DS. Congreso de los Diputados, Pleno y Dip. Perm., núm. 17, de 09/04/2020
cve:
DSCD-14-PL-17
CORTES GENERALES
DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE
Año 2020 XIV LEGISLATURA Núm. 17
PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª MERITXELL BATET LAMAÑA
Sesión plenaria núm. 16
celebrada el jueves,
9 de abril de 2020
Actos en relación con los estados de alarma, excepción y sitio:
- Solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma declarado
mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara
el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria
ocasionada por el COVID-19, prorrogado por el Real Decreto 476/2020, de
27 marzo. (B.O.E. núm. 67, de 14 de marzo de 2020). (B.O.E. núm. 73, de
18 de marzo de 2020). (B.O.E. núm. 86, de 28 de marzo de 2020). "BOCG.
Congreso de los Diputados", serie D, número 54, de 17 de marzo de 2020.
"BOCG. Congreso de los Diputados", serie D, número 56, de 20 de marzo de
2020. "BOCG. Congreso de los Diputados", serie D, número 58, de 26 de
marzo de 2020. (Número expediente 091/000001) ... (Página5)
Convalidación o derogación de reales decretos-leyes:
- Real Decreto-ley 11/2020, de 31 de marzo, por el que se adoptan medidas
urgentes complementarias en el ámbito social y económico para hacer
frente al COVID-19. (B.O.E. núm. 91, de 1 de abril de 2020). (Número
expediente 130/000012) ... (Página68)
- Real Decreto-ley 9/2020, de 27 de marzo, por el que se adoptan medidas
complementarias, en el ámbito laboral, para paliar los efectos derivados
del COVID-19. (B.O.E. núm. 86, de 28 de marzo de 2020). (Número
expediente 130/000010) ... (Página91)
- Real Decreto-ley 10/2020, de 29 de marzo, por el que se regula un
permiso retribuido recuperable para las personas trabajadoras por cuenta
ajena que no presten servicios esenciales con el fin de reducir la
movilidad de la población en el contexto de la lucha contra el COVID-19.
(B.O.E. núm. 87, de 29 de marzo de 2020). (Número expediente 130/000011)
... (Página91)
Las señoras y los señores diputados presentes en el hemiciclo guardan un
minuto de silencio, puestos en pie, en recuerdo de los fallecidos como
consecuencia de la COVID-19.
La Presidencia, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 68.1 del
Reglamento y lo acordado por la Junta de Portavoces somete al Pleno de la
Cámara la modificación del orden del día, en el sentido de permutar el
orden de debate de la convalidación o derogación de los reales
decretos-leyes, con lo que el que figura como punto 4 del orden del orden
día (Real Decreto-ley 11/2020, de 31 de marzo) será debatido en primer
lugar y a continuación los puntos 2 (Real Decreto-ley 9/2020, de 27 de
marzo) y 3 (Real Decreto-ley 10/2020, de 29 de marzo) de forma acumulada,
lo que se aprueba por asentimiento.
La Presidencia informa de que las propuestas relativas a la solicitud de
autorización de la prórroga del estado de alarma se votarán al finalizar
el punto 1 del orden del día.
Actos en relación con los estados de alarma, excepción y sitio ... (Página119)
Solicitud de autorización de la prórroga del estado de alarma declarado
mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara
el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria
ocasionada por el COVID-19, prorrogado por el Real Decreto 476/2020, de
27 marzo ... (Página119)
El señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón) expone a la
Cámara las razones que han llevado al Gobierno a la solicitud de la
prórroga del real decreto de referencia.
En turno de fijación de posiciones intervienen los señores Casado Blanco,
del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso; Abascal Conde, del Grupo
Parlamentario VOX; Echenique Robba, del Grupo Parlamentario Confederal de
Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común; Rufíán Romero, del Grupo
Parlamentario Republicano; Errejón Galván, Baldoví Roda y Rego Candamil,
del Grupo Parlamentario Plural; Bal Francés, del Grupo Parlamentario
Ciudadanos; Esteban Bravo, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV); y
Matute García de Jalón, del Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu; las
señoras Vehí Cantenys y Oramas González Moro, y los señores García
Adanero, Martínez Oblanca y Guitarte Gimeno, del Grupo Parlamentario
Mixto, que además acumulan el turno de réplica; y la señora Lastra
Fernández, del Grupo Parlamentario Socialista.
Contesta el señor presidente del Gobierno (Sánchez Pérez-Castejón).
Replican los señores Casado Blanco, Abascal Conde, Echenique Robba, Rufián
Romero, Errejón Galván, Bal Francés y Matute García de Jalón, y la señora
Lastra Fernández.
Cierra el debate el señor presidente del Gobierno (Sánchez
Pérez-Castejón).
Sometidas a votación las diferentes propuestas presentadas, son rechazadas
todas.
Convalidación o derogación de reales decretos-leyes ... (Página68)
Real Decreto-ley 11/2020, de 31 de marzo, por el que se adoptan medidas
urgentes complementarias en el ámbito social y económico para hacer
frente al COVID-19 ... (Página68)
La señora vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos
Económicos y Transformación Digital (Calviño Santamaría) expone a la
Cámara las razones que han llevado al Gobierno a la promulgación del real
decreto-ley de referencia.
En turno de fijación de posiciones intervienen los señores Guitarte Gimeno
y García Adanero y la señora Vehí Cantenys, del Grupo Parlamentario
Mixto; los señores Matute García de Jalón, del Grupo Parlamentario Euskal
Herria Bildu; Esteban Bravo, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV); Bal
Francés, del Grupo Parlamentario Ciudadanos; Errejón Galván, Baldoví Roda
y Rego Candamil, del Grupo Parlamentario Plural; Rufián Romero, del Grupo
Parlamentario Republicano; y Guijarro García, del Grupo Parlamentario
Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común; la señora
Olona Choclán, del Grupo Parlamentario VOX; y los señores Garcés
Sanagustín, del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, y Simancas
Simancas, del Grupo Parlamentario Socialista.
Real Decreto-ley 9/2020, de 27 de marzo, por el que se adoptan medidas
complementarias, en el ámbito laboral, para paliar los efectos derivados
del COVID-19 ... (Página91)
Real Decreto-ley 10/2020, de 29 de marzo, por el que se regula un permiso
retribuido recuperable para las personas trabajadoras por cuenta ajena
que no presten servicios esenciales con el fin de reducir la movilidad de
la población en el contexto de la lucha contra el COVID-19 ... (Página91)
La señora ministra de Trabajo y Economía Social (Díaz Pérez) expone a la
Cámara las razones que han llevado al Gobierno a la promulgación de los
reales decretos-leyes de referencia.
En turno en contra de la convalidación interviene la señora Rodríguez
Herrer, del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso.
En turno de fijación de posiciones intervienen el señor Martínez Oblanca y
las señoras Oramas González-Moro y Vehí Cantenys, del Grupo Parlamentario
Mixto; los señores Matute García de Jalón, del Grupo Parlamentario Euskal
Herria Bildu; Esteban Bravo, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV); Bal
Francés, del Grupo Parlamentario Ciudadanos; Rego Candamil y Errejón
Galván, del Grupo Parlamentario Plural; Rufián Romero, del Grupo
Parlamentario Republicano; Santiago Romero, del Grupo Parlamentario
Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, y Espinosa
de los Monteros de Simón, del Grupo Parlamentario VOX; y la señora Leal
Fernández, del Grupo Parlamentario Socialista.
Actos en relación con los estados de alarma, excepción y sitio.
(Votación.) ... (Página119)
Sometida a votación la solicitud de autorización de la prórroga del estado
de alarma declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo,
por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación
de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, prorrogado por el Real
Decreto 476/2020, de 27 marzo, se aprueba por 34 votos a favor más 236
votos telemáticos, 270; 7 en contra más 47 votos telemáticos, 54; y 2
abstenciones más 23 votos telemáticos, 25.
Convalidación o derogación de reales decretos-leyes. (Votación.) ... (Página120)
Sometida a votación la convalidación o derogación del Real Decreto-ley
9/2020, de 27 de marzo, por el que se adoptan medidas complementarias, en
el ámbito laboral, para paliar los efectos derivados del COVID-19, se
aprueba por 20 votos a favor más 168 votos telemáticos, 188; 18 en contra
más 120 votos telemáticos, 138; y 5 abstenciones más 16 votos
telemáticos, 21.
Sometida a votación su tramitación como proyecto de ley por el
procedimiento de urgencia, se aprueba por 35 votos a favor más 270 votos
telemáticos, 305; 6 en contra más 30 votos telemáticos, 36; y 2
abstenciones más 4 votos telemáticos, 6.
Sometida a votación la convalidación o derogación del Real Decreto-ley
10/2020, de 29 de marzo, por el que se regula un permiso retribuido
recuperable para las personas trabajadoras por cuenta ajena que no
presten servicios esenciales con el fin de reducir la movilidad de la
población en el contexto de la lucha contra el COVID-19, se aprueba por
21 votos a favor más 173 votos telemáticos, 194; 18 en contra más 121
votos telemáticos, 139; y 4 abstenciones más 10 votos telemáticos, 14.
Sometida a votación su tramitación como proyecto de ley por el
procedimiento de urgencia, se aprueba por 33 votos a favor más 269 votos
telemáticos, 302; 7 en contra más 31 votos telemáticos, 38; y 3
abstenciones más 4 votos telemáticos, 7.
Sometida a votación la convalidación o derogación del Real Decreto-ley
11/2020, de 31 de marzo, por el que se adoptan medidas urgentes
complementarias en el ámbito social y económico para hacer frente al
COVID-19, se aprueba por 18 votos a favor más 153 votos telemáticos, 171;
1 en contra más 1 voto telemáticos, 2; y 24 abstenciones más 150 votos
telemáticos, 174.
Sometida a votación su tramitación como proyecto de ley por el
procedimiento de urgencia, se aprueba por 35 votos a favor más 268 votos
telemáticos, 303; 6 en contra más 30 votos telemáticos, 36; y 2
abstenciones más 6 votos telemáticos, 8.
Se levanta la sesión a las ocho y veinte minutos de la noche.
Se abre la sesión a las nueve de la mañana.
MINUTO DE SILENCIO.
La señora PRESIDENTA: Muy buenos días, señorías, se abre la sesión.
Esta es la tercera sesión del Pleno del Congreso de los Diputados que
celebramos en las especiales condiciones que están a la vista de todos,
unas condiciones cuya única finalidad es mantener la función
parlamentaria mientras cumplimos con las medidas que se han implantado
por la emergencia sanitaria en la que nos encontramos. En la sesión de
hoy abordaremos la solicitud de autorización de la prórroga del estado de
alarma y la convalidación de varios decretos-leyes relacionados
específicamente también con la lucha contra el COVID-19 y la mitigación
de sus efectos. Lo haremos, como saben, no solo quienes nos encontramos
en el salón de sesiones sino también el resto de miembros de la Cámara,
que cumplirán con su obligación de parlamentarios siguiendo la sesión y
votando telemáticamente y con sus deberes como ciudadanos haciéndolo
desde su domicilio.
Al inicio de estas sesiones he tenido siempre unas palabras para los
fallecidos, los enfermos, el personal sanitario, los que nos dan de
comer, los que nos cuidan y el resto de trabajadores que luchan en
primera línea contra la pandemia, para los que se ocupan de mantener los
servicios esenciales, incluidos
los trabajadores del Congreso, y específicamente para los miembros de las
Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Hoy
quiero añadir en la relación de gratitud, reconocimiento y homenaje a
todos los ciudadanos y las ciudadanas que, permaneciendo en su domicilio,
están también luchando contra la enfermedad de un modo muy valioso.
Quiero expresar el agradecimiento de la Cámara a todos y todas ellas.
Finalmente, invito a los presentes a recordar a los fallecidos como
consecuencia de esta enfermedad guardando un minuto de silencio. (Las
señoras y los señores diputados presentes en el hemiciclo, puestos en
pie, guardan un minuto de silencio).
Muchas gracias. (Aplausos).
MODIFICACIÓN DEL ORDEN DEL DÍA.
La señora PRESIDENTA: De conformidad con lo dispuesto por el artículo 68.1
del Reglamento y con lo acordado por los portavoces, esta Presidencia
somete al Pleno de la Cámara la modificación del orden del día en el
sentido de permutar el orden de debate de la convalidación o derogación
de los reales decretos-leyes, con lo que el que figura como punto 4 del
orden del día será debatido en primer lugar y a continuación los puntos 2
y 3 de forma acumulada. ¿Lo acuerda así la Cámara? (Asentimiento). En
consecuencia, queda aprobada la modificación del orden del día.
Asimismo, les informo de que las propuestas relativas a la solicitud de
autorización de la prórroga del estado de alarma se votarán al finalizar
el punto 1 del orden del día.
ACTOS EN RELACIÓN CON EL ESTADO DE ALARMA, EXCEPCIÓN Y SITIO:
- SOLICITUD DE AUTORIZACIÓN DE LA PRÓRROGA DEL ESTADO DE ALARMA DECLARADO
MEDIANTE REAL DECRETO 463/2020, DE 14 DE MARZO, POR EL QUE SE DECLARA EL
ESTADO DE ALARMA PARA LA GESTIÓN DE LA SITUACIÓN DE CRISIS SANITARIA
OCASIONADA POR EL COVID-19, PRORROGADO POR EL REAL DECRETO 476/2020, DE
27 DE MARZO. (Número de expediente 091/000001).
La señora PRESIDENTA: Comenzamos con el debate de la solicitud de
autorización de prórroga del estado de alarma declarado mediante Real
Decreto 463/2020, de 14 de marzo, para la gestión de la situación de
crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, prorrogado por el Real
Decreto 476/2020, de 27 de marzo.
Para exponer las razones que han motivado la solicitud de prórroga, tiene
la palabra, en nombre del Gobierno, el señor presidente del Gobierno.
El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Buenos días,
señorías. Gracias, señora presidenta.
Quisiera comenzar mi intervención, como siempre, con el recuerdo
emocionado a todos los compatriotas que han perdido la vida a causa de la
COVID-19. En estos días, una de las cosas que más difícil nos resulta
entender -lo hemos dicho en alguna otra comparecencia- y que más nos
estremece es la muerte en soledad: personas que se han ido sin el abrazo
de sus seres queridos, sin su última despedida. Sin duda alguna, nada va
a compensar ese dolor, pero les rendiremos, tan pronto como sea posible,
el homenaje que merecen. Si no tuvieron la cercanía de sus familiares,
tendrán al menos el tributo del conjunto de la sociedad. Quiero también
enviar desde esta Cámara todas las fuerzas y deseos de recuperación a
quienes están luchando en los hospitales y en sus casas contra la
enfermedad, aquí en España y también en cualquier otra parte del mundo,
porque no estaremos libres del virus hasta que haya desaparecido del todo
esta pandemia en todo el planeta. Y eso lo están haciendo posible, en una
labor heroica, nuestros grandes profesionales sanitarios y una sanidad
pública a la que le debemos todo y debemos darle todo. Quiero recordar,
por supuesto, a los más de 52 000 curados hoy en nuestro país: ellos y
ellas son hoy parte de nuestra alegría colectiva y de nuestra esperanza,
ellos son el símbolo de que lo estamos consiguiendo, de que esta guerra
frente al virus será una victoria total. Y no quiero dejar de insistir,
señorías, por último, en que las medidas drásticas tomadas, seguidas con
disciplina, con coraje y con determinación por parte de la sociedad
española quedándose en casa, han servido para salvar muchas vidas, las
vidas de personas que nunca contrajeron la enfermedad porque frenamos los
contagios a través del confinamiento.
Señorías, la magnitud global de esta terrible pandemia es abrumadora, y
ahí están los datos; la velocidad de su propagación es vertiginosa. La
última vez que subí a esta tribuna, el pasado 25 de marzo, la
Organización Mundial de la Salud contabilizaba unas 414 000 personas
contagiadas y alrededor de 18 000 fallecidos en todo el mundo. Apenas dos
semanas después, superamos de largo el 1 400 000 infectados en el
conjunto del planeta y el coronavirus ha acabado con la vida de más de 80
000 personas en el mundo. La dimensión global es un hecho indiscutible y
también el reto para el conjunto de la humanidad. Ya no caben dudas al
respecto: nos enfrentamos a la mayor amenaza para la salud pública del
planeta desde la gripe de 1918. Por tanto, son tiempos estremecedoramente
extraordinarios que requieren medidas excepcionales, medidas como la que
nos convoca nuevamente hoy aquí al Pleno: la ampliación del estado de
alarma.
Señorías, comparezco de nuevo en esta Cámara para pedir que todas las
fuerzas parlamentarias aquí presentes apoyen el Real Decreto de
ampliación del actual estado de alarma aprobado por el Gobierno de España
en el Consejo de Ministros último. Es, como saben, la segunda prórroga
que solicitamos después del primer Real Decreto publicado en el Boletín
Oficial del Estado el pasado 14 de marzo, una medida, a mi juicio, a
nuestro juicio, imprescindible, que recibió el apoyo de la mayoría de los
partidos políticos aquí representados y que volvió a ser refrendada el
pasado 25 de marzo. Un apoyo que volvemos a solicitar con la seguridad de
que sigue siendo una medida esencial para proteger la vida y la salud de
nuestros conciudadanos. Contamos con una evidencia incuestionable,
señorías, y es que el estado de alarma está funcionando. Después de
semanas de una lucha que ha sido agónica por momentos, vemos cómo el
incendio que desató la pandemia comienza a estar bajo control. Los datos,
lógicamente, con toda la prudencia que podamos expresar, son alentadores.
Hemos alcanzado y superado el pico de contagios del COVID-19 y nos
encontramos cerca del inicio del descenso, lo que se llama la
desescalada.
Después de la primera etapa de esta emergencia comenzamos la segunda, que
es doblegar la curva. Y cuando decretamos el estado de alarma, señorías,
la media de contagios en España estaba en torno al 22 %; hoy los
contagios son del 4 %. Entonces tuvimos que tomar una decisión para toda
España, para el conjunto del país, para el conjunto de las comunidades
autónomas, y esa decisión ha sido positiva para todas, pero sobre todo ha
sido beneficiosa para el conjunto de ciudadanos; vivan donde vivan,
piensen lo que piensen, nos centramos en las personas, porque, señorías,
el virus no entiende de ideologías ni tampoco de territorios. Su apoyo
entonces lo hizo posible, señorías; lo ha hecho posible al trabajar de
manera ejemplar todos los representantes y también las administraciones
públicas de nuestro país, independientemente de su signo político, y por
encima de todo lo ha hecho posible el excepcional sentido de comunidad
del conjunto de la sociedad española que asumió el liderazgo de los
expertos y de las autoridades sanitarias y acató sus instrucciones y
recomendaciones con responsabilidad y también con disciplina social.
Todos somos conscientes del enorme sacrificio que esta segunda prórroga
supondrá para una ciudadanía que, lógicamente, se resiente ya del
esfuerzo librado a lo largo de este último mes, pero también sabemos que
es imprescindible consolidar lo que con tanto dolor y sufrimiento hemos
conseguido en este plazo, y eso es algo que solo conseguiremos si
mantenemos el estado de alarma hasta que los científicos así lo
consideren. Por tanto, nuestra prioridad ahora es no desandar el camino,
no volver bajo ningún concepto al punto de partida, no bajar la guardia.
Empezamos a ver el final de este largo camino que nos conducirá de nuevo
a una nueva normalidad, y tenemos que hacer este nuevo esfuerzo para
salir de ese túnel.
Señorías, como ya sabemos, España ha alcanzado el pico de máxima tensión
de esta emergencia y desde hace unos días hemos comenzado a doblegar la
curva de contagios. Si el ascenso ha sido duro, no será menos duro el
descenso, que encierra además peligros nuevos que vamos a tener que
sortear entre todos. El regreso habrá de ser progresivo, necesitaremos
una adaptación antes de volver a la normalidad y ni siquiera podemos
conocer con precisión todavía qué tipo de normalidad será la que
recuperemos, porque posiblemente habrá muchos aspectos de nuestro sistema
económico, de nuestro sistema social e incluso de nuestra forma de vivir
que deberán ser reformulados para ser más fuertes ante una emergencia
como la que sufrimos. Pero eso vendrá después, señorías, aunque ya
llevamos tiempo trabajando en ello.
Dentro de poco tocará la llamada desescalada, una transición o regreso
gradual que tiene dos objetivos, a nuestro juicio: el primero de ellos es
seguir protegiendo a la ciudadanía no inmunizada contra el virus mientras
lógicamente llegue la vacuna; el segundo, encauzar el regreso progresivo
hacia la reconstrucción de lo que hemos llamado el plano económico y
social. El impacto de esta crisis en nuestro sistema económico se está
traduciendo, entre otras cuestiones, en pérdida de empleo y destrucción
de
nuestro tejido productivo. La reconstrucción completa es una fase futura
que solo podrá comenzar cuando estemos a salvo de todo, pero para llegar
a ella debemos planificar en paralelo la fase segunda, es decir, la fase
de desescalada. Como ya he anunciado, el Gobierno de España está
preparando un plan para que esta fase pueda desarrollarse con eficacia, y
en esa planificación hay un equipo multidisciplinar, integrado por
epidemiólogos, tecnólogos y especialistas del máximo nivel en distintas
disciplinas que se van a ver afectadas lógicamente por esta transición;
un equipo que está diseñando la reactivación progresiva de la actividad
económica y social, con posibles medidas tanto individuales como
colectivas y que se elaborarán supeditadas a los criterios de la salud
pública y también con la máxima colaboración y cooperación, como les dije
en la última Conferencia de Presidentes a los Gobiernos autonómicos y
también a los Gobiernos municipales. Este plan, señorías, se irá
adaptando a la evolución de la pandemia, tanto en nuestro país como en el
resto del mundo. Las medidas comprendidas serán, primeramente, de
higiene, tanto individual como colectiva; en segundo lugar, acciones
sanitarias de detección y atención a las personas infectadas por la
COVID-19; en tercer lugar, iniciativas que necesariamente tienen que ver
con el ámbito tecnológico de control y de seguimiento de la pandemia.
Este plan de transición será escalonado, señorías, y su velocidad
dependerá de los progresos en el control de la pandemia. Los científicos,
los técnicos que asesoran al Gobierno han establecido varios marcadores
que fijarán el ritmo del retorno a esa nueva normalidad. Estos marcadores
estarán relacionados con el control de contagios, con la recuperación de
nuestro sistema de salud, y cada avance semanal que arrojen estos
marcadores hará posible la apertura de nuevos espacios y el levantamiento
de restricciones en el camino hacia esa nueva normalidad. Cada avance
contra la epidemia vendrá seguido de un paso hacia la nueva normalidad,
una nueva normalidad que solo será plena cuando el mundo disponga de una
vacuna eficaz contra la COVID-19. En todo caso, señorías, todos los pasos
hacia la nueva normalidad que se darán cada semana serán escalonados y,
sin duda alguna, cautelosos, muy cautelosos, y todos vendrán acompañados
de medidas de higiene personal y colectiva y con medidas de control y
seguimiento de los contagios. Lo último que debemos permitir, señorías,
es un desliz porque supondría, más que un retroceso, una recaída.
Esta próxima semana se dará el primer paso hacia esa nueva normalidad con
la conclusión del permiso retribuido recuperable que se inició el día 30
de marzo. Se prevé la reincorporación a sus puestos de todos los
trabajadores cuyas actividades quedaron suspendidas en aquella fecha y,
naturalmente, esa reincorporación afecta solo a esos trabajadores y se
mantiene la suspensión -y esto quiero subrayarlo: se mantiene la
suspensión- de todas las demás actividades que fueron paralizadas desde
el 14 de marzo al decretarse el estado de alarma. Los trabajadores y
trabajadoras que se reincorporan el próximo lunes deberán adoptar ciertos
hábitos de conducta y de higiene reforzados para protegerse a sí mismos y
también para proteger a sus colegas de trabajo. En todo caso, en todo
este proceso de transición a una nueva normalidad me gustaría repetir que
el Gobierno de España ha seguido siempre y volverá a seguir siempre el
mandato de la Organización Mundial de la Salud, es decir, buscar un
equilibrio entre la respuesta a la crisis sanitaria, la mitigación de los
efectos socioeconómicos y el cumplimiento de los derechos humanos. Y es
que debemos ser conscientes de que el estado de alarma que hoy
solicitamos prorrogar lleva aparejada la restricción proporcionada y
necesaria para, al fin y al cabo, recuperar esas libertades hacia las que
los ciudadanos tienen todo el derecho. Por eso es fundamental no
olvidarnos de nuestra obligación como representantes públicos de ser
exquisitos en la protección de las garantías legales; la salud pública,
pero también la salud de nuestra democracia, nos va en ello.
Señorías, la bandera que España necesita es la bandera de la unidad. En
estos momentos de crisis es cuando debemos estar más unidos que nunca
porque las amenazas se multiplican: a la emergencia sanitaria, económica
y social y al cansancio, lógicamente, físico y psicológico de una
ciudadanía que lleva confinada casi un mes, se suma un nuevo problema que
estamos viendo a diario, y es el peligro de la desinformación. La Policía
Nacional nos advirtió hace unos días de la aparición de un millón y medio
de cuentas en redes sociales relacionadas con la COVID-19, cuya única
función es difundir noticias falsas para manipular a la opinión pública.
Repito, 1 500 000 perfiles destinados a propagar bulos y fake news. El
hecho de que se mienta con un tema tan delicado como la enfermedad en
tiempos de incertidumbre social es también un problema de salud pública
y, de nuevo, es un problema fundamentalmente de salud democrática. En
este sentido, quiero apelar una vez más a la responsabilidad colectiva de
todas las fuerzas políticas que representamos al conjunto de la soberanía
popular en esta Cámara. No son tiempos para discusiones estériles que nos
distraigan de la única batalla que importa, que es vencer al virus para
poder comenzar cuanto antes la reconstrucción económica y social de
nuestro país. Debemos
concentrarnos en seguir aplicando las medidas derivadas del estado de
alarma, cuya ampliación sometemos hoy a su votación; medidas que dan
continuidad a todos los esfuerzos que ya hemos realizado y que quisiera
recapitular.
Anunciamos la movilización de hasta 200 000 millones de euros para
proteger y asegurar a las familias, a los trabajadores y trabajadoras, a
la economía social, a los autónomos, a las empresas de nuestro país, y
hasta el momento el impacto estimado de las principales medidas aprobadas
es de 128 288 millones de euros, repito, 128 288 millones de euros, de
los cuales más de 4600 millones de euros se destinan a cuestiones
sanitarias, más de 119 000 millones de euros a medidas económicas, más de
3400 millones de euros a medidas laborales y más de 1100 millones de
euros a medidas sociales. Esto supone, señorías, la mayor movilización de
recursos públicos de toda nuestra historia democrática. Y para comenzar
por las medidas sanitarias, estas lo que pretenden -lo hemos compartido
en alguna otra ocasión en esta tribuna- es, en primer lugar, garantizar
la liquidez del sistema de sanidad para ampliar la capacidad de nuestro
sistema. En segundo lugar, reforzar la investigación, la ciencia para
encontrar cuanto antes la cura. En tercer lugar, reforzar y proteger las
residencias de mayores, que se han revelado como un punto crítico en esta
crisis; nuestros padres, nuestras madres, nuestros abuelos, son los más
amenazados y no pueden ni deben sentirse los más indefensos. Reforzar, en
cuarto lugar, también las medidas educativas para que se mantengan las
actividades a través de modalidades online, a distancia; evitar, en
definitiva, las desigualdades en la educación por el cierre de escuelas y
universidades. Y, en quinto lugar, aumentar las medidas de aislamiento y,
con ello, las de movilidad para impedir los contagios.
En segundo lugar, las medidas sociales, respaldadas con 1100 millones de
euros, pretenden, en primer lugar, aplicar y ampliar la moratoria de la
deuda hipotecaria. En segundo lugar, la renovación automática de los
contratos de alquiler. En tercer lugar, articular microcréditos para el
pago de hasta seis meses de alquiler a través del ICO para los inquilinos
en situación desfavorable. En cuarto lugar, aplicar la moratoria en el
pago a la renta para aquellos arrendatarios en situación de
vulnerabilidad. Prohibir, en quinto lugar, la suspensión de los
suministros básicos y garantizar el abastecimiento alimentario. En sexto
lugar, ampliar el bono social eléctrico a los autónomos y permitirles que
suspender las facturas de electricidad y gas y abonarlas durante los seis
meses posteriores sea una realidad a la finalización del estado de
alarma. En séptimo lugar, garantizar el transporte mínimo imprescindible.
En octavo lugar, garantizar también la protección de las víctimas de
violencia de género, que en estos días sufren la doble amenaza a la que
hemos hecho referencia en anteriores debates, como es el propio virus y
la convivencia forzada con sus maltratadores. En noveno lugar,
monitorizar los precios del consumo para que los precios del mercado
sigan siendo justos en materiales que ahora mismo son esenciales para el
conjunto de la ciudadanía, Y, por último, mantener la atención en el
ámbito legal y prohibir el incremento de los precios de los servicios
funerarios.
En tercer lugar, las medidas económicas tienen por objeto financiar,
aportar liquidez y también una línea de crédito. Además, ha quedado
aplazado el pago de impuestos hasta un máximo de 30 000 euros para pymes
y para trabajadores y trabajadoras autónomos durante un periodo de seis
meses, con tres meses de carencia en el pago de intereses. A esto hay que
sumar que hemos impulsado ayudas a sectores productivos específicos. Como
saben ustedes, hemos agilizado el despacho de mercancías en aduanas y
hemos reforzado el apoyo a las comunidades autónomas y también a los
entes locales.
Y en cuarto lugar están las necesarias medidas laborales, que establecen
lo siguiente. En primer lugar, el teletrabajo como medida de flexibilidad
laboral, entendiendo y siendo conscientes de las dificultades que entraña
para algunos puestos de trabajo y determinados territorios de nuestro
país. La puesta en marcha, en segundo lugar, de un permiso retribuido
recuperable desde el 30 de marzo hasta el 9 de abril. Finaliza, por
tanto, hoy mismo. ¿Para quiénes? Lógicamente, como hemos dicho, para los
trabajadores de sectores no esenciales y con las limitaciones que ustedes
ya conocen. Hemos limitado temporalmente los despidos objetivos por
causas vinculadas con la COVID-19. Hemos destinado más de 3 millones de
euros para el subsidio extraordinario por falta de actividad para las
personas integradas en el Sistema Especial para Empleados de Hogar del
Régimen General de la Seguridad Social, y también suman más de 17
millones de euros para el subsidio de desempleo excepcional por fin de
contrato temporal. Se ha interrumpido también el cómputo de la duración
máxima de los contratos temporales. Hemos prorrogado automáticamente las
prestaciones por desempleo. Hemos destinado más de 230 millones de euros
para la contratación de 200 000 trabajadores y trabajadoras del campo en
los ayuntamientos, y para las pequeñas y medianas empresas y para los
autónomos hemos aplazado el pago de deudas con la Seguridad Social para
empresas y los trabajadores por cuenta propia hasta el 30 de
junio; hemos puesto en marcha la moratoria de las cotizaciones a la
Seguridad Social de seis meses y la prestación extraordinaria por cese de
actividad de trabajadores autónomos.
En cuanto a las medidas de cara a los ERTE, los trabajadores que entren en
un ERTE sin reunir los requisitos de desempleo percibirán la prestación
por desempleo, y las pymes con menos de cincuenta trabajadores que entren
en este proceso de ERTE estarán exentas de abonar las cotizaciones
empresariales. De cara a los empleados públicos, se coordina el
calendario autonómico de las ofertas de empleo público para cuerpos
docentes, que suponen 27 000 plazas; se permite que los empleados
públicos puedan realizar tareas distintas a las del puesto de trabajo y
apoyar voluntariamente aquellas áreas que requieren un refuerzo como
consecuencia de la COVID-19; se prorrogan los contratos de ayudantes, de
profesores ayudantes doctores, de profesores asociados y profesores
visitantes, así como los contratos de personal investigador. Por último,
hemos impulsado medidas especiales para los sectores esenciales, como la
apertura de determinados establecimientos hoteleros y el acceso de
transportistas a determinados servicios y manutención en zonas de
servicio.
Señorías, paso a resumir, aunque sea brevemente, el impacto de estas
medidas en la sociedad española. En primer lugar, de la línea ICO para la
cobertura por cuenta del Estado de la financiación ya se ha habilitado
una primera línea de 20 000 millones de euros, y quiero anunciarles que
en el próximo Consejo de Ministros extraordinario que vamos a celebrar
este viernes pondremos en marcha la segunda línea de 20 000 millones de
euros, de nuevos 20 000 millones de euros de líneas ICO. Las estimaciones
del Gobierno apuntan a que se podrían beneficiar más de 1,3 millones de
autónomos y empresas, que podrán, así, afrontar sus obligaciones y
garantizar con ello la continuidad de su actividad una vez terminen las
dificultades derivadas de esta crisis sanitaria. Además, la ampliación
del límite de endeudamiento del ICO con el fin de aumentar las líneas de
financiación a empresas, autónomos para facilitarles esa liquidez
adicional que tanto reclaman, dotado con 10 000 millones de euros,
beneficiaría en este caso a otras 130 000 empresas y trabajadores y
autónomos. Desde el Gobierno de España queremos que todas aquellas
actividades que son perfectamente viables, pero que están teniendo
dificultades transitorias -y subrayo lo de transitorias- como
consecuencia de la crisis sanitaria de la COVID-19 y del estado de alarma
puedan superar este bache, que es temporal -que es temporal- y puedan
continuar con su actividad.
En cuanto a los trabajadores autónomos, más de 588 000 autónomos ya han
solicitado la prestación extraordinaria por cese de actividad o por una
reducción, como saben ustedes, de al menos el 75 % de la facturación
respecto a la media del semestre anterior. Según las previsiones del
Gobierno, llegarán al millón los que finalmente se beneficiarán de esta
medida. En cuanto al subsidio extraordinario por la falta de actividad
para empleadas y empleados del hogar -un colectivo que representa, como
saben ustedes, a casi 400 000 personas, en su mayoría mujeres-, también
se van a ver beneficiadas por esta ayuda.
Con respecto a la medida de protección hacia los trabajadores y
trabajadoras directamente afectados por la COVID-19, ya se han acogido
más de 300 000 trabajadores y trabajadoras, que se ven obligados a
guardar la cuarentena por el riesgo de contagiar a sus colegas de
trabajo.
En materia de vivienda, hasta 1 200 000 inquilinos podrían beneficiarse de
las medidas aplazando el pago de rentas en caso de dificultades
económicas derivadas de la crisis de la COVID-19.
En materia de agricultura, y para asegurar la cadena alimentaria y el
abastecimiento afrontando las necesidades de fuerza de trabajo en la
temporada de recolección, el Gobierno va a financiar con 236 millones de
euros la contratación, como he dicho antes, de 200 000 trabajadores y
trabajadoras por parte de los ayuntamientos. Vamos a flexibilizar también
la contratación temporal de trabajadores, permitiendo la compatibilidad
entre los ingresos por labores agrícolas y prestaciones públicas para
incorporar entre 75 000 y 80 000 personas. Además, se amplían los plazos
de suscripción de seguros agrícolas y la refinanciación de préstamos por
sequía con 2,5 millones de euros, y también, como han pedido algunas
comunidades autónomas, se amplía el plazo para solicitar las subvenciones
PAC de este año hasta el 15 de mayo.
Por último, en relación con las medidas para garantizar el suministro de
energía a consumidores devenidos vulnerables, se podrían beneficiar más
de 1 250 000 familias. Entre estas medidas hemos procedido, además, a una
prórroga del bono social eléctrico durante seis meses, a la que se van a
poder acoger más de 420 000 familias.
Señorías, me gustaría insistir en la idea de que todas y cada una de estas
medidas que ha tomado el Gobierno tienen una prioridad clara y
fundamental, que es superar cuanto antes esta emergencia reforzando
nuestro sistema público, especialmente la sanidad pública, sin dejar a
nadie atrás, protegiendo especialmente a los más vulnerables y a quienes
sufren una mayor precarización.
Señorías, paso a continuación a informarles de las distintas órdenes,
resoluciones e instrucciones que han dictado los cuatro ministerios
designados como autoridades delegadas competentes y que han sido
publicadas en el BOE desde el pasado 25 de marzo, fecha en que comparecí
por última vez en esta Cámara.
Por su parte, el ministro de Sanidad ha aprobado un total de quince
órdenes, entre las que podemos destacar la que establece las condiciones
a la dispensación y administraciones de medicamentos en el ámbito del
Sistema Nacional de Salud con el fin de asegurar el abastecimiento. La
que determina el levantamiento del confinamiento de los municipios de
Igualada, de Vilanova del Camí, de Santa Margarida de Montbui y de Òdena.
La que prohíbe los velatorios, pospone la celebración de ceremonias
fúnebres hasta la finalización del estado de alarma y también limita la
subida de precios de los servicios funerarios. La que autoriza el uso de
bioetanol en geles y soluciones hidroalcohólicas de desinfección de
manos. La que agiliza el proceso de obtención de licencias para las
empresas que se dediquen a la fabricación, importación y agrupación o
esterilización de productos sanitarios con el fin de garantizar el
abastecimiento. Y la que ordena a la Secretaría de Estado de
Digitalización e Inteligencia Artificial que desarrolle urgentemente,
entre otras herramientas de apoyo en la gestión de la crisis sanitaria de
la COVID-19, una aplicación informática que permita la autoevaluación de
los síntomas y la geolocalización del usuario a los solos efectos de
verificar que se encuentra en la comunidad autónoma en la que declara
estar.
Por su parte, el ministro del Interior ha dictado cuatro órdenes. Una,
para prorrogar los controles en las fronteras interiores terrestres,
establecidos con motivo de la crisis sanitaria. Otra, para evitar dudas
acerca de la inclusión de los vehículos destinados al desarrollo de
determinadas actividades esenciales que no se mencionan de forma expresa
en órdenes anteriores y facilitar, en consecuencia, la labor de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad Estado. Otra, para prorrogar las licencias
y habilitaciones de armas cuyo periodo de vigencia expire durante el
estado de alarma y establecer que durante el primer semestre no se
realicen los ejercicios de tiro para el mantenimiento de la aptitud en la
conservación, manejo y uso de las armas por los vigilantes de seguridad.
Y la cuarta, para facilitar la matriculación y el cambio de titularidad
de determinados vehículos.
Por su parte, el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha
dictado once órdenes y seis resoluciones. Las más relevantes son las
siguientes. En primer lugar, la orden que identifica los alojamientos
turísticos que se deben considerar esenciales y, por tanto, han de
permanecer abiertos. Las órdenes que prohíben los vuelos con Italia hasta
la finalización del estado de alarma y prorrogan, en consecuencia, la
prohibición de entrada de buques de pasaje procedentes de la República
Italiana y de cruceros de cualquier origen. La orden que regula una
segunda adquisición y distribución de mascarillas para su posterior
distribución al personal que presta sus servicios en el sector del
trasporte en áreas de riesgo. La orden que permite reducir la oferta de
servicios de transporte de viajeros, con ocasión de la entrada en vigor
del permiso retribuido recuperable. Y las dos resoluciones que provienen
de la Dirección General de la Aviación Civil para garantizar el servicio
de transporte aéreo en determinadas rutas de Canarias y de Palma de
Mallorca e Ibiza.
Por último, la ministra de Defensa ha dictado una orden para suspender,
temporalmente y con carácter excepcional, toda restricción normativa a la
impartición de docencia a distancia de las asignaturas que integran los
diferentes currículos.
Señorías, la acción del Gobierno no acaba, lógicamente, en nuestras
fronteras. Uno de los grandes desafíos frente a los que esta pandemia nos
ha puesto de frente tiene que ver con Europa, con la Unión Europea. Saben
cuál es la idea que siempre ha defendido el Gobierno de España en
relación con Europa y la exigencia de solidaridad que conlleva. Lo
extraordinario de esta emergencia exige contundencia, medidas nuevas. De
lo contrario -y lo digo, además, sin matices-, nuestra unión está en
peligro. Necesitamos una solidaridad sin fisuras y una prueba fehaciente
de que la cohesión que nos define como proyecto comunitario es algo más
que una mera retórica. Como presidente del Gobierno de España, de un
Gobierno firmemente europeísta -porque la sociedad española es firmemente
europeísta-, es lo que exijo a la Unión Europea. Y tampoco en esto
tenemos tiempo que perder; es ahora o nunca. Tenemos ya sobre la mesa el
programa temporal de compra de emergencia del Banco Central Europeo;
inédito y que aplaudimos. Tenemos también un diseño de un fondo de
reaseguro por desempleo, el llamado Plan SURE. Vamos a ver cuáles son los
detalles de ese plan, pero necesitamos mucho más; no es suficiente. La
reconstrucción de Europa como unión de países es tan importante como la
unidad de acción en nuestro propio país. Necesitamos, en consecuencia,
señorías, ser exigentes, necesitamos medidas que respalden el
endeudamiento público de muchos Estados, porque esta crisis no tiene
culpables, se trata de una emergencia global y, en consecuencia, de una
emergencia europea.
Europa tiene que enfrentarse a la COVID como se espera de ella, tiene que
actuar ahora frente a la enfermedad y tendrá que actuar después
movilizando todos los recursos que sean necesarios para hacer efectivo un
nuevo Plan Marshall. Debemos aprender la lección, la austeridad tras la
crisis del año 2008 solo ha traído fragilidad ante el desastre. Ni la
austeridad ni los recortes son el camino. No queremos fragilidad; al
contrario, queremos fuerza, acción, unidad y libertad para todos.
Queremos, en definitiva, la reconstrucción y que esa reconstrucción se
inicie por lo que ha sido más frágil desde la época de la austeridad en
el año 2008, que es lo público, nuestro estado del bienestar.
Los mecanismos financieros que amparen la reconstrucción y reparación de
los países tras esta crisis no deben estar regidos por la desigualdad y
el castigo ante las supuestas economías menores. Hoy luchamos todos -y lo
subrayo, todos- ante una misma emergencia, una emergencia sin
precedentes. Mañana, todos los países habrán de levantase con el mismo
espíritu y apoyo por parte de Europa, los veintisiete países. Es ahora
cuando Europa ha de ser más Europa que nunca. Es ahora cuando debemos
hacerlo unidos porque, de lo contrario, la Unión se habrá olvidado de los
europeos y con ello, lógicamente, de los españoles. Señorías, en esta
tarea también les pido su contribución. Todos ustedes tienen voz en
Europa a través de sus respectivos partidos hermanos y sus respectivos
grupos parlamentarios europeos; les pido, humildemente, que la hagan oír,
háganse oír. Les invito a que defiendan España y defiendan Europa. Les
emplazo a que hagan ver a sus correligionarios que esta pandemia no tiene
distinción entre el norte y el sur, como no distingue tampoco entre
Gobiernos de izquierdas o de derechas. Es la catástrofe más feroz que ha
soportado la humanidad en tres cuartos de siglo y Europa no puede mirar
hacia otro lado. Los partidos españoles integran partidos europeos y esos
partidos europeos tienen voz e influencia en Gobiernos nacionales y
también en el Parlamento Europeo. Les pido, en consecuencia, que la
ejerzan en favor de España y en favor de la Unión Europea. Este es el
momento de la unidad de acción, también por parte de esta Cámara, a nivel
europeo. (Aplausos).
Señorías, sé que vivimos duros tiempos de confinamiento que merman nuestro
estado de ánimo, comprendo la fatiga por el encierro, especialmente la de
aquellas familias con peores condiciones de habitabilidad. Entiendo la
preocupación por el futuro, especialmente la de nuestros compatriotas en
situaciones de más vulnerabilidad. Pero quiero transmitir dos ideas que
me parecen fundamentales en este momento tan crítico. La primera es que
nadie será abandonado a su suerte. El esfuerzo colectivo velará por que
la estela de víctimas civiles no se vea seguida de una masa de víctimas
sociales. Y la segunda es que solo la resistencia, la disciplina social y
la ciencia nos permitirán superar este durísimo trance.
Como saben ustedes, señorías, la COVID-19 ha abierto en todo el mundo una
triple crisis, lo hemos dicho en muchas ocasiones -se dice reiteradamente
por parte de todos ustedes en sus distintas comparecencias públicas-: una
crisis sanitaria, una crisis económica y una crisis social. Desde
Alemania hasta China, desde Estados Unidos hasta Francia, desde Italia a
Japón o Gran Bretaña, cada día que pasa el conjunto de naciones es
consciente de que no era un hecho aislado de una o dos naciones, sino que
es, como ha dicho la OMS, una pandemia global. Se trata, en consecuencia,
de una emergencia global. Pero, señorías, únicamente en España, al menos
entre los grandes países, el virus ha abierto una cuarta crisis, que es
la crisis política. No lo digo yo, lo constatan cabeceras prestigiosas,
como por ejemplo el Financial Times, a lo largo de esta última semana. En
un artículo reciente, este diario económico se extrañaba de que, mientras
en todos los países la pandemia ha servido para minimizar las rivalidades
políticas, en España está sirviendo para enconar la confrontación
política. Esta semana, por ejemplo, escuchábamos al líder conservador de
Portugal, en la oposición, hacer un discurso emotivo deseándole suerte y
acierto al primer ministro, António Costa, porque su suerte y su acierto
-decía el líder de la oposición- serían los de todo Portugal. (Aplausos).
También escuchábamos al nuevo líder laborista británico, apenas elegido,
ponerse incondicionalmente al lado del Gobierno británico conservador de
Boris Johnson, a quien aprovecho, por cierto, para desearle una curación
rápida y completa. Señorías, mientras nuestros sanitarios combaten en
primera línea, mientras nuestros agentes y militares se emplean a fondo,
mientras nuestros agricultores y personal dependiente de las pequeñas y
grandes superficies nos alimentan, mientras nuestras familias se aíslan
para protegerse, yo creo que debemos estar unidos, como lo están ellos y
ellas. Nadie entiende que esto no sea así. Somos, antes que nosotros, los
representantes de todos los españoles, piensen lo que piensen; por eso
les pido, humildemente, unidad y lealtad. Fíjense, el director regional
de Europa de la Organización Mundial de la Salud, Hans Kluge, concluyó la
semana pasada la misión encargada por dicha organización para analizar la
situación en nuestro país en términos de respuesta a la COVID-19. Para
que no quepa lugar a interpretaciones, cito textualmente sus palabras
después de terminar esa misión. Dijo él: Estoy profundamente impresionado
con el heroísmo de los profesionales que están en la línea del frente,
con la solidaridad del conjunto del pueblo español y con la inspiradora
capacidad de resolución del Gobierno. Continuaba el director regional de
la OMS en Europa: Siento un optimismo prudente como resultado de las
medidas audaces, los enfoques innovadores y las decisiones valientes del
ministro de Sanidad Salvador Illa. El director general de la Organización
Mundial de la Salud reiteró esas palabras. Por tanto, señorías, no pido
que la oposición suscriba estas palabras, solo pido, humildemente, unidad
y lealtad.
Es evidente que el mundo, que Europa, que todo Occidente ha llegado tarde
y que España no es una excepción, pero si España destaca en algo sería
por cuatro motivos que me gustaría compartir con todos ustedes. En primer
lugar, España es el país que primero tomó medidas de confinamiento en
todo Occidente, el primero. Lo hicimos con solo 120 fallecidos, muy por
delante de los demás países. En segundo lugar, España es uno de los
países que mayor número de pruebas por habitante está realizando -y
creciendo-, 20 000 al día de promedio. En tercer lugar, España es el país
de Occidente que más lejos ha ido en las medidas de confinamiento, porque
lo que anunciamos, señorías, lo ejecutamos. Y por último, España es el
país que facilita más información, el único que notifica todos los
positivos, no solo los hospitalizados; todos los positivos, todos los
fallecidos diagnosticados, todos los ingresos en la UCI y todas las
altas. Toda Europa, señorías, llegó tarde pero España actuó antes. No les
pido que lo suscriban, lo único que pido a la oposición es unidad y
lealtad. (Aplausos).
Por supuesto, señorías, estos datos proceden de fuentes tan incontestables
como el medio europeo político o el estudio COVID-19 de una universidad
prestigiosa británica, la Universidad de Oxford. Precisamente, este
estudio, el de la Universidad de Oxford, otorga a España la puntuación
más alta de los países occidentales, noventa sobre cien; noventa sobre
cien en cuanto al rigor en la respuesta a la pandemia. Seguro que para la
oposición cien sobre cien hubiera sido mejor que noventa sobre cien, como
también para el Gobierno; seguro que hay cosas que con los conocimientos
de hoy habríamos hecho distinto ayer, pero ayer actuábamos con los
conocimientos de ayer no con los conocimientos de hoy. Ningún Gobierno de
ningún país puede presumir de no haber cometido ningún error, señorías,
ninguno. Combatimos contra un enemigo, el virus, que es desconocido para
la ciencia y, en consecuencia, para los expertos que asesoran al Gobierno
y también para los Gobiernos. La autoexigencia del Gobierno de España,
señorías, es máxima, es absoluta. Lo que les puedo garantizar es que el
Gobierno español ha estado trabajando y todo el tiempo lo ha hecho de
buena fe. Ha trabajado con toda su energía, con todos sus medios, con el
consejo de los mejores expertos que tiene nuestro país. Y estoy
convencido también, señorías, de que los Gobiernos de todas las
comunidades autónomas, de todos los municipios -sin distinción de color
político- están actuando con esa misma voluntad. Por tanto, señorías, no
reclamo reconocimiento; todo lo que reclamo a sus señorías es unidad y
lealtad.
El director general de la OCDE, Ángel Gurría, fue esta misma semana muy
claro sobre la pandemia, la economía y también sobre nuestro país. Dijo
textualmente lo siguiente: Estamos ante una situación inédita y hay que
tomar medidas inéditas. Es un falso dilema si uno escoge entre economía o
salud, en estos momentos lo único que se puede hacer -continuaba diciendo
el mexicano Ángel Gurría- es luchar contra la pandemia con todos los
elementos que se tengan. Primero, hay que atender a los desempleados, a
los que se han quedado sin actividad. En el caso de España -decía el
secretario general de la OCDE- lo que están haciendo ahora es muy
ejemplar desde el punto de vista del confinamiento y eso va a permitir
que terminen más rápido con la diseminación del virus. La pandemia
terminará -decía el mexicano Ángel Gurría- sobre todo si aplican, como en
España, medidas tan importantes como las que estamos aplicando. Señorías,
no solicito este tipo de declaraciones por parte de la oposición, todo lo
que pido es unidad y lealtad.
Señorías, nuestro país vive momentos extremos y la crisis sanitaria que
estamos solamente empezando a reconducir viene acompañada de una gran
crisis económica y social que ya estamos empezando a sentir. Toda Europa,
todo Occidente, se pregunta si ha reaccionado tarde a la crisis
sanitaria. Tiempo habrá de comprender qué debe mejorarse y qué debe
evitarse para que no vuelva a suceder una pandemia de estas
características, pero lo que no podemos permitirnos es llegar tarde a la
crisis económica y social que tenemos ya encima. Necesitamos reaccionar
pronto y debemos hacerlo además unidos, todos y todas. En ese sentido,
hice la propuesta de unos nuevos pactos de la Moncloa, que formulé el
pasado sábado y que quiero reiterar hoy aquí y ahora solemnemente ante
esta Cámara. Si nuestros sanitarios combaten unidos contra el virus; si
nuestros policías, nuestros militares dan la cara frente al virus; si
nuestros agricultores, nuestros dependientes -como decía antes- se
mantienen en sus puestos frente
al virus; si nuestras familias se recluyen unidas para protegerse frente
al virus; si la destrucción del empleo nos afecta a todos y a todas; si
la crisis pone en riesgo el bienestar de todos y todas; si golpea a todos
y todas sin distinguir preferencias políticas, ¿qué sentido tiene la
división?, ¿a quién beneficia la división?
Tenemos en nuestra historia democrática un precedente en el que podemos
inspirarnos. Ya nuestro país se enfrentó a una situación distinta, pero
también dramática, que amenazaba con llevarse por delante nuestra
economía y, con ella, nuestra democracia recién reconquistada, y los
españoles supimos responder unidos, sin distinción de credos o de
ideologías. Identificamos un peligro y plantamos cara juntos con esos
Pactos de la Moncloa. Esa misma fórmula es la que estamos proponiendo,
con las modificaciones lógicas que corresponden a la transformación que
ha experimentado nuestro Estado, hoy un Estado fuertemente
descentralizado. Por tanto, lo que propongo es un gran acuerdo para la
reconstrucción económica y social de España en el que participen todas
las fuerzas dispuestas a arrimar el hombro: partidos políticos por
supuesto, pero también empresarios y empresarias, sindicatos y, por
supuesto, las comunidades autónomas, las diputaciones provinciales y los
ayuntamientos. Les propongo un acuerdo para la reconstrucción económica y
social de España.
En estos últimos días, he escuchado algunas reacciones que manifiestan
ciertas reservas a esta iniciativa. Se ha dicho que no puede implicar un
cambio de régimen; bueno, pues cien por cien de acuerdo, el régimen es y
debe seguir siendo nuestra Constitución social y democrática, que tiene
plena vigencia y debe inspirarnos en toda su amplitud. Se ha dicho que no
puede anular el control parlamentario del Gobierno; totalmente de
acuerdo, plena vigencia del control parlamentario. Se ha dicho que no
puede restar transparencia informativa; absoluta conformidad, debe
mantenerse absoluta transparencia informativa, como llevamos haciendo
desde el inicio de esta crisis. Se ha dicho que no puede excluir a nadie;
perfecto, están invitados todos aquellos que estén dispuestos a arrimar
el hombro -como he dicho antes- y quieran hacerlo. Se ha dicho que se
desconfía de la sinceridad de la propuesta; pues bien, reitero la
propuesta de corazón y además la expreso formalmente en esta Cámara, con
toda solemnidad, ante los representantes legítimos de todos los
españoles, que son ustedes.
Señorías, en esta crisis, que ya se ha hecho desgraciadamente dilatada
para muchísimos ciudadanos, he debido dirigirme en varias ocasiones a
nuestros conciudadanos como responsable del Gobierno de España, y cada
vez que lo he hecho he repetido las mismas palabras: sacrificio,
resistencia y moral de victoria. Y los españoles están demostrando, más
allá del color político y la preferencia de gobierno que tengan, que
saben responder con sacrificio, con resistencia y con moral de victoria.
Por tanto, señorías, les convoco formalmente por ello, la próxima semana,
a una primera reunión a todas las fuerzas políticas que quieran
participar de este gran acuerdo económico y social para la reconstrucción
de nuestro país. Integraremos en este acuerdo a los agentes sociales, a
los presidentes autonómicos y a las fuerzas políticas que estén
dispuestas a arrimar el hombro. Todos estamos llamados a esos pactos.
Hoy aquí, en esta Cámara que congrega a los representantes legítimos, solo
les pido lo que he venido repitiendo durante este último tramo de mi
intervención: unidad y lealtad, que es la forma en la que los
responsables políticos podemos contribuir al sacrificio, a la resistencia
y a la moral de victoria que está demostrando el conjunto de nuestro
pueblo. Y finalizo con una pregunta, señorías, hoy, aquí y ahora: ¿están
dispuestos? Yo lo estoy. Solo les pido lo que les puedo ofrecer: unidad y
lealtad.
Gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores.-Aplausos). Muchas gracias.
A continuación, intervendrán los representantes de los distintos grupos
parlamentarios. En primer lugar, por el Grupo Parlamentario Popular en el
Congreso, tiene la palabra el señor Casado Blanco.
El señor CASADO BLANCO: Gracias, señora presidenta.
Señor Sánchez, los españoles merecen un Gobierno que no les mienta,
merecen un Gobierno que les diga siempre la verdad. Lo merecen los casi
14 800 fallecidos por culpa del coronavirus, según sus datos oficiales;
lo merecen sus familias destrozadas de dolor por no haber podido
despedirse de ellos y acompañarles en sus últimos momentos; lo merecen
los casi 150 000 contagiados y los 60 000 hospitalizados que siguen
luchando contra el virus; lo merecen el medio millón de profesionales
sanitarios que se están jugando la vida por salvar la de los demás en
condiciones a veces lamentables, y lo merecen los 47 millones de
españoles confinados desde hace un mes que, en pleno jueves santo,
reciben con resignación su decreto para mantenerles encerrados en sus
casas quince días más.
Señor Sánchez, le sonarán también estas palabras: Necesitamos políticos
que no rehúyan los debates, que den la cara, que den seguridad a los
ciudadanos, que protejan a los profesionales de la sanidad pública y que
no nos responsabilicen de sus propios errores. Y sigue: Las palabras que
nos salen son: desamparo, desvergüenza, descoordinación, desinformación
y, en definitiva, desgobierno. Esto lo dijo usted el 7 de octubre de
2014, cuando apenas habían pasado veinticuatro horas del único contagio
de Ébola en España. Usted ya había dictado sentencia sumaria contra el
Gobierno del Partido Popular como culpable de la epidemia y le había
exigido su dimisión, pero la buena gestión truncó su deslealtad, las
medidas eficaces evitaron más contagios y la única enferma fue curada;
solo perdió la vida su perro, lo que nos costó veinticinco
manifestaciones en las que nos llamaron asesinos. Su autoridad moral para
pedir ahora lealtad y unidad es nula, pero, aun así, nosotros
mantendremos hoy el apoyo a las medidas de contención de la pandemia,
porque la guía de nuestra vocación política es la ética de la
responsabilidad; le recomiendo que la practique usted también alguna vez.
(Aplausos).
En la primera votación del estado de alarma hace un mes le dije que no
estaba solo; en la segunda, que esto no iba bien; y hoy le debo decir:
así no. España es el país del mundo con más fallecidos por millón de
habitantes a causa del COVID-19, y ya registramos la quinta parte del
total mundial; somos el primer país del mundo en contagios de
profesionales sanitarios, casi 20 000, es decir, uno de cada siete
infectados en España; demasiados de estos superhéroes que pintan nuestros
hijos con capas blancas y máscaras verdes han tenido que usar bolsas de
basura y gafas de buceo para protegerse porque no les llegaba el
material. Todo esto es un terrible drama nacional. Por eso, les pido que
dejen de hablar solo de picos y de curvas, de despersonalizar el inmenso
dolor de esta masacre en vidas humanas. No convirtamos en mera
estadística a las decenas de miles de vidas truncadas y de duelos en
soledad. Las víctimas merecen visibilidad pública y el homenaje de toda
la sociedad. (Aplausos). Por eso, le vuelvo a pedir, medio mes después,
que declare luto nacional hasta que superemos esta pandemia, que
garantice el material de protección a todos los sanitarios y que haga
test masivos a todos los ciudadanos que pueden ir saliendo de su
confinamiento.
Señor Sánchez, casi no queda un medio influyente internacional que no haya
criticado su imprevisión y mala gestión de la crisis. A ellos no les
puede amenazar con el BOE. A diferencia de lo que ustedes venden, esta
crisis no es simétrica, porque ha afectado de forma distinta a los países
en función de la eficacia de los Gobiernos y porque no en todos la
oposición ha aprobado sus duras medidas, como hemos hecho en España. No
hay más que ver la buena gestión en Corea, Japón o Alemania, o no hay más
que escuchar la contundencia de la oposición norteamericana, británica,
francesa o italiana para poner de relieve nuestra lealtad, a pesar del
desprecio con el que nos trata. Pero no seré yo el que le exija
responsabilidades en medio de la tormenta, no hasta que amaine. No será
este partido el que monte escraches a las puertas de sus casas, ni
campañas de "pásalo" con fotos de víctimas en redes sociales. Nosotros no
somos como ustedes, pero al menos podremos decir lo que consideremos que
se debe hacer mejor, aunque solo sea porque estamos apoyando, sin ser ni
siquiera consultados, las medidas más drásticas de la historia
democrática de España. Ahora que hemos conseguido que se sometan al
control parlamentario, después de un mes reclamándolo y de un millar de
iniciativas sin respuesta, debemos ejercer nuestra obligación
constitucional como oposición, más aun cuando hoy apoyaremos por tercera
vez un estado de alarma que ya ha desbordado sobradamente su alcance
constitucional. Por esa razón no presentamos propuestas de resolución que
avalen su excepcionalidad, pero con un margen de quince días le
advertimos que esta restricción de derechos no es ilimitada. Los poderes
máximos que le otorgamos deben ir acompañados de eficacia y de
transparencia. Una cosa es intentar contener la expansión de la pandemia
y otra muy diferente es confinar la democracia, las libertades
constitucionales e incluso las legítimas críticas de la oposición, los
medios de comunicación o los propios ciudadanos en las redes sociales.
Por encima de la lealtad al Gobierno siempre estará nuestra lealtad a los
españoles.
Señorías, esta ha sido la crónica de una pandemia anunciada. Ha sido
advertida reiteradamente desde hace tres meses por la Organización
Mundial de la Salud y por el Centro Europeo para la Prevención y el
Control de las Enfermedades, unos organismos cuyas alertas deben ser
gestionadas directa y automáticamente por el Ministerio de Sanidad, tal y
como establece la Ley General de Salud Pública. Sin embargo, este
Gobierno contestó a la reclamación de la OMS el 30 de enero diciendo
literalmente que "España no va a tener más allá de algún caso
diagnosticado, que no habrá transmisión local o como mucho muy limitada y
controlada" -cierro comillas-. La verdad es que ya somos el segundo país
del mundo en contagios, con 150 000, según sus propias cifras oficiales.
El 3 de febrero la OMS advirtió de que las medidas de prevención y
control son absolutamente esenciales para garantizar que los trabajadores
sanitarios estén protegidos frente al virus, pero el Gobierno contestó
textualmente que "España tiene suficientes suministros de equipos
personales de emergencia" -cierro comillas-. La verdad es que ya llevamos
20 000 profesionales infectados, sin contar servicios sociales,
funerarios o de seguridad. El 11 de febrero la OMS insistió en la urgente
necesidad de adquirir equipamientos de protección y solo dos días después
la Unión Europea alertó del riesgo de desabastecimiento de productos
sanitarios, pero el Gobierno afirmó que "España ya había implementado las
medidas preventivas y preparatorias" -cierro comillas-. El 24 de febrero
el director de la OMS urgía a la comunidad internacional a hacer todo lo
posible para prepararnos para una pandemia. Eso fue dos días antes de que
yo le pidiera al presidente del Gobierno en esta misma Cámara que
coordinara la respuesta al coronavirus en vez de mandar a sus ministros a
la mesa de negociación con Torra esa misma mañana. Y justo una semana
después, el 2 de marzo, el Centro Europeo para la Prevención y el Control
de las Enfermedades, como más tarde hizo el propio Centro de Seguridad
Nacional, advirtió contra la celebración de actos masivos que pudieran
propagar el virus, pero durante toda esa semana el Gobierno autorizó, a
través de sus delegaciones provinciales, centenares de manifestaciones y
eventos deportivos y lúdicos; solo en Madrid alentaron 77 manifestaciones
multitudinarias por el 8 de marzo.
Señor Sánchez, no es esto, no es esto. ¿De verdad mantiene que ha hecho
todo bien? ¿Cree, como su ministro, que este Gobierno no tiene
absolutamente nada de lo que arrepentirse? ¿No va a pedir perdón a nadie?
Se agradecería por su parte menos discurso voluntarista y un poco de
sensibilidad, humildad y sinceridad. Lejos de cualquier autocrítica,
usted justifica sus decisiones en un supuesto comité de expertos del que
nada conocemos y cuya efectividad ha quedado más que cuestionada. Ya le
adelanto que cuando acabe esta crisis pediremos las actas de esas
reuniones en la Comisión de investigación, que espero que no veten aquí,
y sabremos si hubo solo ocultación de datos o también negligencia. Hasta
el principal sindicato nacional de funcionarios ha presentado ante el
Tribunal Supremo una querella contra su Gobierno por presuntos delitos
contra los trabajadores y ha denunciado que solo se ha contratado a 7000
profesionales de los más de 50 000 que el Gobierno prometió. Tuvo que ser
el Partido Popular y las comunidades autónomas en las que gobernamos
quienes reclamaran tomar medidas urgentes, después de semanas en las que
nos pedían no alarmarnos. Madrid pidió cerrar colegios; Castilla y León,
el estado de alarma; Andalucía, centralizar el material; Galicia, hacer
test masivos, y Murcia, limitar la movilidad. El Gobierno no decidió
hasta el 10 de marzo, con la pandemia ya descontrolada, la adquisición
centralizada de equipos de protección, intervención y diagnóstico. Y fue
tal el escándalo de los timos y las gangas -en palabras de una ministra-
que tuvo que devolver la pelota a las autonomías después de haber perdido
diez días críticos para contagiados y para víctimas.
Señor Sánchez, treinta días después de tener todas las competencias
excepcionales y el mando y la responsabilidad única le pido que nos diga
la verdad, le cueste lo que le cueste. La verdad sobre esa rectificada
desescalada, sobre las compras fallidas de material, sobre la necesidad
de llevar mascarillas por la calle o no, sobre la identidad del proveedor
de test fraudulentos y sobre cómo pretende improvisar arcas de Noé en
medio del diluvio y vulnerando la legalidad. La verdad sobre el uso de
nuestros datos personales en las aplicaciones informáticas, sobre el
destino de nuestros impuestos para subvenciones a televisiones o sobre
las campañas de fake news contra la gestión sanitaria del Partido
Popular. La verdad sobre el plan económico de su vicepresidente frente a
la libertad empresarial y la propiedad privada, sobre las previsiones
reales de déficit y deuda pública y sobre la verdadera condicionalidad
que tendría un rescate europeo. Y, sobre todo, díganos sí es verdad que
el número real de víctimas podría duplicar las cifras oficiales, porque
eso sería de extraordinaria gravedad. En esta crisis está funcionando
mejor lo que no depende de usted. Los españoles han cumplido con todo lo
que les ha pedido, pero usted no ha cumplido con ellos.
Señorías, a pesar de todo seguimos apoyando al Gobierno para salvar vidas,
pero no para arruinar a España. La crisis sanitaria dejará detrás una
profunda crisis económica que también habían negado y que ahora tampoco
están sabiendo gestionar. El pasado 4 de marzo la vicepresidenta
económica vaticinaba que el impacto del coronavirus sobre la economía
española sería poco significativo y transitorio, pero por ahora ya ha
destruido un millón de empleos y 120 000 empresas y ya ha forzado a 300
000 empresas y a tres millones de trabajadores a una regulación de empleo
por ahora temporal. Le recuerdo que los servicios públicos, sanitarios y
sociales se pagan con los impuestos del sector privado, por eso tenemos
que evitar desde el Estado que quiebre lo que lo sostiene. El 9 de marzo
ofrecí al presidente del Gobierno un plan de choque para amortiguar el
impacto económico del coronavirus y para garantizar que nadie se quede
atrás. Apenas una hora después se apresuró a decir que llevaban ya
semanas trabajando en su propio
plan. El tiempo ha demostrado que no decía la verdad. Tardó tres días en
presentarlo y fue tan insuficiente que contribuyó a que la bolsa española
registrara la jornada más negra de toda su historia. Siete días después
lo amplió hasta 200 000 millones de euros de los que solo han autorizado
el 10 %, que aún no ha llegado a casi nadie. Eso sí, aprovecharon el
decreto para meter a su socio en la Comisión del CNI. Precisamente los
decretos que hoy traen a convalidar siguen el programa económico de
Podemos y cargan a los empleadores con los costes de la pandemia. Llevo
advirtiendo un mes de que combatir un shock de oferta solo con medidas de
estímulo de demanda es como intentar achicar agua en un naufragio con un
colador. Aun así, señor Sánchez, le transmití personalmente hace cinco
días que si necesitaba nuestros votos podíamos negociar esas medidas
sobre la base de las propuestas que habíamos hecho públicas hace dos
semanas y que, si no, entendería que no le interesaba nuestro apoyo. Me
imagino que debe de haber sido así, porque nadie nos ha llamado ni
siquiera para explicarnos su contenido. El mismo ninguneo recibimos en
los anteriores decretos, pero aun así los pudimos apoyar porque eran más
razonables. Difícilmente puede aspirar a reescribir la transición quien
no es capaz ni de negociar un decreto. Usted dice una cosa, pero hace la
contraria. Pero no perdemos la esperanza de que algún día busque un pacto
de verdad y no un trampantojo para desviar el telediario de tantas malas
cifras. Nosotros no ponemos primero un eslogan en un folio en blanco,
sino que lo llenamos antes de propuestas. Ahora que andan con logotipos
de escudos, recuerden que el único escudo social duradero es el empleo.
Por eso, mantengo mi mano tendida para negociar este decálogo de medidas
para los más afectados por la crisis. Para los profesionales sanitarios
proponemos una paga extra por el riesgo de contagio que afrontan. Para
los trabajadores de sectores esenciales planteamos su sueldo bruto
durante el estado de alarma por la carga de trabajo que soportan, que
bien merece la condonación del IRPF y las cotizaciones a militares,
policías, guardias civiles, agricultores, repartidores, funerarios,
trabajadores de servicios sociales, etcétera. Para los herederos de
fallecidos por coronavirus pedimos la supresión del impuesto de
sucesiones y donaciones para paliar el dolor que han sufrido. Para los
autónomos y las pymes paralizadas por la crisis solicitamos la exención
de cotizaciones e impuestos hasta un mes después del estado de alarma. Es
inexplicable que les cobrara la cuota de marzo a los autónomos en pleno
cierre económico. Para los afectados por un ERTE exigimos la agilización
del pago de prestaciones y la cobertura de los permisos remunerados por
el Estado; es lamentable que tres millones de trabajadores aún no hayan
cobrado. Para los contribuyentes pido el aplazamiento voluntario del pago
de impuestos y la compensación de pérdidas de este ejercicio en el
anterior. Para las comunidades autónomas reclamamos la devolución de los
2500 millones de euros de IVA adeudados y de los 1200 de formación
confiscados, así como un refuerzo del Fondo para gasto sanitario. Para
reactivar todo el sector productivo proponemos garantizar la liquidez
inmediata y suficiente que evite la quiebra de miles de empresas que aún
no han recibido los avales prometidos. Para recuperar el empleo
planteamos reducir los costes fiscales, laborales y burocráticos; no se
entiende que quienes acceden a los créditos del Gobierno los tengan que
usar para pagar impuestos cuando no han ingresado nada. Por último,
creemos que es necesario un ambicioso plan de flexibilización y
competitividad económica impulsando las leyes de segunda oportunidad, de
emprendedores, de unidad de mercado y planes específicos para los
sectores sanitario, turístico, industrial, comercial y exportador.
Esta es nuestra propuesta en positivo para reconstruir una economía que
puede sufrir una caída del PIB de dos dígitos y la pérdida de millones de
empleos. Somos capaces de hacerlo sin necesidad de buscar enemigos dentro
y fuera de nuestro país. Así lo hicimos en 1996 y en 2011 para superar
dos recesiones tremendas y conseguimos crear siete millones de empleos
sin ser rescatados por nadie. El problema no es la reputación de España,
sino la credibilidad de un Gobierno que ha despilfarrado 16 000 millones
de euros en los decretos electoralistas de las dos últimas campañas
electorales duplicando el déficit comprometido mientras crecíamos más de
un 2 %. Eso no lo entienden los europeos, pero tampoco los españoles, que
sabemos lo bien que nos vendría ese colchón para luchar contra el
coronavirus. Aun así, nuestro país podrá contar con el apoyo del Banco
Central Europeo con más de 100 000 millones de euros de compra de deuda
española, con el Banco Europeo de Inversiones con hasta 20 000 millones
de euros, y con la Comisión Europea con otros 10 000 millones, todo ello
sin contar con otros posibles 25 000 millones de euros del MEDE. Ahora
hay que dejar de lamentarse y ponerse manos a la obra, ocuparse de lo
urgente y de lo importante y no lanzar globos sonda para diluir
responsabilidades y mutualizar los errores cometidos. Nuestro sistema
institucional, económico y laboral es perfectamente válido para afrontar
esta crisis si se gestiona correctamente. Diálogo social, siempre, pero
complicidad para tomar decisiones ruinosas para los españoles, nunca. Una
cosa es predicar y otra es dar trigo. Llevamos casi dos años ofreciendo
hasta once pactos al Gobierno en materia de educación, pensiones,
política territorial,
internacional y social sin obtener respuesta. Por eso no parece sincera la
repentina vocación pactista de quien no se ha dignado ni a llamar en dos
semanas a quienes les están aprobando el confinamiento de toda la nación.
No hay que tender cortinas de humo ni renovar ningún acuerdo histórico
que ya nos permitió convertirnos en una moderna democracia europea. Eso
no está en juego, al menos por nuestra parte, no sé si por la de todos
sus socios de Gobierno.
Señora presidenta, quiero terminar precisamente recordando a la generación
de nuestros padres y abuelos, que hicieron posible la transformación de
España y que ahora son los que están sufriendo los estragos del
coronavirus. Debemos proteger a los más vulnerables, curar a los
enfermos, honrar a los que han fallecido y agradecer a todos lo que han
hecho por nosotros. Fueron los niños de la posguerra, los padres de la
transición y los abuelos que con sus pensiones ayudaron a sus familias en
las crisis económicas. Hace tres años celebramos en este hemiciclo una de
sus hazañas, el 40.º aniversario de las primeras elecciones democráticas;
hace dos años conmemoramos las cuatro décadas de nuestra carta magna aquí
también, con el rey, y sin duda podremos homenajear la Ley de Reforma
Política, los Pactos de la Moncloa o la solicitud de incorporación a la
Comunidad Económica Europea de ese mismo año, 1977, pero no se debe
fagocitar esos éxitos históricos para tapar los fracasos presentes. Esa
obra está en vigor y el Partido Popular defenderá ese legado frente a
cualquier ataque o instrumentalización. Gran parte de la UCD que lideró
esos logros acabó integrándose en nuestro partido, así como cuatro de los
siete padres de la Constitución, y el propio Adolfo Suárez nos declaró
herederos de su formación. Debemos estar a la altura de esa generación
formidable manteniendo su obra en pie, sin aprovechar esta crisis para
desfigurarla. Hagamos caso a Unamuno y procuremos ser más padres de
nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.
Señor Sánchez, puede que esta crisis le haya superado y por eso dedique
más tiempo a buscar subterfugios y a repartir culpas que a encontrar
soluciones, pero no menosprecie la grandeza del pueblo español, que es
capaz de superar cualquier desafío. Somos una gran nación; en mi opinión,
la mejor del mundo. Deje de esconderse en el burladero de la historia,
abandone la coraza de la propaganda, lidere de una vez por todas la
salida de esta tragedia con determinación, coraje y eficacia y no
dilapide el extraordinario poder que hoy le vamos a conceder otros quince
días más. Por eso es por lo que lo juzgarán nuestros nietos dentro de
cuarenta y tres años.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Casado. (Pausa.-Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchísimas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Vox, tiene la palabra el señor Abascal Conde.
El señor ABASCAL CONDE: Gracias, señora presidenta.
Señorías, la tragedia sanitaria, económica y laboral que estamos viviendo
tiene unos máximos responsables: el señor Sánchez y el señor Iglesias.
Por eso, quiero comenzar mi intervención mostrando mi pesar y el de mi
grupo parlamentario a los sanitarios, a los que ustedes, señor Sánchez y
señor Iglesias, han sentenciado al no darles las medidas adecuadas de
protección; igualmente, a los guardias civiles y policías, a los que se
les ha negado ser grupo de riesgo y se les han negado, por lo tanto, la
protección adecuada y los test necesarios. El padre de un guardia civil
contaba hace poco cómo su hijo estuvo esperando cinco días a un médico en
su domicilio y tres horas una ambulancia; cuando esta llegó, ya era
tarde. Quiero acordarme también de los miles de personas, sobre todo
mayores, que han muerto abandonadas en sus casas porque había orden de no
hospitalizarlas o de no atenderlas en las unidades de cuidados
intensivos. Y, por supuesto, quiero transmitir nuestro pésame y nuestra
solidaridad a la totalidad de las víctimas, que todavía no sabemos si son
15 000, 30 000 o 40 000; directamente, ya no nos creemos sus cifras. No
sé cómo se ha atrevido usted a pronosticar una victoria total, con miles
de muertos en España. Saldremos de esta, pero ya no hay victoria total
posible, señor Sánchez.
A ustedes, señor Sánchez y señor Iglesias, ya no se les puede creer nada.
Son ustedes la caricatura de un Gobierno chavista; solo mentiras,
ocultaciones y desinformación, pero, eso sí, muchos gestos, interminables
alocuciones televisivas y entrevistas sumisas con sus vasallos
mediáticos, a los que regala el dinero que previamente ha confiscado a
los mismos autónomos y pymes a los que se les ha prohibido trabajar.
Señor Sánchez, señor Iglesias, son ustedes los protagonistas, pero
también los responsables de la mayor tasa de mortalidad del mundo por
coronavirus, y eso con las sospechosas cifras oficiales, que amenazan con
ser el gran bulo de esta tragedia, la gran mentira, y eso que el listón
estaba muy alto en todo lo que tiene que ver con los bulos respecto al
virus de Wuhan.
Y vamos a hablar de bulos, que es lo que ahora parece que quita el sueño
al señor Sánchez. Lo curioso es que le inquieten tanto, porque usted,
señor presidente, llegó al Gobierno precisamente con un bulo, con una
mentira, prometiendo a sus electores que no pactaría con el señor que
tiene sentado a su lado. Pero celebro que ahora esté dispuesto a combatir
la desinformación y que haya movilizado a la brigada del amanecer
mediático y a hordas pagadas en las redes sociales para detectar bulos.
Fíjese usted, yo le voy a ayudar. Para empezar, es un bulo que las
víctimas del coronavirus sean 15 000; son muchísimas más, lo sabe todo el
mundo y lo saben ustedes. Es un bulo, en realidad son varios, las decenas
de declaraciones de sus ministros, portavoces, periodistas afines,
minimizando el peligro del virus diciendo que era una gripecilla que solo
mataba a los muy ancianos o muy enfermos, como si eso fuera poco, o,
después, prometiendo ayudas que no terminaban de llegar. Es un bulo, una
mentira, señor Sánchez y señor Iglesias, afirmar que no había riesgo para
la salud pública, como hizo el ministro de Sanidad el 13 de febrero. Es
un bulo y es una mentira gravísima, señor Sánchez y señor Iglesias,
afirmar que no existía riesgo poblacional de contagio y que la política
de contención estaba funcionando, como hizo el señor Fernando Simón el 18
de febrero. Es un bulo y una mentira colosal, señor Sánchez y señor
Iglesias, afirmar que no debería haber problema en celebrar eventos
multitudinarios, como hizo el señor Fernando Simón el 2 de marzo. Es un
bulo y una mentira colosal, señor Sánchez y señor Iglesias, afirmar, como
hizo el ministro del Interior este domingo, que no hubo -y leo
literalmente- ni una sola objeción de ningún experto ni autoridad médica
a que se celebrasen eventos masivos ese fin de semana, el del fatídico 8
de marzo, cuando ya sabemos que había un informe de Sanidad del día 6 de
marzo en el que se constataba que el coronavirus era altamente contagioso
e incluso que el señor Simón reconocía que a mediodía del día 8 de marzo
ya se había producido un incremento en Madrid. Tenían la información y se
la ocultaron a los españoles por razones ideológicas.
Y ahora, para que ustedes puedan diferenciar los bulos de las verdades,
les voy a contar algunos ejemplos de verdades incontestables de esta
tragedia, esa realidad con la que ustedes se pelean porque son las
verdades que quieren ocultar o censurar sobornando a los medios de
comunicación con el dinero de los españoles. Por ejemplo, es verdad que
los consejos generales de dentistas, enfermeros, farmacéuticos, médicos y
veterinarios, con más de 700 000 profesionales, han publicado un
comunicado criticando el protocolo de actuación frente al coronavirus del
Ministerio de Sanidad. Es verdad que el ejército se ha quejado por
escrito de la descoordinación con la Generalidad y que ustedes todavía no
han detenido a Torra por poner en peligro la vida de los catalanes
poniendo zancadillas a nuestras Fuerzas Armadas. Es verdad que medios
extranjeros, muchos de izquierdas, califican su gestión de auténtico
desastre, como Bloomberg y el New York Times. Es verdad que está muriendo
mucha gente sola en su casa, que no llega a ser hospitalizada o que en
los hospitales se les niegan los respiradores por ser de edad avanzada. Y
es verdad, como ya hemos sabido en Castilla-La Mancha, que el número de
muertos es muy superior al de los datos oficiales; según el Tribunal
Superior de Justicia de la región, se estima que podría triplicarse en
esa comunidad. Es verdad que señor Iglesias se saltó alegremente la
cuarentena para venir a decir a los españoles que había que endurecer las
medidas de confinamiento. Es una verdad incontestable que un Gobierno tan
criticado como el de Hungría ha repartido mascarillas a toda la población
mientras que aquí los sanitarios se han tenido que malproteger con bolsas
de basura. Y es verdad que ustedes lanzan globos sonda de internamientos
forzosos de positivos asintomáticos en una especie de leproserías, guetos
o lazaretos, lo que tendría terribles consecuencias sociales y también
sanitarias, según muchos expertos, por la concentración virológica. Es
verdad que muchos españoles han muerto durante las interminables
alocuciones televisivas del señor Sánchez, en las que nos llega a decir
que los niños han aprendido a lavarse las manos. Le ruego que, en esas
formas cubanas que le recomiendan sus asesores, al menos nos ahorren el
programa de Aló Presidente, que algunos querríamos sustituir por el de
agur presidente. Porque es verdad, y es una verdad tan trágica e
incontestable que hasta la ha publicado el diario El País, que su
Gobierno ha conseguido la mayor tasa de mortalidad del mundo. Su
Gobierno, señores Sánchez e Iglesias, es el responsable de la peor
gestión del mundo en esta tragedia. Ustedes, por lo tanto, son los
máximos responsables. Por ello, es verdad que ustedes deben irse. Pero
como ustedes no quieren irse porque se quieren perpetuar en el poder, se
ponen a combatir la realidad, que se ha convertido ya en su peor enemigo.
Son ustedes un Gobierno incontrolado, pero un Gobierno que quiere todo el
control y que se ha dedicado durante estas semanas a amordazar al
Congreso y a regar con dinero público los medios de comunicación. Por eso
no han contestado a las 1300 preguntas que este grupo había presentado y
por eso pretendían tener cerrado este Parlamento, porque la labor de la
oposición no era para ustedes un servicio esencial, sino una actividad
profundamente molesta. Para
ustedes parece que lo esencial es que se graben en Televisión Española se
estrenó hace dos días series y comedias sobre el encarcelamiento de los
españoles -maldita la gracia-, con miles de muertos, o mantener programas
de telebasura en riguroso directo. Pero para ustedes no es esencial que
este Parlamento, el Poder Legislativo, ejerza el control a un Gobierno
que se ha autootorgado un poder desmesurado y jurídicamente muy
discutible, sobre el que tendrá que dilucidar el Tribunal Constitucional,
y les aseguro que este grupo se va a encargar de ello. Aquí reside la
soberanía del pueblo español y ni usted ni el señor Iglesias pueden
amordazar ni mentir a esta Cámara, no pueden pisotear la soberanía del
pueblo español o, al menos, creo yo que no pueden hacerlo impunemente,
que eso es lo que creyeron sus cómplices de investidura y por eso están
en la cárcel.
Dejen de abusar de la paciencia que están mostrando los españoles con
ustedes; con la de este diputado y la de este grupo ya han terminado. Le
dijimos, señor Sánchez, que no le apoyaríamos más si no rectificaba, y lo
cierto es que usted rectificó para peor. Tardó cuarenta y ocho horas solo
en manipular la confianza de esta Cámara retorciendo el decreto a su
medida, o a la medida de sus cómplices de investidura, pero por supuesto
no rectificó en su empeño de colar al señor Iglesias en el Centro
Nacional de Inteligencia ni en darle más poder para amenazar los ahorros
de los españoles y para poner en peligro a las pymes y autónomos de este
país.
El señor Iglesias, que ha leído a sus mayores, sabe muy bien que el camino
más rápido hacia el totalitarismo pasa por la destrucción de la clase
media, de las empresas, de los autónomos y de esos pequeños comercios que
no requieren de la benevolencia del gobernante de turno ni del favor del
Estado para salir adelante. Se conforman con que ustedes no les pongan
zancadillas. El señor Iglesias prefiere ser él el que reparta rentas
mínimas y cartillas de racionamiento y no que la gente se labre su futuro
y que sea dueña de su destino, porque así logrará en sus delirios ser él
el dueño y señor de los destinos de todos, destino seguro, eso sí, hacia
la miseria y hacia la opresión. Qué agorero fue usted, señor Sánchez,
cuando dijo que Podemos nos llevaría a las cartillas de racionamiento. He
de reconocer que ni siquiera yo pensé que el señor Iglesias pudiera
atisbar tan cerca, tan pronto, el oasis socialista en mitad de esta
terrible pandemia.
Y sigo. Tampoco ha rectificado en sus equipos. No ha cesado a los
responsables directos de una gestión nefasta que nos ha traído hasta aquí
y que inexplicablemente siguen al mando de esta crisis mientras usted se
preocupa del guion de su próxima aparición en televisión. En definitiva,
después de un cúmulo irrepetible de chapuzas y de operaciones oscuras,
tras miles de millones prometidos, no han sido capaces de proporcionar
medios de protección a los españoles -mascarillas, guantes,
desinfectantes, test, respiradores-, especialmente a los más expuestos.
No tienen un plan para sacar a España de la tragedia o para evitar la
miseria que viene o que ustedes traen. Y, por último, no les ha dado la
gana de renunciar al chavismo dentro del Gobierno, que amenaza la
libertad de expresión y de información, la propiedad privada e incluso la
soberanía que reside en esta Cámara.
Señor Sánchez, no vamos a ser cómplices de su negligencia ni de su
incompetencia, y mucho menos del sectarismo o de los delirios
totalitarios del señor Iglesias. Como decía Francisco Ayala, la
incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor es el poder del
incompetente, y lo mismo vale para la negligencia y para el sectarismo.
No seremos sus cómplices, por eso propusimos la semana pasada diez
medidas que quedan recogidas y ampliadas en el estado de alarma
alternativo que VOX ha presentado a esta Cámara y al que sí votará a
favor, unas medidas que contemplan la continuidad del confinamiento, y lo
digo solemnemente en esta Cámara porque sé que los lacayos de los medios
de comunicación a los que ustedes han regado con dinero público van a
mentir inmediatamente después de que nosotros hablemos en esta tribuna.
Sí, estamos a favor de que los españoles permanezcan todavía en sus
casas, y lo repito porque las brigadas de las redes sociales, los
opinadores a sueldo y los medios muy pocos minutos después de esta
intervención van a decir lo contrario, pero da igual porque cada día
pierden credibilidad.
Y decía que sí, que nuestra propuesta de estado de alarma alternativo
contempla la medida de confinamiento, y también la realización de test
masivos a toda la población, y la ciberlocalización voluntaria por parte
de las autoridades sanitarias -y no políticas, que quizá es lo que
algunos desean-, y la cancelación de las subvenciones a partidos,
sindicatos y organizaciones patronales, y la prórroga de la prohibición
de las posiciones bajistas en la bolsa para que los buitres no apuesten
contra nuestra economía, y presionar a la Unión Europea sin dejar de
buscar acuerdos bilaterales, ya que Bruselas otra vez -según, además, nos
anuncia usted- parece que no va a estar a la altura. Y nos ha invitado a
defender a España en la Unión Europea, que es exactamente lo que nosotros
llevamos haciendo en la Unión Europea desde que hay eurodiputados de
nuestro grupo mientras ustedes se plegaban a los intereses de los
oligarcas que ahora les abandonan y nos abandonan a todos. Y también
proponemos la cancelación del IVA y las
cuotas de autónomos, que tendrán que pagar dentro de diez días, y la
supresión de impuestos como el de sucesiones, y más medidas que ya he
relatado, entre las que se encuentra la última instrucción que este
Gobierno debería dar antes de marcharse, y voy a ella. Por cierto, usted
apela a unos Pactos de la Moncloa para la reconstrucción cuando todavía
es posible, si el Gobierno quiere, evitar la destrucción.
Señor Sánchez, señora Calviño -que no está en estos momentos-, han
prometido ustedes reunir 200 000 millones de euros para luchar contra la
crisis económica derivada de esta tragedia y puede que no haga falta
tanto dinero si ustedes se van. Con 75 000 millones de euros del
Gobierno, durante los meses de marzo, abril y mayo se podrían pagar las
nóminas y las retribuciones de los trabajadores y autónomos a los que el
Gobierno les ha prohibido trabajar. Con 10 000 millones de euros más se
podría dar un plus a los trabajadores que están exponiéndose en primera
fila: a los sanitarios, a los farmacéuticos, a los guardias, a los
policías, al ejército, a las personas del transporte, a los que trabajan
en los supermercados y que siguen trabajando y jugándosela para que
España funcione. Es decir, un total de 85 000 millones de euros, que
desde luego es mucho dinero pero que detendrían inmediatamente la
angustia y la necesidad de millones de hogares. Hoy ha hablado usted de
40 000 millones para el ICO. Ya tenemos la mitad. Unas propuestas que
evitarían el colapso de la economía y que mantendrían vivo el tejido
productivo en España, y no habría que proteger a los desempleados porque
nadie se iría al paro. Y que en cualquier caso siempre será menos del
dinero que ustedes van a derrochar y que el señor Iglesias quiere
repartir a su gusto y por el que nos van a endeudar inútilmente. Aún así
sigue siendo muchísimo dinero, pero mucho más se han gastado durante
muchísimo tiempo el Gobierno de España y las comunidades autónomas en
políticas inútiles. Miles y miles de millones gastados en golpismo, en
ideologías estériles y nocivas, en promover la división
monarquía/república, hombre/mujer, el campo contra la ciudad, la división
a cuenta de la Guerra Civil, y ahora también la división entre mayores y
jóvenes. Pues ahora sí hay que gastarlo, señorías, ahora sí lo necesitan
los españoles, y podemos obtenerlo recortando todo gasto inútil e
innovando y promocionando nuestra industria, nuestro campo y nuestro
talento nacional. España puede hacerlo, España puede salir fortalecida de
esta crisis, pero para que eso ocurra ustedes deben marcharse. Paguen las
nóminas y váyanse, por favor. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Abascal. (Pausa.-Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Por el Grupo Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común,
tiene la palabra el señor Echenique Robba.
El señor ECHENIQUE ROBBA: Gracias, señora presidenta.
Señorías, miembros del Gobierno, presidente del Gobierno, vivimos un
momento histórico. Esto lo hemos dicho muchas veces pero nunca ha sido
tan verdad como hoy. Vivimos la peor epidemia que ha vivido nuestro país
en cien años, una tragedia que está haciendo mucho daño a nuestro país, a
las familias, a los trabajadores, a la economía, y que seguirá haciendo
mucho daño a nuestro país. Y en una situación así, los representantes
públicos, pero también los líderes de las organizaciones sociales,
también los líderes de opinión, tenemos una enorme responsabilidad
porque, como decía, no vivimos un momento cualquiera. Todos y cada uno de
nosotros dentro de cinco o diez años vamos a mirar hacia atrás y vamos a
tener que evaluar qué hicimos en este difícil trance. Seguramente nos
preguntaremos todos y cada uno de nosotros: ¿Trabajé para que hubiera
menos fallecidos en mi país? ¿Trabajé para que hubiera menos sufrimiento
físico, económico, psicológico, vital? ¿Trabajé para vencer a la epidemia
en ese momento tan terrible? ¿Trabajé para hacer a mi país más fuerte?
Esa responsabilidad enorme por la que nos juzgaremos a nosotros mismos y
por la que nos juzgará también la historia tiene que ser el centro del
debate político y social en tiempos del coronavirus.
La responsabilidad que está demostrando sin duda la ciudadanía quedándose
en casa, con lo difícil -y cada vez más difícil- que es respetar las
normas que dictan las autoridades sanitarias, especialmente para la gente
que tiene menos recursos, especialmente para la gente que tiene una
vivienda en condiciones más precarias, especialmente para la gente que
tiene más problemas para llegar a fin de mes. Es la responsabilidad que
está demostrando la ciudadanía, como muestran los datos de movilidad, que
se han reducido alrededor del 85 % en las últimas semanas; la
responsabilidad de los sanitarios, que se juegan la vida todos los días;
la responsabilidad de la gente que permite que podamos poner comida en la
mesa -de los cajeros de supermercado, de los reponedores, de los
transportistas, de los agricultores-; la responsabilidad de los agentes
de Policía, de la Guardia Civil, de los soldados de nuestras Fuerzas
Armadas, que también ponen en primera línea su salud para protegernos y
garantizar que se cumplen las
normas de confinamiento; una responsabilidad que además no busca
protegerse a uno mismo en primera instancia, sino proteger a los demás,
una responsabilidad que por esto también podemos llamar solidaridad. La
inmensa mayoría de nuestro pueblo es así, y por eso este es un país del
que podemos sentirnos orgullosos. Por eso, nuestro país es el país de no
a la guerra, es el país del matrimonio igualitario, es el país de la
sanidad universal, es el país del 15-M, es el país del solo sí es sí.
Pero, así como los humanos no somos perfectos, nuestro país tampoco lo es,
y también tenemos una poco edificante minoría de élites políticas que
hacen todo lo contrario en un momento tan difícil: frente a la
responsabilidad, la irresponsabilidad; frente a la solidaridad, la
insolidaridad; frente a los que luchan contra la epidemia, la miseria
política y moral de los que intentan aprovecharse de ella. Y en el primer
puesto de ese ranking -lo hemos podido ver hace unos minutos- la
ultraderecha, que hoy, en uno de los peores momentos para nuestra patria,
presenta una resolución para tumbar al Gobierno de España. Por cierto,
una resolución bastante ridícula en términos jurídicos. Parece que el
señor Abascal no se ha leído el artículo 99 de la Constitución española y
propone tumbar al Gobierno de España, formar un ridículo Gobierno con
cuatro ministerios y, según comentaba su portavoz antes de ayer,
presidirlo ya, por ejemplo, la señora Rosa Díez. Esto es lo que propone a
día de hoy el Grupo Parlamentario VOX. Y también hemos visto -y lo hemos
vuelto a ver en la tribuna- algo que ya saben todos los españoles, y es
que VOX se ha convertido en sinónimo de bulos. Mientras millones de
españoles tienen que quedarse en casa sufriendo el confinamiento,
mientras cientos de miles de sanitarios se juegan la vida, en lo que se
gasta el dinero y el esfuerzo la ultraderecha es en montar campañas de
fake news, de mentiras en las redes sociales con cuentas falsas, con
granjas de cuentas falsas, utilizando las tácticas aprendidas de
Bolsonaro y de Steve Bannon, para sembrar miedo, para sembrar alarma y
para sembrar odio en nuestra sociedad. Utilizar la mentira y el odio
mientras que miles de compatriotas están muriendo y millones se están
jugando la vida para protegernos no es defender ninguna posición
política, es ser, sencillamente, miserable. Se lo pido por favor, señores
de VOX, desde la tribuna: esta sociedad es hermosa y decente, dejen de
envenenarla, hagan como millones de familias y quédense en casa, déjennos
trabajar a los que estamos trabajando para luchar contra la epidemia.
Respecto al Partido Popular, lo grave del asunto es que últimamente cuesta
mucho distinguirlos de VOX, señor Pablo Casado. En vez de luchar contra
el coronavirus, usted se dedica últimamente a luchar por la hegemonía de
la derecha persiguiendo desesperadamente al señor Abascal. Si este lunes
VOX mandaba a 52 diputados de todos los territorios de nuestro país a
trabajar al Congreso de los Diputados, obligando a los trabajadores de la
casa a tener que venir a desinfectar y poniendo en peligro a un montón de
personas, antes de ayer en la Junta de Portavoces el Partido Popular
intentaba perseguir desesperadamente esta estrategia y luchaba a brazo
partido para que 45 diputados del Partido Popular pudieran estar aquí
hoy. Me alegro de que hayan rectificado en esa persecución puntual de la
estrategia de la ultraderecha, señor Pablo Casado. Y no lo estamos viendo
solamente en ese gesto que acabo de comentar, porque, a diferencia de lo
que hace la oposición democrática en otros países de nuestro entorno,
como ha comentado el presidente del Gobierno, aquí vemos al señor Pablo
Casado lanzar todos los días ataques al Gobierno de España muy similares
a los que lanza el señor Abascal desde ese set de prensa con un montón de
pantallas que ha querido fabricar para esta crisis y que se parece
demasiado al cuartel general del Capitán a posteriori.
Se habla mucho de pactos últimamente, y se habla de los Pactos de la
Moncloa. Me gustaría hacer algunos apuntes históricos. Los Pactos de la
Moncloa empezaron con un acuerdo entre Adolfo Suárez y el Partido
Comunista del señor Carrillo; Alianza Popular, el partido fundado por
siete ministros de Franco y que luego sería uno de los gérmenes del
Partido Popular, fue de los últimos partidos en sumarse a los Pactos de
la Moncloa, y entre los máximos opositores a esos pactos se encontraba la
Iglesia católica, por el avance de la educación pública, y el entonces
presidente de la CEOE, que decía de Suárez que era un izquierdista
falangista -hay algunas cosas que nunca cambian en nuestro país-. De esos
pactos, dicen los historiadores, se crearon las condiciones de
posibilidad para la aprobación de la Constitución española, que, cuando
hubo que votarla en esta Cámara, varios diputados de Alianza Popular
votaron en contra. En estos días en los que la ultraderecha pone el
interés particular por delante del interés general, al contrario de lo
que dice nuestra Constitución española, el Partido Popular está haciendo
lo mismo, está persiguiendo a la ultraderecha y está poniendo el interés
particular por delante del interés general. Si hace cuarenta y tres años
el partido antecesor al Partido Popular no fue todo lo constitucionalista
que hoy quieren ser, parece que hoy tampoco están a la altura en su
persecución a VOX, en su persecución a la extrema derecha, señor Casado.
Hoy, como hace cuarenta y tres años, ustedes están fuera de la
Constitución española.
Y hablando de acuerdos para reconstruir nuestro país, creo que no estamos
en ese momento, creo que estamos en el momento de luchar contra la
epidemia y de proteger a la ciudadanía, pero también creo que cuando
lleguemos a ese momento, conviene que los acuerdos no se formen tratando
de imponer cada fuerza política su programa electoral, diseñado, pensado
y escrito en una España que no conocía el coronavirus. Creo que esos
nuevos acuerdos tienen que partir de lo que hemos aprendido a lo largo de
esta epidemia, de las lecciones que nos está dejando esta tragedia, y
creo que las lecciones son claras. Frente al discurso neoliberal que
hemos vuelto a escuchar por boca de señor Casado, que parece que se ha
quedado en el año 2008, proponiendo exactamente las mismas recetas que
destruyeron la economía de nuestro país y causaron un montón de
sufrimiento a mucha gente, hay un consenso social, me atrevería a decir
que cada vez más en el conjunto de Europa, que apunta en la dirección
contraria, que apunta en la dirección de hacer todo lo contrario a lo que
se hizo mal, de forma fracasada y cruel en esa época. Parece obvio que
hay que fortalecer la sanidad pública en nuestro país. Es sorprendente
que el señor Pablo Casado hace unos días no se comprometiera a aumentar
la financiación pública si algún día el Partido Popular tuviera capacidad
de Gobierno. Parece evidente que el sistema de cuidados estaba maltrecho
en España. Lo hemos visto con las residencias. Es terrible lo que estamos
viendo en las residencias. Es evidente que hay que reformar nuestro
sistema de cuidados para dar dignidad a nuestros mayores y a los
trabajadores de las residencias. Es evidente que España, que está a ocho
puntos porcentuales del producto interior bruto por detrás de la media
europea en ingresos, tiene que volver a cumplir el artículo 31 de la
Constitución española, tener justicia fiscal, porque sin justicia fiscal
no puede haber Estado del bienestar. Y es evidente que Europa -se ha
dicho aquí también- tiene que hacer todo lo contrario a lo que se hizo en
la crisis financiera, tiene que apostar por la solidaridad. Y espero,
confío y sé, señor presidente, porque lo he escuchado de su propia boca,
que nuestro país seguirá liderando la posición solidaria en Europa,
seguirá peleando por los eurobonos y seguirá trabajando para que la Unión
Europea no haga lo que hizo la última vez, para que deje de ser el tiempo
de los burócratas prepotentes que dictaron el fin de la política, que
obligaron a la Unión Europea a poner la bota en el cuello de los pueblos
del sur y, si me permite, que crearon las bases de la extrema derecha que
hoy vemos en muchos países. Creo que ha pasado el tiempo de la burocracia
prepotente europea, creo que ha llegado el tiempo de la política, creo
que ha llegado el tiempo de la solidaridad en Europa, y estoy seguro de
que nuestro Gobierno va a seguir trabajando en esa dirección en las
instituciones europeas.
Por último -voy acabando-, respecto de la prórroga del estado de alarma,
creo que es evidente que las medidas que se han tomado están funcionando.
Creo que en estos últimos días hemos visto datos esperanzadores respecto
de la evolución de nuevos infectados detectados y de nuevos fallecidos y
creo que hay que perseverar en las medidas de confinamiento. Por tanto,
es evidente que nuestro grupo va a apoyar la prórroga del estado de
alarma. Quiero manifestar en esta Cámara, como hice la última vez, que es
también imperativo y fundamental que el Gobierno siga atendiendo, como ha
hecho desde el principio, a las recomendaciones de los expertos. Parece
que el estado anterior al cierre de la actividad no esencial nos ha
permitido aplanar la curva y parece que estas dos semanas de cierre de la
actividad no esencial van a permitir que la curva empiece a bajar. Creo
que tenemos que estar muy atentos día a día a cómo evoluciona la curva,
creo que tenemos que estar muy atentos al consejo, los datos y las
simulaciones de los equipos científicos, creo que el Gobierno de España
tiene que seguir actuando como lo ha hecho hasta ahora, demostrando
flexibilidad en un escenario cambiante, y creo que tenemos que tener
cuidado con lo que se ha dado en llamar el desescalamiento, para hacerlo
de manera paulatina y que se garantice que la curva sigue bajando. Por
eso, señor presidente, le traslado de nuevo el apoyo de nuestro grupo
parlamentario y le pido que nuestro Gobierno siga actuando como hasta
ahora. Si se puede proceder a una reanudación inmediata y absoluta de las
actividades no esenciales y se consigue hacer manteniendo la bajada de la
curva, eso será bueno para la economía y será bueno para nuestro país.
Pero, si detectamos señales de que ese desescalamiento tan rápido no es
del todo positivo para la evolución de la curva, estoy seguro de que
nuestro Gobierno va a tomar las medidas que ha tomado hasta ahora y va a
saber actuar con flexibilidad.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Echenique. (Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna utilizada por el
señor Echenique Robba).
Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián
Romero.
El señor RUFIÁN ROMERO: Muchas gracias, presidenta. Buenos días a todas y
a todos.
Como no puede ser de otra manera, nos sumamos a las condolencias para
quienes están viendo morir a sus seres queridos sin tan siquiera poder
despedirse, y al agradecimiento eterno, infinito a cuantos trabajadores y
trabajadoras están dejándose el alma por que el resto tengamos un futuro,
y, sobre todo, al personal sociosanitario. Quiero recordar una vez más
que no deberían ser héroes, deberían ser simplemente profesionales bien
dotados. Aplaudir sí, pero no recortar, y privatizar también.
Comienzo expresando un alivio, el alivio de que hoy aquí no haya cuarenta
o cuarenta y cinco diputados del Grupo Parlamentario Popular, tal y como
anunciaron, bajo el pretexto de que era inconstitucional no venir: la
Constitución por encima de la salud y del sentido común. La Constitución
como vacuna y la bandera como alimento, esa es su receta. Son ustedes
terriblemente irresponsables; menos mal que se han echado atrás. Por
cierto, señor Casado, a usted, que reivindica constantemente a Suárez, le
recordaré que durante su Gobierno se legalizó al PC, se retornó a Alberti
y a la Pasionaria a este país, se restauró la Generalitat de Cataluña y
se aprobó la Ley del Divorcio. Probablemente ustedes hoy mandarían a la
cárcel a Suárez. (Rumores).
Como saben, nosotros desde el inicio de esta crisis nos hemos regido por
cuatro principios, y les aseguro que será así hasta que todo esto acabe.
El primero, el orgullo de ser español, catalán, vasco o gallego no cura
el COVID-19. El segundo, hacer de Capitán a posteriori o de cuñado
epidemiológico es tan fácil como inútil. Durante las crisis se puede
opinar o actuar; nosotros somos mucho más de lo segundo. El tercero, nos
gusta creer que nadie está en un despacho pensando en cómo aprovecharse o
perjudicar a la gente durante esta crisis. Aquí todo el mundo quiere
acertar, más allá de sus capacidades para poder hacerlo. Y el cuarto,
seremos tan críticos como constructivos. Y eso no te hace menos puro, te
hace más útil. Este Gobierno merece una oposición dura pero constructiva
y nosotros estamos dispuestos a serlo.
Hoy les hablaré del ahora y del mañana, pero, sobre todo, del mañana, así
que permítanme que pase directa y brevemente a detallar nuestra posición
en el ahora. Si bien es cierto que apoyaremos algunas medidas económicas,
laborales y sociales que presentan hoy aquí, aun considerando muchas de
ellas insuficientes y recentralizadoras, no podemos más que volver a
abstenernos en la votación de esta nueva prórroga del estado de alarma
que plantean, y lo hacemos precisamente porque no es nueva, al contrario.
Nos abstenemos principalmente por tres motivos. Uno, hay que parar, señor
presidente, y no se hace. Siguen sin modificar el artículo 7.c) del
Decreto del estado de alarma, que permite desplazamientos al lugar de
trabajo. Lo repetimos una y otra vez: hay que parar. Hay que parar toda
actividad no esencial para tener alguna actividad que poder reanudar
mañana. Hicieron un parche, dieron un permiso retribuido de quince días
para que coincidiera con la Semana Santa, y aquí paz y después a currar.
No tiene ningún sentido que, con miles de contagios cada día aún,
millones de niños no puedan salir a jugar ni tan siquiera cinco minutos a
la calle y, en cambio, la ciudad esté llena de riders llevando a alguien
una hamburguesa o una bandeja de sushi en bici, no tiene absolutamente
ningún sentido. O paramos el país o no habrá país o bandera que levantar,
sea el país y la bandera que sea para cada cual. Dos, ineficaz
recentralización. Un claro ejemplo es el real decreto de medidas
económicas que hoy presentan. Un buen decreto que se cargan, se lo cargan
con el absurdo hachazo que meten a las comunidades autónomas en su
búsqueda de liquidez. Abren la puerta a recortar las políticas activas de
ocupación de las comunidades autónomas en más de 2400 millones de euros.
En el caso de Cataluña estamos hablando de 215 millones de euros, un 55
%. Abren la puerta a eso, dejando así, de facto, con menos de la mitad de
los medios a su alcance a las comunidades autónomas para afrontar la
poscrisis. La recentralización nunca es la solución, señorías, y no es
por nacionalismo, es por pura eficiencia. Ninguna administración conoce
mejor el terreno que la local, la municipal y la autonómica. Se conoce, a
la fuerza, mucho mejor lo que se necesita y lo que pasa en L'Hospitalet,
Leganés o Jaén desde un despacho de L'Hospitalet, Leganés o Jaén que
desde un despacho de un ministerio de Madrid. Si buscan liquidez, vayan
al Banco Central Europeo, pero no tensionen más a unas tesorerías
autonómicas, terriblemente tensionadas. Y tres, la militarización de todo
esto. Nosotros no tenemos manía al ejército, le tenemos memoria. Y, sobre
todo, es que nos da igual. Nos da igual el color del uniforme y nos da
igual la bandera que se tenga en el brazo si es ahora para echar una
mano. Lo que decimos es que no nos parece normal, no nos parece bien que
en este país se gasten cada año 11 500 millones de euros en presupuesto
militar y que llegue una pandemia y no haya mascarillas o respiradores en
los hospitales. Y eso da igual del partido que seas para poderlo
denunciar.
Paso a lo importante, el mañana. Esta no es la mayor pandemia y crisis
sanitaria, humanitaria y económica que haya habido nunca, no lo es. Ni
tan siquiera es la mayor pandemia y crisis sanitaria, humanitaria y
económica a la que se haya enfrentado nuestro tiempo o nuestra
generación, no lo es. Esta
es la mayor pandemia, crisis sanitaria, humanitaria y económica a la que
se ha enfrentado nuestra latitud, nuestro entorno. Aquello que creíamos
que solo pasaba más allá de las concertinas está aquí. Aquello que
creíamos que solo pasaba en una tienda de campaña embarrada en mitad de
la nada está aquí. Aquello que creíamos que solo pasaba en una patera
está aquí. Así de duro y así de absurdo es vernos hablando de épica y de
historia. Así de duro y de absurdo, señor presidente, es verle hoy hablar
de pactos de la Moncloa como única respuesta. Intentaré ser muy claro. Lo
que tenemos por delante no se cierra con la cúpula de cuatro partidos, un
ejército y un rey encerrados en un despacho de Moncloa. Señor presidente,
señorías, no habrá pacto que valga en España sin pacto previo en Europa.
No habrá pactos de la Moncloa en España si no hay un pacto en Bruselas o
en Estrasburgo previo. Es más, no habrá pactos de la Moncloa en España si
no hay pactos de Ajuria Enea en Euskadi o en el Palau de la Generalitat
en Cataluña, como mínimo. Y quien diga lo contrario simplemente miente o
simplemente pretende blanquear la bunkerización en la que en demasiadas
ocasiones ha caído este Gobierno durante esta crisis. Las supuestas
contrapartidas sociales del supuesto milagro de los Pactos de la Moncloa
nunca llegaron. De hecho, las únicas contrapartidas fueron saudíes y todo
el mundo sabe a quién le llegaron. Como dijo Anguita esta semana, si se
hace lo mismo, que a la clase trabajadora le pille confesada. La
respuesta a la pregunta de cómo saldremos de esta no puede ser reeditar
aquello que ya se hizo y se hizo mal hace cuarenta años.
La respuesta va mucho más allá. Esta pandemia y esta crisis sanitaria,
humana y económica no es una guerra, no es una guerra ni tan siquiera es
una batalla. El COVID-19 es el nombre de un virus, no de un Ejército
enemigo, no de un país enemigo. No tiene ideología ni frentes ni armas ni
fronteras ni banderas. Y si nos pilla sin medios, no es por una fatalidad
sobrevenida tras el ataque de adversarios antipatriotas e invisibles; muy
al contrario, es por los recortes y por las privatizaciones de
adversarios muy patriotas y muy visibles. Así de duro y absurdo es ver a
tres señores cada mañana con veinte medallas en el pecho en ruedas de
prensa hablando de soldados y de trincheras. No se puede decir que esta
pandemia, que esta crisis humanitaria, económica y social es algo inédito
o que es una guerra mientras se tiene aire acondicionado para el verano,
calefacción para el invierno, la nevera llena y Twitter, Glovo o Netflix
para cuando nos aburrimos. Simplemente no se puede, es un insulto para
cientos de miles, millones de personas que han convivido cada día con la
enfermedad y con la miseria mientras que Europa y Occidente lo ignoraban.
Si ahora somos más conscientes que nunca de la enfermedad, de la miseria
y de las privaciones que hay en el mundo es, simplemente, porque ese
mundo ha llegado hasta aquí, hasta nuestras casas. El mundo que algunos
creían poder frenar con vallas y concertinas está aquí. El único cambio
es que lo que llevan viviendo décadas millones de personas se está
viviendo ahora en la rica Europa. Si salimos de esta aprendiendo que la
patria no es una pulserita en la muñeca, sino que la patria es el otro,
es el diferente ya será mucho.
Y esta autocrítica, este despertar debería ser la base para repensar un
nuevo mundo, un nuevo orden mundial, un nuevo acuerdo social y económico
nacido de estos fracasos y de estas cenizas. No se ha acabado el mundo,
se ha acabado un mundo, el mundo tal y como lo conocíamos. Nosotros hoy
aquí y en lo venidero les ofrecemos comenzar a pensar, a repensar un
nuevo contrato social, político y humano, un nuevo pacto integral por la
vida bajo una premisa: cómo queremos salir de ésta. Hoy vemos a la vez
enormes y hermosas muestras de solidaridad vecinal, pero también vemos
policías de balcón. Hoy una ventana puede ser un trozo de cielo o un
tribunal con jueces sin toga, vecinos que ayudan y vecinos que se
delatan. El hoy saca lo mejor pero también lo peor que podemos llegar a
ser. Un mundo nace y otro no acaba de morir. Hay que cuidar y hay que
cuidarse. Es crucial salir de todo esto con el imaginario de que lo
anterior, de que lo que teníamos simplemente no valía la pena. Si gana el
miedo, si gana la sospecha entre personas, habremos dado un paso más
hacia el totalitarismo. No se está poniendo a prueba la fragilidad del
sistema, se está mostrando la desigualdad y la violencia social sobre la
que estaba sustentada nuestra normalidad, que hubiera más tanques que
respiradores no era normal. La buena noticia es que ya todos lo saben y
que no suena ni pretérito ni grandilocuente decirlo. Escuchar a
irredentos neoliberales hablar de nacionalizar o socializar, la verdad,
es que es balsámico para quienes venimos denunciando la absoluta
anormalidad de una normalidad toda la vida. La mala noticia, la peor
noticia es que frente al mayor desafío de nuestros países desde 1945 no
hay un Roosevelt, no hay un Allende, no hay un Mandela; hay un Trump, hay
un Orbán y hay un Abascal. Esa es la mala noticia. Y que, por lo tanto,
ese nuevo mundo no solo deberá batallar contra pandemias, contra virus,
contra contagios; deberá batallar también contra el contagio de la
desinformación y del odio. Virus aún más virulentos contra lo público que
la propia enfermedad. Si debe haber después de todo esto un miedo mayor
al de la propia pandemia, debe ser el
miedo a no salir de esta siendo más humanos. De nosotros y de nuestros
valores depende: menos pactos de la Moncloa y más pactos integrales por
la vida.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rufián. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchísimas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra en primer lugar el
señor Errejón Galván.
El señor ERREJÓN GALVÁN: Gracias, señora presidenta.
Esta última semana ha sido sin duda la más dura -ya sabíamos que iba ser
la más dura-, pero también ha sido una semana en la que los españoles
comenzamos a ver un atisbo de esperanza. Y en un momento así -todos lo
hemos hecho y es de rigor hacerlo- quiero mostrar un reconocimiento
especial a la gente que se ha quedado por el camino, a los familiares, a
la gente que sigue batallando, al conjunto del pueblo español que se ha
confinado con disciplina.
La Organización Mundial de la Salud ha felicitado las medidas de
confinamiento en España. Las pedimos hace tres semanas y entonces era una
exageración. Y finalmente paralizar el país es la única medicina que
sirve para frenar la curva de contagios. La Organización Mundial de la
Salud también advierte del riesgo que supone el intento de politizar las
muertes o el intento de hacer oposición con el dolor ajeno. Esta parte yo
espero realmente que se escuche; no porque haya que suspender la
discusión política sino porque hay algunas cuestiones que tendríamos que
dejar fuera de la contienda. Pero la sanidad pública, que está ganando
muchas batallas, además de los aplausos necesita financiación y además de
la financiación necesita que nosotros mantengamos el país parado. La
pausa en la economía del país es la única herramienta para frenar el
virus. Acaba de salir un estudio publicado que dice que durante la mal
llamada gripe española de 1918 las ciudades de Estados Unidos que
adoptaron confinamiento más rápido, más duro y más estricto fueron las
que después pudieron encarar de mejor manera la reconstrucción. El
confinamiento estricto y la paralización de la economía han funcionado.
Por eso, señores del Gobierno, no hay que aflojar. El pueblo español ha
aguantado el confinamiento en condiciones muy duras, mucho más duras que
las que aguantamos todos y cada uno de nosotros. Y es necesario que el
Gobierno aguante igual y persista igual. Lo hemos dicho varias veces en
esta tribuna, pero es imprescindible recordarlo: la salud del país está
por encima de cualquier cálculo económico y de cualquier cálculo
político, por importantes que sean las presiones, se apellide como se
apellide quien ejerza las presiones. Nadie reduce la velocidad en una
carrera cuando está tomando ventaja y, en este caso, tomar ventaja es
salvar vidas; bueno, pues este no es momento de reducir la velocidad.
He leído que el Gobierno se planteaba una cierta vuelta a la normalidad a
partir del día 26 de abril. A nosotros nos parece precipitado. Mandar
gente al trabajo, devolver a la gente a los vagones llenos del metro o a
los vagones llenos del tren podría ser un desastre. Es un riesgo
innecesario que para ganar diez días echemos por la borda todo el
esfuerzo colectivo que hemos hecho hasta ahora o peor: tener que volver a
decretar un nuevo confinamiento que sería aún más duro. Esta guerra
contra el virus no se puede ganar a medias, y lo repito una vez más:
tienen que primar la salud del país y la salvaguarda de los intereses del
conjunto del pueblo español por encima de los intereses de algunos de
hacer negocio en el corto plazo, porque no es una pelea entre economía y
vida, es una pelea entre corto plazo y largo plazo. Solo podemos salir y
afrontar la reconstrucción nacional si frenamos las muertes, si frenamos
la pandemia. Por eso pedimos que se mantenga la suspensión de todas las
actividades económicas que no sean esenciales; eso sí, para que se
mantengan, son necesarias algunas medidas que permitan aliviar la
situación, sobre todo de los menores, de los niños, que están en casa y
necesitan salir algo después de tantos días de confinamiento, es
necesaria la protección social para que el país se confine con esperanza
y es necesaria la protección a quienes trabajan; si no tenemos
suficientes mascarillas, si no tenemos suficientes guantes, si no tenemos
suficientes medidas para quienes trabajan en los servicios esenciales,
hay que reorientar toda la industria bajo control público para que España
pueda producirlos.
A nosotros nos gusta la música de un país que no deje a nadie atrás. Yo
tengo que decir que me suena hasta bastante familiar, pero hoy no votamos
la música, votamos la letra, y en la letra pequeña resulta que sí que se
nos queda mucha gente atrás: gente que se queda porque no cumple los
requisitos, gente que se pierde en el laberinto burocrático, gente que no
queda cubierta por las medidas, gente para la que las medidas han llegado
tarde. Nosotros vamos a apoyar la solicitud de extensión de la prórroga,
pero le adelanto que en los decretos económicos y sociales el Gobierno
viene con los deberes sin hacer, viene con los deberes sin hacer por lo
que respecta a esta Cámara. El Gobierno es heredero de una
mayoría progresista que tiene que cuidar y seducir permanentemente, semana
a semana, en esta Cámara. Tiene que preocuparse menos por proponer nuevos
marcos y nuevas fotos de todos los políticos juntos y más por avanzar con
la mayoría progresista posible para proteger a los españoles y emprender
la reconstrucción nacional. Viene sin los deberes hechos por lo que
respecta a Europa, después en la réplica me referiré a ello. Necesitamos
que el Gobierno esté firme sin ceder al lado de Italia y al lado de
Francia con los eurobonos, y que esté firme para que si Alemania y
Holanda no ceden y no apuestan por un programa de coronabonos, como ha
defendido el Partido Verde Europeo, empecemos a poner en marcha un
programa mediterráneo de los países que sí estamos por mutualizar la
deuda y por salir de esta juntos y juntas. Y viene con los deberes sin
hacer en lo que respecta a las obligaciones de protección social. Ya
hemos visto que mucha gente se queda por el camino, hay una sola solución
directa, inmediata, sencilla que cubre a todo el mundo y para la que
nunca ha habido mejores condiciones, y con la que ustedes deben
atreverse: una renta de cuarentena, un ingreso básico de emergencia que
cubra a todos los españoles. El pueblo español ha cumplido, ha confiado
en lo público en los momentos más duros, quiere confiar en lo público
para vencer al virus y para vencer en la reconstrucción nacional, y
ustedes tienen que darle motivos para ello.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Errejón. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores).
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Baldoví Roda.
El señor BALDOVÍ RODA: Moltes gràcies, senyora presidenta.
Confieso que había borrado un adjetivo de mi discurso porque me parecía
muy duro para hoy pero, después de haber oído a la derecha, lo recupero,
y lo recupero conscientemente: vaya oposición de derechas más miserable
que tenemos; una oposición zafia, irresponsable, sucia, aunque veo que
finalmente no ha cumplido la amenaza de venir aquí en masa, a pesar de
las recomendaciones que hacían la presidenta o la Mesa, mientras millones
de ciudadanos cumplían con su obligación y se quedaban en casa. A veces
su oposición es la de niños malcriados irresponsables. (Rumores).
Señorías, crezcan y aprendan, pero no de sus homólogos Trump, Boris
Johnson o Bolsonaro, aprendan de su colega portugués que el otro día les
dio una lección de elegancia y de responsabilidad. No me quiero ni
imaginar si fueran ustedes los que gobernaran, ustedes que intentaron
cargarse la sanidad pública -y que lo volverán a intentar si vuelven a
gobernar- y que ahora aplauden como fariseos. Afortunadamente, este país
tiene otra clase de oposición, otra clase de oposición de muchas
formaciones; oposiciones leales, constructivas y -creía que no lo diría
nunca- patriótica, pero patriótica de verdad, no como la suya repleta de
banderas, de mentiras, de fakes, de crispación y de odio. La nuestra es
de propuestas en positivo, de rescatar personas y por eso hemos redactado
cinco propuestas de resolución que entendemos que mejoran el decreto:
Primero, que se tenga confianza en las administraciones autonómicas, que
creo que están dando una lección de lealtad y una lección de saber hacer
las cosas; por tanto, las comunidades autónomas no quieren ser meras
ejecutoras de las órdenes del Gobierno. Segundo, viendo las noticias que
están hoy en todos los medios de comunicación, creemos necesario que el
decreto recoja esto: que en ningún caso se permitirá el desplazamiento o
retorno a segundas residencias. Tercero, añadir un nuevo punto al
artículo 3, que es: visto lo que está pasando con el material sanitario y
lo que algunos desalmados están pretendiendo hacer, que el Gobierno
intervenga en la fijación de precios del material sanitario como
mascarillas, guantes, geles desinfectantes, etcétera. Cuarto, en estos
momentos tan dramáticos en los que tenemos un sistema de financiación que
genera grandes desigualdades, entendemos que es absolutamente necesario
que cada ciudadano reciba la misma financiación por habitante para poder
hacer frente a esta crisis con las mismas armas; por tanto, pedimos que
se hagan transferencias discrecionales a las comunidades autónomas para
que ninguna esté por debajo de la media; además, que se agilicen los
instrumentos de liquidez para las comunidades autónomas, las entregas a
cuenta de toda la financiación prevista para el año 2020, el préstamo
sobre la liquidación del impuesto sobre el valor añadido del año 2017 o
los fondos de liquidez autonómica, el normal y el extra, y la suspensión
del pago de los intereses del FLA. Quinto -creo que esta es una propuesta
que se puede implementar ya-, que la Administración pueda seguir
licitando telemáticamente para no contribuir ahora a frenar la economía,
para que cuando salgamos se puedan empezar ya las obras; pongo un
ejemplo: una escuela pública, si se puede seguir licitando ahora, si se
puede seguir trabajando en ello, cuando salgamos podrán empezar las obras
ya, y ya sabemos lo que eso supone: adelantaríamos la recuperación
económica. Sé que estas medidas se van a adoptar
conjuntamente y que puede que no se aprueben, pero les pido que las
recojan en ese nuevo decreto que van a sacar ustedes el sábado.
Para acabar, un ruego y una propuesta. Señor presidente, señoras
ministras, señores ministros, vigilen a los bancos, vigilen a los bancos.
Nos están llegando centenares -centenares- de quejas de los autónomos.
Y por último, una propuesta muy constitucionalista, como les gusta a sus
señorías de la derecha. Cuando salgamos de esta, cuando cesen los
aplausos, cuando quitemos las batas y las sábanas blancas de los
balcones, les insto a que hagamos algo de provecho: blindemos la sanidad
pública en la Constitución. Seamos constitucionalistas de verdad. Acabo.
Seamos constitucionalistas de los derechos de las personas, no
constitucionalistas de pulserita y de mascarilla con la banderita. ¿A que
no hay...? ¿A que no se atreven? ¿A que no hay...?
Votaremos a favor, señor presidente, pero recuerde que la lealtad y la
unidad se cimentan en el diálogo, en el respeto y en la confianza mutua,
porque, como dijo el jefe de la oposición de Portugal, un señor de
derechas, estamos todos en el mismo barco y su suerte es la de todas y
todos.
Moltes gràcies.
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Baldoví. (Pausa.-Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a la tribuna de oradores). Muchísimas
gracias.
Por el mismo grupo parlamentario tiene la palabra, en último lugar, el
señor Rego Candamil.
El señor REGO CANDAMIL: Gracias, señora presidenta.
Antes de empezar, quiero manifestar nuestro pesar a los familiares de
todas las personas fallecidas y nuestro cariño a todas sus amistades y a
todas las personas afectadas por el coronavirus.
Señor presidente, el espíritu constructivo, que no acrítico, que el BNG
viene manifestando en esta crisis nos llevó a hacer propuestas desde el
principio, propuestas que entendíamos necesarias, como la paralización de
toda la actividad económica no esencial, para romper la cadena de
contagio en los centros de trabajo porque, como advertíamos, para
nosotros la prioridad es salvar vidas y no cuentas de resultados. Tres
días después de rechazarla en este Pleno, ustedes adoptaron una decisión
que de forma evidente era inevitable y, aunque fuese tarde, absolutamente
necesaria. Lamentablemente, se perdieron días valiosos para atajar la
expansión de la epidemia y salvar vidas, porque con seguridad esta
decisión habría tenido mayor impacto de haber sido adoptada antes. Y
tenemos claro que no fue así no por razones sanitarias sino económicas.
Tan evidente que ustedes anuncian al mismo tiempo el inicio y el fin de
esta medida antes de poder evaluar la necesidad, según sea la evolución
de la epidemia, de mantenerla o no. Y ese desde nuestro punto de vista es
un error. Reanudar la actividad en los centros de trabajo, en muchos
casos masificados y sin las debidas condiciones de seguridad, supone
abocar a los trabajadores y trabajadoras a riesgo de contagio. ¿Está en
condiciones el Gobierno de garantizar esa seguridad para todos los
trabajadores y trabajadoras? Es evidente que no. Por eso nos preguntamos
cuánto pesan en la balanza los intereses empresariales y cuánto la salud
de los trabajadores y trabajadoras. Además, es esta una decisión que se
adopta sin haber alcanzado un punto claro de control de la epidemia y sin
que exista aún un plan de desconfinamiento avalado por el criterio
científico, de modo que una decisión de estas características, además de
poner en riesgo la salud de las personas que el lunes tengan que ir a
trabajar, puede provocar un rebrote no deseado que dificulte y retrase el
control definitivo del virus. Abandonar una medida que está funcionando
sin las medidas de seguridad adecuadas y sin constatar que ya no es
necesaria nos parece una irresponsabilidad y un riesgo, como usted decía,
de desandar el camino andado.
Rechazaron ustedes también la propuesta de revertir el proceso de
centralización -esperamos que hoy no-, ese proceso de centralización
aplicado con la declaración del estado de alarma, a pesar de que se
demostró fallido e ineficaz desde el punto de vista práctico. Solo generó
más burocracia y caos ante la evidencia de que el Estado fue incapaz de
gestionar una situación para la que ni estaba ni se había preparado. El
Gobierno pudo haber optado por coordinar los esfuerzos con quien tiene
que trabajar sobre el terreno, pero optó por centralizar. Nosotros no
tenemos ninguna duda, a pesar de quien gobierna en Galicia, de que fue
una mala decisión; entre otras cosas, porque el BNG -y no nos cansaremos
de repetirlo- tiene plena confianza en el personal de nuestro sistema
sanitario, en todos los profesionales del Servizo Galego de Saúde que,
aun en condiciones difíciles y después de años de maltrato de la sanidad
pública, dan lo mejor de sí para atajar esta emergencia sanitaria.
Además, en el caso de Galiza la decisión de centralizar las decisiones en
Madrid fue aprovechada de forma descarada e impúdica por Núñez Feijóo, un
presidente que lleva once años de recortes, precarización y privatización
de la sanidad
pública gallega, para tratar de ocultar su propia inacción, inoperancia e
incapacidad con el permanente pretexto de que carece de competencias. Por
cierto, una actitud que nos parece absolutamente inaceptable es la de
tratar de aprovechar esta dramática situación de crisis sanitaria en
beneficio propio y del Partido Popular. Parece claro que Núñez Feijóo
aplazó las elecciones pero no la campaña electoral. En todo caso, este
proceso de centralización forma parte de un conjunto de decisiones en el
ámbito de la emergencia sanitaria que nos preocupan por lo que pueden
representar de riesgo para los derechos democráticos y las libertades
públicas; entre ellas, esa escenificación militarizada impropia de una
crisis sanitaria. Aclaro que no estamos cuestionando la labor que los
soldados deben hacer como personal al servicio de la Administración, sino
el papel político que el Gobierno ha dado al Ejército, especialmente
visible en el ámbito de la comunicación. Es una escenificación que nos
parece más propia de un estado de excepción que de un estado de alarma
por razones sanitarias. Eso no sirve para combatir el coronavirus, por lo
que estaremos muy atentos para que con la crisis no se confinen los
derechos laborales ni los sociales ni tampoco los derechos democráticos.
Finalizo. ¿Creemos que debe ser prorrogado el estado de alarma? Sin duda,
sí. ¿Estamos de acuerdo en cómo se está gestionando? En muchos aspectos,
claramente no. Por eso nuestra actitud constructiva será al mismo tiempo
crítica, porque nuestra única lealtad incuestionable es con el pueblo
gallego. A él nos debemos.
Obrigado.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rego. (Pausa.-Una trabajadora
del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra el señor Bal
Francés.
El señor BAL FRANCÉS: Gracias, presidenta.
Buenos días, señorías. Buenos días, presidente. Mis primeras palabras,
como las de mis compañeros que me han precedido en el uso de la palabra,
desde luego serán de recuerdo, condolencia y pésame a las casi 15 000
víctimas que este virus lleva contabilizadas; en recuerdo a sus familias,
que han visto morir solas a las personas a las que quieren, recluidas en
sus casas y sin poderles dar consuelo, sin poder estar a su lado en estos
momentos duros; en recuerdo a las personas que se encuentran ahora mismo
peleando contra el virus, tratando de sobrevivir, y también a sus
familias que están en sus casas inquietas y asustadas porque no saben
cómo están estas personas.
En segundo lugar, estas palabras también son en reconocimiento y homenaje
a los que llamamos héroes, a los trabajadores de los servicios
esenciales. Son los que nos hacen aguantar, los que nos permiten
resistir, los que nos mantienen viva la esperanza de que saldremos de
esta, de que volveremos a ver a nuestros amigos y volveremos a ir a los
lugares de reunión. Son los que nos permiten precisamente mantener viva
esa llama en nuestra cabeza y también aguantar el confinamiento.
En tercer lugar, y sobre todo, hoy quiero referirme y agradecer de una
forma muy especial su trabajo a los trabajadores de las Cortes Generales,
del Congreso de los Diputados, los que no son diputados, los policías
nacionales, las limpiadoras, los ujieres, los letrados, esas personas que
no tendrían que estar hoy aquí si nos hubieran admitido la petición que
reiteradamente el Grupo Parlamentario Ciudadanos ha hecho con respecto a
que se celebre este Pleno de forma telemática, no contando prácticamente
con el apoyo de ninguno de los grupos de la Cámara. ¿De verdad no se
puede celebrar telemáticamente este Pleno? ¿En el siglo XXI vivimos en un
Congreso del siglo XIX? Seguimos en el siglo XIX en el Congreso de los
Diputados, ignorando que existe Internet, que tenemos unos magníficos
profesionales que permiten las comunicaciones a distancia a través de
estos medios y no tendríamos que poner en peligro nuestra salud, ni la de
nuestras familias -porque vamos a volver a nuestra casa y nos hemos
podido contagiar aquí-, ni precisamente la de los trabajadores que son
necesarios para que el Pleno funcione. Ciudadanos ha sido el primer
partido que ha dado ruedas de prensa telemáticas con preguntas directas,
sin filtros. Hemos utilizado los instrumentos para que todo funcione, las
empresas están realizando reuniones telemáticas, yo mismo estoy
celebrando reuniones telemáticas con asociaciones, se celebra la Junta de
Portavoces telemáticamente sin ningún problema, nos entendemos todos, nos
modera la presidenta, no nos pisamos los audios, nadie se ha quejado de
cómo funciona la Junta de Portavoces telemática, y aquí, sin embargo,
estamos en el Pleno fantasma, tres Plenos fantasma con muy pocos
diputados, con la Cámara medio vacía. Seguiremos insistiendo, los
ciudadanos han cumplido con la parte del trato, están confinados en sus
casas, y nosotros, los diputados, no, porque lo impone la Presidencia de
la Cámara. No tenemos superpoderes, señores, por ser diputados, nos
contagiamos igual que cualquiera, no somos más
que ciudadanos normales y, sin embargo, nosotros estamos aquí y los
ciudadanos confinados en sus casas viéndonos por televisión. Se nos dice
que el Reglamento del Congreso no contemplaba las epidemias. ¡Vaya, qué
idea más luminosa! Obviamente no contemplaba las epidemias en 1982, como
es lógico, pero para eso están las resoluciones de la Presidencia del
Congreso, que tienen que aceptar la Mesa y la Junta de Portavoces, para
suplir esas lagunas, precisamente para eso se puede hacer -se puede
hacer- telemáticamente. Los señores de Podemos, el Grupo Parlamentario de
Podemos, nos han registrado una proposición para reformar el Reglamento,
aunque nosotros entendemos que ni siquiera es necesario, y ahí la han
dejado dormir. Bueno, es que se tramitará en su día; bueno, es que ya
veremos cuándo la tramitamos. Me imagino que cuando termine la epidemia
es cuando van a tramitar ustedes la reforma del Reglamento para que
podamos celebrar los Plenos telemáticos.
Efectivamente, vamos a apoyar la prórroga del real decreto del estado de
alarma. El confinamiento es la única medicina, no tenemos vacuna, solo
tenemos esa medicina. El estado de alarma es el sistema inmunitario del
Estado de derecho frente al virus. Fuimos nosotros quienes lo pedimos por
primera vez en público: que había que decretar el estado de alarma. En
consecuencia, con nuestro apoyo leal al Gobierno de la nación, aunque
exigente, vamos a votar a favor de la prórroga. No entendemos cómo se
puede votar de otra manera, no entendemos que alguien quiera que el lunes
salga la gente a la calle, que cuando llevamos casi 15 000 fallecidos,
cuando todos hemos hecho un esfuerzo enorme manteniéndonos confinados con
los hijos pequeños en casa sin poder salir, las empresas cerradas, los
trabajadores en sus casas con miedo e inseguridad, los autónomos con la
persiana echada, ahora, de repente, alguien se pueda atrever a decir que
el lunes deberíamos estar todos en la calle. No arruinemos este esfuerzo,
rentabilicémoslo.
Señor Sánchez, mi partido, Ciudadanos, es un partido de Estado, un partido
que en este momento tiene como objetivo prioritario y principal no sacar
rédito político de esta situación. Nuestro objetivo es doble: el primero,
las vidas, salvar vidas. El segundo, salvar empleos, poder reconstruir la
situación sociolaboral.
Y es verdad, yo estoy también enfadado. He pasado por el virus, he estado
recluido en mi casa, he tenido fiebre, he tenido ahogo. Sí, estoy
enfadado, pero no toca el enfado, lo que toca es la mano tendida, lo que
toca es la oposición leal, lo que toca es la unión. Esta mano, señor
presidente, la de Ciudadanos, cójala. Es una mano leal, pero le advierto
que es una mano exigente, que no es un cheque en blanco. Vamos a estar
detrás vigilando que cumpla usted con los compromisos a los que ha
llegado con nosotros y, sobre todo, con la sociedad española, con los
ciudadanos, con las empresas, con los autónomos y con las familias. Esta
es la mano que tiene usted imaginariamente que coger y que estrechar.
También tiene que responder de estos compromisos, porque no se pueden
adoptar medidas unilaterales, hay que consensuarlas con la oposición
porque en la oposición vamos a darle ideas positivas. Tiene usted que
llamar a los líderes, se lo ha dicho el señor Casado y se lo digo yo;
hace trece días que llamó usted a la señora Arrimadas. Prácticamente
todos los días tendría usted que hablar con los líderes de la oposición.
No puede ser que nos enteremos de las medidas del Gobierno por las ruedas
de prensa. Y de verdad le agradezco que, después de ser presionado por
los periodistas, admita preguntas sin filtrar, porque ahora más que nunca
necesitamos a la prensa, precisamente como órgano de control al Gobierno
y como creadora de opinión ante la gente; puede hacer que la gente se
sienta segura y pierda el miedo.
Por favor, no lance usted a la opinión pública globos sonda a ver cómo
caen, porque eso crea inseguridad, crea miedo. Habla usted del
confinamiento de los asintomáticos fuera de su domicilio, pero no nos
cuenta cómo lo va a hacer o cuándo lo va a hacer o cómo se va a producir
el alzamiento del confinamiento. No lance globos sonda, solamente informe
de las cosas seguras que ya ha pactado con la oposición, porque le
tendemos la mano con lealtad, y responda de los compromisos. Se han
comprometido con nosotros a tramitar todos los reales decretos-leyes como
proyectos de ley. Se han comprometido a la flexibilización de la
recuperación horaria del permiso retribuido más allá del 31 de diciembre
de este año, porque hay empresas que tienen problemas para poder
recuperar estas horas. Se han comprometido, y lo acaba usted de anunciar,
gracias a las exigencias que nosotros hemos planteado en nuestros planes,
a que no haya que presentar la declaración trimestral de autónomos por el
IRPF y por el IVA; no solamente el aplazamiento, sino no presentar la
declaración. Dice usted que lo lleva mañana. Sea generoso y, sobre todo,
por favor, no vuelva a cargar a los autónomos con trabas burocráticas,
como con la prestación extraordinaria para la que les pedía usted mil
papeles; las gestorías administrativas están colapsadas ahora mismo. De
ahí lo bueno de esta medida que le hemos venido exigiendo y que usted nos
dice que va a llevar mañana al Consejo de Ministros. Va por el buen
camino cuando rectifica, señor Sánchez. Hasta
ahora, ha realizado una política contraria a los pactos, a los acuerdos y
a los consensos, pero le vemos las ganas de cambiar y, por eso, nos
permitimos decirle que los ERTE tendrán que durar algo más de lo que dure
el estado de alarma, porque el real decreto no va a hacer que la economía
se reactive de la noche a la mañana y habrá que ayudar a los empresarios.
Tendrán ustedes que distinguir en sus medidas económicas a las grandes
empresas con mucho músculo financiero de las medianas, de las pequeñas y
de las microempresas de los autónomos. Distingan las medidas porque no es
lo mismo la capacidad financiera de unas y de otras. ¿Y por qué no
perdona usted la cuota del RETA a los autónomos del mes de abril? Si no
van a poder trabajar, si sus ingresos van a ser cero. A los que no están
en servicios esenciales, condóneles la cuota del RETA de abril. Ayudemos
a los autónomos.
Mire, los pactos de la Moncloa se los pidió por escrito Inés Arrimadas.
Son pactos de reconstrucción nacional. Me alegra que diga que la semana
que viene va a tener lugar esa reunión, pero le pido, por favor, que la
reunión sea de verdad, no para ponerse medallas, no para salir en la
foto, no para rentabilizar políticamente la foto, sino para adoptar
acuerdos de buena fe; por una parte, para parar al virus, sí, y también,
como le dijo la señora Arrimadas, para estar pensando ya en el plan de
reconstrucción nacional, en el Plan Marshall, en cómo vamos a tener que
salir del bache socioeconómico enorme en el que nos vamos a encontrar
cuando ya hayamos derrotado al virus. Yo le prometo la buena fe por parte
de mi grupo parlamentario, pero le exijo a usted también buena fe en esa
negociación y que esos pactos y esas reuniones sean de verdad; nos lo
piden los ciudadanos, nos quieren ver unidos. Y de esa forma, señor
Sánchez, no parecerá que toma usted medidas improvisadas cuando tenga
detrás a toda la oposición unida y leal; no parecerá como pareció, cuando
el domingo a las once y media de la noche los empresarios decían: ¿Y
tengo mañana que organizar mi empresa si no sé todavía si soy o no soy
servicio esencial? Así podremos hablar de las medidas de protección
individual, de si todos vamos o no a llevar mascarillas, de si va a haber
o no va a haber test. No me diga que somos uno de los países que más test
han hecho, porque yo he pasado ya por esa situación y todavía estoy
esperando mi test, ¡porque no hay test! Pues vamos a discutirlo. Y, desde
luego, que no salga la ministra de Asuntos Exteriores sacando pecho por
este tema. Cuestiones como cuándo se terminará el confinamiento, cuándo
volveremos a la normalidad, será gradual... Todas estas cosas hay que
hablarlas precisamente en el seno de estos nuevos pactos de la Moncloa.
Tenemos que dar seguridad a los ciudadanos, a la gente, porque tenemos que
luchar contra su miedo, su miedo es razonable, es racional porque todos
estamos asustados. Y, sobre todo, ¿para qué, señor Sánchez? ¿Para qué los
pactos de la Moncloa? Para no solucionar esto con ideología ni con
populismo. Lo ha dicho usted, le tomo la palabra, el virus no es de
derechas, el virus no es de izquierdas, el virus no tiene ideología. Por
lo tanto, no utilice usted la ideología en las normas para tratar de
resolver la crisis. Y, por favor, susúrreselo al oído, dígaselo cuantas
veces haga falta a su socio de Gobierno de coalición: la ideología no
mata al virus, el populismo no mata al virus; lo mata la inteligencia, lo
mata el confinamiento, lo mata el sentido común, lo mata el pragmatismo,
la moderación, el centro.
Por eso estamos con usted en el apoyo leal pero exigente. Le vuelvo a
decir que coja la mano de Ciudadanos; que esta mano le va a acompañar
además también cuando tenga que ir usted a Europa, donde el Grupo
Parlamentario de Ciudadanos ha hecho una tarea tremenda respecto a la
posible mutualización de la deuda con alemanes y holandeses; con esta
mano también irá usted a Europa. ¿O prefiere ir usted a Europa a negociar
la situación de nuestro país y el futuro con extremistas y populistas?
¿Le van a escuchar mejor? ¿Le van a hacer más caso? ¿Le van a atender
mejor en Europa si va de esa mano, o si va de la mano de los moderados,
de los pragmáticos, de la gente que tiene sentido común?
Le digo, por lo tanto, que seremos exigentes, pero que tendrá en nosotros
lealtad; seguramente más lealtad que la de los grupos parlamentarios que
le llevaron a usted a ser presidente del Gobierno; seguro que más
lealtad, incluso que la de su socio de Gobierno de coalición, pero le
exigiremos responsabilidades. Cumpla con lo que ha prometido porque, si
no lo cumple, no habrá apoyos.
Gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Bal. (Pausa.-Una trabajadora
del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchísimas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Vasco EAJ-PNV, tiene la palabra el señor
Esteban Bravo.
El señor ESTEBAN BRAVO: Señora presidenta, señoras diputadas, señores
diputados, buenos días. En este primer punto del orden del día, prorrogar
o no el estado de alarma, lo que hay que preguntarse es qué es lo más
importante en estos momentos, y lo más importante sin lugar a dudas
-seguro que
coincidimos todos- es acabar con la pandemia, y para ello es necesario
restringir el derecho de circulación y eso solo se puede hacer si está en
vigor el estado de alarma. Por lo tanto, si queremos restringir la
circulación, creo que hay pocas dudas en cuanto a la necesidad de que el
estado de alarma tenga que estar en vigor y, en ese sentido, tendrá
nuestro apoyo, pero sí le quiero hacer una serie de matizaciones. La
verdad es que uno ve las cifras de la pandemia y son sobrecogedoras, son
tremendas. Hoy ha descendido -acaba de darse a conocer el dato- el número
de fallecimientos con respecto al día anterior, pero aun así es verdad
que es un número tremendo y va creciendo. Yo también quiero mandar mis
más sentidas condolencias a las familias que han perdido a un ser querido
-algunas de ellas son familias cercanas-, pero creo que también hay que
mandar un mensaje esperanzador porque los datos también lo son. Desde
finales de marzo hay un descenso en la curva de contagios y hay un
desahogo de las UCI que va aumentado día a día, por lo tanto, esa es una
señal muy positiva.
¿Y cómo se sale de esto? Se sale evidentemente con colaboración, con
cooperación, sin política pequeña, y para esa colaboración, para esa
cooperación, es muy importante contar con los agentes institucionales que
van a tener que llevar la gestión del día a día de la mayoría de los
asuntos importantes en estos momentos para salir de la crisis, y esos son
las comunidades autónomas, que son quienes conocen la gestión al detalle.
Yo creo que en esto es un ejemplo Alemania y cómo lo está llevando con
los länder. Ya se sabe aquel refrán africano de "si quieres ir rápido
vete solo, pero si quieres llegar lejos vete acompañado". Pues bien, creo
que lo que nos falta es más diálogo, más conversación y más cruce de
información. Por lo tanto, yo lo que le solicito es que a la hora de
formular los decretos-leyes haya un diálogo, haya un conocimiento por
parte de quien luego los va a tener que implementar en la mayoría de los
casos para que puedan ser medidos, para que puedan tener una mayoría
suficiente y no forzada en el Parlamento, como luego veremos en alguno de
los decretos, porque además hacen ustedes últimamente unas normas ómnibus
que tienen de todo, cosas buenas y cosas que no gustan tanto. Entonces,
es muy cómodo para el Gobierno, pero desde luego no es muy cómodo para
los partidos políticos de esta Cámara, y eso no vale, no sirve si se
quiere seguir manteniendo una mayoría. Las medidas que vayan a
implementar, sobre la salida escalonada, etcétera, creo que deberían
hablarlas con las comunidades autónomas, intercambiar información, y
también en los próximos decretos que quieren hacer porque no puede haber
vaivenes en las tomas de decisiones. No se puede decir un día que no a
una medida y al día siguiente lo contrario. No se pueden tomar decisiones
no consultadas y sorpresivas de un día para otro, poco planificadas por
las prisas y que luego hay que rectificar sobre la marcha, y tampoco se
puede modificar el ordenamiento jurídico vía decretos-leyes y el reparto
competencial.
Estamos oyendo un mantra que dice que hay que hacer y hacemos
inmediatamente lo que dicen los expertos científicos. Por supuesto que
sí, pero gobernar es más que eso porque, si no, los expertos científicos
se ponen en el Ejecutivo y se acabó el problema. No, gobernar es recibir
información, sí, del ámbito sanitario, pero del ámbito económico, de los
ámbitos sociales, de los distintos agentes políticos institucionales,
sociales también, y a partir de ahí prever distintos escenarios, calcular
su puesta en marcha, sopesar los pros y los contras de unos ámbitos y de
otros, y de ahí tomar decisiones realistas y que no generen confusión
sino tranquilidad y orden. ¿Y eso qué exige? Exige tomarlas con tiempo,
organizadamente y de manera clara, y en algunos casos no se ha hecho así.
En nuestra opinión el Real Decreto-ley 10/2020 es un ejemplo -el decreto
de cierre total de la industria-, eran las once de la noche y muchos
trabajadores y muchas empresas todavía no sabían qué es lo que tenían que
hacer al día siguiente, luego se matizó. Pero también quiero mencionar lo
que ocurrió con la compra de los test, con los anuncios sobre
asintomáticos, que no son nada precisos; lanzan una idea, que al final no
genera seguridad; al revés, lo que genera es una serie de dudas. Lo mismo
sucede con las medidas que se anuncian sobre ese desescalonamiento. En
vez de anunciar que a lo mejor es para la semana que viene o para el
próximo día, igual es mejor no decir nada sobre eso y cuando se tenga ya
todo planificado y claro, se anuncia.
Señor presidente, para mí esto no es una guerra, a mí no me gusta el
símil, sinceramente. Creo que esto no se debe enfocar así, esto no puede
ser una llamada a la épica y al heroísmo, para mí se trata de una
cuestión de organización y de protección pública. En definitiva, es una
cuestión de eficacia. Algunos dicen que el Estado se ve reforzado con
esta crisis -con el Estado no me refiero al español sino al Estado como
concepto- su papel como el refugio al que acude el ciudadano. Permítame
que lo ponga un poco en duda o, al menos, asome algunas dudas, porque por
una parte me da la sensación de que el Estado se ha quedado pequeño para
manejar la dimensión real de proveer los recursos y medios sanitarios y
también los económicos, porque si no, no se entenderían las llamadas a
Europa, que son buena muestra
de lo que estoy diciendo. Nos hemos pasado años desde Europa
deslocalizando en China para abaratar costes, mejorar las ganancias y
generar más beneficios, y en ese proceso hemos dejado recursos,
sanitarios, industriales, en manos de terceros, sin planificar nada en el
sentido de saber si cada uno de los Estados europeos son capaces de
generar esto. No, no pueden ser Estados autárquicos, pero Europa sí puede
ser ese ámbito. España probablemente no tiene ningún músculo para ello,
pero Europa sí y esa debería ser nuestra esperanza y debemos trabajar
sobre ello en el futuro. Además, el Estado no se ha demostrado como el
mejor gestor porque al final la adaptación sobre el terreno ha tenido que
hacerse por las comunidades autónomas, que han hecho una gestión más
eficaz incluso en la adquisición de recursos y material, porque en muchas
de estas áreas el Estado no ha gestionado ni las gestiona como su ámbito
de competencias. Por lo tanto, hay muchas cosas que tendremos que
revisar, pero también hay algunas afirmaciones que no son tan claras.
Desde luego que la esfera europea es fundamental no se lo voy a discutir,
presidente. Hablaremos más despacio porque usted, por ordenamiento
jurídico, por mandato legislativo, tiene que venir a comparecer aquí. No
sé si será la semana que viene o la siguiente, pero desde luego hay un
debate muy importante relacionado con el coronavirus. Europa -es cierto,
no tenemos que engañarnos- ha funcionado básicamente como un espacio de
interés, no ha funcionado ni mucho menos como un espacio de solidaridad.
No nos engañemos. Usted ha preguntado y se lo digo claro: nosotros
apoyamos sus reivindicaciones y los planteamientos que está haciendo ante
las instancias europeas para solidarizarnos, mediante emisiones de bonos,
que la deuda sea mancomunada, etcétera. Pero hay que saber generar
confianza en los socios, hay que generar la conciencia de que se
responderá y se gestionará eficazmente porque el esfuerzo, el riesgo en
esta ocasión, lo van a tener que correr más otros que España. Por lo
tanto, creo que hay que entender el microcosmos -que usted lo conoce
perfectamente porque ha estado trabajando allí desde hace muchos años- en
el que nos estamos moviendo y hay que entender esa posición de
reticencia, pero creo que el momento de Europa es este y que las
reivindicaciones y los planteamientos que están haciendo son correctos.
Pero, insisto, hay que generar confianza, hay que generar la confianza de
que luego vamos a trabajar, desde la política, en las medidas que se
tomen, de una manera correcta.
Hay una preocupación en la gente por los efectos de la economía y los
últimos datos demoscópicos así lo atestiguan, es la primera preocupación,
incluso por delante de la pandemia. Y no es de extrañar cuando en marzo
ha habido ya una pérdida de 833 000 afiliados, si no me equivoco, a la
Seguridad Social. Muchas de estas medidas -la mayoría, diría yo- que
ustedes han ido tomando son adecuadas y deberían funcionar, pero son
medidas coyunturales que no aguantan si se convierten en estructurales.
Creo que todos deberíamos tener claro eso. Hay algunas medidas que, si
esto pasa rápido y no se prolonga, van a ser buenas, pero insostenibles
si se prolongaran y que, incluso en una situación ya de normalidad,
perderían bastante sentido.
Se habla de hibernación, que es un eufemismo para referirse a la
paralización total del sistema productivo. Yo creo que está claro que en
la economía hay unos costos fijos y evidentemente hay un capital y unas
reservas para afrontar coyunturas como esta, si es que las hay, y ahí
aparecen algunas ayudas para intentar compensarlas, pero por un periodo
de tiempo muy corto, y luego no sabemos cómo va a arrancar cada una de
las empresas. Desde luego va a ser necesaria una redefinición, una
reestructuración del endeudamiento, no solo de las empresas, sino de
autónomos, de pequeñas y medianas empresas y también de las familias. Lo
cierto es que puede suceder que muchas empresas cierren y no aguanten, y
eso hay que decirlo también claramente. Por lo tanto, hay que intentar
minimizar que eso se produzca y mantener todas las medidas de seguridad,
siempre que se puedan garantizar, con las inspecciones de trabajo firmes,
inspeccionando y diciendo aquí no se puede o aquí hay que hacer esto o lo
otro. Pero hay que mantener una cierta actividad económica porque, si no,
los mismos que están pidiendo la hibernación absoluta al día siguiente
van a decir que qué es lo que pasa aquí y que dónde están los puestos de
trabajo. Y estamos hablando de eso, de puestos de trabajo, no de salvar
la empresa de fulano o de mengano; no, estamos hablando de puestos de
trabajo, también de los autónomos y de las pequeñas y medianas empresas.
Y para eso, señor presidente, en las propuestas o en las medidas que ha
adoptado hacen falta procedimientos ágiles y sin trabas burocráticas -es
muy importante esto- porque hay colapsos en algunas de las tramitaciones.
Habrá que pensar en más ámbitos de cobertura que no se han contemplado, y
a este respecto voy a entrar en la discusión del Real Decreto-ley
11/2020. También es probable que haya que pensar en que desaparezcan
algunas de estas medidas de cobertura, en que sean cubiertas de una
manera más
genérica, etcétera, y me estoy refiriendo a la idea que ha salido también
sobre una renta mínima. Nosotros no nos oponemos a esa idea si está bien
pensada, pero también le digo que la ministra habló de reorganizar
prestaciones existentes tanto estatales como autonómicas; cuidado con
querer intervenir lo que ya está funcionando. Nosotros no nos oponemos
porque nosotros fuimos quienes pusimos en funcionamiento una renta de
garantía de ingresos en Euskadi y, por lo tanto, igual la forma -no digo
ahora, en este momento- a futuro de contener otras medidas que se han
tomado, de subsumirlas en esta fórmula, podría ser interesante, pero
respetemos las competencias y no destrocemos lo que ya está hecho.
Evidentemente habrá que reflexionar sobre esas medidas y sobre muchas
otras. Habrá que reformular por las instituciones competentes el modelo
sociosanitario, las residencias, etcétera.
Se me está acabando el tiempo, presidenta, y usted también ha hecho una
pregunta sobre esos pactos posibles, a los que no voy a poner apellido,
aunque usted sí lo ha hecho y los responsables de cada partido. El
Partido Nacionalista Vasco siempre ha actuado de forma responsable;
estaremos siempre abiertos a acuerdos allí donde esté en juego el interés
de la ciudadanía. Ahora bien, también le quiero decir -no sé si el símil
está bien buscado porque desde luego hoy no estamos en 1977- que hay
instituciones democráticas, hay un Estado autonómico, y yo creo que lo
más lógico sería residenciar los acuerdos en las instituciones que ya
existen y con respeto a los distintos ámbitos de gobierno y decisión. En
cualquier caso, insisto, como todavía no sabemos en qué puede concretarse
esto, en todo aquello en lo que esté en juego el interés de la ciudadanía
y haya que actuar de manera responsable estará presente el Partido
Nacionalista Vasco.
En resumen -porque se me ha acabado el tiempo, señora presidenta-,
seguridad, la salud, colaboración y cooperación, no trágalas -estoy
absolutamente convencido de que todas las instituciones están dispuestas
a ello, y sé que es así-, y organización y planificación en las medidas
que haya que tomar en los diversos ámbitos, sin anuncios genéricos
previos, para que de esa manera con estas tres premisas el futuro sea lo
menos doloroso y lo más brillante posible.
Nada más y muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Esteban. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria-Bildu, tiene la palabra el señor
Matute García de Jalón.
El señor MATUTE GARCÍA DE JALÓN: Muchas gracias, señora presidenta.
Presidente, miembros del Gobierno, señorías, buenos días. Quiero empezar
la intervención de mi grupo para, en nombre de la izquierda soberanista
independentista vasca, mandar un recuerdo a los familiares de todas las
personas fallecidas y un abrazo, así como un agradecimiento eterno a
todas las personas que se están dejando la piel y arriesgando su salud
por todos y por todas en Euskal Herria, en el Estado español, en Europa y
en el mundo. Esa gente, ese personal sanitario y de servicios,
limpiadoras y limpiadores, cajeras, reponedores, transportistas,
taxistas, agricultores y agricultoras, ellos y ellas son, como decía
Bertolt Brecht, los imprescindibles, los héroes anónimos y tantas veces
ignorados, los invisibles, aquellos que, pese a esa invisibilidad, siguen
sosteniendo el hilo vital de nuestra sociedad. Es gente civil,
trabajadores y trabajadoras, esta gente y nada más, ayer, hoy y siempre
son el motor de cambio de la historia, de cualquier historia. Y que esta
lección de vida no la olvidemos nunca, porque de esto va lo que estamos
viviendo, de prepararnos para la vida, de poner la vida y la dignidad de
las personas, de todas, en el centro. Y si hablamos de prepararnos para
la vida, nos sobran las proclamas militares, su jerga y sus desfiles. No
es razonable entender una crisis humanitaria y sociosanitaria en términos
bélicos aderezados de soflamas patrióticas; tal vez dichas soflamas
alimenten el espíritu de algunos y de algunas, pero nadie nos ha
demostrado que tengan efecto curativo o terapéutico alguno. Que nadie se
equivoque, y lo digo con claridad: nosotros no participamos de campañas
de bulos de la derecha extrema o de la extrema derecha; nosotros no
tenemos como objetivo derrocar al Gobierno, nuestro objetivo es derrotar
al virus. Esa posición es una posición firme y determinada de Euskal
Herria Bildu. (La señora vicepresidenta, Pastor Julián, ocupa la
Presidencia).
Hace quince días, nuestra portavoz, Mertxe Aizpurua, le señalaba que el
estado de alarma debía ser ampliado, pero también le decía que
volveríamos a estar aquí -y estamos hoy- para dar luz verde o no a una
nueva solicitud de prórroga porque iba a ser necesaria y volveríamos a
decirle que era insuficiente, si no se adoptaban las medidas necesarias;
pues bien, lamentamos tener que decir nuevamente que las medidas que se
proponen no son suficientes. ¿Por qué no son suficientes? Porque para
nosotros y nosotras retrotraernos al escenario del primer confinamiento
del 14 de marzo vuelve a poner en riesgo de
contagio a muchísimas personas, a gran parte de la población, poniéndola
ante el riesgo evidente de caer una y otra vez en picos y mesetas
plagadas de números que esconden vidas perdidas. ¿Cree alguien que puede
mantenerse la bajada de contagios aumentando la movilidad de las
personas, cuando se nos ha dicho por activa y por pasiva desde la propia
OMS que la movilidad es un factor o un vector de contagio importantísimo?
¿Qué vamos a conseguir si hacemos que más gente vuelva a la actividad
presencial en sus centros de trabajo; si hacemos que gente que no está en
una empresa esencial tenga que volver a su puesto llenando medios de
transporte públicos y trabajando en centros, que ni antes ni ahora
mantienen las medidas de salud laboral necesarias para hacer efectivo ese
aislamiento social o esa distancia de seguridad de la que se nos habla?
¿Podemos caminar hacia una nueva normalidad si no conseguimos, por tanto,
reducir dicho índice y seguimos teniendo todavía hoy el sistema sanitario
no colapsado, pero al límite? Nosotros entendemos que no. Se nos plantea
transitar de alguna manera un camino de cierto desconfinamiento, al menos
para algunos sectores de la sociedad, los trabajadores y trabajadoras de
las empresas no esenciales y que no pueden trabajar de manera telemática
desde sus hogares. Y esa lógica seguramente es una lógica que acompaña a
la de la desescalada de la que tanto estamos oyendo hablar, pero
lamentamos decir -no es una crítica al Gobierno, lo quiero dejar claro-
que todavía no estamos pertrechados, que todavía no tenemos todas las
herramientas médicas recomendadas por la OMS para hacer frente a esa
realidad, que no tenemos los test masivos en la cantidad que deberíamos,
que no tenemos los EPI en la cantidad que deberíamos. Ni siquiera en los
hospitales estamos teniendo la posibilidad de tener todos los EPI
necesarios, no los tienen los celadores y las celadoras, no los tiene el
personal de limpieza, que también está en contacto directo con el
coronavirus.
Ante esa realidad, nosotros vemos riesgo, vemos un riesgo evidente en lo
que se está planteando, pero también vemos otra cosa, y por eso le decía
que no es una crítica a su Gobierno ni a la acción de su Gobierno.
Estamos teniendo dificultades para pertrecharnos, para proveernos de todo
eso, que es necesario, porque probablemente en las dificultades para la
adquisición de material estamos viendo que la mercantilización de la vida
ha llegado también hasta esos niveles, y es triste ver cómo se está
haciendo negocio y cómo se están inflando los precios con esa realidad y
dificultando la adquisición de más material. Hoy sí sabemos que la mano
invisible de Adam Smith lo era porque no existía, no porque no la
viéramos.
La gente, mal que bien, se ha acostumbrado a la dureza del confinamiento,
pero dudamos sinceramente de que esté preparada para confinamientos
sucesivos porque no conseguimos los objetivos de freno del contagio que
nos estamos planteando. Ese es nuestro mayor riesgo. Es duro el
confinamiento, es muy duro, pero es mucho más duro para la gente decirle
que esto va a ser una etapa secuencial vital en sus propias vidas, porque
puede que, si no somos eficaces ahora, tengamos que volver a reeditar y
pasar por este mismo capítulo o trance durante muchas más ocasiones. ¿De
qué sirve confinarnos si luego muchos y muchas se ven obligados a ir a
trabajar en sectores no esenciales, aumentando así su probabilidad de
contagio?
Repito nuevamente una frase que Olivier Besancenot dijo en su momento: la
vida de la gente, nuestras vidas, valen más que los beneficios
empresariales. Esa es la prioridad, y no otra, la salud, porque solo,
cuando hayamos frenado realmente la pandemia, estaremos en disposición de
reconstruir la economía, primero vivir y luego trabajar, y creemos que
para conseguir eso hay que mantener la paralización de actividades no
esenciales mientras no haya garantías sanitarias, y creemos que habrá que
reactivar la producción de manera escalonada, siempre que se cumplan las
medidas, y para eso hace falta no solo que Inspección de Trabajo esté
atenta, sino que haya muchos más inspectores de trabajo que puedan llegar
a todos los centros de trabajo, también a los pequeñas, porque, si no, no
será efectivo.
Somos conscientes también de que este parón de la actividad productiva no
esencial genera impacto económico, no lo negamos, pero no solo para las
grandes empresas, que aprietan para reactivar su producción. También es
economía el pequeño comercio, la hostelería, los pequeños empresarios,
los autónomos, y ellas y ellos llevan ya tiempo parados y confinados y
viendo que no pueden trabajar y las ayudas que les llegan son
insuficientes. Es evidente que el sostenimiento de la paralización de la
actividad no esencial que defendemos debe contar con un plan para
afrontar las consecuencias económicas, y ese plan tiene que inyectar
dinero público para garantizar necesidades básicas de toda la población:
vivienda, alimentación y recursos. Ya ven, una especie de actualización o
trasposición de lo que alguien hace ciento tres años definía como pan,
paz y trabajo.
En la búsqueda de recursos tenemos que empezar por ver qué podemos hacer,
y podemos empezar a reclamar los 60 600 millones de euros que se le
regalaron a la banca y no se devolvieron, y podemos empezar a atajar la
corrupción en serio para que esos 90 000 millones de euros que alguno
refiere como
el coste anual de la corrupción en el Estado español empiecen a disminuir
drásticamente para engordar la posibilidad de destinar ese dinero a otras
cosas. Seguramente, también tenemos que trabajar en una fiscalidad
equidistributiva realmente equidistributiva, y habrá que hablar de un
impuesto a las grandes fortunas. Probablemente a algunos les asuste, pero
seguramente así seremos capaces de alcanzar aquello que alguien definía
como a cada cual según sus necesidades y de cada quien según sus
capacidades. Habrá que hablar también de la nacionalización de sectores
estratégicos y no habrá que tener miedo, porque, a este paso, por el
temor a que a su Gobierno le llamen socialista, comunista o
socialcomunista, España va a ser el único país europeo que no se plantee
ni siquiera nacionalizar sectores estratégicos, porque Francia e
Inglaterra están planteando cosas en esa línea que no parecen muy
descabelladas. Para implementar todo esto también habrá que mirar a
Europa.
Usted nos lanzaba el guante, nos decía que defendiéramos en Europa una
posición clara. Nosotros vamos a defender en Europa una posición clara,
una posición tan clara como la que les diga a los próceres europeos que
esta crisis no la vamos a pagar nosotros y nosotras, como pagamos la
crisis del 2008. De esta crisis no se va a salir con unas medidas
draconianas y absolutamente leoninas como las que la troika impuso al
Estado español para salir de la crisis de 2008 con el dinero que le
prestó, cuando hablaban de los PIGS, de los países del sur, porque
precisamente por esas condiciones draconianas se tuvo que recortar y se
tuvo que entrar en una senda de austericidio que también hizo que se
debilitara la sanidad pública y hoy, desgraciadamente, lo estamos viendo
y lo estamos pagando. Si ahora vuelven a intentar lo mismo, dar dinero a
cambio de mucho más dinero y de que empobrezcamos a nuestra sociedad,
habrá que decirles lo que les decíamos entonces -y ojalá que esta vez
seamos muchos más-: que nos van a tener enfrente, que pueden hacer otras
cosas, que pueden aumentar el déficit. Alguien tan poco sospechoso de ser
revolucionario como Romano Prodi ya decía que se puede crear dinero, que
se puede aumentar el déficit y, si les parece una locura de Romano Prodi
-yo ahí no entro-, también pueden plantearse crear un impuesto europeo
sobre la riqueza, porque el dinero fluye con mucha libertad por Europa,
mucha más que las personas.
Por otro lado, en esta etapa de defensa de nuestra salud, la de todos y
todas, como en la de reconstrucción económica, habrá que hablar, señor
Sánchez, señor presidente -por supuesto que habrá que hablar y, si es
posible, habrá que acordar-, pero eso no se hará con unidad confundida
con la uniformidad, porque en la gestión de la alarma lo que hemos visto
es que el autogobierno vasco ha sido tutelado y vigilado de una manera
que consideramos no procedente porque creemos en las capacidades de
nuestra sociedad para autogobernarse. Habrá que hablar de coordinación,
sí, pero no de recentralización, que parece el oscuro deseo de algunos
para avanzar posiciones. Habrá que hablar de lealtad, por qué no, pero
nunca de adhesión inquebrantable. Habrá que hablar también de si vamos a
mantener o no una línea de seguidismo del modelo neoliberal, que es
profundamente injusto y desigual. Habrá que conseguir de una vez que los
votos de los patronos de la CEOE no valgan más que los votos de los
trabajadores y trabajadoras. Esta será también una lección de vida. Y
desde luego habrá que hablar de la economía reproductiva y del cuidado,
porque si algo nos está enseñando esta crisis también es que lo
importante es que cuidemos a las personas, y tenemos que poner en valor a
la gente que cuida a las personas no solo ahora, sino siempre.
Nosotros no creemos que esto se pueda hacer con una reedición de los
Pactos de la Moncloa, como también sugieren otras formaciones políticas.
Nosotros no estaremos en ningún pacto de la Moncloa que se plantee como
una reedición de los anteriores. Nos alegra ver que en la izquierda
española también hay voces críticas -y notables- sobre los Pactos de la
Moncloa, como Julio Anguita o como Jaime Pastor. Nosotros no vamos a
estar en unos pactos de la Moncloa que lo único que busquen es camuflar
la aplicación de más recentralización y más políticas neoliberales de la
derecha para ahogar a la gente y recortar sus derechos, porque ese fue el
objetivo que se siguió en 1977 y que parece que algunos -no digo que sean
necesariamente ustedes- pretenden trasladar hoy aquí. No cuente, por
tanto, con nosotras y nosotros para atacar a las clases populares y a los
trabajadores y trabajadoras porque, como decía Marx, la historia se
repite dos veces: la primera como tragedia y la segunda como farsa. Si no
participamos en la primera, tengan por seguro que tampoco querremos
participar en la segunda.
Nosotros siempre estaremos con la democracia y la profundización
democrática, con quien busque ampliar los derechos y libertades, pero no
necesariamente estaremos -o para ser más exactos y que no haya
equívocos-, nunca estaremos con robustecer la Constitución española. No
lo estaremos porque robustecer la Constitución española significa
robustecer la inviolabilidad del rey, significa robustecer la Monarquía
como figura de poder político en el Estado español, significa darle al
Ejército el papel de
garante de la unidad indisoluble de la patria por encima de la voluntad
ciudadana libre y democráticamente expresada de los pueblos y naciones
que integran el Estado español, como el vasco y otros muchos. No lo
estaremos tampoco porque esa Constitución es muy laxa con los poderosos,
pero muy rígida con los pueblos y con los y las trabajadoras. Ya lo
demostró un agosto modificándose a sí misma para incluir el artículo 135
que pedía la troika. En 1977, como le decía, los Pactos de la Moncloa se
utilizaron para acabar con la lucha de clases, y esta crisis -igual que
la de 2008- volverá a ser un reflejo de la lucha de clases y nosotros
volveremos a defender posiciones de clase y volveremos a ostentar
posiciones de defensa de nuestro pueblo y de las clases populares de
nuestro pueblo. Por eso no necesitamos los Pactos de la Moncloa. Y de esa
exigencia de protección a la clase trabajadora no nos va a mover nadie.
La izquierda soberanista e independentista vasca cuida y se mueve al
servicio de las clases populares. De la nuestra, sí, pero también de las
de cualquier otro lugar del Estado o del mundo. Como decían los
zapatistas: para todos y todas, todo. Ustedes -y hoy lo ha dicho
nuevamente, señor presidente- dijeron que el virus no conocía fronteras,
y es verdad, nada que objetar a esa aseveración. Nuestra solidaridad con
los pueblos y con los y las trabajadoras tampoco se frena en las
nuestras. Por eso le pedimos que desmilitarice el estado de alarma; que
ponga en primera fila, o en primera línea si así lo prefiere definir, a
sanitarios y sanitarias, a cuidadoras y cuidadores, a trabajadoras de
residencias, a reponedores y reponedoras de supermercado. Nuestro pacto
presente y futuro es con todos ellos y ellas, con todos los
imprescindibles, como decía al inicio.
Termino con una frase, dicha en otro contexto y para otra cosa, pero que
creo que refleja optimismo y determinación, que es probablemente lo que
todos los ciudadanos y ciudadanas que hoy están escuchando este debate
necesiten también hoy. Un dirigente político vasco, todavía en activo,
dijo en 2009 -y posteriormente un grupo de música, los Chikos del Maíz,
popularizó más la frase que voy a decir a continuación y con la que
quiero concluir-: No nacimos para resistir; nacimos para ganar, y vamos a
ganar.
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores).
Por el Grupo Parlamentario Mixto, que acumula en este turno su turno de
réplica, tiene la palabra, en primer lugar, la señora Vehí Cantenys.
La señora VEHÍ CANTENYS: Buenos días.
Naomi Klein habla de la doctrina del shock o del capitalismo del desastre
para explicar cómo las empresas multinacionales en situaciones de
catástrofe aprovechan para hacer negocio. Ella hablaba, por ejemplo, de
Nueva Orleans con el Katrina o de Sri Lanka con el tsunami. Nosotras en
el pasado Pleno les pedimos que fueran valientes, les pedimos que
defendieran el bien común; esto es la defensa de lo público, de la gente
sencilla, repartir la riqueza, sobre todo. Pero ustedes están haciendo
una gestión de la crisis digna del peor capitalismo del desastre, aquel
que aprovecha el miedo, el shock y la incertidumbre para dejar paso a los
buitres de los bancos y a las grandes empresas.
Señor presidente, hablaba usted de que no es momento de confrontación
política. Ahora es el momento de la confrontación política porque nos va
la vida, muchas vidas. Ustedes han decidido defender una razón de Estado
en la que la banca siempre gana. En primer lugar, se acaba el
confinamiento obligatorio para aquellos sectores que no son esenciales
para la vida, con más de 15 000 muertos encima de la mesa. Entendemos que
esto es dictado del IBEX. Si no, no lo entendemos. En segundo lugar,
ustedes ni hablan de que la banca devuelva los más de 60 000 millones de
euros del rescate, pero, eso sí, obligan a las familias más vulnerables a
endeudarse con los bancos para poder pagar los alquileres que ustedes no
suspenden. En tercer lugar, suspenden el pago de suministros. Ahora bien,
en los próximos Presupuestos Generales del Estado vamos a compensar a las
empresas hidroeléctricas por las pérdidas tenidas, empresas que no hace
mucho repartieron unos 5500 millones de euros en dividendos. Y todavía
estamos a la espera del acuerdo que van a tener ustedes en la Unión
Europea, con el pánico que puede suponer un memorándum, como el que le
aplicaron a los griegos y a las griegas por referéndum, que nos condene a
décadas de miseria.
Por otro lado, siguen con su retórica militar de unidad, vacía de
derechos, que van a construir sin su gente, que van a construir por
encima de los derechos de los pueblos, porque nosotros tenemos una
Generalitat a la que no le queda un atisbo de soberanía. Porque siguen
poniendo más multas que pruebas del COVID han hecho; siguen permitiendo
que las farmacéuticas hagan negocios con una vacuna que nunca llega;
siguen sin poner impuestos a las grandes fortunas y sin anunciar una
renta básica universal.
Además, lo hacen con una retórica de unidad, de paz, de Pactos de la
Moncloa. Antes Echenique hizo un relato de triunfo constitucional. Miren,
los Pactos de la Moncloa fueron, además y sobre todo, bajada de salarios,
paz sin justicia ni memoria, consenso sin derechos laborales y sin las
voces de los sindicatos y la puerta abierta al neoliberalismo. Del
Partido Socialista Obrero Español no nos sorprende, vuelve a ser una vez
más la cara amable de un aparato de Estado que lo que va a sostener es la
oligarquía, la monarquía y los empresarios, estando a la derecha de la
ortodoxia neoliberal europea que incluso plantea nacionalización de
sectores estratégicos y rentas básicas, pero de Unidas Podemos nos
entristece.
No nos vamos a extender aquí, vamos a citar una canción que para nosotras
ha sido biografía de muchas historias militantes: "Confundimos la luna
con las farolas", cantábamos y decíamos. Son ustedes puro régimen del 78
y están aprovechando la peor crisis que se ha vivido en el Estado español
en décadas para afianzar al poder mercantil y al autoritarismo. De hecho,
ayer sabíamos que la fiscal general del Estado pide nueve años para dos
de los jóvenes encarcelados todavía en preventiva por la sentencia del
procés y la Generalitat le pedía tres. Sinceramente, no nos dejan más
remedio que volver a las calles.
(Continúa su intervención en catalán). A la gente del resto del Estado, a
los pueblos del resto del Estado: Esto es una invitación a luchar juntas,
por nuestras abuelas, por nuestras hijas, por las sanitarias que están
trabajando en primera línea sin material, por nosotras, por salvar la
vida. Ojalá a este confinamiento le sigan las huelgas, ojalá a este
confinamiento le sigan luchas en conjunto, porque va a ser la única
manera de salvar la vida material y biológica de nuestras comunidades.
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra la señora Oramas
González-Moro.
La señora ORAMAS GONZÁLEZ-MORO: Gracias, señora presidenta.
Hay gente que me dice que si me muerdo la lengua me enveneno, así que hoy
me voy a envenenar un poco porque estoy indignada, como le pasa a mucha
gente en este país. Estoy indignada porque se diga que 800 o 600 muertos
al día es una cifra aceptable. Indignada, porque nos olvidamos de
nuestros mayores y tuvo que ser la UME la que nos avisara de que estaban
muriendo solos y abandonados en sus camas. Estoy indignada porque tenemos
el 20 % de los fallecidos en el mundo, el segundo país en positivos y en
fallecidos y porque el nivel de contagio de nuestros sanitarios es
inaceptable. Hay muchas cosas de las que habrá que hablar en profundidad
cuando todo esto pase, pero hoy no estamos aquí para juzgar lo que se ha
hecho ni es el día para buscar culpables, sino para decidir sobre una
medida extrema en nuestra lucha contra la pandemia.
Señor presidente, viene usted a este Parlamento para darle de beber al
Gobierno en la fuente de la democracia y eso está muy bien, pero solo
viene cuando tiene sed y eso está muy mal. Aquellos con los que usted
pactó han tardado muy poco en complicarle la vida, pero tiene usted la
enorme suerte de que en este Parlamento hay muchos diputados para los que
el bienestar de España está por encima de todo y de todos. En este
Congreso, señor presidente, hemos sido ejemplares en la crisis porque
desde el minuto uno, salvo alguna inevitable excepción, nos hemos guiado
por la responsabilidad y el bien común, y hemos apoyado las medidas que
usted ha decidido unilateralmente, sin contar con el resto de las fuerzas
políticas.
Usted, señor Sánchez, es un mal cocinero. Solo sabe hacer un plato
político: lentejas, o las tomas o las dejas. Llega aquí y nos enfrenta a
una política de hechos consumados. Usted, que es capaz de negociar con el
señor Torra, no es capaz de hacerlo con este Parlamento, inexplicable. La
oposición ha sido incluso más leal con usted que sus propios socios de
Unidas Podemos, cuya elevada talla moral les ha permitido hacer una
campaña de publicidad de los ministerios sociales que dependen del señor
Iglesias. Una campaña de publicidad en medio de una pandemia, ¡qué
desvergüenza!
Mire, señor Sánchez, el señor Iglesias dice que estas medidas son las de
un Gobierno de izquierdas. Pues bien, no hay una salida de izquierdas o
una de derechas a la crisis, es mentira, es de trileros; solo hay una,
que es sangre, sudor y lágrimas. Dejen de engañar a la gente.
Señor presidente y señorías, ya habrá tiempo, como dije al principio, de
analizar los enormes fallos y los riesgos a los que hemos sometido al
personal sanitario de este país, pero lo que no podemos hacer es llegar
tarde a la crisis económica como llegamos a la sanitaria. Porque puede
que escapemos del virus solo para que nos mate la pobreza. Necesitamos
que los partidos políticos pongan el futuro de España por encima de sus
estrategias electorales. Necesitamos apartar a los tahúres, a los
desleales, a los extremistas
porque no es su momento; es el momento de la responsabilidad y de la
sensatez. Necesitamos grandes medidas consensuadas con empresarios y
sindicatos. Habla usted de resucitar los Pactos de la Moncloa. En este
país tenemos nostalgia de la Transición, esa Transición que sus socios
extremistas ponen a parir. Esa en la que había unidad, consenso y
acuerdo. Aquellos pactos fueron un acuerdo social que se firmó con dos
tintas, el miedo al pasado y la esperanza en el futuro. Hoy, en cambio,
solo aspiramos a repetir el pasado porque el presente es desunión y el
futuro nos da miedo.
Dentro de unos pocos meses, en las islas nos vamos a enfrentar a una
crisis económica sin precedentes. Escúcheme bien, señor Sánchez, Canarias
va a vivir un drama social, un estallido de pobreza y de necesidad.
Vivimos del turismo y de la agricultura de exportación. ¿España se va a
olvidar otra vez de Canarias? Lo peor que le puede suceder a los canarios
es sentirse un pueblo traicionado y olvidado, no lo hagan porque tendrá
consecuencias. No conviertan la desesperación y la rabia de un pueblo
abandonado en un barril de pólvora social. Le exijo hoy, como hace el
presidente de Canarias, que deje disponer del dinero que está en los
bancos del superávit de los ayuntamientos, de los cabildos y de la
comunidad autónoma. Es necesario para cubrir la emergencia social que
viene. Usted nos trae a este Congreso la ratificación del estado de
alarma. Pues bien, cuente usted con el apoyo resignado e incómodo de mi
voto, pero a cambio le quiero pedir que ratifique usted el estado de
emergencia que le traigo yo desde Canarias. En la última gran crisis de
2008 en el PP se dijo aquello de que el PSOE hunda España que ya la
levantaremos nosotros. Pero no, a España la levantaron los ciudadanos con
sus impuestos y su sacrificio. (La señora presidenta ocupa la
Presidencia). Lo peor que le podría pasar hoy a los ciudadanos de este
país es que volviera a pasar lo mismo, que la crisis vuelva a ser una
mercancía política de la izquierda y de la derecha. Señorías, señor
Casado, señor Sánchez, ¿ni siquiera esta vez van a ser capaces de ponerse
de acuerdo por el bien de España? ¡Pues qué triste!
Gracias, señora presidenta.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Oramas. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor García
Adanero.
El señor GARCÍA ADANERO: Muchas gracias, señora presidenta.
Señorías, buenos días. Desde luego, desde Unión del Pueblo Navarro
nuestras primeras palabras tienen que ser de recuerdo para todas esas
personas que han fallecido estos días a causa del coronavirus. Porque
eran personas, eran personas con nombres y apellidos, eran personas que
no tenían que morir, eran personas que tenían familia; personas que han
muerto solas sin su familia, a las que no se ha podido despedir, a las
que se ha tenido que limitar a su familia quién podía ir a despedirles o
no en el último momento. Y no se les ha tratado bien, no se les ha
tratado bien y, sobre todo, a los mayores de ochenta años. Los mayores de
ochenta años no tenían por qué morirse, porque también son personas,
porque han construido este país, porque son nuestros padres, son nuestras
madres y no se les ha respetado, y pedimos respeto para esas personas,
¡respeto! No esas ruedas de prensa en las que son estadísticas, en las
que parece que había que morirse. ¡Ni hablar! ¡Respeto, por favor!
También pedimos respeto para los parados, no se puede hacer una rueda de
prensa riéndose de la gente que ese día perdía el empleo, ¡no se puede!
¿Pero de verdad alguien se cree que uno que está en su casa, que se ha
quedado en el paro, tiene que aguantar que el Gobierno salga en la tele
riéndose y diciendo que es o deja de ser un ERTE? ¿Pero de verdad se
piensan que eso le importa a la gente que ha perdido el trabajo? ¿De
verdad se lo creen? ¿Pero no tienen corazón? ¡Hay que dar soluciones, no
contar, no reírse! No esto de ahora te paso la pelota; ahora contesta tú.
No, perdón, ¡soluciones, que lo está pasando mal la gente!
Hoy, Jueves Santo, la gente tenía que estar en la playa, en las
procesiones, en el campo, en el pueblo, donde le diera la gana, haciendo
deporte; pero están en casa, todos en casa, recluidos en casa, ¿y todo lo
que les da el Gobierno son unas ruedas de prensa interminables para decir
que gastamos menos queroseno, que ahora apostamos menos? ¡¿Eso es todo lo
que se puede ofrecer a los españoles que están en su casa?! ¡¿Eso?! ¿Que
los niños se laven más las manos? ¿Eso es todo lo que podemos ofrecer? ¿Y
certidumbre? ¿Y qué va a ser de su futuro? ¿Y qué va a pasar el día que
se abran las puertas? ¿Y qué pasa con los escolares, si se va a acabar el
curso o no se va a acabar y cuándo se va a acabar? Y no: hoy sí se acaba,
mañana no se acaba, mañana nos volvemos a reunir, pasado nos dejamos de
reunir... ¡Certeza, que la gente está en su casa sufriendo! ¡Que la gente
quiere salir a la calle, que hace buen día! Certezas, se necesitan
certezas. Un Gobierno, certezas.
Pero si se le pregunta al Gobierno -ahora que se le puede preguntar-, el
Gobierno no ha cometido errores. Miles de muertos, millones en el paro,
todos en casa, pero el Gobierno no ha cometido errores; los errores los
habremos cometido el resto de los españoles. El Gobierno no ha cometido
errores, no, claro que no, el error es el propio Gobierno, es que el
Gobierno es el error; ese es el error: el Gobierno, que no está preparado
para esto. Pero sepan ustedes -yo estoy convencido- que España saldrá
adelante, por su gente, por todos esos que están en primera línea,
incluidos los militares, sí, los militares, que están haciendo una
grandísima labor, por supuesto; ciudadanos como los demás, solo faltaba,
¡ciudadanos como los demás! Militares que están en las calles, pues
¡dónde van a estar si no!; en las calles, ayudando, que es lo que tienen
que hacer, como los demás. Los que están en primera línea, pero también
los que están en su casa recluidos, que no es fácil estar en casa
recluido todos los días, un día y otro día y otro día, sabiendo que el
Gobierno no responde, que el Gobierno no responde a sus inquietudes.
España saldrá adelante porque es un gran país, a pesar de este Gobierno y
a pesar de que estén jugando a repartirse cosas todavía con la que está
cayendo, no les quepa duda de que España, gracias a los españoles, saldrá
adelante.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor García. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Martínez
Oblanca.
El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señora presidenta.
Mi respaldo a la convalidación del real decreto-ley para prorrogar el
estado de alarma, a cuyo texto he presentado una propuesta de mejora que
doy por defendida, tiene como finalidad detener la propagación de la
pandemia del COVID-19 por el territorio nacional para proteger la salud
de los españoles. Sin embargo, no es, señor Sánchez, un voto favorable,
sino que es simultáneamente un voto virtual de reprobación patriótica a
su desafortunada gestión como presidente del Gobierno en esta emergencia
sanitaria, con actos exclusivamente orientados a salvaguardar, sin
escrúpulo alguno, su imagen personal. Usted lleva dos meses escondiéndose
detrás de las cámaras de televisión sin acertar en sus actuaciones y sus
previsiones y sin dar una sola explicación en sus publirreportajes
monclovitas a los problemas reales que vivimos como consecuencia del
coronavirus y que ya suponen 15 238 tragedias para otras tantas familias
españolas; extraoficialmente, muchas más. No hay consuelo. Para todas
ellas, nuestra condolencia. Es un voto de reprobación patriótica al
irresponsable empeño de quitar importancia al brutal contagio que en
febrero ya asolaba Italia. Hoy, España tiene más casos que China e Irán
juntos, 1500 millones de habitantes que combatieron el virus antes que
nosotros. Han sido ustedes incapaces de organizar una logística acorde
con la peligrosidad de la epidemia y de dotar a la sociedad de los medios
necesarios para enfrentarnos a su agresividad. No han movilizado a tiempo
los recursos para proporcionar equipos y materiales a nuestros hospitales
y residencias para atender a los pacientes infectados y a nuestros
mayores. Cesaron a quienes reclamaron en enero protección para las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Han hecho de la opacidad una
seña de identidad del Gobierno, convirtiendo en un escándalo la compra de
test rápidos y -hablando de desinformación, señor Sánchez- maleando
cifras de hospitalizados, de ingresados en las UCI y, desde anteayer,
ocultando el número de pruebas diagnósticas que se hacen diariamente, así
como el porcentaje de las que dan resultado positivo, datos claves e
imprescindibles para avanzar hacia la segunda fase del confinamiento.
En definitiva -y con ello concluyo, señora presidenta-, sumo mi voto a
esta prórroga del estado de alarma para intentar proteger a todos y cada
uno de los españoles, pero no cuente con mi apoyo para protegerle a
usted, señor Sánchez, y a su Gobierno en estas circunstancias, agravadas
cada día que pasa por su lamentable gestión en esta emergencia sanitaria.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Martínez. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
En último lugar, por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el
señor Guitarte Gimeno.
El señor GUITARTE GIMENO: Quiero traer aquí hoy una reflexión de un premio
Nobel, de José Saramago, en su escrito Ensayo sobre la ceguera, que habla
de las epidemias. Curiosamente, nos dice: Calma, dijo el médico, en una
epidemia no hay culpables, todos son víctimas. Y al hilo de esta
reflexión,
que creo que es muy oportuna porque todos somos víctimas de esta situación
(aplausos), quiero decir que mi grupo no entiende que seamos el único
país de todos los que sufren la epidemia sin unidad en la política, a
pesar de vivir una catástrofe inmensa, de rango histórico. Nosotros no
vamos a estar ahí; nosotros somos partidarios de la unidad, necesitamos
unidad, como dijimos en nuestras anteriores intervenciones. Por ello,
vamos a otorgar nuestro apoyo a la autorización de una nueva prórroga de
este estado de alarma. El trabajo heroico y ejemplar de nuestros
sanitarios ha sido reconocido incluso por el director general de la OMS,
pero que 20 000 sanitarios estén contagiados es un precio demasiado
elevado que no puede compensarse solo con palabras y aplausos de
agradecimiento. Sabemos, porque nos lo han transmitido, que muchos de
ellos están agotados y desilusionados. No es este el momento de entrar en
detalles, ahora todo el esfuerzo debe ir a controlar la pandemia, pero el
día después hay que garantizar con solvencia el futuro de la sanidad
pública en España. Si no se recupera la ilusión de nuestros
profesionales, la calidad de nuestra sanidad puede verse muy afectada.
La expansión de esta pandemia ha llegado con intensidad a las zonas de
nuestra España vaciada, pueblos y ciudades con población muy envejecida
y, por tanto, con un riesgo importante junto con una gran infradotación
sanitaria. En este sentido, vemos con especial preocupación la situación
gravísima de los hospitales y residencias en Segovia y en Soria. En
Soria, por ejemplo, con el triple de contagios que la media nacional,
porcentualmente a su población, y el doble de fallecidos que la media
nacional, llevan días -semanas ya- pidiendo auxilio a través de la
campaña SOS Soria. Se les debe dar atención prioritaria e inmediata. Ser
pocos no resta derechos y la sanidad es básica para todo el territorio,
para toda la ciudadanía.
Esta pandemia nos está enseñando que debemos plantearnos un futuro con un
país más vertebrado, equilibrado, con un reparto de actividades y
población que evite las grandes concentraciones que facilitan la
extensión de la pandemia. Ayer mismo se conoció un estudio de la
Universidad de Harvard que pone en relación directa la polución del aire
y la incidencia de esta enfermedad en Estados Unidos. Por eso debemos
aprender e ir hacia una nueva organización territorial, como recoge
nuestro pacto de Estado por el reequilibrio y la repoblación. Hemos de ir
a una España más sostenible y, por eso, esperamos que esas cuestiones de
nuestro pacto también se incluyan en el que acaba de ofrecer el
presidente, al que acudiremos si se nos llama.
Quisiera simplemente, dado el escaso tiempo que tengo, citar dos problemas
que creemos que son importantísimos y que no se han solventado todavía en
nuestros territorios. Las residencias de ancianos siguen necesitando
medios eficaces. Hay que llegar con una atención médica in situ y hemos
de dotarlas de personal médico y de enfermería más allá del que disponen.
Por otro lado, en cuanto a la salida de esta crisis, que parece ser que
pasa por la España digital, resulta que todo nuestro territorio sigue sin
tener servicio de telecomunicaciones. No tenemos conectividad competitiva
y queremos una conectividad similar a la de otros territorios, una
cobertura de telefonía móvil y un ancho de banda que permita el
teletrabajo, la infraestructura, los negocios, la formación continua, la
atención a los mayores y la educación a distancia. Somos realmente la
España desconectada. Todas las zonas blancas, con falta de telefonía,
están en la España vaciada. Por eso pedimos que se declare un servicio
universal, un servicio que se redefina con 30 megas simétricos
obligatorios y que se pongan los medios necesarios para su total
implantación en el territorio nacional.
Una vez más, quiero recordar a esta Cámara que no olvide a la España
vaciada, más débil en esta pandemia y más débil para salir de la crisis
económica. Escuchábamos hace unos días en los informativos decir a un
médico rural de Teruel: Tenemos una población muy muy envejecida. Como
venga el coronavirus aquí -allí no había llegado todavía-, la España
vaciada estará sepultada.
Gracias.
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Guitarte. (Pausa.-Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Lastra
Fernández.
La señora LASTRA FERNÁNDEZ: Gracias, señora presidenta.
Señor presidente, señorías, como han hecho el resto de portavoces
parlamentarios, sean mis primeras palabras para recordar a las víctimas y
a sus familias; también a los enfermos y a todas las personas que les
están ayudando a plantar cara a este virus. Todo indica que la curva está
cediendo y que tanto esfuerzo está dando resultado. Por ello, nuestro
agradecimiento a todos ellos es infinito. Y por eso también
ahora es el momento de perseverar, no de flaquear; es el momento de unirse
más y de trasladar confianza, no dudas ni división ni desesperanza.
Estos días estamos escuchando que este no es un momento para hacer
política, que este no es el momento de la política; lo hemos escuchado en
este mismo hemiciclo, y permítanme que les diga que yo opino todo lo
contrario. Creo que en estos momentos, en momentos como este, es cuando
más necesaria es la política. Este es el momento de la mejor política, de
la política de altura y de sentido de Estado, de la política de la
responsabilidad. Creo que casi todos los grupos parlamentarios y casi
todos los dirigentes políticos lo hemos entendido así. Por supuesto, hay
diferencias entre unos y otros, pero la mayor parte de nosotros hemos
comprendido que este reto trasciende nuestras diferencias ideológicas y
partidistas. Sin embargo, hay algo que se ha repetido por varios
portavoces y en algunos medios de comunicación y que creo que responde a
un error. Permítanme aclararlo, porque creo que es importante también
para la sociedad española. Como decía el presidente en su intervención,
todo Occidente llegó tarde, pero España llegó antes que los países de
nuestro entorno. En España pasaron seis días desde que se conoció la
primera muerte por coronavirus hasta que se suspendieron los eventos
públicos; en Reino Unido e Italia, doce días; en Alemania, once, y en
Francia, quince días. En España pasaron once días hasta el cierre de las
escuelas; en Reino Unido, dieciséis; en Italia, dieciocho, y en Francia,
veintinueve. En nuestro país pasaron doce días hasta la limitación de
desplazamientos; en Reino Unido, diecinueve; en Italia, dieciocho; en
Alemania, trece, y en Francia, treinta y dos.
Por cierto, señor Casado, hay cosas que no cuadran. Si usted y la señora
Ayuso tenían tan claro como ahora dicen lo que podía pasar, ¿por qué no
compraron el material que se necesitaba? Se lo dijo el presidente en la
intervención del Pleno anterior. Nada se lo impedía y, además, era su
competencia. Si ustedes, capitanes a posteriori -como decía el señor
Echenique-, lo vieron venir antes que la Organización Mundial de la
Salud, la Unión Europea y los Gobiernos de España, de Francia, de
Alemania, de Italia, de Estados Unidos y hasta de China, ¿por qué no
impidieron la falta de recursos sanitarios en las comunidades que
gobiernan, especialmente en Madrid? O mejor, ¿por qué mandaron una carta
desde la Consejería de Sanidad de Madrid diciendo que se hiciera vida
normal, resaltando la importancia de mantener la tranquilidad y señalando
que la población general podía continuar con su actividad con toda
normalidad el 5 de marzo? Señor Casado, si lo vieron venir y no hicieron
nada, ¿fue por incompetencia o fue por indolencia? En España no fuimos
tibios en nuestra reacción; pudimos llegar tarde como los demás, pero
llegamos antes que los demás. Las medidas tomadas... (Rumores.-Un señor
diputado pronuncia palabras que no se perciben).
Yo nunca interrumpo a nadie cuando interviene, así que, por favor, pido
que a mí tampoco. (Aplausos). Además, hoy somos poquitos y se nos oye
todo.
Las medidas tomadas en nuestro país han sido y siguen siendo las más duras
de nuestro entorno y, por lo que estamos viendo, están dando resultados.
Es cierto que evitar el surgimiento de un virus como este escapa al
control de cualquier país, porque es una epidemia global, señorías, una
pandemia global, pero lo que sí depende de nosotros es lo que hacemos en
esta pandemia. Lo que hacemos uniéndonos y sumando nuestras fuerzas es
buena política y lo último que necesitamos es la política baja que
aprovecha este momento para dividir, para sembrar desconfianza e incluso
odio. La mayor parte de los dirigentes lo han entendido así y hoy nos
unimos en una lucha en la que, sin embargo, no estamos todos. Es una
lucha del pueblo español entero en la que lamentablemente vuelve a faltar
la derecha, la derecha del PP, la derecha de VOX y, por lo que estamos
viendo, también de los partidos regionalistas aliados con el Partido
Popular. El espectáculo bochornoso que han dado esta semana tanto VOX
como después el Partido Popular, queriendo que a este Pleno viniéramos la
mitad de los diputados, fomentando la desobediencia y boicoteando el
esfuerzo de todos, es de una enorme irresponsabilidad. Yo, al igual que
otros compañeros portavoces, agradezco que ustedes hayan rectificado
después de esa Junta de Portavoces tan dura que tuvimos. Ni los
trabajadores de esta Cámara ni los diputados de esta Cámara ni, sobre
todo, la gente de los territorios de los diputados que hubieran debido
estar hoy aquí y a los que tendrían que volver se merecen tener la
enfermedad ni ser vectores de la enfermedad, como les explicamos en esa
Junta de Portavoces. Lo que está claro es que la ejemplaridad no va con
ustedes.
Les escucho decir que la actividad en el Congreso ha parado, y no ha
parado. No mientan. A veces hay que empezar a recordar aquí algunas
cosas. El día 10 de marzo, el Grupo Parlamentario VOX solicitó que se
suspendieran los plenos y las comisiones hasta que ellos pasaran la
cuarentena y el Grupo Parlamentario Popular y otros grupos de la Cámara
solicitaron la paralización de la tramitación de las leyes. Mientras
tanto, el presidente ha comparecido cuatro veces, han comparecido dos
ministros y una
vicepresidenta y el ministro de Sanidad comparece semanalmente en esta
Cámara. El Gobierno ha respondido hasta doscientas preguntas
parlamentarias diariamente. La verdad es que es increíble que ustedes se
dediquen a fomentar bulos y mentiras en las redes, en los Plenos de esta
Cámara y en las juntas de portavoces. ¡Ya está bien! ¿También en esto,
señor Casado? ¿También ante la peor crisis que ha vivido nuestro país va
a dar usted la espalda a los españoles? ¿Es que su irresponsabilidad como
líder de la oposición no tiene límite?
La semana pasada en esta misma Cámara el presidente del Gobierno le pidió
unidad en varias ocasiones, y unidad -estoy de acuerdo con lo que ha
dicho el señor Matute- no es uniformidad. Lo mismo hicimos uno tras otro
los demás portavoces, y todos le miraban a usted como líder de la
oposición, igual que hoy, igual que en esta ocasión. Señor Casado, hay
momentos que marcan una vida, y todos los españoles recordarán que cuando
todos los demócratas de esta Cámara le tendieron la mano usted la rechazó
para abrazarse de nuevo a la ultraderecha; todos los españoles recordarán
que en estas semanas de lucha en las que nos unimos como un pueblo, como
un solo pueblo, usted y solo usted se dedicó a dividir y a sembrar
desconfianza. Hay momentos cruciales en los que hay que saber elegir, y
todos los españoles recordarán que la sociedad venció al virus mientras
usted solo pensaba en vencer al Gobierno.
Habla usted de lealtad y deslealtad. Desleal es pasarse días con los
presidentes de sus comunidades autónomas pidiendo medidas más duras y el
cese de toda actividad y que cuando el Gobierno decreta ese cese de
actividad salgan en tromba a criticarlo, eso es deslealtad. Desleal,
señor Casado, es tratar a las víctimas solo como un recurso útil para
atacar al Gobierno, una especialidad de su partido. Cito sus propias
palabras: Están poniendo el foco en lo positivo de la crisis, no están
mostrando lo que está pasando en las morgues. Y sigo citándole: No hay
entrevistas a las personas afectadas y los medios dan demasiada
importancia al esfuerzo y a la superación de la sociedad española, a los
aplausos a los sanitarios y a las recuperaciones y altas de los
pacientes. ¿Pero en qué está pensando usted cuando hace este tipo de
afirmaciones? ¿En qué piensa cuando pide que se hable más de las morgues
y menos de los datos positivos? Creo que, lamentablemente, todos sabemos
en lo que está pensando, porque es transparente, no lo disimula, pero
también sabemos en lo que no está pensando, y no está pensando en las
víctimas, ni en los enfermos, ni en las familias que necesitan en estos
momentos ayuda y esperanza, ayuda y esperanza. (Aplausos). No está
pensando en el personal sanitario, que está salvando vidas mientras usted
tira piedras sobre el tejado de todos. Señor Casado, no se puede
pretender gobernar España y estar esperando que al Gobierno le vaya mal
en una crisis como esta. Por cierto, le voy a aclarar algo. Unirse en
este momento no supone renunciar a ningún principio, supone reconocer que
hay un principio superior a todos: la salud y la vida de los españoles.
Eso es lo que estamos haciendo, eso es lo que queremos hacer el resto de
partidos. Yo he tenido y tengo diferencias con todos los partidos de esta
Cámara, con algunos incluso grandes diferencias, pero todos sabemos que
este es el momento de unirnos lealmente por algo más importante que
nosotros mismos. Cada día tuitea usted atacando al Gobierno, señor
Casado, ¿pero sabe lo que no menciona usted ni una sola vez en todos esos
tuits a los que tanto se ha aficionado? ¿Sabe lo que siempre se le olvida
decir? Que el personal sanitario de España ya ha logrado salvar a más
personas que el de ningún otro país del mundo excepto China. Búsquelo,
señor Casado, busque en esos tuits llenos de odio que pone cada día una
mención a los curados en los últimos días; búsquela, a ver si la
encuentra.
Además, llueve sobre mojado, y cuando la tempestad arrecia, cuando nuestro
país se ha tenido que enfrentar a las dificultades, al dolor y al terror,
¿dónde estaban ustedes, señor Casado? ¿Dónde ha estado la derecha cada
vez que nuestra democracia la ha necesitado? Equivocarse una vez puede
ser un error, pero ustedes se equivocan sistemáticamente siempre, y eso
ya no es un error, es una estrategia, una estrategia indigna y dañina
para este país que tanto dicen amar, pero al que no paran de dividir y
enfrentar. Llueve sobre mojado, y después del discurso que usted hizo
esta mañana aquí, se ve que ahora tampoco podemos contar con usted. Señor
Casado, este error le perseguirá toda su vida.
La España unida, la España de los balcones, la España que se está
sacrificando cada día no se merece una oposición que genere división y
que alimente bulos, mentiras y odio. Es desleal y es indigno pagar en las
redes sociales noticias falsas, como hacen ustedes. Pregúntele al señor
Monago. De VOX ya no digo nada, porque son los especialistas. A veces se
les nota tanto..., son tan burdas sus mentiras que les pillan enseguida.
Sale usted a decir que hemos olvidado a los autónomos, y replica el
presidente de la Unión de Autónomos, de Uatae, diciendo que están muy
contentos porque han obtenido la protección que pedían e incluso más.
Mueven ustedes el bulo de que el CSIC había informado antes al Gobierno
sobre el virus, y sale el CSIC a decir que mienten. Día tras día se
dedica usted a decir que el Gobierno lo
hace todo mal, pero salen el director general de la Organización Mundial
de la Salud y el jefe de su misión en Europa a decir que están
impresionados por el esfuerzo de la sociedad española y la resolución del
Gobierno de España. Dice usted que olvidamos a los más vulnerables, pero
la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión dice que el
escudo social puesto en marcha por el Gobierno es un avance muy positivo.
Critican al Gobierno de España por tener los mismos problemas al adquirir
el equipo que están teniendo todos los países y todas las
administraciones; pregúntele a la señora Ayuso, que ella seguro que le
puede explicar lo que está ocurriendo. Que le cuente que tuvo que ser
Ximo Puig quién consiguió fletar un avión de ayuda para Valencia y para
Madrid también. Por cierto, no escuchará al presidente Puig sacar pecho
por ello; está demasiado ocupado protegiendo a los valencianos y a todos
los españoles, incluidos los madrileños. Pregúntele a la señora Ayuso,
que decía que esta crisis se veía venir porque hasta nuestras gomas del
pelo vienen de China y luego añadía que no sabía por qué no había sido
más previsora en comprar material; que pedía el cierre de Madrid, para
luego confesar no tener ni idea de cómo se cierra Madrid y de si tal cosa
es posible; que hace apenas unos meses anunciaba la mayor rebaja fiscal
de la historia en Madrid y hoy pide donaciones a los madrileños y pasa el
cepillo para hacer frente a sus obligaciones. (Aplausos). Pregunte a la
señora Ayuso, que acusaba al Gobierno de bloquear el envío de material a
la Comunidad de Madrid. Eso es falso y desleal. Desde el 10 de marzo se
han enviado a Madrid más de seis millones de mascarillas y millones de
euros en material sanitario. Dice usted que el Gobierno no está
informando, pero los datos se actualizan casi inmediatamente, el
presidente comparece ante los medios, los ministros también, y ustedes,
el partido del plasma, se atreven a criticarlo mientras la presidenta de
Madrid, la comunidad más afectada, y su consejero de Sanidad...
(Rumores).
La señora PRESIDENTA: Señorías, por favor.
La señora LASTRA FERNÁNDEZ: ... llevan un mes sin dar una rueda de prensa.
(Aplausos). Y sí, sí, ya les he visto estos días repetir una y otra vez
datos manipulados sobre la sanidad pública en Madrid, y es que a ustedes
les gusta mucho la contabilidad creativa, siempre han sido un partido al
que le gusta mucho esto. Miren, les doy unos datos del Observatorio
Madrileño de la Salud. Gasto sanitario per cápita en la Comunidad de
Madrid: en 2015, un 5 % menos que el resto de las comunidades autónomas;
en 2017, un 8,5 menos que la media de las comunidades autónomas; en 2019,
un 14,4 menos que la media de las comunidades autónomas. Camas en la
sanidad pública: en 2014 eran 11 800; en 2017 eran 10 800. Personal
sanitario: entre 2010 y 2018 hay 4151 profesionales menos con 175 000
personas más en la comunidad. Deje de mentir, señor Casado. Su partido es
el de Aguirre, que insultaba al personal sanitario. Ustedes han intentado
acusar al Gobierno de no comprar en un par de días el material que
ustedes recortaron durante décadas, de no contratar en dos días al
personal sanitario que ustedes durante décadas despidieron y de no
colocar en medio día los miles de camas que ustedes destruyeron. Ya está
bien, señor Casado. Dejen de echar la culpa a otros. El último
recordatorio. Audiencia Nacional. El Partido Popular robó más de 3
millones de euros en los centros de salud y en siete hospitales
madrileños, esos hospitales en los que hoy faltan camas, señor Casado.
(Aplausos). Así que ya está bien. (Rumores).
La señora PRESIDENTA: Señorías, por favor, silencio.
La señora LASTRA FERNÁNDEZ: Solamente les voy a recordar que la sanidad
pública salva vidas y que por eso nosotros -alguno de sus consejeros en
la Comunidad de Madrid decía: esto de la sanidad pública es una cosa de
socialistas- estamos muy orgullosos de defender siempre, como lo hemos
hecho y como lo vamos a seguir haciendo, la sanidad pública.
Señorías, concluyo, que se me va el tiempo. La semana pasada muchos de mis
amigos y familiares, igual que los de todos ustedes, me empezaban a decir
que les costaba ver las noticias porque todo era desesperanza. Concluyo,
señoría, un minuto. Todos nosotros buscábamos algo de luz en esas cifras
diarias, y hoy vemos que las cosas empiezan a cambiar, que tanto esfuerzo
está dando resultado, que es el momento de perseverar. Vamos a salir de
esta crisis fuertes y unidos, y vamos a salir sin dejar a nadie atrás.
Nadie se va a quedar atrás. De esta crisis, de esta unidad de los
demócratas tiene que nacer un compromiso; un compromiso que sepa apoyarse
en lo que nos une, porque eso es lo que nos hace fuertes; un compromiso
para un futuro cada día más próximo, que seguirá exigiendo de todos
nosotros mucha responsabilidad y solidaridad.
Por cierto, por recordar, desde los Gobiernos de Felipe González, el
Partido Popular no ha firmado ningún pacto de Estado estando en la
oposición. Esperemos que esta vez no sea así; esperemos que esta
vez se sumen a los acuerdos, porque es importante reconstruir una de las
mayores economías del mundo como es la nuestra.
Señorías, este es el reto que tenemos, así que hagámoslo una vez más.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Lastra. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el señor presidente del
Gobierno.
El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias,
señorías. Gracias, presidenta.
Señorías, quiero agradecer a todos los grupos parlamentarios, desde la
actitud más constructiva, el apoyo a este decreto de prórroga del estado
de alarma.
Lo primero que me gustaría decirles es que, sin duda alguna, va a haber
tiempo para poder examinar con detalle todas las enseñanzas de esta
crisis; para analizar el cambio de paradigma que va a suponer, que está
suponiendo ya en la acción política, en la toma de decisiones y en su
relación con las políticas públicas, y para ver qué es lo que se puede
mejorar. Aquí distintos grupos parlamentarios han hecho sus reflexiones y
sus aportaciones sobre qué cuestiones tenemos que mejorar en el ámbito de
la cobertura pública, en el ámbito del reforzamiento o no del Estado del
bienestar y, sin duda alguna, en la construcción europea. Queda toda la
legislatura para hacerlo, señorías, con lo cual, podremos abordar ese
debate cuando toque.
Pero antes de manifestar estas consideraciones, hay algunas preguntas a
las que todos deberíamos responder aquí y ahora sin dudar, como
representantes de los españoles que somos, especialmente las señorías que
se han mostrado más escépticas en sus intervenciones con respecto a este
acuerdo de reconstrucción económica y social de nuestro país que está
proponiendo el Gobierno de España, una suerte de nuevos pactos de la
Moncloa o como quieran ustedes, lógicamente, calificarlos.
Señorías, la pregunta es bien sencilla: ¿Qué es mejor? ¿Es mejor tener una
Unidad Militar de Emergencia o no? ¿Es mejor tener un sistema de salud
robusto o débil? ¿Es mejor tener un sistema de educación o de ciencia y
de investigación, que ahora mismo es esencial para luchar contra la
pandemia, robusto o débil? ¿Qué es mejor, tener una potente red de fibra
que soporte nuestras comunicaciones en momentos tan extremos donde es
claramente necesario reforzar la digitalización durante los próximos años
o no tenerla? ¿Qué es mejor, tener unas fuerzas de seguridad bien dotadas
y entrenadas o no tenerlas? ¿Qué es mejor, tener un sistema asistencial,
en nuestras residencias de mayores, para las personas en edad avanzada o
no? ¿Qué es mejor, diecisiete comunidades autónomas peleando unas con
otras a ver quién es la que adquiere ese material sanitario en un mercado
absolutamente tensionado como consecuencia de una pandemia global o
diecisiete comunidades autónomas remando en la misma dirección? ¿Qué es
mejor, la ciencia o el capricho, señorías? ¿Qué es mejor, la unidad o la
división? Esa es la pregunta.
En algunas intervenciones aprecio, lógicamente, como presidente, que
tienen miedo al acuerdo, porque creen que así demuestran una supuesta
debilidad, cuando es justamente lo contrario; así mostrarían fortaleza
ante todos los españoles, mostrarían grandeza. Es el Gobierno el que hace
un ofrecimiento de concertación, y con ello mostrarían no solamente un
ejercicio de madurez, sino algo mucho más importante para favorecer esa
unidad de acción a la cual nosotros estamos apelando, que es humildad, es
cercanía, es transparencia. Solo el que no cree en la política como un
instrumento para el acuerdo renuncia a un acuerdo antes de intentarlo. A
menudo los acuerdos se consiguen mientras se inicia el diálogo con una
actitud constructiva, incluso cuando se cree que los frutos que van a dar
son exiguos o están puestos en cuestión. ¿Por qué se renuncia, por tanto,
al diálogo? No hay una respuesta a esta pregunta cuando precisamente se
emite de una manera sincera, como lo está haciendo el Gobierno, y además
ante una emergencia nacional sin precedentes, pero no solamente en
España, en el mundo, señorías. Así que les vuelvo a plantear, por ello,
una cuestión bien sencilla que tienen que responder ustedes aquí y que no
pueden eludir. Algunos lo han hecho, han respondido de manera directa,
clara, rotunda. Ya lo sabemos, me lo imaginaba, pero ¿qué es mejor, la
unidad o la división para aquellos que tienen sentido de Estado o al
menos proclaman tener sentido de Estado? Yo creo, señorías, que nuestra
democracia es rocosa porque defiende los derechos individuales al mismo
tiempo que defiende el bien común y porque permite que haya, como ha
habido durante estos cuarenta y tantos años de democracia, Gobiernos
conservadores y Gobiernos socialistas, y hoy, por primera vez en la
historia de la democracia, un Gobierno de coalición.
A los partidos que han adoptado una posición constructiva, aunque sea
crítica, quiero agradecerles sin duda alguna su apoyo ante la
incertidumbre desde la que se toman decisiones trascendentales.
Lógicamente, aquellos partidos políticos que tienen el honor de liderar
las comunidades autónomas en circunstancias como las actuales es evidente
que nos vemos obligados a tener que tomar decisiones no en horas, en
minutos, señorías, y eso no significa que no tengamos vocación de diálogo
ni tampoco de concertación, sino que lógicamente necesitamos responder en
cuestión de minutos. Y a los partidos que han adoptado otra posición,
quiero decirles lo que he venido diciendo durante estos últimos días,
estas últimas semanas, y es que nosotros no los vemos como adversarios y
que el Gobierno que yo tengo el honor de presidir, que es un Gobierno de
coalición, va a seguir tendiendo la mano a todas las fuerzas
parlamentarias que quieran arrimar el hombro. Porque en eso estamos,
señorías, en arrimar el hombro para salvar vidas y luego reconstruir
social y económicamente nuestro país y también Europa. Y desde España
también podemos contribuir a esa reconstrucción social, económica y yo
diría que incluso moral de nuestro continente, de nuestro proyecto común.
Yo creo que la pandemia está demostrando a nivel mundial que un país solo
no puede vencerla, no puede, y dentro de nuestro país tampoco podremos
vencerla si no hay una unidad en torno al Gobierno, una unidad que no
tiene que ser acrítica sino, claro que sí, crítica, constructiva, leal.
Lo he dicho al principio de mi discurso: yo solamente ofrezco aquello que
les puedo pedir a ustedes, que es unidad y lealtad. Necesitamos a toda la
sociedad española -a toda la sociedad española-, vivan donde vivan,
representen lo que representen en el orden social que tenemos, sean
actores económicos, sean agentes sociales, sean fuerzas políticas, sean
Gobiernos de distinto color a nivel autonómico, a nivel provincial y a
nivel municipal. Por eso, a lo largo de mi intervención solo les he
pedido lo que yo puedo ofrecer, que es unidad y lealtad, y en este punto
quisiera aclarar algunas cuestiones y ser preciso en varios puntos porque
esto va a quedar lógicamente inscrito en el acta de la sesión del
Congreso de los Diputados. Por eso quiero ser riguroso en algunas de las
cuestiones que aquí se han planteado y por eso quiero leer en esta
réplica algunas de las cuestiones que aquí se han planteado, para que
consten en acta, porque sabemos que este debate va a llegar en la resaca
de esta pandemia.
En las últimas semanas, señorías, algunas informaciones y declaraciones de
algunos líderes políticos han puesto el foco en la gestión de la
respuesta desplegada por parte del Gobierno de España con el objetivo de
reducir el impacto, doblegar la pandemia y erradicar la enfermedad.
Dichas declaraciones han tratado de dibujar un panorama enormemente
negativo, como hemos visto por parte de algunos grupos políticos en la
bancada de la oposición; no en todos, en algunos -previsibles,
lógicamente-. Hoy hemos escuchado repetir en esta Cámara algunas de
ellas. Se trata de afirmaciones basadas en palpables falsedades;
palpables falsedades, señorías, y quiero que conste en acta. Se han
reiterado hasta la saciedad, como tratando de que el ruido no dejara
escuchar la señal, entre otras, algunas afirmaciones como las siguientes:
primera, que el Gobierno español desoyó en las primeras semanas de la
expansión del virus los llamamientos efectuados por la Organización
Mundial de la Salud y por la Unión Europea para hacer acopio de material
sanitario durante los primeros compases de la expansión de la COVID-19.
Eso se ha dicho por parte de la bancada conservadora. En segundo lugar,
que llegó tarde a los mercados internacionales, creando un cuello de
botella que impidió a las comunidades autónomas aprovisionarse ellas
mismas de recursos de uso sanitario. Esto también se ha dicho por parte
de la bancada conservadora. Que no se conoce la dimensión del número de
infectados en España porque se hacen muy pocos diagnósticos respecto a
otros países europeos. Esto también se ha dicho por parte de la bancada
conservadora.
Señorías, si realmente quisiéramos ceñirnos a datos objetivos y
contrastables, serviría para desmontar esta tesis el recentísimo informe
que ha elaborado la Organización Mundial de la Salud sobre las medidas
implementadas en nuestro país para luchar contra la pandemia. Este
informe fue elaborado por el enviado especial, que está trabajando de
manera estrecha con el Gobierno de España, cuya misión concluyó hace dos
días. Ese informe, señorías, ha dado como resultado algunas declaraciones
públicas de varios miembros de la OMS -que más adelante les recordaré
pero que también he anticipado en mi primera intervención- sobre,
insisto, el heroísmo -nunca me cansaré de decirlo- de los trabajadores
públicos que están en primera línea, la solidaridad de las personas y la
resolución inspiradora del ministro y el Ministerio de Sanidad.
Obviamente habrá que reconocer -y así se ha dicho ya por parte del
Gobierno- que, junto a las medidas adecuadas, también pueden
identificarse hoy mejores medidas. Yo lo he dicho, señorías, y no sé por
qué se está diciendo que el Gobierno de España no asume autocrítica;
estoy diciendo que lógicamente, con el conocimiento que tenemos hoy,
algunas cosas de ayer las haríamos distintas. Pero es que el conocimiento
de hoy no es el conocimiento de ayer, no solamente para los
Gobiernos -sean el español, el Gobierno autonómico X o el Gobierno europeo
Y-, sino también para la ciencia, señorías, que se está enfrentando a un
virus que desconoce cómo tratar. No tenemos vacuna, no tenemos tampoco
una claridad terapéutica en relación a cómo luchar contra el virus.
Por lo tanto, un Gobierno siempre tiene que ser autoexigente. Lo he dicho
en mi primera intervención, señorías: este Gobierno es absolutamente
autoexigente, autocrítico y humilde. Escuchamos todas las aportaciones,
señorías, todas las aportaciones, no solamente las de las fuerzas
parlamentarias, también las de los Gobiernos autonómicos. Desde el inicio
de la crisis no solamente hay conferencias de presidentes todas las
semanas sino que también todas las autoridades delegadas en este Decreto
de alarma han venido reuniéndose mediante videoconferencias,
regularmente, semanalmente -hasta en dos o tres ocasiones, como hace el
Ministerio de Sanidad, con los consejeros de Sanidad-. Con algunos de
ellos, en los lugares donde hay un mayor foco o una mayor intensidad de
la pandemia, las conversaciones son, incluso, diarias, como ocurre por
ejemplo con el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Por lo
tanto, un Gobierno siempre tiene que ser autoexigente y, como les expreso
reiteradamente en todas mis intervenciones, llegará el momento adecuado,
señorías, para celebrar un debate sobre todo ello y abordarlo en un
ámbito que ya planteé en mi primera intervención con el Decreto de
alarma, me refiero a la comisión de estudio y evaluación parlamentaria
para saber exactamente qué es lo que ha ocurrido y cómo podemos
pertrecharnos de mejores instrumentos públicos para poder responder a
eventuales futuras pandemias.
Pues bien, sobre la coordinación con la Organización Mundial de la Salud,
con la Unión Europea y con las comunidades autónomas, algunas ideas
claras para que se les queden a algunos en la retina, a aquellos que
siguen insistiendo en la mentira y en los bulos. Algunas ideas claras:
España siempre ha actuado, desde el primer momento, en coordinación con
la OMS y con la Unión Europea. De hecho, cuando la OMS declaró la
emergencia sanitaria global el 30 de enero, con 7700 casos en el mundo y
ninguno en España, nuestro país ya cumplía con todas las recomendaciones.
El 3 de febrero, con 17 381 casos y un caso en España, la OMS publicó un
borrador del Plan para la preparación estratégica frente al nuevo
coronavirus -un documento marco que recoge medidas de coordinación
nacional, la comunicación a la ciudadanía, la identificación y
tratamiento de los casos, la logística y el suministro de los servicios
esenciales para los distintos escenarios- y en esa evaluación, efectuada
por la OMS el 30 de marzo, España se situó en el nivel más alto de
capacidad de respuesta. No lo digo yo, lo dice la OMS. El 4 de febrero,
con 27 597 casos en el mundo y uno en España, se convocó un consejo
interterritorial. Todas las comunidades autónomas agradecieron la
coordinación y la información que diariamente recibían del ministerio y
se constató que los protocolos estaban funcionando, de un Gobierno
-insisto, señorías- que toma posesión a principios de enero, en la
segunda semana de enero. El 13 de febrero, señorías, con 60 117 casos en
el mundo y 2 en España, se reunió en Bruselas el grupo de salud del EPSCO
-formación del Consejo Europeo que reúne a los ministros y ministras de
Empleo, de Política Social, de Sanidad y Consumidores-, y en esa ocasión
la Comisión Europea avisó del riesgo y urgió a los países a prepararse
ante una epidemia global. El ministro de Sanidad informó de que en España
se estaban ya implementando medidas preventivas y preparatorias
totalmente en línea con la OMS, con el ECDC, que es la instancia
científica a nivel europeo, y el resto de mecanismos de coordinación. En
el Consejo Interterritorial del 25 de febrero pasado, con 80 250 casos en
el mundo y 2 en España, se validaron los protocolos por acuerdo de todas
las comunidades autónomas y se plantearon los distintos escenarios para
dar una respuesta común en caso de que el perfil de riesgo aumentara. En
el Consejo Interterritorial del 1 de marzo, con 88 913 casos en el mundo
y 140 en España, se pidió a las comunidades autónomas que actualizaran
sus planes de contingencia. El 6 de marzo, con 96 000 casos globales
aproximadamente -374 casos en España y 5 fallecidos-, en el segundo EPSCO
extraordinario el ministro de Sanidad resaltó que en ese momento eran
especialmente necesarias las medidas para garantizar la disponibilidad de
los recursos con los procedimientos de compra conjunta a nivel europeo.
La Unión Europea lanzó en esa fecha, señorías, una licitación conjunta de
gafas, mascarillas, respiradores, kits de diagnóstico, etcétera. España
participó en todas las propuestas de compra conjuntas. El 12 de marzo,
con 124 519 casos globales -en España, 2950 casos y 84 fallecidos-, el
ECDC propuso, en función del aumento del riesgo para Europa en ese
momento, medidas de distanciamiento social. España ya las había
implementado en las zonas de transmisión significativa -por ejemplo, en
la Comunidad Autónoma de Madrid- y ese mismo día se ampliaron a todas las
comunidades autónomas de nuestro país. El 14 de marzo, con 142 320 casos
globales, en España, con 5753 casos reconocidos de contagios y 136
fallecidos, se declaró el estado de alarma. Se facultó al Gobierno a
establecer el suministro centralizado cuando se produjera
desabastecimiento de cualquier medicamento o producto de protección
sanitaria. Ello quiere decir, señorías, que, en función de la escasez de
la zona y para garantizar la atención sanitaria en todo el territorio, se
podrían ordenar las compras y la producción nacional y redistribuir con
equidad y cohesión ante esta pandemia que estaba afectando al conjunto
del país sin distinción de territorios.
Señorías, las comunidades autónomas han mantenido sus competencias en
sanidad. Aquí no ha habido un ejercicio de recentralización. Seamos
serios y rigurosos al menos en esta apreciación. Nosotros no hemos
recentralizado nada. Las comunidades han mantenido sus competencias en
sanidad y han podido comprar material en todo momento. En ningún caso se
modificó el marco competencial de las comunidades autónomas, que sigue
siendo el de gestionar y prestar la asistencia sanitaria y dotarse de los
medios técnicos y humanos necesarios para hacer frente a estas
obligaciones. Unas comunidades autónomas, por ejemplo, Galicia, Euskadi,
Comunidad Valenciana, Cataluña, Navarra o Castilla-La Mancha -es decir,
comunidades de distinto signo, y me refiero en términos de Gobiernos
autonómicos: de izquierda, derecha, nacionalistas o no nacionalistas-,
han realizado estas operaciones de compra superando enormes dificultades.
Otras, como, por ejemplo, la Comunidad de Madrid, tardaron semanas en
intentarlo y se refugiaron detrás de disculpas como el cuello de botella.
Nunca se requisó material alguno, señorías, ni se bloqueó ninguna
importación. Así se demuestra con la llegada de aviones diez días después
de lo anunciado.
Me referiré ahora a la llegada de suministro, señorías. En cuanto a la
llegada de los elementos de protección individual y los aparatos de uso
sanitario, hace ya más de dos semanas que toma tierra en España un avión
diario de media con materiales sanitarios que se reparten inmediatamente
a todas las comunidades autónomas. Este mismo fin de semana se han
recibido cuatro millones de mascarillas, además de otras piezas, como
gafas, guantes y batas de protección.
Estas son algunas cifras a fecha de 5 abril, quiero recordarlas. Respecto
de los elementos de protección individual, se ha dicho que el Gobierno se
lanzó a comprar tras el Decreto de alarma el 14 de marzo. Esta afirmación
es falsa señorías, porque antes de esa fecha ya se habían repartido -y
quiero decirlo aquí para que conste en acta- más de 414 000 mascarillas a
todo el territorio y otros equipos de protección. Desde el 10 de marzo,
es decir, mucho antes, cuatro días antes de la declaración del estado de
alarma, ya lo estaba haciendo el Gobierno de España. Gracias a los
procesos de compra y a las donaciones en marcha, antes de esa fecha,
entre el 14 de marzo y el 21 de marzo, se repartieron otros 3,7 millones
de mascarillas a las comunidades autónomas, entre otros equipos y
productos sanitarios. ¿Insuficientes? Sin duda alguna insuficientes,
señorías, pero se tiene que reconocer el esfuerzo ímprobo que ha hecho
este Gobierno por proveer y dotar a todas las comunidades autónomas de
los necesarios EPI para poder hacer frente a esta pandemia, como estamos
haciendo frente.
Desde primeros de marzo y hasta el 5 de abril, el Gobierno de España ha
transferido a las autoridades sanitarias de los distintos territorios un
total de 43 millones de unidades, señorías, 43 millones de unidades,
entre ellas, casi 25 millones de mascarillas para pacientes y
profesionales, 18 millones de guantes, 155 000 gafas de protección, 238
000 mil batas desechables y buzos y más de 500 aparatos de respiración
asistida, que son fundamentales para nuestras UCI. El Gobierno ha firmado
contratos por un total de 850 millones de euros, que seguirán llegando
del exterior en los próximos días. Pero, además, y en un plan estratégico
-para aquellos que lo han planteado en sus intervenciones- de buscar la
autosuficiencia -porque yo creo que también esta es una de las lecciones
que tenemos que extraer de esta crisis-, se ha llegado a acuerdos para
producir en España buena parte de estos equipamientos. Yo hace muy pocos
días precisamente estuve en una fábrica en Móstoles, que es una empresa
familiar de segunda generación, que ahora mismo está pasando de producir
cincuenta respiradores al día a producir más de cien respiradores al día,
además de grandes corporaciones de automoción que, efectivamente, gracias
al impulso de las nuevas tecnologías están produciendo respiradores que
pueden paliar de alguna manera el déficit que tenemos en nuestras camas
de UCI. Tenemos el ejemplo del caso del contrato con el grupo Mondragón,
que ha impulsado el Gobierno de España, que va a fabricar 60 millones de
mascarillas en los próximos seis meses a razón de 10 millones de
mascarillas por mes para garantizar en esa desescalada que tanto nos
preocupa a todos, señorías, la provisión necesaria de mascarillas de
material de protección, no solamente para los trabajadores y
trabajadoras, sino también para recuperar nuestra nueva normalidad, a la
cual hacía referencia antes en mi intervención. Sobre los respiradores,
lo he dicho antes -la semana pasada estuve en una fábrica visitando a los
trabajadores y a los empresarios de esa compañía-, el Gobierno ha
comprado más de 1500 respiradores en un complicado mercado internacional
y aquellos que gobiernan en comunidades autónomas saben muy bien que hay
una tensión enorme en el mercado.
Hemos recibido más de 2000 procedentes de donaciones, que agradecemos, y
hemos impulsado con éxito dos proyectos de fabricación nacional que se
confirmaron y comunicaron este pasado martes, como he dicho antes, en
relación con Seat y también con una empresa en Móstoles llamada Hersill.
Con ello creo que se puede garantizar el llegar a niveles de máximos para
proveer a todas las unidades de cuidados intensivos de equipos de
ventilación mecánica invasiva en todo el territorio.
Me referiré ahora a los test rápidos y las PCR, a los que se ha hecho
referencia por parte de algunos de ustedes en sus intervenciones. Para
extender los análisis sobre los efectos de la pandemia de España el
Gobierno ha implementado una estrategia basada en dos acciones
complementarias -y esto quiero que conste en acta porque también hay
bastante desinformación en algunas de las intervenciones que ha hecho la
bancada de la derecha desde esa tribuna-: incrementar las PCR, en primer
lugar, las pruebas diagnósticas que son las más fiables y que se vienen
realizando desde el principio de la crisis en los hospitales. Son las
utilizadas en Corea en China y en España, que es uno de los países, por
cierto, con mayor número de test realizados. Lo digo y lo sostengo,
señorías, somos uno de los países con mayor número de test realizados, en
torno a 20 000 diarios, 20 000 PCR diarios. Y, en segundo lugar,
complementar con los test de diagnóstico rápido, una vez determinado por
el Centro Nacional de Microbiología, que tienen una fiabilidad de entre
el 64 y el 80 %. Los resultados positivos contarán como casos de contagio
y los negativos, en caso de pacientes sospechosos, se contrastarán con
una prueba con PCR. Es decir, se están transfiriendo estas últimas horas
a las comunidades autónomas un millón de test rápidos y se han contratado
otros cuatro millones de test rápidos, como comuniqué a las comunidades
autónomas en la última Conferencia de Presidentes celebrada el pasado
domingo por videoconferencia. Los ámbitos prioritarios para realizarlos
lógicamente tienen que ser los centros hospitalarios y las residencias de
mayores.
Pero también nos hemos centrado en otras iniciativas, a las cuales hacía
referencia también en mi primera intervención. Por ejemplo, las
residencias de mayores, que son competencia de las comunidades autónomas.
Nosotros siempre hemos mostrado nuestra más absoluta disponibilidad para
ayudar. Las residencias de mayores, señorías, son, como saben,
competencia de las comunidades autónomas. No obstante, el Gobierno de
España autorizó la actuación de las Fuerzas Armadas para labores de
desinfección, dictó varias órdenes a través del Ministerio de Sanidad,
antes incluso del Decreto del estado de alarma, con protocolos para
separar los casos positivos del resto, e incluso facultó a las
autoridades sanitarias autonómicas para intervenir estos establecimientos
por razones de salud de los residentes. La última iniciativa es la de
reclamar información detallada sobre el estado real de cada una de ellas
a fin de adoptar las decisiones que se estimen oportunas. Se considera
absolutamente prioritario que las autoridades sanitarias suministren a
las residencias de mayores test de análisis para identificar y tratar el
número de contagios y otros elementos de protección. En los últimos días
hemos comprobado asimismo que el número de nuevos casos, y sobre todo de
nuevos hospitalizados e ingresados en UCI, se va ralentizando. Yo creo
que en esto tenemos que ser todos unánimes, al menos en la valoración de
las cifras. ¿Que nos gustaría que fuera mayor? Sin duda alguna, pero ahí
están los efectos del estado de alarma y de las medidas tan drásticas que
estamos tomando y tan duras para el conjunto de los hogares de nuestro
país. El sacrificio de tantos millones de españoles y la tarea titánica
de los profesionales sanitarios están permitiendo que la curva de nuevos
contagios y de nuevos hospitalizados se vaya estabilizando e incluso
descienda en algunas zonas; hay algunas zonas de nuestro país en las que
ya ha descendido. Eso es porque todos, o más bien casi todos, remamos en
la misma dirección. Los expertos dicen que se camina en el camino
correcto.
Las críticas, a mi juicio, siempre son necesarias para mejorar, lo digo en
serio, con humildad, son bienvenidas, aunque muchas de ellas no tienen
una intención constructiva, como ha quedado claro en esta tribuna. Pero
la desinformación, la practique quien la practique, siempre será
derrotada, como hoy, con fechas, con cifras y con datos. Sorprende, por
supuesto, que estas voces procedan de personas que quieren hacer mucho
ruido pero que hacen oídos sordos a las evidencias. Resulta curioso que
sigan repitiendo con descaro que el Gobierno desoyó los llamamientos de
la OMS, sobre todo cuando las autoridades de la OMS han refrendado de
forma nítida y en varias ocasiones -no en una, sino en varias- la
oportunidad y la viabilidad de las decisiones españolas.
Vamos a hacer un pequeño repaso, señorías. El director general de la OMS,
el 11 de marzo: España es un ejemplo del enfoque de cualquier Gobierno
para luchar contra la COVID-19. La directora de Salud Pública de la OMS,
la española María Neira, el 15 de marzo: Todas las medidas que he visto
que se decidían en España me han parecido muy adaptadas a la situación en
cada momento. Si ahora han
decidido escalar de esta manera es decir, un día después del estado de
alarma- tan importante será porque han evaluado que la situación ha
cambiado y que merece este tipo de medidas. El director de la OMS para
Europa, el 5 de abril: Profundamente impresionado por el heroísmo de los
trabajadores de primera línea en España, la solidaridad de las personas y
la resolución inspiradora del Gobierno de España. Moderado optimismo ante
las medidas audaces, innovadoras y decisiones valientes. El director
general de la OMS, el 6 de abril: No podría estar más de acuerdo, estoy
muy conmovido por los esfuerzos enormes que están haciendo el Gobierno de
España y la gente para combatir la COVID-19. La OMS se solidariza con
España y continuará brindando el apoyo necesario. Mi agradecimiento a la
OMS Europa, en misión a España, dirigida por el doctor Bruce Aylward.
Señor Casado, la primera pregunta que me gustaría manifestarle es: ¿qué
quiere decir con confinar el Parlamento? ¿Qué quiere decir usted con
confinar la democracia? ¿Qué quiere decir? Yo he comparecido tres veces,
señoría. Han comparecido además dos ministros y la vicepresidenta
tercera. El ministro de Sanidad comparece semanalmente, como hemos
quedado después del primer Decreto de prórroga del estado de alarma. El
Gobierno ha respondido alrededor de 1800 peguntas escritas por los
distintos grupos parlamentarios desde que comenzó la emergencia
sanitaria: 1800 preguntas. Para que se hagan ustedes una idea, en
situaciones previas a la crisis, en un periodo semejante se habrían
respondido aproximadamente 800 preguntas; hoy estamos en 1800 preguntas
contestadas; 1800 preguntas El Gobierno, asimismo, envía permanentemente
documentación a las comisiones, a la Mesa de la Cámara, que se reúne con
normalidad. Estamos siendo un modelo para España. ¿O no lo creen usted
así, señor Casado y señorías del Grupo Parlamentario Popular? ¿Usted no
lo cree? (El señor Casado Blanco: No). Bien, no se ponga colorado, señor
Casado. (Rumores). Simplemente dígame una cosa: ¿qué quiere, por tanto,
decir...
La señora PRESIDENTA: Señorías, por favor.
El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): ¿Qué quiere
decir, por tanto, que el Parlamento está cerrado, que hay un
confinamiento de la democracia? Se lo voy a decir, y se lo tengo que
decir, además, señor Casado, aunque me pese. Señor Casado, ¿sabe usted
cuál es la actividad de la Asamblea parlamentaria en Madrid, la comunidad
autónoma más afectada hasta ahora por la COVID-19? ¿Cuál es la actividad
parlamentaria? Dígame, señor Casado; seguro que usted lo sabe. Está
suspendida hasta el 12 de abril y la presidenta regional no comparece
desde el 11 de marzo, señor Casado. (Varios señores diputados: ¡Está en
cuarentena!-Rumores)
La señora PRESIDENTA: Señorías, por favor, ruego silencio. Respeten al
orador.
El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Señor Casado,
¿sabe usted cuál es la actividad parlamentaria de la Asamblea andaluza?
¿Lo sabe usted? Se ha suspendido la actividad del Parlamento durante el
tiempo que dure el estado de alarma y el presidente de la Junta de
Andalucía no ha comparecido ni una sola vez en la Asamblea de Andalucía.
¿Sabe cuál es la actividad de la Asamblea de Murcia? Se lo podrá decir el
señor Egea, que es de allí. (Un señor diputado: Ha pedido comparecer). El
día 16 de marzo se decidió la suspensión de su actividad y su presidente
no ha comparecido desde entonces ni una sola vez, señor Casado. ¿Y sabe
lo que tienen en común esas tres comunidades autónomas: Murcia, Madrid y
Andalucía? Que ustedes gobiernan allí con el apoyo de la ultraderecha.
(Aplausos). Ustedes gobiernan con el apoyo de la ultraderecha y no
quieren dar explicaciones de nada cuando gobiernan. Es una diferencia
básica acreditada entre ustedes y nosotros; exigen lo que nunca han dado,
ni dan, ni van a dar. Así que, ¿cómo puede decir usted, señor Casado, que
hay un confinamiento de la democracia y que el Parlamento está cerrado?
Además de toda la actividad realizada, a partir del próximo miércoles se
van a reanudar las sesiones habituales, lo que, lógicamente, celebramos.
Sobre los fallecimientos, señor Casado, le digo: no vaya usted por ese
camino; de verdad, no vaya usted por ese camino. España tiene el registro
de fallecimientos más estricto de Europa, como varios medios de
comunicación ya han puesto de manifiesto. No vaya usted por ese camino,
señor Casado. Es así porque, por un lado, seguimos el protocolo
establecido por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de
Enfermedades, creado como sistema de comunicación de enfermedades por
parte de la Comisión Europea desde 1998, y por otro, cumplimos a
rajatabla las directrices establecidas por la OMS, que exigen comunicar
todos los casos confirmados, es decir, aquellos con confirmación de
laboratorio, con independencia de los signos y los síntomas clínicos. Por
tanto, señor Casado, vuelvo a decirle que, a medida que conocemos más el
virus, ganamos tiempo para vencerlo y ganamos tiempo para el acuerdo y
que, sin duda alguna, hay cuestiones por las que es mucho mejor que usted
no se deslice.
Hoy ha dicho desde la tribuna que esto de los nuevos pactos de la Moncloa
le parece un trampantojo; hace dos días dijo que eran un señuelo. En fin,
creo que son una obligación nacional, señor Casado. Lo que le propongo al
Congreso es algo muy serio, señor Casado, no implica un cambio de régimen
y es una propuesta sincera; le reitero el ofrecimiento de corazón. Se
trata de un gran acuerdo nacional para la reconstrucción económica y
social, en el que participen todas las fuerzas políticas que quieran
arrimar el hombro, en el que participen también todos los sindicatos y
empresarios y, por supuesto, también las comunidades autónomas. Es
precisamente lo que demandan de manera mayoritaria todos los ciudadanos,
vivan donde vivan, sientan lo que sienten y voten lo que voten en las
elecciones cuando son convocados. Necesitamos al Partido Popular dentro
de España, pero también presionando en Europa, señor Casado. Me
encantaría escuchar las propuestas que haya podido compartir y debatir
con los colegas del Grupo del Partido Popular Europeo. Por tanto,
señoría, lo que le pido es que venzamos al virus, que lo hagamos juntos,
ganando tiempo, porque lo necesitamos, precisamente, hasta que
encontremos el remedio terapéutico, hasta que el mundo encuentre la
vacuna, con propuestas viables, unidos, unidos. La propuesta de nuevos
pactos de la Moncloa, de ese gran nuevo acuerdo por la reconstrucción
económica y social de nuestro país, siempre seguirá en pie por mi parte,
señor Casado.
Señor Abascal, quiero ahora dirigirme a usted y a los millares de bots que
trabajan para usted desde las redes sociales. (Aplausos). La verdad es
que resulta difícil hacerle una réplica a usted, porque se han situado en
un terreno donde las palabras ya no tienen ningún sentido. Si usted ha
demostrado algo en su intervención es tener muchos problemas, pero uno de
ellos, sobre todo, es no entender el significado de la palabra bulo,
mentira, desinformación o fake news. Si no le he entendido mal -tendré
ocasión de poder volver a escucharle, pero si no le he entendido mal-, su
propuesta para superar juntos la pandemia global que vive el planeta y
que sufre también España es la siguiente: que el Gobierno dimita de
pleno; que lo reemplacemos por un Gobierno de salvación nacional,
presidido por usted, supongo, señor Abascal; que movilicemos al Ejército
para que tome el control de la situación; que apliquemos recetas, como
usted ha dicho, de gastar 80 000 millones de euros en pagar las nóminas
de los trabajadores y, al mismo tiempo, reducir radicalmente los
impuestos y, por último, lógicamente, procesar al Gobierno de España.
Esto no es nuevo, porque como usted nunca ha reconocido la legitimidad
democrática del Gobierno, entiendo perfectamente que tenga usted ese
ánimo. Señor Abascal, el odio es un instrumento muy peligroso. Calcula
usted mal, señoría, y espero que se dé cuenta solo. Todos podemos acertar
o equivocarnos en nuestras decisiones -¡sin duda alguna!-, pero frente al
odio que usted y su grupo político propagan, los demócratas le
responderemos con la esperanza de vencer a la enfermedad; una esperanza
basada en el esfuerzo, en la resistencia y en la moral de victoria que
está demostrando el conjunto de españoles. (Aplausos).
Al señor Echenique quiero agradecerle, por supuesto, todo el apoyo y la
firme lealtad que está demostrando su grupo en este momento tan crítico.
Usted, efectivamente, ha hecho referencia a los nuevos pactos de la
Moncloa, a este acuerdo por la reconstrucción económica y social del
país, ha pedido unidad y lealtad. Usted ha planteado algo que me parece
importante porque se habla de que ahora no es la hora de la política,
como decía antes la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista y algunos
intervinientes, y es verdad que en esos nuevos acuerdos por esa
reconstrucción económica y social de nuestro país hay una lección que
usted ha planteado en su parlamento y que a mí me parece fundamental, y
es que tenemos que reforzar nuestro Estado del bienestar; que,
evidentemente, la digitalización ha venido para quedarse; que, por
ejemplo, no podemos permitirnos agrandar la brecha de la digitalización
en nuestro sistema educativo, como se está viendo ahora mismo,
dependiendo de los centros públicos. Por cierto, también de aquellas
comunidades autónomas de uno u otro signo político que gobiernan y que
gestionan esa educación pública. Igualmente, como ha comentado antes el
portavoz de algún partido del Grupo Mixto -me refiero al señor del Grupo
Teruel Existe-, toda la digitalización vinculada con la cohesión y la
desigualdad territorial; asimismo, la ciencia y la investigación -usted
es un científico, como ha dicho en alguna otra intervención-; esa agenda
verde, porque vamos a tener que detraer recursos de generaciones futuras
y, en consecuencia, tendremos que hacer inversiones no solamente para una
reindustrialización de nuestro país, sino para que también leguemos a
esas generaciones, a las cuales vamos a detraer esos recursos, un planeta
más sostenible. Un mercado de trabajo, señorías, que también hemos visto
que no ha funcionado, de nuevo no ha funcionado cuando decretamos el
estado de alarma y, en consecuencia, se vio de primera mano la magnitud
del impacto en nuestro mercado laboral. ¿Quiénes han sido los primeros
expulsados, de nuevo? Pues los trabajadores más precarios, los
trabajadores con contratos eventuales; trabajadores a los cuales,
señorías, les hemos reconocido una prestación por
desempleo, a los trabajadores eventuales. Lo ha hecho, por primera vez en
la historia, un Gobierno de coalición progresista, gracias al aporte del
Partido Socialista y de Unidas Podemos, y por eso también le agradezco su
apoyo. Sin duda alguna también la Unión Europea, donde, evidentemente,
nos estamos jugando en buena medida algo que comentaba el señor Rufián, y
es que, efectivamente, esos grandes acuerdos de reconstrucción no pueden
obviar la parte europea. Ahí tenemos que encontrar un punto de equilibrio
entre las distintas formaciones.
Efectivamente, yo coincido con usted en que la desescalada tiene que ser
lo más cauta posible. Tenemos que ser, lógicamente, muy conscientes de lo
que nos estamos jugando y que estamos entrando en un territorio muy
incierto, porque no hay ningún país, señoría, que ahora mismo esté con
una hoja de ruta cierta al cien por cien de la eficacia de esas medidas
de desescalada que podamos poner en marcha en el futuro. De hecho, creo
recordar -el ministro de Sanidad me podrá corregir si me equivoco- que ha
sido esta misma semana, a finales de semana, o ayer, cuando la propia
Unión Europea ha empezado ya a trabajar junto a los distintos países -me
refiero a la Comisión Europea- en una hoja de ruta, en una guía, de
desescalada para el conjunto de países.
Señor Rufián, le agradezco sus apreciaciones y recojo todas las
preocupaciones. Comparto con usted completamente que este virus no
entiende de identidades. Efectivamente, hay mucho profeta del pasado,
extraordinarios profetas del pasado, a toro pasado todos son Manolete,
señor Rufián. (Rumores). Efectivamente, yo coincido en que todos los
Gobiernos autonómicos y todos los Gobiernos municipales quieren acertar,
actúan de buena fe, así también lo hace el Gobierno de España.
Lógicamente, agradezco la crítica y el tono constructivo de su
intervención, pero además de esa gratitud, lógicamente hay cosas que yo
no comparto. Ya dijimos en el anterior debate sobre el decreto de alarma
y la prórroga que el papel que el Gobierno de España está dando al
Ejército creo que es importantísimo y fundamental, por lo que no puedo
estar de acuerdo con su apreciación.
Ha dividido su intervención en el ahora y el mañana, voy a intentar
responder a esas dos cuestiones, el ahora y el mañana. En relación con el
ahora, usted hace referencia a la hibernación económica. Fíjese, este es
uno de los debates que hemos tenido más profundos y más serios por parte
del Ministerio de Sanidad, por parte del equipo de desescalada y por
parte también de los epidemiólogos para saber exactamente cuál es la
medida más eficaz, porque, evidentemente, lo que nosotros queremos -y en
esto créame, sé, además, que no tiene usted duda al respecto- es salvar
vidas, ese es nuestro principal objetivo, nuestra principal prioridad, no
tenemos otra, salvar vidas. Por tanto, en lo que estamos es en responder
a esa urgencia, a esa emergencia. Lo he dicho en muchas ocasiones,
nosotros hemos tratado de guiar siempre nuestras decisiones sobre la base
de la ciencia. Ahora mismo, la ciencia lo que tiene claro es que el
confinamiento, las medidas de aislamiento, las medidas de restricción de
la movilidad frenan el contagio y, por tanto, frenan la pandemia. En
segundo lugar, lógicamente, no podemos abstraernos de las consecuencias
socioeconómicas que tiene toda esta derivada, y no lo digo -como
comentaba algún otro grupo parlamentario- para aparecer plegados a unas
supuestas grandes corporaciones. No, lo digo por las medidas de los
reales decretos-leyes que van a ser susceptibles de debate y de
convalidación posteriormente, si ustedes así lo consideran; medidas que
tienen que ver con el apoyo a los autónomos, a las empresas, a las pymes,
a la economía social, a los trabajadores que se quedan en el desempleo o
que se acogen a un ERTE como consecuencia de la suspensión temporal de
toda la actividad económica. Quiero decirle varias cosas. La primera:
¿Qué es mejor, quedarnos todos confinados hasta el mes de mayo, hasta el
mes de junio? Hay discrepancias, señoría, cuando se habla con los
epidemiólogos y con los científicos. Entre otras cuestiones, porque ahora
mismo lo que está ocurriendo en España no es que haya un contagio fuera
de los hogares, sino que hay un contagio dentro de los hogares. Por
tanto, el confinamiento actúa sobre una realidad evidente que tenemos que
responder, que es el contagio y la extensión de la pandemia de una manera
muy acusada fuera de nuestros hogares, pero ahora, evidentemente, donde
se está produciendo de forma mayoritaria ese contagio es dentro de los
hogares, por muchos motivos que tienen mucho que ver también con las
ciudades compactas que tenemos en nuestro país, a diferencia de otras
sociedades como, por ejemplo, la estadounidense que, salvo en
determinados Estados, tienen, lógicamente, un tipo de urbanización, de
urbanismo y de convivencia muy distinto al nuestro. Lo que quiero decir
con esto, señoría, es que el confinamiento tiene que ir acompañado de
otras cuestiones, de otras medidas, que tienen que ver, por ejemplo, con
la elaboración y realización de test, de las PCR y, en menor medida y de
manera complementaria -y subrayó lo de complementaria-, de los test
rápidos; tiene que ir acompañado también de una encuesta de
seroprevalencia, que el Gobierno de España va a desarrollar durante los
próximos días, y tiene que ir también acompañado de un suministro,
de un acopio, de una provisión -a los trabajadores en primer lugar y, en
segundo lugar, al conjunto de la ciudadanía- de los materiales necesarios
para poder defenderse y protegerse y proteger de la extensión de la
COVID-19 cuando podamos salir todos a recuperar esa nueva normalidad. Por
tanto, la hibernación económica, señoría, ya se está dando y se está
dando porque lo estamos viendo, por ejemplo, en los datos del paro o en
los datos también de los trabajadores y trabajadoras junto con las
empresas que se han acogido a los ERTE, a los cuales hacía referencia el
señor Esteban y otros grupos parlamentarios. Quiero decir con esto que
las medidas que nosotros hemos puesto en marcha desde el pasado 14 de
marzo con el decreto de alarma son muy duras, son muy duras para nuestro
tejido económico también y para nuestro sector productivo. Antes me ha
bailado el número, no han sido 580 000 autónomos los que se han acogido
ya a la prestación por cese de actividad, son 850 000 autónomos los que
se han acogido a esa prestación por cese de actividad. Y eso,
lógicamente, tiene una correspondencia con la dureza de las medidas que
estamos implementando a nivel estatal. Por tanto, no nos quedemos solo en
la hibernación económica, porque así tampoco estaremos venciendo al
virus. Insisto, ahora los contagios se están produciendo dentro de los
hogares, no fuera de los hogares. Por eso, es muy importante
complementarlo con otro tipo de medidas como a las que antes he hecho
referencia.
Honestamente, señor Rufián, se me puede criticar pero de manera
constructiva, no se puede decir que el Gobierno de España ha
recentralizado competencias. No hemos recentralizado competencias, lo que
estamos haciendo es coordinar y tratar de responder de una manera eficaz
y equitativa, para un Gobierno progresista como el nuestro, equitativa a
una realidad que ha desbordado todos los territorios; y si no entramos
nosotros como Gobierno de España a tratar de dar una coherencia,
lógicamente no hubiéramos sido lo suficientemente eficaces. La gestión
sanitaria, como he dicho antes, está en manos de las comunidades
autónomas; las residencias de mayores están en manos de las comunidades
autónomas. Nosotros lo que hemos dicho ha sido que pongan en marcha una
serie de protocolos y también hemos ofrecido a las Fuerzas Armadas para
desinfectar esas residencias de mayores. Estamos celebrando semanalmente
conferencias de presidentes, por primera vez en la historia de la
democracia. Se dice -y es verdad- por parte de algunos presidentes
autonómicos que estas videoconferencias son más informativas por parte
del Gobierno de España a las comunidades autónomas que de
corresponsabilizar a las distintas instituciones. Tienen razón, a lo
mejor tenemos que mejorarlas. Es verdad -a usted le habrá pasado- que las
videoconferencias tienen limitaciones, lógicamente, y eso es algo que
tendremos que mejorar. Asumo además esa crítica, pero lo que no puedo
asumir es algo que no es cierto, y es que nosotros hemos recentralizado
las competencias. Es más, fíjese, nosotros decretamos el estado de alarma
el 14 de marzo, entre otras cuestiones, porque siempre hemos defendido el
Estado autonómico y siempre hemos creído que el Estado autonómico era lo
suficientemente fuerte como para hacer frente con sus competencias a esta
emergencia sanitaria. Dimos ese paso precisamente cuando vimos que esa
realidad se desbordaba. Y esa es la crítica que me hace la oposición,
señor Rufián, no me hace otra, esa es la crítica que me hace.
Sobre el mañana, usted ha dicho que estamos en un cambio de paradigma, yo
estoy de acuerdo. Lo de ayer ya no vale, ya veremos si lo de hoy vale
mañana, pero es evidente que nada va a ser igual, pero ni en España ni en
Europa. Fíjese en los debates que teníamos hace poco más de un mes,
debates que era necesario sustanciar a largo de la legislatura por parte
de esta Cámara y que nosotros no vamos a rehuir, pero es que ahora mismo
no estamos hablando de ello, estamos hablando de salvar vidas. Y claro
que ha habido mucha ideología en la austeridad y en la excusa que han
utilizado, por ejemplo, con la austeridad algunos Gobiernos y algunas
opciones políticas en sus Gobiernos autonómicos para recortar la sanidad
pública. Por eso, en ese cambio de paradigma, señoría -llámelo usted como
quiera, pactos de la Moncloa, reconstrucción económica y social-, es
evidente que tenemos que incorporar a Europa sin duda alguna. Es evidente
que tenemos que incorporar también una realidad que en los setenta no
existía, que son las comunidades autónomas, y además se lo he ofrecido al
conjunto de presidentes y presidentas en la última Conferencia de
Presidentes. Es evidente que en cuestiones que tienen que ver, por
ejemplo, con el mañana más inmediato -por seguir su hilo de
intervención-, la desescalada, yo ya he ofrecido a los distintos
presidentes y presidentas autonómicas compartir esas decisiones. Se me
crítica, señorías, se critica al Gobierno de España por pedir a las
comunidades autónomas que nos den un mapa de infraestructuras públicas
que podamos utilizar en el eventual caso de que necesitemos utilizarlo,
pero también se me critica que no seamos lo suficientemente previsores y
anticipadores. ¡O una cosa o la otra, pero las dos no pueden ser! El
Gobierno actúa de buena fe, señorías; actúa de buena fe en un entorno de
una extraordinaria complejidad e incertidumbre. Yo no aspiro a que
ustedes me apoyen ni a que respalden
al cien por cien lo que hago, pero al menos empaticen; empaticen con el
desconocimiento que tiene la ciencia de cómo actuar ante un virus nuevo
para el que no tenemos vacuna, para el que no tenemos una terapia que
pueda remediarlo de manera urgente, lo estamos viendo, y aun así España,
como bien decía antes la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista -a
la cual agradezco además este inciso, que subraye este hecho-, somos un
país que tiene más de 52 000 personas que se han curado; eso dice mucho
también de la resiliencia de nuestro Sistema Nacional de Salud. Por
tanto, nosotros claro que vamos a llamar a todos, esto no es un acuerdo
cerrado de cuatro partidos en una sala, no se equivoque, señor Rufián,
esto es un acuerdo abierto, que tiene que relegitimar, para este cambio
de paradigma en el que estamos cuarenta y tantos años después de la
Transición, a nuestro país y a nuestro proyecto común que es España y que
es Europa.
El señor Errejón vuelve a hablar de las medidas de confinamiento duras,
estrictas. Le vuelvo a decir lo mismo: no miremos solamente un ángulo,
una perspectiva de esta crisis, porque tiene múltiples perspectivas. Hay
otros ingredientes que tenemos que incorporar para poder vencer al virus
y que tienen que ver no solamente con el confinamiento sino también con
la elaboración de test, como estamos empezando a hacer ya; con el estudio
de seroprevalencia que necesitamos en nuestro país, y sin duda alguna
también con la provisión, primero con la importación y segundo con el
autoabastecimiento gracias a la fabricación nacional -a la cual además
hacía usted referencia en su intervención- de mascarillas, geles,
etcétera, que necesitaremos. Es decir, no solamente es el confinamiento,
que nosotros defendemos, somos los que estamos diciendo a los españoles
que se van a tener que quedar otros quince días más en casa, claro que
defendemos el confinamiento, y hemos impulsado además esta pasada semana
una videoconferencia con los distintos agentes sociales precisamente para
que los agentes sociales, es decir, empresarios y sindicatos, en aquellos
servicios que no son esenciales, se pongan de acuerdo en cómo proveer de
EPI a los trabajadores y trabajadoras que acudan a su puesto de trabajo a
partir del próximo lunes.
En cuanto a las políticas sociales, estamos trabajando precisamente en ese
ingreso mínimo vital. Por seguir un poco el hilo de alguna reflexión que
hacía algún grupo parlamentario, el señor Rufián, por ejemplo, y el señor
Echenique también, es evidente que tenemos que cambiar políticas
públicas; es evidente que tenemos que redefinir, en este cambio de
paradigma, las políticas públicas, y una de ellas lógicamente es la renta
básica o el ingreso mínimo vital. Precisamente, la Vicepresidencia
segunda de Derechos Sociales y Agenda 2030, también el Ministerio de
Inclusión y Seguridad Social y otros ministerios, por ejemplo la ministra
de Hacienda y portavoz, están trabajando para que podamos poner en marcha
cuanto antes ese ingreso mínimo vital, con todas las cautelas que,
efectivamente, antes comentaba el portavoz del Partido Nacionalista
Vasco.
Comparto absolutamente lo que dice el señor Baldoví. Lecciones para el
futuro, muchas, y mucho del análisis y del diagnóstico que usted ha hecho
lo comparto clarísimamente. Yo lo he puesto en valor en muchas ocasiones
desde esta tribuna; por ejemplo, cuando nosotros recuperamos la
universalidad de la sanidad pública ¿en quién nos inspiramos? Nos
inspiramos en ustedes, en Valencia, en la Comunidad Valenciana. Fíjese si
no tuviéramos garantizada hoy en España la universalidad de la sanidad
pública como nos legó la anterior Administración, ¿qué situación
tendríamos? Ya incluso la ultraderecha está diciendo que se retire a los
inmigrantes cualquier tipo de prestación de sanidad pública. Recuerdo que
en el último debate el señor Echenique precisamente lo que decía era que
eso ponía en riesgo aún más la salud pública del conjunto de la sociedad
española. Nosotros aplaudimos la reversión de algunos hospitales, incluso
creo recordar que fue elemento de debate en la política de su comunidad,
cuando se revirtió la privatización de hospitales por parte de la
Administración anterior del Partido Popular, hospitales que hoy son
públicos gracias precisamente a la acción del Gobierno progresista de su
comunidad, del que su partido también forma parte. Con lo cual, yo
solamente puedo aplaudir y respaldar esas lecciones hacia el futuro que
tenemos que tener en cuenta todos. Confianza, toda en las comunidades
autónomas, señoría; confianza, toda. En realidad, lo que está haciendo el
ministro de Sanidad es hablar todos los días con los consejeros de
Sanidad y todas las semanas con los presidentes autonómicos. Creo que hay
muchísimo que hacer y una de las lecciones que tenemos que sacar de esta
crisis no es tanto la recentralización, que van a proponer algunos, entre
otras cosas para esconder algunas de sus vergüenzas de estos últimos
años, sino reafirmar y reforzar el Estado autonómico; eso es lo que
tenemos que hacer y desde luego es ahí donde va a situarse el Partido
Socialista y el Gobierno que yo presido.
Respecto a las segundas residencias -me podrán corregir el ministro del
Interior o el ministro de Transportes-, creo que eso está solventado en
las distintas órdenes y en el decreto de alarma. Es una
cuestión de civismo, señoría. También le diré que, por las informaciones
que me traslada todos los días el ministro del Interior, los españoles
están cumpliendo con extraordinaria ejemplaridad precisamente las normas
de confinamiento, y algunas de las imágenes de atascos que vemos no es
tanto porque la gente quiera salir sino simplemente por los controles que
están poniendo en marcha la Policía Nacional y la Guardia Civil para
garantizar el cumplimiento estricto de estas normas tan difíciles.
En cuanto a la fijación de precios, estamos de acuerdo. Hemos hecho ya
algunos avances, y lo vamos a hacer también en el ámbito de las
mascarillas. Es evidente que hay una inflación en ese precio; también es
cierto, señoría, y esto es algo que tiene que tener en cuenta, que hasta
el día de hoy -espero que dentro de muy poco la industria española ya sea
capaz de fabricar, como he dicho antes por ejemplo con la cooperativa
Mondragón, millones de mascarillas para proveer al conjunto de la
ciudadanía, y en especial a los profesionales que están en primera
línea-, lo que hacemos es importar esas mascarillas y, por tanto, estamos
importando también la inflación y la especulación que está habiendo con
las mascarillas. Antes costaban céntimos y hoy cuestan euros, pero no
solamente cuestan euros a los españoles que van a las farmacias sino
también al Gobierno de España y a las comunidades autónomas cuando van
fuera a comprar estas mascarillas. Me quedo con la propuesta de la
licitación telemática; déjeme estudiarla, señor Baldoví. Estamos de
acuerdo en que hay que vigilar a los bancos; esta es una de las
cuestiones recurrentes sobre la que está la vicepresidenta económica, y
me consta que es así. Por tanto, señor Baldoví, agradezco de corazón su
apoyo y, de verdad, el diálogo, la confianza y la lealtad son mutuas.
Podremos discrepar en algunas cuestiones, pero, efectivamente,
compartimos tanto el ánimo de salvar vidas como la orientación de cómo
salvarlas, en el presente y en el futuro; creo que eso es lo más
relevante.
Señor Rego, en relación con el confinamiento, creo que he respondido antes
tanto al señor Baldoví como al señor Errejón, también se lo he dicho al
señor Rufián, no sé si posteriormente tendrá usted ocasión de rebatir
algunas de estas cuestiones. Quiero decirle también, como le he comentado
antes al señor Baldoví, que esta misma semana hemos impulsado el diálogo
social y que tanto empresarios como sindicatos están en ese diálogo
social con el ánimo de cumplir con todas las medidas de protección a los
trabajadores y trabajadoras en el ámbito de la prevención de riesgos
laborales. No puedo compartir con usted lo que dice de la
recentralización. Simplemente quiero matizarle, por ejemplo, respecto al
Ejército -sobre el que usted ha hecho también una referencia crítica-,
que, según la ministra de Defensa, hasta el día de ayer se habían
inspeccionado y desinfectado 122 residencias de mayores en Galicia y 10
estaban previstas para el día de hoy; es decir, algo bueno están haciendo
también el Ejército y las Fuerzas Armadas en Galicia.
Al señor Bal, con todos los respetos y con ánimo constructivo -por cierto,
agradezco el apoyo del Grupo Parlamentario Ciudadanos al decreto de
alarma-, le tengo que decir que ustedes gobiernan también en Madrid, en
Murcia y en Andalucía y si ustedes piden transparencia y rendición de
cuentas al Gobierno en esta Cámara, sería bueno que se lo exigieran
también al Partido Popular allí donde gobiernan ustedes con ellos. En
todo caso, se lo agradezco y también que haga una oposición leal, de
Estado. Esos nuevos pactos de la Moncloa, como he dicho antes, van a ser
abiertos, van a estar todas las fuerzas políticas que quieran arrimar el
hombro y me consta, por conversaciones que he tenido con la señora
Arrimadas, que también ella tiene ese interés.
No he entendido bien lo que ha dicho sobre distinguir las acciones en
relación con el tejido productivo, porque en estos 20 000 millones de
euros que hemos puesto en marcha para las garantías a las empresas a
través del ICO, el 80 % de los avales está garantizado por las pequeñas y
medianas empresas y un 60 % para las grandes empresas. Es decir, que ya
tenemos en cuenta esto. En todo caso, me gustaría que me lo comentara de
manera mucho más clara.
Señoría, siempre hay ideología. Tampoco hay que rehuir la ideología en el
debate político. Creo que es importante. Evidentemente, nosotros estamos
ante una cuestión de mayor envergadura que nos une a todos, con
independencia de la discrepancia ideológica que tengamos. Yo sostengo que
aquí ha habido Gobiernos autonómicos que por cuestiones ideológicas, que
no de recursos económicos, han privatizado la sanidad pública que estaba
en sus manos, y hoy estamos viendo precisamente los efectos de esas
privatizaciones. Eso no lo han hecho por cuestiones técnicas, sino por
criterios ideológicos. Y hay otros Gobiernos autonómicos que precisamente
hoy se ven beneficiados de la reversión de la privatización de hospitales
que hoy son públicos, de la no concertación de hospitales que hoy están
en manos privadas. En definitiva, señor Bal, creo que también en ese
cambio de paradigma todos tendremos que remover algunos de los cimientas
que dábamos por buenos en cuanto a nuestra orientación ideológica. Yo he
escuchado defender a personas que antes estaban en Ciudadanos y que hoy
están fuera -entiendo que
deben estar más o menos en la misma órbita- la renta básica, un ingreso
mínimo vital. Antes de ayer no lo defendían y hoy lo defienden. Quiero
decirle con esto que entiendo que desde la crítica constructiva todos
también tendremos que revisar algunas de nuestras propuestas. Usted ha
hecho referencia a Holanda. En fin, es un Gobierno de su familia
política. Si les convence de la mutualización de la deuda, señor Bal, en
Europa, habrá contribuido no sabe de qué manera a la construcción de
Europa y a su relanzamiento económico y social.
Señor Esteban, le agradezco que apoye el estado de alarma y su crítica
constructiva. Evidentemente, nosotros asumimos la responsabilidad en la
parte que nos toca y somos muy conscientes de las particularidades de
cada autonomía. El ministro de Sanidad me lo dice. La cooperación, la
colaboración y la coordinación que tenemos con el Gobierno de Euskadi y
con la Consejería de Sanidad es absoluta, total. Tengo que decirle,
además, que nosotros hemos agradecido en público la solidaridad del
Gobierno de Euskadi con otras comunidades autónomas afectadas -creo que
es noble y legal decir esto aquí- y que también somos muy sensibles a las
particularidades de cada autonomía para aplicar, como le decía antes, las
medidas que aprobamos, como, por ejemplo, la disposición del Ministerio
de Industria a la coordinación con el Gobierno vasco tras la aprobación
del real decreto al cual usted hacía antes referencia. Es verdad -lo he
dicho antes- que esta decisión la tomamos, entre otras cuestiones, porque
se nos planteó un horizonte inmediato de colapso de las UCI, que hoy,
aparentemente, con todas las cautelas, lógicamente, parece sorteado.
Evidentemente, con todas las cautelas porque dependerá y mucho de la
evolución de la pandemia. Y en relación con la salida escalonada, otro
tanto de lo mismo. Insisto en que estamos actuando de buena fe y no se
nos puede criticar de imprevisión y por otro lado de que nos queramos
anticipar. Simplemente, esto es lo que estamos planteando desde el
Gobierno de España.
Respecto a los reales decretos-leyes, evidentemente, ojalá tuviéramos más
tiempo para poder responder. Uno de los debates que hemos tenido también
en el Gobierno de coalición ha sido cuándo poner en marcha algunas de
estas medidas. Evidentemente, tenemos un trabajo interno que hacer, de
debate, también de ir viendo la evolución de la pandemia, pero eso no
significa que no tengamos la vocación de dialogar y de acordar con otras
fuerzas políticas necesarias y que además están demostrando, como la
suya, lealtad al Gobierno de España.
Sobre la Unión Europea, coincido con usted, es el momento. Entiendo el
tema de la confianza que usted ha planteado, que tenemos que dar todos
los Gobiernos a Europa. Este era un Gobierno que proyectaba un horizonte
de reducción del déficit público al final de la legislatura al 1 % o a
menos del 1 % del PIB y estábamos en una senda de reducción de la deuda
pública. Todo esto, señoría, ha saltado por los aires, pero no solamente
para España, sino para el conjunto de la Unión Europea, porque el
horizonte económico inmediato que tenemos es negro. Por tanto, tendremos
que actuar con todos los resortes necesarios.
El señor Matute, de Bildu, critica -es una crítica constructiva- que
vengamos cada quince días a prorrogar el decreto de alarma. Ya les
adelanto que estoy convencido de que dentro de quince días voy a tener
que volver a prorrogar el decreto de alarma, pero si pido un decreto de
alarma de un mes la oposición dice que me quiero saltar al Parlamento,
con lo cual prefiero venir cada quince días a esta Cámara para pedir la
prórroga. Estoy convencido de que dentro de quince días tendré que volver
a hacerlo, porque evidentemente no habremos puesto fin a la pandemia y,
si no lo pido, será porque tendremos una noticia tan extraordinaria que
prefiero no decirlo.
Señor Matute, creo que he respondido a algunas de las cuestiones que usted
ha planteado y también otros grupos parlamentarios en cuanto a la dureza
del confinamiento. Crea que para nosotros, señor Matute, la clave es
salvar vidas y defender la salud de los trabajadores y las trabajadoras,
pero insisto en que es muy importante ser conscientes de que la pandemia
no la vamos a vencer solo y exclusivamente con el confinamiento. Tenemos
que hacer otras cosas. Está siendo muy duro el nivel de confinamiento que
estamos pidiendo a la ciudadanía durante este mes largo que llevamos. La
movilidad se ha reducido de manera drástica y sin duda alguna el estado
de alarma nos da capacidad para poder reaccionar de manera pronta en caso
de que veamos algún repunte, que esperamos que no se produzca, durante
las próximas semanas, pero quiero decirle una cosa, señor Matute, y
también al resto de grupos parlamentarios que han planteado esta duda.
Hacíamos referencia a la mal llamada hibernación después del Real
Decreto-ley 10/2020, pero los efectos de esa hibernación, de ese permiso
retribuido recuperable, todavía no se han visto. Lo que estamos ahora
mismo registrando son los resultados de las medidas de confinamiento
puestas en marcha con el primer decreto y después con su prórroga. A
partir de este fin de semana veremos los efectos de esas medidas
extraordinarias que pusimos en marcha hace casi diez
días. Lo digo más que nada porque en muchas ocasiones tenemos que ser
conscientes de cuál es el horizonte temporal que tienen las medidas que
vamos poniendo en marcha. Lo que es muy evidente es que con las medidas
que aprobamos en el primer real decreto de alarma hemos frenado -y mucho-
la movilidad porque se ha cumplido el confinamiento y la restricción de
movilidad por parte de los españoles, y ese 4 % que estamos registrando
ahora mismo, que todavía sigue siendo alto y que tenemos que reducir a
cero, es consecuencia de todo el esfuerzo que hemos hecho desde el estado
de alarma decretado el pasado 14 de marzo. Los resultados de las medidas
que aprobamos hace poco más de diez días se empezarán a ver la próxima
semana. Se lo digo para que seamos conscientes de que estos datos no
tienen que ver directamente con la hibernación económica, con ese permiso
retribuido recuperable, sino con el decreto de alarma en su diseño
inicial, que es el que retomamos a partir del lunes. Esto es importante
también para el análisis y la crítica constructiva que lógicamente usted
hace y que nosotros asumimos. Lo digo simplemente para que tenga más
claridad en esta cuestión. Y comparto con usted, como han hecho otros
grupos parlamentarios, el tema del autoabastecimiento. Es verdad que
tenemos que garantizar la fabricación nacional. Insisto en que no hay una
recentralización de políticas. No está en mi ánimo recentralizar
políticas. Soy un firme defensor del Estado autonómico y soy un firme
defensor de la descentralización de políticas. He defendido siempre que
la educación y la sanidad, como bien comentaba antes el señor Rufián en
su intervención, mejora en manos de las administraciones que están más
cerca de los ciudadanos. Soy un firme defensor del principio de
subsidiariedad que rige en la Unión Europea. Por tanto, nosotros actuamos
cuando nos vemos obligados a hacerlo para garantizar la salud pública y
salvar vidas en todos y cada uno de los territorios de nuestro país.
La señora Vehí, portavoz de la CUP, dice que no defendemos el bien común.
¿No estamos defendiendo la sanidad pública? ¿No la estamos proveyendo? De
manera insuficiente o tardía, me podrá usted criticar eso, pero este
Gobierno ha recuperado la universalidad de la sanidad pública, ha puesto
más de 1000 millones de euros en manos de la sanidad pública, en manos
del ministro de Sanidad, precisamente para dar una respuesta equitativa y
eficiente a esta crisis global. En fin, yo creo que se me puede criticar
otra cosa y asumo la crítica, pero decir que no defendemos la sanidad
pública y que no defendemos el Estado del bienestar creo que es una
crítica que se compadece poco con la realidad. Estamos en un cambio de
paradigma, estoy de acuerdo con usted. No estoy de acuerdo, lógicamente,
con las soluciones que plantea. Y entre ellas está el ingreso mínimo
vital, que es una nueva política pública que pondremos en marcha en
cuanto tengamos ocasión.
La señora Oramas ha hablado de la salida de la crisis. Coincido en el
cambio de paradigma, en las lecciones del pasado; ahí está la sanidad
pública, están las políticas asistenciales, también de residencias de
mayores -ustedes han gobernado en Canarias durante muchos años y saben
perfectamente lo importante que es que se refuercen esas políticas
asistenciales-, y lógicamente nosotros no solo defendemos la cohesión
nacional, sino también la territorial, y desde luego trataremos siempre
de aportar soluciones a Canarias.
Señor García, de UPN, solamente estoy de acuerdo en una cosa de las que ha
dicho, y es que España va a salir adelante, eso sin duda. Ojalá sea
también con usted arrimando el hombro. Lógicamente nosotros empatizamos.
Yo creo que en su intervención lo que ha venido a decir de manera
indirecta es que hay que empatizar, y nosotros empatizamos, aportamos
soluciones. Me gustaría que usted en sus intervenciones aportara
soluciones y no solamente se quejara; aporte soluciones, arrime el hombro
y nosotros desde luego asumiremos la crítica constructiva de la manera
más humilde posible. Insisto, yo ofrezco lo que puedo dar, que es unidad
y lealtad, soluciones y certezas, claro que sí las damos, señor García,
pero, insisto, tenemos que anticipar escenarios. Ojalá no se produzcan
esos escenarios, pero tenemos que anticiparlos. Es el deber. Su partido
ha gobernado en Navarra durante mucho tiempo y también es consciente de
que gobernar, gestionar, implica anticipar, hacer pedagogía y, por tanto,
eso es lo que hacemos, no estamos incorporando más incertidumbre, sino
que en un territorio absolutamente incierto como es ese en el que nos
movemos en esta pandemia global estamos intentando arrojar las mayores
certezas posibles. Si no, ¿qué es lo que estamos haciendo con distintos
colectivos que se ven damnificados como consecuencia de este cierre
económico, qué estamos haciendo con los trabajadores eventuales que hoy
están en la calle pero van a cobrar una prestación, qué estamos haciendo
con los autónomos, que 850 000 van a cobrar una prestación por cese de
actividad, qué estamos haciendo, por ejemplo, a la hora de reforzar las
compras públicas a nivel estatal para proveer de EPI a las comunidades
autónomas? Pues estamos tratando de dar certezas en una crisis
absolutamente incierta, pero no solamente para España sino para el
conjunto del planeta. Por tanto, España va a salir adelante, de eso no me
cabe la menor duda.
En cuanto al señor de Foro Asturias, el señor Martínez Oblanca, no me
sorprende su intervención, aunque agradezco lógicamente su apoyo.
Y al señor Guitarte, que ha hecho una apelación a la cohesión territorial,
a la cual yo antes he hecho referencia, y ha hecho también una apelación
a algo importante, a la unidad, quiero decirle que por supuesto está
usted invitado y convocado a esos grandes acuerdos que espero puedan
materializarse en un breve plazo de tiempo. Y en ese ámbito de la unidad,
quiero recordar, como hacía algún portavoz, las palabras del propio
director general de la Organización Mundial de la Salud que hablaba de
que lo primero era la unidad nacional.
Y a la señora Lastra quiero agradecerle el apoyo del Grupo Parlamentario
Socialista. Efectivamente es el momento de la política, también de la
política como acuerdo, es verdad. Tenemos la mala fortuna, no sé por qué,
de que cuando está el Partido Popular en la oposición nunca podemos
llegar a acuerdos de Estado, tiene que ser cuando el Partido Socialista
está en la oposición. Pero bueno, llegará el momento del debate político
en relación con lo que ha pasado y cómo tenemos que mirar al futuro, y
lógicamente tendremos que decir muchas cosas, yo también, pero
evidentemente si después de 2008 teníamos muy claro que si queremos que
el crecimiento sea sostenible tiene que garantizarse también con una
redistribución, hoy esa lógica y esa evidencia es aún mayor. Si no
tenemos redistribución a través de un Estado del bienestar fuerte, nos
veremos muy vulnerables a fenómenos que tienen mucho que ver con la
globalización, como es precisamente esta pandemia.
Decía el señor Rufián algo que yo comparto. Pandemias ha habido en muchos
lugares, en África muchísimas, anualmente, pero no de la envergadura de
la pandemia que estamos viviendo en todos y cada uno de los países. Pero,
efectivamente, también es una cura de humildad para Occidente. Esto
representa para nosotros una cura de humildad porque nadie había previsto
que una pandemia pudiera extenderse de esta manera tan acusada y tan
intensa en una sociedad avanzada y desarrollada como es la sociedad
occidental. Yo sí creo que de alguna manera estamos en una suerte de
guerra; yo sí lo creo, señorías. Lo creo porque estamos hablando de una
crisis mundial; lo creo porque esta crisis no tiene precedentes -he dicho
antes que podríamos tener como punto de referencia el año 1918-; lo creo
por la movilización extraordinaria de recursos económicos, sociales y
humanos que estamos viendo en todos los ámbitos, también en el frente de
la investigación -ojalá acierten pronto-, y lo creo también porque nada
va a ser igual. Por tanto, en ese esquema es más que evidente que
necesitamos la unidad y la lealtad de todas las fuerzas políticas. Ya
vendrá el momento del reproche y de la crítica. Por tanto, resistencia,
unidad y espíritu de victoria.
Señorías, termino. He escuchado todas las intervenciones, como he dicho
antes, con interés. Les aseguro que he tomado nota de todas sus
sugerencias. A quienes votan a favor de la propuesta del Gobierno de
prorrogar el decreto de alarma se lo agradezco en nombre del Gobierno y,
me atrevo a decir, también en nombre del conjunto de españoles que, de
manera mayoritaria, abrumadoramente mayoritaria, apoyan estas medidas
extraordinarias para un momento excepcional. Y la respuesta a las
críticas, más o menos fundadas, más o menos virulentas, es la misma:
todos unidos estamos parando este virus. Así que, unidad.
Creo sinceramente, y lo creo desde hace tiempo, desde antes de que se
iniciara esta emergencia, que algunos de ustedes tienen miedo al acuerdo.
Se nombra la palabra acuerdo y parece que empezamos a poner epítetos:
esto es un señuelo, esto es un trampantojo, esto es una ocurrencia.
Tienen miedo al acuerdo cuando no gobiernan, cuando no tienen la fuerza
para guiar, o para mandar, porque lo que hacen no es guiar, es mandar.
Pero somos más los que entendemos de otra manera la política y el
ejercicio de la representación pública. Como decía al principio,
señorías, buscando el acuerdo mostrarían su fuerza, pero también sus
virtudes. Con el acuerdo también harían visible su actitud, actitud de
ser ejemplo para la ciudadanía no solo respetando el estado de alarma,
sino también proponiendo soluciones para restarle tiempo al virus en la
medida en que salvamos vidas. Así que todo lo que pido, señorías, es lo
que he dicho al principio de mi intervención, unidad y lealtad. El pasado
25 de marzo les invitaba a la reflexión en un tiempo en el que la
ciudadanía tiene el foco puesto en todos y cada uno de sus
representantes. Hagan el esfuerzo, se lo pido; háganlo por todos los
españoles siguiendo el ejemplo del esfuerzo que ellos están haciendo a
diario en los hospitales, en las carreteras, en los supermercados, en las
calles, en sus casas. Piensen por un momento en lo que está ocurriendo en
el mundo y la lectura que Gobiernos y oposición están realizando en otros
parlamentos del mundo, no muy lejos de aquí, en el mundo, señorías; en el
mundo. Hagan ese esfuerzo por este país al que aman tanto, según dicen.
Porque aquí solamente hay dos opciones: superar la crisis con acuerdos,
con propuestas y exigencias constructivas en el marco de la
unidad y la solidaridad o ser el único país del mundo cuya oposición
ofrece como única alternativa la polémica al no estar a la altura de la
mayor emergencia sanitaria de toda la historia de nuestra democracia. En
la primera opción, señorías, tendrán todo mi agradecimiento, todo mi
respeto y todo mi apoyo. En la segunda, como presidente del Gobierno en
un estado de alarma por dos veces prorrogado, lo único que debo volver a
hacer es emplazarles al acuerdo, a la valentía de estar a la altura, como
lo están millones de personas en nuestro país desde sus casas, desde sus
hospitales, desde nuestras carreteras o desde nuestros mercados. Muestren
su fuerza y sus virtudes, señorías. Sean fiel reflejo de lo mejor de
España. Sean ese espejo en el que se reconocen todas las españolas y
todos los españoles. Hay un gran país fuera de este hemiciclo, señorías,
que espera soluciones y propuestas, para lo que es necesario ganar más
tiempo. Hay un gran país fuera de este Congreso que espera no esperar
más.
Gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor presidente. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
A continuación, intervendrán los representantes de los grupos
parlamentarios. Por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso tiene
la palabra el señor Casado Blanco.
El señor CASADO BLANCO: Gracias, señora presidenta.
Señor Sánchez, ¿quiere usted que el Grupo Popular apruebe el estado de
alarma? Es que cualquiera que haya oído su intervención, a juzgar por los
insultos y las difamaciones que han vertido sobre nosotros usted y su
portavoz, puede pensar que está deseando que no. ¿Desea que participemos
apoyando la más drástica medida que se ha aprobado en esta Cámara en
periodo democrático frente a la ineficacia, por cierto, de su Gobierno?
Yo no pido que nos lo agradezca, pero por lo menos pido que explique en
la contrarréplica qué es lo que quiere de nosotros. Y se lo digo
sinceramente porque creo que usted ha quedado retratado frente a todos
los españoles, y su portavoz también.
Viene usted aquí obligado por la Constitución, que cada quince días le
exige venir a las Cortes españolas para renovar una medida excepcional
que le ha otorgado los poderes máximos para un presidente de nuestra
historia, habiendo tenido usted los mínimos votos; es el presidente con
menos votos y menos apoyo de su grupo parlamentario de la historia de la
democracia. Usted sí ha coartado el control parlamentario; hemos tenido
que exigírselo, y no han contestado a mil preguntas escritas que le hemos
hecho. Ahora dice que va a prorrogar el estado de alarma. Nos enteramos
en esta Cámara, vamos mejorando. En la anterior ocasión nos enteramos por
la prensa y en la anterior por los presidentes autonómicos. Pero, ya le
digo, o se explica muy bien en la contrarréplica o debería aprovechar muy
bien estos quince días de cuarentena, porque nosotros consideramos que su
portavoz y usted han querido volar todos los puentes de colaboración con
el Partido Popular.
Señor Sánchez, yo no sé si ha escuchado bien a la señora Lastra.
Realmente, pienso que no le ha dado tiempo a insultarnos más. Ha llegado
a decir -lo he apuntado- que usamos a las víctimas y que tiramos piedras
en el tejado de los profesionales sanitarios. Eso debe de ser por mis
hermanos y por mi familia de enfermeros y de médicos, señora Lastra. Y ha
dicho, además, unas palabras muy gruesas sobre la labor de este partido
en su historia, que yo le pido a usted o a la presidenta de la Cámara que
retire.
Señor Sánchez, ¿estos son sus pactos de la Moncloa? ¿Cuánto ha durado la
máscara, la careta de que usted quiere pactar con la oposición para
eludir sus responsabilidades y la absoluta gestión, que ya todo el mundo
juzga como insuficiente e incapaz, no solo el Financial Times, que es el
único periódico que ha destacado usted? Sinceramente, el portazo que han
dado a esos pactos ha retumbado en toda España. Y usted ahora mismo solo
tiene la responsabilidad, como líder del Gobierno, de explicar a los
españoles por qué ha querido cortocircuitar cualquier entendimiento con
el partido que lidera la oposición. Usted pide lealtad para su persona y
pide unidad para su Gobierno hipertrofiado, usted cree que los españoles
somos sus vasallos, pero ha quedado hoy claro que no tenemos buen señor.
No nos haga comulgar con ruedas de molino, con estos pactos de las
lentejas, como decía ahora una diputada, con estos pactos para confinarse
en la Moncloa, que ya es el epicentro del coronavirus, no solo en
contagios, sino en incapacidad económica y de gestión sanitaria. Si
quiere pactos venga al Parlamento, al que ha despreciado durante este
mes, y a los grupos, a los que sigue denigrando. Si quiere usted pacto
venga con los que respetan la Constitución, la propiedad privada, la
libertad individual, el Estado derecho y la separación de poderes, que
han puesto en riesgo durante estos tres meses de Gobierno. Abra si quiere
la Comisión General de Comunidades Autónomas del Senado a la patronal y a
los sindicatos, pero deje ya este trampantojo de
pactos que hoy ustedes han volatilizado por los aires. Acusan a las
comunidades autónomas de no haberse anticipado, pero les he recordado que
el artículo 14 de la Ley General de Salud Pública les hace a ustedes
responsables de forma automática. Las acusan de mandarles cartas; mienten
sobre el contenido de las mismas, la del 5 de marzo pedía que no hubiera
manifestaciones. Pero se olvidan de sus cartas del pasado julio en las
que exigían a las comunidades autónomas que recortaran más en el gasto
público sanitario. Hablan de recortes, pero ocultan que el Gobierno en el
que usted estaba sentado en ese escaño como diputado del señor Zapatero
dejó 16 000 millones de euros de deuda sanitaria y recortó 1500 millones
de euros del gasto público para sanidad en apenas dos años. Nosotros
tuvimos que rescatarlo, pagar esos 16 000 millones de euros y dejar 3700
millones de euros más en el año 2018 (aplausos), descongelando, por
cierto, el sueldo de médicos, enfermeros, celadores y auxiliares, que
también dejaron congelado. Critica usted la sanidad privada, pero su
vicepresidenta del Gobierno y su vicesecretario de organización del
Partido Socialista la eligen cuando son contagiados por el coronavirus.
Eso se llama hipocresía.
No mienta más, señor Sánchez. Hasta el informe de Oxford se lo inventa;
habla solo de medidas de confinamiento, no de eficacia de Gobiernos. No
mienta más sobre mi amigo Rui Rio, el líder de la oposición portuguesa.
Si usted se lee los diarios de sesiones de la primera sesión en la que
apoyé el estado de alarma verá que fui bastante más decoroso con usted de
lo que fue él con Costa, pero hay una diferencia: Costa está haciendo las
cosas bien y usted ya no puede hacer peor las cosas. No mienta diciendo
que ha actuado antes que nadie. Actuó con una cuarentena cuando ya había
288 muertos, el 14 de marzo. ¿Le parecen pocos? No mienta cuando habla de
los test masivos que llevamos un mes pidiéndole y si es posible que no
fallen. No mienta sobre el material sanitario con 20 000 médicos y
profesionales sanitarios contagiados. No mienta o no nos rete sobre el
número de víctimas reales. El Registro Civil y el Ministerio de Justicia
son de su competencia.
La señora PRESIDENTA: Señor Casado, tendría que terminar, por favor.
El señor CASADO BLANCO: Acabo ya, señora presidenta.
Ya hay 15 000 víctimas en España. ¿Cuántos más tienen que morir para que
decrete luto nacional, para que cambie el color de su corbata? Para que
se haga una idea, 15 000 personas son toda la población de El Escorial.
¿Le parece poco para pedir luto nacional cuando pedía funerales de Estado
para otro tipo de víctimas, cosa que nos parece también muy bien?
Su intervención y la de su portavoz serán recordadas como las más
injustas, ingratas y desleales en una pandemia o en unos momentos tan
críticos para una población como la española. Usted no era creíble por
hablar de reconstrucción nacional cuando le llevaron a la Presidencia del
Gobierno unos partidos que a día de hoy siguen abanderando la destrucción
de España, pero desde hoy usted ha demostrado que no merece el apoyo de
la oposición. Sus mentiras, su arrogancia y su incompetencia son un
coctel explosivo para España. (Aplausos de las señoras y los señores
diputados del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, puestos en
pie).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Casado.
Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Abascal Conde.
(Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la
tribuna de oradores).
El señor ABASCAL CONDE: Muchas gracias, presidenta.
Por un momento, señor Sánchez, cuando le escuchaba hablar he pensado que
estaba usted empeñado en entrar en directo en los telediarios, y es algo
que me ha sorprendido. Porque usted no ha venido aquí a contestar las
intervenciones de los principales grupos de esta Cámara, usted ha venido
a hacer una segunda intervención y por eso las traía escritas a
ordenador. Han tenido más suerte los grupos pequeños, pero nosotros nos
hemos encontrado con un presidente del Gobierno que venía a hacer
preguntas escritas a la oposición.
El Gobierno del bulo nos ha enviado a sus portavoces hoy -a la señora
Lastra, al señor Echenique y luego se ha incorporado el señor Sánchez- a
esparcir bulos y a contar mentiras, a hablar de granjas en las redes
sociales, de bots no sé si rusos, venezolanos o iranís. Parece que son
ustedes unos grandes expertos. Lo que igual pasa es que Podemos ya no
manda en las redes. Lo que igual pasa es que ayer 500 000 españoles
participaron en la primera manifestación online para pedir la dimisión de
este Gobierno, y a ustedes eso no les gusta. Y han venido a esparcir otro
bulo -lo ha hecho el señor Echenique-
diciendo que cincuenta y dos diputados de VOX vinieron este lunes a la
Cámara a poner en riesgo la salud de los trabajadores. Miente usted,
vinieron dieciséis diputados de VOX, con unas instrucciones muy claras:
haber pasado la cuarentena -cosa que ustedes no respetan- y con la
instrucción de no requerir los servicios de ningún trabajador del
Congreso, porque nosotros sí respetamos a los trabajadores del Congreso,
cosa que ustedes no han hecho en el ministerio de Sanidad ni en el
Palacio de la Moncloa, donde se les ocultó a los trabajadores que había
focos de contagio. Y no venga usted a hablar de respeto a los
trabajadores, empiece por pagarles la Seguridad Social.
Lo que a algunos les molesta probablemente es que controlemos al Gobierno
y por eso vienen aquí a controlar a la oposición. Señor Sánchez, no me
extraña que hable de bulos, ha venido a hacer una caricatura de VOX. Lo
que usted dice que he dicho, yo no lo he dicho. (El señor presidente del
Gobierno, Sánchez Pérez-Castejón: ¿No?). No, en absoluto. Usted trae las
respuestas preparadas y por lo tanto cuenta mentiras sobre las
intervenciones de VOX. Y dice que venimos a esparcir odio. Le aseguro que
no le odiamos a usted; usted -con todos los respetos- nos da igual, pero
sí detestamos el modo en el que gobierna y tenemos el derecho y el deber
de decírselo en esta Cámara. Ustedes mienten en todo últimamente y
piensan que por repetir una mentira mil veces va a acabar convirtiéndose
en verdad, pero a muchos españoles ya no nos engañan. De pueblo sí, pero
tontos no, señor Sánchez. Antes de irse por qué no contesta usted a las
preguntas, por qué no nos dice cuántos muertos estiman que han sido
escondidos en las estadísticas, cuántos españoles con nombres y apellidos
que han fallecido no han sido recontados en las cifras oficiales de
muertos que usted nos da. Tenemos derecho a saberlo y usted no nos lo va
a decir, pero lo vamos a averiguar. Pero no me conteste a mí, contéstele
al Gobierno de Castilla-La Mancha, que es el que le ha dicho al Tribunal
Superior de Justicia de Castilla-La Mancha cuando ha hablado de que los
muertos en la región podían ser el triple, que ellos cuentan de la misma
manera que el resto de España, y usted ha venido aquí a decir que cuentan
de la misma manera que el resto del mundo. Pero lo que queremos saber es
a cuántos no se ha contado.
Y ahora se han convertido ustedes en unos grandes reivindicadores de la
Organización Mundial de la Salud, a la que desoían. Sí, a la que desoían,
porque el ministro de Sanidad dijo el día 13 de febrero, respondiendo a
las recomendaciones de la UE y de la OMS sobre el acopio de material,
literalmente: España tiene suficiente suministro de equipos personales en
este momento. ¿Oyen el eco de su declaración? Porque todavía se oye.
Reivindican con pasión a la Organización Mundial de la Salud, a la que
antes desoían. No sé, quizá sea desde que parece que la dictadura china
también se ha comprado la Organización Mundial de la Salud. Les pediría
que estemos todos atentos porque dentro de seis meses, si no nos
protegemos, aquí va a ser todo chino, menos el virus.
Señor Sánchez, vamos a votar que no y lo vamos a hacer porque es una
irresponsabilidad grandísima darles a ustedes poderes ya que ni siquiera
sabemos cuántas víctimas han provocado por su nefasta gestión, con la
mayor tasa de mortalidad del mundo. En definitiva, ustedes no son
creíbles para nosotros, no son de fiar, se preocupan solo de defender su
imagen y de protegerse, cuando lo que hay que hacer es proteger a los
españoles. Le recomiendo que diga a su asesor que deje de ver series de
política y que le permita a usted hacer política en serio. Pero, con esa
tasa de mortalidad, con miles de españoles muertos, creo honradamente que
lo único serio que ustedes pueden hacer es pagar las nóminas y marcharse.
(Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Abascal. (Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú
Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor Echenique Robba.
El señor ECHENIQUE ROBBA: Muchas gracias, señora presidenta.
Señor presidente, en primer lugar quiero trasladarle el apoyo de nuestro
grupo, también en lo personal. No solamente le ha tocado a usted liderar
un Gobierno, recién nacido, en la peor epidemia de los últimos cien años,
sino que además le ha tocado a usted hacerlo con una de las oposiciones
más desleales del mundo y que más palos en las ruedas ponen al Gobierno
de su país, como todo el mundo sabe.
Le agradezco la respuesta a nuestros planteamientos respecto a una
desescalada cautelosa así como las afirmaciones que ha hecho respecto de
la necesidad de implementar lo antes que se pueda un ingreso mínimo
vital. Creo que una de las cosas que va a dejar claras esta epidemia es
que a la gente que lo está pasando peor le resulta más difícil hacer
frente a una situación como esta, y hay muchas personas que no son
autónomos, que no son trabajadores, que no son pequeños empresarios a las
que no han llegado
todavía los reales decretos que el Gobierno ha estado publicando, y, en
ese sentido, un ingreso mínimo vital, si me permite la redundancia, es
vital.
Por finalizar la intervención, porque creo que se ha dicho todo lo
fundamental, quiero hacer una cosa que solemos hacer habitualmente en
ciencia. Casi todas las investigaciones en ciencia, por lo menos las
importantes, empiezan por una pregunta, una sorpresa, una incógnita, que
se puede enunciar diciendo: ¿Esto cómo puede ser? Creo que hay muchísima
gente en estos momentos viéndonos desde casa pasándolo mal, sufriendo, o
en primera línea de batalla, como los sanitarios, trabajando todos los
días; ven este Pleno, ven el debate, ven a la extrema derecha que ya
traía preparada una campaña en redes -lo que hace el señor Abascal desde
la tribuna es generar los vídeos para la campaña prefabricada de ataque
al Gobierno-, ven a un Partido Popular que en la figura de su presidente
se hace el ofendido con el Gobierno, se hace el ofendido con el grupo
parlamentario del PSOE y el de Unidas Podemos, cuando lleva semanas
atacando todos los días al Gobierno desde el cuartel general del Capitán
a posteriori, y creo que esta gente se preguntan cómo puede ser que en
Portugal, en Reino Unido, en un montón de países del mundo la oposición
esté diciendo que lo primero es salvar la vida de la gente, que lo
primero es ayudar al Gobierno y luego, cuando esto pase, cuando hayamos
vencido la epidemia, ya llegará el momento de explicitar las diferencias,
y voy a enunciar con cautela, porque las hipótesis siempre hay que
enunciarlas con cautela, una posible respuesta a esta pregunta. Creo que
no se ubican, creo que están completamente desubicados, creo que la
epidemia les ha pasado políticamente por encima. Creo que ellos, que
están acusando al Gobierno de no responder adecuadamente a la epidemia,
que están acusando falsamente al Gobierno de no responder adecuadamente a
la epidemia, siguen anclados en el mundo anterior a la epidemia, y,
simplemente, lo que estamos viendo es al Partido Popular y a la extrema
derecha hacer exactamente lo mismo que hacían antes de la epidemia: al
señor Pablo Casado pedir medidas neoliberales, bajadas masivas de
impuestos y no saber contestar en la televisión a si hay que aumentar o
no el presupuesto de la sanidad pública, y al señor Abascal en las que
estaba antes de la epidemia, que llamó golpe de Estado a la constitución
democrática de un Gobierno en esta Cámara. Creo que esto es lo que ha
pasado, señor presidente, creo que a los que acusan al Gobierno de no
estar a la altura, de no haber sabido reaccionar les ha pasado la
epidemia por encima y se han quedado en el mundo que, lamentablemente, la
epidemia ha dejado atrás.
Muchísimas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Echenique. (Una trabajadora
del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna utilizada por
el señor Echenique Robba).
Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián
Romero.
El señor RUFIÁN ROMERO: Muchas gracias, señora presidenta.
Brevemente, me referiré a cuatro o cinco notas que he cogido después de su
intervención, porque creo que es bueno escucharse y hacer las réplicas en
función de lo que la gente dice aquí, porque me da la sensación de que
muchos grupos vienen aquí con la réplica preparada, lo que me parece un
oxímoron en sí mismo.
Una previa. Me ha sorprendido escuchar al señor Abascal hablando de bots
iranís. Siempre es bueno escuchar a los expertos, porque él sabe mucho de
Irán, ¿no? Más que nada porque recibió financiación de ese país en el año
2014. Siempre es bueno escuchar a los expertos.
Tres cuestiones de las que usted ha hablado, señor presidente: primero,
Pactos de la Moncloa; segundo, recentralizar, y, tercero, confinamiento.
En primer lugar, Pactos de la Moncloa. ¿La solución es un recorte
salarial para frenar una hipotética inflación bajo la promesa incumplida
de contraprestaciones sociales que nunca llegaron? Nosotros entendemos
que no, y eso es precisamente lo que pasó en 1977. Quizá sería bueno
buscar otra metáfora, más que nada porque usted, este Gobierno no tiene
enfrente a Trudeau, no tiene enfrente a Merkel, tiene enfrente a Casado y
a Abascal, y Casado seguramente, repito, como mínimo, criticaría
enormemente en esta tribuna a Suárez por traer a la Pasionaria, y
Abascal, pues, bueno, es que es Abascal. Así que, yo creo que habría que
cambiar de metáfora porque, si no, los pactos de la Moncloa con esta
gente serían los pactos con el diablo. Señor presidente, desde Esquerra
Republicana creemos que hay que mirar al futuro y, sobre todo, no
inventarse un pasado que no existió. Los derechos y libertades que tiene
este país, que tienen todos los países no se consiguieron en un despacho,
se consiguieron en las calles gracias a la lucha de muchísima gente.
Nosotros hoy volvemos a ofrecer un pacto integral por la vida heredero de
esas luchas y de esa gente con una respuesta muy clara: lo público, lo
público y lo público, y una idea que creo que puede ayudar mucho y que
hila con ese
concepto: república, repúblicas. Segunda idea que usted ha expresado en su
réplica: recentralización. La verdad es que tiene poco debate, creo que
es poco debatible, cae por su propio peso. ¿Si no se hubiera
recentralizado, por qué los Mossos no pudieron, por ejemplo, confinar
Cataluña cuando la Generalitat lo pidió? Le pongo un ejemplo,
simplemente. La tercera idea -y con esto ya acabo-, confinamiento. Con el
debido respeto, señor presidente, pero ¿cómo se come eso de que la gente
se contagie ahora más en su casa que en la calle? Claro, si se contagian
más en sus casas que en la calle, quizá no sería bueno que salieran a la
calle. ¿O se van a recuperar antes en un vagón de metro que en sus camas?
Nosotros, como sabe, abogamos, le pedimos, casi le rogamos que haga una
paralización de la actividad para poder tener alguna actividad el día de
mañana. Son 15 000 muertes y 150 000 contagios. No abra la mano, no abran
la mano. Por favor, no se dejen presionar más por la patronal que por el
virus.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rufián. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra el señor Errejón
Galván.
El señor ERREJÓN GALVÁN: Muchas gracias, señora presidenta.
Antes de nada, en nombre del Grupo Plural, voy a dar por defendidas las
enmiendas de Junts per Catalunya, cuya portavoz esta confinada y no puede
asistir a este debate.
Señor presidente, gracias por las respuestas. Las ordeno en cuatro puntos:
en primer lugar, con lo que tiene que ver con las necesidades del
confinamiento. Creo que hay consenso en que funciona, y que funciona
cuanto más duro ha sido. No hay un consenso -es una cosa que nosotros
defendemos- en que llegó tarde, pero sí en que ha funcionado. Y nosotros
creemos que hay que mantenerlo. Es verdad que no tenemos los mismos datos
que tienen ustedes, que son Gobierno y que tienen expertos a su servicio,
pero no creemos -ya se lo dije aquí- que esta sea una cuestión técnica.
Creemos que hay diferentes intereses en contraposición sobre si hay que
mantener un confinamiento más duro o hay que abrir la actividad
económica, y en esa posición lo que esperamos de ustedes es que, como
Gobierno progresista que es, mantengan por encima de todo el criterio de
la salud pública, no solo por una cuestión de necesidad inmediata, sino
porque, si no, lo vamos a pagar todos, y en concreto los más débiles. Ya
han salido los primeros datos de cómo afectan, por ejemplo, a la ciudad
de Madrid y a la Comunidad de Madrid los contagios y las muertes, y la
pandemia sí que va por barrios. Y, si se abren los primeros sectores
económicos y la gente vuelve a llenar los vagones de metro y los vagones
de Renfe, los contagios y las muertes van a volver a ir por barrios, y
nosotros queremos que ustedes protejan en primer lugar a la gente más
vulnerable.
En segundo lugar, por lo que respecta a las medidas sociales, usted, señor
presidente, tiene que saber que llegados a este punto el famoso escudo
social del Gobierno tiene agujeros y que esos agujeros tienen que ser
cubiertos. Tiene agujeros en inquilinos que se ven menos protegidos que
sus rentistas: se garantiza antes el derecho del rentista a cobrar que el
del inquilino a recibir ayudas; tiene agujeros en autónomos que no se
pueden acoger a ayudas; tiene agujeros en gente que está intentando pedir
la moratoria para las hipotecas, porque resulta que los bancos le piden
tal número de papeles y de trámites que al final se han acogido en torno
a un 10 %; y tiene agujeros en parados o en precarios que no están
recibiendo ninguna prestación. Por eso nosotros le hablábamos de una
renta de cuarentena o de un ingreso básico de emergencia, que no es lo
mismo que un ingreso mínimo para la gente más vulnerable. Es posible que
una parte de las dificultades del Gobierno para sacar adelante el ingreso
mínimo tengan que ver con que el control se tiene que hacer antes, no
después. Hay muchos economistas, incluso economistas liberales, que están
defendiendo sacar una renta de cuarentena, un ingreso básico
incondicional, cuyo control se haga ex post, después, vía impuestos,
sobre quién ha cobrado cuánto, en qué casos era merecido y quién tiene
algo que devolver. Eso es más rápido, más eficaz y, desde un punto de
vista progresista, no va a haber una situación como esta, de mayor
necesidad social y entendimiento colectivo de los españoles que la de
este momento.
Con respecto a la cuestión de Europa, coincido con usted en que la Unión
Europa se juega en esto su razón de ser. Si existe la Unión Europea es
para esto. Pero también la necesidad de abordar un plan Marshall en la
Unión Europea es una oportunidad para que la Unión Europea no sea solo
una unión monetaria, sino una unión fiscal, una unión social y cumpla
alguna de las funciones históricas para las que se nos contó que estaba
en marcha. Y en esto lo que le decimos es que, en primer lugar, no se
puede dejar sola a Italia. Nosotros creemos que en la gestión de las
ayudas en la Unión Europea los países del
sur siempre sufrimos un cierto, digamos, racismo benévolo. Nosotros no
estamos en situación de pedir ayuda porque hayamos malgastado. De hecho,
estamos más débiles porque cumplimos con todas las obligaciones de la
troika que nos hicieron recortar y que hoy nos hacen estar más débiles.
Por tanto, no debemos aceptar ninguna condicionalidad. El Partido Verde
Europeo, en mi opinión de forma muy acertada, ha propuesto un billón de
euros en marcha para unos eurobonos que mutualicen la deuda en Europa. No
sé cuál va a seguir siendo la posición de Alemania y Holanda, pero, si
ellos no dan pasos adelante, aquí está nuestra propuesta: encabecen
ustedes un bloque mediterráneo que empiece a mutualizar la deuda entre
los países, y somos muchos más ya -leía un editorial en Der Spiegel que
decía lo mismo- los que estamos por avanzar hacia una Unión Europea
solidaria. Si Alemania y Holanda siguen bloqueando, encabecen ustedes un
bloque mediterráneo que mutualice la deuda y nos ayude en la
reconstrucción económica.
La última cuestión, a toda velocidad, sobre el tema de los Pactos de la
Moncloa. Entiendo que son momentos de incertidumbre y todo el mundo busca
referencias o cosas que le hagan sentirse seguro. Está bien lo de
estudiar el pasado. Yo no me he movido, nunca he estado ni entre los que
ensalzaban la Transición y les parecía que todo estaba bien ni entre los
que les parecía que todo fue fatal. Lo que tengo son dudas sobre si esa
metáfora sirve para algo. El historiador Xavier Domènech escribía ayer u
hoy un artículo en el que decía que la situación es un poco diferente, en
primer lugar porque entonces se trataba de luchar contra la inflación,
contener los salarios y ajustar al grueso de las clases populares y hoy
se trata de lo contrario, de arrancar el motor de la economía, movilizar
más inversión pública, aumentar la renta disponible de los hogares y
ayudar a una reconstrucción nacional con justicia social.
No se dejen asustar -acabo con esto, señora presidenta- por los gritos de
las derechas, porque cumplen una función de statu quo. Y no es lo que
gritan, es que gritan y exageran tanto que, casi con no moverse, parece
que las cosas son revolucionarias. Y, claro, al lado de estos señores,
uno prácticamente se queda quieto y ya es un Gobierno social comunista.
El problema fundamental no es que los españoles no estén preocupados por
si nos ven a los políticos en una foto de familia; están preocupados por
si tienen alquiler, si tienen empleo, si tienen servicios públicos
dignos. Y para eso no hace falta una foto de familia, ya hay condiciones
sociales e institucionales para un gran acuerdo para avanzar en la
reconstrucción nacional con justicia social, y para eso, si avanzan, ya
saben que nos van a encontrar.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Errejón. (Pausa.-Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra el señor Bal
Francés.
El señor BAL FRANCÉS: Gracias, presidenta.
Señorías, mis primeras palabras de esta réplica tienen que ser para
homenajear al Ejército español, a la Guardia Civil y a la Policía
Nacional, que salvan vidas, aunque, al parecer, hay territorios en donde
no quieren que les salven la vida porque van vestidos con uniforme, cosa
que yo, sinceramente, no voy a entender jamás.
Señor presidente del Gobierno, señor Casado, señora Lastra, me ha sonado a
lo mismo. ¿A qué juegan? ¿Siguen jugando al 'y tú más', 'tú peor', 'yo lo
hago mejor y tú lo haces peor'? ¿A eso juegan? Piensen en los 15 000
muertos, piensen en la gente que está en su casa confinada, piensen en la
gente que está luchando por su vida. Me ha parecido lo mismo de siempre:
la vieja política. Y usted lo ha dicho, señor presidente; dígalo y
cúmplalo: la nueva política. Estamos en el escenario de la nueva política
para acabar con el virus y para acabar con las consecuencias
socioeconómicas del virus. ¿Sabe qué es esa nueva política, que se basa
en una experiencia previa que tuvo España muy satisfactoria? Es pacto,
unidad, consenso y, sí, renuncias; claro, renuncias. ¿Sabe quién lo decía
el otro día muy bien en la radio? Felipe González, quien, por cierto,
decía que usted no le llamaba. A lo mejor para la reunión de la semana
que viene, esta de los pactos de la reconstrucción, una llamadita a
Felipe González para que le cuente cómo se gestaron los Pactos de la
Moncloa no estaría tampoco nada mal, para que no se quede la cosa en
palabras y avance hacia delante.
Lo ha escuchado usted: mano tendida, mano tendida con lealtad; con
lealtad, se lo aseguro, con más lealtad que algunos de sus socios, a los
que usted en su réplica mira con arrobamiento, a Bildu y a Esquerra
Republicana de Catalunya, en lugar de a Ciudadanos, en lugar de mirar
hacia el centro, hacia la moderación, hacia el pragmatismo, hacia las
soluciones. Me dice usted que hay que utilizar la ideología. Mire, hay
que solucionar un problema entre todos. ¿Con ideología? No, con
soluciones pragmáticas, con
la solución que toque. Si usted me dice que va a aplicar los diez
mandamientos de la santa madre izquierda para resolver todos los
problemas de la crisis, ya le digo que cuando encontremos soluciones
ideológicas poco razonables no va a tener nuestro apoyo. Ya se lo digo,
como le digo y le avanzo aquí ahora mismo que en el Real Decreto-ley
9/2020, respecto a la prohibición del despido objetivo, que es una
engañifa, porque lo único que hace es encarecer el despido de veinte días
y ponerlo en treinta y tres, nos vamos a abstener. Eso es mano tendida,
lealtad, exigencia y petición de responsabilidad. No se ampare en la
ideología.
Me dice que no entiende lo de las pequeñas y medianas empresas. Pues mire,
este es el ejemplo, es decir, ¿encarecer el despido es lo mismo para una
gran empresa que tiene músculo financiero de sobra que para un autónomo
que tiene cinco empleados? No lo han tenido ustedes en cuenta. ¿De qué
vale la línea de crédito del ICO que han repartido en un 60-40 %, línea
de financiación, por cierto, que también reclamó Ciudadanos desde el
primer momento? Me pide que convenzamos a los europeos. Mire, en esa
familia política, en la que estamos con los holandeses, ya estamos
hablando, ya estamos pidiendo, ya estamos exigiendo que se mutualice la
deuda futura en que los países van a tener que incurrir para salir del
bache socioeconómico, ya estamos en ello. Venga conmigo, venga con
nosotros, no vaya con los extremistas; ya estamos peleando por eso. A
nuestro lado, o nosotros al suyo, podemos pelear por esto juntos en
Europa. Se lo digo claramente: mano tendida -ya me escucha-, con lealtad,
pero con exigencias, sí, con exigencias. No utilice los decretos-leyes
para poner al señor Iglesias al frente de la Comisión de inteligencia.
Dice usted que tiene humildad. Dígaselo al ministro del Interior, que
dice que no tiene nada de qué arrepentirse; dígaselo a Nadia Calviño, que
dice que tampoco han hecho nada mal. Hombre, algo habrán hecho mal. Ya
veremos el día de mañana qué es lo que han hecho mal, ahora veremos en la
oposición cómo aportarles a ustedes soluciones y cómo controlarles en los
errores que tengan en la lucha contra el virus. Grandes poderes entrañan
grandes responsabilidades: por tanto, permita a la prensa que haga su
trabajo, consulte con los líderes políticos, escuche a los agentes
sociales, que no se enteren por el Boletín Oficial del Estado de las
reformas del Real Decreto-ley 9/2020, como ha dicho el señor Garamendi.
Consenso, no unilateralidad; seguridad jurídica, no excluir a nadie.
Dígale a la señora Yolanda Díaz que no diga que los empresarios en España
son unos sinvergüenzas y unos delincuentes. Todos unidos para salir de
esta crisis en esos pactos de reconstrucción socioeconómica, en esos
pactos de reconstrucción nacional. Cuando la semana que viene convoque
esa reunión piense en ello, en la mano tendida con lealtad, con exigencia
y cumpliendo con sus responsabilidades.
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Bal. (Pausa.-Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, tiene la palabra el señor
Matute García de Jalón.
El señor MATUTE GARCÍA DE JALÓN: Muchas gracias, señora presidenta.
En primer lugar, quiero agradecer al responsable de Ciudadanos que haya
hablado de la santa madre izquierda. Es algo que no había oído nunca.
Supongo que serán los influjos del día en el que estamos, Jueves Santo, y
es bastante mejor eso que el que a alguna mente preclara de la derecha se
le ocurra que la solución puede pasar por procesionar todos con capirotes
para ver si el virus se espanta.
Señor Sánchez, se lo he dicho como crítica constructiva lo de cada quince
días. Es más, me gustaría, supongo que como a usted y como a todos, que
no tuviera que venir más veces a pedir prórrogas del estado de alarma. Lo
único que hemos hecho ha sido constatar una evidencia, que esto va para
largo y que, como va para largo, hace falta cautela y poca precipitación.
Lo que nosotros entendemos en la declaración que trae aquí es que hay
algo de precipitación cuando se plantea que los trabajadores no
esenciales vuelvan al trabajo, por algo tan sencillo como que, si todavía
no conocemos los datos -como usted me ha explicado, y le agradezco la
explicación-de lo que ha sido un confinamiento más severo, es decir,
aquel que incluía a trabajadores no esenciales también, ¿por qué lo
levantamos sin conocer los datos? ¿No se da cuenta de que puede pasar que
en el siguiente periodo de confinamiento empeoren los datos del que ha
sido un confinamiento mayor y que, por tanto, tengamos a la sociedad más
estresada, más convulsa?
En cualquier caso, hay otra cuestión -y se la han comentado también- que
no termino de entender. No se la he oído a usted por primera vez, se la
escuché al presidente del Partido Nacionalista Vasco en una ocasión
anterior, aquello de que los contagios se está dando en los hogares. Es
que la gente que está en los hogares también sale a comprar y también
sale a trabajar en muchos casos, porque pueden ser trabajadores
esenciales. Si algo he aprendido en la Comisión de Sanidad -y no soy
epidemiólogo ni lo
pretendo- es que hay un vector de contagio y de riesgo para el conjunto de
la sociedad muy importante, que es el de los asintomáticos, y
asintomáticos los puede haber entre los trabajadores esenciales y no
esenciales; luego, pueden seguir contagiando a más gente, y, si pueden
seguir contagiando a más gente, no lo harán solo en su propio hogar, sino
también en sus centros de trabajo. No he querido ser crítico, ni ahora
tampoco, acerca de cuál es la situación de los centros de trabajo en la
actualidad, la que nos hemos encontrado ahora, cuando ha llegado el
coronavirus, pero usted sabrá, igual que lo sé yo y que lo puede saber
cualquiera, que la situación de muchos centros de trabajo dista mucho de
ser la necesaria para abordar la situación actual. Podríamos hablar de la
distancia entre cada trabajador, podríamos hablar de los turnos, de los
vestuarios, de las condiciones y de los medios con los que cuentan en la
actualidad, porque son decenas de miles las personas que salen
diariamente en las redes quejándose de cosas muy básicas, como que ellos
se tienen que proveer de mascarillas, y son, por ejemplo, trabajadores de
supermercados, o empleados que señalan que tienen que trabajar codo con
codo, que luego tienen que cambiarse en vestuarios hacinados y que además
trabajan sin EPI. Luego, el riesgo está ahí y es lo que le he pretendido
trasladar. Estoy de acuerdo con que la pandemia no la vamos a vencer solo
con el confinamiento. Es más, creo que el confinamiento es una especie de
castigo que nos ha tocado a todos y a todas, y sirve la expresión. A
nadie le gusta, nadie va a plantear que hay que seguir con el
confinamiento por puro vicio o masoquismo; más bien, al contrario, ojalá
pudiéramos acabar con él cuanto antes. El problema es que el
confinamiento se emplea porque no tenemos aún los recursos suficientes en
lo sanitario y en lo social para poder hacerlo frente como nos gustaría.
Hasta ahí creo que todos y todas estamos de acuerdo. Pero si eso es así,
tendremos que jugar con el confinamiento para que el contagio no se
expanda, para que el contagio no sea cada vez mayor. Y le planteaba una
cuestión -también la hemos planteado en la enmienda de Euskal Herria
Bildu- que tiene que ver con la inspección fiscal. Me refiero,
fundamentalmente, a qué se piensa hacer para que en las empresas, en los
centros de trabajo se pueda cumplir con las recomendaciones sanitarias
para evitar el contagio. Ese es el gran drama, que la inspección fiscal
está muy empobrecida en recursos. Si los recursos que había antes ya eran
muy limitados -porque lo eran, no hay más que hablar con los inspectores
de Trabajo y Seguridad Social-, ahora tienen que hacer una tarea triple,
por no decir cuádruple, e ir a todos los lugares para ver si se cumple,
porque no se está cumpliendo a día de hoy, y no creo que le esté dando
ninguna primicia.
Hay otra cuestión, y es que el virus no nos afecta a todos por igual, el
virus no afecta a todos por igual. Quienes tienen peores condiciones
laborales están más expuestos a sufrir el virus que otros. Los aplausos
de la gente animan y están muy bien y se agradecen seguramente, pero no
dan de comer. Los trabajadores necesitan protección, dignidad y recursos.
Y me alegra que exista una buena coordinación con Euskadi, creo que es
bueno, pero entonces aclare a algunos miembros del Gobierno vasco que
usted no lleva mascarilla porque esté contagiado, porque eso se ha
llegado a oír en boca de una consejera, y acláreles también que el virus
no se contagia de balcón a balcón, porque también hay alguna otra que ha
dicho que no sale al balcón por aquello de que como es ingeniera lo mismo
cree que se puede contagiar el virus de balcón a balcón. Creo que en
nuestra labor está, por lo menos, no decir cosas que están bastante lejos
de la realidad.
La señora Lastra ha agradecido y ha coincidido en que unidad y uniformidad
no deben ser lo mismo. Celebro que haya sido así. Hay quien nos pide
unidad, y nosotros lo único que vamos a ofrecer -y estamos dispuestos a
hacerlo de manera desinteresada y total- es solidaridad, porque la
solidaridad es horizontal y la practicamos las personas y los pueblos.
Solidaridad de clase en esta encrucijada histórica y solidaridad entre
pueblos libres, eso es lo que nosotros podemos dar.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Matute. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchísimas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Socialista tiene la palabra la señora Lastra
Fernández.
La señora LASTRA FERNÁNDEZ: Gracias, señora presidenta.
La verdad es que me he quedado sorprendida de que el señor Abascal hiciera
referencia a mi intervención, porque creo que no le nombré en ningún
momento. No nombré al señor Abascal, y a VOX solo de pasada,
fundamentalmente porque creo que VOX es un grupo político inútil para los
españoles en una situación tan difícil como la actual. No ha aportado
ninguna propuesta ni ha hecho absolutamente nada; bueno, las propuestas
que ha hecho -perdón, sí las ha hecho- son inconstitucionales. Por lo
tanto, siendo un grupo político inútil, no me voy a referir a él.
Señor Casado, antes de desmentir al presidente del Gobierno que le pasen
bien los datos. La Constitución no limita a quince días la prórroga.
Quince es el plazo inicial sin autorización del Congreso. Las prórrogas
pueden ser más largas, pero el presidente del Gobierno quiere venir cada
quince días precisamente para dar cuenta al Congreso de los Diputados,
como él dijo.
Pero me sorprende mucho más lo doliente de su intervención hacia mi
persona y hacia el presidente del Gobierno, porque hay un refrán muy
castizo que dice que quien tenga la lengua larga que tenga el lomo duro
(aplausos), y hace quince días le dije que este no era el momento ni el
debate para tirarnos las cosas a la cabeza, para hacer política
partidista, que lo que se necesitaba es unidad, y usted lleva quince días
vomitando mentiras y bulos en los medios de comunicación y en las redes
sociales. Se queja usted de la dureza de mis palabras, cuando el problema
está en la profunda deslealtad de sus hechos, señor Casado, en sus
acusaciones falsas. Y esto sí que es duro, tanto, que el pueblo español,
que atraviesa la peor crisis, la peor crisis de su historia reciente, no
se lo va a perdonar, y eso también va a ser duro para usted, señor
Casado, va a ser muy duro.
Mire, no nos ponga como excusa, no ponga este debate como excusa de algo
que usted ya decidió hace días, porque hace días que usted viene diciendo
en los medios de comunicación que los pactos que el presidente del
Gobierno le está ofreciendo son un señuelo, y que por lo tanto no los va
a aceptar.
Y, por último, a este grupo parlamentario no lo calla nadie. A los
socialistas ya nos intentaron callar durante mucho tiempo, durante
cuarenta años, y no lo consiguieron; no lo va a hacer usted, señor
Casado.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Lastra.
Tiene la palabra, en nombre del Gobierno, el señor presidente del
Gobierno.
El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Sánchez Pérez-Castejón): Muchas gracias,
señora presidenta. Si le parece, intervengo desde aquí, en primer lugar,
para agradecer a los trabajadores y trabajadoras del Congreso de los
Diputados la celebración de este Pleno.
En segundo lugar, también para agradecer al conjunto de la Cámara el tono
del debate. Yo creo que, con independencia de que efectivamente ha habido
momentos en los que probablemente la intensidad del mismo nos ha hecho
decir cosas que a lo mejor podríamos haber dicho de otra manera, lo que
sí es evidente es que el tono constructivo de la mayor parte de las
fuerzas políticas es lo que tiene que quedar en la retina de la opinión
pública española.
En tercer lugar, quiero agradecer a los grupos parlamentarios que van a
apoyar la prórroga del estado de alarma su voto afirmativo, y a aquellos
grupos parlamentarios que o bien se van a abstener o bien van a votar en
contra, lógicamente trasladarles el ánimo de unidad, de lealtad, de
cooperación, de acuerdo del conjunto del Gobierno de España y en
particular de mi persona. A aquellos que no van a votar a favor, quiero
decirles que no los veo como enemigos, que tenemos muy claro quién es
nuestro enemigo, cuál es nuestro objetivo, que es el de salvar vidas, y
el de que, efectivamente, muy dentro de poco la ciudadanía de española
pueda lograr recuperar una nueva cotidianidad, una nueva normalidad.
Y, finalmente, quiero trasladarles, señorías, que con independencia del
nombre que le podamos o le queramos poner, lo que es evidente es que la
sociedad española está actuando de manera unida y exige a sus fuerzas
políticas y a sus representantes en el Congreso de los Diputados actuar
de forma unida. Creo que es más que evidente que vamos a tener que
trabajar de manera unida en lo que es el tránsito hacia esa nueva
normalidad que tendremos que recuperar, esperamos más pronto que tarde; y
cuando hablo de unidad no solamente me estoy refiriendo a la unidad del
Gobierno de España con los agentes sociales, propiciando ese diálogo
social que ya estamos haciendo desde distintos ministerios, no solamente
con las autoridades delegadas como consecuencia del estado de alarma sino
también la ministra de Trabajo; también a esa unidad con las
administraciones públicas, estamos hablando con todas ellas, con los
Gobiernos autonómicos, también con los Gobiernos municipales. Decía
antes, por ejemplo, que una de las medidas que vamos a poner en marcha es
el impulso a la creación de 200 000 puestos de trabajo vinculados con el
campo y las cosechas, las campañas que están por venir, que lógicamente
lo vamos a hacer de la mano de los municipios, sobre todo los más
pequeños. Y, asimismo, necesitamos, efectivamente, esa unidad en torno a
la reconstrucción y al relanzamiento de la economía española y la
política social a partir de que pasemos esta pandemia.
Eso tendremos que hacerlo a nivel europeo, tendremos que hacerlo también a
nivel nacional, y en ese sentido lo que hago es tender la mano y pedir lo
mismo que puedo ofrecer, que es unidad y lealtad; ofrezco esa unidad y
esa lealtad al conjunto de las fuerzas parlamentarias. Llamemos a esos
pactos, a esos
acuerdos como queramos, yo creo que evidentemente tienen que estar
vinculados con la reconstrucción económica y social de nuestro país, que
lógicamente va a salir dañado de este parón de la actividad, fruto de las
medidas tan extraordinarias y excepcionales que estamos tomando en el
ámbito de la defensa de la vida y de la salud pública, y para eso convoco
formalmente, oficialmente, a todas aquellas fuerzas políticas que quieran
durante la próxima semana iniciar esos trabajos para lograr ese gran
acuerdo de la reconstrucción de nuestro país en el ámbito económico y
social.
Nada más y muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias a usted, señor presidente.
Vamos a proceder a las votaciones. Votaremos en dos minutos. (Pausa).
Muy bien, creo que estamos en condiciones de iniciar la votación.
Actos en relación con los estados de alarma, excepción y sitio. Solicitud
de autorización de la prórroga del estado de alarma declarado mediante el
Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de
alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por
el COVID-19, prorrogado por el Real Decreto 476/2020, de 27 de marzo.
Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Mixto,
señor Martínez Oblanca, a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación dio el siguiente resultado: votos emitidos, 44 más
307 votos telemáticos, 351; a favor, 17 más 123 votos telemáticos, 140;
en contra, 26 más 183 votos telemáticos, 209; abstenciones, 1 más 1 voto
telemático, 2. 1
La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.
Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Euskal
Herria Bildu a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 44 más
307 votos telemáticos, 351; a favor, 7 más 27 votos telemáticos, 34; en
contra, 37 más 280 votos telemáticos, 317. 2
La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.
Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario
Ciudadanos a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
307 votos telemáticos, 350; a favor, 20 más 132 votos telemáticos, 152;
en contra, 22 más 174 votos telemáticos, 196; abstenciones, 1 más 1 voto
telemático, 2.
La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.
Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Plural,
señor Rego, a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
307 votos telemáticos, 350; a favor, 5 más 26 votos telemáticos, 31; en
contra, 37 más 279 votos telemáticos, 316; abstenciones, 1 más 2 votos
telemáticos, 3.
La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.
1 En esta votación se ha detectado un error. El resultado correcto es el
siguiente: votos emitidos, 43 más 307 votos telemáticos, 350; a favor, 17
más 123 votos telemáticos, 140; en contra, 25 más 183 votos telemáticos,
208; abstenciones, 1 más 1 voto telemático, 2. Ver intervención de la
señora presidenta al terminar la votación de las propuestas presentadas
por los grupos parlamentarios (página 68).
2 En esta votación se ha detectado un error. El resultado correcto es el
siguiente: votos emitidos, 43 más 307 votos telemáticos, 350; a favor, 7
más 27 votos telemáticos, 34; en contra, 36 más 280 votos telemáticos,
316. Ver intervención de la señora presidenta al terminar la votación de
las propuestas presentadas por los grupos parlamentarios (página 68).
Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Plural,
señor Baldoví, a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
306 votos telemáticos, 349; a favor, 6 más 25 votos telemáticos, 31; en
contra, 36 más 278 votos telemáticos, 314; abstenciones, 1 más 3 votos
telemáticos, 4.
La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.
Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario Plural,
señora Borrás, a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
306 votos telemáticos, 349; a favor, 4 más 26 votos telemáticos, 30; en
contra, 37 más 279 votos telemáticos, 316; abstenciones, 2 más 1 voto
telemático, 3.
La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.
Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario
Republicano a la solicitud de prórroga del estado de alarma.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
306 votos telemáticos, 349; a favor, 6 más 26 votos telemáticos, 32; en
contra, 37 más 280 votos telemáticos, 317.
La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.
Votación de las propuestas presentadas por el Grupo Parlamentario VOX a la
solicitud de prórroga del estado de alarma en los términos del acuerdo de
su admisión a trámite.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
303 votos telemáticos, 346; a favor, 6 más 46 votos telemáticos, 52; en
contra, 25 más 180 votos telemáticos, 205; abstenciones, 12 más 77 votos
telemáticos, 89.
La señora PRESIDENTA: Quedan rechazadas.
Les informo de que en las dos primeras votaciones se ha votado de manera
presencial por parte de un diputado que lo había hecho ya
telemáticamente. Se corregirá el error y ese voto no se contabilizará. En
las siguientes ya se ha corregido el error.
Señorías, les informo de que desde las 15:30 hasta las 17:30 horas, por
tanto durante dos horas, se podrá votar telemáticamente la autorización
de la prórroga del estado de alarma, que se someterá a votación en sus
propios términos. La votación presencial de este punto, como ya
anunciamos en la Junta de Portavoces, se producirá junto con el resto de
votaciones al finalizar todos los puntos del orden del día.
CONVALIDACIÓN O DEROGACIÓN DE REALES DECRETOS-LEYES:
- REAL DECRETO-LEY 11/2020, DE 31 DE MARZO, POR EL QUE SE ADOPTAN MEDIDAS
URGENTES COMPLEMENTARIAS EN EL ÁMBITO SOCIAL Y ECONÓMICO PARA HACER
FRENTE AL COVID-19. (Número de expediente 130/000012).
La señora PRESIDENTA: Continuamos con el orden del día.
Convalidación o derogación del Real Decreto-ley 11/2020, de 31 de marzo,
por el que se adoptan medidas urgentes complementarias en al ámbito
social y económico para hacer frente al COVID-19. Para presentar el real
decreto-ley tiene la palabra en nombre del Gobierno la señora
vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y
Transformación Digital.
La señora VICEPRESIDENTA TERCERA DEL GOBIERNO Y MINISTRA DE ASUNTOS
ECONÓMICOS Y TRANSFORMACIÓN DIGITAL (Calviño Santamaría): Muchas gracias,
presidenta.
Buenas tardes a todos. En primer lugar, querría transmitir desde aquí todo
mi afecto y solidaridad a las víctimas de esta epidemia, a sus familiares
y a sus amigos. También quiero transmitir mi agradecimiento y mi ánimo a
todas las personas que están permitiéndonos seguir adelante, haciendo
que, dentro de la excepcionalidad en la que nos encontramos, podamos
mantener una vida lo más normal posible dadas las circunstancias.
Me dirijo de nuevo a la Cámara, como hace prácticamente dos semanas, para
solicitar el apoyo de los grupos a un nuevo real decreto-ley adoptado por
el Gobierno para implementar medidas en el ámbito social y económico con
el que hacer frente al impacto de la crisis causada por el COVID19. Se
trata de un real decreto-ley que viene a completar la red de seguridad
que desde el primer momento hemos estado tejiendo para asegurar la
protección de los ciudadanos, particularmente de los más vulnerables, y
apoyar al máximo posible el tejido productivo empresarial y el empleo
mientras dura esta fase de hibernación. El objetivo, como todos ustedes
saben, es conseguir que nuestra economía y nuestra sociedad se mantengan
en las mejores condiciones posibles durante este tiempo excepcional, de
modo que cuando por fin entremos en la fase de desescalada de las medidas
de contención y relanzamiento del país tengamos una buena base sobre la
que reactivarnos. Para ello es fundamental completar la protección a
nuestros ciudadanos, empresas y trabajadores, resolver algunas cuestiones
detectadas para la puesta en marcha y mejora de la aplicación de las
medidas que se habían adoptado con anterioridad y también garantizar el
funcionamiento más eficiente posible de la Administración pública. (La
señora vicepresidenta, Pastor Julián, ocupa la Presidencia).
Como ya les expliqué cuando defendí en esta misma Cámara el anterior
paquete de medidas económicas y sociales, desde que el COVID comenzó a
expandirse por el mundo y se convirtió en una pandemia el Gobierno ha
estado tomando medidas rápidas, eficaces, guiadas por las recomendaciones
de los expertos sanitarios y alineadas con lo que están haciendo los
países de nuestro entorno. Las medidas han pretendido, en primer lugar -y
ante todo-, contener la crisis sanitaria, preservar las vidas de nuestros
compatriotas y evitar el colapso de nuestro Sistema Nacional de Salud,
que está demostrando una gran fortaleza y una gran calidad y capacidad.
Es evidente que el aluvión de ingresos en las urgencias hospitalarias
concentrado en muy pocas semanas ha supuesto un gran reto para todo el
sistema, por lo que ha sido fundamental reforzarlo con más medios humanos
y técnicos, algo en lo que hemos puesto nuestro empeño de manera
prioritaria. Igualmente, hemos actuado en el frente de la investigación,
facilitando y potenciando las inversiones en la búsqueda de tratamientos
y vacunas para esta enfermedad, porque esta es -lo sabemos todos- la
única vía para resolver la situación de manera efectiva y duradera a
medio plazo. Una parte fundamental de la actuación en materia sanitaria
han sido también las medidas de contención y distanciamiento social
apuntaladas por la declaración del estado de alarma y que resultan
imprescindibles para frenar la curva de contagios y aliviar de ese modo
la presión sobre nuestro sistema sanitario. Sin embargo, es evidente que
estas medidas de contención tienen también un coste, un impacto económico
y social, sobre todo desde la prohibición generalizada de movimientos,
salvo para los trabajadores esenciales, que comenzó hace algo más de una
semana y que persigue ralentizar los contagios bajando la movilidad. Es
el indicador más importante para esta evolución de los contagios, pero
insisto en este concepto: se trata de reducir la movilidad y no paralizar
la actividad económica. De hecho, cientos de miles de nuestros
conciudadanos siguen trabajando no solo en los servicios esenciales sino
también en sus casas, haciendo un gran esfuerzo para continuar
contribuyendo a la superación de esta crisis. Si en un primer momento el
shock económico vino a través de las cadenas de valor global por la
reducción de plantillas y de la capacidad de producción en China, la
globalización de la epidemia acentuó las dificultades en las cadenas de
suministros y afectó a la demanda de las exportaciones, sobre todo en el
ámbito del turismo. La adopción de medidas decididas y firmes de
contención en España y en la mayoría de países europeos ha terminado de
generalizar la disrupción de la actividad económica; es decir, la crisis
sanitaria y las medidas de contención están teniendo ya un impacto
directo en la economía y en la sociedad, en las cadenas productivas y en
el día a día de los conciudadanos.
Y como sucede con la expansión del propio virus, también el impacto de las
medidas de contención sobre la economía es exponencial, no lineal, de
modo que cuanto más tiempo deban mantenerse en vigor, mayor será el
impacto económico y social. Por eso, señorías, es imprescindible atajar
la crisis sanitaria cuanto antes y evitar un colapso del sistema de
salud, ya que esta es la única manera de garantizar una pronta
recuperación con el menor daño económico y social posible. En otras
palabras -y lo digo con
frecuencia-, no hay una dicotomía entre proteger la salud y proteger la
economía, son las dos caras de la misma moneda, porque no conseguiremos
lo uno sin lo otro. Esto es lo que explica y justifica la rotundidad de
las medidas que hemos adoptado desde el primer momento, la decisión de
limitar al máximo la movilidad de los trabajadores de nuestro país para
responder a la necesidad sanitaria, adelantar el fin de la situación
excepcional y evitar entrar en una situación estacionaria más larga en la
que no podamos abordar de forma decidida la recuperación económica y
tengamos un daño más estructural sobre nuestro tejido productivo y el
empleo. Y en paralelo con estas medidas sanitarias, esto explica la
rotundidad, la decisión con la que también hemos actuado en el ámbito
económico. Es fundamental facilitar a las empresas y a los trabajadores
este estado de hibernación de la actividad, por eso se ha articulado el
permiso remunerado recuperable que la ministra de Trabajo va a defender
dentro de un momento y la flexibilidad que hemos concedido a algunos
sectores para garantizar que puedan reactivarse una vez dejemos atrás
esta situación excepcional.
En este contexto, en la escena de los paquetes de actuaciones frente a
esta crisis que llevamos semanas adoptando y que han sido convalidados
por esta Cámara, ahora se añade el real decreto-ley que traemos hoy aquí,
que, como les decía antes, completa la red de seguridad que hemos venido
tejiendo entre todos frente a las consecuencias económicas y sociales de
la crisis. Los objetivos prioritarios de este real decreto-ley continúan
siendo los mismos que la última vez que estuve aquí en el podio: reforzar
la lucha en el campo sanitario, apoyar a los ciudadanos, a los autónomos,
a los trabajadores, especialmente a los más vulnerables, y facilitar el
mantenimiento del tejido productivo para evitar un impacto más duradero
sobre la actividad económica y el empleo. Por eso desde la
Vicepresidencia Tercera del Gobierno y Ministerio de Asuntos Económicos y
Transformación Digital hemos coordinado la acción de hasta catorce
ministerios para alumbrar esta norma que incluye más de cincuenta
iniciativas, entre ellas la prórroga de las medidas excepcionales
anteriores hasta un mes después del fin de la vigencia de la declaración
del estado de alarma. Pero además de esta prórroga abundamos en varios
frentes atendiendo a solicitudes de los agentes sociales. También
tratamos de introducir mejoras técnicas para garantizar la efectividad de
las medidas y en otras ocasiones lo que hacemos es tratar de responder a
solicitudes de colectivos que no habían quedado cubiertos por los reales
decretos-leyes anteriores.
Como les decía, apoyar a los trabajadores, familias y colectivos
vulnerables para aliviar su situación financiera y sus gastos fijos y que
puedan, en definitiva, capear de la mejor forma posible esta situación
excepcional es prioritario para el Gobierno. Por eso un primer grupo de
medidas están dirigidas a las familias y a los colectivos más
vulnerables. En primer lugar, suspendiendo los desahucios por impago del
alquiler en la vivienda habitual en colectivos vulnerables sin
alternativa habitacional durante un periodo máximo de seis meses. Además,
se acuerda la renovación autonómica de los contratos de alquiler que
venzan en los dos meses siguientes a la finalización del estado de alarma
por un periodo también de seis meses y manteniendo en vigor los términos
y condiciones que preexistían. También se aprueba en este real
decreto-ley una moratoria del pago de la renta arrendaticia manteniendo
un adecuado equilibrio entre los intereses de propietarios e inquilinos.
Para eso diferenciamos entre propietarios públicos y grandes tenedores de
vivienda y, por otra parte, los pequeños propietarios, de modo que en el
caso de los propietarios públicos y de los grandes tenedores, aquellos
que tienen más de diez inmuebles urbanos o más de 1500 metros cuadrados
construidos, tendrán que aplicar una reducción del 50 % de la renta al
arrendatario o una moratoria de hasta cuatro meses en el pago del
alquiler a los inquilinos vulnerables. Una vez superada esta situación,
los inquilinos devolverán las cuotas no pagadas a lo largo de un periodo
de al menos tres años sin intereses ni penalizaciones. Por otro lado,
cuando el arrendador no sea un gran tenedor de inmuebles, lo que sucede
en el 85 % de los casos, los inquilinos podrán solicitar un aplazamiento
en el pago de su renta. En el caso de que no se llegue a un acuerdo con
su arrendador, se habilita para estos hogares que se encuentren en
dificultades un nuevo programa de ayudas transitorias de financiación a
coste cero, que otorgarán las entidades bancarias con el aval del Estado
a través del Instituto de Crédito Oficial. Se trata de créditos
finalistas para el pago del alquiler, por un importe de hasta seis
mensualidades, a devolver en un plazo de hasta diez años. De este modo
evitamos que los problemas de los arrendatarios vulnerables se trasladen
a los pequeños propietarios, cuyos ingresos pueden depender precisamente
de las rentas de sus inmuebles. Además, se pone en marcha un nuevo
programa de ayudas al alquiler dotado con 700 millones de euros. La norma
incorpora, asimismo, un programa específico para víctimas de violencia de
género, personas sin hogar y otras especialmente vulnerables.
Se prorroga hasta los tres meses la moratoria hipotecaria, en los términos
que ya habíamos aprobado hace unas semanas, pero extendiendo el colectivo
protegido. Se permite así que los autónomos y
pequeños propietarios puedan acogerse a la moratoria, no ya para su
vivienda habitual, como se establecía en el anterior real decreto ley,
sino también para el préstamo que pese sobre su local comercial, y
clarificamos el modo de aplicar esta medida para que las cuotas
suspendidas no se liquiden de una vez finalizado el periodo de la
moratoria sino que se pospongan todos los pagos futuros por un periodo
equivalente. También incluimos los gastos asociados a los suministros a
efectos de determinar las familias vulnerables y facilitamos la
acreditación de esta situación de vulnerabilidad mediante la presentación
de una declaración responsable. También se habilita a las corporaciones
locales para que utilicen el superávit de ejercicios anteriores con el
fin de adoptar medidas de apoyo a colectivos vulnerables en materia de
vivienda.
Por otra parte, para asegurar que los ciudadanos no quedan excluidos del
sistema financiero, se amplía la moratoria de pagos a los créditos y
préstamos no hipotecarios, incluyendo en particular los créditos al
consumo.
Se amplía la protección de los ciudadanos más vulnerables en relación con
su suministros energéticos al extender el bono social eléctrico a nuevos
colectivos, como los autónomos con cese de actividad o que hayan visto
reducidos sus ingresos en un 75 %, y se permite actualizar los precios
regulados de la bombona de butano y la Tarifa de Último Recurso del gas
natural, que estaban congelados, como todos ustedes recordarán, por un
anterior real decreto-ley. Se permite la revisión siempre que esta sea a
la baja y beneficie a los consumidores. Se prohíbe también el corte de
los suministros energéticos o de agua en la vivienda habitual por
cualquier razón que no sea la de seguridad de suministro. Se extiende así
el ámbito desde el que habíamos establecido previamente que era solo para
los colectivos vulnerables.
También con la vista puesta en aliviar la falta de liquidez de los
hogares, se amplían los casos en los que se pueden rescatar los fondos de
pensiones por las personas que están recibiendo la prestación por
desempleo como consecuencia de expedientes de regulación temporal de
empleo, de los empresarios titulares de un establecimiento cuya apertura
se haya visto suspendida por la declaración del estado de alarma o de los
autónomos que hayan cesado en su actividad a consecuencia del COVID-19.
Se suspenden o reconducen los contratos de compraventa de bienes y
prestación de servicios, sean o no de tracto sucesivo, cuya ejecución
haya devenido imposible, permitiendo a los consumidores y usuarios
resolverlos en un plazo de catorce días, también paralizando el cobro de
nuevas cuotas hasta que se reanuden los servicios y, en el caso de
servicios que incluyan varios proveedores, como por ejemplo en particular
los viajes combinados, se podrá elegir entre un reembolso o un bono para
utilizar en un plazo de un año desde la finalización del estado de
alarma.
En relación con la prohibición de las portabilidades de telecomunicaciones
que decretamos hace unas semanas, se matiza la norma para establecer que
solo afecte las operaciones en las que es necesaria la presencia física
de los operadores o del usuario para centrar la restricción en aquellos
ámbitos que tienen que ver con la movilidad y, por tanto, con el contagio
del COVID. Para los trabajadores que perciban subsidio por cuidado de
menores afectados por cáncer u otras enfermedades graves, se decreta que
durante el estado de alarma su subsidio no se vea afectado por los
expedientes de regulación temporal de empleo. Y, finalmente, para evitar
la intensificación del consumo de juegos de azar en línea y proteger,
sobre todo, a los menores y a las personas con trastornos del juego en
esta situación excepcional de confinamiento en sus viviendas, se limita
la publicidad de los operadores de este sector.
Con el ánimo que nos ha guiado en todo momento de no dejar a nadie atrás,
se toman medidas para atender al colectivo de las empleadas del hogar,
que se encuentran en una situación de gran vulnerabilidad por las
características particulares de su trabajo o su régimen de cotización y
el impacto de las medidas adoptadas de contención sobre la demanda de sus
servicios. Y para ellas se crea un nuevo subsidio extraordinario
temporal, que cubrirá los casos de falta de actividad, reducción de las
horas trabajadas o extinción del contrato. Lo mismo que para los
trabajadores temporales cuyos contratos se extingan durante estas semanas
y que no tengan derecho a la prestación. Para ellos se crea un nuevo
subsidio, de modo que no queden sin ingresos mientras se prolonga esta
situación y hasta que puedan empezar a buscar un nuevo empleo. Como
pueden ver sus señorías, el cúmulo de medidas orientadas directamente a
los ciudadanos y, en particular, a los más vulnerables es el cuerpo
principal de este real decreto-ley.
Un segundo bloque de medidas va orientado a las empresas y los autónomos;
un colectivo este último que también es prioritario para todos nosotros y
al que han ido destinadas un buen número de medidas en los distintos
paquetes que hemos aprobado en las últimas semanas, incluyendo, como
saben, la prestación excepcional por cese de actividad o reducción de
ingresos, el aplazamiento en el pago de impuestos, las líneas de apoyo a
la liquidez, etcétera. Ahora, junto con algunas de las iniciativas que ya
he mencionado de las que ya se pueden beneficiar, como la moratoria
hipotecaria, el bono social eléctrico, también se habilita con este real
decreto-ley a la Seguridad Social para conceder una moratoria de seis
meses en el pago de las cotizaciones sociales, tanto a empresas como a
autónomos; se permite a empresas y trabajadores por cuenta propia aplazar
el pago de deudas a pagar entre abril y junio que tengan con la Seguridad
Social, con una rebaja del tipo de interés exigido; y asimismo se les
proporciona a los autónomos una moratoria sin intereses en el pago de las
cuotas por los días efectivamente trabajados en el mes de marzo. Se
aplazan de forma extraordinaria también las obligaciones de reembolso en
préstamos concedidos por comunidades autónomas y entidades locales a
empresarios y autónomos. En quinto lugar, se adapta la prestación
extraordinaria por cese de actividad para contemplar la situación de
determinados sectores que tienen un alto grado de estacionalidad, como el
agrario, el de la cultura, o los vinculados a acontecimientos como la
Semana Santa u otros; entre ellos, a título de anécdota, quiero compartir
con ustedes que hemos recibido esta solicitud en particular del sector de
la flor cortada, que se ve muy afectado evidentemente por la situación
excepcional y por la cancelación de las ceremonias que se suelen producir
en este momento del año. También se da un tratamiento específico, en
relación con el mantenimiento del empleo, a los sectores con enorme
volatilidad laboral o en los que el volumen de trabajadores pueda
depender sustancialmente de una determinada prestación o evento, como
puede ser el sector de las artes escénicas, musicales, el cinematográfico
o el audiovisual, para recoger adecuadamente las especificidades que
puedan tener. También se incluyen determinadas medidas para flexibilizar
los contratos y suministros para autónomos y empresas, tanto de
electricidad como de gas natural, e incluso se les permite la suspensión
del pago de sus facturas, medidas todas ellas tendentes a aliviar y
mejorar la situación financiera de estos colectivos.
Por otra parte, un tercer bloque de este real decreto-ley está dirigido a
apoyar la actividad económica y la industria, particularmente
garantizando la liquidez de nuestro tejido productivo durante este
periodo excepcional. Como todos ustedes saben, el primer paso en este
camino lo dimos ya con medidas como las garantías del Instituto de
Crédito Oficial, de hasta 100 000 millones de euros para cubrir
circulante, pagar facturas o atender otros conceptos de autónomos y
empresas; unos avales que se han empezado a otorgar este lunes, tras la
firma de los pertinentes convenios con las entidades financieras, y que
cubrirán operaciones concedidas desde el pasado 18 de marzo con una
aplicación retroactiva para que no haya ningún tipo de laguna o de hueco
en la garantía de liquidez. El primer tramo activado, de 20 000 millones
de euros, se ha reservado al 50 % para garantizar préstamos a autónomos y
pymes, y tanto el Gobierno como el Banco de España están muy vigilantes
para que se cumplan las condiciones establecidas, en particular que se
traslade el beneficio derivado del aval público a los clientes en forma
de menores intereses, mayor plazo o mayor periodo de carencia, que no se
condicione la aprobación de estos préstamos a la contratación de ningún
otro servicio o producto, y que las líneas de circulante de todos los
clientes se mantengan abiertas hasta el 30 de septiembre. Les puedo
anunciar hoy que, según los últimos datos de esta mañana, se han
incorporado a la plataforma del ICO unas 33 000 operaciones, por importe
de más de 2800 millones de euros de avales, y se está cumpliendo además
el objetivo de priorizar la situación de autónomos y pymes. Para este
grupo se han aprobado ya operaciones que totalizan avales por casi 2700
millones de euros. En paralelo con la absorción de este primer tramo de
la línea de avales, estamos preparando la movilización del segundo tramo,
reservado íntegramente para autónomos y pymes, para garantizar que la
liquidez sigue fluyendo de forma adecuada hacia el tejido productivo.
Como ha anunciado esta misma mañana el presidente del Gobierno en la
tribuna, mañana mismo aprobaremos la puesta en marcha de este segundo
tramo de la línea de avales.
Además de esta medida tremendamente importante desde el punto de vista
cuantitativo de la línea de avales, con este real decreto-ley que traemos
hoy a convalidación damos un paso más activando nuevas medidas que
aliviarán las posibles tensiones de liquidez de las empresas en nuestro
país. Entre otras cosas, se modifica el régimen de garantías y adelantos
para agilizar y facilitar la gestión de todas las ayudas de la Secretaría
General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa para facilitar la
refinanciación. También se incrementa en 60 millones de euros la dotación
del Fondo de Provisiones Técnicas de la Compañía Española de
Reafianzamiento, Cersa, para dar una cobertura extraordinaria del riesgo
de crédito en operaciones de financiación, de modo que pueda asumir unos
1000 millones de euros de riesgo que permitirán movilizar 2000 millones,
beneficiando así a unas 20 000 pymes y autónomos. Se devolverá lo abonado
por las empresas en eventos organizados por ICEX que hayan sido
cancelados y se concederán ayudas adicionales por gastos incurridos no
recuperables en otros eventos internacionales. Se suspende por un año el
pago de intereses y amortizaciones de préstamos concedidos por la
Secretaría
de Estado de Turismo en el marco de los diferentes programas Emprendetur,
para asegurar la liquidez y la viabilidad de las empresas de uno de los
sectores más golpeados, como es el turístico. Se incluye el CDTI entre
los organismos que pueden agilizar las ayudas y aportaciones al sector
empresarial para fomentar la innovación en la lucha contra la pandemia.
Se permite también que las empresas concursadas viables se acojan a ERTE
para que no acaben en liquidación por culpa de la situación excepcional
generada por el COVID, siempre y cuando suscriban el compromiso de
mantenimiento del empleo durante seis meses tras el fin del estado de
alarma.
Además, la norma incluye otras medidas de corte más técnico, por ejemplo,
un periodo excepcional para permitir la comercialización de gasolinas de
invierno. La prolongación de los permisos de acceso y conexión a las
redes eléctricas para dar seguridad jurídica a los proyectos de
generación eléctrica, de los que dependen cuantiosas inversiones
imprescindibles para cumplir nuestros objetivos de penetración de
renovables, que se reactivarán en cuanto pongamos fin a este estado
excepcional. Una exención a los comercializadores de energía eléctrica y
gas natural de liquidar el IVA, el impuesto especial sobre la
electricidad y el impuesto especial sobre hidrocarburos, así como de
pagar los peajes de acceso a las redes de transporte y distribución
asociado a los usuarios que suspendan sus pagos, o una compensación
temporal excepcional y transitoria de determinados gastos de cobertura
poblacional obligatoria del servicio de televisión digital terrestre de
ámbito estatal para que las empresas puedan seguir prestando ese servicio
esencial.
Hay, además, otro conjunto de mejoras técnicas para solventar problemas y
garantizar el adecuado y eficaz funcionamiento de las administraciones
públicas. Por ejemplo, se permite suspender los plazos de rendición de
cuentas del sector público, se facilitan las donaciones, se extiende la
posibilidad de aplazar las deudas tributarias al ámbito aduanero durante
seis meses sin devengar intereses de demora durante los primeros tres
meses. Se flexibilizan adicionalmente los plazos de distintos
procedimientos administrativos de las empresas. Se encomienda al Gobierno
la elaboración de un plan de refuerzo de los juzgados de lo Social y de
lo Contencioso-administrativo, así como de lo Mercantil cuando se levante
el estado de alarma para hacer frente al previsible incremento de
actividad que tendrán en las próximas semanas. Se establecen reglas
especiales aplicables a la duración de determinados contratos de personal
docente e investigador celebrados por universidades para facilitarles el
acceso a nuevas contrataciones o convocatorias. Se aplican disposiciones
específicas para los contratos de trabajo suscritos en el ámbito de la
investigación y el personal contratado en el Sistema Nacional de Salud,
incluyendo la compatibilidad de la pensión de jubilación con el
nombramiento como personal estatutario de los profesionales sanitarios
para que se puedan reincorporar al servicio activo en este momento
excepcional, y se facilita la colaboración voluntaria de todos los
empleados públicos en el frente sanitario. Se permite que los recursos
para formación profesional puedan aplicarse a la financiación de
cualquiera de las prestaciones y acciones del sistema de protección por
desempleo. Se concede a las fundaciones bancarias una ampliación de hasta
dos años en el plazo de desinversión y salida a bolsa a cambio de dotar
un fondo de reserva, y en materia de inversión se habilita a la Comisión
Nacional del Mercado de Valores para modificar los requisitos aplicables
a las sociedades gestoras de instituciones de inversión colectiva.
En suma, señorías, es un paquete tremendamente complejo y amplio de
medidas que cubren también un amplio abanico de situaciones específicas
de personas, de pequeñas y medianas empresas, de autónomos, con el fin de
completar esta red de seguridad para el conjunto de la sociedad. Este
paquete supone un refuerzo muy importante de la capacidad financiera de
las empresas, de los autónomos, de nuestras familias, que se suma a los
más de 100 000 millones de euros de movilización de gasto público
adicional, liquidez y garantías que se derivan de los reales
decretos-leyes ya aprobados con anterioridad.
Es evidente que estamos haciendo como sociedad un esfuerzo muy importante,
y yo creo que también es evidente que el esfuerzo individual de los
países no será suficiente para superar esta situación. Se trata de una
crisis que trasciende las fronteras nacionales, que afecta a todos los
países de una u otra manera y que exige una respuesta en el ámbito
internacional y concretamente desde la Unión Europea. Es imprescindible
un mayor grado de coordinación y contar con las herramientas que nos
permitan financiar la recuperación de manera conjunta, de manera europea,
para que la Unión haga honor a su nombre.
Como saben ustedes, el Gobierno español está muy atento a cómo evolucionan
los acontecimientos; estamos escuchando las solicitudes que llegan de los
diversos colectivos, valorando de cerca e intercambiando puntos de vista
con los agentes sociales y el resto de formaciones políticas, y tomando
medidas decididas para hacer frente a las distintas necesidades, con un
compromiso fuerte e irrenunciable de no dejar a nadie atrás y con la
vista puesta en superar de la manera más eficaz posible la emergencia
sanitaria, para poder entrar cuanto antes en la nueva fase de desescalada
y transición hacia la recuperación de la que han estado hablando esta
mañana en este Congreso de los Diputados.
Y, en este sentido, sobre la cuestión europea -y con esto concluyo ya la
presentación-, creo importante compartir con ustedes la valoración
positiva de la firmeza con la que el Banco Central Europeo ha tomado
decisiones en las últimas semanas; también nuestra valoración positiva de
otros movimientos, como la propuesta de la Comisión Europea de crear un
sistema de reaseguro de desempleo -un tema que el Gobierno español viene
defendiendo desde el primer día-, y también la flexibilización de las
normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Pero siendo medidas
positivas, no son suficientes; es precisa una respuesta común más
decidida, más europea, y en conseguirlo es en lo que hemos estado
trabajando desde el primer día. Hoy mismo, como ustedes saben,
participaré en una nueva reunión del Eurogrupo, en la que espero que
adoptemos una red de seguridad para las empresas, los Estados y los
trabajadores del conjunto de la Unión; una red de aproximadamente 500 000
millones de euros en préstamos a través de instituciones como el Banco
Europeo de Inversiones, el Mecanismo Europeo de Estabilidad o el propio
presupuesto comunitario. Este paquete de liquidez a corto plazo supondría
un primer paso positivo para articular una respuesta conjunta. Desde
nuestro punto de vista es un primer paso, positivo, pero no es
suficiente. Tenemos que trabajar en paralelo con una perspectiva de medio
plazo para crear un mecanismo de puesta en común de la deuda. La salida
de esta crisis no puede suponer que cada uno de los países asuma de forma
independiente, en solitario, la carga fiscal que se va a derivar tanto de
las medidas que estamos adoptando en este momento para dar respuesta a la
crisis sanitaria, económica y social como del plan de inversiones que va
a ser indispensable para poder abordar e impulsar la recuperación
económica cuando pasemos a las fases siguientes.
Concluyo, por tanto, con esta idea. A nadie se le escapa que todavía
tendremos que afrontar semanas difíciles, de gran incertidumbre, que
requerirán de paciencia para no perder el control de la situación y
seguir manteniendo el virus a raya, pero estoy convencida de que la
sociedad española seguirá actuando con ejemplaridad, templanza y
solidaridad, tal y como ha venido haciendo desde el comienzo de esta
crisis. Me habrán oído decir muchas veces que España es un gran país que
cuenta con muchísimos activos y, entre ellos, siempre ensalzo el de la
creatividad, la solidaridad, la capacidad de adaptación y la resiliencia
de nuestro pueblo. Y creo que esta crisis nos está demostrando a todos
que tenemos muchos motivos para sentirnos orgullosos de nuestro país; en
primer lugar, por los ciudadanos, que a título individual y desinteresado
están ayudando a quienes más lo necesitan todos los días, dándose ánimos
desde los balcones y ventanas, agradeciendo de forma abierta y sincera el
esfuerzo de todos los que no dejan que el país se pare; pero también
tenemos que sentirnos orgullosos de los trabajadores que en
circunstancias complicadas acuden a sus puestos de trabajo para
garantizar nuestra salud, seguir produciendo nuestros alimentos y
permitirnos poner comida en la mesa, mantener limpias nuestras ciudades,
preservar nuestra seguridad, hacer funcionar las infraestructuras
críticas, desinfectar los espacios de vida común y permitirnos celebrar
hoy este debate. Y aquí quiero incluir también, permítanme decirlo, a los
trabajadores públicos, que hacen que la Administración siga funcionando
en estos momentos tan necesarios, así como a todos los que están
desarrollando su actividad desde casa. La ministra de Trabajo, que ya
está aquí con nosotros, sabe bien y vive todos los días el intenso
trabajo que están teniendo que desarrollar los funcionarios en aquellos
ministerios que tienen que poner en marcha las medidas de corte económico
y social que nosotros proponemos y que ustedes han venido convalidando en
este Parlamento. Y esto, apoyar a los ciudadanos, a los trabajadores, a
las empresas, esto es lo que hacemos con este real decreto-ley y con el
conjunto de medidas que hemos aprobado hasta ahora, construimos una red
de seguridad que protege nuestra economía, que protege a nuestra sociedad
en esta fase transitoria y excepcional y que nos permite abordar estas
semanas, reforzar nuestra resiliencia, con la esperanza de que pronto
podamos estar discutiendo aquí los planes de reactivación e impulso para
nuestro país. Pero para que ese momento llegue lo antes posible, tenemos
que remar juntos en la misma dirección pensando en quienes más nos
necesitan, hacer lo mismo que los ciudadanos españoles porque creo que
todos tenemos claro que de esta crisis solo saldremos rápido si salimos
unidos.
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias, señora ministra.
(Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la
tribuna de oradores). Muchísimas gracias.
En el turno de fijación de posiciones, por el Grupo Parlamentario Mixto,
en primer lugar, tiene la palabra el señor Guitarte Gimeno.
El señor GUITARTE GIMENO: Buenas tardes. Como no puede ser de otra manera,
nos sumamos a los objetivos genéricos que afronta el Gobierno estos días:
parar el coronavirus, proteger la economía y las empresas, así como
cuidar el trabajo, los recursos y las condiciones de vida de los
ciudadanos. Invitamos desde nuestra modestia a todas las fuerzas de la
Cámara a sumarse a este esfuerzo de país que la historia ha puesto ante
nosotros; por esa responsabilidad, por el compromiso con la ciudadanía y
con el país, nosotros vamos a apoyar la convalidación del real
decreto-ley. Pero del mismo modo, proponemos que en el presente y en
otros desarrollos normativos futuros relativos a medidas económicas o
sociales se utilice un principio de discriminación positiva hacia la
España vaciada, dado que en los pueblos y ciudades de estas provincias
tanto la actividad económica como el emprendimiento y la disponibilidad
financiera son siempre más difíciles ahora y en cualquier situación.
Hemos valorado positivamente que se estén atendiendo las sugerencias que
desde Teruel Existe se hicieron sobre el reparto de los avales del ICO,
de forma que lleguen a las pequeñas empresas en cada territorio y puedan
distribuirse entre los empresarios y autónomos, ya que de otra manera
habría sido más difícil. Permítanme que, dentro de los numerosos aspectos
que contempla el real decreto, preste atención puntual a cuatro o cinco
de ellos. Por ejemplo, en las medidas de apoyo a los autónomos, en el
artículo 34 -referido a la moratoria de seis meses- creemos que se
debería tener en cuenta de forma especial una aplicación en los
municipios de menos de 5000 habitantes, tal como hace ya el artículo 31.3
de la Ley 20/2007, del Estatuto del Trabajo Autónomo, que no aparece
mencionada. También respecto a los autónomos, creemos que sería muy
eficaz ampliar el efecto de la moratoria de deuda hipotecaria no solo a
aquellos que han incluido en un ERTE o han perdido el trabajo, sino
también para aquellos empresarios que se esfuercen en mantener la
plantilla, de forma que premiemos que no se recurra inmediatamente a un
ERTE, es decir, que tenga una recompensa mantener la plantilla. Para
nosotros esta es una crisis fundamentalmente de intendencia. Por eso no
comprendemos que no se haya adoptado todavía el acuerdo que intente
frenar la especulación comercial con el material sanitario. No estamos en
una situación de libre mercado, estamos en una situación de alarma y, si
no se puede hacer, que se produzca aquí, vayamos hacia el
autoabastecimiento. Otro aspecto es el de la formación para el empleo.
Entendemos que la captura que ha habido de los recursos de formación para
el empleo debe reponerse de alguna manera porque en algunos sectores,
como el nuestro, esa formación para el empleo es imprescindible para el
procedimiento de reconversión productiva que se está produciendo por el
cierre de la central térmica de Andorra o por el propio paro que va a
producir esta crisis.
Finalmente, un ejemplo esclarecedor y paradigmático de lo que es legislar
para las grandes ciudades o legislar para las pequeñas ciudades y los
pueblos. Es un clamor social que no se permita en la mayoría de los
sitios acceder a los huertos de uso doméstico en las localidades. Son
huertos de la España rural que forman parte de la economía de las
familias, son un apoyo al consumo, una estrategia de sostenibilidad y
seguridad para el individuo, que evita el desplazamiento al supermercado
y en ocasiones a otros municipios. Por eso pedimos que en una medida
adicional se permitan los desplazamientos individuales a los huertos en
todo el país. Y por favor, acuérdense de que existe otra España, no solo
la de la gran ciudad; acuérdense tanto ahora como después, y caminemos
hacia un país mejor con equilibrio y sostenibilidad territorial.
Nosotros, si nos lo permiten, ayudaremos. (Aplausos).
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias, señor Guitarte.
(Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la
tribuna de oradores). Muchas gracias.
Tiene la palabra, también por el Grupo Mixto, el señor García Adanero.
El señor GARCÍA ADANERO: Muchas gracias, señora presidenta.
Señorías, preguntaba esta mañana en su réplica el presidente del Gobierno
si aparte de criticar, sabíamos arrimar el hombro. Yo entiendo que no le
gusten las críticas, pero le diré que Unión del Pueblo Navarro siempre ha
arrimado el hombro. Lo hizo cuando todos dejaron tirado hace años al
Gobierno Socialista y nosotros lo apoyamos, ahí estuvimos, UPN, y fuimos
muy criticados en aquel momento, pero entendíamos que por el bien de
España había que apoyar aquello y lo apoyamos; luego ocurrió con un
Gobierno del Partido Popular, que también todo el mundo dejó tirado y
Unión del Pueblo Navarro volvió a apoyar por lealtad a España; y seguimos
apoyando al Gobierno, lo apoyamos en los decretos anteriores y lo
seguimos apoyando porque, aunque muchas cosas son criticables y hay otras
que no se hacen, vemos que se intenta hacer cosas que son buenas para el
conjunto de España, y los apoyamos aunque no se lo merezcan, aunque no
tiendan la mano, aunque sean incapaces de hablar con los demás, pero
entendemos que hay que arrimar el hombro.
Esta mañana se hablaba también de los famosos pactos de Estado. Nosotros
evidentemente siempre estaremos ahí. Lo que pasa es que es verdad que
tienen una limitación. La limitación lógicamente, desde nuestro punto de
vista, es la Constitución española y, en lo que respecta a nosotros como
formación política, el Régimen Foral de Navarra. Es verdad que con esas
condiciones, con la Constitución española y con el Régimen Foral de
Navarra, todo el mundo no cabe, porque hay que reconocer que todos
aquellos que apoyaron al Gobierno eran contrarios a la propia
Constitución y contrarios al propio Régimen Foral de Navarra. Por tanto,
nosotros estaremos en aquellos acuerdos que estén en el marco
constitucional y en el marco del respeto al amejoramiento del Régimen
Foral de Navarra.
Muchas gracias.
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias, señor García
Adanero. (Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a
desinfectar la tribuna de oradores). Muchísimas gracias.
Tiene la palabra, por el mismo grupo, la señora Vehí Cantenys.
La señora VEHÍ CANTENYS: Gracias.
Buenas tardes. Decía el presidente del Gobierno esta mañana cuando nos
contestaba a la intervención, que el Gobierno defiende y está
comprometido con la defensa del bien común, la sanidad pública y el
estado del bienestar. Para defender el estado del bienestar, el bien
común y la sanidad pública, aparte de medidas concretas en relación con
estos temas específicos, hace falta repartir la riqueza porque los
recursos no son ilimitados. Así que vamos a analizar concretamente el
decreto que nos traen ustedes hoy no solo en términos de dialéctica con
la derecha, sino en términos concretos de qué medidas económicas plantean
ustedes para sobrevivir a la crisis.
En primer lugar, permiten ustedes que las pymes y los autónomos suspendan
cuotas durante el estado de alarma, pero a la vez se comprometen en los
próximos presupuestos a compensar las pérdidas que tengan estas empresas.
Señora vicepresidenta, Endesa, Iberdrola, Red Eléctrica de España,
Naturgy y Enagás han repartido unos dividendos de unos 5500 millones de
euros el pasado mes. El otro día un periódico digital económico calculaba
que estas empresas habrían perdido más o menos unos 4 millones de euros
al mes, pero que, en cambio, el Gobierno les ingresaría más de 30
millones de euros al mes. En segundo lugar, anuncian ustedes la
suspensión del pago de suministros. Nos alegramos. Aun así, en uno de los
barrios más pobres de nuestro país, la Font de la Pólvora, en Girona, hay
apagones sistemáticos por impago. Entendemos que la supervivencia al
COVID-19 sí que va por barrios, aunque ustedes digan que no. Anuncian
también una transferencia de 15 millones de euros a televisiones por
cable para mantener niveles de beneficios, y medidas para sostener la
industria del turismo, la economía de monocultivo, evidentemente, sin
cuestionar las condiciones laborales, y si no, que nos lo explique
después la ministra. Asimismo, anuncian una moratoria en los alquileres
de las familias vulnerables. Sacan avales públicos para que estas
familias puedan pedir créditos bancarios para pagar los alquileres y
luego, para rematarlo, sacan ayudas públicas para que las familias puedan
pedir para pagar los créditos bancarios, pero ni rastro de que la banca
devuelva el dinero del rescate.
Hay dos opciones: o bien ustedes son ingenuos y, por lo tanto, mantienen
la retórica del progreso y del bien común, o bien nos están tomando el
pelo. Si ustedes transfieren dinero público a las hidroeléctricas, a los
bancos, a la industria del turismo y a las televisiones privadas, pero no
pueden condonar la cuota de todos los autónomos y, además, no ponen
ningún impuesto a las grandes fortunas ni tampoco mueven el capital de
las grandes rentas, pero sí sacan una cuenta pública para que la gente
pueda hacer donaciones para sobrevivir colectivamente al COVID-19,
nosotros pensamos, con humildad, que nos están tomando el pelo. La
pregunta es la siguiente: ¿no piensan repartir la riqueza? La Vanguardia
acaba de adelantar que sacarán ustedes un ingreso mínimo vital. Veremos
en qué términos se concreta porque, de momento, la noticia habla de tres
meses. ¿No van a hacer que la banca devuelva el dinero? ¿No vamos a tener
un impuesto a las grandes fortunas? Porque defender el estado del
bienestar ahora mismo pasa por repartir la riqueza. Lo he dicho antes,
ustedes están a la derecha de la ortodoxia neoliberal europea. Y nos
falta
por ver todavía qué tipo de acuerdo consiguen ustedes en Europa. Hoy el
Banco de Inglaterra anunciaba que emitiría dinero sin crédito. ¿Por qué
no van ustedes a defender que el Banco Central Europeo emita dinero sin
crédito? ¿Por qué continúan ustedes con medidas como los eurobonos o
coronabonos, que nos mantienen en la retórica y en la cadena de la deuda?
Se ha vuelto a hablar de guerra, de lucha contra el virus; cada mañana
salen sus militares a hablar de guerra y de lucha contra el virus. ¿Saben
cuál es la única guerra que hay en el Estado español? La del capital
contra la vida. Y si ustedes continúan estando del lado del capital -y
desde nuestra perspectiva este decreto así lo prueba-, nosotras nos
comprometemos a construir una alternativa nacional y política a pesar de
ustedes y de su Estado, porque no nos dejan más salida que abrir un ciclo
de luchas, de huelgas laborales y de huelgas de inquilinos, porque es la
única forma de salvar la vida de nuestras comunidades. Nos comprometemos
desde aquí a enterrar el llanto y a convertir la rabia y la miseria en
rebeldía, protesta y esperanza.
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchísimas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, tiene la palabra el señor
Matute García de Jalón.
El señor MATUTE GARCÍA DE JALÓN: Señora ministra, esta mañana hemos
asistido a un debate en el que hemos podido ver a las derechas mostrar su
preocupación por el parón económico, su preocupación por las medidas que
el Gobierno había tomado en relación con la paralización de actividades
de la empresa no esencial. Y parece que eso solo fuera la economía;
parece que la economía solo fueran las grandes empresas, solo fuera el
IBEX, solo fuera la capacidad de presión y de incidencia que tienen los
empresarios de este país -donen o no donen- para determinar el rumbo de
nuestras vidas y, sin embargo, la economía es mucho más. Nosotros también
queremos proteger a la economía y eso no se hace de otra manera sino
protegiendo a los trabajadores y las trabajadoras, porque para nosotros
la economía también son los comerciantes que llevan un mes sin trabajar
con un beneficio cero. La economía también es la hostelería, que lleva
más de un mes sin poder facturar nada. Lo son las pequeñas y medianas
empresas, de las que las grandes patronales no se acuerdan. Lo es el
tejido cooperativo, tan importante en Euskal Herria y seguramente en
algunos otros lugares, que también está sufriendo esta crisis de una
manera brutal. Lo son los autónomos, grandes perjudicados de esta
situación. Todo eso también es economía. Pero la derecha no creemos que
hable con la misma intensidad de la anterior economía, de la gran
economía, que de esta pequeña economía. No parece que se rebelen porque
lleven un mes sin actividad y no tengan ayudas suficientes. No amenazan
al Gobierno para exigirle más medidas, probablemente porque no se
preocupan tanto de esta economía como de la otra que les hemos
trasladado. Pero para nosotros sí, esta es la verdadera economía, la
economía de pequeña escala, la de cercanía, la que nos hace reconocibles
y reconocidos entre unos y otros y la que genera riqueza en el
territorio, que se queda en el territorio, no se va a otros paraísos
fiscales porque, como decía en mi primera intervención, en Europa el
dinero puede fluir con una velocidad que ya quisiera cualquier persona.
Pero hoy nos encontramos ante la necesidad de tomar una nueva decisión que
marcará la nueva realidad, la nueva normalidad -como decía el presidente
esta mañana- que nos espera. Quién va a pagar todo lo que cuesta tomar
las medidas que se están tomando. Nosotros les reconocemos que en este
decreto hay medidas interesantes que van en la línea de lo que en este
hemiciclo se manifestó hace dos semanas, de las necesidades que se tenían
que implementar. Sin embargo, todavía faltan algunas y creemos que estas
medidas son deudoras, en parte, de las presiones que puedan llevarse
desde la gran economía hasta la pequeña economía. Para nosotros esta
crisis ha demostrado algo, y entiendo que esta tesis pueda no ser
compartida por mucha gente, a tenor de lo que ha sido el apoyo que ha
venido sosteniendo esto que voy a decir. Nosotros creemos que las
políticas neoliberales han fracasado. Lo vuelvo a decir, han fracasado.
Sé que en este hemiciclo esto será minoritario; sé que hay mucha gente
que seguirá diciendo que es el mejor de los sistemas económicos posibles,
pero lo que estamos viendo es que cuando este sistema está en situación
de emergencia crítica el teléfono rojo del capitalismo se encuentra fuera
de cobertura para los ciudadanos y ciudadanas. Esa es la triste realidad.
Y lo que vemos es que los ciudadanos y ciudadanas están sacando lo mejor
de sí mismos para construir realidades que nada tienen que ver con el
neoliberalismo y que están salvando a la ciudadanía. Tienen que ver con
el bien común, tienen que ver con el cuidado mutuo, tienen que ver con el
valor de lo público por encima de cualquier otra consideración. Creemos
que esa es la principal virtud de todo esto. Y es ahí donde tenemos que
estar, en el reforzamiento de lo público y en la protección de las
personas.
Por eso les pedimos más, no porque no valoremos lo que hacen, sino porque
creemos que hay que hacer más. Hay que hacerlo ahora, no queda tiempo
para pensar o generar un think tank, esto que es algo muy moderno, y
pasarnos un año valorando, intercambiarnos memorandos y después de un año
y medio concluir que, a lo mejor, no estamos tan de acuerdo. La gente
necesita soluciones y las necesita ya. Toda esa gente de la que hemos
hablado, los autónomos, los pequeños comerciantes, todos. Y basta ya de
preocuparse por los resultados del IBEX, basta de proteger -como ya lo
han dicho- a los bancos y a las eléctricas, basta de proteger a ese 1 %
que acumula más de 111 000 millones de riqueza -111 000 millones de
riqueza, el 1 % de la población-. Es hora de decir que ya basta de
gobernar para ellos, de legislar para ellos, y de que ellos se beneficien
única y exclusivamente. Ahora debería tocarle a la gente.
Por eso le repito algunas de las propuestas que ya hicimos hace dos
semanas aquí. Creemos que hay que plantear la suspensión del pago de
hipotecas y, de manera urgente, de alquileres para personas en situación
de vulnerabilidad, disminución de ingresos o afectadas por ERE, ERTE y/o
despidos. Suspensión, señores del Gobierno, no moratoria. Lo que ustedes
plantean puede significar, de facto, que las familias sigan acumulando
deuda que tendrán que pagar después, y, en algunos casos, no en un
después muy lejano, sino en un después muy cercano si lo que tiene que
ver con el alquiler se vincula a la duración del contrato; si el contrato
acaba ya, el límite de tiempo que tienen para pagar la deuda también se
acorta y, por tanto, arreglan muy poco. Hay que hablar también de la
suspensión de pagos de facturas de servicios esenciales como la luz, el
agua y el gas para los colectivos vulnerables y con reducción de
ingresos, también para los autónomos. Y otra vez, suspensión,
suspéndanse, parafraseando a alguien, se podría decir. Porque no es menos
cierto que las grandes empresas hidroeléctricas han ganado mucho dinero
en este país, tienen enormes beneficios y yo todavía no he podido salir
al balcón a aplaudirles ningún día a las ocho de la tarde ante su enorme
donación, que estamos esperando que hagan. Las grandes empresas de este
país no están dando el ejemplo y, por tanto, habrá que exigirles que den
el ejemplo.
Creemos que hay que plantear una renta garantizada de emergencia igual al
salario mínimo interprofesional para toda persona que haya visto
reducidos sustancialmente sus ingresos. Esto es urgente y en otros países
ya están empezando a encarrilarlo. No sé si finalmente lo harán o no,
tampoco quiero señalar algo que puede acabar no siendo cierto, pero sí
están analizándolo. Háganlo aquí también. Hay que hablar de coberturas
especiales de desempleo para trabajadores y trabajadoras precarias, para
fijos discontinuos o temporales que no tienen en el momento actual
derecho a tener cobertura, acompañadas de la suspensión de la liquidación
de obligaciones fiscales y prohibición de baja en régimen general
autónomo o cualquier otro asimilado por impago de cuota mensual.
Hablaremos también de los autónomos y de la necesidad de rebajar el
porcentaje de pérdidas, ese 75 %, para que puedan acogerse a las ayudas y
suspensión de alquileres comerciales. No hace falta que pierdan tanto
para perderlo prácticamente todo. Eso habría que tenerlo en cuenta
también. Hay que prohibir los despidos y la devaluación de las
condiciones laborales no solo mientras dure el estado alarma, sino
después, cuando los ERTE se levanten y los empresarios tengan la
tentación de volver a ganar más dinero prescindiendo de los y las
trabajadoras. Hay que bloquear los precios de los productos de primera
necesidad y sanitarios, para acabar con la especulación que están
haciendo algunas empresas aprovechando la necesidad. Hay que tener en
cuenta la dimensión de la economía sumergida, porque usted hablaba de las
empleadas del hogar, pero hay que tener en cuenta que un tercio de las
trabajadoras del hogar viven en la economía sumergida y no podrán
beneficiarse de las ayudas que hoy ha anunciado aquí.
Así podríamos hablar de muchas más cosas que hay que hacer, pero usted ha
hablado de Europa, y termino con esto. Por supuesto que hay que reclamar
a Europa, estoy de acuerdo. Hay que reclamarle que haga un impuesto sobre
la riqueza en la Unión Europea. Hay que reclamarle que inyecte dinero y
que lo haga asumiendo un límite de déficit mayor que el que en la
actualidad asume. No es revolucionario lo que estoy planteando, eso lo
aceptan hasta los economistas neoliberales. En definitiva, hay que
fabricar dinero aunque suba el déficit. Y lo de fabricar dinero
-permítame el consejo- no debe ser algo tan mal considerado porque hasta
La casa de papel triunfa y su argumento original iba de eso.
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchísimas gracias.
Por el Grupo parlamentario Vasco (EAJ-PNV), tiene la palabra el señor
Esteban Bravo.
El señor ESTEBAN BRAVO: Señoras diputadas, señores diputados, ministra, la
verdad es que merecerían que votáramos no, porque lo que no se puede
hacer es lanzar una ley ómnibus de este tamaño, de ochenta y ocho hojas,
sin consultar siquiera. Evidentemente, en un decreto al que solo podemos
votar sí
o no hay cosas que son muy positivas, hay algunas cosas que no tenían que
haberlas hecho así y hay otras muchas que faltan también. Pero es verdad,
hay muchas cosas positivas en el ámbito de consumidores, de autónomos, de
colectivos vulnerables, de medidas fiscales. Usted nos ha leído toda la
exposición de motivos, y además ha repetido el discurso que ha hecho
antes el presidente. Yo tengo siete minutos y le voy a decir una cosa que
no tenían que haber hecho: quitar el dinero de las políticas activas de
empleo de las comunidades autónomas para pasarlo a las arcas del Estado
para un objetivo para el que no están hechas esas cotizaciones. Si lo
iban a hacer o si al final hay que hacerlo, primero, ni este es el
método, el del decreto-ley, ni, segundo, tampoco es el método que no se
consensúe previamente con las comunidades autónomas. Quitan la
competencia de facto al eliminar esas cantidades, y unos ingresos que
tienen un destino finalista definido por la ley ustedes lo reconvierten;
se trata de unas cantidades que van a ser necesarias mañana, porque, una
vez que salgamos de esta situación, desde luego políticas activas de
empleo vamos a tener que hacer. No me diga: no, es que hay un mes o dos
meses menos para hacerlo; es igual, va a haber que hacerlas, y ese
dinero, además, en el caso de que tuviese que ir destinado a otras
necesidades, en todo caso correspondería a las comunidades autónomas,
pero no al Estado, que, unilateralmente y sin avisar, da ese paso.
Comprenda que, sinceramente, estemos sorprendidos y molestos por ello.
Le diré otra cosa. Cuando se hacen las normas, evidentemente lo que no se
puede hacer es transformar el ordenamiento jurídico, y lo que hacen
ustedes es saltarse parte del ordenamiento jurídico, por ejemplo, cuando
solicitan la información a los ayuntamientos. No porque no les tengan que
dar esa información, que sí, es muy necesaria, pero háganlo como tienen
que hacerlo, y como tienen que hacerlo es con la ley del Estado, pero
también las normas forales de los territorios históricos hablan de que la
competencia sobre tutela financiera la tienen las diputaciones forales en
el caso de los ayuntamientos vascos, y es a través de las diputaciones
forales como se les tiene que pasar la información a ustedes en su caso,
y se les dará, porque aquí estamos todos para colaborar, pero hagan las
cosas como tiene que ser, porque, claro, a los ayuntamientos ha llegado
la noticia que ha llegado, directamente desde el Gobierno español, cuando
no debería ser así.
Creemos que falta mucha normativa; hay medidas para autónomos y colectivos
vulnerables -tengo poco tiempo, así que voy a ir a unas cuantas-: en la
moratoria de hipotecas, en la adquisición de viviendas, locales de
negocios, está muy bien, pero no se recoge moratoria o rebaja alguna, por
ejemplo, para los alquileres de un local de negocio, que es un gasto muy
importante, fundamental y que afecta a la mayoría de los pequeños
negocios y pequeños autónomos. Yo le sugeriría que a modo y manera que ha
hecho el Gobierno vasco, ayuden si los locales no son parte de vivienda
familiar y no existe parentesco con el arrendador, o sea socio partícipe
de las personas físicas o jurídicas arrendadoras, porque no se trata solo
de la compra o de la hipoteca, los alquileres de local de negocio son una
problemática y una casuística que vamos a encontrar en más abundancia que
la otra.
Creo que para que los autónomos puedan obtener la concesión de prestación
extraordinaria de desempleo tengan que justificar un 75 % de pérdidas de
los ingresos es algo irreal, sinceramente es imposible; si solo se gana
el 25 % o menos, vivir y mantener la empresa es imposible. Y luego,
cuando hablemos de los siguientes decretos, lo volveré a repetir desde
otro enfoque, pero me parece que tenemos que replantearnos ese 75 % y
reducirlo. Creo que hay que asegurarse, y no creo que esté nada claro en
la normativa que se ha aprobado -usted quizá me puede demostrar que no es
así, pero yo no lo tengo claro en estos momentos-, y deberíamos
asegurarnos de que las personas en situación de desempleo y en búsqueda
activa de desempleo no vean consumidos los días de paro en esta situación
de alarma, debería alargarse la prestación por el tiempo que durara el
confinamiento. Creo que tenemos que plantear un plan específico en el
ámbito del comercio y la hostelería. Probablemente van a ser los últimos
sectores que puedan empezar a funcionar y, por tanto, habría que pensar
en medidas específicas, durante más tiempo y de una manera especial, para
apoyar a estos sectores. Nos congratulamos de que recojan las medidas
para el colectivo de las empleadas de hogar que les solicitábamos en
nuestras enmiendas en el momento de discutir, hace quince días, la
primera prórroga. También le digo que llegará un momento en el que habrá
que reorganizar, como le he dicho al presidente, todas estas medidas,
algunas de las cuales son coyunturales, pero otras seguramente van a
tener que mantenerse más en el tiempo. En ese sentido, repito lo que he
dicho antes: nosotros no nos oponemos a que pueda haber una renta mínima
como medida de subsumir y solucionar los problemas que, con situaciones
puntuales y con una regulación excesiva, no sería viable. Es un tema a
estudiar, pero, desde luego, a lo que no estamos dispuestos es a que se
haga eso haciendo que no funcionen u obstaculizando cosas que ya
funcionan como, por ejemplo, la renta de garantía de ingresos en Euskadi.
Como se ha acabado mi tiempo, nada más. Así que, por tanto, nos
abstendremos.
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra el señor Bal
Francés.
El señor BAL FRANCÉS: Gracias, presidenta.
Buenas tardes, señorías; buenas tardes, vicepresidenta. Lo primero que
quiero decir es que se pueden hacer cosas buenas, se puede hacer un real
decreto-ley pensando en el interés general de los españoles, pero no
puede usted salir después a decir que se ha hecho todo lo posible, que no
se habría podido hacer nada más, en un tono, en fin, un poquito cenizo,
sinceramente, de disculpa de las acciones del Gobierno y que, desde
luego, no nos transmite ningún optimismo con respecto a las medidas que
pueda adoptar el Gobierno; su compañero de gabinete, don Fernando
Grande-Marlaska, dice que no tiene ningún motivo para arrepentirse.
Usted sabe que en esta situación nosotros hemos apoyado con lealtad, con
mano tendida pero también con exigencia, al Gobierno desde que se inició
esta crisis sanitaria. Nos parece que el real decreto-ley que nos
presenta -lo ha dicho también algún otro interviniente- llega tarde y es
pequeño, corto; podía haber sido más ambicioso en la protección que tiene
que implementar en la economía. Estamos satisfechos de que,
efectivamente, se haya mejorado el real decreto y de que se hayan
aceptado muchas de las propuestas que nosotros precisamente habíamos
planteado. Nos congratula mucho que el Grupo Socialista se comprometa a
que este real decreto-ley, lo mismo que el Real Decreto-ley 8/2020, se
pueda tramitar como proyecto de ley y que, de esta manera, se puedan
reunir todas las aportaciones de los distintos grupos parlamentarios de
la Cámara. Sería muy fácil oponerse sin más, pero nosotros, entre el
rechazo, el no es no, y poder contribuir a la mejora, como somos un
partido de centro, somos un partido útil, preferimos colaborar en la
mejora de la norma y no rechazarla sin más. Ustedes han escuchado, se les
ve que en esta crisis están corrigiendo muchos de los errores que han
venido cometiendo legislando de una manera unilateral; han hecho caso,
por ejemplo, a propuestas nuestras con respecto a la protección de
trabajadores temporales, de empleados de hogar o en lo referente a la
extensión de la moratoria de las hipotecas. Efectivamente, es que
gobernar no es dictar decretos-leyes; es también escuchar a la oposición
y -recuerde lo que le he dicho al principio- reconocer los errores,
porque de los errores se aprende.
Los de Ciudadanos somos gente de centro, moderada, pragmática, que
buscamos soluciones. No somos nacionalistas, no somos populistas, no
creemos en los dogmas. Atendemos los problemas y tratamos de resolverlos
y, efectivamente, queremos ayudarles a que se adopten buenas decisiones
de protección de las empresas, de los trabajadores, de los autónomos y de
las familias, pero también gobernamos. Gobernamos en cuatro comunidades
autónomas. Antes el presidente del Gobierno me echaba en cara en su
réplica: Pues en la comunidad autónoma... No he querido entrar ahí porque
no es el momento de entrar, pero vean lo que hacemos en las comunidades
autónomas. Se lo voy a decir. Gobernamos para 20 millones de españoles
-Andalucía, Castilla y León, Madrid y Murcia-; nos adelantamos en el
cierre de los colegios; hemos ayudado al pago de la cuota de autónomos en
Madrid y en Andalucía, con ayudas concretas y determinadas con dinero;
hemos reformulado presupuestos; hemos incrementado la producción de test
rápidos -el hospital de Ifema, en Madrid, se pone como ejemplo en la
Organización Mundial de la Salud-, pero creemos en la igualdad. Esto hay
que hacerlo en toda España y solo ustedes desde el Gobierno pueden hacer
esto en toda España, porque creemos en esa igualdad. Sí, escuchen,
escuchen. Escuchen a los agentes sociales, no solamente usted, señora
vicepresidenta, también la ministra de Trabajo, para que no salga el
señor Garamendi en la televisión diciendo que se ha enterado por el BOE
de las importantes medidas de impacto en las empresas que supone la
abolición del despido objetivo. Y no se amparen en la ideología. Ya lo he
dicho antes en mi intervención. Hay que ser sensatos y, si lo son,
contarán con nuestro apoyo leal y exigente, pero no con los dogmas, con
el populismo, no solamente con la ideología.
Es verdad que nos van a admitir la tramitación como proyecto de ley, que
nos van a admitir o se comprometen a admitirnos la flexibilización de la
recuperación de las horas del permiso retribuido y nos congratula que
mañana lleven al Consejo de Ministros la suspensión de la obligación de
presentar las declaraciones trimestrales. Háganlo con generosidad y no
vuelvan otra vez a cargar de burocracia a los autónomos para que puedan
acceder a este beneficio. Fíense de los autónomos. Es verdad, como digo,
que nos han hecho caso, que nos han escuchado en la línea de créditos
avalada por el Estado, pero le pedimos también mayor flexibilidad con
respecto a los ERTE, una moratoria fiscal. Y a usted en concreto le
pedimos que discrimine entre la gran empresa, la pequeña empresa, la
mediana empresa y el autónomo
o la microempresa, porque no se pueden adoptar medidas para todos por
igual porque las distintas empresas tienen distinto músculo financiero.
Hay cargas que van a hundir a empresas pequeñas, cargas que surgen de los
reales decretos-leyes. ¿Tienen ustedes algo contra los autónomos, contra
esas personas que se levantan todas las mañanas, suben la persiana,
trabajan, crean empleo, crean riqueza y además no se ponen nunca
enfermos, como normalmente solemos decir siempre de los autónomos? Pues
se les olvida a ustedes meter a los autónomos en el plan de choque;
después tienen que meterlos, pero parece que no entran todos; les obligan
a una maraña burocrática; empiezan a cobrarles la cuota de marzo y
después dicen que les otorgarán moratoria para el siguiente periodo de
cuotas; dicen que pueden aplazar esas cuotas, pero les cobran el 0,5 % de
intereses.
La sanidad. Aquí en esta Cámara hemos oído disparates, en mi opinión,
como, por ejemplo, que la única sanidad buena es la pública y la privada
es perversa, son unos negociantes. Ahora mismo la sanidad pública y la
sanidad privada están luchando juntas para acabar con el virus y en la
sanidad privada hay muchos autónomos, muchos autónomos que necesitan
ayuda y que se encuentran precisamente en esos sectores esenciales:
fisioterapeutas, psicólogos, odontólogos. Pero es que incluso los
mutualistas, que se han olvidado de los mutualistas, que tenemos una
mutualidad de previsión social alternativa al RETA, que es de médicos,
que no solamente tenemos abogados, procuradores o ingenieros. Por tanto,
escuchen, déjense ayudar. Los autónomos creen que están abandonados.
Perdónenles la cuota de abril; bajen, como ha dicho antes otro
interviniente, ese límite del 75 % con respecto a los ingresos, porque
¿se imagina una familia con dos autónomos y que cada uno de ellos tenga
que perder el 75 % para poder ser acreedores de la prestación? La
financiación a coste cero. Piensen en una tarifa plana cuando salgamos de
la crisis con respecto a las empresas que han cerrado, en una cuota, por
ejemplo, de 60 euros, y sean generosos mañana en ese real decreto.
Votaremos que sí y el sí es un no a la improvisación, un no a la
unilateralidad, un no a la imposición ideológica y un sí condicionado a
que cumplan con sus compromisos y a que cumplan sus obligaciones con
todos los ciudadanos españoles.
Gracias.
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra, en primer lugar, el
señor Errejón Galván.
El señor ERREJÓN GALVÁN: Muchas gracias, señora vicepresidenta económica.
Tenemos la sensación en estas últimas tres semanas de ir señalando algunas
de las medidas que se tienen que adoptar y de que, cuando las decimos,
son descabelladas y un poco después se adoptan. Si eso fuera solo una
sensación subjetiva, no pasaría nada pues cada uno vive con sus
sensaciones, el problema es que el paso de las semanas en una situación
de crisis puede ser fundamental y la diferencia entre llegar tarde y no
llegar puede ser ninguna. En los casos de emergencia nacional llegar
tarde o quedarse cortos puede ser equivalente a no llegar.
A duras penas hemos fraguado un consenso -y ha costado mucho-, el consenso
de que solo parando la actividad en el país podíamos parar el virus. Eso
se ha logrado, pero nos ponía unos deberes al día siguiente. Si
pausábamos la economía, teníamos que decidir quién iba a pagar la pausa
de la economía. Todas las papeletas las tiene la gente más vulnerable:
los que no pueden aguantar, los que no tienen reservas de capital, los
que no tienen cuentas corrientes fuera de nuestro país, los que no tienen
grandes ayudas. Todas las papeletas las tiene la gente que vive de su
trabajo. Para que eso no fuera así, el Gobierno decidió impulsar un plan
que llamó de escudo social -y nosotros lo saludamos- que hoy hemos dicho
que para nosotros presenta cosas muy positivas, como algunas de las que
usted ha defendido, y otras que nos parece que son graves agujeros por
los que caen muchos españoles. En este segundo punto nos parece que vamos
mucho más atrás y que estamos mucho más rezagados. En una situación de
crisis, quedarse a medias es la peor de las opciones, porque puede no
satisfacer a nadie y se puede correr el riesgo de enfadar a todo el
mundo. En este caso, la música dice que ustedes no van a dejar a nadie
atrás, pero en la letra, en la letra pequeña, hay mucha gente que se
queda atrás.
Pongo solo algunos ejemplos. El primero nadie más lo va a mencionar. Creo
que el ministro encargado se ha equivocado cuando ha dicho que esta no
era una crisis que concernía a la cultura. Creo que es más adecuada una
posición como la de Francia o la de Alemania que han dicho que la cultura
es un sector de primera necesidad -¡vaya si lo estamos notando en el
confinamiento!- y que tiene que ser protegido por los poderes públicos.
Algunos otros ejemplos se han ido señalando. Mucha de la gente que se
quiere
acoger a las moratorias de los pagos de las hipotecas se acaba perdiendo
en un laberinto de papeles y de requisitos por lo que al final las ayudas
no les llegan. Algunos de los autónomos tienen que seguir pagando los
alquileres de su vivienda y los alquileres de los negocios donde
trabajan, pero también muchos de los gastos derivados de su trabajo -las
licencias de taxi, el vehículo, la maquinaria- y para eso nadie les
protege. Una buena parte de los trabajadores que fueron despedidos entre
el estado de alarma y el decreto laboral, casi medio millón de
trabajadores, se quedan a la intemperie. Y los inquilinos ven cómo
básicamente la política que se les sugiere es que ellos pueden pedir un
préstamo, pero, eso sí, a los rentistas de hasta diez viviendas se les
garantiza hasta el último de sus euros.
En esta situación, nosotros hemos dicho que lo que hace falta es una
política decidida de transferencia directa para que la única política
social no sea que la gente se endeude, porque, si no, cuando salgamos de
esta, vamos a tener un segundo problema, un segundo conflicto. Pedimos
una renta de cuarentena de transferencia directa que asegure que salimos
de esta efectivamente sin dejar a nadie atrás.
Sé que las derechas van a aprovechar esto para hacer una guerra al
Gobierno; lo están haciendo ya. Nosotros no creemos que haya que hacer
una guerra al Gobierno. Creemos que hay que hacer una guerra, en primer
lugar, al virus y, en segundo lugar, a la crisis y a la desigualdad. Para
librar bien ese combate, creemos que es fundamental que ustedes traigan
aquí algo más que las medidas que traen. Nosotros no nos opondremos, pero
le reconozco que de este Gobierno esperábamos más y seguimos esperando
más.
Muchas gracias.
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Gracias.
También por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra el señor
Baldoví Roda.
El señor BALDOVÍ RODA: Moltes gràcies, senyora presidenta.
Compromís es una formación joven. Nacimos hace diez años con un objetivo:
rescatar personas; nacimos con aquella crisis y mantenemos el mismo
espíritu. No queremos que pase como en aquella crisis, que acabe
pagándolo poca ropa, es decir, algunos se salvaron, los de siempre, y
otros lo pagaron, los de siempre; se salvaron los bancos y tuvieron 65
000 millones que no han sido devueltos. Por eso le he dicho esta mañana
al presidente y se lo digo a usted también, señora ministra, que vigile a
los bancos. Los está vigilando ya la Comisión Nacional del Mercado de
Valores. Además, vigilen los préstamos que conceden, pero sobre todo los
que deniegan, porque parece que están dando justamente esos préstamos a
los más solventes, a los que probablemente menos los necesitan, y se los
están denegando a los que más los necesitan. Por eso se lo digo: vigile a
los bancos y vigile los tipos de interés que están intentando meter,
aparte de algunos productos financieros. Para esta tarde o esta noche
-porque a veces duran toda la noche- le deseo mucha suerte de corazón,
pero además le digo que sea muy fuerte. Aquí, en esta misma tribuna -se
lo he oído, por ejemplo, al señor el Errejón-, he oído alguna propuesta
sobre frentes mediterráneos. Resista; resista para que no nos pase como
hace diez años, que acabaron pagando los de siempre. Apriete, señora
Calviño, y sea fuerte.
Acabo. Votaremos a favor, sobre todo porque se puede tramitar como
proyecto de ley. Y coincido con el señor Esteban en que hay cosas
positivas y negativas; negativas, por ejemplo, que las políticas de
empleo se quiten de esa manera a las comunidades autónomas. Y termino. La
lealtad y la unidad que pedía esta mañana el señor presidente se
cimentan, insisto, con el respeto también a los grupos más pequeños, con
el respeto y con el diálogo.
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Gracias.
También por el Grupo Parlamentario Plural, tiene la palabra el señor Rego
Candamil.
El señor REGO CANDAMIL: Grazas, señora presidenta.
Señora vicepresidenta, el BNG valoró las primeras políticas económicas y
sociales del Gobierno validadas hace quince días como insuficientes para
proteger a los sectores sociales y económicos más vulnerables, cuando no
injustas, razón por la que no las apoyamos. Lamentablemente, este segundo
paquete que hoy se nos presenta nos reafirma en esa percepción, por lo
que tampoco lo vamos a apoyar; no vamos a votar en contra, pero tampoco a
favor.
En medio de una cascada de decisiones, rectificaciones y aclaraciones que
generan más confusión que certezas y que envuelven con un lazo tan
rimbombante como "escudo social", emerge la evidencia de que, al lado de
medidas necesarias, el Gobierno no fue capaz de adoptar soluciones
valientes que marcasen un camino de salida social a la crisis económica
generada con la emergencia sanitaria. Lamentamos que no hayan sido
recogidas propuestas que hemos hecho, como condonar cuotas hipotecarias a
familias y autónomos o las cuotas tributarias a estos últimos, del mismo
modo que no se haya acordado condonar el pago de alquileres a
particulares y autónomos, especialmente en aquellos casos en los que los
arrendadores son grandes tenedores inmobiliarios. Son, a nuestro juicio,
medidas que continúan siendo necesarias.
Estamos viendo, desgraciadamente, que una vez más la crisis social y
económica la van a pagar los mismos: los trabajadores y las trabajadoras.
El llamamiento a unos nuevos pactos de la Moncloa, de infausto recuerdo
para la clase trabajadora y los pueblos del Estado, viene a confirmar que
vamos en la dirección equivocada. El BNG tiene claro que hay otras vías.
¿Por qué en vez de entrar a saco en la Seguridad Social de las personas
asalariadas, en el fondo de formación, no se plantean nuevas políticas
tributarias que graven realmente a las grandes fortunas, que hagan pagar
más a las grandes corporaciones o que lleven a recuperar los fondos
-miles de millones de euros no devueltos- del rescate bancario, que son
recursos públicos, dinero de todas y todos nosotros? Hay otras vías, sí:
nacionalizar las grandes corporaciones de los sectores estratégicos, que
nunca debieron ser privatizados; reducir el gasto militar y renunciar a
la adquisición de aviones de combate EF-2000, satélites de control de SAT
o submarinos S-80, con un coste multimillonario; en definitiva, cambiar
las prioridades para colocar en el centro a las clases populares. Ahí es
donde estaría un Gobierno realmente progresista.
Obrigado.
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Republicano, tiene la palabra el señor Rufián
Romero.
El señor RUFIÁN ROMERO: Muchas gracias, presidenta. Recordando viejos
tiempos.
Algunos de nosotros, algunos grupos, llevamos mucho tiempo avisando de que
llegaría el día en que no apoyaríamos algunos de sus reales decretos,
avisando de que eran insuficientes y, sobre todo, poco consensuados. Creo
que es una queja bastante transversal en las intervenciones que me han
precedido. De momento, en este caso, este real decreto saldrá, pero cada
vez salen más justos, con los números más apretados. Les pedimos, como
prácticamente el resto de los grupos parlamentarios, que se lo hagan
mirar.
Nosotros, por ejemplo, hoy nos abstendremos en este real decreto.
Consideramos que es un real decreto bueno en general. Recoge muchas de
las iniciativas que nosotros les hemos propuesto, incluso algunas que son
aplicadas por el Govern de la Generalitat, pero se lo cargan, se lo
cargan abriendo la puerta a uno de los mayores hachazos a las comunidades
autónomas que ha conocido esta democracia, abriendo la puerta a quitar el
Fondo de Cooperación a las comunidades autónomas; en el caso de Cataluña
el cincuenta y pico por ciento. Si necesitan liquidez, deben ir al Banco
Central Europeo o a Europa y no tensionar aún más la Tesorería de las
comunidades autónomas, que ya está terriblemente tensionada.
Pero como en las crisis o se opina o se actúa y nosotros somos mucho más
de lo segundo que de lo primero, tenemos propuestas que hacerle. La
primera, repetimos, es la descentralización de recursos. La
recentralización nunca es la solución, y esa puerta que abren en este
real decreto de recortar las políticas activas de ocupación a las
comunidades autónomas en más de 2400 millones de euros nos parece que
nunca nunca es la solución. Pueden dejar así de facto con menos de la
mitad de los recursos a los servicios públicos autonómicos para afrontar
la poscrisis en su búsqueda de liquidez. Ninguna Administración conoce
mejor lo que pasa en el día a día que la local, la autonómica o la
municipal. Lo hemos comentado antes: se conoce mucho mejor lo que sucede
en Hospitalet desde un despacho en Hospitalet que desde un despacho del
ministerio de Madrid; y no tiene nada que ver con nacionalismos, sino con
simple eficiencia.
La segunda propuesta es la ampliación de la moratoria contemplada de
desahucios. A tenor de la magnitud y profundidad del precipicio económico
al que nos enfrentamos, nos parece ostensiblemente insuficiente una
moratoria de seis meses. Para que todo el mundo lo entienda, lo del año
2008, la denominada crisis -en realidad estafa del año 2008-, fue una
desaceleración. Esto es un parón, y las consecuencias pueden ser
muchísimo peores.
Tres: la asunción por parte del Estado de las responsabilidades derivadas
de la suspensión del pago de alquileres a particulares, autónomos y
pequeños empresarios. Su propuesta de ofrecer microcréditos a los
arrendatarios que no puedan pagar el alquiler nos parece irresponsable,
claramente irresponsable. La solución no puede pasar por el endeudamiento
del más débil. Desde nuestro punto de vista, el Estado debe asumir esa
deuda obligada por los efectos del virus y, sobre todo, definir lo que es
un pequeño propietario. No es lo mismo un matrimonio de jubilados que
pone su piso en alquiler para completar la pensión, que un especulador
con cincuenta casas.
Cuatro: la suspensión del pago de servicios básicos como la luz, el agua o
el gas; no es suficiente con la prohibición. La mitad de estas facturas,
como ustedes saben, son gastos fijos independientemente del consumo y de
la producción, y con la que está cayendo la gente no puede elegir cada
mes entre comer o pagar la luz.
Cinco, y aquí nos paramos un poquito más: salvar a los autónomos. Estamos
hablando de 3 millones de personas, 600 000 solo en Cataluña, sin contar
con los miles que están en la economía sumergida; por ejemplo, 240 000
empleadas del hogar. Aquí proponemos básicamente cinco medidas. Una:
adelanto de la moratoria contemplada del pago de cuotas a la Seguridad
Social para trabajadores autónomos. Ustedes no sitúan el inicio de la
moratoria hasta mayo; a los autónomos ya se les ha pasado el cargo de
marzo. Desde nuestro punto de vista llegan tarde y llegan mal. Es
absolutamente incomprensible el cobro de esta cuota en un momento de cero
actividad. Si en esta crisis hay una cuarentena sanitaria y una
cuarentena económica, también debería haber una cuarentena impositiva
para los más afectados, y los autónomos lo son.
Dos: ampliación se la suspensión de la cuota de autónomos, no situando
como límite temporal la duración del estado de alarma, sino la duración
del impacto económico de la crisis sanitaria.
Tres: reforma integral del RETA, para establecer, de una vez por todas, un
sistema de cotización sujeto a ingresos reales.
Cuatro: moratoria de un año en la liquidación del IVA del segundo
trimestre.
Y cinco: asegurarles un acceso controlado, rápido y fácil a los créditos
ICO. Se están comprobando ya abusos por parte de la banca que obligan a
pagar seguros de vida, por ejemplo, a aquellos autónomos que están
pidiendo estos créditos.
Otras propuestas ya repetidas son: una renta de confinamiento - entendemos
que no se tiene que dejar caer a las familias; si no, no habrá país que
levantar- y modificar o expandir el límite de gasto impuesto a las
comunidades autónomas y ayuntamientos -300 millones nos parece poco, tal
y como se ha anunciado-. Otra propuesta serían dos impuestos, como
también hemos comentado. El primero sería temporal, solidario y
extraordinario a compañías y plataformas digitales de distribución o
comercio -intermediarias, en definitiva- que se están enriqueciendo
exponencialmente durante este confinamiento; por ejemplo, ponerle un
impuesto a Glovo para intentar financiar otras ayudas. El segundo
impuesto sería a las grandes fortunas. Nacionalizar si hay que hay que
nacionalizar. Esto provoca urticaria, pero cada vez provocará menos
urticaria; lo que no tiene sentido es que haya camas libres en la sanidad
privada, mientras no las hay en las UCI. Y la última de nuestras
propuestas es inversión en cultura y en investigación. No tiene que
llegar una pandemia para darnos cuenta de lo importante que son estos dos
campos. Como decía Lorca: Cultura porque solo a través de ella se pueden
resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo, este pueblo, lleno
de fe, pero falto de luz.
Muchas gracias.
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú
Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor Guijarro García.
El señor GUIJARRO GARCÍA: Gracias, presidenta.
Buenas tardes a todas y a todos. Quiero introducir apenas dos reflexiones
dado el poco tiempo del que dispongo. La segunda de ellas versará
necesariamente sobre el contexto europeo -algo que ya ha anticipado la
ministra en su intervención-, tan determinante para el futuro de nuestro
país y también para la viabilidad del propio proyecto regional, pero la
primera de ellas tiene que ver con el ámbito nacional. En este sentido,
mientras el resto de Gobiernos que afrontan una situación tan desafiante
como la que vivimos han contado con el concurso, con el apoyo de sus
respectivas oposiciones, España ha vuelto a ser una anomalía -el ejemplo
de hoy ha sido patente-, porque las derechas, esas que llevan clamando
contra
la legitimidad de este Gobierno de coalición desde el minuto uno de su
andadura, no han visto mejor oportunidad para medrar y defender intereses
de parte que este momento de crisis, una crisis definida por Naciones
Unidas como la mayor que afronta el planeta desde la Segunda Guerra
Mundial. En fin, será el juicio de la historia el que ponga a cada uno en
su lugar, como decía mi compañero Echenique anteriormente.
En todo caso, voy a centrarme exclusivamente en dos críticas que han
venido repitiendo las derechas en perfecta sincronía y que, por respeto a
esta tribuna y a lo que representa, me limitaré a calificar de
tautológicas. La primera tautología ha consistido en despachar la acción
de gobierno como ideológica. También lo hemos escuchado hoy aquí. Parece
ser que el motivo de tal exabrupto tiene que ver con el escudo de medidas
sociales que el Gobierno está poniendo en marcha, algunas de las cuales
forman parte precisamente del real decreto-ley que ahora discutimos. No
se puede pronunciar mayor obviedad: ideológicas. Dice el filósofo
esloveno Slavoj ?i?ek que no hay afirmación más ideológica que aquella
que niega su propio carácter ideológico. Hete aquí, a mi derecha, el
claro ejemplo, porque llegados a este punto todo Gobierno enfrenta un
dilema que solo puede resolverse ideológicamente: o se defienden los
intereses de la mayoría o se condena a esta para salvar los intereses de
una minoría privilegiada. ¿O acaso no fue ideológica la salida de la
crisis anterior que ustedes aplicaron, señores de la derecha, y que a día
de hoy ha dejado el mundo del trabajo sembrado de precariedad e
incertidumbre? ¿Acaso no fue una elección ideológica la condena que
impusieron a millones de familias españolas como requisito necesario para
salvar el trasero de sus amigotes de la banca y de las altas finanzas?
¿No es sino ideológico y muy poco cristiano, por cierto, el desprecio que
sienten por las gentes humildes de este país?
Quiero destacar algunas de las medidas aprobadas en el ámbito del
alquiler, de préstamos hipotecarios y de créditos sin aval hipotecario
que se incluyen en este real decreto. Apenas podré esbozar unas cuantas.
Incluyen, por ejemplo, la prohibición de desahuciar inquilinos durante
seis meses, como ya se ha dicho. Se incluye la moratoria de deuda
arrendaticia o la línea de avales para la concesión de ayudas de
financiación sin gastos ni intereses para el solicitante, o la propia
concesión directa de ayudas al alquiler, en la que por primera vez se
introduce la categoría en España de grandes tenedores, algo que se ha
venido reclamando aquí, en esta Cámara, porque no podemos pedir el mismo
sacrificio a una familia que posee dos, tres viviendas que al fondo
poseedor de un ingente capital inmobiliario; esto parece de cajón.
Igualmente, se suspende temporalmente el pago de préstamos o créditos sin
garantía hipotecaria a acreedores en situación de vulnerabilidad.
Respecto al mercado de trabajo -también se ha destacado-, se crea un
subsidio extraordinario para empleadas del hogar; sobre todo hablamos de
mujeres, el 96 % de este sector. También se refuerzan los derechos de los
consumidores en la suspensión o rescisión de contratos, el reembolso de
planes de pensiones y la protección contra la ludopatía. Asimismo, se
crea un bono social para autónomos que hayan cesado su actividad o hayan
visto reducida su facturación, a la vez que se establece una moratoria de
las cotizaciones sociales a la Seguridad Social.
Todas estas medidas nos dan una idea de que, efectivamente, el Gobierno ha
optado, y lo ha hecho, a diferencia de la última crisis financiera, por
defender los intereses de la mayoría. Ciertamente, aún queda mucho por
hacer para agilizar el acceso a todos estos fondos sociales, líneas de
crédito y moratorias habilitadas; de hecho, nos constan las dificultades
que han experimentado algunos sectores para acceder a estas ayudas
diseñadas para aliviar la carga insoportable que todo esto supone para
familias vulnerables, autónomos, trabajadores. Es por ello que desde
nuestro grupo parlamentario seguimos apostando por la creación de un tipo
de ingreso mínimo vital, en línea con lo que ya están planteando otros
Gobiernos; es por ello también que hemos hecho llegar al Gobierno de
manera leal algunas propuestas para simplificar trámites y acelerar así
la llegada de estas ayudas.
Esto me lleva a la segunda de las tautologías, repetida al unísono por los
corifeos de la derecha: la de que este Gobierno está improvisando. ¡Lo
que tiene uno que escuchar! En un momento de crisis sobrevenida,
completamente ajena al propio modelo productivo, del todo impredecible,
en la que cada día cuenta para salvar miles de vidas, ¿acaso no está el
Gobierno, cualquier Gobierno, obligado a improvisar? De hecho, el real
decreto que nos atañe da muestra de esta improvisación en la medida en
que, por ejemplo, amplía el plazo de suspensión a tres meses para
hipotecas con respecto a lo que ya se había aprobado en el Real
Decreto-ley 8/2020, al igual que se amplía la cobertura, la moratoria a
autónomos y arrendadores en situaciones por la pérdida de renta
arrendaticia, y también se implementa una segunda fase de líneas de
avales, toda vez que la primera, de 20 000 millones, ha demostrado ser
insuficiente. Todo ello no deja de ser un claro síntoma de improvisación,
de improvisación necesaria, como requisito de eficacia y de contundencia
en las muchas y complejas respuestas urgentes que se requieren.
Permítanme, para cerrar, introducir una segunda reflexión, señora
ministra, la de la escala europea, y más ahora, cuando está usted a punto
de viajar para iniciar ese segundo round de negociaciones en Bruselas; y
me va a perdonar la metáfora pugilista, porque hay países al norte que
han decidido hacer de esto un combate contra el sur. Específicamente,
hemos tenido que escuchar al Gobierno holandés insinuaciones de tutelaje
contra nuestro país o contra Italia; el Gobierno que más ha practicado el
dumping fiscal en la Unión Europea nos tilda ahora de irresponsables.
Ciertamente, las formas fueron bastante impertinentes, hasta torpes diría
yo, pero el fondo no tiene otro calificativo que el que le dedicó el
señor António Costa, primer ministro luso: sencillamente repugnante.
Señora vicepresidenta, nos consta el esfuerzo que está usted haciendo
personalmente para encontrar algún mecanismo viable para la mutualización
de deuda en Europa. Quizás la posibilidad de que la Comisión emita
títulos propios y transfiera recursos a los países en función de las
necesidades de cada uno pueda ser la solución buscada. En todo caso,
todos sabemos que ni siquiera será suficiente a medio plazo con el
compromiso del Banco Central Europeo para dotar casi un billón de euros
de cara a evitar ataques especulativos por la vía de comprar títulos de
deuda nacional.
Permítame, para terminar, señora ministra, una amable recomendación de
cara a este segundo round y a los que estén por venir. Vamos a necesitar
el apoyo estratégico de los hermanos ibéricos: de la República de
Portugal, de Francia, sí, desde luego, pero también de Italia. No podemos
permitirnos el lujo de romper esa alianza. Son muchos los motivos que
podría esgrimir aquí para explicar por qué tenemos que mantener esa
alianza, pero sencillamente le detallaré uno: la correlación de fuerzas
nos aplastaría.
Gracias. (Aplausos).
La señora VICEPRESIDENTA (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra la señora Olona Choclán.
La señora OLONA CHOCLÁN: Buenas tardes. Muchas gracias, señora presidenta.
En un tiempo en el que la miseria asola España como no recordamos en la
historia reciente de nuestra democracia; en un tiempo en el que el luto y
el dolor asolan y llenan de desolación los hogares españoles, solo
interrumpido cada día a las ocho de la tarde, cuando con esperanza nos
asomamos a los balcones para aplaudir a los verdaderos héroes sin capa
que están siendo en esta lucha contra la COVID; en un día como el de hoy,
en el que nos somete el Ejecutivo un quinto real decreto-ley desde que
comenzó esta crisis, para intentar hacer frente a la mayor crisis a la
que nos hemos enfrentado -como estaba diciendo- en España en la historia
más reciente de nuestra democracia; en este tiempo, señorías, encontramos
que el Gobierno socialcomunista de España ha abandonado a los españoles.
Su única preocupación es el relato, y a este relato responde el Real
decreto-ley 11/2020, que no hace sino suponer un nuevo avance en las
aspiraciones chavistas del señor Pablo Iglesias, incorporando una serie
de medidas que pretenden una mayor intervención en nuestra economía y que
pese a venderlo como un supuesto escudo social para hacer frente a la
grave crisis provocada por la COVID, como ahora razonaré, no es tal.
En la memoria abreviada de análisis del impacto normativo que han remitido
a esta Cámara, decían, como ha anticipado la señora vicepresidenta, que
pretende cumplir tres finalidades: el apoyo a los trabajadores,
consumidores, familias y colectivos vulnerables; reforzar la actividad
económica y apoyar a empresas y autónomos, y ajustar el funcionamiento de
la Administración pública a las necesidades actuales. La realidad, sin
embargo, es que las medidas que el texto incorpora son claramente
insuficientes. Por citar un ejemplo concreto, la moratoria o reducción de
la renta de los alquileres que han establecido no cubrirá más que a un
pequeño porcentaje de inquilinos -hablamos de entre un 5 y un 10 % de las
viviendas alquiladas en España- a los que resultará aplicable esta
medida, que beneficiará a los escasos inquilinos a quienes han definido
como potenciales beneficiarios. ¿Este es el escudo social que merecen los
españoles, señora vicepresidenta? No, en nuestra opinión. En VOX decimos
que hasta ahora los españoles han trabajado para mantener al Estado y
que, precisamente por ello, en esta situación crítica es al Estado al que
le toca trabajar para mantener a los españoles. ¿Cómo? Pues, entre otras
medidas, abonando el salario a los españoles trabajadores y autónomos que
se han visto impedidos de trabajar durante el periodo de estado de alarma
y sus prórrogas, procediendo de esta manera a estar verdaderamente a su
lado.
Señores del Gobierno, siguen ustedes instalados en la más absoluta
improvisación, y este decreto-ley no es sino una nueva muestra de ello.
Como no reducen el gasto político y los ingresos son limitados, como bien
sabe, señora vicepresidenta, se ven obligados a recurrir al Fondo de
Contingencia y, como este
es insuficiente -ya nos contará el señor presidente del Gobierno de dónde
va a sacar esos 200 000 millones de euros a que aludía esta mañana-, para
alimentarlo prevén, en el artículo 49 del texto, tomar el control de la
caja de los organismos autónomos y de otras entidades integrantes del
sector público estatal. Su improvisación ha dado lugar a una posterior
corrección de la señora ministra de Hacienda, porque es evidente que
únicamente podrá afectar a las entidades públicas con presupuesto
limitativo. Sí que le rogaría, señora vicepresidenta, que antes de
proceder a publicar en el BOE la corrección correspondiente de errores,
se preocupase de leer el artículo 47 de la Ley General Presupuestaria,
porque se han olvidado de mencionar el necesario acuerdo previo de los
administradores antes de exigir el ingreso de las disponibilidades
líquidas.
En esta batalla del relato que les preocupa y ocupa y en la que como
última ocurrencia el Gobierno ha sacado a relucir falazmente los Pactos
de la Moncloa, siguen anclados en las mismas mentiras que les llevaron a
sacar a la calle a cientos de miles de españoles para, con grave riesgo
de sus vidas y en una clara negligencia criminal, celebrar su
manifestación ideológica del 8M. Pero ustedes, como les digo, siguen
anclados en las mentiras. Mienten en el número de vidas que están
padeciendo la crisis de la COVID, que estamos perdiendo; y no lo digo yo,
lo dijo en primer lugar el presidente de los profesionales funerarios.
Posteriormente las comunidades autónomas, incluidas esas que gobiernan
con su mismo color político, hablan hasta del doble de muertos respecto
de los datos oficiales del Gobierno, y lo ha dicho en último lugar el
Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, que habla de hasta
el triple de muertos del número que el Gobierno está proporcionando.
Datos oficiales. Por eso son ustedes, como ha señalado el presidente de
VOX, el Gobierno del bulo. Quieren ocultar su negligencia criminal, pero
los casi ochocientos fallecimientos diarios que se están produciendo en
España, y eso con sus cifras maquilladas, les convierten en el Gobierno
responsable en el mundo del mayor número de muertos por millón de
habitantes. Esa es la realidad: el peor Gobierno en el peor momento
posible. ¿Y saben cuál es el colmo de la indecencia? Que con esta
realidad lo que tengamos que aguantar sea un Gobierno que está lleno de
soberbia, con un arrogante ministro del Interior que sale a decir a los
medios de comunicación que este Gobierno no tiene ningún motivo para
arrepentirse de nada. Si estuviera aquí el señor Marlaska podríamos
decirle abiertamente que él precisamente tiene mucho que tapar. Porque
coincido con el señor presidente del Gobierno, como indicaba esta mañana,
en que esta crisis no tiene culpables. Es cierto, esta crisis no tiene
culpables, pero sí tiene responsables, y el señor Grande-Marlaska es
específicamente responsable del fallecimiento, a la fecha, de ocho
guardias civiles, dos policías nacionales, la esposa de otro compañero
fallecido en Granada y un funcionario de prisiones en Alicante (La señora
Cantera de Castro: ¡Pero qué dices, pero qué estás diciendo!), así como
del absoluto desamparo de sus familiares, al igual que es responsable de
haber cesado al jefe de Prevención de Riesgos Laborales, el señor Nieto,
a finales de enero, precisamente por sacar a la luz un protocolo de
prevención en la lucha contra la COVID y acusársele, a tres meses de su
jubilación, de generar alarma.
Le anticipamos, señora vicepresidenta, que el Grupo Parlamentario VOX va a
abstenerse, porque no solamente estas medidas son insuficientes, sino
que, a mayor abundamiento, incurren en la ignominia, como ya hicieron con
el Real Decreto-Ley 8/2020, que nuevamente hace rapiña de la miseria que
está asolando España, y al igual que recurrimos ante el Tribunal
Constitucional dicho real decreto-ley por incluir al señor Iglesias y
blindarle en la Comisión que controla al CNI, procederemos a recurrir
este real decreto-ley en la medida en que, ante la grave crisis
sanitaria, económica y social que está asolando nuestro país, lo que
ustedes han hecho ha sido otorgar una subvención de 15 millones de euros,
procediendo a rescatar a los medios de comunicación audiovisuales que,
tal y como están demostrando a diario estos medios sobornados, no son
sino un instrumento al servicio del fin que ustedes verdaderamente
persiguen, ese relato que le mencionaba al inicio de mi intervención,
señora vicepresidenta, porque son en realidad activistas y medios
propagandistas.
Concluyo ya, señora presidenta. Por más que intenten hacer ver que están
ustedes labrando un escudo social para proteger a la ciudadanía, el
pueblo español no va a olvidar que, al igual que en las crisis de 2008 y
2012, con el Gobierno popular, se rescató a los bancos y se abandonó a
los españoles, ustedes ya han abandonado a más de ocho mil personas de
mayor edad que han fallecido en las residencias y los han desahuciado, no
permitiendo que tengan acceso a las UCI cuando tengan más de dicha edad.
Para concluir, señora presidenta; el señor Sánchez quiso pasar a la
historia por haber desenterrado a un hombre. Por desgracia, ha cumplido
su objetivo, y se le recordará como Pedro el sepulturero. Se empeñó en
desenterrar a un muerto y acabó enterrando a miles. Se lo ha dicho el
presidente Abascal y yo
hoy se lo reitero. Paguen las nóminas de todos los españoles y váyanse,
por favor. Está en juego la vida de miles de ciudadanos. (Aplausos).
La señora VICEPRESIDENTE (Pastor Julián): Muchas gracias. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, tiene la palabra el
señor Garcés Sanagustín.
El señor GARCÉS SANAGUSTÍN: Muchas gracias, señora presidenta, señorías.
Señora vicepresidenta, entre la alarma y la excepción, entre la excepción
y la alarma: la alarma de 47 millones de españoles confinados en sus
casas, privados de su libertad de circulación, viviendo una de las
situaciones más desgarradoras que ha vivido la sociedad española a lo
largo de los últimos cien años. Y la excepción de los que ya no están,
esos compatriotas que, desgraciadamente, ya no están, esos quince mil
españoles que han fallecido.
Los datos son desoladores, señora vicepresidenta, y es verdad que son
resultado de una pandemia universal y es verdad que son resultado de una
enfermedad generalizada, pero estamos hablando de 900 000 empleos
destruidos, estamos hablando de 82 000 empresas que se han extinguido
desde el inicio de la crisis, estamos hablando de 473 000 ERTE
solicitados, que pueden cubrir aproximadamente a 2,7 millones de
españoles. Estamos hablando de un escenario de absoluta desolación, pero
le diré una cosa, vicepresidenta: qué tristeza tenemos los españoles, que
podemos computar las personas desempleadas y no podemos computar los
fallecidos que hay en nuestro país. ¡Qué tristeza! (La señora presidenta
ocupa la Presidencia).
En un estado de extraordinaria necesidad y en un estado de
excepcionalidad, yo estoy de acuerdo con usted en que hay que tomar
decisiones que tienen que ser extraordinarias porque nuestro
comportamiento tiene que ajustarse a un nuevo orden -no vale el orden
ordinario, no vale el orden cotidiano- y, además, nos coloca ante una
situación de explorar nuestros propios dilemas. Pero cada uno entra en la
crisis con una posición ideológica o no. No sé si será una tautología,
señor Guijarro, la ideología está presente en cualquier posición y,
evidentemente, ustedes entraron con una posición ideológica, como no
puede ser de otra manera. El tema diferente es que estemos o no de
acuerdo con esa posición ideológica, que obviamente no lo estamos, como
no puede ser de otra manera.
Hay dos afirmaciones que no vamos a aceptar de ninguna manera. En primer
lugar, una letanía que está imponiendo el presidente del Gobierno por la
cual afirma que esta crisis es una crisis completamente simétrica. Desde
luego, en geometría va mal el presidente del Gobierno. No impongan la
letanía de la simetría. Ni la crisis sanitaria ha sido simétrica en todo
el mundo ni la crisis económica está siendo simétrica en todo el mundo,
entre otras cosas porque hay factores que determinan cuál es el origen de
la situación, y nosotros no entramos en la crisis con la mejor situación
posible. De la misma manera que aquí tenemos al señor Echenique, que nos
ha colocado fuera del espectro constitucional. Señor Echenique, usted
nació un año después de los Pactos de la Moncloa. Yo le pediría que
revise, aunque sea en los libros o en un manual de autoayuda, lo que son
los Pactos de la Moncloa y lo que es el espíritu constitucional de este
partido que representa a millones de españoles. Señora vicepresidenta, le
diré una cosa: no se trata del Capitán a posteriori; se trata de que
queríamos un presidente a priori, porque el arte de la política, señor
Echenique, señora vicepresidenta, es el arte de la anticipación, y
desgraciadamente no ha habido una anticipación suficiente para dar
cobertura tanto a la crisis sanitaria como a la crisis económica.
Durante estos días hemos escuchado hablar constantemente de curvas; vamos
a hablar de la curva económica. Hemos entrado en una curva -pero hablemos
de una curva física real, como si estuviéramos en una carretera- con una
velocidad equivocada y con un vehículo diezmado: 2,7 puntos de
desequilibrio presupuestario, una situación de crecimiento que sí que iba
menguando progresivamente de manera comparativa respecto al resto de
países de la Unión Europea. No era la mejor situación de despegue para
entrar en una curva de estas características. Ustedes dijeron que no se
iba a superar nunca el 2 % de desequilibrio presupuestario; pues ya lo
ven, un 2,7 % de desequilibrio presupuestario. Pero, mire, de la manera
en que se entra en la curva se podrá salir, y aquí hay un factor también
ideológico, señor Guijarro.
Me sorprenden algunas afirmaciones, porque el presidente del Gobierno es
capaz de decir lo mismo y lo contrario en cinco minutos, pues ha llegado
a decir que hay que cambiar el paradigma, que vamos a salir con un nuevo
paradigma económico y social. Lo ha dicho aquí y lo ha reiterado
nuevamente. Y yo no sé cuál es el nuevo paradigma económico y social. ¿El
que defiende el vicepresidente segundo del Gobierno cuando confunde el
interés general con lo público y lo privado, estigmatizando
sistemáticamente lo privado? Usted sabe tan bien como yo que nacemos como
seres privados, morimos como seres privados
y nuestra economía es una economía liberal, señora vicepresidenta, y usted
lo sabe; usted lo sabe. Ya sé que tiene que ser muy duro luchar con una
bicefalia como la que hay en este Gobierno, y usted sabe perfectamente lo
que son los contrapesos de una economía liberal.
Ahora bien, me han sorprendido porque cuando el Partido Socialista
convierte el progreso en progresismo, destroza el progreso; cuando el
Partido Socialista convierte la igualdad en igualitarismo, destroza la
igualdad, y hoy hemos tenido una demostración, señora Lastra, de que
cuando ustedes convierten el pacto en pactismo, destruyen los pactos.
¿Usted cree que se puede llegar a un acuerdo cuando ni siquiera nos han
llamado para negociar los decretos-leyes económicos? ¿Y ahora ustedes
ofrecen un pacto? Quizá lo que habría que hacer es un autopacto con
ustedes mismos para que redescubran la senda perdida del socialismo
pragmático de los últimos cuarenta años, ese socialismo que se ha perdido
sistemáticamente.
Pero voy a seguir. Mire, en ese desequilibrio entre lo público y lo
privado, vicepresidenta, si usted ha hecho la cuenta, el 50 % de las
decisiones que están incluidas en el real decreto-ley se financian con
cargo a los agentes privados. ¿Eso es interés general? ¿Es interés
público? ¿Es interés privado? ¿Vamos a estigmatizar a los particulares,
cuando están haciéndose cargo de la mitad de las medidas incluidas en el
Real Decreto-ley 11/2020? ¡Qué lástima que no esté el vicepresidente
segundo del Gobierno! Porque tengo curiosidad, ya ontológica e
intelectual, para que me descubra qué es lo público, qué es lo privado y
lo general, a ver si realmente lo explicaba correctamente en la facultad,
porque creo que no lo debía explicar correctamente. Pero vamos a seguir.
Además, los nuevos decretos-leyes -y eso es lo que nos preocupa
sensiblemente, señor Guijarro y señora vicepresidenta-, rompen los
equilibrios tradicionales de los negocios jurídicos basados en la
voluntad de las partes, en la libre autonomía; rompen el equilibrio del
derecho de propiedad; rompen el derecho de arrendamiento; rompen los
equilibrios de la relación empleador-empleador: rompen las relaciones de
equilibrio y armonía que suele haber en las relaciones de compraventa. Le
diré una cosa, señora vicepresidenta, podemos entender -y por eso nos
vamos a abstener- que en determinados casos haya que tomar decisiones
contingentes y no sistémicas. Yo eso se lo puedo aceptar, pero lo que no
aceptaremos nunca es que se conviertan en decisiones estructurales.
Hay cinco razones por las cuales, entre otras cosas, nos vamos a abstener
en este real decreto-ley. La primera, tenían una oportunidad para atender
las reivindicaciones legítimas de los autónomos, 3 100 000 autónomos en
este país, y en vez de establecer la moratoria que han establecido en el
pago podían haber condonado perfectamente la cuota del mes de marzo y del
mes de abril. No lo han hecho. Pido que lo hagan si tienen ocasión de
hacerlo y apelando a ese espíritu de entendimiento. En segundo lugar,
efectivamente, han confinado, confiscándolos, mil millones de fondos
dedicados a la formación continua. ¿Y ustedes vienen aquí a hablar de
lealtad con las comunidades autónomas cuando lo han hecho
unilateralmente? Oiga, antes de eso podían intentar esquilmar parte de
esa estructura absolutamente mayestática que tiene este Gobierno, con
veinticuatro ministros y con toda la estructura administrativa que se
montó, resultado de un Gobierno de coalición, evidentemente, señora
vicepresidenta.
Pero hay más, y voy acabando, señora presidenta. ¿Usted cree que es normal
que en esta situación se den quince millones de euros a los operadores, a
los prestadores de servicios públicos de televisión digital terrestre?
La señora PRESIDENTA: Señor Garcés, tendría que terminar, por favor.
El señor GARCÉS SANAGUSTÍN: Acabo. Con quince millones fíjese lo que se
podría hacer. Se podrían haber comprado 900 000 mascarillas, se podrían
haber comprado 350 respiradores, 330 000 guantes y se podrían haber
comprado hasta 66 000 equipamientos.
Por supuesto -y con esto acabo ya- sorprende que a las entidades públicas
empresariales del sector público se les aplace el plazo para la
presentación de las cuentas y a 20 millones de contribuyentes se les diga
que tienen que presentar la declaración de la renta en el plazo
correspondiente, hasta el 30 de junio.
Concluyo. Creo que en el estado de alarma lo que no se puede hacer es
confinar la libertad, ni la libertad individual ni la libertad de
empresa. Pero sí les digo una cosa: si no son capaces al menos de,
ideológicamente, defender la libertad individual y la libertad de empresa
cuando salgamos de esta crisis, sí que les he pido que, por lo menos,
sean eficaces, que no convirtamos un estado de alarma en una alarma de
Estado.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Garcés. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra el señor Simancas
Simancas.
El señor SIMANCAS SIMANCAS: Señorías, presidenta, vicepresidenta.
Solidaridad, solidaridad siempre con los que sufren, con los que pelean,
con los que aguantan en esta lucha contra el virus. Solidaridad siempre;
solidaridad y medidas como las que impulsa el Gobierno, siempre con tres
objetivos claros: reforzar nuestra sanidad pública para vencer al virus,
proteger a los más vulnerables en esta crisis y ayudar a nuestro aparato
productivo para reconstruir cuanto antes la economía y el empleo. Medidas
eficaces porque están dando resultados. De eso va también este real
decreto que hoy defendemos en tribuna: nuevos subsidios para los
trabajadores temporales que pierden el empleo y no han cotizado lo
suficiente; nuevas ayudas para los inquilinos más vulnerables; impedir
los desahucios por impagos de alquiler; nuevos respaldos a los autónomos
con moratorias de sus cotizaciones; nuevos apoyos a los consumidores
vulnerables, prohibiendo el corte de suministros de luz y de gas. ¿Cómo
valorar, señor Garcés, objetivamente todos estos factores, todas estas
medidas, que incluyen los reales decretos del Gobierno progresista?
Objetivamente, comparémoslos con los reales decretos del año 2012, cuando
se estaba enfrentando otra crisis, la crisis de los tóxicos financieros y
la crisis de la burbuja inmobiliaria. En los reales decretos del año 2012
la derecha facilitaba los despidos; ahora, los reales decretos del
Gobierno progresista los encarece. En los decretos del año 2012 la
derecha impulsaba los ERE que dejaban en la calle a los trabajadores. En
los decretos de 2020 se impulsan los ERTE para mantener vivos los
empleos. En el 2012 los reales decretos- leyes de la derecha permitían a
las empresas despedir a los trabajadores por ir al médico; ahora se
prohíbe. En el año 2012 eran unos poquitos, una minoría, los autónomos
que podían percibir una prestación por cese de actividad; ahora todos
-todos- los autónomos que tienen que dejar su actividad perciben una
prestación. En el año 2012, a lo largo del Gobierno de la derecha,
llegaron a percibir prestación pública uno de cada dos parados; ahora dos
de cada tres parados tienen cobertura pública. Conclusión: ¡menos mal que
esta crisis la gestiona un Gobierno progresista, un Gobierno sensible a
las necesidades de los trabajadores y de las familias más vulnerables!
(Aplausos). Porque si la estuviera gestionando la derecha, al sufrimiento
por la enfermedad tendríamos que añadir el sufrimiento por la
desigualdad, por la injusticia, por la precarización social y por el
empobrecimiento de amplias capas de la población, como ocurrió en el año
2012 y en el año 2013.
Pero es curioso que en el debate de hoy se acuda constantemente al Estado:
que el Estado lidere, que el Estado actúe, que el Estado sufrague, que el
Estado subvencione, que el Estado gaste, que el Estado pague hasta las
nóminas. Oiga, ¿donde están los liberales, señor Garcés? (Aplausos).
¿Dónde está el discurso sobre ese Estado mastodóntico que asfixia al
individuo? En fin, ¿dónde están los discursos sobre que la sociedad no
existe, solo existe el individuo? Quienes mantenían esos discursos ahora
buscan a la sociedad organizada, buscan al Estado para que proteja a sus
familias. Aquellos que confiaban todo ciegamente en la mano invisible del
mercado ahora confían un poquito más en la mano más visible de los
funcionarios públicos de la sanidad, de las UCI. ¿Dónde están los
liberales, señor Garcés?
El nuevo paradigma. Le diré cuál es el nuevo paradigma. El nuevo paradigma
es confiar en lo público, defender lo público, defender la sanidad
pública porque es la que garantiza nuestra salud, nuestro bienestar y la
supervivencia de nuestras familias. Ahora bien, defender lo público es
evitar que se privatice y se recorte lo público y evitar, señor Garcés,
discursos demagógicos sobre el recorte de los impuestos que sostienen lo
público. Eso también es defender lo público; ese es el nuevo paradigma.
Señorías, siguen con el discurso falso de la anticipación. Mi portavoz les
ha descrito bien la comparativa entre las velocidades de unos países y
otros a la hora de adoptar medidas en esta crisis. Yo les voy a hablar de
sus propios datos. Entre el 1 de enero y el 10 de marzo de este año los
grupos del Partido Popular y de VOX han registrado para sustanciar en el
Pleno de esta Cámara 107 iniciativas, 55 VOX y 52 el Grupo Parlamentario
Popular. ¿Saben cuántas de ellas, señor Garcés, estaban destinadas en su
sustanciación a las mascarillas, a los EPI, a proteger a los autónomos?
Hasta el 10 de marzo, cero; de 107, cero, el 0 %, señor Garcés. En las
proposiciones de ley, en las proposiciones no de ley, en las
interpelaciones y en las preguntas orales al Gobierno hablaban ustedes de
Delcy Rodríguez, de Venezuela, de Torra y de Puigdemont, pero ni una
palabra sobre mascarillas. (Aplausos). Y si lo sabían, si lo sabían,
¡¿por qué no nos advirtieron, por favor?! Unidad, lealtad y coherencia,
señor Garcés.
Por cierto, la ultraderecha nos habla hoy de negligencia y de indolencia,
los mismos, señora Olona, que no le cogen el teléfono al presidente del
Gobierno en el contexto de la mayor crisis de nuestras vidas;
los mismos que divulgan fotografías, fotomontajes repugnantes, llenando la
Gran Vía madrileña de féretros; los mismos que pretenden hacer equivaler
hospitales de campaña con campos de concentración. ¡Oiga, no, señora
Olona, los campos de concentración eran otra cosa! ¡No nos lo cuente a
nosotros! ¡Muchos de nuestros compañeros murieron (aplausos) en los
campos de concentración que montó ese hombre al que usted se refería
ahora en la tribuna, que se llamaba Francisco Franco Bahamonde! ¡Ese
hombre montó los campos de concentración! ¡A los hospitales de campaña se
va a recibir tratamiento, a los campos de concentración se iba a recibir
tortura y fusilamiento! ¡No me compare usted una cosa con la otra!
(Aplausos).
Señor Garcés, muy duro, muy duro en la crítica. Yo le voy a hablar también
de políticas públicas, de gestión y de factores decisivos. ¿Sabe usted
cuáles son los factores realmente decisivos, decisivos hasta la vida y la
muerte en el combate a este virus y a cualquier pandemia? Tres cosas: la
equipación de nuestras UCI, los respiradores en calidad y en cantidad y
la cantidad de nuestros intensivistas. Y esto no se improvisa, señor
Garcés, esto se tiene o no se tiene cuando se hace frente a una pandemia.
No se va una tarde al Mercadona a comprar UCI bien equipadas e
intensivistas bien preparados, no; esto no es ir un día a Shangái ni a
ninguna otra ciudad del mundo a improvisar esto: o se tiene o no se tiene
al comienzo de una pandemia. ¿Quiere que hablemos usted y yo de qué ha
pasado en la sanidad madrileña durante los últimos veinte años para que
nuestras UCI no estén bien equipadas? Seguro que no quiere mantener usted
esa discusión conmigo. Mi portavoz le ha dado a usted cifras muy
interesantes y aleccionadoras al respecto. Yo no quiero mantener esa
conversación y ese debate ahora, porque ahora el único enemigo es el
virus y el único camino, el único propósito es el de la unidad y el de la
lealtad para vencer al virus.
Solo le voy a pedir una cosa a usted.
La señora PRESIDENTA: Señor Simancas, tiene que terminar, por favor.
El señor SIMANCAS SIMANCAS: Termino ya, señora presidenta.
La señora PRESIDENTA: Gracias.
El señor SIMANCAS SIMANCAS: Decidan ustedes cuanto antes: o se ponen a
trabajar para vencer al virus con nosotros o se ponen a trabajar para
vencer al Gobierno. Nosotros estamos mirando, pero los españoles también,
se lo aseguro.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Simancas. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores).
- REAL DECRETO-LEY 9/2020, DE 27 DE MARZO, POR EL QUE SE ADOPTAN MEDIDAS
COMPLEMENTARIAS, EN EL ÁMBITO LABORAL, PARA PALIAR LOS EFECTOS DERIVADOS
DEL COVID-19. (Número de expediente 130/000010).
- REAL DECRETO-LEY 10/2020, DE 29 DE MARZO, POR EL QUE SE REGULA UN
PERMISO RETRIBUIDO RECUPERABLE PARA LAS PERSONAS TRABAJADORAS POR CUENTA
AJENA QUE NO PRESTEN SERVICIOS ESENCIALES CON EL FIN DE REDUCIR LA
MOVILIDAD DE LA POBLACIÓN EN EL CONTEXTO DE LA LUCHA CONTRA EL COVID-19.
(Número de expediente 130/000011)
La señora PRESIDENTA: Continuamos con el debate sobre la convalidación o
derogación del Real Decreto-ley 9/2020, de 27 de marzo, por el que se
adoptan medidas complementarias en el ámbito laboral para paliar los
efectos derivados del COVID-19, que, conforme a lo acordado por la Junta
de Portavoces, se debatirá conjuntamente con el Real Decreto-ley 10/2020,
de 29 de marzo, por el que se regula un permiso retribuido recuperable
para las personas trabajadoras por cuenta ajena que no presten servicios
esenciales, con el fin de reducir la movilidad de la población en el
contexto de la lucha contra el COVID-19. Para presentar estos reales
decretos-leyes tiene la palabra, en nombre del Gobierno, la señora
ministra de Trabajo y Economía Social.
La señora MINISTRA DE TRABAJO Y ECONOMÍA SOCIAL (Díaz Pérez): Buenas
tardes. Quiero, en primer lugar, que la memoria de todas las personas que
han fallecido víctimas de la pandemia del coronavirus presida hoy
nuestras palabras en esta Cámara. Nuestro pensamiento y nuestro ánimo
están, como no podía ser de otra manera, con el recuerdo de todas y todos
ellos. También quiero estar con sus familias, amistades y allegados, con
las personas que ahora mismo están enfrentándose a la enfermedad desde la
cama de un hospital y con el personal sanitario, orgullo de nuestro país
y emblema de nuestra fortaleza, que está poniendo sus manos y sus cuerpos
para asegurarnos a todas un futuro mejor. Gracias de verdad.
Hoy vengo a solicitar, en nombre del Gobierno de España, la convalidación
de dos reales decretos-leyes: el 9/2020 y el 10/2020. El primero de ellos
adopta medidas complementarias en el ámbito laboral para paliar los
efectos derivados de la COVID-19 y el segundo, como conocen ustedes,
regula un permiso retribuido recuperable para las personas trabajadoras
por cuenta ajena que no presten servicios esenciales con el fin de
reducir la movilidad de la población, como he dicho ya, en el contexto de
lucha contra la COVID-19. Como ha señalado la presidenta de esta Cámara,
ambos se van a debatir de forma acumulada y, si me permiten, completan
dos medidas ya convalidadas por este Congreso: en particular, el Real
Decreto del estado de alarma y el Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de
marzo, de medidas urgentes extraordinarias frente al impacto económico y
social de la COVID-19.
Este debate tiene lugar hoy en una situación inédita para nuestro país y
para el resto del mundo. La dureza de este trance convive,
inevitablemente, con las cifras y los balances que todos los días,
puntualmente, divulgan las autoridades sanitarias de nuestro país. Hemos
tomado medidas muy restrictivas y difíciles y esas medidas están teniendo
ya resultados, si me permiten. Estamos doblegando la curva de
transmisión, perdemos menos vidas, aunque cada una de ellas duela y nos
interpele de igual manera, y lo hemos logrado con medidas de
confinamiento difíciles, restrictivas, adaptadas a la gravedad de la
situación que atravesamos. Salvar vidas, proteger a las personas,
situarlas en el centro mismo de nuestras preocupaciones como Gobierno es
el fin de los decretos que hoy traemos a debate: las consecuencias en la
salud, pero también las consecuencias económicas y sociales de la
pandemia; conseguir que nadie se quede atrás y que cuando salgamos de
este trance, con el concurso de la ciencia, el empleo, la vitalidad
económica y laboral de la que hemos dado sobrada muestra sean un reflejo
de la buena salud de nuestro cuerpo social.
Sabemos cada vez más cosas sobre este virus: sus maneras de contagio, su
permanencia, sus formas de viralidad, y sabemos también cómo evitar de
forma más efectiva su transmisión. Por ejemplo, en los centros de
trabajo, es nuestra responsabilidad evitar las transmisiones en los
entornos laborales; literalmente, nos va la vida en ello, y sin caer en
falsas dicotomías. Quiero decirlo así: nadie nos puede obligar a escoger
entre salud y economía porque ambas conforman nuestra existencia y se
retroalimentan; la salud y el sustento, nuestros cuerpos y nuestro
bienestar. Nunca ese equilibrio fue tan necesario como ahora. La mejor
estrategia frente a la crisis económica y social es detener cuanto antes
el coronavirus, actuar de forma contundente contra la pandemia para que
la crisis sanitaria sea un breve paréntesis y la recuperación económica
pueda llegar antes y en mejores condiciones. Además, permítanme decirles
que hay otro falso dilema. No es salud frente a economía, que nadie se
engañe. Hace una semana, la directora gerente del Fondo Monetario
Internacional, Kristalina Georgieva, así como el director de la OMS, lo
han manifestado con una única voz. Voy a decir literalmente lo que
señalaban: Salvar vidas o empleos es un falso dilema; necesitamos ambas
cosas. Y continuaban diciendo: Urge dar prioridad a los gastos en salud y
debe ir, junto con el apoyo a las necesidades económicas, reducir el
desempleo, evitar las bancarrotas y avanzar hacia la recuperación
económica. No son, por tanto, las empresas frente a los trabajadores.
Mantener el empleo es mantener las empresas y las condiciones de vida de
las personas trabajadoras. El objetivo es que no cierre ninguna empresa y
que no se pierda ningún empleo; ya se han perdido muchos, lo sabemos,
pero nos vamos a dejar la piel en recuperarlos. Si algo hemos aprendido
de anteriores crisis es que defender el trabajo es una garantía para las
personas que mantienen su empleo, pero también la mejor forma, junto al
ingreso mínimo vital, de reactivación económica. La economía son
personas. Un parado que pierde su empleo o una autónoma que cierra su
actividad no son simples cifras para nosotras. Es un problema económico,
es un problema social, es un problema de nuestro país, porque cuando
algunos hablan de economía parecen reducirlo a los negocios de unos
pocos. Las medidas de este Gobierno no están pensadas para los beneficios
de unos cuantos accionistas, es cierto; están destinadas a reactivar la
actividad económica y sobre todo el trabajo. Queremos, por ello, que la
vitalidad que venía demostrando la economía española y el buen
comportamiento del empleo no sea un retrato lejano del
pasado inmediato. Hoy permanecemos en nuestras casas, sin poder salir a la
calle, pero no nos resignamos a recuperar nuestra forma de vivir. Tampoco
renunciamos a reactivar nuestra economía, a la creación de empleo. No son
estampas del pasado porque están demasiado vivas aún en nuestra
experiencia.
Muchas de sus señorías conocen mi actividad previa como diputada. Saben
que me he dejado la piel, y lo sigo haciendo, defendiendo la economía
productiva, defendiendo a nuestras empresas, defendiendo a nuestra
industria, defendiendo a nuestros autónomos, y sigo pensando que esto es
clave. Nuestro objetivo y los ingentes recursos públicos están destinados
a apoyar a las empresas para que mantengan su actividad y el empleo y
contribuyan al crecimiento del país; a apoyar a las empresas para generar
trabajo y crear riqueza; a apoyar el empleo para crear riqueza, y a
activar las empresas y los ingresos para vivir dignamente de su trabajo.
Los objetivos económicos, laborales y sociales deben de estar, por tanto,
estrechamente vinculados. Esta crisis no la puede volver a pagar quien ya
la ha pagado; sería injusto y sería indigno. Cuando decimos que este
virus lo paramos unidos, estamos diciendo también que esta crisis la
superamos unidos.
Si me permiten, paso a dar cuenta de los reales decretos-leyes de los que
solicitamos e instamos su convalidación. Como he dicho, el primero de
ellos es el 9/2020, de 27 de marzo, por el que se adoptan medidas
complementarias en el ámbito laboral para paliar los efectos derivados de
la COVID-19. Como su propio nombre indica, se trata de una norma
complementaria o, lo que es lo mismo, tributaria del muy importante Real
Decreto-ley 8/2020, que sus señorías tuvieron la oportunidad de
convalidar el pasado 25 de marzo de este año y que constituye la clave de
bóveda de la respuesta laboral a la crisis de la COVID-19. En este real
decreto-ley, en el 8/2020, se daba luz verde al conjunto de dispositivos
de mantenimiento del empleo más ambicioso de nuestra historia. La idea es
sencilla y precisa. Mientras combatimos esta crisis sanitaria, empresas y
trabajadores tienen a su disposición fórmulas para poner entre paréntesis
su actividad, hacer un alto en el camino que permita, una vez superados
los efectos más perniciosos, retomar la actividad, volver a la
normalidad. Y mientras este paréntesis dure, el poder público, lejos de
ponerse de perfil, asume una decisiva función protectora a las
trabajadoras y trabajadores, garantizándoles el desempleo, tengan o no
periodo de carencia, y poniendo, cuando todo esto pase, lo que hemos
denominado el contador a cero, es decir, reponiendo las prestaciones
públicas de desempleo. Para las empresas, se ha articulado una exención
de sus cotizaciones muy ambiciosa, que les permita aguantar, casi
hibernar, para volver a la escena sin mermas, sin pesos que arrastrar. Se
trata, como conocen, de los expedientes de regulación temporal de empleo,
un instrumento de gestión puesto ya en marcha por el presidente Zapatero
en el pasado año 2010, con fuerte raigambre europea y que nosotras hemos
adaptado para hacer frente a una pandemia, transformando una medida
ordinaria en un escudo protector al servicio de la salud y el
mantenimiento del empleo. Del éxito de esta medida da cuenta el siguiente
dato: a9 día de ayer, 8 de abril, teníamos comunicadas por las
autoridades laborales de las comunidades autónomas un total de 450 000
ERTE, número que evidencia por sí mismo el éxito de la medida.
Conviene recordar además en esta Cámara que las personas afectadas por un
ERTE son personas ocupadas. Tanto Eurostat como todas las encuestas de
fuerza laboral, incluida nuestra EPA, lo recogen así. Durante un plazo de
tres meses es directamente así; es más, Eurostat las sigue considerando
ocupadas una vez pasados los tres meses si el ERTE continúa y reciben una
remuneración superior al 50 % de su salario, como es el caso que ocupa en
la prestación que hemos configurado. En definitiva, señorías, las
personas afectadas por un ERTE no son desempleadas. Tienen un empleo y
cotizan por él. Deberíamos utilizar los datos con rigor, como lo hacen en
los países de nuestro entorno. Me parece que ya tenemos demasiadas
personas paradas; evitemos confundir a la ciudadanía. Un trabajador o una
trabajadora afectada por un ERTE no es una persona parada. Aquí y en todo
el mundo el objetivo de los ERTE es justamente evitar el paro. Déjenme
que les sea franca. Creo que hemos taponado con cierto éxito por esta vía
lo que podría haber supuesto una destrucción de empleo inimaginable;
piensen que no hubiésemos arbitrado esta medida. Afirmo contundentemente
que esto no es un triunfo de este Gobierno, es un triunfo de este país.
Es un triunfo de los agentes sociales que han conveniado con este
Gobierno la puesta en marcha de esta medida.
Es cierto que muchas relaciones de carácter temporal no hemos logrado
incorporarlas al mecanismo suspensivo de los ERTE. Nos hemos vuelto a dar
de bruces con la sobrerreacción de un mercado de trabajo golpeado por la
precariedad y que una vez más lanza a la calle a miles de temporales ante
el primer problema. Esta es otra enseñanza para cuando esto acabe. No
podemos seguir manteniendo este nivel de precariedad que asola a todos
los sectores, incluso a aquellos que heroicamente se juegan la vida en la
primera línea de los hospitales. No se puede consentir que un enfermero o
una médica enlacen
contratos de semanas sin tener una seguridad y estabilidad que les permita
realizar bien su trabajo. (Aplausos). Todo ello determina nuestra
incapacidad para contener la hemorragia de la destrucción de empleo en
las crisis, a diferencia de lo que sucede en otros países de nuestro
entorno no tan expuestos a la lacra de la precariedad. Mantener una bolsa
de temporalidad de las dimensiones de la española, que no encuentra
parangón en Europa, significa que carecemos de instrumentos eficaces para
contener una parte de la destrucción de empleo cuando se producen
turbulencias. El triste destino de los trabajadores temporales de nuestro
país -la mayoría de ellos, por cierto, vinculados a contratos que no
respetan la ley- es estar en la vanguardia del desempleo que provocan las
crisis. Recojamos, por tanto, esta experiencia que lamentablemente se ha
repetido tantas y tantas veces en nuestro país y que explica nuestra
debilidad para enfrentar los problemas económicos y su repercusión en el
mercado de trabajo. En esta, como en todas las demás crisis, lo viejo se
resiste a desaparecer y lo nuevo acaba de nacer. Cambiemos esta dinámica.
Demos paso a lo nuevo. Salgamos de aquí no solo conteniendo la
destrucción de empleo; no se trata de esto, sino de que salgamos de aquí
garantizando la estabilidad en el empleo, dando a nuestros trabajadores y
trabajadoras y a nuestras empresas seguridad, vínculos duraderos y
confiables que no permitan que centenares de miles de personas de vidas
precarias abandonen el trabajo a las primeras de cambio y se queden fuera
de los dispositivos de ayuda ordinarios. Saben que hemos sido sensibles a
esta situación hasta el punto de diseñar, como se ha dicho en esta
Cámara, un subsidio por desempleo específico para trabajadores y
trabajadoras temporales y también para las personas trabajadoras del
hogar. Pero lo que queremos es no tener que seguir actuando de forma
excepcional. Como saben, llegamos al ministerio muy cuestionados y
enarbolando la bandera de la estabilidad y, tras esta experiencia de la
crisis de la COVID19, permítanme decirles que la ondeamos todavía más y
si cabe con mayor fuerza. Hoy no es el momento, pero esta Cámara,
créanme, volverá a hablar de precariedad en el futuro, y lo va a hacer
para optar por resolverla. Este es el compromiso del Ministerio de
Trabajo y Economía Social, este es el compromiso del Gobierno de España.
Estamos ciertamente en un esfuerzo colectivo que tiene una misión bien
definida: poner fin a la crisis sanitaria y hacerlo sin perjudicar el
empleo. Y para afianzar este objetivo en el que no dudo que todos los
diputados y diputadas de la Cámara coincidirán, las medidas
complementarias del Real Decreto 9/2020 que ahora defiendo están guiadas
por el sentido común. Son, si me lo permiten, medidas casi obligadas,
deducciones lógicas me atrevería a afirmar. Se las paso a enumerar y les
ofreceré una breve justificación de cada una de ellas.
En cuanto a la primera de ellas -fíjense, me detengo aquí-, hoy mismo el
Gobierno canario, la autoridad laboral canaria, ha frenado un ERTE de la
patronal más importante de la sanidad privada. Fíjense la importancia de
la primera de las medidas que recoge este real decreto, la protección de
la salud evitando el cierre de instalaciones sanitarias y sociales. Si
queremos proteger la salud de los ciudadanos, principal objetivo de este
Gobierno, empecemos por movilizar todos los recursos sanitarios y
sociales a nuestro alcance. No es posible por eso que el sistema de los
ERTE, como la autoridad laboral canaria ha hecho hoy, se use para detraer
recursos al sistema en un momento en el que la salud de nuestros
compatriotas requiere todo el esfuerzo de que seamos capaces sin importar
si ese esfuerzo es público o es privado. Esta es la razón por la que la
primera medida del real decreto-ley consiste en el mantenimiento de la
actividad de los centros sanitarios y de los centros de atención a
personas mayores. Como he dicho hace un momento, desgraciadamente algunos
de estos centros habían ya expresado su intención de sustraerse a sus
responsabilidades, lo que justificó la respuesta rápida e inmediata del
Real Decreto 9/2020, cuya convalidación hoy les pido. Priorizar la salud
impone la contribución de todos y no es admisible dejar de prestar
servicios cuando más necesarios son.
La segunda de las medidas trata de impedir que la fuerza mayor y el resto
de las causas económicas, técnicas, organizativas y de producción que dan
lugar a los ERTE puedan justificar el despido. Esta es otra consecuencia
obligada del tipo de turbulencia por el que estamos atravesando. Parece
evidente que la COVID-19 es una circunstancia pasajera, más o menos
persistente, pero pasajera, y que la reacción del Gobierno frente a ella
ha sido poner a disposición de las empresas mecanismos de ajuste temporal
apoyados de forma generosa con fondos públicos tanto para los
trabajadores y trabajadoras, como para las propias empresas. Las medidas
y ayudas por causa del coronavirus son para evitar despidos; no tiene
sentido percibir ayudas y destruir empleo. Déjenme también que apele a mi
experiencia. Si esto no lo hubiera dicho el Real Decreto 9/2020 que ahora
convalidamos, estoy segura de que lo hubieran dicho las juezas y los
jueces en la primera oportunidad que se les hubiera presentado. Ya
vivimos una experiencia semejante con el 52 d). Estamos más ante una
derivada técnica de la extensión de los ERTE que de cualquier otra cosa,
pero estamos también ante una norma que impone un estándar de conducta,
una de
estas normas que se dice socialmente responsable. No es el momento de
despedir, sino de aguantar y el Estado es un pilar clave que hará todo lo
que esté en su mano para ayudar a que empresas y trabajadores también
puedan aguantar. Déjenme que sea más clara, no vamos a tolerar que una
minoría irresponsable, una minoría irresponsable aproveche esta pandemia
para frustrar nuestros esfuerzos, haciendo gala de un comportamiento
socialmente inaceptable. Sé que me dirijo a pocos, a bien pocos, pero a
esos pocos les quiero trasladar un mensaje contundente: no es el momento
de despedir. Y sé que no estamos solos en esta forma de actuar. Nuestros
vecinos de Europa, singularmente Italia, un país, por cierto, con una
enorme tradición jurídico-laboral, que ha constituido para nosotros una
fuente constante de inspiración, han seguido este mismo camino. En su
momento, hemos ido un paso más allá, en la medida en que, como saben,
Italia acotó la prohibición de despedir tan solo a las causas económicas
y nosotros lo hemos ampliado, además de a los supuestos económicos, a las
causas de fuerza mayor, a las técnicas organizativas y de producción.
Estamos, en suma, ante una medida obligada, técnicamente imprescindible y
socialmente, que es lo más importante, necesaria, con la que le pedimos a
las empresas que hagan uso de las medidas excepcionales decretadas y
-vuelvo a repetirlo- que no despidan.
Este mismo propósito de mantenimiento del empleo es el que justifica otra
de las aportaciones del real decreto-ley. Se trata de su artículo 5, que,
como saben, prevé la interrupción del cómputo de la duración máxima de
los contratos temporales. También aquí queremos denodadamente atajar y
alejar cualquier afectación de la COVID-19 a la dinámica de la duración
de las relaciones laborales. Los contratos temporales también entrarán en
ese paréntesis que ensayamos como respuesta laboral a la crisis
sanitaria. Sus tiempos se reanudarán una vez concluya esta crisis.
Insisto en nuestro propósito: queremos hacer un paréntesis que nos
permita regresar adonde lo habíamos dejado antes de que la COVID-19
impactara en nuestras vidas. Hasta aquí, las medidas de fondo del Real
Decreto 9/2020, cuya convalidación pretendemos.
En la norma hay también importantísimas aportaciones adicionales. Si me
permiten decirlo, son aportaciones tan decisivas como las anteriores, por
ejemplo para que el mecanismo de los expedientes de regulación temporal
de empleo funcione engrasado y permita a los trabajadores acceder a la
prestación por desempleo con agilidad, incluso en unas circunstancias
como las actuales, que, como ustedes conocen bien, diezman las plantillas
públicas e impiden en términos generales la atención presencial. Algo
-permítanme que lo exprese en este Congreso- que hace digna de elogio la
tarea incansable de miles y miles de empleados y empleadas públicas que,
más allá de sus obligaciones, están dejándose la piel para resolver con
rapidez los cientos de miles de ERTE presentados, así como el pago de las
prestaciones públicas de desempleo. Quiero hacer público en esta Cámara
mi reconocimiento y el del Gobierno de España. También quiero expresar
nuestro agradecimiento a las autoridades laborales del conjunto del
Estado y a todo el personal del Ministerio de Trabajo y Economía Social,
muy singularmente al del SEPE. Sois un orgullo para nuestro país.
La medida decisiva para agilizar el acceso de los trabajadores al
desempleo, la variedad española, es la denominada solicitud colectiva del
desempleo, presentada por la empresa ante la entidad gestora de las
prestaciones, actuando en representación de las personas trabajadoras.
Como bien saben, ello se hace primando la rapidez, pero sin descuidar el
rigor y sin penalizar la cuantía de las prestaciones. También quiero
poner en valor el acuerdo alcanzado con las entidades financieras para
que estas anticipen el pago del desempleo, aliviando así las cargas
financieras de los trabajadores, sin necesidad de esperar al pago regular
de la nómina por parte del SEPE, que, como todos ustedes conocen, siempre
se produce el día 10 de cada mes. A su vez, hemos ofrecido agilidad al
mundo de la economía social para que puedan acogerse a los ERTE aunque
carezcan de los medios adecuados para llevar a cabo reuniones virtuales
de sus asambleas generales, depositando en estos casos la decisión en su
consejo rector. Una vez más, proteger la salud y ofrecer soluciones a las
empresas, también las que adopten la forma de cooperativas, tan decisivas
para este país y que tanto tendrán que aportar en la recuperación. El
impacto de todos estos mecanismos de flexibilización ha sido
extraordinario en la gestión desarrollada por el SEPE. Naturalmente, un
despliegue tan considerable de fórmulas que prioricen el pago del
desempleo, para que nadie lo pase mal durante esta crisis, exige, si me
lo permiten, medidas de control. Así lo dispone el Real Decreto 9/2020 y
así las contempla, como corresponde a una gestión responsable de los
recursos públicos. El encargo a la Inspección de Trabajo y Seguridad
Social para que, en colaboración con otras administraciones, persiga el
fraude en las solicitudes colectivas de desempleo, actúa como forma de
cierre del sistema e impide los comportamientos antisociales que tengan
la tentación de aprovechar la crisis para obtener ventajas que serían
inadmisibles. En resumen, un ambicioso sistema de ERTE, que es pieza
clave de nuestra respuesta
laboral a la COVID-19; una respuesta, como he dicho, de clara raigambre
europea, en línea con la prioridad de la flexibilidad interna negociada y
con el respaldo de los agentes sociales.
En cuanto al Real Decreto 10/2020, es una norma que configura un nuevo
nivel, quizá más intenso, en el estado de alarma. En la última semana de
marzo todas las recomendaciones científicas hacían patente la necesidad
de intensificar el confinamiento, limitar al mínimo imprescindible la
circulación de personas durante la semana, convertir todos los días de la
semana en domingo. Ahora empezamos a ver la eficacia de estas medidas.
Este nuevo nivel de restricción de la movilidad, que limitaba la
actividad a los servicios esenciales, requería de una figura más adecuada
y efectiva para el periodo festivo de las vacaciones de Pascua. La figura
del permiso retribuido recuperable permite de forma adecuada dar
cobertura al momento más intenso de restricción de la movilidad,
exceptuando de esta restricción a los servicios esenciales. En el Real
Decreto 10/2020 se establece una detallada identificación de las
actividades excluidas del permiso retribuido recuperable. Se garantiza el
mantenimiento de las actividades esenciales para la comunidad, y también
se garantiza el mantenimiento de las actividades esenciales para el
mantenimiento de la propia empresa. La fórmula del permiso retribuido
recuperable es sencilla, pero es muy efectiva: permite a las personas
trabajadoras, cuyo contrato entre en suspensión, seguir percibiendo su
retribución ordinaria durante el tiempo que deban estar confinadas, desde
el día 30 de marzo hasta hoy, día 9 de abril. Las horas correspondientes
a estos días de inactividad configuran una bolsa de horas recuperables
que se compensarán con posterioridad, hasta el día 31 de diciembre de
este año. Esta figura del trabajo recuperable, como conocen bien, no es
nueva. En el ordenamiento jurídico laboral se encontraba ya -hagamos
memoria-, por ejemplo, en el artículo 5 del Real Decreto 2001/1983;
desapareció, como saben, del ordenamiento jurídico porque no podía ser un
mecanismo habitual de funcionamiento de las empresas. Sin embargo, en una
situación de emergencia como la actual y con las debidas garantías
resulta un instrumento muy adecuado. El permiso retribuido recuperable
permite el reparto del coste de la emergencia sanitaria entre la empresa
y las personas trabajadoras. De un lado, la empresa deberá abonar su
retribución completa a la persona trabajadora durante todo el mes de
abril, aunque durante una parte del mismo, quince días, esta no preste
sus servicios. De otro lado, la persona trabajadora tendrá que estar
preparada para reajustar su horario de trabajo en algún momento hasta el
31 de diciembre de este año, a fin de realizar las horas que no se
pudieron trabajar en abril por el obligado confinamiento. En todo caso,
el permiso retribuido recuperable no sustituye a los ERTE que, como
saben, pueden seguir solicitándose. Se trata de un instrumento más
adecuado para el momento de mayor limitación de la movilidad y que
distribuye este esfuerzo entre las personas trabajadoras y las empresas.
En el caso del presente real decreto-ley se configura un mecanismo que
persigue que la devolución, si me permiten, de las horas pendientes se
realice de modo acordado con los representantes de las personas
trabajadoras, y también se garantiza que la compensación deberá
realizarse con pleno respeto al artículo 34, el descanso diario, el
descanso semanal, y, por supuesto, el respeto a los derechos de
conciliación de los trabajadores.
Por lo que se refiere a la extraordinaria y urgente necesidad, son
sobradamente conocidas las circunstancias excepcionales en las que surgen
los reales decretos que ahora el Gobierno somete a la consideración del
Congreso para su convalidación. El cuerpo normativo que se está generando
en estos días vía reales decretos es una normativa de emergencia que se
sustenta en un ordenamiento ordinario pensado para una situación de
normalidad, y ello, como conocen, ha requerido cambios intensos. Todas
las medidas de este momento excepcional están destinadas a desaparecer
para que, al final, nuestro ordenamiento normativo vuelva a ser
ordinario, pero el hecho de que sean medidas muy breves en el tiempo no
resta un ápice de rigor. Cada medida tomada, cada ajuste de nuestro
ordenamiento a la situación de emergencia sanitaria, ha sido adoptada de
manera rápida pero gradual, atendiendo a la evolución de la pandemia y a
las instrucciones que se han ido dando desde las autoridades sanitarias.
Cualquier otra actuación hubiera sido realmente irresponsable.
Los reales decretos 9/2020 y 10/2020 surgen en un momento de evolución
negativa de la pandemia. Son, pues, reales decretos de emergencia que
podríamos llamar -si me permiten- de segundo nivel, inmediatamente
anteriores a la segunda quincena de confinamiento, aquella en la que el
cierre se ha generalizado a todas las actividades que no fueran
esenciales. El Real Decreto 10/2020 configura las reglas del
confinamiento intenso de segundo nivel. Establece la necesidad de que no
se presten servicios en las actividades no esenciales y para ello crea la
figura del permiso retribuido recuperable. Así, pues, con diferentes
estrategias ambos reales decretos garantizan la efectividad del
confinamiento y que también la economía y el empleo se recuperen cuanto
antes después de esta crisis sanitaria.
Quiero ir concluyendo, señora presidenta. Lo señalaba ayer la oficina de
la OIT en España: Desde la Segunda Guerra Mundial no se conocía un
panorama como el que vamos a ver cuando acabe esta crisis sanitaria. Las
cifras que vamos conociendo en el contexto internacional lo atestiguan
incluso en países que no han adoptado medidas de confinamiento social tan
restrictivas como las de España. Las cifras de paro se han multiplicado
por dos o por tres en varios países europeos y el propio Fondo Monetario
Internacional ha recordado que nunca se ha presenciado un estancamiento
mundial de este calibre, ni en pasados contextos de crisis financiera
global. Estas perspectivas no deben inmovilizarnos -muy al contrario-,
solo hacernos muy conscientes de la magnitud desconocida de un fenómeno
para el que no hay recetas prefabricadas ni soluciones mágicas. Nadie
tiene el patrimonio de las buenas ideas, vengan de donde vengan, y en
este momento necesitamos más que nunca ese caudal colectivo. Tenemos, por
supuesto, experiencias anteriores y de ellas tenemos que sacar
conclusiones. No aprender de lo ya vivido sería la mejor forma de
equivocarnos, y respuestas que ya en el pasado no funcionaron tampoco van
a funcionar en este nuevo escenario. Por ejemplo, la bajada
indiscriminada de impuestos fue entonces un dardo en el corazón de
nuestro bien más preciado, lo público. ¿Qué nos trajeron las políticas
fiscales regresivas? El desmantelamiento de la sanidad pública, el
abandono de la ciencia y un sistema de protección exiguo y debilitado
justo cuando más falta nos hacía. La austeridad tampoco nos sirve. Es la
peor respuesta posible, de hecho, porque esos recortes que ya conocemos
destrozan el solar sobre el que debemos construir, queman la tierra,
esquilman la posibilidad de crecer y de superar las dificultades.
Este Gobierno ha acompasado sus medidas al contexto internacional en el
que opera esta pandemia global, y lo ha hecho con un gran esfuerzo
inversor sustentado en nuestra defensa de lo público. Hemos incorporado
el criterio de expertas y expertos, hemos incorporado las recomendaciones
de los organismos internacionales, las buenas prácticas desarrolladas en
nuestro entorno, la voz de los interlocutores sociales y las propuestas
de otros partidos políticos. Aquí, en esta suma de fuerzas -permítanme
decirlo-, no sobra nadie, somos muy conscientes de ello y eso es lo que
ha propiciado que España esté en línea con las respuestas más efectivas
de otros países de nuestro entorno. El mecanismo de los expedientes de
regulación de empleo temporal, el mantenimiento del empleo y la
protección de las personas trabajadoras y sus familias han sido señalados
como muy positivos por parte de la Unión. Esa red de seguridad de la que
España ha sido copromotora opera ya en otros países, países -permítame
también señalarlo- con presidentes y presidentas que comparten grupo
parlamentario europeo con la mayoría de los partidos políticos
representados en esta Cámara. Los reales decretos-leyes que hemos ido
aprobando tras la declaración del estado de alarma y los que hoy traemos
a esta Cámara son un índice claro de esta voluntad que aquí expreso,
voluntad y determinación sustentadas en el diálogo. La pandemia, la
necesidad de dar respuestas urgentes a problemas muy complejos, ha
supuesto que este diálogo no haya sido en ocasiones todo lo exhaustivo
que hubiéramos querido. Recuerden que nos hemos visto abocadas a levantar
las mesas semanales de diálogo social que teníamos, aunque esta semana ya
se han recuperado con normalidad. Ya lo he dicho anteriormente, pero no
olvidamos ni por un momento que las respuestas están en las ideas y las
aportaciones de esta sociedad en su conjunto, una sociedad, la española,
aquí representada, que ha dado en estos días aciagos la más grande de las
lecciones por su cohesión, su solidaridad y su valentía a la hora de
afrontar una situación tan difícil como inédita para todas y para todos.
Hace unos días el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres,
proponía un plan para salvar vidas, pero también para frenar la
hemorragia del desempleo, y decía: "Solo si olvidamos el juego político y
nos unimos, si entendemos que es la especie humana la que está en juego,
podremos superar esto". En las grandes crisis, decía Balzac, el corazón
se rompe o se curte. Tengo la sensación de que todos y cada uno de
nosotros hemos guardado el desasosiego y las dudas en nuestro corazón
individual y hemos acudido a la llamada de ese otro corazón más grande y
colectivo que es el bien común y la grandeza de lo público; un corazón
curtido que late hoy en las manos de una ciudadanía que está actuando con
responsabilidad ejemplar; un corazón que palpita en el esfuerzo de
nuestro personal sanitario, que está garantizando las vidas y el futuro
de nuestro país; un corazón al que este Gobierno va a infundir con todo
el esfuerzo y determinación posibles lo necesario para que mantenga su
ritmo y su vitalidad. Estoy convencida de ello. Somos fuertes porque nos
apoyamos las unas en las otras y ese es nuestro motor, nuestro impulso.
Hagamos que el Estado actúe con la misma altura de miras que nuestra
sociedad y hagámoslo juntos y juntas, porque solo unidas pararemos esta
pandemia, solo colectivamente, desde lo público, pensando en la gente de
este país, superaremos las dificultades.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, ministra. (Pausa.-Una trabajadora
del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Ha solicitado la utilización del turno en contra el Grupo Parlamentario
Popular en el Congreso. Tiene la palabra en representación de dicho grupo
la señora Rodríguez Herrer.
La señora RODRÍGUEZ HERRER: Señora presidenta, señora ministra, señorías,
voy a comenzar transmitiendo mi sentido recuerdo a todos los españoles
que han sufrido y sufren el látigo de esta pandemia, que nos deja en
estos días la honda preocupación por los enfermos y el llanto solitario
por los muertos. Y mi agradecimiento a los que hoy, Jueves Santo, se
están dejando la piel trabajando, así como a los trabajadores y
trabajadoras de esta casa, a los que se les ha vuelto a privar, como en
la investidura, de un significativo día de fiesta. Muchas gracias.
Subo a esta tribuna para exponer las razones por las que nuestro grupo, el
Grupo Popular, va a votar en contra de la convalidación de los dos reales
decretos-leyes objeto de debate en este punto del orden del día y desde
la lealtad que les debemos a los españoles. Estos dos reales
decretos-leyes nos muestran un cambio de enfoque en su contenido respecto
de los de los días anteriores. En ellos, que se aprueban con una
separación de cuarenta y ocho horas, los pasados 27 y 29 de marzo,
viernes y domingo, en sendos consejos de ministros extraordinarios, se
contienen una serie de medidas que no solo no hacen más llevadera la
crisis a nuestro tejido productivo, sino que la hacen, si cabe, más
costosa. Y hacerles la crisis más costosa, señoría, a las empresas es la
mejor manera de conseguir que lo tengan mucho más difícil para
sobrevivir. Bajo la justificación de preservar el empleo, lo que hacen es
ponerlo en grave riesgo porque el empleo lo facilitan las empresas, usted
lo ha dicho antes, pero, en fin, si estas desaparecen, el empleo
desaparece. Es cierto que en una situación como la que estamos sufriendo
no se puede dejar de lado a la población vulnerable, pero también es
imprescindible no convertir en vulnerables a los que no lo son, y eso es
lo que sucederá si se pierden los puestos de trabajo, señora ministra, y
se perderán porque sus medidas van justo en sentido contrario al que
debieran ir.
El primer real decreto-ley, además de otras medidas que no compartimos en
todo o en parte, incluye dos que nos llevan directamente a tener que
votar en contra. La primera, la tan traída y llevada prohibición del
despido en los términos de su presentación después del Consejo de
Ministros; fue lo que usted dijo y lo que oímos los que estábamos
escuchando. Anunció que se había aprobado la prohibición de despedir y
amenazó a los empresarios con hacer duras inspecciones a toda la
documentación que están presentando en los ERTE, todo ello plagado de
acusaciones y de desconfianza frente a las empresas, a las que presentó
como unas malvadas que lo que pretenden es aprovecharse de la situación.
Al final, analizando el texto publicado, lo que se incluye es la no
consideración de la fuerza mayor y las causas económicas técnicas,
administrativas y de producción derivadas de esta crisis como
justificativas de la extinción del contrato de trabajo o el despido. ¿Lo
regulan por ley y ya está? Esto, señora ministra, es una contradicción en
sí misma y puede llevar a muchas empresas a no aguantar y tener que
cerrar. Es cierto que, como usted decía, en el Real Decreto-ley 8/2020 se
aportan soluciones temporales, pero a las empresas hay que convencerlas,
no obligarlas, porque eso es como poner puertas al campo. Los datos de
empleo y cotización a la Seguridad Social a fin de marzo, que acabamos de
conocer, nos lo demuestran y desgraciadamente falta lo peor.
Señora Díaz, las empresas no quieren cerrar, quieren seguir, los
empresarios, en su amplísima mayoría pequeños y medianos, viven de eso, y
todo su planteamiento de futuro pasa por mantener sus negocios abiertos,
por lo que no se entienden el recelo ni la desconfianza ni la
implantación de medidas incongruentes con ese objetivo, que no debe ser
otro que el de que no desaparezcan. Por cierto, señora ministra, los
contratos temporales nacen de la reforma de 1984, Gobierno socialista,
presidente Felipe González, y los ERTE, que usted ha alabado tanto, de la
reforma de 2012, Gobierno del Partido Popular y presidiendo Mariano
Rajoy. La segunda medida que nos lleva a votar en contra es el tenor de
la disposición adicional primera, por la que limitan la duración de los
ERTE basados en las causas previstas en el Real Decreto-ley 8/2020
señalando que no podrán extenderse más allá de lo que se extienda el
estado de alarma. ¿Creen sinceramente que esta es una medida adecuada
para permitir la viabilidad de las empresas españolas? ¿Creen
sinceramente que las empresas querrán mantenerse en esta situación por su
propia voluntad? Retirarles las ayudas que suponen dichos ERTE de golpe
cuando se extinga el estado alarma puede llevar a muchas a que no puedan
continuar. ¿Tienen ustedes problemas presupuestarios, señora ministra, o
quieren detraer fondos destinados a ayudar a la viabilidad de las que
usted estima malvadas empresas que se aprovechan -discúlpeme, pero yo oí
esa rueda de prensa y es
lo que usted transmitió- para hacer otro tipo de políticas, las de su
programa propiamente político? ¿Son ustedes los que se están aprovechando
de la crisis? Este real decreto-ley contiene, como decía, otras medidas
que no compartimos en todo o en parte, pero vamos a solicitar su
tramitación como proyecto de ley y en ese trámite propondremos la
incorporación de modificaciones que lo hagan más adecuado a lo que ahora
se necesita.
Segundo real decreto-ley a convalidar, el Real Decreto-ley 10/2020. Se
aprueba en un Consejo de Ministros extraordinario celebrado en domingo,
tan solo cuarenta y ocho después del anterior, y también sin acuerdo
previo con los agentes sociales ni comunicación alguna con los partidos
políticos, al menos con el nuestro, ni con las autoridades afectadas con
tiempo suficiente para analizar la medida. Repentinamente se acuerda una
limitación adicional a la existente para el movimiento de las personas
durante el periodo comprendido entre los días 30 de marzo y 9 de abril,
prohibiendo realizar una serie de actividades que se consideran no
esenciales en este periodo y obligando a las empresas afectadas a que
hagan efectivo a sus trabajadores lo que se denomina permiso retribuido
recuperable obligatorio. La ministra portavoz, en la rueda de prensa del
siguiente Consejo de Ministros, ante la pregunta de un periodista sobre
la falta de discusión y contraste de esta medida y su aparte
improvisación, contestó señalando que había que entenderlo porque estaban
llevando a cabo un trabajo vertiginoso y que se había aprobado una
herramienta -llamaba a esto herramienta- innovadora e imaginativa. Yo la
calificaría de otra manera, y discúlpenme por el casticismo: yo invito y
tú pagas. La anterior limitación se cubría en parte por el Gobierno a
través de los ERTE especiales, pero en este caso el coste recae en su
totalidad sobre las empresas porque, aunque las horas perdidas sean
recuperables en los complicados términos y escaso periodo de tiempo al
que se refiere el real decreto-ley, el negocio perdido es muy difícil que
se pueda recuperar. Señorías, en el caso de catástrofes el Gobierno tiene
que atenderlas. Su coste, en un país responsable y moderno, no debe
recaer sobre los ciudadanos ni directamente ni a medio plazo, como
sucederá si desaparece en parte nuestro tejido productivo. Por eso se
deben tener las cuentas públicas saneadas, para que no haya necesidad de
andar rateando, como hemos visto en el anterior real decreto-ley, que es
el que se discutió hace un rato, y lo vemos en este. El coste de esta
medida no debe recaer sobre las empresas, esta es la principal razón por
la que vamos a votar en contra de la convalidación de este real
decreto-ley. Podemos estar de acuerdo, y de hecho lo estamos, con el
objetivo que plantea en su exposición de motivos, limitar al máximo la
movilidad -alguna de las comunidades autónomas gobernadas por el PP lo
había solicitado-, pero no con el modo ni la forma ni el contenido. Así
no, señora ministra.
Por otra parte, el real decreto-ley deja mucho que desear, desde su tenor
literal hasta su publicación, desde el debate social que provocó su
puesta en marcha hasta las sucesivas modificaciones de sus efectos, bien
mediante el procedimiento establecido en su propio texto hasta por la
puerta de detrás. En efecto, a lo largo del domingo pudimos conocer
sucesivas filtraciones de su texto, que no acababa de cerrarse. El
Consejo de Ministros terminó, usted anunció que la limitación de la
movilidad se produciría a partir de la cero horas del lunes y el Boletín
Oficial del Estado, en una edición especial, no publicó el real
decreto-ley hasta las 23:43 del domingo. El desconcierto era total, pues
las actividades afectadas aparecían y desaparecían de los borradores. La
protesta fue generalizada, desde los empresarios hasta las comunidades
autónomas, sin importar el color de su Gobierno, por la premura de su
aplicación y la falta de precisión y adecuación a la realidad productiva
española. El real decreto-ley definió lo que llamaba actividad mínima
indispensable con referencia a la mantenida los fines de semana, como ha
dicho usted. Dijo: Hagamos que todos los días sean domingo. Y determinó
que la autoridad delegada competente era el ministro de Sanidad.
El anexo tiene veinticinco apartados de excepciones y, como señalaba, a lo
largo del día se fue ampliando. ¿Hacía falta esa rapidez, señora
ministra? ¿No se podía haber esperado hasta el siguiente martes? Yo puedo
tener mi propia opinión y no pensaba exponerla aquí, pero, visto el tenor
de la intervención de su portavoz, lo voy a decir: con tantos consejos de
ministros, ordinarios y extraordinarios, con un decreto-ley detrás de
otro sobre las mismas materias, ¿no querrán ocupar el tiempo con otras
noticias? Da la sensación de que sí.
El día 30 de marzo el ministro de Sanidad ya interpretó el decreto y dijo
que no era de aplicación a los autónomos por cuenta propia -claro, se
estaba hablando de retribución-, curiosa explicación ligada a esa
retribución por el permiso obligatorio que solo podían abonarse a sí
mismos, y exceptuando las representaciones sindical y patronal por los
servicios de asesoramiento a trabajadores y empresas. Hay quien tiene más
fuerza y quien tiene menos. El desconcierto era importante y lo ha
seguido siendo a lo
largo de todo el periodo, que, por cierto, termina hoy. No deja de ser
curioso que estemos convalidando hoy una norma que deja de tener efectos
hoy mismo. ¿Qué sucedería si no fuera aprobada? Me van a disculpar, pero
una chapuza más. Pero lo que resulta más significativo son los problemas
que ha causado esta improvisación en nuestro sector industrial, que en
muchos casos por razones técnicas no puede parar. Conocidas son las
quejas, por ejemplo, de ArcelorMittal o de determinadas empresas
exportadoras que veían el riesgo de perder el mercado por sus
incumplimientos, y el Ministerio de Industria salió al quite, aunque no
estaba referido en el real decreto-ley. Interpretó lo que era actividad
mínima imprescindible para que no provocara paradas prolongadas que
causaran daños en la posterior puesta en marcha -absolutamente lógico,
pero el real decreto-ley no lo recogía-, y algo que se encuentra más
alejado del texto aprobado, como la excepción para las personas
trabajadoras en actividades de importación y exportación de todos los
productos, bienes y materiales en la medida en que se configuran como
clave del abastecimiento o de compromisos de contratos internacionales.
En fin, más de lo mismo. Por eso, además de votar en contra de su
convalidación, vamos a solicitar su tramitación como proyecto de ley para
ver si se pueden aprobar algunas medidas que nos ayuden a conseguir que
salgamos de esta crisis con los menores daños posibles.
Concluyo, pero no puedo hacerlo sin traer a esta Cámara una reflexión
respecto a la gran carencia que se observa en las medidas que han ido
aprobando desde que se decretó el estado de alarma hasta este mismo
martes. Como decía al comienzo, en estos reales decretos-leyes se observa
un cambio en el planteamiento de medidas en el que parece que el Gobierno
se pone de espaldas a las necesidades de las empresas, de los creadores
de empleo, pero en general esta posición -y si no lo ha compartido
conmigo toda la Cámara sí lo hemos escuchado a lo largo de este día- es
mucho más acusada en relación con los trabajadores autónomos, que han
visto real decreto-ley tras real decreto-ley como se hacía caso omiso a
sus demandas y se desconocían sus necesidades, trabajadores autónomos que
en muchos casos están al frente de pequeñas empresas sin actividad desde
el 14 de marzo y que vieron que, puntualmente, el día 30 se les cargaba
la cuota de la Seguridad Social y que ven con enorme preocupación que,
aun siguiendo sin obtener ingresos, se acercan peligrosamente los
vencimientos del 20 de abril. Por eso, solicitamos la tramitación como
proyectos de ley de estos reales decretos-leyes, el que se acaba de
debatir y Real Decreto-ley 8/2020, que se aprobó en el último Pleno.
La señora PRESIDENTA: Señora Rodríguez, tendría que terminar.
La señora RODRÍGUEZ HERRER: Sí, concluyo. Me habían dicho quince minutos,
pero ya termino.
Tenemos que ser conscientes de la realidad de España. Tenemos 3 363 000
empresas, de las que un 99 % son pymes, que son las más vulnerables y,
por tanto, con los trabajadores que tienen más riesgo de perder su
empleo. No las castiguemos con medidas que suponen costes en periodos en
los que pierden sus ingresos; no les demos financiación con una mano para
con la otra cobrarles los impuestos. Y, en fin, seamos conscientes de
nuestra realidad, como decía, y no erremos el tiro.
Muchas gracias, presidenta. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Rodríguez. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores).
En turno de fijación de posiciones intervienen, por el Grupo Parlamentario
Mixto, en primer lugar, el señor Martínez Oblanca.
El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señora presidenta. Si me lo
permite, tomaré la palabra desde el escaño.
Buenas tardes, señora ministra de Trabajo y Economía Social. La funesta y
nefasta cadena de decisiones a lo largo de la emergencia sanitaria de la
COVID-19 tiene su reflejo en los diferentes reales decretos-leyes que se
han presentado esta tarde en el Pleno y que Foro no va a convalidar
porque las insuficientes medidas de apoyo a autónomos y pymes y las
restricciones en medidas al funcionamiento de empresas son enormes
desaciertos del Gobierno en respuesta a su fracaso logístico para atajar
la propagación del coronavirus. Algunos hemos hablado profusamente de
ello a lo largo de esta sesión. Son, asimismo, textos normativos
atropellados que no responden a las grandes necesidades presentes e
inmediatas de los españoles y llegan incluso a conculcar la Constitución.
Es el caso del décimo de la serie legislativa, que supone toda una
extralimitación de las prerrogativas para actuar como si estuviésemos en
un estado de excepción en lugar de un estado de alarma, en cuyo caso el
Gobierno debería haber
solicitado al Congreso la autorización para suspender derechos
fundamentales como los que se recogen en los artículos 17 y 19 de la
Constitución.
La propia gestación de algunos de estos reales decretos-leyes ha resultado
un espectáculo bochornoso y lamentable, impropio de un Gobierno serio,
filtrándolos a medios amigos antes de su aprobación, enzarzándose los dos
sectores coaligados en el seno del Consejo de Ministros y modificándolos
in extremis minutos antes de su publicación en el Boletín Oficial del
Estado. Tampoco fue muy edificante, señora ministra, e impropio de su
trayectoria como parlamentaria -de la que algunos, efectivamente, hemos
sido testigos y valoramos-, la confusa rueda de prensa en la que usted,
en lugar de explicar los términos de las nuevas medidas sobre los ERTE,
arrastró a la confusión a propios y extraños, generando desconcierto a
los muchos cientos de miles de españoles que ahora más que nunca precisan
de claridad para afrontar la adversa situación laboral, social y
económica derivada de la pandemia y de la gestión política del Gobierno
de Pedro Sánchez. Esto no debería volver a suceder en el futuro ni a
usted ni a ningún otro de sus colegas del banco azul.
Además, el Gobierno se aprovecha de todo este galimatías normativo para
sustraer importantes recursos económicos a las comunidades autónomas,
caso de Asturias, con el atropello cometido sobre la formación
profesional para el empleo, rompiendo consensos y truncando las
posibilidades para acceder a un puesto de trabajo. Se lo dice un diputado
de la comunidad que ocupa desde hace años el último lugar, el farolillo
rojo en la tasa nacional de población activa, la de asturianos que
trabajan o que están buscando trabajo. ¿Diálogo dice? Si usted antes
hablaba del triunfo que a su juicio son el mecanismo de los ERTE, la
merma sustancial de estos recursos económicos para la formación
profesional para el empleo es un descalabro absoluto. No solo el Estado
es clave en las políticas de empleo, también otras administraciones, y
singularmente las comunidades autónomas, son claves en el desarrollo del
empleo en España. Para no sobrar nadie, señora ministra, lo disimulan
ustedes mal.
Concluyo, señora presidenta. Foro rechaza estas convalidaciones y pensando
en el bien común, al que aludía la señora ministra, las rechazamos porque
retratan la incapacidad, la insolvencia y la irresponsabilidad de un
Gobierno que está a la propaganda, superado por los acontecimientos,
siempre a remolque y profundizando en las graves consecuencias de esta
emergencia sanitaria.
Muchas gracias, señora presidenta.
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Martínez Oblanca.
En segundo lugar, por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra la
señora Oramas González-Moro.
La señora ORAMAS GONZÁLEZ-MORO: Gracias, señora presidenta.
En primer lugar, quería tener un recordatorio para cientos de miles de
trabajadores que han sido olvidados por el Gobierno: los trabajadores de
las empresas de seguridad privadas, que están en los centros de salud, en
los hospitales, en los aeropuertos, en los supermercados, gente que tiene
trabajo por horas o que tiene un salario mínimo.
Señora ministra, mi familia es muy grande, tengo diez hermanos, tengo
cuñadas, tengo más de ochenta primos, y tengo una cuñada que es médico,
sobrinas enfermeras que han caído con el coronavirus, tengo una madre de
83 años y tías de más de 80 años, tengo un hermano que trabaja en el
sector agrario, tengo un marido que es autónomo, profesional, tengo una
hermana que está en un ERTE de un hotel en Canarias, y yo le voy a hablar
sobre todo de un sentimiento. La gente sabe que esto es una pandemia
mundial, que no era una 'gripita', pero la gran duda que tiene la
ciudadanía es por el discurso que ustedes están haciendo. Por ejemplo, el
decreto de cierre. O nos mintieron o improvisaron y no sé que es peor.
Por la mañana a varias fuerzas políticas nos dijeron que no iban a hacer
el cierre de Semana Santa, que yo lo apoyo, pero ¿nos mintieron o
improvisaron? ¿No hablaron con los empresarios ni con nosotros porque
tenían la rueda de prensa del presidente Sánchez? ¿No podían retrasar la
rueda de prensa dos horas y poderlo hablar? Entonces, la angustia que
genera a mi madre, a mi sobrina enferma, a mi hermana en un ERTE y a mí
como portavoz político es saber si este Gobierno está improvisando o está
mintiendo.
Le voy a contar, como es ministra de Trabajo, lo siguiente, y entro en los
temas específicos porque en Canarias son muy importantes. Quizás usted no
lo sepa, pero Canarias siempre, igual que Extremadura, tiene normalmente
un 10 % más de paro -Andalucía, Canarias y Extremadura- en las épocas de
crisis importantes. Por eso se aprobó un plan de empleo y las políticas
activas de empleo en Canarias son fundamentales. Y a una mujer de
izquierdas como usted le voy a decir a qué se dedica el dinero de las
políticas activas de empleo en Canarias, que ustedes van a quitar ahora
para pagar paro y que ayudaban
a tener empleo. Usted, muy de izquierdas, muy feminista, pero resulta que
va a quitar dinero de empleo para pagar paro. ¿Sabe a qué se dedicaba? A
la subvención a la contratación a los colectivos vulnerables, víctimas de
violencia de género, discapacidad, exclusión social, centros especiales
de empleo, 2700; 1600 en mujeres, en violencia de género y discapacidad;
también en contratación de jóvenes, y 24 000 jóvenes canarios que se van
a quedar sin esa ayuda para trabajar; y tenemos 160 centros de formación
en Canarias que son importantísimos para recualificar la mano de obra, no
solo por los 2000 trabajadores que trabajan en estos centros de
formación, sino también por los 26 000 que están. ¿Sabe cuántas personas
se van a ver afectadas por los 100 millones que usted va a quitar a la
Comunidad canaria de políticas activas de empleo? Pues 144 000, y además
en una comunidad autónoma en la que el 40 % del empleo proviene del
turismo. Si a eso le sumamos la agricultura, que es de exportación,
estamos hablando del 50 % del empleo. Cero energético, como se llama,
porque el turismo en Canarias -y hoy lo ha declarado, poco sospechoso, el
Gobierno de Canarias- no va a abrir hasta 2021. Usted ha hecho unos ERTE
-muy bien- mientras dure la emergencia, pero yo le digo hoy aquí que en
Canarias necesitamos que los ERTE lleguen como mínimo hasta el mes de
diciembre. Se lo digo porque en el sector turístico canario no es que el
empresariado quiera cerrar -como dijo usted- ni que tengan que aguantar,
es que, si no, se van al concurso de acreedores.
Segundo, el plan integral de empleo de Canarias, que tenemos dudas de que
usted vaya a transferir los 42 millones o si también los va a usar para
pagar parados. ¿Sabe para qué se usaba? Para convenios con los
ayuntamientos y los cabildos, para que los ayuntamientos contrataran a la
gente seis meses, para que sectores de difícil inserción laboral pudiesen
trabajar. Eso está en el REF, que forma parte del marco constitucional, y
es obligación del Gobierno.
En cuanto a los autónomos, no es lo mismo un autónomo en El Hierro, en la
isla de La Palma, en La Gomera, en Canarias, que en la calle Atocha en
Madrid. Respecto a los autónomos, ustedes han dado una patada hacia
delante. Lo único que han aplazado son los pagos, además del tema de
préstamos, cuando tienen cero; tienen que pagar el alquiler, tienen que
pagar a los proveedores la mercancía que no vendieron, y no solo eso:
tienen que comer y encima tienen que pagar la cuota, y todavía no han
recibido la prestación que tienen que tener. Y esta gente son solo un
autónomo, dos...
Voy terminando. Señora ministra, es importante que empiece ya a trabajar
en la prórroga de los ERTE y, sobre todo, para Canarias; es fundamental,
porque, si no, vamos a llegar al 50 o al 60 % de paro en esta comunidad.
Y una sugerencia: hable con el comité de expertos para ver si hay
posibilidades, a medida que se reduzca el confinamiento, de que se puedan
abrir las guarderías; estoy hablando de cero a tres años. Es mucho menos
peligroso que los bebés estén en una guardería que con los abuelos. Son
cientos de miles de trabajadores, empresas que no van a poder aguantar, y
es lo que va a permitir incorporarse al trabajo a muchas mujeres, también
a muchos hombres. Pero, sobre todo, en clave sanitaria, que es la
decisión última, le pido que lo mire, porque tengo relación -también
tengo una cuñada que tiene una guardería- y he estado reunida con la
Asociación de Escuelas Infantiles y sé que en este momento tienen mucha
incertidumbre.
Hace falta no confundir en las expectativas. Me alegro de que el
presidente dijera hoy que van a ser dos meses de confinamiento, porque
hubo gente que se creyó lo que ustedes dijeron, que eran quince días, y
hay gente que no ha presentado ERTE.
La señora PRESIDENTA: Señora Oramas, tiene que terminar, por favor.
La señora ORAMAS GONZÁLEZ-MORO: Termino.
En Canarias se han presentado 24 000 ERTE, para que usted lo sepa, y son
186 000 trabajadores. Pero será paro si no se prorrogan esos ERTE en el
sector turístico.
Muchas gracias, señora presidenta. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Oramas.
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra la señora Vehí i
Cantenys.
La señora VEHÍ I CANTENYS: Buenas tardes.
Quería empezar diciendo que hoy en la cárcel de Ocaña hay un motín, porque
los presos protestan por falta de asistencia sanitaria. Y quería
aprovechar para explicar una vez más la posición de la CUP en relación
con los presos y las presas de tercer grado, las presas políticas y las
presas enfermas, que, desde nuestra perspectiva, deberían estar pasando
el confinamiento en casa.
Decía el portavoz de Unidas Podemos en el anterior punto que esta es una
crisis ajena al sistema productivo y hablaba de catástrofe; estamos de
acuerdo. El COVID-19 es un virus, pero la gestión política que se hace de
ello no es un fenómeno meteorológico. También decía el portavoz del PSOE
que el Gobierno es sensible a las necesidades de las trabajadoras y de
los trabajadores. Bien, vamos a analizar las medidas que ha llevado a
cabo este Gobierno en materia laboral no desde la dialéctica que tienen
con la derecha, porque esto les ubica sistemáticamente en la extrema
izquierda, sino a partir de los preceptos que la ministra ha ido
repitiendo a lo largo de su exposición en relación al apoyo a lo público
y al común.
En primer lugar, queremos comentar que nosotros compartimos que ustedes
confinaran todos los sectores que no eran imprescindibles para la vida.
Pero el martes mandan otra vez a la gente a trabajar, con el riesgo que
supone para la vida de miles y miles de trabajadores y trabajadoras.
El segundo elemento que queríamos comentar es que con el permiso
retribuible recuperable ustedes cargan a las espaldas de las trabajadoras
el coste de todo esto. ¿Por qué lo decimos? Porque ustedes igualan una
pyme, un horno de pan de un barrio a Endesa, Glovo, Amazon o Inditex, y
eso provoca mucha desigualdad y, sobre todo, que sean las trabajadoras
quienes aguanten el peso de esto.
Lo mismo pasa con los ERTE. Ustedes están igualando las pymes a las
grandes multinacionales, y hay centenares de miles de trabajadores que no
saben si los ERTE de hoy serán los ERE del futuro. Que la EPA y Eurostat
cuenten como población ocupada a la gente afectada por los ERTE nos
parece lógico. Ahora bien, como las sanciones que ustedes ponen en sus
decretos a las empresas son mínimas y hacen referencia sistemáticamente a
la buena voluntad de los empresarios y las empresarias, queda en el aire
cuántos de estos ERTE se van a convertir en ERE y, por tanto, en despidos
definitivos.
Esto nos lleva al cuarto punto que queríamos comentarle, señora ministra.
Ustedes declaran los despidos improcedentes por el COVID-19, pero nuestra
pregunta es por qué no los declaran nulos. Esto es cierto, al menos en
relación con la literalidad de los decretos, y, si no, luego me contesta,
que además usted tiene mucho más tiempo que yo.
El quinto punto que les queríamos comentar es en relación con los
autónomos. Ustedes anuncian una moratoria de cuotas -no suspenden cuotas,
pero sí hay una moratoria- y una suspensión de pagos de suministros
durante el tiempo que dure el decreto de alarma. Esto implica -lo
comentábamos antes- una compensación a las empresas de hidrocarburos en
los Presupuestos Generales del Estado. Es decir, ustedes tienen dinero
para transferir renta pública a Endesa, pero no tienen dinero para
suspender las cuotas a los autónomos y a las autónomas.
En cuanto al sexto elemento, ustedes anuncian un subsidio de un mes para
las trabajadoras domésticas, subsidio que, según UGT, si no me equivoco,
deja fuera a 200 000 personas, porque el mercado de trabajo doméstico se
caracteriza precisamente por ser muy poco formal, por tener muchísima
gente que no está cotizando y está trabajando de forma, digamos, no
regulada.
También anuncian ustedes modificaciones en procesos de regularización para
personas migrantes y con contratos temporales en el campo. Antes hacía
usted referencia a Gramsci, y permítame que siga la línea -al menos, así
la derecha tendrá argumentos objetivos para acusarnos de comunistas-.
Desde nuestra perspectiva, esta medida es una combinación entre la
movilización del ejército de reserva y el racismo institucional. Estamos
de acuerdo con usted, señora ministra, lo importante es salvar vidas,
pero parece que hay vidas que valen más que otras.
Terminamos con una evidencia. Cada día parece más cierto que sols el poble
salva el poble y, desde aquí y en nombre de la CUP querríamos dar las
gracias a todo el sindicalismo combativo que hoy en día está trabajando
en el Estado español y en nuestro pueblo, a todo ese sindicalismo que el
Gobierno no llama ni para los pactos de la Moncloa ni tampoco para
acordar rentas mínimas. Queremos dar las gracias al sindicalismo
combativo que no hace actividad protegiendo a la patronal para conservar
las cuotas de poder. Gracias, gracias, gracias. En nuestro país quien
para los ERTE son los sindicatos combativos. Y también queremos decirle a
la gente: Acudid al sindicato, al sindicato laboral, al sindicato de
vivienda y al sindicato de barrio y construid también estructuras
económicas cooperativas, sociales, solidarias y justas. Hagamos fuertes
estas estructuras del común, porque esta es una batalla entre el capital
y la vida.
La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Vehí. (Pausa.-Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Euskal Herria Bildu, tiene la palabra el señor
Matute García de Jalón.
El señor MATUTE GARCÍA DE JALÓN: Muchas gracias, señora presidenta.
Señora ministra, dadas las horas que llevamos aquí y no queriendo repetir
argumentos que ya he podido plantear en esta tribuna, seré breve. Me voy
a referir a algunas cuestiones concretas de los dos reales decretos que
usted ha defendido.
La primera de ellas tiene que ver con lo que comúnmente se conoce como
prohibición de despedir en tiempos de coronavirus, que, como señalaré
ahora mismo, no es exactamente así. Lo que este decreto plantea no es la
prohibición del despido, lo que hace es subir el coste del despido a
treinta y tres días por año, impidiendo que se cuele como causa objetiva
lo de los veinte días por año. Creemos que deja fuera a un montón de
jóvenes que no han tenido tiempo de acumular antigüedad o al precariado,
en general, que va a ser despedido pagándole un pequeño finiquito. Por lo
demás, no le negaré que este decreto tiene elementos positivos, elementos
de avance, aunque nos hubiera gustado haber visto mayor reflejo en el
propio decreto que lo que usted ha dicho desde la tribuna, pues creemos
que se debe ir más allá de lo que se ha hecho.
También quiero referirme, como ha hecho la portavoz de la CUP, a las
trabajadoras del hogar. Se está hablando de medidas, pero se trata de un
sector muy amplio, más de 600 000 mujeres que desempeñan sus funciones en
el trabajo del hogar, el llamado trabajo doméstico, y más de 200 000 no
tienen ningún tipo de ligazón contractual. Se moverían en eso que se
llama la economía sumergida, y para ellas me temo que las medidas que
aquí se plantean van a resultar baldías, por no decir inútiles, porque no
les van a reflejar. Por tanto, creemos que en este punto todavía hay
mucho que hacer.
Me gustaría referirme también a la situación de los y las jornaleras,
porque lo que hemos visto estos días es bastante escandaloso. Lo que
hemos visto estos días no es que falte mano de obra, sino que todavía hoy
algunos pretenden que en este contexto tan especialmente difícil siga
siendo esclavos en el campo, y creemos que eso también es denunciable.
Aquí también hay que hacer mucho más de lo que se está haciendo.
Probablemente, alguien tenga la tentación de decir que, incluso después
de tener las condiciones laborales más draconianas, más duras para la
clase trabajadora, seguimos viviendo una democracia. Como decía Lenin, en
Grecia los únicos libres son los esclavistas. Se trata de que no haya
esclavos, pero la gente del campo está viviendo, por lo menos en algunos
lugares, como en Huelva y otras provincias -así lo han denunciado los
sindicatos agrarios-, realidades bastante duras.
Respecto a los ERTE, me gustaría que se pusiese especial celo en que
empresas con beneficios importantes no se acojan a los ERTE como puerta
de salida fácil para seguir manteniendo niveles económicos potentes para
ellos mismos, no para sus trabajadores. Y también quiero decir a la gente
que los ERTE no son ninguna maravilla, que un beneficiario de un ERTE no
ha sido agraciado con la lotería, porque así, de facto, ya supone una
pérdida de poder adquisitivo con respecto a su nómina, y, en segundo
lugar, es una espada de Damocles para cuando esto pase, porque no tiene
ninguna certeza de que ese ERTE no se convierta en un ERE definitivo o en
un ERE de expulsión. Por tanto, vaya también por delante esta reflexión.
Por lo que se refiere al siguiente decreto, relativo al permiso retribuido
recuperable, no estamos de acuerdo con una cuestión, y es que al final
nuevamente sean los y las trabajadoras las que pongan todo de su parte.
Al final, no estamos hablando de ninguna dádiva ni del Estado ni de los
empresarios, sino de un esfuerzo de los trabajadores, que van a tener que
recuperar una vez que se reincorporen y entiendo que en horas
extraordinarias. Por tanto, no ha lugar a que esto aparezca como una de
las medidas de favorecimiento que el poder público ha tomado para con los
y las trabajadoras. En todo caso, se les va a hacer trabajar lo que no
han podido trabajar antes. Y me gustaría señalar otra cuestión en
relación con esto, para lo que le pondré un ejemplo. Según la patronal
alavesa -que no es muy cercana a nosotros, como podrá comprender-, según
una encuesta interna de dicha patronal -está hecha por la Cámara de
Comercio para la patronal alavesa-, el 37 % de las empresas han tenido
durante este tiempo bajas por contagio, un 93 % de ellas ha sufrido una
disminución de pedidos, un 8 % ha visto cómo se paralizaba su mercado, un
73 % ha visto cómo se le anulaban pedidos y un 42 % se encontraba sin
suministros. Si se obliga a los trabajadores a recuperar el cien por cien
de las horas, lo que vamos a hacer es aumentar el beneficio de los
empresarios, porque, como decía un amigo común, un tal Carlos, esto de la
plusvalía va a hacer que, respecto de un tiempo en el que no tenían
pedidos, la actividad se revalorice mucho más cuando sí los tengan, y eso
seguramente no es algo que persiga su ministerio -estoy seguro de que no
es lo que persigue-, pero es algo que pueden utilizar de manera pérfida
quienes busquen aumentar sus beneficios. Se lo digo para que lo tenga en
cuenta, no se lo reprocho ni se lo echo en cara.
Termino con dos consideraciones, y así cumpliré con la palabra de ser
breve.
En primer lugar, me sumo a las palabras de la portavoz de la CUP en
relación con la población reclusa; ayer en la Comisión de Sanidad también
lo expresé. Hay más de 50 000 personas confinadas -es así, confinadas- de
manera continua en centros penitenciarios del Estado español. Su salud
peligra severamente, y nos adherimos a las recomendaciones que al Estado
español han hecho tanto Michelle Bachelet en su papel de comisionada de
Naciones Unidas como la propia comisaria europea de Derechos Humanos
cuando le dicen que deje de apostar por medidas punitivas y busque
medidas para hacer frente a este confinamiento que pasen más por las que
ha señalado la señora diputada de la CUP, que tienen que ver con la
excarcelación y un confinamiento en sus propios domicilios. Le pido que
haga llegar esta reflexión, que nosotros hacemos siempre que podemos,
sobre el conjunto de la población reclusa al ministro del Interior, que
es el competente.
Finalmente, diré que hay una organización juvenil vasca que lucha contra
la precariedad que se llama Eragin y tiene un lema que dice No es lo que
hay. Me quiero dirigir a toda la gente que piensa que no es lo que hay,
que si esta crisis nos toca pagarla a los de siempre, a los de abajo,
esto no puede ser lo que hay. Usted ha citado una de las grandes frases
de Antonio Gramsci. Yo quiero terminar citando otra frase suya dirigida a
toda la gente que no se resigna y cree que si pagamos la crisis los de
siempre esto no es lo que hay. Solo les diría, en nombre de Euskal Herria
Bildu, algo como lo que Antonio Gramsci decía en su momento: Instrúyanse
porque necesitaremos toda nuestra inteligencia, conmuévanse porque
necesitaremos todo nuestro entusiasmo, organícense porque necesitaremos
toda nuestra fuerza. (Pronuncia palabras en euskera).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Matute. (Pausa.-Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Vasco (EAJPNV), tiene la palabra el señor
Esteban Bravo.
El señor ESTEBAN BRAVO: Llegados a este punto del debate -llevamos ya diez
horas, algunos al menos-, le pido un poco de piedad a la hora de la
réplica, señora ministra; si se la puede ahorrar, incluso mejor. Y si mis
compañeros parlamentarios se pueden ajustar -veo aquí que tengo quince
minutos- a los siete que acordamos en la Junta de portavoces, mejor. Yo,
desde luego, lo voy hacer así y voy hablar nada más que de los decretos.
Me voy a referir primero al Real Decreto-ley 10/2020. Desde luego, no hay
nada más sorprendente que el miércoles se defienda una postura, el
viernes se reafirme esa postura y el sábado se diga absolutamente lo
contrario, porque es exactamente eso lo que sucedió con este decreto, y
que, además, se haga -permítame que se lo diga- desde la inmediatez y la
improvisación, porque, si fuera algo que estuviera pensado y
perfectamente planificado, bien, pero no fue así. Ya se vio cómo salió el
decreto y cuándo salió, a las once de la noche; al día siguiente la gente
no sabía exactamente si tenía que ir o no tenía que ir. Demuestra
desconocimiento de lo que es la empresa, como si se pudiera cerrar la
persiana directamente. Hay algunos tipos de trabajo e incluso algunas
empresas que no se pueden cerrar, porque, si se cierran, abrir después
resulta absolutamente imposible. Cuando se dieron cuenta, tuvieron que
dar un plazo de veinticuatro horas e ir improvisando y rectificando punto
por punto, algunas veces incluso con interpretaciones de los ministerios,
para llegar adonde les decíamos nosotros. Esto no se puede hacer así, se
tiene que hacer de otra manera. La verdad es que el propio decreto está
hecho desde el tejado: permiso retribuido recuperable y después van
elaborando lo demás, cuando tenía que haberse dicho que el decreto es
para las actividades esenciales, que son esta, esta y esta, que son
reguladas de esta manera, y a partir de ahí después regular lo que
ustedes quisieran. Técnicamente, el decreto es un auténtico lío. Si van a
regular algo sobre actividad esencial en el futuro, lo que les pido es
que lo hagan hablando, consultando y de manera flexible, de modo que las
comunidades autónomas lo puedan adaptar a su realidad, porque no todos
los tejidos económicos son iguales ni tampoco los tejidos sociales. Por
favor, sean más flexibles y no caigan en la inmediatez, en el
inmediatamente para el día siguiente, porque en la práctica eso es
imposible de hacer. Desde luego, la confusión que se generó con este
decreto la víspera en que se tenía que implementar fue absoluta. Así que
no podemos votar a favor. De hecho, la abstención, que es el voto que
vamos a adoptar, tómensela como un gesto, porque, al final, es verdad que
tuvieron que ir retocando, rectificando y atendiendo a las posiciones que
les estábamos comentando y sugiriendo.
Con respecto al Real Decreto-ley 9/2020, en general estamos de acuerdo con
él, aunque creo que habrá que retocarlo a futuro, y, por lo tanto, que se
tramite como proyecto de ley es importante. Ahora bien, también le quiero
hacer alguna reflexión. La cerrazón absoluta a no poder despedir puede
contribuir en ocasiones a situaciones indeseadas. El típico ejemplo es el
del autónomo que tiene trabajadores, no llega
al 75 % de las pérdidas, no puede acceder a un ERTE y tiene que seguir
pagando a sus trabajadores, porque con ese 25 % es imposible pagar a sus
trabajadores y también sus propios gastos. Entonces, ¿cuál es la
solución? El cierre, y creo que ninguno estamos deseando eso. Por tanto
-antes se lo he dicho también a su compañera de gabinete, la ministra
Calviño-, ese 75 % hay que revisarlo, y se lo vuelvo a decir ahora. Es
curioso, porque hay empresas -no voy a decir nombres- que podrían evitar
el ERTE con algunos despidos, no precisamente de los que pueden ser
trabajadores ordinarios, y, sin embargo, se ven impedidas para poderlo
hacer, e, incluso, seguramente, algunas de ellas forzadas a solicitar
algún ERTE. Por lo tanto, creo que es bueno que reflexionemos sobre la
casuística y que podamos tomar medidas en un futuro. Es verdad -en eso
estoy absolutamente de acuerdo- que son necesarias medidas que traten de
evitar un mayor deterioro de la capacidad productiva, pero impedir o
restringir en exceso la capacidad organizativa de las empresas puede
generar efectos contrarios a los que se quieren paliar, al fin y al cabo
pérdida de puestos de trabajo y, en consecuencia, de capacidad
adquisitiva. En cualquier caso, en general, estamos de acuerdo con este
decreto y votaremos favorablemente.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Esteban. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores).
Por el Grupo Parlamentario Ciudadanos, tiene la palabra el señor Bal
Francés.
El señor BAL FRANCÉS: Gracias, presidenta.
Buenas noches ya, señorías. Procuraré ser breve y no acomodarme al tiempo
de quince minutos, sino al de siete.
Repito lo de esta mañana: nosotros hemos establecido, como partido,
nuestro objetivo con respecto a esta crisis, primero, en salvar vidas, y,
segundo, en salvar empleos, y este va a ser el lema que nosotros vamos a
repetir en esta situación horrible en la que vivimos de la epidemia.
Apoyo leal y responsable al Gobierno, pero con exigencias, con
compromisos, con diálogo, con consenso obligatoriamente y vigilando que
se cumplan esas promesas, esos acuerdos, esos compromisos, esos pactos.
Esta es una crisis sanitaria a la que se ha podido llegar tarde, pero,
sobre todo, es una crisis económica a la que no podemos llegar tarde. Por
eso, nosotros invocamos la necesidad de esos pactos de reconstrucción
nacional, de reconstrucción socioeconómica. Desde ya hay que ponerse a
pensar en el día después de la crisis, es obligatorio, porque, si no,
generaremos inseguridad y miedo en la ciudadanía. Tenemos los peores
datos de empleo de la historia desde el año 2009, y me asusto cuando
escucho programas de televisión no precisamente de cadenas que les sean a
ustedes muy desfavorables donde salen gurús dando unas cifras para el día
después que ponen los pelos de punta, que hablan de un nivel de paro
espeluznante, un nivel de paro que nunca ha tenido la sociedad española.
Por eso, hay que luchar ahora. Lo ha dicho alguien antes que yo: no
podemos convertir el expediente de regulación temporal de empleo en
desempleo, tiene que ser una medida para que el empresario aguante.
Pero esas no son todas las medidas que se adoptan en estos dos reales
decretos. Hay que hacer nueva política, tenemos que desentendernos de la
vieja política, y también lo hemos dicho aquí esta mañana. Hay que llegar
al consenso, tienen que hablar con nosotros, y para estos reales decretos
leyes nadie ha llamado. Después, nosotros hemos hecho exigencias, hemos
planteado propuestas y algunas han sido aceptadas. Lo mejor -ya lo hemos
venido diciendo- es que se van a tramitar como proyectos de ley. Le
pedimos, señora ministra de Trabajo, por favor, que flexibilice la
posibilidad de recuperación de las horas del permiso retribuido. ¿Por
qué? Porque a 31 de diciembre del año 2020 es posible que nos encontremos
con sectores en los que, por ejemplo, se trabaja a turnos o con
trabajadores de temporada, que tienen periodos cortos de trabajo al año,
y no se puedan recuperar. Entonces, ¿quién va a cargar con este coste
económico, el empresario, después de que el trabajador haya disfrutado de
ese permiso retribuido? Eso no puede ser. Ustedes no han distinguido -ya
lo he dicho- la gran empresa, la mediana empresa y la pequeña empresa, el
autónomo y la microempresa, y en este punto, en concreto, tampoco han
distinguido por sectores, que es algo absolutamente fundamental. Por
tanto, le ofrezco unidad, le ofrezco solidaridad, pero piense que detrás
de cada negocio que se cierra está el drama de esas familias, pero
también el de los trabajadores que están en sus casas muertos de miedo
porque creen que cuando la crisis termine no van a tener adonde volver.
Por lo tanto, hay que apoyar al empresario, y no vale con parches. Por
eso, tienen que mirar al centro político, tienen que mirar al
pragmatismo, a la moderación, al consenso, al diálogo. Necesitamos más
compromisos de apoyo, sobre todo al pequeño y al mediano empresario.
Efectivamente, la flexibilización sobre la recuperación del permiso
retribuido, como ya le he dicho, pero también la flexibilización con
respecto a la
duración de los expedientes de regulación temporal de empleo, porque usted
habla de un paréntesis y da la sensación de que usted cree que cuando ya
no se prorrogue más el estado de alarma se va a cerrar ese paréntesis y
aquí no ha pasado nada y vamos a volver a la situación inmediatamente
anterior. No, después de ese paréntesis, que ojalá que se cierre, lo que
hay son puntos suspensivos. No vale con chasquear los dedos, ni los de
usted ni los de la ministra de Economía ni los del presidente del
Gobierno, no vale con hacer así y ya está: las empresas salen adelante,
no ha pasado nada, los proveedores siguen en su sitio, los clientes
siguen en su sitio y ya mañana me pongo otra vez a ganar dinero; los
trabajadores vuelven y entonces todo el mundo trabaja y ya está. No va a
pasar eso. ¿Cómo hacen ustedes en el decreto-ley que el expediente de
regulación temporal de empleo se condicione a la duración exacta del
estado de alarma? Sean flexibles, porque a los empresarios, mucho después
de que termine la crisis sanitaria, les va a costar recuperarse de la
crisis económica. Por eso le digo que lo que queremos es prescindir de la
ideología y llevarles a la gestión de los problemas, sin dogmas y sin
ideologías, alejarnos de la unilateralidad y llegar a los consensos, no
utilizar fórmulas populistas, sino la moderación.
Y no es un cheque en blanco, lo vuelvo a repetir; les exigiremos
responsabilidad con los españoles, con todos, con los trabajadores y con
los empresarios, ¡porque no hay buenos y malos!, como usted parecía decir
en unas muy desafortunadas declaraciones que hizo y que ha vuelto a
repetir aquí, aunque, claro, las ha tenido que volver a matizar: Bueno
los empresarios son malos, pero solo unos pocos son malos. Bueno, ¡es que
eso no lo dijo usted! ¡Es que usted criminalizaba a los empresarios y
prácticamente decía que todos los empresarios de este país son unos
sinvergüenzas, que se van a acoger de una manera fraudulenta a los
expedientes de regulación temporal de empleo! Pues el que lo haga, a por
él, no va a ser la mayoría; no va a ser la mayoría. Necesitan que les
apoye.
Empiezo por el Decreto 10/2020. ¡Resulta que el permiso retribuido termina
hoy! Es decir, que lo que votemos, como el decreto-ley despliega sus
efectos hasta el momento en el que se ha convalidado o derogado, pues el
permiso retribuido los trabajadores ya lo han tenido. Si alguien vota no,
que eso ha sido lo que nosotros hemos valorado en nuestro grupo,
¿quedaría en suspenso la posibilidad, por parte del empresario, de
recuperar esas horas? Parece algo responsable que apoyemos este real
decreto-ley con un voto afirmativo. Pero la instamos, de verdad, a que
nos llame, a que no salgan los decretos a las once y media de la noche.
Ya se ha dicho aquí también antes y no voy a insistir mucho en ello, a
las once y media todos pendientes del Boletín Oficial del Estado;
trabajadores y empresarios pendientes de si al día siguiente tenían que
levantar la persiana. Teniendo en cuenta, además, que si su sector no se
sabía muy bien, porque a veces era confuso, si estaba en los esenciales o
en los no esenciales, no podían salir de casa y se podían encontrar con
una multa por una mala interpretación de un mal decreto-ley -mal
explicado en cuanto a la redacción- de los servicios que se consideraban
no esenciales. Entonces, por favor, ¡no improvisen! ¡Llámennos, que
queremos colaborar, queremos ayudar!
Sin embargo, no podemos darle un voto de favor al Real Decreto-ley 9/2020,
señora ministra de Trabajo, no podemos. No podemos porque nos engaña.
Mire, yo he estado destinado durante muchos años en la jurisdicción
laboral, y leo Derecho Laboral porque me encanta el Derecho Laboral, ¡es
que me encanta! Y toda la vida ha habido una lucha de la izquierda por
acabar con el despido por causas objetivas y remitirnos únicamente al
despido causal con la indemnización que sea. Están aprovechándose de una
epidemia para poner su ideología encima de la ley. ¡Se están aprovechando
de la pandemia para hacer su programa! Mire usted, si lee la doctrina se
dará cuenta de que, precisamente, la doctrina justifica la existencia del
despido por causas objetivas en las situaciones de crisis. ¡De verdad, no
me diga usted que se imagina o cree que los juzgados de lo Social de
España van a dictar sentencias que no admitirían el despido por causas
objetivas, ¡por Dios!, porque no hemos tenido una pandemia, no hemos
tenido una epidemia! Dice usted que hay precedentes. ¡Dígame qué
precedentes de una epidemia sobre si el despido es por causas de fuerza
mayor o por causas objetivas! No pueden existir esos precedentes. Y no se
arrogue la potestad que tienen los jueces de interpretar el derecho.
Pero es que, además, también se ha dicho aquí, engaña usted a los
trabajadores, porque sale usted diciendo: Hemos prohibido a los
empresarios que despidan. No, ¡han prohibido a los empresarios que
despidan con una indemnización de veinte días! Lo han dicho también otros
intervinientes! Pueden despedir con treinta y tres días reconociendo la
improcedencia del despido, optando por la indemnización y pagando esta
indemnización, cosa que, por otra parte, a la gran empresa que ustedes
tanto combaten le va a dar igual, le va a suponer muy poco. ¿A quién va a
afectar? A la pequeña empresa de nuevo y al autónomo de nuevo es a quien
esto va a afectar; va a tener que cerrar su negocio; los trabajadores no
van a tener dónde volver. Van a convertir estas medidas en paro.
Protegen ustedes a los trabajadores temporales también, y nosotros eso lo
pedimos desde el primer momento, en una medida que consideramos buena: la
suspensión de los contratos temporales. Por eso la abstención; por eso no
votamos en contra. No es de recibo, señora ministra de Trabajo, que el
señor Garamendi salga en la televisión diciendo que se entera por el BOE
de estas cosas. Esos son los famosos agentes sociales, no solamente los
sindicatos; también la patronal. Hable con los dos, por favor. Ya le he
dicho que flexibilice los ERTE; ya le he dicho que no sospeche de los
malvados empresarios, que empresarios y trabajadores tienen que estar
absolutamente unidos.
Le he explicado la abstención. Le hago un ruego, casi le exijo, por favor,
llámenos, dialogue, dialogue, llámenos, queremos ayudar, queremos apoyar,
con lealtad, con exigencia, con responsabilidad; nos tendrá de su lado,
pero si quiere imponernos cosas ideológicas o dogmas no nos va a tener
jamás de su lado.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Bal. (Pausa.-Una trabajadora
del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Plural tiene la palabra el señor Rego Candamil.
El señor REGO CANDAMIL: Gracias, señora presidenta.
Señora ministra, el BNG advirtió desde el primer momento que esta crisis
social y económica provocada por la epidemia del coronavirus no la podían
pagar una vez más los mismos, los trabajadores y las trabajadoras, las
clases populares, y por eso abogamos por medidas fuertes y decididas de
protección del empleo y los derechos laborales. El Gobierno optó por
favorecer los ERTE en vez de prohibir de verdad el despido y apoyar a las
empresas para mantener los salarios, e incluso aquí acabaron cediendo a
las presiones empresariales y eliminando la garantía inicial de
mantenimiento del empleo durante seis meses post ERTE porque el Real
Decreto 11/2020 dice que esto se debe entender como la voluntad de la
empresa por mantener el empleo. Voluntad, no obligación.
La verdad es que toda esta secuenciación de decisiones provoca al menos
tres situaciones diferentes en el ámbito laboral: la de aquellas
personas, especialmente con contratos temporales y de ETT, que ya habían
sido despedidas antes del 14 de marzo, la de aquellas que pasaron a los
ERTE, ya más de 200 000 en Galiza, con pérdida de salario y de
vacaciones, y la de los que deben recuperar las horas no trabajadas, y
lamentablemente una cuarta, la de los trabajadores y trabajadoras que van
a ser despedidos. Sí, despedidos, porque a pesar de toda la propaganda
desplegada la realidad es que ustedes en el Real Decreto 9/2020 no
prohíben el despido, simplemente pasan a considerarlo despido
improcedente, lo que es positivo, claro, pero insatisfactorio. Usted
misma lo reconocía en esta tribuna cuando pedía a los empresarios que no
despidiesen. ¿Pedía o prohíbe? Está claro: Pide porque no prohíbe. Por lo
tanto, lo último que debe hacer es crear falsas expectativas que no
tienen nada que ver con la realidad.
Más allá de estos decretos al BNG le preocupan los caminos que parecen
escoger para salir de esta crisis. Ahora hablan ustedes de reeditar los
Pactos de la Moncloa, una referencia a ese gran acuerdo económico y
social que desde nuestro punto de vista no es en absoluto la vía que hay
que seguir. Los pactos de 1977 que el PSOE, el Partido Comunista,
Comisiones Obreras y UGT acordaron con los últimos gestores de la
dictadura supusieron pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores,
precarización, despido libre y, en el plano político, limitación de las
transformaciones de calado que era necesario realizar para romper de
verdad con la dictadura. Supusieron para tranquilidad de los
postfranquistas, reconvertidos rápidamente en demócratas, acotar las
transformaciones políticas profundas que la sociedad reclamaba para una
verdadera ruptura democrática, y muy especialmente supuso cerrar el paso
a la creciente exigencia popular del derecho de autodeterminación de las
naciones como Galiza que formamos parte de ese Estado. La cuestión es:
¿Qué es lo que quieren pactar ustedes ahora con esa derecha cada vez más
ultra o con esa derecha ultraespañolista cada vez más desacomplejada,
heredera de la dictadura?, ¿esas derechas tan retrógradas que tildan de
socialcomunistas medidas que quedan muy por detrás de las adoptadas en
otros países europeos? Para esas derechas, cuando se trata de los
derechos de los trabajadores y trabajadoras y de los pueblos, muy poco
les parece mucho. Poco lo juzgan excesivo. Para nosotros y le aseguro que
también para los trabajadores y las trabajadoras gallegas afectadas por
esta crisis, muy poco siempre será muy poco y lo injusto siempre será
inaceptable.
Sinceramente, las medidas de protección social que han adoptado nos
parecen muy pocas y también, en algunos aspectos, injustas. Por eso nos
vamos a abstener.
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Rego. (Pausa.-Una trabajadora del
servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de oradores).
Muchas gracias.
Por el mismo grupo parlamentario, tiene la palabra el señor Errejón
Galván.
El señor ERREJÓN GALVÁN: Gracias, señora presidenta.
Está recorriendo todo el debate en el día de hoy esta afirmación -es ya un
poco vieja, pero se puso de moda hace un tiempo-de que hay que tener los
debates sin ideología. Ya se puso de moda en los noventa que había que
tener las discusiones sin ideología porque en realidad la historia se
había acabado y el paso siguiente ya era cerrar los parlamentos, porque
para qué vamos a discutir, que lo hagan los técnicos entre ellos. Yo creo
que quien no reconoce que tiene una ideología en realidad trata de
ocultarla. ¡Claro que los debates en los parlamentos son ideológicos!
¡Bienvenidos sean! Este es el único sitio donde son ideológicos, en el
resto de los sitios se impone el ordeno y mando de quien tiene más poder
o más privilegios.
Decía antes el señor Garcés, el portavoz del Grupo Popular, que estamos en
una economía liberal que se basa en la libertad individual. No, ni lo
primero ni lo segundo. No se basa en la libertad individual porque las
libertades que dependen del dinero que uno tenga son privilegios, y
porque yo creo en un concepto republicano de la libertad por el cual uno
es libre cuando tiene las condiciones para no depender del capricho de
otro. Pero tampoco es exactamente una economía liberal esto. Yo siempre
tengo la sensación de que cuando decimos neoliberales o les da un poco
igual o casi es un elogio. Es una especie de neoliberalismo del embudo:
es un neoliberalismo en el que, cuando va bien, los más ricos se escinden
de la sociedad -hay un libro magnífico que me acabo de terminar que se
llama La secesión de los ricos- y no pagan impuestos, no pertenecen a sus
países, no usan los servicios públicos y se van a vivir lo más lejos
posible de la gente, pero, cuando va mal, las deudas y las pérdidas se
socializan y entonces sí nos acordamos del Estado, y ahí sí nos acordamos
de la sociedad. Es una especie de socialismo para ustedes y de sálvese
quien pueda para el resto del mundo.
¿Por qué digo eso? Porque empezamos a discutir de la paralización de las
actividades esenciales cuando la paralización de las actividades
esenciales ponía a algunas personas como carne de cañón de los contagios,
y dijimos: Hay que paralizarlas para que la gente más vulnerable no siga
viajando hacinada o no siga saliendo a trabajar para que uno gane mucho
contagiándose. Fue una buena decisión paralizarlas. Tardamos tres
semanas. Son tres semanas que se notaron, pero fue una buena decisión
paralizarlas. Ahora bien, dijimos: Una vez que hemos paralizado las
actividades no esenciales de la economía, la única manera de que el
confinamiento no se convierta en miedo al desempleo o al desamparo es la
cooperación social cristalizada en instituciones, es decir, que el Estado
intervenga y proteja. Y ahí es verdad-lo han recordado más portavoces-
que los más firmes defensores de la mano invisible debían de estar en el
baño porque nadie dijo nada y todo el mundo reconoció que en las malas
tienen que ser el Estado y tienen que ser las instituciones.
Ahora bien, en este segundo frente de batalla, no contra el miedo al virus
sino contra el miedo al desamparo, es donde nosotros creemos que el
Gobierno está yendo un poco por detrás de los acontecimientos. Nosotros
vamos a votar a favor del Decreto 10/2020, que paralizaba la actividad
económica, cuidando de aquellos que paran con permiso retribuido, de los
trabajadores que se quedaban en casa. Votamos a favor y nos gustaría que
lo que regula se extendiera: no nos parece sensato mandar a la gente otra
vez al trabajo y a los transportes públicos el martes, presione quien
presione. Nos gustaría que se extendiera. Sin embargo, creemos que es
insuficiente el Decreto 9/2020, que deja a la intemperie a millones de
españoles.
Hay muchas medidas que valoramos positivamente. Valoramos positivamente,
no le negaré, por ejemplo, la agilización y fomento de los ERTE, me
parece muy buena medida que los trabajadores temporales puedan seguir
acogidos a un ERTE, aunque finalice su contrato, eso está muy bien y creo
que han tomado una muy buena decisión, o que para los trabajadores
indefinidos no compute el cálculo de desempleo mientras están acogidos a
un ERTE. Pero el problema es que, si no se toman medidas muy valientes y
muy decididas, esta crisis la acaban pagando los de siempre. Hay más de
4,5 millones de trabajadores temporales o en precario en España, que es
uno de los grandes problemas que tiene nuestra economía, que intentamos
salir de la crisis de 2008 con devaluación salarial, con más ajuste y con
más precariedad y, entonces, cuando llega la siguiente crisis, esta, que
no es culpa de nadie, lo que no deberíamos hacer es tropezar dos veces
con la misma piedra porque nos coge mucho más débiles y resulta que estos
4,5 millones de trabajadores temporales no pueden pagar los platos rotos.
Resulta que en los catorce días que van desde el estado de alarma, 14 de
marzo, hasta estos decretos, el 27 de marzo, cientos de miles de
trabajadores son despedidos, se quedan en la calle, y casi siempre son
los más débiles, casi siempre son los más vulnerables. Nuestro primer
problema es que este decreto es que no contempla medidas retroactivas y,
por lo tanto, deja a la intemperie a todos aquellos a los que ya les
sucedió y a todos ellos no se les puede dar por respuesta que llegamos
tarde porque el despido no llegó tarde, la pobreza y la precariedad
siempre llegan y las facturas siempre llegan, pero quien no puede llegar
tarde en este caso es el Estado.
En segundo lugar, hoy, y usted lo sabe, señora ministra, en España se
sigue despidiendo. Todos los días se sigue despidiendo, y uno diría:
bueno, ¿cómo se va a seguir despidiendo si el despido está prohibido?
Porque el despido no está prohibido, el despido se ha encarecido un poco,
no lo suficiente porque el problema, señores del Partido Popular, es que
esto no es una cosa de buenas o de malas intenciones. Resulta que
ustedes, que son los amos del punitivismo, cuando hablamos de derecho
laboral dicen que el problema es que consideramos a los empresarios
buenos o malos. Ni buenos ni malos, derecho; ni buenos ni malos, normas
para que las cumpla todo el mundo. ¡A mí que más me da si los empresarios
son buenos o malos, como si los trabajadores son buenos y malos! Que haya
derecho y que se cumplan las normas. ¿Para qué? Para que recuperemos la
construcción económica, para que reconstruyamos la economía de nuestro
país, no en base a la devaluación salarial sino en base a la
competitividad, a la diversificación de la economía, no ajustando siempre
por debajo. Ustedes podrían haber decretado, podrían haber explicitado en
el decreto que el despido era nulo, pero, en cambio, lo hicieron
improcedente y, por tanto, se encareció un poquito más pero, sin embargo,
se sigue despidiendo y eso significa que se sigue quedando mucha gente a
la intemperie.
Se ha dicho antes, y lo digo a toda velocidad, con respecto a los
autónomos: necesitan que les aliviemos los gastos, los gastos de
alquiler, los gastos de maquinaria; necesitan que vigilemos que los
bancos están utilizando los avales del Estado para dar créditos a quien
realmente lo necesite; necesitan que les suspendamos ya la cuota de abril
para que no les pase como les ocurrió con la de marzo y necesitan,
¡hombre!, que el 75 % de pérdidas que se pone para acogerse a las medidas
está muy bien si tu facturas 10 000 pero, ¿y si facturas 1000? ¿Tienes
que esperar a haber perdido el 75 % para acogerte a las medidas?
Y cierro con una cuestión: todas estas medidas las tiene que pagar
alguien, y esto es como la ideología, el que no la dice ya está diciendo
quien lo paga. En cuanto a todas estas medias, en las que en muchos casos
el Estado se adelanta y lo hace de forma valiente y asume muchos costes,
por ejemplo, en los ERTE, si no se movilizan recursos, ya sabemos lo que
van a ser; van a ser o deuda o recortes. Está bien pedirle a Europa, y lo
hemos dicho -y ojalá la derecha, que es tan patriótica cuando se trata de
insultar a otros pueblos del Estado español, se sumara en este caso al
patriotismo para exigir que los poderes financieros no pisoteen la
soberanía española-, está bien exigir dinero a Europa, pero hay que
movilizar dinero aquí. Sin una reforma fiscal justa, que haga que quien
más tenga contribuya, al menos como contribuyen sus socios europeos, nos
tememos que una parte de estas modificaciones se puedan convertir o en
deuda -y, por tanto, una crisis de deuda- o en recortes.
Señora ministra, lo decía antes, nosotros esperábamos más del Gobierno y
esperamos más del Gobierno, no vamos a acompañar este decreto, no lo
vamos a impedir y seguimos diciendo que la única solución a la crisis del
coronavirus y a la crisis económica posterior es un plan de
reconstrucción nacional con justicia social, que para nosotros pasa
centralmente por la transición ecológica y el empleo verde.
Muchísimas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Errejón. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Republicano tiene la palabra el señor Rufián
Romero.
El señor RUFIÁN ROMERO: Muchas gracias, señora presidenta.
También intentaré ser breve, aun siendo dos reales decretos bastante
densos e importantes pero por el aprecio que les tengo a casi todos
ustedes no alargaré este Pleno más allá de las más de diez horas.
Una previa: apoyar, como no puede ser de otra manera, las reivindicaciones
que han hecho mis compañeros Óscar Matute y Mireia Vehí, de Bildu y de la
CUP, en cuanto a la población reclusa se refiere, especialmente a
nuestros compañeros y compañeras injustamente encarcelados. Desde aquí
una abraçada, companys i companyes, y denunciar las amenazas de hace
pocos días, más propias de matones de discoteca que de jueces del
Tribunal Supremo. Es una auténtica vergüenza.
Señora ministra, le haremos propuestas, como siempre, propuestas
socialcomunistas, como les gusta al ABC y a VOX. La primera de ellas ya
se ha dicho: reducción de los despidos. Lo anunciaron pero no lo
cumplieron. Ustedes presentan lo siguiente, y leo literalmente: No
tendrán la consideración de causa justificativa de despido las
situaciones de fuerza mayor y las causas económicas, técnicas,
organizativas y de producción en las que se amparan las medidas de
suspensión de contratos y reducción de jornada previstas. Traducción:
ustedes no anulan o prohíben los despidos, tal y como anunciaron, ustedes
transforman los despidos en improcedentes durante este confinamiento.
Para que todo el mundo lo entienda, no se considera prohibido despedir,
se considera improcedente despedir. Además no de forma retroactiva. ¿Qué
pasa, señora ministra, por ejemplo, con la primera oleada de despidos?
Claramente, desde nuestro punto de vista, no basta con muchas de las
medidas, no basta con recomendar no despedir, no basta con agilizar el
cobro de la prestación y garantizar que no afecta al cobro de la
prestación futura, ni tan siquiera basta con declarar improcedente
despedir. Solo basta con dar a los trabajadores y trabajadoras de este
país la seguridad social y moral de que no van a perder su puesto de
trabajo por un abuso de empresarios desalmados durante este
confinamiento. Y eso solo pasa por la prohibición.
Por cierto, una gran forma de evitarnos todos estos debates sería que
ustedes aprovecharan algunos de estos reales decretos para derogar de una
vez por todas la reforma laboral. Aprovecho para advertir que Esquerra
Republicana analizará todos y cada uno de los ERTE presentados y
aceptados hasta ahora. Hay ciertos ERTE que chirrían enormemente. No
puede ser que empresas que hasta hace poco más de un mes eran torpedos
económicos, eran el Silicon Valley de España, de repente tengan que
presentar un ERTE porque no pueden aguantar a pulmón más de veinte días.
Algo no funciona.
La segunda principal propuesta que le hacemos -aquí sí quiero ir un poco
más al detalle, porque consideramos que es muy importante- es algo tan
ambicioso como necesario. Desgraciadamente ha tenido que llegar una
pandemia para que a algunos le suene bien o pueda ser factible algo en lo
que por cierto llevan trabajando -me quiero acordar de ellas- tres
compañeras a las cuales saludo desde aquí: María Dantas, Najat Driouech y
Ana Surra. Para mí y para mi partido, sobre todo, es un orgullo tenerlas.
Lo explico. Hoy solo en Cataluña -solo en Cataluña- una de cada cinco
muertes por o con coronavirus es en una residencia de ancianos, 646 desde
el 15 de marzo, y se estima que 1261 residentes más conviven infectados,
de un total de más de 64 000 enfermos. Estamos hablando de que 191
residencias tienen positivos de un total, solo en Cataluña, de 1073
centros. Dichas residencias cuentan con 75 000 profesionales, de los
cuales solo hoy y solo en Cataluña 3469 están ya aislados, son
trabajadores positivos, y cada día que pasa las cifras se incrementan. Si
los hospitales, si la sanidad está al borde del colapso, las residencias
de ancianos lo sobrepasaron hace días. La situación es dramática. Faltan
y faltarán profesionales sociosanitarios. Así que nosotros le proponemos
la regularización exprés de cuantas personas migradas en situación de
irregularidad administrativa haya, así como la homologación de cuantos
títulos de grado o de ciclo formativo en Medicina, Farmacia, Odontología,
Enfermería, Fisioterapia, Asistencia Social o cualquier otro ámbito del
cuidado de las personas tengan. La premisa es muy sencilla: llenar esta
crisis de enfermeros, de médicas, de asistentes, y no de militares. Y,
sobre todo, que unos papeles no sean un obstáculo para ello y hacerlo de
manera permanente. Regularizar a esta gente durante esta crisis para
cuando pase despedirla, no solamente sería racista sino que sería
inhumano. Si el colapso sanitario y la humanidad no son criterios
suficientes para algunos de ustedes, les recomiendo que lean el artículo
127 del Código de Extranjería, que ya contempla regularizaciones exprés
en situaciones como esta de forma taxativa, y es un código que
aplaudieron y aprobaron algunos de los patriotas que hoy aquí nos
contemplan. Simplemente pedimos que apliquen la ley; una ley que, por
cierto, como saben, Esquerra Republicana siempre ha defendido derogar,
bajo una premisa muy clara: no hay ningún ser humano ilegal. Un ejemplo:
¿saben que están haciendo los manteros de Barcelona, aquellos que
habitualmente son apaleados -da igual el Gobierno que sea, da igual el
ayuntamiento que sea- en las calles? Están haciendo mascarillas y batas
para la gente con pocas máquinas de coser en un local de Barcelona. Eso
es lo que están haciendo los manteros de Barcelona.
La tercera propuesta que le hacemos es que el reloj de la prestación por
desempleo se pare. Les pedimos que tomen nota; en la medida en que ahora
es literalmente imposible encontrar trabajo, no debería tenerse en cuenta
este tiempo en el cobro del paro.
La cuarta medida es ampliar, porque creemos que son insuficientes, las
medidas de protección laboral a los trabajadores y trabajadoras
contratados en régimen de fijo discontinuo. Si ya de por sí es una
tipología de trabajo precaria entre las precarias, no protegerlos ahora,
no protegerlos más sería condenarlos definitivamente. Por cierto, si
algún tiene dudas -como somos de izquierdas estamos acostumbrados,
siempre tenemos que justificar de dónde sacamos el dinero para nuestras
propuestas-, dos ideas: los 60 000 millones de euros del rescate a la
banca y, sobre todo, los 100 millones de comisiones saudís.
Acabo con algo poco habitual en política, que es felicitándola, señora
ministra. Más allá de las discrepancias que tenemos y que seguramente
tendremos, deseo felicitarla. Creo que es importante que el político o la
política tenga en el pecho no un manual de Ciencia Política sino un
corazón, y que se lo crea. Yo creo que al menos usted se lo cree y, sobre
todo, demuestra algo importante en política, que es lo que marca la
diferencia: la comunicación.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rufián. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchísimas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú
Podem-Galicia en Común, tiene la palabra el señor Santiago Romero.
El señor SANTIAGO ROMERO: Gracias, presidenta.
Señorías, en primer lugar, deseo mostrar todo nuestro cariño y
solidaridad, como no puede ser de otra forma, con las personas que siguen
enfermas, que van enfermando por esta pandemia y con las familias de las
personas que, desgraciadamente, han fallecido. Nuestro agradecimiento
también a todas las personas trabajadoras que, por un escaso salario,
están garantizando el funcionamiento de nuestro país, con riesgo de sus
vidas y su integridad para cuidarnos y protegernos. El primer mensaje:
estamos seguros de que todo va a ir bien. Estamos en deuda con vosotras y
en este grupo parlamentario nos comprometemos, como siempre, a trabajar
por mejorar vuestras vidas ahora y cuando acabe la emergencia. Y lo
afirmo hoy, que es el 43.º aniversario de la última legalización del
Partido Comunista de España; la tercera legalización y espero, visto el
ambiente, que esta vez sea la definitiva y no tengan que volver a
legalizarnos otra vez. (Aplausos).
Hoy tenemos que convalidar dos reales decretos-leyes que son armas de
nuestro pueblo contra la pandemia. Por eso nuestro voto va a ser
favorable y pedimos el voto favorable a toda la Cámara. Felicitamos a la
señora ministra por este trabajo porque el Real Decreto-ley 9/2020
contiene más medidas para que esta crisis no la paguen las personas
trabajadoras. Y digo más porque en cada Consejo de Ministros se van
aprobando nuevas medidas y también por aquellas fuerzas políticas a las
que siempre les parece insuficiente. Les ruego que vean el acumulado y
que esperen al próximo Consejo de Ministros, donde se van a seguir
aprobando medidas; es decir, lo contrario de lo que ha sido habitual en
España en alguna de las anteriores crisis, donde siempre han pagado los
trabajadores y las trabajadoras. Por eso felicitamos a la ministra,
porque se prohíba despedir con indemnizaciones de miseria durante la
emergencia sanitaria. Además, nosotros y nosotras esperamos que esa
medida se pueda mantener después de la emergencia y vamos a trabajar para
ello. La felicitamos porque continúen sin finalizar durante la emergencia
los contratos temporales que han quedado suspendidos, ya que, como ha
dicho la ministra, el 70 % del empleo perdido en marzo han sido contratos
temporales. Felicitamos que se garantice el mantenimiento de la actividad
de los centros sanitarios y de servicios sociales, lo que también es muy
importante y es gracias a este decreto; y que se adopten medidas para
perseguir el fraude en los ERTE porque no se puede, no es correcto,
despedir cuando las empresas están recibiendo ayudas porque esa es su
razón de ser. También la felicitamos porque las cooperativas agilicen los
procesos para acogerse a las medidas de apoyo social, y porque se agiliza
la tramitación de las prestaciones por desempleo para los trabajadores
afectados por los ERTE o por las reducciones de contrato. Señora
ministra, estas medidas son admiradas en toda Europa unánimemente, son
equilibradas. La animamos a que tomen medidas para que desde el Gobierno
se garantice, a la mayor brevedad, que todas estas ayudas se cobran; para
que vigilen al sistema bancario porque todas las personas trabajadoras
tienen que beneficiarse rápidamente de estas medidas. Estemos vigilantes
para que esos avales puestos a disposición del sector empresarial sirvan
para que todos los trabajadores y trabajadoras cobren rápidamente estas
ayudas.
También convalidamos hoy el Real Decreto-ley 10/2020 que establece la
paralización temporal de la actividad productiva no esencial, que es una
medida que han solicitado todas las fuerzas políticas -no voy a citar las
distintas declaraciones- unánimemente. Es una medida que ha habido que
acordar porque las empresas podían haberla aprobado utilizando el
artículo 34.2 del Estatuto de los Trabajadores y no quisieron o no
pudieron hacerlo. Es una paralización mediante un permiso retribuido
recuperable, es decir, no lo pagan las empresas, lo paga el esfuerzo de
los trabajadores. Y recuerden, en un país que está aburrido de realizar
horas extras que no se pagan -no se pagan, es prácticamente deporte
nacional- y,
a pesar de eso, los trabajadores van a recuperar estas horas extras para
que este permiso sea un permiso que finalmente paguen ellos, los
trabajadores y las trabajadoras. Pero nosotros y nosotras pedimos un
esfuerzo a quienes más tienen, que son las empresas que han tenido
beneficios en los años 2018 y 2019, porque estamos ante una medida
excepcional y ante una situación excepcional para garantizar la salud de
los trabajadores, de toda la sociedad, para evitar que se expanda la
pandemia y para el mantenimiento también del máximo de la actividad
económica, la que se considera ahora esencial. Y ante discrepancias sobre
lo que se puede considerar esencial, este grupo y creo que el Gobierno
están dispuestos a dialogar con cualquier fuerza política para perfilar
cuál es el contenido de esa actividad esencial.
Lanzamos un mensaje a las empresas para que tengan tranquilidad con este
grupo parlamentario, porque este grupo parlamentario defiende y va a
defender la soberanía industrial de nuestro país, la recuperación de la
soberanía industrial. Y frente a las empresas apátridas que deslocalizan,
que no quieren pagar impuestos y que abundan en el fraude fiscal, vamos a
hacer todo lo posible para que el sector industrial nacional sea cada día
más fuerte y se cree más empleo en nuestro país, pero para eso hay que
pagar impuestos. No se preocupen, yo quisiera aclarar que en este país el
impuesto sobre sociedades solo lo pagan las empresas que tienen
beneficios; la empresa que no tiene beneficios no tiene que pagar el
impuesto sobre sociedades. Lo que no se puede hacer es proponer el
milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Los milagros no
existen. Si no se recauda fiscalmente, si no pagan los que tienen
beneficios, es imposible soportar esta situación. Nos enfrentamos a una
emergencia sanitaria y nuestro principal objetivo es proteger la salud de
todo un pueblo, no de unos sí y de otros no, de todo un pueblo.
No es aceptable que en este momento se haga política con la muerte o se
mienta en lugar de centrarnos en sacar adelante medidas que resuelvan la
situación. Cualquiera puede equivocarse, pero a nadie se le va a perdonar
una mentira más. Provoca indignación el esfuerzo de algunos por
multiplicar el shock y el pavor en una sociedad golpeada hasta la
extenuación en las últimas semanas. Y hemos sufrido suficiente enfermedad
y muertes, no es necesario que haya gente que se dedique a buscar,
inventar y difundir aún más fotos de ataúdes. Tras sucesivos recortes de
presupuestos sociales y de sanidad, la enfermedad claro que nos ha
llegado, qué esperaban, pero que nadie utilice una tragedia para mentir
por interés político. Estos días hemos sufrido al ver innumerables
personas fallecidas en depósitos que han tenido que ser rápidamente
improvisados. Nadie ha ocultado eso, nadie lo ha ignorado. No era
necesaria la actuación indigna de hacer circular fotos de muertos en
naufragios en Italia o de fallecidos en hospitales de otros países como
si fueran víctimas de la pandemia en España. Nadie debería haber sido tan
indigno como para manipular una foto de la Gran Vía llenándola de
ataúdes, es una indignidad. O ante el inmenso drama de la falta de
equipos de protección en España, nadie debería haber sido tan vil como
para difundir un vídeo de almacenes repletos de paquetes de papel de
fotocopia y decir que son equipos de protección que este Gobierno permite
que salgan de España. Mientras el Gobierno y las instituciones han puesto
en marcha el mayor esfuerzo sanitario y social nunca conocido ante una
emergencia, otros dedican sus esfuerzos y sus recursos a poner en marcha
una organización criminal del bulo y la mentira, que funciona
intensamente con la única finalidad de desestabilizar las instituciones y
atacar al Gobierno de todos los españoles expandiendo mentiras a los
cuatro vientos. Les voy a recordar un reciente auto de un juzgado de lo
Social de Madrid que dice -literal-: En situaciones calamitosas es
necesaria la unidad de acción, en ello radica el auténtico patriotismo.
En situación de guerra -en la que afortunadamente no estamos-, los
desinformadores, los que desmoralizan y desmotivan a la población civil
son condenados por traición a las más graves penas por connivencia con el
enemigo. Lo dice el juez de lo Social de Madrid. Ojalá que todos los
esfuerzos y recursos disponibles se aplicaran solamente a salvar vidas, a
colaborar con la emergencia y con este Gobierno, no a causar más dolor
del que ya causa por sí sola la pandemia. Ojalá que dejaran tanto odio y
pudieran apoyar a todas nuestras instituciones, no solo al Gobierno, a
todas nuestras instituciones, en el más difícil trance que ha sufrido
España en las últimas décadas, aunque solo fuera por unas semanas.
Nosotros preferimos mostrar las fotos de la vida en lugar de las fotos de
la muerte, las fotos de las personas a las que salvan nuestros
precarizados y mal pagados profesionales de la sanidad, preferimos las
fotografías de los que se curan cada día, de los que no enferman gracias
a las medidas de emergencia y confinamiento. Fotos de los que aún pueden
conservar su empleo o unos ingresos gracias a que los grupos que apoyamos
al Gobierno seguimos trabajando por garantizar una vida digna a nuestros
compatriotas con estos decretos que hoy venimos aquí a convalidar, para
salvar el empleo y la actividad económica, para aprobar medidas como
estas que permitan salir de la emergencia. Es lo que hace este
Gobierno, cuya actuación ha sido felicitada y reconocida por reconocidos
expertos. Yo les digo ahora que la universidad Imperial College London
mantiene que las medidas de previsión en España han salvado la vida de al
menos 16 000 personas; y ya no voy a repetir lo que se ha dicho sobre la
Organización Mundial de la Salud, que evidentemente no ha sido tomada por
los malvados chinos, ni muchísimo menos; no he oído una cosa tan loca en
mi vida.
Pedimos a la oposición que haga como hace la oposición democrática en los
demás países del mundo, ofrezcan esperanza y colaboración; digan, aunque
sea una vez: todo irá bien. Piensen que en unos meses o años les
preguntarán a ustedes sus seres queridos: ¿y tú qué hiciste para que todo
fuera bien? Ojalá que entonces no tenga nadie que avergonzarse. Apoyen
hoy la convalidación de estos reales decretos-leyes. Y hoy, como ya he
dicho varias veces, salud; hoy más que nunca mucha salud a todo nuestro
pueblo y con confianza porque todo va a ir bien.
Gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Santiago. (Pausa.-Una
trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la tribuna de
oradores). Muchísimas gracias.
Por el Grupo Parlamentario VOX, tiene la palabra el señor Espinosa de los
Monteros de Simón.
El señor ESPINOSA DE LOS MONTEROS DE SIMÓN: Gracias, señora presidenta.
Señora ministra, hoy, Jueves Santo del año 2020, nos encontramos en un
momento trascendente; después de un mes de crisis sanitaria, se abren
ante nosotros dos crisis adicionales también importantísimas: una crisis
institucional y una crisis económica. Dejaré aquí constancia brevemente
de lo grave que nos parece el ataque por parte del Gobierno y sus aliados
a las instituciones democráticas, que es una manera de alimentar la
crisis institucional, como certeramente señaló esta mañana nuestro
presidente, Santiago Abascal. En cuanto a la forma tan preocupante en la
que están ustedes gestionando la crisis sanitaria, me remito a las
magistrales intervenciones de nuestro doctor Steegmann en esta Cámara.
Por tanto, en mi intervención de hoy me ceñiré estrictamente a la crisis
económica que amenaza España, cuya seriedad quizá se está infravalorando
y, por supuesto, a sus consecuencias para el empleo. (El señor
vicepresidente, Gil Lázaro, ocupa la Presidencia).
Señorías, no tengamos ninguna duda, España afronta la peor crisis
económica por lo menos desde la Guerra Civil. Llevamos tiempo diciendo
que el impacto económico de esta pandemia puede ser el shock más
importante que recuerde cualquier español de menos de cien años de edad.
Sus consecuencias podrían ser temporales, pero también pueden ser
devastadoras, y lo serán si no somos capaces de tomar decisiones que
protejan nuestra economía y si a la hora de reconstruir el país, nos
encontramos con que ya no quedan empresas ni pymes ni autónomos capaces
de producir porque la crisis y las medidas decretadas por el Gobierno se
los han llevado por delante. Este es el contexto, la urgencia y la
trascendencia de este debate. Y el debate es especialmente importante
porque aquí se contrastan dos modelos opuestos y difícilmente
compatibles: el modelo comunista, que pretende castigar para luego
expropiar el tejido productivo, y el modelo de defensa de libertad, que
pretende preservar el tejido productivo en tiempos de crisis y fomentar
su crecimiento después. Es así de sencillo: con su modelo la crisis será
durísima y de consecuencias imprevisibles; con el nuestro, la prosperidad
generada garantizará el empleo existente y creará nuevas oportunidades
para el futuro.
Por eso, señora ministra, el Grupo Parlamentario VOX va a hacer hoy lo que
probablemente haría alguno de sus compañeros en el Consejo de Ministros
si pudiera obrar libremente, lo que estoy seguro que hizo la ministra
Calviño en el Consejo de Ministros con los reales decretos-leyes 9/2020 y
10/2020 que es rechazarlos. Y como somos un grupo responsable y serio, lo
que haremos a continuación es repasar las medidas alternativas que
propone VOX y que conducirían a España a un futuro mejor. Seamos claros,
este Gobierno no cree en la libertad, este Gobierno no pretende fomentar
la prosperidad, y no es fácil entender por qué, pero algunos de ustedes
han crecido en el odio y en el resentimiento hacia los que crean empleo y
hacia los trabajadores que prosperan, quizá porque lo único en lo que
creen ustedes, los comunistas de salón, es en el "exprópiese", y qué
mejor manera de expropiar la economía española que conducirla primero a
la ruina, para luego rescatar a los españoles con generosos pagos de
rentas universales básicas desde el Estado. Y encima pretenden que se les
apoye. Ustedes son como unos piratas que hunden un gran barco en buen
estado y luego pretenden el agradecimiento de los náufragos porque les
arrojan un bote salvavidas. Por desgracia, ustedes que han crecido con un
gran desprecio por la España que madruga, que nunca han visitado un
centro productivo ni en la excursión del colegio, que odian a los que se
esfuerzan precisamente para mantenerles a ustedes con sus impuestos,
ustedes son
los que le van ganando la batalla a la señora Calviño; y mire que lo
lamento por ella, porque podemos discrepar en muchas cosas, pero al menos
le tenemos un cierto respeto y le deseo más triunfos que derrotas en los
siguientes consejos de ministros. No creo que se lo deseen tanto quienes
comparten mesa con ella en el gabinete, ni son leales ni son discretos.
Por eso, toda España sabe que con estos reales decretos Pablo Iglesias
ganó y la señora Calviño perdió, y con ella se perdió cualquier esperanza
de sensatez en un Gobierno, ya sin ambages, comunista. Algún día, pronto,
la base socialista hará como ya hacen los veteranos líderes de su
partido, le pedirá cuentas a Pedro Sánchez de por qué el viejo Partido
Socialista Obrero Español se ha entregado y se ha dejado arrastrar por la
inexperiencia, el desconocimiento y la ineptitud de los adanistas que no
tienen nada sólido que aportar a un Gobierno y sí añaden tanto riesgo a
la mera supervivencia de nuestra economía. La confesión del presidente
era cierta pero incompleta: con Pablo Iglesias en el Gobierno él no
dormiría tranquilo en la Moncloa, pero tampoco puede dormir tranquila la
España productiva, porque la misma noche de la aprobación de estos reales
decretos Iglesias ordenó al Gobierno dar un giro de 180 grados que
irremediablemente condena a miles de empresas, pymes y autónomos al
cierre de sus negocios, a cientos de miles de trabajadores al paro y a
España a abordar una recuperación con el sector productivo seco.
La última vez que tuvimos oportunidad de debatir en esta Cámara les insté
a priorizar la defensa de nuestro tejido productivo, les dije que su
supervivencia depende de cómo salgamos de esta crisis; de que salgamos de
la crisis sin una pyme menos, sin un empleo menos va a depender nuestra
capacidad de recuperación. Por eso, en mi última intervención insistí en
garantizar la liquidez y el empleo. En primer lugar, la liquidez, antes
de que la falta de circulante derivase en el cierre de empresas. Les
decía desde esta tribuna que carece de sentido quitarle el agua a una
planta para volver a regarla una vez que ya está seca, de lo que se trata
es de que no se seque. ¿Y qué han hecho ustedes? En lugar de hacer como
les pedimos y cancelar el pago de impuestos y de cotizaciones sociales
para reducir al máximo el coste de unas pymes que ya han dejado de
obtener ingresos, han optado por lo contrario; han mantenido su elevación
de impuestos y, a la vez, han prohibido los despidos -o al menos lo han
anunciado-, pero sin ayudar de ninguna forma a las empresas a las que
ustedes exigen que sigan atendiendo los salarios de unos empleados
obligados a encerrarse en sus casas; es decir, abocando a la quiebra a
pymes que no podrán soportarlo financieramente y, con ello, al desempleo
de plantillas completas cuando, en otras circunstancias, quizá se habrían
salvado al menos parte de los empleos. Desgraciadamente, ya conocemos el
resultado porque ya hay una parte de ese tejido productivo, una parte de
esa planta, que se ha secado. En lo que llevamos de crisis, 122 000
empleadores en España, 122 000 empresas y autónomos con asalariados a su
cargo se han perdido; eso es más o menos el 8,2 % del total de empresas
activas, según los datos de estadística de códigos de cuenta de
cotización que elabora mensualmente la Seguridad Social. Su promesa de
dotar con cientos de millones de liquidez a las empresas con garantía del
Tesoro Público se está desplegando con una lentitud exasperante, una
lentitud que asfixia sobre todo a autónomos y pequeñas empresas; empresas
que reclaman circulante para pagar sus nóminas e impuestos y que lo
necesitan urgentemente. El primer tramo de 20 000 millones tuvo una
demanda del doble de lo repartido; fue insuficiente. Y mientras esos
fondos llegan, nuestras empresas siguen teniendo que pagar los impuestos,
como esos 3,2 millones de autónomos que ya han pagado su cuota de marzo.
La liquidez debe ir orientada a evitar temporalmente drenar los recursos
de las empresas a través de los impuestos. Así se lo trasladó VOX desde
el principio y, aunque ustedes se han resistido, confiamos en que
finalmente rectifiquen, porque los aplazamientos y moratorias en el pago
de impuestos, que no son condonaciones, no suponen un trastorno
irreversible para las arcas del Estado, pero su pago sí lo supondría para
miles de negocios que necesitan con urgencia recursos para evitar el
cierre.
En segundo lugar, les hablé de la importancia del mantenimiento del
empleo. España tiene que salir de esta crisis con todo su talento
intacto, y eso solo se logra evitando los despidos a la vez que se impide
la quiebra de las empresas obligadas a cerrar por decreto. Por eso desde
VOX hemos propuesto una medida excepcional para un momento excepcional
como el que estamos viviendo: que el Estado asuma durante tres meses el
pago de las nóminas de todos aquellos españoles que, como consecuencia
del confinamiento decretado por su Gobierno, no pueden trabajar -bien los
que han sufrido un ERTE, bien los que han tenido que quedarse en casa por
la normativa que no les permite salir-, y que el Estado pague una prima
de un 20 % como compensación a los trabajadores de los sectores
estratégicos que están desarrollando una labor ejemplar durante esta
crisis para que nuestros servicios básicos sigan funcionando. Y ello para
que tengamos la tranquilidad de que todos nuestros trabajadores, nuestros
comerciantes, nuestros autónomos, tienen una cobertura durante este
tiempo de tres meses y de que
podemos salir de este túnel en perfectas condiciones y con nuestras
empresas vivas. Y es que si durante décadas los españoles hemos estado
sosteniendo al Estado, es el momento de que el Estado sostenga a los
españoles. Tengamos en cuenta que esta medida tan sencilla de implementar
tiene a la vez el doble propósito de inyectar liquidez y preservar el
empleo, y no nos cansaremos de repetir que liquidez y empleo son las dos
claves para salir de esta situación.
El virus que ha acelerado la crisis económica que ya se venía viendo
procede de China, y parece que en chino la palabra crisis se representa
con un símbolo que significa peligro y con otro que significa
oportunidad. Pues bien, tenemos que intentar encontrar qué oportunidad se
nos presenta en esta crisis. Nosotros al menos vemos dos: la
reindustrialización de España y la reforma de la Administración pública
de arriba abajo. Ambos objetivos son generadores de empleo. Si algo hemos
aprendido en estas semanas es la importancia de que nuestras cadenas de
suministro estén mejor protegidas. Es cierto que en las últimas décadas
hemos externalizado la producción en Asia y especialmente en China, la
producción de productos terminados y de partes y componentes para la
industria. El aminoramiento de los costes resultaba muy atractivo, cierto
es que muy a menudo basado en el dumping social y en una inferior calidad
o fiabilidad de lo producido, pero tampoco ocultemos que España, como
casi toda Europa, se ha convertido en un infierno fiscal burocrático y
regulatorio y la oportunidad que se nos presenta ahora es clarísima.
Hagamos que España pase de infierno fiscal a paraíso del empleo; hagamos
que sea tan atractivo establecer una industria en España que el posible
menor coste de producción de otros países se vea compensado por la
seguridad en la cadena de suministro, la facilidad de contratación y un
ambiente regulatorio favorable a la creación de riqueza. Compensemos
nuestros mayores costes laborales con mayor seguridad de suministro,
menores costes administrativos, más facilidades para crear y crecer y la
superior formación de nuestros trabajadores. Reduzcamos las cargas
fiscales, normativas y laborales, no durante esta crisis, sino de manera
permanente. Atajemos de una vez la burocracia que ralentiza nuestro
progreso, la misma burocracia que en esta crisis ha dejado suministros
médicos paralizados durante días en las aduanas o que ha impedido la más
rápida distribución de ayuda por falta de permisos o que ha mostrado la
ineficiencia de diecisiete sistemas sanitarios inconexos e insolidarios
entre sí. Aprovechemos la tecnología para hacer de la Administración
española un factor de competitividad en vez de ser un factor de lastre.
De la misma manera que la Agencia Tributaria o la Dirección General de
Tráfico son prodigios de eficiencia tecnológica para recaudar los fondos
de los administrados, hagamos que el resto de la Administración lo sea
también para prestar servicios a los españoles. Adoptemos criterios de
eficiencia en el sector público como han hecho en las últimas décadas los
españoles en su ámbito personal y laboral. Si la robotización ha reducido
el número de puestos de trabajo por centro productivo, también ha
conseguido que la competitividad de las empresas españolas haya aumentado
comparativamente con otros países más baratos en mano de obra.
Fomentemos, por tanto, que haya muchos más centros de trabajo en España y
desterremos de una vez por todas el odio, la sospecha y la desconfianza
ante nuestro sector productivo.
Es el momento de establecer prioridades. Dedíquese usted a todo esto; si
no lo hacen, sin duda la economía sufrirá, pero no se preocupen, ya nos
ocuparemos nosotros de arreglarlo más pronto que tarde porque los
españoles se lo merecen, porque los españoles están haciendo ya mucho por
España y merecen que su Gobierno también empiece a hacer algo por ellos.
En el programa 'Aló Presidente' del sábado pasado, el señor Sánchez citó
a John F. Kennedy. A mí me gusta mucho Kennedy; he leído mucho acerca de
él y hasta conocí a gente de su entorno, pero permítame que le diga que
el señor Sánchez no es John Fitzgerald Kennedy. Nuestro presidente es el
anti-Kennedy porque Kennedy inspiró a una nación invitándoles a
reflexionar sobre qué podían hacer ellos por su país, y el señor Sánchez
al tomar en vano esta cita se olvida de que hoy en España la pregunta es
la inversa, porque hoy al parecer todos, menos el señor Sánchez, sabemos
lo que los españoles están haciendo por España. Están viviendo en
confinamiento obedeciendo órdenes del Gobierno; han dejado sus trabajos,
con la incertidumbre y el desasosiego que ello genera, obedeciendo
órdenes del Gobierno; han perdido a decenas de miles de amigos y
familiares sin poder siquiera darles su último adiós y han perdido el
contacto con sus seres queridos hospitalizados. Los más mayores han
sufrido en silencio mientras los progres les decían que no importaban,
que tenían que morirse para dejar sitio a los jóvenes. Los sanitarios
españoles han trabajado sin descanso, sin medios y sin apoyo de sus
gobernantes, poniendo en riesgo su salud y en muchas ocasiones perdiendo
incluso la vida. Los autónomos españoles han pagado sus cuotas o sus
impuestos directos e indirectos incluso cuando su Gobierno les ha
prohibido salir a ganarse el pan para poder pagar dichas cuotas. Los
comerciantes han clausurado sus tiendas y los emprendedores han tenido
que cerrar
sus pymes. Estos sacrificios y muchos más los han hecho los españoles, lo
han hecho por España y la pregunta hoy es qué va a hacer el Gobierno por
los españoles.
Señorías, concluyo. El camino correcto está claro: preservemos la economía
en tiempo de crisis, cueste lo que cueste. Garanticemos los puestos de
trabajo existentes hoy e inmediatamente después. Trabajemos para generar
un entorno legal, fiscal, laboral y hasta cultural diseñado para generar
más crecimiento y, con ello, más esperanza de futuro para las
generaciones venideras. De esa manera la prosperidad generada permitirá
pagar impuestos con los que sostener el Estado. (La señora presidenta
ocupa la Presidencia).
Señora ministra, a la vista de cómo se han desenvuelto en esta pandemia, a
la vista de la incapacidad de este Gobierno de coalición
socialistacomunista para tomar las medidas adecuadas, a la vista de la
triple crisis sanitaria, económica e institucional, lo mejor que le puede
pasar a España es que ustedes se vayan y den paso a un Gobierno de
emergencia nacional capaz de enderezar una situación que se les ha ido de
las manos. Ya no es suficiente con la dimisión de Pablo Iglesias, tienen
que irse todos, porque hoy todo su Gobierno es cómplice de una deriva que
nos puede llevar a la ruina. Y no, VOX no ha venido para apoyarles en el
camino hacia la ruina; VOX ha venido para proteger España. Nuestra
responsabilidad con quienes nos votaron y con quienes no nos votaron es
defender hasta el final el ejercicio que la Constitución nos ha
encomendado, el control del Gobierno; defender hasta el final a nuestro
personal sanitario que está teniendo un comportamiento heroico en estos
días; defender hasta el final los derechos y libertades de los españoles
confinados en sus casas, que una vez más están mostrando una madurez
extraordinaria; y defender nuestra capacidad de impulsar más pronto que
tarde una recuperación sin una pyme ahogada ni un empleo perdido. España
se merece al menos un Gobierno tan bueno como los españoles y, por eso,
España se merece la dimisión de este Gobierno.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Espinosa de los Monteros.
(Pausa.-Una trabajadora del servicio de limpieza procede a desinfectar la
tribuna de oradores). Muchas gracias.
Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Leal
Fernández.
La señora LEAL FERNÁNDEZ: Gracias, presidenta.
Voy a intentar ser respetuosa con los tiempos y con la paciencia de mis
compañeras y compañeros en los escaños.
Señora ministra, señorías, si repasamos los diarios de sesiones sobre
centenares de intervenciones en casos de convalidación de reales
decretos-leyes, observarán que un debate parlamentario clásico es
discutir la extraordinaria y urgente necesidad. No creo exagerar si digo
que nunca como en este tiempo estuvo más justificado y tuvo más sentido
el uso por parte del Gobierno de los reales decretos-leyes. La mayoría de
los dictados y convalidados por esta Cámara durante estas semanas han
tenido en esencia dos grandes objetivos: reducir las posibilidades de
contagio de la ciudadanía para salvar vidas humanas y repartir los
sacrificios de la crisis mediante la redistribución de los medios. Dos
funciones que son esenciales y que siempre se deben cumplir por un
Gobierno en un Estado de derecho, pero que en este momento, ante la
brutalidad de la crisis que padecemos y de sus consecuencias, se
manifiestan como de evidente, extraordinaria y urgente necesidad. En ese
escenario se enmarcan los dos reales decretos-leyes que sometemos a
convalidación en este punto del orden del día.
La señora PRESIDENTA: Señora Leal, perdónenme, la interrumpo un momento
para pedirles de nuevo que nos sumemos a los aplausos con nuestros
conciudadanos. (Prolongados aplausos, con la Cámara puesta en pie).
Muchísimas gracias.
Discúlpeme, señora Leal. Puede continuar.
La señora LEAL FERNÁNDEZ: Gracias, presidenta.
Sí, España actuó antes que el resto de Europa, pero, señorías, todos los
Gobiernos, todos los países de nuestro entorno -vuelvan la vista al que
quieran, Italia, Francia, Alemania, Portugal o Bélgica- están tomando
decisiones acuciados por la emergencia, sorprendidos por la virulencia de
la propagación, impelidos por la obligación de atender las necesidades
perentorias de los enfermos, de los trabajadores o del conjunto de la
ciudadanía. Son Gobiernos de izquierdas o de derechas, de centro,
liberales o progresistas, son Gobiernos de todos los colores e ideologías
que van proporcionando soluciones, creando remedios, escalando medidas e
incrementando paulatinamente sus medios. Todos lo hacen lo mejor que
pueden, pero reconozcamos que la tarea no está exenta de dificultades ni
de obstáculos. Por lo tanto, señorías de la derecha, podrían esforzarse
un poco en la comprensión, en la comprensión del verbo comprender, de
comprender las enormes dificultades que está afrontando este país. Sí, el
Gobierno es el que lo dirige, pero quien está afrontando importantes
dificultades es España, los españoles, las españolas, los ciudadanos de a
pie que están en sus casas también escuchándonos. Con esto no quiero
decir que no puedan ser ustedes exigentes o críticos con el Gobierno,
pero si a la exigencia y a la crítica les suman ustedes una dosis de
mesura y moderación, quizás algunos de los juicios y críticas que hoy
hemos escuchado en esta Cámara serían más ecuánimes y más proporcionados,
pero desde la lealtad y la unidad que tanto les ha requerido el
presidente del Gobierno.
Los decretos cuya convalidación defiende mi grupo traen causa en la
declaración del estado de alerta del 14 de marzo. Desde entonces ha sido
un ritmo intenso el que ha adoptado el Gobierno aprobando en Consejo de
Ministros sucesivas normas de desarrollo de ese estado de alerta. Van
mejorando las medidas impuestas que se van adoptando, porque ni todas las
medidas se podrían adoptar al mismo tiempo, ni era aconsejable, ni
posible, ni toda la actividad legislativa responde a una foto fija, sino
que es consecuencia de una situación cambiante y en constante evolución.
La lógica de las medidas laborales adoptada por el Gobierno responde a la
consideración de que la situación que vivimos es una situación temporal y
transitoria, por lo tanto, también las medidas que se deben adoptar
tienen ese mismo carácter temporal y transitorio.
El Real Decreto-ley 9/2020 es complementario del mucho más extenso 8/2020,
de 17 de marzo, pero este, el del 17 de marzo, condensa la filosofía
básica del Gobierno a la hora de abordar los ingentes problemas que en el
mercado de trabajo está causando la crisis de la COVID-19. El objetivo
fundamental del Gobierno ha sido y es preservar y proteger los puestos de
trabajo. Para ello se flexibiliza la posibilidad de suspender los
contratos, sí, pero esa flexibilización y facilitar los ERTE fue una
fórmula elegida por el Gobierno y convalidada en esta Cámara para evitar
por todos los medios a nuestro alcance la extinción de los contratos y,
por lo tanto, la destrucción de empleo. Es el Estado, en ese caso, el que
asume la responsabilidad, el coste de las suspensiones, porque el
Gobierno era y es consciente de que las empresas -permítanme, señorías-
también necesitaban de respiradores. El Estado se convierte así de forma
transitoria y de alguna manera en el empleador de última instancia. Es el
Estado el primero en asumir su responsabilidad y en atender, con los
recursos de todos, las dificultades de las empresas. El Real Decreto-ley
9/2020 tiene también el objetivo fundamental, aunque no único, de que los
contratos no se extingan, que no se destruyan empleos. Al Gobierno,
señorías, le ha parecido conveniente de nuevo redistribuir los costes y
los sacrificios, y mientras en el del 17 de marzo y para decenas de miles
de trabajadores y empresas se posibilitan los ERTE, en el del 27 de marzo
se pide un esfuerzo de anticipación a las empresas para que no se
extingan los contratos, para no dejar a nadie atrás y para proteger el
trabajo y a los trabajadores.
Por su parte, el Real Decreto-ley 10/2020, que también traemos a
convalidación, tiene como objetivo permitir que millones de trabajadores
y trabajadoras permanezcan en sus hogares contribuyendo a limitar al
máximo la propagación del virus. Se establecen limitaciones, pero siempre
dentro de las prerrogativas que permite la regulación constitucional y
legal del estado de alarma. Porque sí, señor Oblanca, la sentencia y la
jurisprudencia del Constitucional es muy clara. En la sentencia del
Tribunal Constitucional 87/2016 sobre el estado de alarma, si examinamos
con rigor las limitaciones jurídicas que se están decretando, debemos
reconocer que el Gobierno, dentro de la extraordinaria complejidad de
esta situación, está siendo muy cuidadoso desde el punto de vista del
respeto y no afectación de los derechos fundamentales. En esa línea que
separa la limitación de derechos de la suspensión de los mismos no se ha
desbordado en ningún momento el contenido jurídico constitucional de las
prerrogativas que proporciona al Gobierno la declaración del estado de
alarma. Es decir, señorías, lo que hoy convalidamos lleva aparejada una
contraprestación, y es que los trabajadores permanezcan en sus domicilios
y sigan cobrando su retribución y, una vez que se haya recuperado la
normalidad, devuelvan con su trabajo los salarios recibidos. Establecemos
así, con el visto bueno de la Cámara, si tienen a bien convalidar este
instrumento, que las empresas sigan pagando a sus trabajadores por un
trabajo que estos van a realizar en el futuro.
Alguien puede pensar que estamos imponiendo una obligación excesiva a las
empresas en un tiempo también muy difícil para ellas, pero es nuestro
deber como parlamentarios -y el Gobierno no olvida el suyo- que es
momento de repartir sacrificios y redistribuir los medios. Y en el
terreno de las relaciones laborales y de la regulación de derechos y
obligaciones de trabajadores y empresas es adecuado que la
autoridad ejerza un poder tuitivo a favor de la parte más débil. Por eso
consideramos que el esfuerzo que pedimos hoy a las empresas será devuelto
en el futuro con el trabajo de sus trabajadores.
Señorías, han sobrevenido circunstancias imprevistas de fuerza mayor y,
como recordaba el día de ayer el profesor Tomás de la Quadra en un diario
nacional, la máxima que ha perseguido el Gobierno, recordando el alterum
non laedere de Ulpiano, ha sido precisamente esa: no hacer daño a los
demás. Esa máxima es la que ha llevado al Gobierno a tomar medidas que
alteran los límites ordinarios, también las relaciones jurídicas entre
empresas y trabajadoras, con una única finalidad, limitar el contagio del
virus y distribuir de forma equitativa las cargas y consecuencias de la
crisis. Ya está bien de lanzar insidias y mentiras.
Desde el Grupo Socialista no nos cansaremos de reconocer el esfuerzo que
están haciendo millones de trabajadores, pero también decenas de miles de
empresas. A ambos les hemos pedido sacrificios, hemos impuesto
limitaciones y nuevas obligaciones; ven alteradas sus vidas, sus
relaciones laborales y los sistemas productivos. Todo ello en muy poco
tiempo y con un nivel de cumplimiento y de aceptación que dice mucho del
sentido cívico que recorre este gran país. Trabajadores y trabajadoras,
autónomos, empresarios, organizaciones sindicales y empresariales han
sabido ver y aceptar estas y otras medidas con un interés superior al del
particular. Han valorado con una madurez que a algunos sorprende que este
es un tiempo para arrimar el hombro, para dar lo mejor de nosotros
mismos, para sacrificarnos más allá de lo que se podía esperar de uno. La
lección que el conjunto de la ciudadanía nos está dando es la mejor
inspiración para un tiempo en el que se combina, sí, el dolor y el
sufrimiento de muchos con el valor y el sacrificio individual y colectivo
de todos.
En este contexto, creemos que estos decretos forman parte de las
decisiones razonables y justas; una respuesta necesaria, dentro del
difícil equilibrio en el que nos movemos. Por eso, les pedimos que apoyen
su convalidación. Sí, señorías, nuestro país necesita, es verdad, de una
reconstrucción social y económica con garantías para seguir y salir
adelante. Hagámoslo unidas; hagámoslo unidos.
Muchas gracias. (Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Leal.
ACTOS EN RELACIÓN CON LOS ESTADOS DE ALARMA, EXCEPCIÓN Y SITIO.
(VOTACIÓN):
- SOLICITUD DE AUTORIZACIÓN DE LA PRÓRROGA DEL ESTADO DE ALARMA DECLARADO
MEDIANTE EL REAL DECRETO 463/2020, DE 14 DE MARZO, POR EL QUE SE DECLARA
EL ESTADO DE ALARMA PARA LA GESTIÓN DE LA SITUACIÓN DE CRISIS SANITARIA
OCASIONADA POR EL COVID-19, PRORROGADO POR EL REAL DECRETO 476/2020, DE
27 MARZO. (Número de expediente 091/000001).
La señora PRESIDENTA: Vamos a proceder a las votaciones.
Votamos, en primer lugar, la solicitud de autorización de la prórroga del
estado de alarma declarado mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de
marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la
situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, prorrogado por
el Real Decreto 476/2020, de 27 de marzo, en sus propios términos.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
306 votos telemáticos, 349; a favor, 34 más 236 votos telemáticos, 270;
en contra, 7 más 47 votos telemáticos, 54; abstenciones, 2 más 23 votos
telemáticos, 25.
La señora PRESIDENTA: Queda, en consecuencia, autorizada la prórroga del
estado de alarma, que se publicará en el Boletín Oficial del Estado.
CONVALIDACIÓN O DEROGACIÓN DE REALES DECRETOS-LEYES. (VOTACIÓN):
- REAL DECRETO-LEY 9/2020, DE 27 DE MARZO, POR EL QUE SE ADOPTAN MEDIDAS
COMPLEMENTARIAS, EN EL ÁMBITO LABORAL, PARA PALIAR LOS EFECTOS DERIVADOS
DEL COVID-19. (Número de expediente 130/000010).
La señora PRESIDENTA: Convalidación o derogación de los reales
decretos-leyes. Real Decreto-ley 9/2020, de 27 de marzo, por el que se
adoptan medidas complementarias en el ámbito laboral para paliar los
efectos derivados del COVID-19.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
304 votos telemáticos, 347; a favor, 20 más 168 votos telemáticos, 188;
en contra, 18 más 120 votos telemáticos, 138; abstenciones, 5 más 16
votos telemáticos, 21.
La señora PRESIDENTA: Queda convalidado el real decreto-ley.
Se ha solicitado la tramitación de este real decreto-ley como proyecto de
ley por el procedimiento de urgencia, por lo que procedemos a votar dicha
solicitud.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
304 votos telemáticos, 347; a favor, 35 más 270 votos telemáticos, 305;
en contra, 6 más 30 votos telemáticos, 36; abstenciones, 2 más 4 votos
telemáticos, 6.
La señora PRESIDENTA: Queda aprobado. Por lo tanto, se tramita como
proyecto de ley por el procedimiento de urgencia.
- REAL DECRETO-LEY 10/2020, DE 29 DE MARZO, POR EL QUE SE REGULA UN
PERMISO RETRIBUIDO RECUPERABLE PARA LAS PERSONAS TRABAJADORAS POR CUENTA
AJENA QUE NO PRESTEN SERVICIOS ESENCIALES CON EL FIN DE REDUCIR LA
MOVILIDAD DE LA POBLACIÓN EN EL CONTEXTO DE LA LUCHA CONTRA EL COVID-19.
(Número de expediente 130/000011).
La señora PRESIDENTA: Real Decreto 10/2020, de 29 de marzo, por el que se
regula un permiso retribuido recuperable para las personas trabajadoras
por cuenta ajena que no presten servicios esenciales con el fin de
reducir la movilidad de la población en el contexto de la lucha contra el
COVID-19.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
304 votos telemáticos, 347; a favor, 21 más 173 votos telemáticos, 194;
en contra, 18 más 121 votos telemáticos, 139; abstenciones, 4 más 10
votos telemáticos, 14.
La señora PRESIDENTA: Queda convalidado el real decreto-ley.
Se ha solicitado también la tramitación de este real decreto-ley como
proyecto de ley por el procedimiento de urgencia, por lo que procedemos a
votar dicha solicitud.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: Votos emitidos, 43 más
304 votos telemáticos, 347; a favor, 33 más 269 votos telemáticos, 302;
en contra, 7 más 31 votos telemáticos, 38; abstenciones, 3 más 4 votos
telemáticos, 7.
La señora PRESIDENTA: Queda aprobado. Por lo tanto, se tramita como
proyecto de ley por el procedimiento de urgencia.
- REAL DECRETO-LEY 11/2020, DE 31 DE MARZO, POR EL QUE SE ADOPTAN MEDIDAS
URGENTES COMPLEMENTARIAS EN EL ÁMBITO SOCIAL Y ECONÓMICO PARA HACER
FRENTE AL COVID-19. (Número de expediente 130/000012).
La señora PRESIDENTA: Real Decreto-ley 11/2020, de 31 de marzo, por el que
se adoptan medidas urgentes complementarias en el ámbito social y
económico para hacer frente al COVID-19.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
304 votos telemáticos, 347; a favor, 18 más 153 votos telemáticos, 171;
en contra, 1 más 1 voto telemático, 2; abstenciones, 24 más 150 votos
telemáticos, 174.
La señora PRESIDENTA: Queda convalidado el real decreto-ley.
Asimismo, se ha solicitado la tramitación de este real decreto-ley como
proyecto de ley por el procedimiento de urgencia, por lo que procedemos a
votar dicha solicitud.
Comienza la votación. (Pausa).
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos emitidos, 43 más
304 votos telemáticos, 347; a favor, 35 más 268 votos telemáticos, 303;
en contra, 6 más 30 votos telemáticos, 36; abstenciones, 2 más 6 votos
telemáticos, 8.
La señora PRESIDENTA: Queda aprobado. Por lo tanto, se tramita como
proyecto de ley por el procedimiento de urgencia.
Quiero de nuevo agradecer en nombre de todos los diputados y diputadas el
trabajo y el compromiso de los trabajadores y trabajadoras del Congreso
de los Diputados por permitir celebrar hoy este Pleno.