, es decir, a partir de que el Gobierno de España
declara el Estado de alarma. Ese día muchos vieron claro lo que antes no
habían visto. Se trata del virus, señorías, y no del modelo territorial.
Fíjense, Francia, que -lo hemos visto en la prensa- tiene un Estado
centralizado, absolutamente vertical, tiene dificultades para el
suministro de mascarillas y respiradores. Estados Unidos, que es un país
absolutamente descentralizado, semejante al que nosotros podamos tener,
también tiene dificultades para el suministro. Hoy, señorías, se trata de
combatir el virus, no de hacer un seminario teórico sobre Derecho
constitucional.
Señor Abascal, no voy a polemizar con usted, pero quiero recordarle dos
cosas que me parecen importantes. Su grupo, en fin, nunca ha defendido lo
público, nunca; todo lo contrario. Ustedes han defendido privatizar la
Seguridad Social, han defendido privatizar la sanidad, que no hubiera
sanidad pública, y creo que todos los ciudadanos y ciudadanas son capaces
de imaginar cómo estaríamos hoy si
no hubiera sanidad pública. (Rumores). Y la otra cosa que quiero
recordarles es que ustedes nunca han gestionado nada, nunca. Esto no es
un reproche, sino una constatación. Desde la ausencia de responsabilidad
pública es mucho más fácil caer en el pensamiento mágico del que antes
hablaba su portavoz. Creen que con chasquear los dedos se gobierna, pero
le puedo garantizar, señor Abascal, que es un poco más complejo.
Señor Echenique, nuestros partidos son ejemplo de lo que estamos
discutiendo hoy y todos los días. Hace pocos meses estábamos debatiendo
sobre asuntos que hoy nos parecen menores, pero hoy estamos juntos en el
mismo Gobierno y estamos actuando hombro con hombro, lealmente, buscando
solo lo más importante: vencer juntos al virus y no dejar a nadie atrás.
Esta es una tarea de todos y le agradezco de corazón el apoyo de su grupo
parlamentario y también el de los miembros del Consejo de Ministros que
pertenecen a Unidas Podemos.
Algunos portavoces, como el del BNG o la de Bildu -el señor Rufián no ha
entrado en ello, pero BNG y Bildu sí-, han hablado de la figura jurídica
que estamos usando, que, como ustedes saben, está reconocida en la
Constitución. Se trata del estado de alarma, que es un estado
excepcional, extraordinario, fuera de la norma. No es que limite derechos
a los territorios, señorías, es que limita derechos a los ciudadanos,
que, entre otras cuestiones, no pueden salir libremente de sus casas, y
los derechos de los ciudadanos son los más inalienables, de modo que
seamos muy mesurados a la hora de valorar la restricción de las
competencias. Se lo dije además en la comparecencia en la que expliqué el
estado de alarma al conjunto de la Cámara. Ustedes saben que esto va a
durar lo que dure la lucha contra el virus, ni un día más. Esto no atenta
contra la diversidad ni contra la pluralidad ni contra los derechos
estatutarios. Es un estado de alarma, así que no lo olvidemos ni un
segundo. No creo que a los ciudadanos y a las ciudadanas les preocupe
mucho que la desinfección del aeropuerto de Bilbao, del puerto o del
aeropuerto de Barcelona la haga el ejército; lo que les preocupa es que
se desinfecte. Esta es la cuestión, señorías, y de ahí también el amparo
del estado de alarma.
En relación con el portavoz del Partido Nacionalista Vasco, creo que la
propuesta que hemos planteado de convertir la Comisión parlamentaria de
Sanidad en esa comisión de seguimiento de la pandemia donde proveamos a
los distintos grupos parlamentarios de la información que ustedes
necesitan -no solo información diaria de la evolución de la pandemia,
sino también de las medidas que está tomando el Gobierno de España- me
parece que es recoger el guante de la propuesta de la enmienda que
ustedes plantean en su resolución. De hecho, también una de las
propuestas que he hecho es que en esa comisión parlamentaria, mientras
dure el estado de alarma, comparezca semanalmente el ministro de Sanidad.
Les recuerdo que precisamente mañana comparece el ministro de Sanidad
para explicar la pandemia.
Ha habido algunos intervinientes que hablan del confinamiento y de que
tenemos que ser más duros y más estrictos con el confinamiento: el señor
Rufián, el señor Errejón, el señor Baldoví y la señora Aizpurua. Siempre
he dicho que tenemos que permanecer muy flexibles y atentos, y de verdad
aprecio una voluntad constructiva en cuanto a su aproximación a esta
cuestión, pero puedo asegurarles que las autoridades sanitarias que
gestionan esta crisis estudian con la máxima atención cada informe,
sugerencia o propuesta que nos llega por parte de los profesionales y de
investigadores altamente cualificados. Como ustedes saben, hay informes
que tienen predicciones diferentes. Las previsiones a largo plazo que se
establecen son arriesgadas en algunos casos; podrían resultar ciertas, no
digo que no, pero también podrían conducir a importantes errores de
cálculo. Como he repetido en varias ocasiones, y esto es realmente lo
sustantivo en este lugar en que nos encontramos, el Gobierno y su cadena
de mando, como ha dicho la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista,
obedecen en todo momento las instrucciones y los protocolos de la
Organización Mundial de la Salud, que así lo ha reconocido, alabando, por
cierto, la actuación del Gobierno de España. Creo que puedo decir que
somos un país ejemplar en el cumplimiento de las recomendaciones. Podría
darles cifras sobre la evolución de la movilidad en nuestro país, que
precisamente trasladan con elocuencia el parón y el frenazo económico que
tenemos ahora mismo en nuestro país. El consumo energético de hogares o
de servicios también es lo suficientemente elocuente como para ser
conscientes del parón y de las consecuencias económicas que va a tener y
que está teniendo ya en términos de destrucción de empleo, pero también
de desaparición de empresas; es lo suficientemente elocuente como para
ser conscientes de que tenemos que ser equilibrados y ponderados en las
restricciones que planteemos al conjunto del país. No hay certidumbres
absolutas en esta materia, señorías, no las hay, pero tampoco hay
contradicciones. A mí esto es lo que me parece importante en cuanto a la
definición de la acción del Gobierno. Existe un consenso amplísimo sobre
la dirección en la que debemos caminar. Todos estamos de acuerdo con las
líneas básicas, que consisten en evitar la
movilidad innecesaria y reducir la actividad económica que no sea
esencial. Bien, ¿qué es esencial?, ¿qué no es esencial? Por lo tanto, no
discutimos propuestas contrarias, sino los límites y el alcance de una
misma medida. Como he dicho en mi intervención, debemos calcular con sumo
cuidado los límites del confinamiento y la parálisis de nuestra actividad
económica. Recuerdo que cuando presenté el real decreto del estado de
alarma aquí planteé que todas las acciones que había hecho el Gobierno de
España se basaban en tres criterios fundamentales que emanaban de las
directrices de la Organización Mundial de la Salud. El primero tiene que
ve con las medidas de confinamiento de aislamiento, el segundo tiene que
ver con las medidas de impacto socioeconómico que tienen esas medidas de
confinamiento y el tercero el respeto a los derechos humanos. Y en ese
difícil equilibrio entre esas tres guías que nos marca la Organización
Mundial de la Salud estamos trabajando desde el Gobierno de España. Tal y
como advierte la OMS, esto, el confinamiento, podría tener a su vez
graves consecuencias a corto plazo, también sanitarias, y efectos
devastadores sobre la imprescindible fase de reconstrucción que pronto
deberíamos afrontar. Por tanto, no hagamos de esto una causa de fe ni
tampoco un debate ideológico, como se ha planteado por parte de algunos
intervinientes desde esta tribuna. No caigamos en ese absurdo, es lo
único que les pido. No forcemos a la ciudadanía a tomar partido en un
debate que es técnico y es científico y en el que los poderes públicos
tomamos decisiones en función del consejo de los expertos. Eso es lo que
está haciendo el Gobierno de España.
En cuanto a los comentarios sobre el Ejército y las Fuerzas Armadas y
algunas comparecencias que se han planteado por parte de algunos
intervinientes, vuelvo a decir lo que decía hace un momento, que se trata
de movilizar a otro sector público, en este caso uno más, que tiene la
formación, que tiene la capacidad y que tiene los medios necesarios para
servir de ayuda a ciertos colectivos en ciertas situaciones de esta
emergencia que estamos viviendo. Por tanto, se trata de sumar. El
recurrir a las Fuerzas Armadas no se hace a costa de nada ni de nadie, no
restan, simplemente suman. Son un instrumento más. ¿Por qué no vamos a
poder contar con él? Las Fuerzas Armadas no reemplazan médicos, tampoco
enfermeras; no sustituyen a otros cuerpos de seguridad estatales o
autonómicos, sino que los refuerzan y los complementan, señorías. Se
limitan a ayudar allí donde pueden hacerlo, a liberar a otros servidores
públicos de ciertas tareas, para que puedan atender otras necesidades
distintas. ¿Eso es malo? Yo creo que no. El cuidado y la protección de
infraestructuras estratégicas lo está desempeñando hoy el Ejército porque
eso permite liberar, por ejemplo, a la Policía Nacional, a otras Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado, para hacer otro tipo de servicios o de
trabajo que es sin duda alguna importante en este momento. ¿Es malo que
habiliten hospitales de campaña allí donde puedan ser necesarios y que lo
expliquen en los medios de comunicación y en las ruedas de prensa? Yo
creo que no. ¿Y que se encarguen de dar refugio y protección a personas
sin hogar? Yo creo que tampoco, señorías. ¿Y que lo expliquen en los
medios de comunicación para que se sepa también con absoluta
transparencia informativa qué es lo que están haciendo? En fin, todos
tenemos nuestras filias y nuestras fobias más o menos racionales, pero lo
mínimo que se puede esperar de nosotros, señorías, en una crisis como la
presente es que las mantengamos al margen y no estorben.
Agradezco de verdad a la portavoz del Grupo Parlamentario Ciudadanos su
actitud de colaboración. Yo creo que ese es el camino; ahora no hay
administraciones de ningún color, hay muchas administraciones públicas
que luchan desde todos los territorios y desde todos los colores por el
bien común, por la victoria frente al virus. Ustedes también son
imprescindibles en esa lucha, y quiero pedirle desde aquí -igual que se
lo pido al señor Casado- que como representante de Ciudadanos transmita a
los dirigentes de su partido que está guerra no la libramos en Twitter y
que el enemigo no es el Gobierno de España; la libramos en los
hospitales, en las calles vacías, en las residencias de ancianos y en los
mercados de abastecimiento. Ahí es donde va a encontrar al Gobierno de
España siempre.
Ha habido otros portavoces, como el señor Errejón y el señor Baldoví, que
han hablado del confinamiento. Creo que he respondido al menos cuál es la
aproximación que tiene el Gobierno de España, así como el compromiso del
Gobierno de España que se ha suscitado en anteriores debates para la
convalidación de distintos reales decretos-leyes sobre su compromiso
económico y social. El señor Baldoví ha planteado una cuestión en
relación con las repatriaciones. Quiero decirle que los datos que ha dado
precisamente hoy la ministra de Asuntos Exteriores es que en estas fechas
ya llevamos repatriados en torno a once mil españoles y españolas que
estaban fuera de nuestro país. Esta semana están previstas al menos cinco
mil repatriaciones más, y también hemos acompañado -y yo creo que esto es
importante porque demuestra lo que representa nuestro país- a la salida
de doscientos mil turistas extranjeros que estaban en nuestro territorio.
Y a los partidos minoritarios que forman parte del Grupo Plural, del Grupo
Mixto, les quiero decir que les tenemos presentes y quiero darles las
gracias. Quiero decirles que tienen un papel fundamental, porque en esta
batalla contra el virus no sobran manos; incluso las manos más pequeñas
tienen cinco dedos y, por tanto, son bienvenidas en esta tarde. Agradezco
de verdad su unidad de acción y les invito a que sigan aprovechando todos
los cauces institucionales existentes para hacer llegar al Gobierno
cualquier propuesta.
También agradezco de corazón a la portavoz del Grupo Parlamentario
Socialista y al conjunto del Grupo Parlamentario Socialista el apoyo que
nos están prestando, porque es muy alentador y nos llena de energía para
las fechas que tenemos por delante.
Además del Congreso de los Diputados, señorías, todos y todas saben que
tenemos a disposición a los distintos Gobiernos autonómicos y que estamos
coordinándonos con ellos en las distintas conferencias de presidentes y
también en los consejos interterritoriales coordinados por los distintos
ministerios.
Finalizo, presidenta, señorías, diciendo, como al principio de
intervención, que la evidencia nos demuestra que la vida puede ser
comprendida y puede ser vivida, y esto es importante subrayarlo en un
momento como el actual. Comprender requiere tiempo y requiere reflexión,
y hay millones de españoles en nuestro país que reflexionan, que
comprenden y que desean vivir su vida sin esperar ni un día más. Millones
de personas desde sus casas nos están mirando, nos están juzgando y
desean que actuemos unidos para que ellos y ellas no tengan que ver la
vida pasar a través de sus ventanas. Quieren mirar hacia delante. Esta
situación, señorías, también pone un termómetro a la salud política de
nuestro país, y la ciudadanía lo sabe. Vayamos más allá de la evidencia,
retemos al presente con resistencia y aprovechemos esta situación de
emergencia para volver a hacer política, como hemos dicho en muchas
ocasiones en está Cámara, con mayúsculas.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente. (Una trabajadora
del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa).
A continuación, podrán intervenir los representantes de los grupos
parlamentarios que lo consideren oportuno. Por el Grupo Parlamentario
Popular en el Congreso, tiene la palabra el señor Casado Blanco.
El señor CASADO BLANCO: Gracias, señora presidenta.
Señor Sánchez, un poco de autocrítica y un poco de humildad, por favor,
aunque sea por respeto a los millones de españoles que están en sus casas
y que le tienen a usted al frente del Gobierno. Creo que lo mínimo es
lamentar lo que está pasando y dejar de echar la culpa a los técnicos y a
los científicos, a los que todos agradecemos su labor, a los que todos
pedimos criterio en nuestra labor política, pero a los que nunca se les
pone de parapeto para nuestras decisiones, y menos cuando se está al
frente del BOE. Es como si el señor Zapatero echara la culpa de no
anticipar la crisis económica a sus técnicos económicos. En este caso,
usted ahora está asesorado por científicos y el caso es que las
decisiones que ha tomado han sido tardías o están siendo insuficientes.
Pero además de algo de humildad y de autocrítica, le pediría algo de
responsabilidad. ¿Usted cree que tan bien ha hecho todo todo todo como
para tener al segundo país del mundo en número de muertes? Y un poco de
gratitud, porque los reales decretos ¿quién se los ha aprobado hoy? ¿Se
los aprueba su socio de investidura o se los aprueban la oposición y el
Grupo Parlamentario Popular? No digo que me dé las gracias. (Aplausos).
Señor Sánchez, yo le estoy atendiendo, estoy siendo leal, no le estoy
reprochando no enterarme más que por la prensa de muchas cosas. Recibí la
llamada, como jefe de la oposición, después de que usted lo anunciara el
día anterior a los presidentes autonómicos, o, viceversa, ellos se
enterasen más tarde por los medios de comunicación. Hoy han venido en una
portada que las comunidades autónomas han tenido que comprar 52 millones
de mascarillas porque no tenían las que usted dice. La Comunidad de
Madrid ha recibido 53 000 mascarillas entre ayer y antes de ayer. ¿Tengo
que recordar cuántos contagiados hay ya internados en la Comunidad de
Madrid? Por tanto, también un poco de gratitud, no a mí, sino a todos los
grupos parlamentarios que le estamos dando lealtad, desde luego más
lealtad de la que usted nos dio estando en la oposición con crisis
sanitarias mucho menores, de seguridad, medioambientales. Pero, sobre
todo, la petición de unidad no puede acallar a la oposición, no puede
amordazar a los millones de votantes que nos han prestado su apoyo para
controlar al Gobierno de forma leal, de forma moderada, de forma
constructiva y positiva, pero pensamos que está teniendo algunos puntos
de mejora, por decirlo de una forma eufemística.
Y lo de pedir tiempo, el tiempo será para usted, señor Sánchez, porque
ahora pide tiempo y lleva quince días sin tomar estas medidas, y para los
reales decretos han tenido ustedes, incluso, horas de
Consejo de Ministros. Hoy había tardado hasta la publicación del BOE con
lo que aprobaron ayer. La compra de material se ha hecho doce días
después de que se anunciara, la gran compra de material. Por tanto,
unidad, lealtad y tiempo, pero también para ustedes. Unidad en el
Gobierno. No nos pida unidad a la oposición cuando en el Gobierno están
fracturados, y encima se ha comentado en toda la opinión pública. Y
lealtad, hágalo también con sus socios de Gobierno. He visto vídeos
oficiales de la cuenta de Podemos hablando del Prestige, una catástrofe
en la que yo recuerde no tuvo ni heridos ni muertos. Nosotros no estamos
haciendo eso, pero por lo menos esa lealtad ténganla ustedes.
Señora Lastra, lealtad con las comunidades autónomas. No pensaba entrar,
pero creo que es bueno que lo dejemos con luz y taquígrafos para que
luego me pasen todos los controles que quieran. Del año 2011 al año 2018,
el gasto público sanitario subió de 71 667 millones a 75 435 millones,
según la OCDE; es decir, 3788 millones más en siete años. Sin embargo,
desde 2009 a 2011, el Gobierno de Zapatero recortó el gasto público
sanitario de 73 081 millones hasta 71 667 millones, más de 1500 millones
de recortes, según la OCDE. Y en cuanto al crecimiento de la deuda, 16
000 millones de euros más, 173 % más de deuda sanitaria que tuvimos que
pagar con el Plan de proveedores.
Por otro lado, en la Comunidad de Madrid -porque las insinuaciones que ha
hecho el presidente del Gobierno son gravísimas, una comunidad que está
azotada por el coronavirus, y ya veremos, lo veremos en la Comisión de
investigación, por qué motivos dicen los técnicos- lo que estamos viendo
es que ha habido un 14,4 % de incremento del presupuesto en sanidad desde
2010; o que, por ejemplo, se registra un 8,5 % de mayor aumento del gasto
sanitario por habitante; o que el personal sanitario madrileño ha
aumentado un 2,7 %, exactamente desde 72 201 profesionales, en 2010,
hasta 73 634, en 2019, datos específicos de la Consejería de Función
Pública y de Sanidad. Por tanto, cuando en una comunidad hay siete de los
diez mejores hospitales de España, simplemente les estoy contestando; no
mientan, no es una cuestión de recortes; ha habido una gran inversión y
gracias a eso estamos pudiendo salir de esta crisis.
La señora PRESIDENTA: Señor Casado, tiene que ir terminando, por favor.
El señor CASADO BLANCO: Nunca un Gobierno con más poderes ha sido capaz de
hacer menos.
Yo solo les digo que si desde el 13 de enero conocían todo esto, ¿qué han
hecho estos dos meses? ¿Para qué se han reunido dos veces en ese comité
de seguimiento? ¿Para qué partió el Ministerio de Sanidad en tres
ministerios? ¿Para qué está usted ahora citando a la oposición de Lisboa
o a la oposición de París para hablar de lealtad, cuando en ocho
discursos públicos yo le he tendido la mano, a veces, ni siquiera
teniendo como respuesta su mirada y mucho menos su agradecimiento?
Yo lo único que le estoy diciendo, señor Sánchez, es que tenemos que hacer
las cosas mejor en el Gobierno y usted está en el Gobierno y, por tanto,
la responsabilidad es suya. Lealtad no es patente de corso; unidad no es
barra libre y sentido de Estado no es un cheque en blanco; es
responsabilidad la que estamos teniendo, la que ustedes no tuvieron. Y yo
creo que, si esta crisis ya queda claro que ha superado al Gobierno, lo
que tendremos que hacer es dar la transparencia, la rendición de cuentas,
la confianza y la certidumbre a la sociedad española, para que sea ella
la que supere la crisis.
No dediquen tiempo a buscar culpables en la bancada de la oposición, que
está siendo tan leal y tan responsable; busquen tiempo para encontrar
mascarillas, equipos de protección, respiradores. Nosotros no
aprovechamos las desgracias para medrar. Nosotros no somos como ustedes.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Casado. (Una trabajadora del servicio
de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores.-Pausa).
Gracias, Catalina.
Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Abascal Conde.
El señor ABASCAL CONDE: Muchas gracias, señora presidenta.
Tiempo, unidad y lealtad, y no aprovechar la tragedia es lo que nos pide
el presidente del Gobierno y es lo que nos piden los portavoces de los
partidos gubernamentales. ¿Pero de verdad nos lo piden a nosotros? ¿Es a
nosotros a quienes nos piden unidad y lealtad o se lo piden a su
vicepresidente, que ha roto la unidad, que ha roto la lealtad con el jefe
del Estado y que ha aprovechado la tragedia para colarse en el control
del Centro Nacional de Inteligencia?
Decía que no se iba usted a defender. Usted tiene derecho a defenderse y
me parece muy bien que se defienda cuando se le hace una crítica. Que lo
haga en el futuro cuando sigamos haciendo oposición
y que lo haga ahora cuando le hacemos oposición y, además, le mostramos
nuestra lealtad votando a favor del estado de alarma y dándole amplísimos
poderes. Usted tiene derecho a defenderse, e incluso tiene derecho a
decir mentiras, como las que ha dicho en esta tribuna. Ha dicho que
nosotros estamos por la privatización de la Seguridad Social. No, aquí
por la privatización de la Seguridad Social está usted, que les ha dado
un cachito a sus cómplices de investidura, a los señores del Partido
Nacionalista Vasco. (Aplausos). Que estamos en contra de la sanidad
pública, también ha sido capaz de inventarse eso. Nosotros no estamos en
contra de la sanidad pública, estamos a favor de la sanidad pública y a
favor también de que quienes quieran puedan acceder a la sanidad privada,
como hacen, por cierto, los miembros de su Gobierno y lo acabamos de ver
durante estos días. Tienen todo el derecho a hacerlo. Por cierto, ¿qué
hacen ustedes cuando tienen que hacer los test a los miembros del
Gobierno? O acceden a la sanidad pública y, por lo tanto, se cuelan en
unas listas de espera de españoles que realmente ya tenían síntomas, o
van ustedes a la sanidad privada. ¿Cómo pueden actuar de una manera tan
hipócrita con nosotros? ¿Cómo pueden inventarse cosas? ¿Cómo pueden
abrazarse a la sanidad pública y luego acudir a la sanidad privada? En
fin, yo estoy cada día más perplejo cuando le escucho a usted.
Yo tampoco quería defenderme hoy, pero me ha obligado usted a subir a la
tribuna. Viene aquí a decir que no tenemos experiencia de gestión. Pues
bien, puede ser verdad. ¿Y qué experiencia de gestión tenía usted antes
de ser presidente del Gobierno, Caja Madrid? (Rumores). Decía Santiago
Ramón y Cajal que lo peor no es cometer un error, sino tratar de
justificarlo. Y yo creo que lo suyo, lo de su gestión, no tiene
justificación, porque su gestión ante esta pandemia ha conseguido que
España sea el país del mundo -aunque usted trata de contextualizarlo- con
más velocidad de contagios, con más sanitarios contagiados y con más
muertos por número de habitantes, a pesar de lo cual hemos votado a favor
del estado de alarma para darle a usted amplísimos poderes.
Y si lo suyo me atrevo a calificarlo como de gestión irresponsable o
gestión negligente, a lo de su vicepresidente me atrevo a calificarlo de
auténtica traición por haber aprovechado un momento en el que hay gente
muriéndose en soledad, en el que hay ancianos en residencias conviviendo
con cadáveres, para exigir y chantajearle a usted para lograr su
presencia en el Centro Nacional de Inteligencia, que eso es lo que nos
han traído a votación en el día de hoy, y para atacar al rey impulsando a
una parte de los españoles que les han votado a ellos a hacer una
cacerolada en el momento en el que todos teníamos que estar unidos. Así
que no nos pidan unidad a nosotros y no nos pidan lealtad si piensan que
la lealtad es callar, porque eso no lo vamos a hacer.
Señor Sánchez, admítame un consejo o casi un ruego: No se permita ni un
minuto más de televisión hasta que no sea para anunciarnos que todos los
sanitarios, todos los policías, todos los servidores públicos tienen
mascarillas y medios de protección, que todos los enfermos graves tienen
respiradores y que todos los ciudadanos españoles tienen posibilidad de
acceder a los test de detección. Ese día, todos le aplaudiremos. Mientras
tanto, le hemos dado quince días para que combata la amenaza sanitaria,
como le hemos dicho, la amenaza económica y también la amenaza
totalitaria que representan sus socios. Y si usted no lo hace, no
podremos volver a prestarle nuestro apoyo.
Muchísimas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Abascal. (Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Pausa).
Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú
Podem-Galicia en Común tiene la palabra el señor Echenique Robba.
El señor ECHENIQUE ROBBA: Muchas gracias, señora presidenta.
Intervengo muy brevemente porque ya es jueves. Tres apuntes -pido
disculpas si son demasiado personales- sobre la sanidad pública española.
La atrofia muscular espinal es una enfermedad rara, por la que en sus
casos más graves fallecen los niños con menos de dos años. La
investigación para curar esta enfermedad básicamente es pública, excepto
en las fases en las que ya se ha demostrado que un fármaco puede ser
rentable; obviamente, la asistencia sanitaria también es mayoritariamente
pública, como en todas las enfermedades raras.
Segundo apunte. Mi mujer no nació en España; estuvo con un visado de
estudiante durante un tiempo hasta que nos casamos y, cuando estuvo mala
-con un visado de estudiante-, se la atendió en la sanidad pública de una
manera ejemplar, no solamente con profesionalidad, sino también con
cariño. Creo que ese fue el momento en el que más orgulloso me sentí de
ser español. En el año 2012, el Partido Popular, con argumentos racistas
muy parecidos a los que utiliza ahora VOX, quitó la sanidad universal
en España incluso a gente que estaba legalmente residiendo en España, como
mi mujer, que estaba legalmente residiendo en España con un visado de
estudiante para hacer un doctorado en la universidad. Esa acción del
Partido Popular fue uno de los motivos que me impulsó a entrar en
política y dejar temporalmente aparcada la física, mi intimidad y mi
anonimato.
Tercer apunte -ya digo que pido disculpas si es un poco personal-. Hace
poco -ayer, creo- vi ese vídeo que circula por las redes del primer
extubado por coronavirus en el Hospital de La Paz, en Madrid. Lo vi solo
en casa y me eché a llorar por muchísimos motivos que creo que todo el
mundo puede entender; y, después de verlo y llorar un rato, me dije a mí
mismo: No voy a hacer nada estos días que no sirva para parar esta
epidemia que estamos viviendo. Creo que vivimos unos días en los cuales,
después de escuchar hablar a algunos portavoces políticos, tenemos que
considerar si cuando se vuelvan a ver esas intervenciones dentro de cinco
o diez años la gente va a pensar que sirvieron para algo o no sirvieron
para nada.
Muchísimas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Echenique. (Una trabajadora
del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna utilizada por
el señor Echenique Robba).
Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián
Romero.
El señor RUFIÁN ROMERO: Muchas gracias, presidenta.
Es la una y media pasada de la mañana. Yo, por respeto sobre todo a los
trabajadores y trabajadoras de esta Cámara, no voy a alargar este debate.
Además, escuchar al PP y a VOX hablando de sanidad pública es como
escuchar a Jack el Destripador hablando de anatomía.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rufián.
Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra el señor Errejón
Galván.
El señor ERREJÓN GALVÁN: Señora presidenta, yo también intervendré desde
el escaño para ser breve porque estaremos de acuerdo en que no son estas
horas intempestivas las mejores para deliberar.
Señor presidente, ya sabe usted que cuenta con nuestro voto a favor para
esta prórroga -faltaría más- y solo le pido, después de constatar que
efectivamente tenemos cinco dedos en cada mano, que tome nuestro voto
como un apremio. Nosotros vamos a votar a favor de esta prórroga.
Queremos remar a favor y queremos remar junto al Gobierno, y simplemente
queremos constatar que en nuestra opinión vamos, como país, no como
Gobierno -yo no digo esto con ninguna intención de atacar al Gobierno-,
por detrás del virus. Es verdad que hay mucha gente que nos puede decir
que ya lo sabía y que tenía un plan secreto, pero no se lo escuchamos
decir, así que yo no le digo con ninguna intención de hacerle la guerra
al Gobierno, sino de ganarle la batalla al virus, que creo que vamos por
detrás, pero ir por detrás no significa un peligro porque discutamos unos
partidos con otros. Creo que el peligro fundamental es que al ir por
detrás hay gente que lo paga y hay algunos sectores que lo pagan más que
otros, hay algunos sectores que lo pagan con más dureza que otros y que
lo pagan con sus vidas.
Por eso era por lo que le decíamos que, en primer lugar, creemos que hay
que ir a una parálisis más contundente y más corta. Es verdad que cuando
decimos que hay que parar todos los servicios esenciales y que lo decida
el Gobierno, podríamos entrar en la casuística de cuáles son y cuáles no,
pero yo no creo que sea técnica. No hay decisión más política que decidir
quién se arriesga a vivir y quién no; es política concentrada. Yo lo
siento y sé que será impopular y no creo en esta especie de cosas de
manuales de autoayuda y de que en estos momentos hay que dejar las ideas
y hay que dejar la política; es al contrario, es justo ahora cuando hay
que decidirse por un rumbo o por otro, y nosotros proponemos uno: hay que
paralizar el país completamente y todas las actividades que no sean
esenciales y ahí estamos diciendo que lo decida el Gobierno. Le pongo dos
ejemplos: el Burger King y las obras. ¿Son criterios técnicos los que
determinan que estén abiertos? Pues yo me imagino que aquí se están
jugando muchos intereses. Yo le pido al Gobierno de España, que es un
Gobierno progresista, que vaya al menos tan lejos como están yendo los
Gobiernos no llamadamente progresistas de Francia e Italia.
En segundo lugar, lo que decimos sobre la sanidad: hay que poner todos los
recursos al servicio de la sanidad pública, reconvertir toda la industria
al único objetivo de servir al enfrentamiento nacional contra el virus y
con lo que tiene que ver con el programa nacional de reconstrucción,
garantizar que el confinamiento no es miedo, garantizar que el
confinamiento no es pobreza, que no es exclusión, en primer
lugar, para que quien se quede en casa se quede con más tranquilidad y se
quede con más calma y, en segundo lugar, porque la reconstrucción no va a
empezar el día en que salgamos de nuestras casas, empieza ahora, empieza
determinando ahora cuántos puestos de trabajo se pierden o cuántas
empresas se pierden y empieza ahora evitando que, cuando salgamos, nos
encontremos un paisaje desolado. Yo sí creo que es el momento de la
política, por eso le propongo un rumbo que primero tiene que ir a la
gente, que primero tiene que parar España y cuidar del confinamiento y
que para nadie el confinamiento sea pobreza, sea miedo o sea exclusión
social. Sé que hay otros intereses en juego -la política siempre es
decidir intereses- y en este momento creo que usted contaría con un
inmenso apoyo en la sociedad española si antepone los intereses de la
salud y la tranquilidad de todos los españoles a la posibilidad de hacer
lucro de, digamos, grupos privados de intereses privilegiados. Es verdad
que no son posiciones antagónicas, es verdad que no son discrepancias
antagónicas, pero en este caso me temo que el tiempo y que la diferencia
de tomar unas medidas ahora o tomarlas dentro de dos semanas puede tener
mucho que ver con el dolor y con el sufrimiento, sobre todo para las
familias trabajadoras, que son las que están llevando esto con más
dificultades.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Errejón.
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra la señora Muñoz
Vidal.
La señora MUÑOZ VIDAL: Intervengo también desde el escaño, dada la hora,
para ahorrar tiempo.
Señorías, nosotros hoy vamos a ser consecuentes, como ya he dicho antes e
insisto ahora, y votaremos a favor del decreto del estado de alarma.
Fuimos los primeros en pedirlo y creemos que hay que profundizar en las
medidas de aislamiento social reforzando los controles y la colaboración
institucional. Abundo una vez más en la importancia de la unidad, en la
importancia que tendrá para nuestra historia democrática que hoy, desde
la oposición, haya partidos responsables que apoyen a este Gobierno en un
momento crítico y decisivo para nuestro país. Sabe, presidente, sabe este
Gobierno, que desde Ciudadanos actuaremos con máxima lealtad y
responsabilidad, pero también con total transparencia y con la firme
convicción de que este estado de alarma, este sacrificio de millones de
españoles sirva de verdad para derrotar al virus.
Señorías, insisto en que hoy se nos juzgara por cómo actuemos y tendremos
que sacar lecciones de todo ello. Yo estoy orgullosa de formar parte de
un proyecto para los españoles, que está tendiendo la mano presentando
propuestas para mejorar la vida de todos sin pensar ni en clichés
ideológicos ni en intereses de partido. De esta crisis, señorías,
saldremos más unidos, no me cabe duda, pero también con una idea clara de
quién ha venido hoy a esta Cámara a apoyar al Gobierno de su nación y
quién ha venido con demandas identitarias e ideológicas. En Ciudadanos
estaremos siempre con los intereses de nuestro país, intentando
devolverles a los españoles todo lo que nos están dando en esta crisis:
unión, solidaridad y responsabilidad.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Muñoz.
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Lastra
Fernández.
La señora LASTRA FERNÁNDEZ: Gracias, señora presidenta.
Intervendré desde el escaño también y en un minuto. La verdad es que no
tenía pensado intervenir, pero después de la intervención de los señores
Casado y Abascal me veo en la obligación, más que nada para desmentir -en
el caso de que fueran mentiras- alguna de las afirmaciones aunque creo
que es desconocimiento puro y duro, porque seguro que el señor Abascal no
sabe que el señor Rubén Manso, que es el coordinador económico de VOX,
propone redefinir el Estado del bienestar sin educación ni sanidad
públicas. Seguro que también desconoce que su portavoz en Sanidad aquí,
en el Congreso, el señor Garriga, dice que la sanidad universal y
gratuita es una lacra. Estoy convencida de que usted lo desconocía y de
que hablará con ellos para que cambien de posición, porque esa no será la
posición de su grupo.
Respecto al señor Casado, simplemente quiero decirle que cuando se manejan
los datos hay que hacerlo también con rigor. La Comunidad de Madrid es la
comunidad más rica de este país, pero la comunidad más rica de este país
es la segunda que menos gasta en sanidad por habitante de este país
también. Podremos hablar también en un futuro, porque no quiero hacerlo
hoy, de las camas perdidas,
podremos hablar de los profesionales despedidos, podremos hablar de que
hoy mismo los sindicatos están denunciando que la torre 4 del Hospital
Infanta Sofía no se abre, podremos hablar de todo eso, pero hoy no es el
día, y no lo es por lo que le decía antes, porque la sociedad y el futuro
no se construyen contra nadie ni frente a nadie, sino todos juntos, y
ahora mismo todos los responsables políticos de este país tenemos una
crisis a la que hacer frente y tendremos que hacerlo todos juntos.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Lastra.
Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el señor presidente del
Gobierno.
El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias,
señora presidenta.
Señorías, hemos celebrado de nuevo una sesión excepcional en esta Cámara
en respuesta, lógicamente, a la situación excepcional que vive nuestro
país. Ojalá nada de esto fuera necesario y, sin embargo, en la extrañeza
que todo esto nos produce en estos días, hay un hecho que a mí me
gustaría subrayar para concluir, y es un hecho que me parece
indiscutible, porque, a pesar de ciertas opiniones y actitudes aquí
expresadas, esta prórroga del decreto del estado de alarma debe ser la
manifestación de la unidad y la lealtad del Congreso para su Gobierno y
del Gobierno para su Congreso y el conjunto de los españoles. A pesar de
que algunos se sientan incómodos en este marco de unidad -es evidente- e
incluso añoren el viejo enfrentamiento, es evidente que solamente unidos
vamos a derrotar al virus, unidos no desde la imposición -creo que además
hemos sido claros, vamos a facilitar toda la información necesaria y lo
estamos haciendo además con todos los grupos parlamentarios, no solamente
yo, sino el propio ministro de Sanidad a lo largo de estos meses largos
que llevamos de gestión del coronavirus desde distintos ámbitos; por
tanto, no desde la imposición-, sino desde la convicción que proporciona
el conocimiento de la realidad, el debate sereno y sobre todo el amor por
nuestro país, por nuestra ciudadanía y por su salud y su bienestar.
Esa es un pasión compartida por cada uno de los miembros de esta Cámara, a
mí no me cabe ninguna duda, y por una vez, señorías, todos y todas
perseguimos lo mismo, exactamente lo mismo, aquí no somos rivales ni
adversarios, sino representantes públicos unidos frente a un enemigo
invisible que debemos vencer, que estamos obligados a vencer. Hay
debates, en todo caso, que no ayudan. Hay otros que nos ayudan, que nos
enriquecen, que abren nuevas perspectivas y que nos hacen contemplar
otras posibilidades, y hay otros debates que nos lastran, que nos
confunden, que nos retrasan, que son los debates que no podemos
consentir, incluso dando los datos. Yo voy a dar un dato, lo he dicho
antes, en mi primera intervención, en la réplica y ahora en la dúplica.
Ahora tenemos que ser todos solidarios con la Comunidad de Madrid, y lo
estamos siendo, y el Gobierno precisamente está articulando todos esos
mecanismos de solidaridad que estamos pidiendo a distintos territorios,
pero tenemos que dar las cifras ciertas porque, si no, confundimos a la
ciudadanía en un momento en el que hay mucha angustia y mucha zozobra.
Fíjense, ayer mismo a la Comunidad de Madrid se le dieron más de cien mil
mascarillas, y desde el 10 de marzo hasta la fecha a la Comunidad de
Madrid se le ha dado el 26,8 % del conjunto de mascarillas que se han
repartido en todo el territorio nacional, es decir, 1 865 468
mascarillas. Por tanto, contribuyamos con debates constructivos,
fidedignos, a dar certeza y claridad al debate y también a responder las
incógnitas que tiene el conjunto de la ciudadanía. Por lo tanto, la
alternativa, a mi juicio, es simple: podemos desperdiciar tiempo y
energías en reprocharnos unos a otros lo que nadie supo ver a tiempo, ni
nosotros ni ustedes ni en España ni en el mundo, o podemos dedicar cada
segundo de nuestras vidas y cada gramo de nuestras fuerzas a salir de
esta situación. Y a salir unidos. Este es el dilema al que todo líder
político en este país tiene que responder.
Señorías, yo no tengo ninguna duda, sé cuál va a ser la respuesta. Somos
aliados en la misma fila; cada representante público, sea del partido que
sea, es útil, imprescindible y necesario para este Gobierno. Creo que,
además, lo he ejercido en primera persona. He hablado con todos los
grupos parlamentarios, desde el más amplio al más pequeño, y de la misma
manera que contamos con ustedes que nadie cuente con el Gobierno para
hacer enfrentamiento político en esta situación. Nada ni nadie nos va a
apartar de la línea de unidad y de lealtad en la que creemos y que nos
llevará a la victoria total frente al coronavirus. Por tanto, no
malgastemos tiempo opinando desde la intuición, no corramos detrás de
soluciones milagrosas que solo servirían para acentuar el sufrimiento.
Estemos, en consecuencia, a la altura de
nuestras obligaciones; es el momento de asumir un liderazgo real con
coraje, con esfuerzo y con determinación. Mantengamos la cabeza fría, el
corazón caliente y el ánimo inquebrantable.
La cabeza fría, señorías, porque es muy importante en un momento como el
actual para tomar decisiones, para no actuar desde el miedo, para acertar
en los diagnósticos y en las consecuencias de las medidas que se están
adoptando y que se pueden adoptar. Para escuchar propuestas, sin duda
alguna, aunque sean de nuestros rivales políticos. También para el papel
de todos y cada uno de nosotros en la unidad de acción que nos demandan
los ciudadanos. Para compartir desde la lealtad una batalla y proponer
desde la inteligencia y el conocimiento nuevas armas para ganarla. Para
buscar, en definitiva, señorías, el bien común. Para eso necesitamos la
cabeza fría. También el corazón caliente para sentir como propio el dolor
de cada persona. Y créanme que yo lo siento como propio. Para ponernos en
su lugar. Para estar permanentemente con todos los españoles y españolas.
Para sentir el dolor de todos como propio. Para sufrir juntos. Para
buscar el beneficio común por encima del propio. Para no dejar a nadie
atrás, ni ahora ni después, cuando salgamos de esta situación tan
lamentable. Un ánimo firme también, señorías, para no dudar. No perdamos
ni un segundo, tengamos confianza en lo que estamos haciendo unidos
porque lo estamos haciendo bien, porque vamos en la dirección adecuada.
Si mantenemos el ánimo firme, el corazón caliente y la cabeza fría
doblegaremos la curva y eliminaremos al virus. Así que no miremos a otra
parte, no permitamos que las dudas cambien la dirección de nuestra marcha
en este instante decisivo, determinante. No cedamos al miedo, a la
zozobra. No dejemos que los pensamientos pequeños alteren nuestra
decisión.
Venimos, señorías -lo he dicho a lo largo de este fin de semana-, de días
oscuros, inciertos y vamos a pasar más días oscuros e inciertos, pero
sabemos dónde está la salida. Vamos a superar esta situación. Solamente
tenemos que apretar el paso, avanzando unidos en esta semana que ya
dijimos que iba a ser muy difícil y seguir confiando en esta respuesta
común que hoy renovamos para recuperar lo más hermoso de nuestras vidas.
Para dejar atrás -justo ahora, señorías, que ha empezado la primavera-
este tiempo de invierno inesperado. Para dejarlo atrás unidos, señorías,
siempre unidos.
Gracias por su apoyo. Gracias, señora presidenta. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente.
Quiero agradecer a todos los trabajadores y trabajadoras del Congreso de
los Diputados que hayan hecho posible la celebración de este Pleno, y más
a estas horas de la madrugada. (Aplausos).
Pasamos a las votaciones sobre los actos en relación con los estados de
alarma, excepción y sitio. Solicitud de autorización de la prórroga del
estado de alarma declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de
marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la
situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.
Se votan, en primer lugar, las propuestas presentadas por los grupos
parlamentarios a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Votación de la propuesta presentada por el Grupo Parlamentario Euskal
Herria Bildu a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
306 votos telemáticos, 349; a favor, 5 más 26 votos telemáticos, 31; en
contra, 38 más 280 votos telemáticos, 318.
La señora PRESIDENTA: En consecuencia, queda rechazada la propuesta.
Votación de la propuesta 2, presentada por el Grupo Parlamentario Vasco
(EAJ-PNV) a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
306 votos telemáticos, 349; a favor, 25 más 167 votos telemáticos, 192;
en contra, 15 más 134 votos telemáticos, 149; abstenciones, 3 más 5 votos
telemáticos, 8.
La señora PRESIDENTA: En consecuencia, queda aprobada la propuesta.
Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario
Ciudadanos a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
306 votos telemáticos, 349; a favor, 18 más 136 votos telemáticos, 154;
en contra, 24 más 165 votos telemáticos, 189; abstenciones, 1 más 5 votos
telemáticos, 6.
La señora PRESIDENTA: En consecuencia, quedan rechazadas las propuestas.
Propuestas del Grupo Parlamentario Plural a la solicitud de prórroga del
estado de alarma. Votación de las propuestas presentadas por el Grupo
Parlamentario Plural (señora Borràs) a la solicitud de prórroga del
estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
306 votos telemáticos, 349; a favor, 4 más 25 votos telemáticos, 29; en
contra, 37 más 279 votos telemáticos, 316; abstenciones, 2 más 2 votos
telemáticos, 4.
La señora PRESIDENTA: En consecuencia, quedan rechazadas las propuestas.
Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Plural
(señor Rego) a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
306 votos telemáticos, 349; a favor, 4 más 25 votos telemáticos, 29; en
contra, 36 más 279 votos telemáticos, 315; abstenciones, 3 más 2 votos
telemáticos, 5.
La señora PRESIDENTA: En consecuencia, quedan rechazadas las propuestas.
Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario
Republicano a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
306 votos telemáticos, 349; a favor, 5 más 26 votos telemáticos, 31; en
contra, 37 más 280 votos telemáticos, 317; abstenciones, 1.
La señora PRESIDENTA: En consecuencia, quedan rechazadas las propuestas.
Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario VOX a la
solicitud de prórroga del estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
306 votos telemáticos, 349; votos a favor, 7 más 45 votos telemáticos,
52; en contra, 25 más 181 votos telemáticos, 206; abstenciones, 11 más 80
votos telemáticos, 91.
La señora PRESIDENTA: En consecuencia, quedan rechazadas las propuestas.
Votamos, en último lugar, la solicitud de autorización de la prórroga del
estado de alarma declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de
marzo, en los términos resultantes de las votaciones producidas en
relación con las propuestas que se han presentado.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
306 votos telemáticos, 349; votos a favor, 40 más 281 votos telemáticos,
321; abstenciones, 3 más 25 votos telemáticos, 28.
La señora PRESIDENTA: Queda autorizada la prórroga del estado de alarma,
que se publicará en el Boletín Oficial del Estado.
Buenas noches. Se levanta la sesión.
Era la una y cincuenta y cinco minutos de la madrugada.
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